Semblanza crítica de Gloria Mendoza Borda
Por Elena Zurrón Rodríguez
Gloria Mendoza Borda, nacida en Puno (1948), es hija del abogado y activista social de izquierda Julio Mendoza Díaz y de la profesora Herminia Borda de Mendoza. Estudió inicialmente Letras en la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco y, posteriormente, Educación en la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga. Fue profesora en la Escuela Nacional de Arte Carlos Baca Flor de Arequipa. Es una de las autoras más reconocidas de entre las que se relacionaba con escritores limeños de la Generación del 60 como Manuel Pantigoso, Rosina Valcárcel y Antonio Cisneros.
Carmen Luz Ayala en su artículo «Gloria Mendoza y la contracorriente en la poesía peruana», expresa con cercanía cómo es la poeta en su tierra: Gloria Mendoza Borda es una poeta con quien tuve la dicha de compartir muchas experiencias en la infancia. En Huancané, en las tardes frías de invierno, solíamos hacer muñecos de nieve en la plazoleta que queda frente a mi casa. Y, es en esa porción de naturaleza aimara donde nacen y surgen dos poetas trascendentes de la literatura nacional: José Luis Ayala, autor de más de treinta libros, y Gloria Mendoza nacida en Juliaca, pero su infancia, adolescencia y sus primigenias vivencias están en Huancané
(Ayala, 2000).
La poeta, en entrevista con Rosa Núñez y Julia Barreda, afirma:
Me consideran también casi ayacuchana, el escritor Marcial Molina en su libro Poetas mujeres de Ayacucho o un espacio para voces ausentes (Lima, Lluvia Editores, 1991) dice en el prólogo «Dejo expreso reconocimiento a las escritoras Carlota Flores y Gloria Mendoza, que en su tiempo y en este medio animaron la vida cultural».
(Núñez y Barreda, 2006)
Gloria Mendoza se inició tempranamente en la poesía, y en su adolescencia perteneció al grupo intelectual de Carlos Oquendo de Amat (1965). En su producción poética quedan reflejadas sus vivencias infantiles y de juventud transcurridas en el mundo andino del sur. Se trata de una poesía que describe con añoranza su pueblo, con sus ríos, sus cerros y sus dioses ancestrales.
En cuanto a sus lecturas, existe una predilección por la literatura española de antes de la Guerra Civil, la literatura francesa y la literatura oriental, y en cuanto a sus autores predilectos cuenta, entre otros, con Nicolás Guillén, Rafael Alberti, André Breton, Juan Ramón Jiménez, Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Juan Rulfo, Virginia Woolf, Jorge Luis Borges, Ho Chi, Ezra Pound, Vallejo, Oquendo, Gaston Bachelard, etc.
Su militancia política era de izquierda, aunque moderada por la influencia católica maternal. En lo que se refiere al aspecto político-social, era una humanista que proclamaba la dignidad y el honor de los seres humanos. Su larga estancia en Ayacucho y la conflictividad social de esa región le hacen concienciarse, y su poesía se convierte en áspera y, sobre todo, crítica y tensa. Es coetánea de María Emilia Cornejo y Rosina Valcárcel, quien dice que la poesía de Gloria Mendoza es fruto del desgarramiento y la esperanza, lo que hace que su discurso poético se torne franco, sencillo, despojado de artificios y posea un hondo lirismo. El poeta de la Generación del 60, Manuel Pantigoso, dice sobre la poesía de Gloria Mendoza que posee un profundo lirismo, mezclado de dolor y esperanza, en donde está presente el hombre andino y su naturaleza luminosa y cristalina, lo que le sirve para mostrar su enojo y denunciar las impurezas de la sojuzgación y el escarnio.
Gloria Mendoza es una poeta que se puede inscribir en dos líneas diferentes pero complementarias. En sus primeros poemas el nativismo, el cariño por la tierra, los animales y los hombres, son la tendencia predominante. Su poesía deja de ser contemplativa, y sin perder su originalidad, se hace exteriorista y crítica. La naturaleza y el agua, en todas sus acepciones como lago, río o agua viva, son las protagonistas de casi todos sus poemas. En su poemario Dulce naranja dulce luna (Lima, Arteidea, 2001), por ejemplo, es notoria esa presencia del agua.
En cuanto al lenguaje utilizado, el poeta cusqueño Ángel Avendaño señaló que para leer a la Mendoza hay que tomar un diccionario
(Núñez y Barreda, 2006), porque como ella misma afirma, soy hechura de la cultura aimara y quechua
(Núñez y Barreda, 2006). Sobre su primer libro, Los grillos tomaron tu cimbre (Cusco, Veloz / Casa de la Cultura Cusco, 1971), publicado cuando empezaba sus estudios universitarios en San Antonio Abad de Cusco, época en la que el poeta Luis Nieto Miranda se convirtió en su maestro, Mendoza ha manifestado que sin lugar a duda [...] tiene que ver con el surrealismo, yo no parto como la mayor parte de poetas con una poesía amorosa, la problemática principal que abordo es la social [...]. Me siento también cusqueña, escritores como Roland Forgues y Marco Martos en La escritura es un acto de amor (Francia, 1989) me ponen como cusqueña
(Núñez y Barreda, 2006).
En sus versos clama por una transformación social, y hace una crítica de la desigualdad y de la explotación del hombre por el hombre, al tiempo que recrea el mundo indígena de sus años juveniles en Puno, ya que sus primeros años los pasó en la comunidad de Sullana, debido a que su madre era profesora rural, por lo que tuvo que aprender quechua. Posteriormente, trasladaron a su madre a Huancané, por lo que también aprendió aimara.
Sobre Wilayar (Cusco, Casa de la Cultura de Cusco, 1971) la poeta comenta:
Mi segundo libro salió ese mismo año, Wilayar [...] ya no existen ejemplares. El lenguaje de este libro se convirtió inaccesible a las mayorías. Wilayar en una palabra inventada por mi abuelo paterno periodista que tenía comunicación con muchos escritores del extranjero. Wila es sangre en aimara, y ayar significa hermano en quechua. Este libro es un canto a una especie de guerrillero. En este momento ya no me interesa la temática. Los movimientos guerrilleros estaban emergentes en ese tiempo.
(Núñez y Barreda, 2006)
Su poemario Lugares que tus ojos ignoran (San Antonio, Texas, M & A Editions, 1985) fue publicado por Cecilia Bustamante, poeta peruana radicada en Texas, con la que mantenía una fluida correspondencia, y con la que Gloria Mendoza se muestra muy agradecida. El lenguaje de Gloria Mendoza nos habla de los seres, pueblos y paisajes del Ande. Su diferente lenguaje integrador y mestizo lleva la herencia rebelde que, desde Micaela Bastidas, Clorinda Matto de Turner, Mercedes Cabello de Carbonera y Magda Portal se ha hecho tradición en las escritoras peruanas.
El legendario Lobo (Lima, Universidad San Marcos, 1995) es un precioso poemario lineal de diez partes, en que ha llegado a tomarnos el pulso vital en el ritmo de la sangre con la trama mágica de su discurso poético, tan acabado como un cuadro de Humareda.
Por su parte, La danza de las balsas (Lima, Municipalidad Provincial de Huancané, 1998) es un poemario escrito en su madurez, y supone una de las propuestas poéticas más fuertes y representativas de los Andes. Gloria Mendoza es una poeta que no tiene ningún temor a acercarse a las raíces andinas con palabras sencillas y en versos medidos, que reflejan al mismo tiempo su ternura maternal y su rebeldía femenina. De igual modo, se siente comprometida con la identidad de los quechuas y de los aimaras. Su poesía va a contracorriente con respecto a la poesía escrita por mujeres en los años 70 -cuya iniciadora fue la recordada María Emilia Cornejo-, dado que los temas centrales eran la sexualidad, el erotismo y la maternidad. Tras este libro, publica Dulce naranja dulce luna (Lima, Arteidea, 2001) y, más tarde, Q'antati deshojando margaritas (Lima, Arteidea, 2006).
En 2013 aparece Desde la montaña grito tu nombre (Lima, Lluvia Editores), bellísima publicación en la que se conjugan los intensos versos de la poeta con las obras de arte de Luisa Aguilar Sánchez. En palabras del crítico Winston Orrillo es un poemario singular en la vasta e intensa obra creativa de la poeta puneña
. Como expresa Benjamín León en el prólogo de este poemario: nos remite al arkhé, a la materia original, a nuestra lengua primera, nos remite a la soledad y a la contemplación, a los seres con los que convivimos; nos remite a la palabra clandestina que se hurta al sistema convencional e instrumental de la comunicación y la transforma en palabra poética para dialogar con ese otro que habita en nosotros mismos
(León, 2013). Ese mismo año publica Amtasiña (Puno, Universidad Nacional del Altiplano), poemario nominado al Premio Luces del diario El Comercio.
Posteriormente aparecerán Mariposa blanca / Mariposa negra (Arequipa, Lemos, 2017), Mi abuela, mi patria (Lima, Arteidea, 2018), Un otoño azul (Arequipa, Cuervo Editores, 2018), Biografía de los marginales (Lima, Summa, 2020) y Amusa: guardando el silencio (Lima, Summa, 2021).
Traducida al italiano por Gladys Basagoitia y al alemán por Rainer Maria Gassen, nominada por Ricardo González Vigil como una de las mejores escritoras del 2011 en el Perú, y considerada por el diario El Comercio una de las diez escritoras que marcaron la historia de la literatura escrita por mujeres en los siglos XIX y XX en su país, su obra ha sido estudiada por Andrea Echevarría, Mauro Mamani y Giovanna Minardi. En 2015 el Congreso de la República le dio un reconocimiento por su aporte a la poesía junto a otros escritores puneños, y en 2017 fue nombrada Personaje Meritorio de la Cultura Peruana. Sus poemas y sus artículos están recogidos en diversas revistas y periódicos, y su obra ha sido difundida en importantes antologías y estudios culturales en el Perú y en el extranjero.
Premios
- Mención Honorífica en el Concurso Internacional de Poesía Fundación Julia Doreste (Miami, 2003).
- Premio Literario Erasmo Bernales de Puerto de Chañaral (Chile, 2005).
- Personaje Meritorio de la Cultura Peruana (Ministerio de Cultura, 2017).
Referencias bibliográficas
- AYALA, Carmen Luz, «Gloria Mendoza y la contracorriente en la poesía peruana», La Región (2000).
- FUENTES PASTOR, Hélard André, «Gloria Mendoza Borda: La voz del Ande», El Pueblo (3/5/2015).
- LEÓN, Benjamín, «Prólogo», en Gloria Mendoza Borda, Desde la montaña grito tu nombre, Lima, Lluvia Editores, 2013, pp. 7-10.
- NÚÑEZ, Rosa y BARREDA, Julia, «18 preguntas para Gloria Mendoza», Letras. Escritores y poetas en español (enero 2006).
- ORRILLO, Winston, «Gloria Mendoza Borda y los gritos del silencio», Winston el alfarero (4/11/2014).