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ArribaAbajoLa Refalosa

Amenaza de un mashorquero y degollador de los sitiadores de Montevideo dirigida al gaucho JACINTO CIELO, gacetero y soldao de la Legión argentina, defensora de aquella plaza


[La Refalosa.- Amenaza que le hizo un mashorquero degollador de los sitiadores de Montevideo el gaucho Jacinto Cielo, soldado de la Legión argentina, defensora de aquella plaza]




Mirá, gaucho salvajón,
que no pierdo la esperanza,
       y no es chanza,
de hacerte probar qué cosa
es Tin tin y Refalosa.  5
    Ahora te diré cómo es:
escuchá y no te asustés;
que para ustedes es canto
más triste que un Viernes Santo.

Unitario que agarramos  10
       lo estiramos;
o paradito no más,
       por atrás,
lo amarran los compañeros
—131→
por supuesto, mashorqueros,  15
      y ligao
con un maniador95 doblao,
ya queda codo con codo
y desnudito ante todo.
       ¡Salvajón!  20
Aquí empieza su aflición.

Luego después, a los pieses
un sobeo96 en tres dobleces
       se le atraca,
y queda como una estaca  25
lindamente asigurao,
      y parao
lo tenemos clamoriando;
y como medio chanciando
      lo pinchamos,  30
y lo que grita, cantamos
la refalosa y tin tin,
      sin violín.

Pero seguimos el son
en la vaina del latón,  35
      que asentamos.
el cuchillo, y le tantiamos
con las uñas el cogote.
¡Brinca el salvaje vilote97
       que da risa!  40
Cuando algunos en camisa
se empiezan a revolcar,
—132→
      y a llorar,
que es lo que más nos divierte;
      de igual suerte  45
que al Presidente le agrada,
y larga la carcajada
      de alegría,
al oír la musiquería
y la broma que le damos  50
al salvaje que amarramos.

       Finalmente,
cuando creemos conveniente,
después que nos divertimos
grandemente, decidimos  55
       que al salvaje
el resuello se le ataje;
       y a derechas
lo agarra uno de las mechas,
       mientras otro  60
lo sujeta como a potro
       de las patas,
que si se mueve es a gatas.

       Entre tanto,
nos clama por cuanto santo  65
       tiene el cielo;
pero hay no más por consuelo
       a su queja:
abajito de la oreja,
con un puñal bien templao  70
       y afilao,
que se llama el quita penas,
le atravesamos las venas
       del pescuezo.
—133→
¿Y qué se le hace con eso?,  75
larga sangre que es un gusto,
       y del susto
entra a revolver los ojos.

       ¡Ah, hombres flojos!,
hemos visto algunos de estos  80
que se muerden y hacen gestos,
       y visajes
que se pelan los salvajes,
largando tamaña lengua;
y entre nosotros no es mengua  85
       el besarlo,
para medio contentarlo.

       ¡Qué jarana!,
nos reímos de buena gana
       y muy mucho,  90
de ver que hasta les da chucho;
y entonces lo desatamos
       y soltamos;
¡y lo sabemos parar
para verlo REFALAR  95
       en la sangre!,
hasta que le da un calambre
y se cai a patalear,
       y a temblar
muy fiero, hasta que se estira  100
el salvaje: y, lo que espira,
       le sacamos
una lonja que apreciamos
       el sobarla,
y de manea gastarla.  105

    De ahí se le cortan orejas,
—134→
barba, patilla y cejas;
       y pelao
lo dejamos arrumbao,
para que engorde algún chancho,  110
       O carancho.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
    Con que ya ves, Salvajón;
nadita te ha de pasar
después de hacerte gritar:
¡Viva la Federación!  115



  —135→  

ArribaAbajoMedia Caña del campo para los libres

[La Media Caña del campo, para los libres]


ADVERTENCIA

La composición siguiente me fue exigida en Montevideo por mi respetable amigo el doctor don Florencio Varela, quien a su costa la mandó imprimir con profusión para mandarla como un obsequio al Ejército argentino libertador que en esos días invadió al Entre Ríos a las órdenes del valeroso general Juan Lavalle.

También con esta composición celebré la espléndida victoria obtenida por las tropas orientales al mando del señor general don Fructuoso Rivera, sobre el ejército de don Juan Manuel Rosas, que invadió a la República oriental a las órdenes del general don Pascual Echagüe, el cual fue completamente vencido en la batalla de Cagancha el 29 de diciembre de 1839.



Al potro que en diez años98
    naides lo ensilló,
—136→
    don Frutos en Cagancha
       se le acomodó,
       y en el repaso  5
       le ha pegado un rigor
       superiorazo.
Querelos mi vida -a los orientales,
que son domadores -sin dificultades.
¡Que viva Rivera!, ¡que viva Lavalle!  10
Tenemeló a Rosas... que no se desmaye.
       Media caña,
       a campaña.
       Caña entera,
       como quiera.  15
Vamos a Entre Ríos, que allá está Badana,
a ver si bailamos esta Media Caña:
que allá está Lavalle tocando el violín,
y don Frutos quiere seguirla hasta el fin.
       Los de Cagancha  20
       se le afirman al diablo
       en cualquier cancha.

       A ese Rosas mentao
       tenemos gana
       de ver si lo sobamos  25
       como a Badana;
       porque es la gala
       de un oriental tirarse
       con gente mala.
Desde el Entre Ríos vamos a toriarlo;  30
pues Lavalle sólo quiere basuriarlo.
Dejénselo al Rubio, que es de su ensillar,
y aunque muerda el freno, lo ha de sujetar.
—137→
      Caña entera,
       no lo espera  35
      media caña,
       es su maña.
Y ahora que a Macana, que fue haciendo bulla,
la jaca lancera le metió la pulla,
y ahora que a Badana y al morao Urquiza  40
la Correntinada les saca la frisa...
       ¡que viva Ferré,
       que ha jurao a la Patria
       morir o vencer!

    Frente de la Bajada  45
    está Lavalle,
    con toda la mozada
    de Güenos Aires.
       Y Mascarilla,
    dicen que está muy flaco  50
    para morcilla.
Ea, mascarita, veremos a ver
si sos cualquier cosa, o has de endurecer:
allá va Badana, juntate con él,
que es de los más crudos de don Juan Manuel.  55
      Caña aguada,
      ¡qué mamada!
      Caña pura,
       es más dura.
    Dale china, dale al Restaurador,  60
que chupe y se ponga de más buen humor.
Mirá que ya el hombre entra a desconfiar,
que los propios suyos lo han de traginar.
      Vuelta redonda...
—138→
      Allá van con Lavalle  65
       los de Coronda.

       Dejen no más que griten
    los mashorqueros;
    que quizás faciliten
    de los primeros.  70
       No los apuren;
       que puede que al ilustre,
       me lo asiguren.
Esa es buena gente -para una voltiada,
y en habiendo mosca -no se para en nada.  75
Vaya pues, ingratos -no anden reculando,
al Restaurador -váyanlo amarrando.
       Media caña,
       ¡qué lagaña!
       Como gusten,  80
       no se asusten.
Aten a ese gaucho -los convidaremos;
que por lo demás -nos arreglaremos.
Ya ven que la cosa -está muy ñublada,
ya ven que Lavalle -se va a la charquiada;  85
       y de esta suerte
       les haremos sin duda
       pitar del juerte.

    Tucumán y la Rioja
    y Catamarca,  90
    se han puesto la divisa
    celeste y blanca.
—139→

      Miren qué dolor,
      que La-Madrid ha voliao
       al Restaurador.  95
¡Ay, Felipe, Felipe Batata!
Mirá que la cosa se pone muy ñata:
subite a la torre, mirá al horizonte,
verás que se arriman los de guardamonte.
      Caña larga,  100
      que descarga.
      Caña corta,
      qué te importa.
Tocá tu cencerro y a los tucumanos,
llamales devotos, deciles hermanos;  105
hermanos, vení, vení con piedá,
que yo soy batata de vuestra hermandá.
      También los bravos
      salteños ya no quieren
      ser más esclavos.  110

    Las muchachas porteñas
    en la Campaña,
    bailarán este invierno
    la media caña...
       con la mozada  115
      que les lleva Lavalle
       de la Bajada.
Que vengan, que vengan los de barba larga,
los que a los esclavos se van a la carga;
dicen las porteñas hasta en la ciudad:  120
«¡Qué lindo es un gaucho de la libertá!».
—140→

      No se tarden,
      vida mía,
      ¡qué contento,
      qué alegría!  125
¡Que viva Lavalle y los correntinos;
y los orientales y los argentinos!
¡Jesús, cómo tardan!, ¡cuándo los veremos
con esas divisas que tanto queremos!
      Vuelta postrera.  130
      ¡Viva la libertá!
      ¡Rosas... que muera!




ArribaAbajoCarta del sargento Miranda al gaucho Jacinto Cielo, que le contestó con las décimas que se leerán después de éstas

[Carta del sargento Miranda Jacinto Cielo]99


Acampamento en el medio de la Línea, a 3 de agosto.

SEÑOR DIRETOR DEL GAUCHO




I

    Amigo Jacinto Cielo,
empriésteme su gaceta,
—141→
que yo también soy pueta
y en coplear tengo consuelo;
soy su amigazo Marcelo,  5
Miranda por apellido,
en San Salvador nacido,
domador de profesión,
y patriota de opinión
todita la vida he sido.  10


II

   Cuando vide su papel,
me alegré como era justo,
¡y si viera con qué gusto
lo lemos en el cuartel!
Basta que platique en él  15
de nuestra guerra presente
y en nuestra lengua, que hay gente
que ya no nos tiene en menos,
porque ve que semos güenos
pa escrebir tan lindamente.  20


III

    De esos otros gacetones
que salen tuitos los días,
hablando de extranjerías,
no entendemos dos renglones:
los hacen los señorones  25
tan sólo pa la ciudá,
y nadita se les da
que nosotros no sepamos
por qué a veces nos matamos,
que es una barbaridá.  30
—142→


IV

   Ansina es, amigo Cielo,
que el gauchage se ha alegrao,
porque ve que le han hablao
clarito, que es un consuelo:
todo vicho en este suelo  35
entiende lo que usté dice,
pues es claro que maldice
a Juan Manuel el tirano,
y usté puede estar ufano
que el gauchage lo bendice.  40


V

   Platique, amigo, clarito,
del modo que va diciendo:
yo también voy escrebiendo
un trabacuí y un cielito,
para que lo entienda al grito  45
la gente de chiripá
y calzonzillos, que está
contenta con sus gacetas,
y Alderetes y Alderetas
rabean en la ciudá.  50


VI

    Con que, si me da licencia,
en un lao de su papel,
echaré coplas en él,
y excuse la impertinencia;
usté es mozo de experencia,  55
y sabe que hacer favor
—143→
nunca ha sido deshonor;
y ya que aparceros semos
si está de humor, payaremos
sobre guerra o sobre amor.  60

EL SARGENTO MARCELO MIRANDA.




ArribaAbajoContestación del gaucho a su amigazo y compañero el sargento Marcelo Miranda, ternejal y payador del pago de San Salvador

[Contestación del gaucho Jacinto a Miranda]





I

    Recebí, amigo Marcelo,
su carta tan apreciada,
que empieza con la versada:
«Amigo Jacinto Cielo».
Al fin no es chico consuelo  5
que usté me haya saludao,
como el que yo haiga prendao
a un patriota y payador,
gaucho de San Salvador
dejuramente alentao.  10


II

   Me dice más atrasito
de que han leído mi papel
muy a gusto en el cuartel,
porque se explica clarito:
—144→
¡Qué quiere, compañerito,  15
si ansí se usa entre el gauchage!,
deje que allá el dotorage
se pronuncie en lo profundo,
que los gauchos en el mundo
tenemos nuestro lenguaje.  20


III

   Mesmamente en la ciudá,
esas gacetas a macho
largan cada terminacho,
que ya es con temeridá;
pero, aplíquese y verá,  25
si no las lé de tropel,
que tiran por nuestro aquel
siempre con güenas razones;
y le hablan en ocasiones
muy al alma a Juan Manuel.  30


IV

   Yo siempre soy muy clarito:
y ¿a qué he de andar con rodeo
para esplicar mi deseo?
¿No es ansí, compañerito?
Mi papel es peticito,  35
pero es gaucho, y han de ver
que al Diablo le ha de correr
en cuanto a decir verdades;
porque no hay dificultades
que me puedan encoger.  40


V

   Siendo ansí, yo he de rumbiar
—145→
por la senda que empecé,
sin ladiarme, pues ya sé
aonde debo enderezar.
Si llego a desagradar  45
no ha de ser a la gauchada,
por lo demás ¡no sé nada!,
deje que rabien no más,
que redepente de atrás
les arrimo una guasquiada.  50


VI

   Ahí tiene, pues, mi papel
disponga, compañerazo,
porque me dará un gustazo
al soltar coplas en él.
Allá iré por su cuartel  55
un día y platicaremos,
y entonces lamentaremos
las desdichas de esta tierra,
y bien de amor o de guerra...
como guste, payaremos.  60

Su amigo, JACINTO CIELO.



  —146→  

ArribaAbajoCarta clamorosa del mashorquero Salomón, a su aparcero Mariano Maza; la cual me la ha mandado su asistente a Montevideo por dos yuntas de chorizos. ¡Qué hambre!

[Carta clamorosa del güaso rosista, Salomón, presidente de la Mashorca, al coronel Mariano Maza Violón, sitiador de Montevideo]


Buenos Aires. Agosto 8 de 1846.



    Querido Maza Violón:
Extrañando tu silencio,
te escribo con Juan Asensio,
y es la tercera ocasión.
Sabrás que está como león  5
don Juan Manuel de enojao,
pues ya se ha desengañao
de que tu amigo Alderete,
ni sale del Miguelete,
ni vuelve más a este lao.  10

    ¡Qué diablos hacen, por Cristo!
¿Oliendo a Montevideo,
y del Cerrito al Buseo,
y del Buseo al Cerrito?,
¡pues, sabés que está bonito,  15
que en lugar de atropellar,
se alisten para emplumar,
los ternes, los valaqueros,
y esos bravos mashorqueros
que se han metido a cuerear!  20

    Mirá que el Restaurador
está de una vez cortao,
—147→
porque ya no le ha quedao
ni carne en el asador:
pues la parada mejor  25
que ha jugao en esta vida,
la considera perdida
allá por el Miguelete,
aonde dejará Alderete
a la Mashorca fundida.  30

    Sobre todo, a Mistre Yon100
lo vemos muy agachao;
no sé si tiene entripao,
o porque anda tan tristón;
pero él muestra su jabón,  35
pues con el Restaurador
se ponen de mal humor,
porque han sabido que el cojo
ya le anda clavando el ojo
don PURVIS el Comodor.  40

    Ansí es que la mashorcada
medio-medio malicea;
y por supuesto, orejea,
y anda medio atribulada.
En ancas, la salvajada  45
se ha alborotao en la Rioja;
tan luego ahora se le antoja
alzar el poncho al gauchaje:
¡ah, gente es esta salvaje,
ni por los diablos afloja!  50

    Ya de Núñez ¡volavero!,
otra vez lo han trajinao,
—148→
y solito se ha escapao
lo mismo que terutero.
Urquiza, aunque es tan matrero,  55
también se encuentra apurao,
pues suena que lo ha apretao
Rivera en una voltiada,
de suerte que en la jugada
queda Alderete pelao.  60

    Últimamente, Mariano,
¡cuidao que algún oriental,
no te eche MEDIO BOZAL
y que te asiente la mano!,
porque siendo lomo sano  65
muchos te han de cudicear;
y por sacarte el hijar,
o bien por redomonearte,
se han de empeñar en voliarte;
¡no te vas a descuidar!  70

Recebirás expresiones
de tu compadre Juan Bolas101,
que ahí te manda esas pistolas,
cada una de ocho cañones.
Dice, «que a los salvajones  75
no les reculés cañita»,
lo mesmo que Manuelita
dice, que no la olvidés,
mandándole de un francés
una lonja sobadita.  80

Tu aparcero, SALOMÓN102.



  —149→  

ArribaAbajoCuatro coplas a la salú del generalazo don Manuel Ciriaco Oribe y Alderete el proclamador, amenazador y atacador. Sí, señor

[Coplas dedicadas al general Oribe y Alderete desde la trinchera de Montevideo]


Publicación alegrona hecha en el sitio grande de Montevideo por el gaucho Jacinto, el 24 de agosto de 1843, víspera del día para el cual Oribe anunció desde el Cerrito que asaltaría a la ciudad indispensablemente; amenazando a los sitiados con ofrecerles, que para el día del ataque desplegaría al frente de las trincheras de la plaza ¡diez y ocho mil soldados y cuarenta piezas de artillería!

Con tan terrible amenaza se asustaron todos los sitiados; y el gaucho más asustado que ninguno, apenas atinó a cantar los versos siguientes que le dedicó al presidente legal, antes del ataque. ¡Y qué atacaba!

Línea de Montevideo a 24 de agosto de 1843.

AL MESMÍSIMO SEÑOR PRESIDENTE ROSÍN



    Pero, amigo don Ciriaco,
usté solo se ha guasquiao,
pues naides le ha preguntao
si está en carnes o está flaco.
Con diez y ocho mil y el naco  5
de los cuarenta cañones
nos sacan a pescozones:
¡qué diablos se anda empacando!,
—150→
¿o sigue siempre esperando
el verano y los melones?  10

    Con seis mil de gente infante,
toda tropa violinista103,
¡el demonio que resista,
y la burra que lo aguante!
Atropelle y al istante  15
verá aónde vamos a dar:
¿a qué nos quiere asustar?,
¿no es mejor de que mansitos,
nos agarre a todititos,
y nos mande aserruchar104?  20

    Luego, doce mil caballos
sin contar la bagualada;
¡no fue tan grande la Armada
del tiempo de don Ceballos!
Cuentelos como zapallos,  25
no se vaya a equivocar,
porque ha de necesitar,
aunque acá somos poquitos,
largarnos medio muchitos
si nos piensa traginar.  30

    Aunque, usté, amigo Alderete,
siempre juega a punto errao105;
—151→
y siendo ansí, es excusao
que nos cante treinta y siete.
No nos venga con falsete,  35
queriéndonos retrucar,
si al fin ha de recular
al grito de ¡CUATRO VALE!106
O veremos cómo sale,
si piensa medio aguantar.  40



  —152→  

ArribaAbajoCielito del Curandero

[Cielito del Curandero gaucho patriota a la salud del señor comodoro inglés mister Purvis]


A la salú del señor comodoro Purvis.



    Voy a cantar un Cielito
a salú del COMODOR,
que tiene noticias lindas
y está de muy güen humor.

    Cielito, porque ya ve,  5
que no sube a la cucaña
el ministro Mandevil107
que engañó a la Gran Bretaña.

    Al fin el Gobierno inglés
ha descubierto la embrolla;  10
y a Rosas, y al Pastelero,
les manda sumir la boya.

    Cielito108, cielo, mi cielo,
cielito en el Miguelete,
¿qué dirá de estas noticias  15
nuestro paisano Alderete?

    Ahora que el tal Mandevil
le dice por fuerza a Brun109,
—153→
que se largue y desensille,
porque ya suena el rum-rum...  20

    Cielito, que don Purvis
nos regaló su Morcillo110;
y que a Rosas por soberbio
piensa atracarle el lomillo.

    Pues tiene a un rocín inglés  25
enfermo de la vejiga,
y piensa ir a Buenos Aires
a pegarle en la barriga.

   Digo, cielito, y ansí
lo hará orinar a la fija,  30
en cuanto le dé un galope
y le golpié la verija.

Yo le aconsejo, señor,
que si lo pilla alunao,
le queme las carretillas  35
con un fierro bien caldiao.

    Cielito, cielo, velay,
cómo curan los paisanos
a los rocines con luna,
que lueguito quedan sanos.  40

    Cierto es que de la vejiga,
hay animales muy viles;
pero con cualquier paisano
le hará orinar los cuadriles111.
—154→

    ¡Ay, cielo!, y más abajito  45
mande que le hagan cosquillas,
y que le corten lueguito
el pelo de las ranillas.

    Luego que lo cure ansí,
y le haga apretar la cincha,  50
móntelo, dele un rigor,
lo verá cómo relincha.

    Cielito, cielo, y después
puede echarlo a Ingalaterra,
que animales de esa laya  55
no sirven en nuestra tierra.

    Con que, señor comodor,
yo soy suyo, mandemé,
que en servirlo al pensamiento
feliz me contemplaré.  60

    ¡Ay, cielo!, y por despedida,
tan sólo le pediré
que a Oribe le arrime bochas112,
¡si acaso TIENE CON QUÉ!



  —155→  

ArribaAbajoLos payadores

Sentados en rueda a la orilla de un fogón y al pie de las trincheras de Montevideo, cantando las trovas siguientes, se lamentaban tres mozos argentinos y payadores, en el mismo día en que, abandonando las filas del ejército rosín y sitiador a las órdenes del general Oribe (alias Alderete), se pasaron a las de los Defensores de la Plaza


[Los payadores.- Porteño, Correntino y Entrerriano]




ENTRERRIANO

    ¡Ay!, ¡en el nombre del Señor!...
a cantar va un entrerriano,
ea, lengua no te turbes,
en lance tan soberano-
-en lance tan soberano;  5
al tirano abandoné,
ya estoy con los orientales,
ya gaucho libre seré.

PORTEÑO

   ¡Virgen mía de Luján!...,
ayudá mi entendimiento  10
y que el corazón se explique
en este puro momento-
-en este puro momento,
—156→
y en esta conformidá
ya vuelve un gaucho porteño  15
a gozar la libertá-

CORRENTINO

    A gozar la libertá...
también vuelve un correntino.
Atención pido, señores,
al relatar mi destino-  20
-al relatar mi destino
en la Provincia oriental
se acabaron mis desdichas,
volvió mi felicidá.

ENTRERRIANO

    ¡Ay!, con el general Rivera...  25
nos vemos en la ocasión
libres de la tiranía;
y de la infausta opresión
-y de la infausta opresión
nuestra patria libraremos,  30
y hasta acabar los tiranos
no lo desampararemos-

PORTEÑO

   No lo desampararemos:
me cautiva la afición,
y al compás de un instrumento  35
se lo digo en la ocasión-
-se lo digo en la ocasión,
soy gaucho fiel y porteño,
—157→
y hasta ver la patria libre
no he de salir del empeño-  40

CORRENTINO

   No he de salir del empeño...
hasta que no llegue el día
de vengar mis padeceres;
si Dios me presta la vida-
-si Dios me presta la vida,  45
y el arcángel San Miguel,
voy a buscar a Lavalle
para juntarme con él-

ENTRERRIANO

    ¡Ay!, para juntarme con él...
Me aprisionó don Pascual  50
trayéndome riguroso
para esta Banda oriental-
para esta Banda oriental
nos ha traído ese mandón,
de la suerte en que nos vemos  55
en la presente ocasión-

PORTEÑO

   ¡Ay!, en la presente ocasión...
suelto al viento mis pesares,
yo también vengo infeliz
dende allá de Güenos Aires-  60
-dende allá de Güenos Aires;
yo era mozo acomodao,
pero ahora por el tirano
me miro tan desgraciao-
—158→

ENTRERRIANO

   ¡Ay!, me miro tan desgraciao...  65
Canta un triste correntino
arrastrado de su tierra
para seguir un destino-
-para seguir un destino
en contra de la opinión,  70
para ponernos al fin
en la triste situación-

ENTRERRIANO

   ¡Ay!, en la triste situación...
Entrando a considerar
las desdichas de mi tierra,  75
no me quisiera acordar-
-no me quisiera acordar,
pero es una sinrazón
porque ya mi patria es libre
y feliz en la ocasión-  80

PORTEÑO

   Y feliz en la ocasión...
La libertá de Corrientes
muy clara se deja ver
y lo publican las gentes-
-y lo publican las gentes.  85
¡Ea, lengua, no desmayes!,
para cantar las vitorias
del libertador LAVALLE-

CORRENTINO

    ¡Ay!, del libertador LAVALLE
—159→
suena el clarín de su fama;  90
ansí al pronunciar su nombre
el pecho se me hace llama-
-el pecho se me hace llama;
perdón pido al auditorio
soy súdito de Lavalle,  95
soy argentino notorio-

ENTRERRIANO

   ¡Ay!, soy argentino notorio...
Aquí entran los gustos míos;
yo soy José Santos Vera,
payador del Entre Ríos-  100
-payador del Entre Ríos,
que presumo en la ocasión
presentármele a Lavalle
general de la nación-

PORTEÑO

   General de la nación...  105
¡Viva don Frutos Rivera!,
muera Rosas el tirano,
Echagüe y Urquiza mueran-
-Echagüe y Urquiza mueran,
lo dice Pancho Morales  110
porteño de los pasaos;
y en las filas orientales-

CORRENTINO

    Y en las filas orientales,
¡vivan todos los franceses!,
compañeros en la causa,  115
—160→
liberales sin dobleces-
-liberales sin dobleces,
y sin más aspiración
que hacer sucumbir a Rosas
tirano, injusto y ladrón.  120



  —161→  

ArribaAbajoCarta gauchi-refalosa escribida a ¡las últimas! por el mashorquero invernao, a su compadre y paisano el coronel mordedor Mariano Maza Violón

[Carta gauchi-refalosa, que le escribió de Buenos Aires un mashorquero invernao al coronel Mariano Maza Violón]



¡Viva la Federación!
¡Mueran los salvajes gringos!
Buenos Aires, julio a 20,
del año cuarenta y cinco.



Al coronel mordedor Mariano Maza Violón.



    Querido compadre amao;
me alegraré que al recibo
de la presente, ande vivo
y no lo pillen turbao;
yo no ando muy alentao,  5
ni su comadre tampoco;
y así mesmo entro de poco
tendremos que rebenquiar,
y al quinto infierno iré a dar
si acaso no me equivoco.  10

    Digo al quinto, la verdá,
—162→
porque los cuatro anteriores,
que son sin duda los piores,
están en esta ciudá:
¡ni qué otro infierno tendrá  15
más diablos que los que aquí
tenemos con DOFODÍ,
ULEY y un tal BORBOLÓN,
y en ancas la INTERVICIÓN!
¡Vea, pues, qué camuatí!  20

    ¡Ay, compadre!, ¡en qué pantano
han caído hasta la encimera113
la Mashorca, la LEONERA,
y el Sistema Americano!
Ya pataliamos en vano:  25
por un palo enjabonao
se viene despatarrao,
contra el suelo, Juan Manuel,
como ha de caer atrás de él
la mashorca, de contao.  30

    ¡Ya sabrá de la morcilla
tan tremenda y horrorosa
de violín y refalosa
que nos ha hecho Mascarilla!,
y cuasi, cuasi lo pilla  35
en ella al pobre BADANA:
por fortuna en la jarana
diz que Pascual se asustó,
y al Paraná se azotó
de un salto como una rana.  40
—163→

    Allá en Entre Ríos, Paz,
diz que lo topó a Garzón,
y al primer arrempujón
que lo redotó ahí no más:
a Lagos también de atrás  45
le salió la salvajada,
y le han hecho una voltiada
tan sumamente completa
que allí ha estirado la geta
todita la rosinada.  50

    Todo es porque Juan Manuel,
ser la América ha querido
él solo, y se ha presumido
que no hay más patriota que él.
Veremos quién es aquel  55
que al ilustre defensor
lo cuartea por favor:
o si al Gran Americano
le pasa el manco la mano,
y le atraca... ¡de mi flor!  60

    Justamente el CORDOVÉS
diz que anda bravo y alzao,
y que a rebenque doblao
se nos viene de esta vez:
y ¿sabe, amigo, quién es  65
quien va a toparlo?... Mansilla.
Adónde irá esa polilla,
y hágase cargo ¿qué hará?,
¡cuando día y noche va
con el ojo a la tropilla!  70

    Mientras que la montonera
de Santa Fe y de Corrientes
—164→
viene crujiendo los dientes
por tirarse a la LEONERA,
vea si se ha puesto fiera  75
la custión en la presente:
quiera Dios que no reviente
con este tirón el lazo,
y le hagan dar un culazo
al héroe del Continente.  80

    Pues si la carcamanada
no afloja en la Intervición,
y le dan un manotón
al cojo viejo y su armada,
o si la correntinada  85
no se ahuga en el Paraná,
y si ustedes los de allá
no entran en Montevideo,
Juan Manuel rueda, y no creo
que lo alce la Caridá.  90

    ¿No ve a los cipotenciaros
de Francia y de Ingalaterra,
echándola en esta tierra
de salvajes unitarios?
Vea no más lo contrarios  95
que nos son los UROPEOS,
y al fin con sus lengüeteos
como nos han traginao,
por no haberlos desangrao
asigún nuestros deseos...  100

    Velay el inglés ULEY114
—165→
si es lerdo; y cuando se apió
a muchos les pareció
que era lo mesmo que güey:
y ¿qué dice de la ley  105
del francés MUSIOFODÍ?
¡Ahijuna!, si es como ají,
y tocante a Juan Manuel
y a sungarlo en un cordel...
a todo responde: güí.  110

    Anda el infeliz Batatas
atrás de esos ministriles,
que se le caen los cuadriles
y se le dueblan las patas:
ansí mesmo, él sigue a gatas,  115
pero es afanarse al ñudo,
porque, amigo, ni el PELUDO
tiene más concha y dureza
que mala sangre y firmeza
MUSIOFODÍ: ¡ah, hombre crudo!  120

    Y en ancas musió LANÉS115
dende allá lo picanea,
¡ah, diablo!... Maldito sea,
ese salvaje francés:
y ese otro almirante inglés  125
que se llama don Inglifés116.
¡Ah, Cristo!... ¡qué par de chifles
de dos cabezas hiciera,
si entre mis uñas cogiera
las dos de esos ALARIFES117!  130
—166→

¡Oh!, quién pudiera enlazarlos
siquiera por el cogote,
y por un barrial al trote
a la cincha revolcarlos,
desnudos, y al aujerearlos,  135
pisarles el costillar,
y hacerles relampaguiar
los ojos, como un novillo,
cuando le atracan cuchillo
que comienza a tiritar.  140

    ¿Y esa Legión italiana?
¡Ah, hijos de una gran!... Amigo,
créame que los maldigo
de la noche a la mañana;
daría de buena gana  145
todo cuanto he manotiao
por pillarlos de este lao,
y a uno por uno lonjiarlos
vivos, y después echarlos
de cabeza en el Salao118.  150

    ¿Y a esos gauchos orientales
y toda esa morenada?,
¡quién la viese degollada
como quien mira costales!
¿Y a esos guardias nacionales?,  155
¡quién los pudiera atrapar
para hacerlos talariar
en rueda la REFALOSA!,
y luego atrás, ¡qué cosa!,
¡entrarlos a desnucar!  160
—167→

    Con los franceses, no sé
lo que haría, mesmamente:
porque, compadre, esa gente
merece, quién sabe qué,
pero, ¡por Dios!, creamé  165
que un san Luis que había en casa,
lo zampé en la olla de grasa,
lo freí a mi gusto, y luego
lo colgué y le pegué fuego
delante de Nicolasa.  170

    En fin, yo estoy aturdido,
yo no sé lo que he de hacer
desde que hasta mi mujer
asustada ha mal parido.
No hay mashorquero estreñido,  175
no sé si es por la calor
de Santa Fe y del VAPOR119,
porque al mesmo Juan Manuel
los que platican con él
le toman muy fiero olor.  180

    Con que, será hasta otra vez,
si Dios nos saca con vida
de esta fatal embestida
de LÓPEZ y el CORDOVÉS,
a Bruno y a Juan Andrés  185
y a su aparcero el pelao,
réceles, que han espichao
al rigor de los salvajes,
—168→
y ordene en estos parajes
a su cumpa-
EL INVERNAO.
 190


PODATA.

    ¿Sabe el refrán que anda aquí
traído por la INTERVINCIÓN?,
lo diré, con su perdón:
«¡Vas a morder TONGORÍ120.



  —169→  

ArribaAbajoLos misterios del Paraná o la descripción del combate de Obligado

[Los misterios del Paraná, o la descripción del combate naval de la Vuelta de Obligado (río Paraná)]


Bajada del Paraná. Dicembre 25 de 1545.



    Mi querida Estanislada:
he llevao un gran sustazo,
pero, a Dios gracia, buenazo
hoy me encuentro en la Bajada121;
aonde veo muy ñublada  5
la causa de nuestro aquel,
pues ya viene de tropel
toda la correntinada
y atrás la paraguayada
a tragarse a Juan Manuel.  10

    Ya ves, lo van apurando
muy fiero al Restaurador,
y sin duda a lo mejor
—170→
lo han de sacar apagando:
ve quien le viene apuntando,  15
¡PAZ!, que con el Paraguay
ha hecho una vaca, y la trai
tan sumamente preñada,
que a la hora menos pensada
nos largan el vacaray122.  20

    ¿Quién será ese paraguayo
que la echa de Presidente,
y al héroe del Continente
le ha atravesao el caballo?
¡Ah, hijito!... ¡si será gallo!,  25
Mesmo, ha de ser algún crudo
que no echa panes al ñudo,
y ha de traer un camuatí
de más gauchos que maní:
por eso es tan corajudo.  30

    En ancas la extranjerada
de estos malditos naciones123,
también tiene sus razones
para andar endemoniada:
y al lao de la salvajada  35
se han recostao, de manera
que nos tienen la tranquera124
tapada con barquería,
y hasta Rosas desconfía
de caer en la tapadera.  40
—171→
    ¡Infeliz!, y nos decía:
«si dentran al Paraná
»van a morder: ¡Ja, ja, ja!,
¡tramojos de batería!».
¡Ah, gaucho!, ¡qué fantasía!,  45
y tan morao125, que de flojo
no ha ido a ver, ni por antojo,
sus castillos de Obligao,
que los barcos le han dejao
polviando como rastrojo.  50

    El día que aparecieron,
en cuanto los descubrimos
de balde les sacudimos,
mansitos se nos vinieron:
y aguas arriba embistieron  55
con la velería inflada,
ocultando la güevada,
redepente... ¡Virgen mía!,
abrieron la aujurería
y mostraron la nidada.  60

    Traen en cada costillar,
del pecho al cuarto trasero,
de trecho en trecho un ahujero
que parece palomar:
¿Quién diablos iba a pensar  65
que allí traiban los cañones?,
y ahí mesmito en dos tirones
los cargan y ¡bra... ca... tán!,
¡Virgen mía de Luján!
¡Que aguanten los cimarrones126!  70
—172→

    ¡Ah, día amargo y fatal
tuvimos en Obligao!
Los gauchos, por de contao,
peleamos a lo animal;
y al fin hasta al general  75
Mansilla lo machucaron,
porque hasta nos atracaron
con metralla embotijada;
ansí de la paisanada
la mitá nos dijuntiaron.  80

    ¡Ahijuna, gringos de ley,
y diestros en los cañones,
para largar botijones
como cabezas de güey!,
al primer bulto yo creí,  85
¡como hay Dios!, que era un zapallo,
pero bochó en un caballo...
¡la pujanza... y reventó,
y hecho tiras lo aventó
a las pu... ntas de Ramayo127!  90

    ¡Y qué barcazos! ¡Che! ¡Che!,
tan morrudos nunca he visto;
si había algunos, por Cristo,
como de aquí a Santa Fe128.
¡Y tan muchos!, ya se ve,  95
como en Uropa hay manadas,
no andan con habas contadas,
sino en puntas a la guerra
de Francia y de Ingalaterra
los echan como yeguadas.  100
—173→

    Tres barcos ñatos venían,
muy cosa extraña su laya,
con ruedas y con hornalla,
¡barajo!... ¡y qué estrago hacían!,
no sé que diablos tenían  105
arriba del espinazo,
que hasta nos dieron humazo,
y de yapa ¡Cristo mío!,
chapaliando por el río
nos largaban el bochazo.  110

    Hubo hombre tan acosao
de esos brutos, de manera
que ganó una vizcachera129
por crerse más resguardao.
¡Pero qué!, si era excusao  115
andarse haciendo chiquito;
ansí es que ahí mesmo, lueguito,
vino un triunfo y reventó;
y hasta el pelo lo tapó,
después de limpiarle el pito...  120

    Últimamente emplumamos130,
porque era cosa insufrible
la desventaja terrible
con que ese día peleamos.
Ni yo sé como aguantamos  125
que Rosas ansí nos meta,
y al botón se comprometa
a pelear con los naciones,
—174→
que de cuatro manotones
lo han de aplastar por trompeta.  130

    Si él hiciera un arrejón
algún día, fuera bueno,
pero siempre al cuero ageno
se atiene ese baladrón,
y ya ves en el montón  135
de guerras que se ha empeñao,
y que al cuhete ha desafiao,
al Brasil, al Uruguay,
a Bolivia, al Paraguay
y a Uropa por decontao.  140

    Presume de ternejal,
y no es más que presumido,
que en siete años no ha podido
ni con la Banda oriental;
y eso, que de Portugal  145
(dicen), y muy bien pudiera,
que de miedo ¡ah, cosa fiera!,
lo palanquean, y tal...
porque puede cada cual
tener el miedo que quiera.  150

    Y como se ha titulao
el héroe del Continente,
¿quién sabe, allá cierta gente
si de esto no se ha asustao?,
y a la cuenta han opinao  155
que al continente de allá
la mashorca le entrará,
y ésta al diablo lo acobarda,
aunque ande con espingarda
y con faca. ¿No es verdad?  160
—175→

    Con todo eso, Estanislada,
y como te iba diciendo,
la custión se va poniendo
para Rosas muy ñublada.
Y mirá que destapada  165
acá mesmo me ha hecho el Cura,
que no es lerdo, y me asigura
que antes de entrar el otoño,
si el Ilustre no alza moño131
le dan en la matadura...  170

    ¡Vieras al cura caliente
rascuñando la sotana,
hablar fiero esa mañana
de Rosas únicamente!
Me dijo a gritos: -«Vicente,  175
demasiados desengaños
hemos sufrido en quince años
que ese diablo ha gobernao,
y a su antojo ha degollao
los suyos y los extraños.  180

    »Ya es preciso abandonar
la causa inicua de Rosas,
y estas guerras desastrosas
con él deben terminar:
¡hasta cuándo hemos de andar  185
matándonos entre hermanos,
por caprichos inhumanos
de ese tigre carnicero,
que odea a todo extranjero
y extermina a los paisanos!  190
—176→

    »Por esto la Intervinción
lo quiere, y lo ha de apretar:
no vos viene a conquistar...
miente ese loco ladrón,
sólo enfrenar su ambición  195
es la razón que la trai;
viendo que hasta al Paraguay
quiere manotiarlo ya
cerrándole el Paraná
que le han abierto... ¡Velay!  200

    »¿Ni por qué a un barco extranjero,
le han de privar dende allá
que ande por el Paraná?
¿O es el río su potrero?
Se engaña el gaucho muy fiero:  205
las aguas del Paraná
son también de propiedá
de los pueblos costaneros,
de balde los mashorqueros
niegan esta realidá.  210

    »Y estos pueblos, a la vez,
por más que Rosas se aflija,
se le han de alzar a la fija
colijiendo su interés.
Luego, a estos puertos verés,  215
que de Uropa en derechura
se vienen con su fatura
las gentes y barquería,
y correrá pesería
como haberá baratura.  220

    »Pues cada ciudá a su duana
sus reglamientos le hará,
—177→
y sus derechos pondrá
como le dé gusto y gana:
y si hoy no vendemos lana  225
ni a doce riales quintal,
es cosa muy natural
que habiendo mucho tragín
se venda tanta, que al fin
nos den por la libra un rial.  230

    »De consiguiente vendrán
a levantar poblaciones
gentes de todas naciones,
que sus familias trairán,
y se desparramarán  235
por los campos y ciudades;
y hasta en las inmensidades
de costas del Paraná
dentro de poco no habrá
desiertos ni soledades.  240

    »¡Verás miles de artesanos,
cuántas fábricas pondrán!,
y en ellas enseñarán
a nuestros hijos o hermanos:
y en lugar de ejercitarnos  245
en destruirnos cual lo hacemos,
a trabajar nos pondremos
para curar tantas ruinas;
y sables y garabinas,
¡al infierno arrojaremos!  250

    »Y los gauchos en su hogar
vivirán como unos reyes,
al abrigo de otras leyes
que entonces se han de formar:
—178→
leyes que han de terminar  255
la anarquía en que nos vemos,
y a las cuales juraremos
obedecer ciegamente.
Entonces, todos, Vicente,
¡qué felices viviremos!  260

    »Vos mismo, pongo por caso,
topando en algún camino
a un emigrao argentino,
le has de soltar un abrazo,
y has de decirle: ¡amigazo!,  265
vámonos a divertir;
y a la par han de salir
a las yerras y carreras,
aonde semanas enteras
podrán los gauchos lucir.  270

    »Pues los barcos de vapor
y multitú de otras clases,
traerán a estos Paranases
prendas lindas de mi flor,
y lo más fino y mejor  275
en paño, lienzo y zaraza,
que en cambio por sebo y grasa,
nos darán más que de prisa:
¡y hoy comprar una camisa
mirá cuánto nos atrasa!  280

    »Además, un barco de esos,
para un flete o para un viage,
por lejos que esté el paraje
te lleva por cuatro pesos:
porque no tiene trompiezos  285
río arriba o río abajo;
—179→
y sin tener más trabajo
que echar humo y chapaliar,
empezando a disparar,
¡ni el diablo les pone atajo!».  290
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

    ¡Bien haiga el padre ladino
y profundo en su razón!,
atendé por conclusión
con qué prosa se me vino:
pues ponderando el camino  295
de esos barcos, y la historia
de la ventaja notoria
que nos trai la intervinción,
me largó esta relación
que conservo en la memoria.  300

    «Estos barcos concluirán
(dijo) la obra de Cornejo132
subiendo por el Bermejo
desde el Paraguay a Orán;
de allí a Salta anunciarán  305
por los ecos del cañón,
que por primera ocasión
saludan a esas riberas
las naves y las banderas
de la... ci... vi... liza... yción!».  310

    ¡Voto al diablo!, ¡ahí me enredé
en un terminacho al fin!,
—180→
porque tiene un retintín
que me cuesta ¡ya se ve!,
pero te lo explicaré  315
sigún yo lo he comprendido.
El cura sólo ha querido
decirme en esa expresión
que va a llegar la ocasión
en que no haiga hombre tupido.  320

    De manera, Estanislada,
que como al cura le creo,
hoy mesmito me guasqueo
a campiar la salvajada.
Ya no quiero saber nada  325
de Rosas ni de esa gente;
pues deseo solamente
vicharle a PAZ una oreja,
verás qué cuento le deja
a Juan Manuel...
TU VICENTE.
 330