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ArribaAbajoApéndices


ArribaAbajoApéndices a la vida del Cid

Los autores que principalmente se han seguido en esta narración son Sandoval en sus Cinco Reyes, y Risco en la historia que ha publicado del Cid. Estos dos escritores han dado a los hechos del héroe burgalés más verosimilitud, más conexión y concierto con la historia general del tiempo y con la cronología. No ignoro las dudas y objeciones que Masdeu ha acumulado en el tomo XX de su Historia crítica de España, así sobre la existencia del códice donde está el antiguo manuscrito producido por Risco, como también sobre la del Cid mismo, pero a veces no se prueba nada por querer probar demasiado. El códice estaba extraviado al tiempo que Masdeu se hallaba en León; después ha parecido, y me consta que en julio del año de 1806 se hallaba en la biblioteca del real convento de San Isidro de aquella ciudad, donde Risco le halló. Los caracteres con que está escrita la vida del Cid, de cuyas primeras líneas he visto una copia exacta, manifiestan, según el dictamen de inteligentes, ser del siglo XII ó principios del XIII. Mas, dejando estos puntos de controversia a la pluma encargada de defender la buena memoria de Risco, yo me contentaré con decir que Rodrigo Díaz es un personaje muy principal de nuestra historia, y que he debido escribir su vida según las relaciones más probables.

Doce años después de la publicación de estas Vidas salió a luz la Historia de la dominación de los árabes en España, extractada de diferentes autores árabes por el difunto don José Antonio Conde; y aunque en muchos de los sucesos particulares no convengan sus relaciones con las de nuestros autores, en la existencia, sin embargo, de Ruderik el Cambitur, como ellos le llaman, en sus alianzas con algunos régulos moros, en sus correrías contra otros, en el temor que inspiraba a los almorávides, y en la conquista de Valencia, están acordes los escritores árabes con los españoles. Nueva prueba que destruye las cavilaciones escépticas de Masdeu (Véanse los capítulos 18, 21 y 22 del tomo II de Conde.)

Otra prueba más incontestable es el privilegio concedido por don Alonso VI a Rodrigo Díaz, para todas sus heredades y benfetrías de Vivar y demás partes, dándole ciertas exenciones y franquezas, fecho a28 de julio de 1075. Existe en el real archivo de Simancas, y ha sido publicado en el tomo V de la Colección de privilegios y fueros, dada a luz por don Tomás González en 1830.


ArribaAbajo-I.-

Linaje de Rodrigo Díaz, y sumario de sus hechos, que se hallan en el tumbo negro de la iglesia de Santiago, escritos en la era 1301, según Sandoval, Cinco Reyes, fol. 56


Este es el linaje de Rodric Diaz el Campiador, que decian mio Cid, como vino dereitamente del linaje de Lain Caluo, que fo compainero de Nueño Rasuera, et foron amos iuices de Castiella. De linaje de Nueño Rasuera vino el emeperador. De linaje de Lain Caluo vino mio Cid el Campiador. Lain Caluo hobo dos fillos, Ferrant Lainez et Bermut Lainez Ferrant Lainez hobo fillo Rodric Bermudez, é Rodric Bermudez hobo fillo á Ferrant Rodriguez. Ferrant Rodriguez hobo fillo á Pedro Ferrandiz, et una filla que hobo nombre doña Elo. Nueño Lainez prisó muiller á doña Elo, el hobo en ella á Lain Lueñez. Lain Lueñez hobo fillo á Diego Lainez, el padre de Rodric Diaz el Campiador. Diaz Lainez prisó muller filla de Roy Aluarez de Astúrias, et fui muy bono home et muy rico home, é hobo en ella á Rodric Diaz. Cuando morió Diaz Lainez, el padre de Rodric Diaz, prisó el rey don Sancho de Castiella á Rodric Diaz, é criólo, é fízolo caballeiro, et fo con él en Zaragoza. Cuando se combatió el rey don Sancho con el rey don Ramiro en Grados non hobo mejor caballeiro que Rodric Diaz, é vino el rey don Sancho á Castiella, é amólo muito, é dióle su alferecía, é fo muy buen caballeiro Et cuando se combatió el rey don Sancho con el rey don García en Santarem, non hobo y mejor caballeiro de Rodric Diaz, é seguró su seinnor, que le llevaban priso, é prisó Rodric Diaz al rey don García con ses homes. Et cuando se combatió el rey don Sancho con el rey don Alfons su hermano en Volpellera, prop de Carrion, non ya hobo millor caballeiro que Rodric Diaz. Et cuando cercó el rey don Sancho su hermana en Zamora, ay allí desbarató Rodric Diaz gran campaina de caballeiros, et prisó muitos de illos. Et cuando mató Heli el Alfons al rey don Sancho á traicion, encalzó Rodric Diaz entro, á que lo metió por la puerta de la ciudad de Zamora, et le dió una lanzada, pues combatió Rodric Diaz por su seinnor el rey don Alfons con Ximenez Garceis de Torreillolaf, que era muy buen caballeiro, et matólo. Pues lo getó de tierra el rey don Alfons á Rodric Diaz á tuerto, así que non lo mereció, et fo mesturado con el Rey, et egió de su tierra. E pues pasó Rodric Diaz por grandes trabaillos et per grandes aventuras. E pues se combatió en Tebar con el conde de Barcelona, que habia grandes poderes, é venciólo Rodric Diaz, é prisol con gran compaina de caballeiros et de ricos homes; et por gran bondad que habia mio Cid, soltóles todos. Y en pues cercó mio Cid Valencia, é fizo muitas bataillas sobre ella, é venciólas. Plegáronse grandes poderes de aquent mar et da aillent mar, et vinieron á conquerir Valencia, que tenia mio Cid cercada, et hobo y catorce reyes: la otra gent non habia conto, et lidió mio Cid con ellos, et venciólos todos, et prisó Valencia. Morió mio Cid en Valencia, Dios aya su alma, era mil ciento treinta y siete, el mes de mayo, et leváronlo sus caballeiros de Valencia á soterrar á Sant Pedro de Cardeña, prop de Búrgos. El mio Cid hobo moiller doña Ximena, nieta del rey don Alfons, hija del conde don Diego de Astúrias, é hobo en eilla un fillo et dos fillas. El fillo hobo nome Diego Roiz, et matáronlo moros en Consuegra. Estas dos fillas, la una hobo nome donna Cristiana, la otra donna María. Casó donna Cristiana con el infant don Ramiro. Casó donna María con el conde de Barcelona. L infant don Ramiro hobo en su moiller, la fija del mio Cid, al rey don García de Navarra, que dijeron don García Ramirez. Et el rey don García hobo en su moiller la reina donna Margerina al rey don Sancho de Navarra, á quien Dios dé vida honrada.




ArribaAbajo-II.-

Provisión del emperador Carlos V al monasterio de Cardeña, con motivo de la traslación que se había hecho de los cuerpos del Cid y doña Jimena.


EL REY. -Venerable abad, monjes y convento de San Pedro de Cardeña. Ya sabeis cómo nos mandamos dar y dimos una nuestra cédula para vosotros del tenor siguiente. -EL REY. -Concejo, justicia y regidores, caballeros, escuderos, oficiales y hombres buenos de la ciudad de Búrgos: Ha sido hecha relacion, que bien sabiamos, y á todos es notorio, la fama, nobleza e hazañas del Cid, de cuyo valor á toda España redundó honra, en especial á aquella ciudad donde fué vecino y tuvo orígen y naturaleza; y que así los naturales de estos reinos como los extranjeros de ellos que pasan por la dicha ciudad, de las principales cosas que quieren ver en ella es su sepulcro y lugar donde él y sus parientes están enterrados, por su grandeza é antigüedad; é que habia treinta ó cuarenta dias que vosotros, no teniendo consideración á lo susodicho, ni mirando á que el Cid es nuestro progenitor, y los bienes que dejó á esa casa, y la autoridad que del estar él ahí enterrado se sigue al dicho monasterio, habeis desechado y quitado su sepultura de en medio de la capilla mayor, donde há mas de cuatrocientos años que estaba, y le habeis puesto cerca de una escalera y lugar no decente, y muy diverso en autoridad y honra del lugar y honra que es fama.

Tambien habeis quitado de con él á doña Ximena Diaz, su mujer, y puéstola en la calostra del dicho monasterio, muy diferente de como estaba. Lo cual aquella ciudad, así por lo que toca á nuestro servicio como por la honra de ella, ha sentido mucho; y que como quiera que luego se supo, fueron á ese monasterio el corregidor é tres regidores de ella á procurar con vosotros que restituyésedes los dichos cuerpos al lugar en que solian estar, no lo habeis querido hacer; y que si esto así pasase, la dicha ciudad se tenia por muy agraviada; allende de que es cosa de mal exemplo para monasterios é religiosos, que viendo la facilidad con que se muda la sepultura de una tan famosa persona, tomarán el atrevimiento de alterar y mudar cualesquier sepulturas y memorias, de que se seguirá mucho daño á nuestros, reinos; suplicándonos y pidiéndonos por merced fuésemos servidos de mandar que restituyésedes los cuerpos del Cid y su mujer en la sepultura, lugar é forma que antes estaban. E porque habiendo sido el Cid persona tan señalada como está dicho, y de quien la corona real de Castilla recibió tan grandes y notables servicios como es notorio, estamos maravillados de cómo habeis hecho esta mudanza en sus sepulturas; vos mandamos que si es así que los dichos cuerpos ó sus enterramientos están mudados, luego que esta recibais los volvais al lugar y de la forma y manera que estaban; y en caso que no estuvieren mudados, no los mudeis ni toqueis en ellos agora ni en ningun tiempo; y habiendo cumplido primero con lo susodicho, si alguna causa ó razon teneis para hacer la dicha mudanza, enviarnos heis relaciones de ello y de cómo volvisteis los dichos cuerpos y sepulturas á su primero lugar dentro de cuarenta dias, para que lo mandemos ver, y proveer en ello lo que mas convenga. Fecha en Madrid, á ocho dias del mes de julio de mil quinientos y cuarenta y un años. -Joannis Cardinalis. -Por mandado de su majestad, el gobernador en su nombre, Pedro de Cobos. (Berganza, Antigüedades de España, tomo I.)




ArribaAbajo-III.-

Elegía árabe sobre la ruina de Valencia en tiempo del Cid, traducida en castellano, según se halla en la Crónica general, folio 329.


Valencia, Valencia, vinieron sobre tí muchos quebrantos, é estás en hora de morir; pues si ventura fuere que tú escapes, esto será gran maravilla á quien quier que le viere. -E si Dios fizo merced á algun logar, tenga por bien de lo facer á tí, ca fueste nombrada alegría é solaz en que todos los mozos folgaban, é habien sabor é placer. -E si Dios quisier que de todo en todo le hayas de perder desta vez, será por los tus grandes pecados é por los tus grandes atrevimientos que hobiste con tu soberbia. -Las primeras cuatro piedras, caudales sobre que tú fueste formada, quiérense, ayuntar por facer gran duelo por tí, é non pueden. -El tu muy nobre muro, que sobre estas cuatro piedras fué levantado, ya se estremece todo, é quiere caer, ca perdido ha la fuerza que habie. -Las tus muy altas torres é muy fermosas, que de lejos parescien é confortaban los corazones del puebro, poco á poco se van cayendo. -Las tus brancas almenas, que de lejos muy bien relumbraban, perdido han la su lealtad con que bien parescien al rayo del sol. -El tu muy nobre rio caudal Guadalaviar, con todas las otras aguas de que le tú muy bien servies, salido es de madre, é va onde non debe. -Las tus acequias muy cralas, de gente mucho aprovechosas, retomaron torbias; é con la mengua de las limpiar van llenas de muy gran cieno. -Las tus muy nobres é viciosas huertas que en deredor de tí son, el lobo rabioso les cavó las raíces, é non pueden dar fructo. -Los tus muy nobres prados en que muy fermosas flores é muchas habie, con que tomaba el tu puebro, muy grande alegría, todos son ya secos. -El muy nobre puerto de mar de que tú tomabas muy grande honra, ya es menguado de las nobrezas que por él le solien venir á menudo. -El tu gran término, de que le tú llamabas señora, los fuegos lo han quemado, é á tí llegan los grandes fumos. -A la tu gran enfermedad non le puedo fallar melecina, é los físicos son ya desesperados de te nunca poder sanar. -Valencia, Valencia, todas estas cosas que le he dichas de tí, con gran quebranto que yo tengo en el mi corazon las dixe é las razoné. -Ya quiero departir en la mi voluntad que me lo non sepa ninguno, si non cuando fuere menester de lo departir.






ArribaAbajoApéndices a la vida de Guzmán el Bueno


ArribaAbajo-I.-

Se han omitido de propósito en esta Vida dos sucesos, que aunque creídos comúnmente por los cronistas de la casa de Medinasidonia y por los historiadores, parecen hijos del amor a lo maravilloso que siempre reina en los siglos de ignorancia. Para que el lector pueda formar juicio he creído debía hacer mención de ellos en este lugar.

El primero es el combate con la sierpe. Dícese que al tiempo en que ya reinaba Aben Jacob, una sierpe, dejando la selva donde hasta entonces se había ocultado, se vino a las cercanías de Fez y empezó a infestar los caminos, devorando los ganados y asaltando y despedazando a los hombres. Su grandeza era monstruosa; su piel, cubierta de conchas durísimas, era impenetrable al acero, y las alas que tenía la hacían mas ligera que un caballo. Nadie se atrevía a atacarla, y el envidioso Amir aconsejaba a su primo el Rey que mandase a Guzmán ir contra ella a ver si perecía en la demanda. No quiso Aben Jacob dar la orden; pero Guzmán, noticioso del consejo, salió una mañana con sus armas y caballo, acompañado de solo un escudero desarmado, y se dirigió al sitio donde el monstruo hacía sus estragos. Al acercarse encontró con algunos hombres que huían espantados, y de ellos supo que la sierpe no lejos de allí reñía con un león. Guzmán los hizo volver, y llegando al sitio, vio la lucha de las fieras, y que el león herido se defendía a saltos de los ataques de su enemigo. El héroe acometió con su lanza a la sierpe, que le salió a recibir con la boca abierta, y por ella entró la lanza hasta las entrañas. En esto el león, más atrevido, la arremetió impetuosamente y acabó de derribarla: murió, y Guzmán hizo venir a los hombres, mandó que la cortasen la lengua, y llamó al león, que se vino para él haciéndole mil halagos con la cola, y le acompañó hasta Fez. La presencia de este animal agradecido, la lengua de la fiera, y la admiracion de aquellos hombres fueron allí los testimonios de su victoria, cuya fama se extendió a lo lejos por África y por España. Los discípulos de Buffon y de Linneo podrán decir si hay en la naturaleza individuo que se parezca a la sierpe que va pintada, y si en la índole y costumbres conocidas del león cabe la conducta que se le asigna en este cuento, que el historiador sensato desterrará sin reparo alguno al país de las fábulas caballerescas.

A esta misma época pertenece la historia del tizón que algunos atribuyen a la esposa de Guzmán doña María Coronel. Cuentan que a los tres años de haberse venido de África, donde quedaba su marido, fueron tan vivos en ella los estímulos del apetito sensual, que para libertarse de ellos sin mengua de su virtud, se abrasó con un tizón ardiendo la parte misma en que los sentía; remedio que no sólo los apagó por entonces, sino que la dejó inhábil por el resto de su vida para el uso del matrimonio. La naturaleza estremecida se niega a creer semejante esfuerzo, que mas parece acto violento de una frenética bacante, que medio acomodado a la condición de una dama virtuosa. La variedad con que se cuenta el hecho, atribuyéndole otros a una señora del mismo nombre que vivió después, y añadiendo que se le siguió la muerte al instante, ayuda a la incredulidad, sin embargo de haber sido adoptado por tantos. A él alude Juan de Mena en la copla 79 de sus Trescientas.


Poco mas abajo vi entre otras enteras
La muy casta dueña, de manos crueles,
Digna corona de los Coroneles,
Que quiso con fuego vencer sus hogueras.
¡Oh ínclita Roma, si de esta supieras
Cuando mandabas el gran universo!
¡Qué gloria, qué fama, qué prosa, qué verso,
Qué templo vestal a la tal hicieras!




ArribaAbajo-II.-

Carta del rey don Sancho a Guzmán, después de alzado el cerco de Tarifa por los moros.


Primo don Alonso Perez de Guzman: Sabido habemos lo que por nos servir habeis fecho en defendernos esta villa de Tarifa de los moros, habiéndoos tenido cercado seis meses y puesto en estrecho y afincamiento. Y principalmente supimos y en mucho tuvimos dar la vuestra sangre y ofrecer vuestro hijo primogénito por el mi servicio y del de Dios delante, y por la vuestra honra. En lo uno imitasteis al padre Abraham, que por servir á Dios le daba el su hijo en sacrificio; y en lo leal quisisteis semejar la sangre de donde venides; por lo cual merecedes ser llamado el Bueno, y yo ansí vos los llamo, y vos ansí vos llamarédes de aquí adelante. Ca justo es que el que face la bondad tenga nombre de Bueno, y no finque sin galardon de su buen fecho, y á los que mal facen les tollan su heredad y facienda. Vos, que tan gran ejemplo y lealtad habeis mostrado y habeis dado á los mis caballeros y á los de todo el mundo, razon es que con mis mercedes quede memoria de las buenas obras y hazañas vuestras, y venid vos luego á verme; ca si malo no estobiera y en tanto afincamiento, naide me tollera que no vos fuera á ver y socorrer. Mas harédes conmigo lo que yo no puedo hacer con vusco, que es veniros á mí, porque quiero hacer en vos mercedes que sean semejables á vuestros servicios. A la vuestra buena mujer nos encomendamos la mia é yo, y Dios sea con vusco. De Alcalá de Henáres á 2 de enero, era de mil y trescientos y treinta y tres años. -El Rey. (Medina, Crónica de la casa de Medinasidonia, capítulo 27, lib. l.)