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ArribaAbajoJornada III

 

PORCERO. ELIODORA. VENUS. TEODORA. TERECINDA. FELICINA. MORFEO. LEUCINO. ORTELIO. FARANDÓN. JUSTICIA. ESCRIBANO. CORINEO. IRCANO.

 
 

PORCERO va a casa de ELIODORA, y TEODORA y TERECINDA, alcahuetas, entran a hablalle por ruego de PORCERO, dale su recaudo, airase contra todos: VENUS en la figura de FELICINA le ruega por LEUCINO, y sin acabar nada los echa de casa. Descúbrese VENUS quien era. Viene LEUCINO con ORTELIO y FARANDÓN, quieren hacer fuerza a ELIODORA en su casa, mata ELIODORA a ORTELIO, viene la JUSTICIA, infama LEUCINO a ELIODORA, delante de la JUSTICIA y de sus padres de LEUCINO y ELIODORA: atestigua FARANDÓN, llévanlos a la cárcel a LEUCINO, FARANDÓN y ELIODORA.

 
PORCERO
Camina yo, Porcero, pues te llama
la próspera ventura, a eternizarte,
en un hecho de honor, provecho y fama,
que promete a los astros levantarte.
Hoy tu nombre en el mundo se derrama, 5
si tienes a Eliodora de tu parte,
hoy en riqueza alcanzarás más bienes
que Midas, Creso, Craso, ni Aquimenes.
   No es tiempo ya de diferir momento
de verme en la presencia de Eliodora, 10
y hacerle mudar el casto intento
que tan rebelde estuvo con Teodora
hoy de Leucino acaba el cruel tormento,
y mi triste pobreza se mejora.
Que Eliodora, a quien veo, aunque rehuya, 15
hará mi voluntad, contra la suya.
ELIODORA
¿Qué me dices, Felicina,
de los libros que leímos
anoche, pues ambas fuimos
mohínas de su doctrina? 20
VENUS
Eso te quise decir,
y por no usar de osadía,
llena de melancolía
te dejé, y me fui a dormir.
ELIODORA
¿Notaste cual nos ponían 25
a las míseras mujeres?
VENUS
Con bien necios pareceres
los Momos nos ofendían.
ELIODORA
Quise, así tengas sosiego,
hacellos ambos pedazos, 30
y hechos muchos retazos,
arrojallos en el fuego.
PORCERO
Yo seguro que he de ser
reprehendido y culpado,
porque tres dios han pasado. 35
Que no os he venido a ver.
Y aunque conozco en la culpa
que no hay con que me disculpe,
como yo mesmo no culpe,
es bastante por disculpa. 40
ELIODORA
Porcero, de cualquier modo
que lo hagas, es hacernos
merced, mas venir a vernos,
es merced que excede a todo.
PORCERO
Esa ilustre voluntad 45
tengo tan creída así,
cual sabe el mundo de mí,
sin lisonja, y con verdad.
¿Mas, dime, aquello dejando,
pues es negocio tan llano, 50
que es de mi señor Ircano?
ELIODORA
A comer le estó aguardando.
PORCERO
¿Está fuera de Sevilla?
ELIODORA
Sí, que a un negocio importante,
con Crasilo y con Durante, 55
tres días ha que fue a Almensilla.
PORCERO
¿En qué te has entretenido
en su ausencia estos tres días?
ELIODORA
En cien mil melancolías,
con dos libros que he leído. 60
PORCERO
¿Tan grande letora eres?
ELIODORA
Sí, más estos me lían cansado,
porque todo su cuidado
fue decir mal de mujeres.
PORCERO
Suplícote que me nombres 65
los nombres de esos autores
que ofenden vuestros loores.
ELIODORA
Son dos celebrados hombres.
PORCERO
¿Qué hay que celebrar en ellos
si ofenden vuestra bondad? 70
Mas, dime, con brevedad,
¿Quién son? Para conocellos.
ELIODORA
El uno es el arcipreste
que dicen de Talavera.
PORCERO
Nunca tal preste naciera, 75
si no dio más fruto que este.
ELIODORA
El otro es el secretario
Cristóbal del Castillejo,
hombre de sano consejo,
aunque a mujeres contrario. 80
PORCERO
Cuánto mejor le estuviera
al reverendo arcipreste,
que componer esta peste,
dotrinar a Talavera;
y al secretario hacer 85
su oficio, pues dél se precia,
que con libertad tan necia
las mujeres ofender.
ELIODORA
Cierto que tienes razón,
y en eso muestras quien eres, 90
que decir mal de mujeres
ni es saber, ni es discreción,
a la puerta oigo llamar,
ve a responder, Felicina.
VENUS
A Venus, diosa divina, 95
mujer la viene a mandar.
Ya voy, señora, ¿quién llama?
TEODORA
Felicina, di a Eliodora
que hablarle quiere Teodora
su sierva, y quien más le ama. 100
VENUS
Yo llevaré tu recado
y traeré luego respuesta.
Venus, la ocasión sea presta,
ten el fuego aparejado
señora, la vieja viene. 105
ELIODORA
¿Qué vieja?
VENUS
La que mesamos.
ELIODORA
¿Que aún osa venir do estamos?
¿Tan poca vergüenza tiene?
¿Díjote qué es lo que quiere?
VENUS
Dice que te des licencia 110
para verse en tu presencia.
ELIODORA
No será mientra viviere.
PORCERO
Pues sólo quiere hablarte,
permite, señora, vella;
que yo vengo en nombre della 115
esto mesmo a suplicarte.
Viene a pedirte perdón
si en algo te dio disgusto,
y pues lo que te pide es justo,
acepta su petición. 120
ELIODORA
¿Qué te parece, Porcero,
que es razón que hable yo
a quien tal cosa intentó?
PORCERO
Sí, pues yo soy el tercero.
VENUS
Conmoverate a piedad 125
verla cual viene temblando,
su inadvertencia llorando,
y acusando su maldad.
PORCERO
Dame lástima y dolor
oír lo que se lastima 130
de tu enojo, y lo que intima
tu ardiente saña y furor.
Y así después de otorgalle
licencia de entrar a verte,
le has de hablar de tal suerte 135
que tu habla sea animalle.
ELIODORA
Pues tan buen padrino tiene,
Felicina, dale entrada.
VENUS
¿Ha de entrar acompañada
con otra vieja que viene? 140
ELIODORA
Dales a entrambas la puerta.
VENUS
Sí, daré; y a ti tal fuego,
que des, perdiendo el sosiego,
al amor el alma abierta.
Madres, bien podéis venir, 145
que licencia os da Eliodora.
TEODORA
Dios te haga gran señora,
te logre, y deje vivir.
¿Mas, dime, está ya aplacada
del enojo que tenía? 150
VENUS
Por vuestras vidas, y mía,
que no se acuerda de nada.
TEODORA
Dame, señora, esas manos,
con piedad, para besallas,
y con lágrimas regallas, 155
contra tus enojos vanos.
ELIODORA
Madre, ese comedimiento
está en mí muy excusado,
que no merece mi estado
tan honroso cumplimiento. 160
TEODORA
Si lo que en razón mereces,
si te hubiera aquí de dar,
Juno te debe adorar,
pues su deidad lo engrandeces.
Y dejando esto a una parte, 165
por ser cosa tan sabida,
vengo a que seas hoy servida
de escucharme, y no alterarte.
ELIODORA
Como sea tu razón
tal que no ofenda mi oído, 170
será tu deseo cumplido,
y acepta tu petición.
TEODORA
Hija, mi deseo es servirte,
mi ánimo darte gusto,
aborrecer tu disgusto, 175
y huir de deservirte.
   Y con este presupuesto
podrás, señora, entender
que yo no podré hacer
cosa que se aparte desto. 180
Aunque el otro día alterada,
aguardar no me quisiste,
agora que me admitiste,
sabrás que esta es mi embajada.
   Leucino te quiere y ama, 185
el cual envía a pedirte
que le permitas servirte,
sin ofensa de tu fama.
Bien conoces su nobleza,
su ilustre sangre y valor, 190
la fuerza del casto amor
con que adora tu belleza.
ELIODORA
¿Qué hablas, desvariada
maldita vieja enemiga
de mi gloria. ¿quién te instiga? 195
Dime, ¿estás endemoniada?
Vete, no pares aquí,
y tu boca no se abra,
que en respondiendo palabra,
tomaré venganza en ti. 200
TEODORA
Tiempla, Eliodora, esa ira,
no te alteres con tal furia,
que hasta agora no te injuria
mi razón, que así te otra.
ELIODORA
Traidora, no hables más, 205
deja fuego mi presencia.
PORCERO
Modérate con paciencia,
y tu sinrazón verás.
ELIODORA
¿Esto llamas sinrazón?
PORCERO
Sí, porque en lo que te dice, 210
no hay porque te escandalice,
ni te prive de razón.
Que si Leucino te pide
por su mujer, ya le ha sido
de tu padre concedido, 215
y así no se descomide.
ELIODORA
¿También sigues tú su parte?
PORCERO
En esto la razón sigo,
ELIODORA
Pues lo a ti como a enemigo
debo en todo recusarte. 220
VENUS
No te alteres de esa suerte,
mira que el señor Porcero
es amigo verdadero,
si en su proceder se advierte.
TERCILO
Así tengo yo la vida 225
cual el señor le aconseja.
ELIODORA
¿Dígame en qué, buena vieja?
TERCILO
Sí diré, si soy oído.
ELIODORA
Dí, que yo te daré oído.
TERCILO
Pues que tú me das licencia, 230
como quien tiene experiencia,
te diré lo que he sentido.
   Que demandarte Leucino
por su mujer, no te ofende
si en matrimonio pretende 235
gozar tu valor divino.
Y así debes conceder
la demanda de Teodora;
y a Porcero desde agora
por más amigo tener. 240
VENUS
Deja esa ciega pasión,
deja esa riguridad,
admite en tu mocedad
compañía de varón.
Vuelve el odio riguroso 245
en placer y regocijos,
torna esposo, y habrás hijos
de Venus don glorioso.
ELIODORA
Venus no tiene en mi parte,
y así quiero carecer 250
de su fruto y su placer.
VENUS
Mira no sea en castigarte.
ELIODORA
No puede en mí su castigo.
PORCERO
Señora, pueda razón,
que dejando la pasión, 255
vengas a lo que te digo.
VENUS
Siendo lo que te conviene
razón será que lo hagas,
y que en fe le satisfagas
al que no es razón que pene. 260
Trujérate mil ejemplos
de reinas, ninfas y diosas,
que amando son hoy gloriosas,
con estatuas, aras, templos.
ELIODORA
Enemigos de mi honor 265
haced de mi larga ausencia:
no estéis más en mi presencia,
que me encendéis en furor.
Y tú, falsa Felicina,
que tal consejo me das, 270
no me hables ni veas más,
y con los demás camina.
PORCERO
Sin efecto hemos venido,
mal lance echamos, Teodora;
nada conmueve a Eliodora 275
ella nos dejó, y se ha ido.
VENUS
No es parte el irse, advertí,
y conocedme quien soy,
que soy Venus, aunque estoy
en traje mortal, y así. 280
Id luego, y decí a Leucino
lo que pasa, y que por fuerza
la saque, que esfuerzo, fuerza
le daré, y favor divino.
No os detengáis, partid luego. 285
PORCERO
A cumplir vamos tu mando.
VENUS
Id, que en caso tan infando
se me abrasa el alma en fuego.
   Quiero esta forma dejar
a Felicina su dueño, 290
y enviar al dios del Sueño,
que no es tiempo de aguardar.
ELIODORA
La falsa de mi criada
que también me persuadía,
sin duda que ella venía 295
con los demás conjurada.
   Dar quiero aviso a las amas,
que si a casa se viniere,
cuando tal maldad hiciere,
la arrojen en vivas llamas. 300
VENUS
Morfeo, parte volando,
no te detengas aquí.
MORFEO
Yo me voy, cumpliendo así,
Venus, tu precioso mando.
VENUS
A mí me conviene ir luego 305
a darle a Leucino aliento,
y que venga en un momento,
en ira y coraje ciego.
Que no cumple a mi deidad
que Eliodora se resista 310
de mi amorosa conquista
sin hacer mi voluntad.
ELIODORA
¿Traidora, osaste volver
ante mí? Vuelve huyendo.
FELICINA
Señora, yo no te entiendo 315
si no te das a entender.
ELIODORA
¿Que no me entiendes, traidora?
Vete, no me des respuesta,
que mi voluntad es ésta,
sigue a Porcero y Teodora. 320
FELICINA
¿A quién me mandas seguir
si no a ti para servirte?
ELIODORA
Ya no sirve el comedirte,
que a mí no me has de servir.
FELICINA
Señora, ¿que es tu pasión? 325
¿En qué te ofendí jamás?
Si no es amarte más
Que a la vida y corazón.
ELIODORA
¿Di, falsa, si tú me amabas,
cómo agora el ruego fiero 330
de las viejas y Porcero,
seguiste, y me aconsejabas?
FELICINA
De eso todo estó inocente,
¿No me hallaste en la cama?
ELIODORA
Después de urdida la trama 335
se quiere hacer que no siente.
¿No estuviste agora aquí,
con las dos viejas Claudinas?
FELICINA
Señora, ¿echas bernaldinas?
¿Qué dices? ¿Estás en ti? 340
Yo, desde que me acosté
hasta agora, he estado envuelta
en las sábanas, que suelta
del sueño jamás quedé.
LEUCINO
Ortelio y Farandón, amigos míos, 345
armas y corazones aprestemos,
que ya acabó mi ruego a los desvíos
de Eliodora, mi ansia en sus extremos,
pague los insolentes desvaríos
que siempre usó comigo, y no aguardemos 350
a razones, mas haga el duro apremio
que por fuerza me dé el rogado premio.
   Ésta es la casa, sus, ganad la puerta,
no nos tardemos más, que así conviene,
que viva ha de ir comigo, o quedar muerta 355
aunque en su guardia Némesis la tiene.
ELIODORA
Agora veo la horrible muerte cierta,
¡Ay sin ventura! Que Leucino viene;
cierra esa puerta apriesa, amiga amada.
FELICINA
No puedo, que la tienen ya ganada. 360
LEUCINO
Tu dureza, Eliodora rigorosa,
me trae cual ves a la presencia tuya
a pedirte que elijas una cosa:
morir aquí, o que mi mal concluya.
ELIODORA
No será tu amenaza poderosa, 365
para que por temor mi honor destruya.
Que no me espanta la espantosa muerte,
la cual recibiré con pecho fuerte.
LEUCINO
Recibirás con muerte triste afrenta.
ELIODORA
Ando, que no hay afrenta que me afrente 370
estando de tu vano intento esenta,
ni hay cosa que mi ánimo amedrente.
ORTELIO
Desta suerte has de ir, pues te contenta.
FELICINA
¿Justicia, tal insulto se consiente?
LEUCINO
Calla, traidora.
FELICINA
Guarte tú, inhumano.
375
ORTELIO
Ay, que me ha muerto, ay, cielo soberano.
LEUCINO
Con esta mano le daré venganza
a mi criado, a quien, cruel, has muerto.
ELIODORA
Si llegares a mí, de tu esperanza
verás el fin con ver tu pecho abierto. 380
FELICINA
Justicia, no hay justicia, la tardanza
en irla yo a llamar es desconcierto.
LEUCINO
Mira que morirás si te defiendes.
ELIODORA
Tú morirás si a mí llegar pretendes.
JUSTICIA
Tened a la justicia, ¿quién ha sido? 385
¿Quién ha privado de la vida este hombre?
LEUCINO
Esta mujer, ajena de sentido,
por haber de crueza tal renombre.
JUSTICIA
¿Es verdad que este insulto has cometido?
ELIODORA
Sí, yo le di la muerte, y no te asombre, 390
que si un punto a venirte detuvieras,
muertos a esos dos, cual ese, vieras.
ESCRIBANO
Bien claro dice que ella le dio muerte,
y la sangrienta daga lo declara.
JUSTICIA
Sin apremio confiesa el hecho fuerte, 395
que en decir la verdad no ha sido avara.
CORINEO
¿Hijo, que es esto? ¿Qué contraria suerte
te ha sucedido?
LEUCINO
Una hazaña rara
en maldad, que esta pérfida le ha dado
sin ocasión la muerte a mi criado. 400
IRCANO
¿Súfrese tal maldad? ¡Tan dura afrenta,
tal suceso en mi casa! O justo cielo,
dame venganza, o haz que yo no sienta
tal infamia, dejando el mortal velo.
JUSTICIA
Ilustre Ireano, el caso que atormenta 405
tu ánimo, y provoca a triste duelo,
no se remedia con hacer extremos,
pues estorban que el hecho averigüemos.
   Dime, Leucino, ¿qué ocasión tuviste
de haber venido adonde estás agora, 410
si este muerto contigo lo trujiste,
y por qué causa lo mató Eliodora?
Ella confiesa, y pues presente fuiste
al suceso, declara, si en ti mora
verdad, todo el suceso desta historia. 415
Porque yo la encomiende a la memoria.
LEUCINO
Pluguiera a Dios se abriera aquí la tierra,
y a mí sólo en su centro me tragara,
y en el sulfúreo reino que en sí encierra,
en cuerpo y alma como estoy lanzara, 420
antes que yo viniera a darte guerra,
tu maldad, oh Eliodora, haciendo clara;
mas soy forzado, y por apremio digo,
la verdad, recelando el cruel castigo.
   El caso es, que yo hallando un día 425
a Eliodora, en la bélica ribera,
quedé en ver su belleza y lozanía,
cual nieve al sol, o cual al fuego cera;
hablele, y con honrosa cortesía,
me respondió, y preguntó quién era, 430
yo satisfice a su pregunta, y luego
los dos nos encendimos en un fuego.
   Levantose, y poniéndose en camino
para volverse, dile yo la mano,
y ella me dio la suya, y hizo dino 435
del primer don que da el amor tirano.
Llegando aquí, me dijo: Ve, Leucino,
pegando al mío su rostro soberano,
y esta noche podrás volver a verme
si piensas en amor corresponderme. 440
   Hícelo así, y luego que la oscura
sombra ocupó con su tiniebla el suelo,
inspirado de amor y mi ventura,
seguí la suerte que me daba el cielo.
Hallela a una ventana que la pura 445
luna miraba, y luego sin recelo
me bajó a abrir, y yendo a solo vella,
gocé a mi gusto aquella noche della.
   Desta suerte han pasado ya dos años
que ella a mi casa, y yo a la suya yendo, 450
hemos vivido, usando mil engaños,
nuestro fuego con ellos encubriendo.
Tras desto añadió a un daño muchos daños
esta cruel, su natural siguiendo;
y fue, que en este amor que me fingía, 455
Por ese muerto sin descanso ardía.
   Viéndose el triste mozo combatido
desta inconstante, me llamó en secreto,
y el caso me aclaró, y de mí sabido
de otras personas, la dejó en cielo. 460
Ella de ira el ánimo encendido,
la venganza eligiendo, por decreto,
a llamarme envió, y que me rogaba
trujese a Ortelio, porque así importaba.
   Yo triste, inadvertido de mi daño, 465
vine, y nunca viniera, porque al punto
que llegué, le dio a Ortelio un golpe extraño,
que en tierra lo arrojó, cual veis, difunto.
Revolvió sobre mí; yo con engaño
le hurté el cuerpo, porque estaba junto. 470
Y pasó el golpe, entonces della asiendo
entrastes, a las voces acudiendo.
CORINEO
Calla, fiero, no pases adelante,
que lo dicho a mil muertes te condena,
y al infierno el gran Júpiter tonante 475
te arroje a padecer eterna pena.
JUSTICIA
¿Esto es verdad?
FARANDÓN
Señor, verdad bastante
no dice cosa de verdad ajena.
JUSTICIA
Eliodora, ¿qué dices tú sobre esto?
ELIODORA
Que todo es falsedad cuanto ha propuesto. 480
LEUCINO
¿Falsedad? Verdad pura es lo que digo.
JUSTICIA
Y tú que entiendes desto, ¿sabes algo?
FELICINA
Que es maldad cuanto dice ese enemigo.
LEUCINO
La verdad digo a fe de hijodalgo;
Farandón está ahí, que es buen testigo 485
de todo lo que pasa, pues no valgo,
en este caso yo, él te lo diga
que ha sido el secretario en nuestra liga.
JUSTICIA
¿Qué dices, Farandón?
FARANDÓN
Señor, que es cierto
cuanto Leucino mi señor declara, 490
que yo me hallé en todo, y fui al concierto
la primer noche, y ésta es verdad clara.
JUSTICIA
¿Por qué, y de quién ha sido este hombre muerto?
FARANDÓN
De celos que Eliodora en crueldad rara
tuvo dél, Y porque dio a Leucino 495
cuenta de su amoroso desatino.
ELIODORA
Ésa es traición, que no le di la muerte
sino por evitarla injusta fuerza
que me quiso hacer, y en esto advierte
que es verdad, y tu vara no se tuerza. 500
JUSTICIA
No torcerá, mas yo haré ponerte
donde tu voz que así a hablar se esfuerza,
habiendo hecho un crimen semejante,
cese; y quita ese cuerpo de delante.
   Llevad esta a la cárcel, y sea puesta 505
en estrecha prisión, do esté segura.
CORINEO
Será de mí una razón propuesta.
Si a hablar tu licencia me asegura.
JUSTICIA
Di, que nunca jamás me fue molesta.
CORINEO
Digo que no sea puesta en prisión dura 510
Eliodora, más libre, y sea llevado
mi hijo, y crudamente castigado.
IRCANO
Ella es digna de muerte, y no Leucino.
Y así mi hija sea castigada
como rea, pues ella abrió el camino 515
para este mal, y así sea ejecutada.
CORINEO
Mi hijo solamente es el que es dino
de muerte, pues por él es infamada,
quebrantando tu casa, cual ha dicho,
si se tiene memoria de su dicho. 520
IRCANO
Si ella a él la entrada no le diera,
no la infamara él, ni la gozara,
y pues ella la puerta le dio, muera,
y él quede libre, que es justicia clara.
CORINEO
Esa mesma razón a muerte fiera 525
le condena.
IRCANO
Esa ley mesma lo ampara,
que el hombre puede entrar donde quisiere,
o do lo dan la entrada si pudiere.
JUSTICIA
Cese vuestro alboroto, y sea cumplido
lo que tengo mandado, partid luego 530
con ella, y a ese mozo lleva asido,
y oh Leucino también por preso entrego.
IRCANO
Que castigues mi hija sólo pido.
CORINEO
Que la sueltes y muera mi hijo ruego,
JUSTICIA
Lo que en ley debo ejecutar sobre esto, 535
vamos, que todos lo veréis muy presto.


ArribaJornada IV

 

IRCANO, FELICINA, ELIODORA, JUSTICIA, PELORO, ESCRIBANO, IPODAURO, DEMOLIÓN, DIANA, LEUCINO, FARANDÓN, BETIS.

 
 

IRCANO, padre de ELIODORA, determina matar la hija en la cárcel con un bocado; llévaselo FELICINA, vuélvese en flores. Pronuncian la sentencia de muerte a ELIODORA; va el ESCRIBANO a notificársela, halla a la puerta de la cárcel dos salvajes, que le impiden la entrada. Va la JUSTICIA, sale la diosa DIANA, delante de IRCANO, el padre de ELIODORA, y de la JUSTICIA, LEUCINO se retrató de lo que había dicho contra ELIODORA. Fue condenado a echar en un fuego FARANDÓN, y LEUCINO en el río, sale BETIS, pide a DIANA que no mande que en sus ondas echasen tal mal hombre, manda que lo entierren vivo, y con gran alegría llevan a su casa a la virgen ELIODORA.

 
IRCANO
Rompa la voz de mi lloroso acento
las sidéreas regiones, oiga el mundo
mi mal, y la crueza que hoy intento.
   y nadie entienda que en crueza fundo
dar a mi hija muerte, cual dar quiero, 5
ni que me inspira furia del profundo;
   Que yo no tengo el corazón de acero
ni nací de los riscos, ni montañas
ni me crió dragón, ni tigre fiero.
   Hombre soy, de hombre tengo las entrañas. 10
Tiernamente, cual hombre, me lastimo
y lloro mis fatigas tan extrañas.
   Mas deste sentimiento me reprimo,
viéndome por mi hija en tal afrenta
que su muerte no siento, y mi honra estimo. 15
   Y así aunque muera es causa que no sienta
con la terneza que debía su muerte,
viendo ser ella la que así me afrenta.
   Ejemplo es éste que al varón más fuerte
y de mayor constancia pondrá espanto 20
y le hará dudar la extraña suerte.
   Pudo el honor de Ipodomante tanto,
viendo su hija, de Archeloo, forzada,
que le dio muerte, sin oír su llanto.
   Orcamo enterró viva su hija amada, 25
porque le robó Apolo su pureza,
dándola así a su honor sacrificada.
   ¿Pues si destos se canta por grandeza,
dar a sus hijas muerte por su honra,
dársela yo a la mía no es crueza? 30
   Que no me ofende menos; ni deshonra
la maldad que mi hija ha cometido,
si la nobleza de quien soy me honra.
   Al fin yo estó en que muera resumido
en la prisión, pues ha de morir cierto 35
por justicia, su término cumplido.
   Así será mi daño más cubierto,
que no verla sacar de las prisiones
a justiciar, el día descubierto.
   Así confundiré las opiniones 40
que en esto hay, pues dándole un bocado
lo acaba todo, y solas mis pasiones
empezarán hasta que sea acabado.
FELICINA
El son de tus tristes quejas
hizo en mí tal impresión 45
que abrasando el corazón,
el cuerpo sin alma dejas.
Y no sólo tu dolor
me tiene de aquesta suerte,
más ver que quieres dar muerte 50
a Eliodora con rigor.
IRCANO
Felicina, así conviene,
que muera por su malicia,
y no en poder de justicia,
pues al fin, de morir tiene. 55
Yo le tengo aparejado,
aunque tal crueldad se note,
por arras, tálamo y dote,
un mortífero bocado.
   Tales confaciones lleva 60
y va hecho de tal modo,
que no está en comello todo,
para morir quien lo prueba.
Tú lo tienes de llevar,
y mándote que en secreto 65
lo pongas luego en efecto,
y me vengas a avisar.
FELICINA
Señor, mándame otra cosa,
y hazme desta excusada.
IRCANO
No hay que replicarme nada, 70
sino ir luego presurosa;
esto es lo que cumple en esto,
y cumple a ella y a mí.
Yo voy a traello aquí,
aguárdame en este puesto. 75
FELICINA
¡Ay, triste de ti, Eliodora,
sin culpa ofrecida a muerte,
cuya miserable suerte
Hispalis y el mundo llora!
¿Es posible que he de ser 80
ministro de tal crueldad,
y que mi fidelidad
tal hecho ha de cometer?
IRCANO
Ya te he dicho, Felicina,
que cumple que vayas presto; 85
lo que has de llevar es esto,
que es la cierta medicina.
El secreto y diligencia
no tengo que encomendarte,
yo voy a casa a aguardarte. 90
Tú, ejecuta con violencia.
FELICINA
Desventurada de mí,
¿Dónde voy? ¿Qué razón sigo?
¿Qué Megera va comigo,
qué Alecto me lleva así? 95
No es posible que no sea
furor infernal el mío,
pues tan ciego desvarío
el alma me señorea.
   Mi señor manda que dé 100
a Eliodora este bocado,
que entiende que su mandado
puede más que no mi fe.
Engañado está en razón,
contrario camino sigue, 105
porque no hay ley que me obligue
a sacarme el corazón.
   Mas ¡ay, en qué duda estó,
de contrarios combatida,
sin poder darle la vida, 110
ni dejar de morir yo!
Forzosa ha de ser mi muerte,
porque si muere Eliodora,
Felicina que la adora
Seguirá a la mesma suerte. 115
   La cárcel es ésta, ¡ay cielo,
como la muerte me cerca,
y a Eliodora se le acerca
la mesma miseria y duelo!
Ambas hemos de acabar, 120
que razón lo manda así,
y pues cumple, ¿qué hago aquí?
A dársela quiero entrar.
ELIODORA
¿De quién serán mis quejas
y mi mal entendido, 125
en estado tan triste y peligroso.
Cielo, si tú me dejas,
y no les das oído,
mostrándote a mi llanto riguroso?
Tú, que del afrentoso 130
insulto en que sin culpa soy culpada
sabes la verdad pura,
tú, en mi angustia y tristura,
aclara mi inocencia condenada,
ya que pague la vida, 135
que no sea mi pureza así ofendida.
FELICINA
¿Qué haces, señora mía,
en tu miserable suerte?
ELIODORA
Estó esperando la muerte,
por momentos cada día. 140
FELICINA
Ten, señora, confianza,
que el cielo a quien tú te quejas
oído dará a tus quejas,
y a tu inocencia, venganza.
ELIODORA
En él pongo mi justicia, 145
pues él sabe la verdad,
él guarde mi honestidad,
y castigue esta malicia.
FELICINA
Sí hará; y así lo entiendo
de su bondad y clemencia, 150
que has de salir por sentencia
libre deste insulto horrendo.
   Y en confianza de aquesto,
te traigo un regalo aquí.
ELIODORA
¿Regalo? No es para mí, 155
que el mío pasó muy presto.
La muerte podrás traerme,
que es el regalo que espero,
que otro regalo no quiero,
ni otro puede apetecerme. 160
FELICINA
Espera en Dios el remedio,
y comamos esto agora.
Mas con condición, señora,
que has de partillo por medio.
ELIODORA
Pártelo tú de tu mano. 165
FELICINA
Sí haré, y será igualmente.
¡Oh ánimo de serpiente,
con un ángel soberano!
   Recibe desta tu sierva
esta conserva, en regalo. 170
ELIODORA
No ha estado el donaire malo,
¿Flores me das por conserva?
FELICINA
Señora, el yerro fue en mí,
que turbada en tus dolores,
dije conserva por flores. 175
ELIODORA
Bueno está, quédese ahí.
Allá dentro nos entremos,
porque gente oigo venir.
FELICINA
Tras ti voy, bien puedes ir,
que no es bien que aquí guardemos. 180
¡Quién ha visto tal mudanza!
Volverse en flor el veneno,
prodigio es, y es tan bueno,
que me da buena esperanza.
JUSTICIA
Doy la palabra, que quisiera en esto 185
hacer, señor Peloro, vuestro mando,
cual siempre mi deseo está dispuesto,
lo que es serviros sólo deseando.
Mas en esta ocasión juro y protesto
que ni puedo, ni es justo, contemplando 190
de Reycenio las culpas y maldades,
infamias, y otras mil atrocidades.
PELORO
Cierto que yo, señor, venía informado
muy diferente de eso que os he oído,
porque a entenderme dieron que aún pecado 195
para estar preso así, no ha cometido.
JUSTICIA
No hay preso que confiese que es culpado,
aunque sea en derecho convencido,
siempre se justifican de inocentes,
aunque cien mil testigos vean presentes. 200
   Y porque no entendáis que es pasión mía,
o rancor que le tengo, estad atento,
oiréis qué se le prucha en solo un día,
después que se cumplió mi mandamiento.
Una mujer le pide, a quien servía 205
con promesas, que en firme casamiento
sería su marido, y dél gozada,
con otra se casó, y dejó burlada.
   Otra presenta dél una querella,
diciendo que una hija infamó suya, 210
él se desdice, habiendo dicho della
cosas, que es justa ley que lo destruya.
No hay casada, viuda, ni doncella,
ni hay deuda suya, contra quien no arguya
y ofenda con su lengua, y demás desto, 215
con su cuñada cometió un incesto.
   Esto hay de Reycenio, y más que callo,
deste que al mundo con su lengua infama:
¿Mirad vos, si es justicia perdonallo,
o si será arrojallo en viva llama? 220
PELORO
No tengo que decir, sino dejallo,
y porque a toda priesa ya me llama
un negocio, haré de vos ausencia.
JUSTICIA
Siempre para os servir estó en presencia.
¿Traeisme la sentencia ya ordenada, 225
para notificársela a Eliodora?
ESCRIBANO
Señor sí, sólo falta ser firmada
de ti, lo cual podrás hacer agora.
JUSTICIA
Séame de palabra recitada.
ESCRIBANO
Dice desta manera, que a la hora 230
que todo el pueblo sea congregado
para el fiero espectáculo ayuntado,
   de la cárcel la saquen con prisiones
sobre una mula, y lleve de delante
pregoneros, que digan en pregones 235
su crimen en voz alta y resonante.
Vuelta de andar las calles, y estaciones
que la ley manda, sea al mesmo instante
en la pública plaza degollada,
donde quedando muerta sea dejada. 240
JUSTICIA
Buena está, yo la firmo de esa suerte.
Id a notificársela al momento
a Eliodora, y apréstese a la muerte,
pues ella fue ocasión de su tormento.
ESCRIBANO
Con la razón que debo obedecerte 245
voy, señor, a cumplir tu mandamiento.
JUSTICIA
Cumple, que sea con presta diligencia.
ESCRIBANO
Será así ejecutada tu sentencia.
JUSTICIA
Pague con muerte el crimen cometido,
y muera la que así con tal torpeza 250
el blasón de su padre ha ofendido,
sin tener advertencia a su nobleza.
ESCRIBANO
Aquí es la cárcel donde soy venido,
quiero notificarte con presteza
la sentencia a Eliodora. Ah, carcelero, 255
abrí, ah de la cárcel, ¿no hay portero?
IPODAURO
¿Quién sois, qué demandáis aquesta puerta?
ESCRIBANO
Só escribano real de aquesta audiencia.
IPODAURO
Volveos, que no os puede ser abierta.
Y no habléis, ni hagáis más resistencia. 260
ESCRIBANO
¿Que es esto? ¿Estoy durmiendo? ¿Es cosa cierta
la que he visto delante mi presencia?
Sin duda estoy soñando, no estoy cierto,
que claramente veo que estoy despierto.
   Quiero volver y dar razón desto 265
al juez que aguardándome ha quedado.
Que yo no sé qué haga o diga en esto,
que voy sin mí, de ver lo que ha pasado.
JUSTICIA
Huélgome que venido hayas tan presto.
ESCRIBANO
Si vengo presto, traigo mal recado. 270
JUSTICIA
¿De qué suerte?
ESCRIBANO
De suerte que temiendo
estoy aquí, de lo que vi tremiendo.
JUSTICIA
¿Qué traes? ¿Qué te alborota, qué te altera?
Sosiega el sobresalto, ¿di, qué ha sido
la ocasión que te trae de tal manera, 275
sin color, sin aliento, sin sentido?
ESCRIBANO
Yendo a notificar la muerte fiera
a Eliodora, el entrar me fue empedido
por dos salvajes, que hallé a la entrada
de la cárcel que dellos es guardada. 280
JUSTICIA
¿Salvajes, has soñado esa locura?
ESCRIBANO
¿Soñado? Ve allá, tú verás si es cierto.
Porque des a mi sueño la soltura,
si duermo, oh tú, señor, estás despierto.
JUSTICIA
Ella es melancolía si se apura, 285
vamos allá, reiré tu desconcierto.
ESCRIBANO
Igual me reiré yo; ésa es la puerta,
clama a priesa, serate luego abierta.
JUSTICIA
Ah de la cárcel, ¿no hay quien dé respuesta?
DEMOLIÓN
Quien responda sí hay, más tú ¿qué quieres? 290
Que tu jurisdicción aquí no presta,
y así te puedes ir, que no hay que esperes.
Por Diana esta guarda fue aquí puesta,
para defensa, si ofender quieres
a Eliodora su virgen, cuyo apremio 295
quitará, como a virgen de su gremio.
JUSTICIA
¿Qué rumor oigo? ¿Qué clamor resuena?
Dame noticia desto, justo cielo,
que el temor de sentido me enajena,
y la vista me ofusca un negro velo. 300
DIANA
Juez, que tienes puesta en tu cadena
mi virgen sin tener de mí recelo;
¿Dime, en qué ley fundaste tu sentencia?
¿Cómo procedes con tan gran violencia?
   Sólo el dicho de un bárbaro inhumano, 305
disfamador de la bondad inmensa
de las mujeres, tuvo tanta mano
contigo, que les hagas tal ofensa,
que temiendo tu ira de tirano
del cintio monte venga a ser defensa 310
de la intacta Eliodora, yo Diana,
Diosa de descendencia soberana;
   y porque el hecho horrible sea punido,
y en su gloria Eliodora restaurada,
su padre Ircano aquí me sea traído. 315
JUSTICIA
Llevad vos, escribano, esta embajada.
ESCRIBANO
De mí será ese mando obedecido.
JUSTICIA
Tú, Diana, en los bosques adorada,
en el infierno, y en alto cielo,
servida en el Parnaso, en Cintio, en Delo, 320
suplícote que a ira no te mueva
porque contra Eliodora di sentencia,
pues la muerte de un hombre se le prueba,
y della es confesada sin violencia.
La ley sola me guía, ella me lleva; 325
Ella es, y no yo quien la sentencia
de suerte, oh pura virgen, que no hay culpa
en mí, pues la justicia me disculpa.
DIANA
No merece por esa muerte muerte,
sino vida, y eterno nombre, y gloria, 330
cual se verá en el fin de aquesta suerte,
en la declaración de nuestra historia.
IRCANO
Diosa, que facultad me das de verte,
y a mi bajeza ofreces tal victoria
obedeciendo tu preciso mando, 335
estoy do me mandaste en ti adorando.
DIANA
Ircano, solamente la injusticia
que te hacían, y la ofensa horrible
me trae a ser ministro de justicia,
y a dar castigo a un caso tan terrible. 340
Pague el fiero Leucino su malicia,
pague, que ya a los dioses no es sufrible.
Ipodauro, Demolión.
IPODAURO
Señora.
DIANA
De la cárcel sacadme aquí a Eliodora.
Verás, Ircano, abierta y claramente, 345
la poca culpa que tu hija tiene,
verás que en todo siempre fue inocente,
y verás a quien desto el daño viene.
IPODAURO
Ya tienes a Eliodora aquí presente.
DIANA
Quitalde esas prisiones, ¿qué os detiene? 350
Que no es razón que el duro hierro apremie
a quien espera que mi mano premie.
   Llégate acá, Eliodora gloriosa,
vivo esplendor de mi virgíneo coro,
por quien tengo mi suerte por dichosa 355
y por quien me engrandezco, y más me honoro;
y esta corona ciña tu espaciosa
frente, adornada de esas hebras de oro,
y esta virginal palma este en tu mano
premio dino a tu intento soberano. 360
ELIODORA
¿Cuándo fue, excelsa diosa, a mi bajeza
merced tan generosa concedida?
DIANA
Vista, Eliodora, bien vuestra pureza,
a vuestro casto ánimo es debida,
y para que se entienda su grandeza, 365
los presos de quien sois así ofendida
saquen aquí, verán su maldad clara
y lo que en gloria vuestra se declara.
   Justo es que muera el hombre que ha infamado
mujer, o sea casada, o sea doncella, 370
viuda honesta, o de cualquier estado
que sea, ora la sirva, o huya della.
LEUCINO
Traído só ante ti, por tu mandado.
DIANA
De ti ante mí Eliodora se querella,
en razón que con ánimo atrevido 375
infamada de ti sin causa ha sido.
   Si tienes que alegar, responde luego,
pues del callar gran daño te resulta,
y que digas verdad te pido y ruego,
que a Dios, cual sabes, cosa no hay oculta. 380
LEUCINO
Virgen, a quien el casto y puro fuego
la gente más remota y más inculta
del mundo te consagra, en culto eterno,
haciéndote del cielo guía y gobierno;
   ya que así soy en tu presencia puesto 385
y puesto acusación por Eliodora,
debo decirte la verdad en esto,
que la verdad ha de aclararse agora,
y así digo, y declaro, que el honesto
cuidado, que en el casto pecho mora 390
de Eliodora, jamás dio al ruego mío
cabida ni me oyó sin dar desvío.
   Y así digo, que fue de mí infamada
injustamente, en cuanto dije della,
sin que debiese en cosa ser culpada, 395
y esto es verdad que fue por ofendella.
DIANA
¿Fuete della ocasión alguna dada?
LEUCINO
No, sino viendo no poder movella
a mi querer, determiné vengarme
con disfamalla, pues huía de amarme. 400
DIANA
¿Al fin que por enojo y corrimiento,
la disfamaste, y no por culpa suya?
LEUCINO
Ése fue sólo mi final intento.
DIANA
Oye pues la final sentencia tuya:
a ése que afirmó con juramento 405
lo que no fue verdad, porque concluya
su mala vida, sea llevado luego
y echado vivo como está en un fuego.
FARANDÓN
O virgen della, muévale mi llanto,
y ten piedad de la miseria mía. 410
DIANA
Ministros míos, ¿qué aguardáis ya tanto?
Andad con él, acabe su porfía.
DEMOLIÓN
Hoy tendrá fin su vida y su quebranto.
FARANDÓN
Hoy es mi fin, y postrimero día,
y es justo, pues que fui testigo falso 415
contra Eliodora, cuya gloria ensalzo.
LEUCINO
Si en ti, diosa Diana, veo que falta
piedad, ¿adónde iré a pedir consuelo?
¿Si en tu glorioso corazón se esmalta
tal dureza, y se olvida que es del cielo? 420
DIANA
Leucino, agora la crueza asalta
mi tierno pecho, y con sangriento celo
quiero vengar mi virgen ofendida
por ti, y su honra restaurar perdida.
   No te podrás quejar que nunca fuiste 425
avisado de aqueste trance duro,
pues a la diosa Némesis oíste
que huir desto te sería seguro.
Una corona y una muerte viste,
haciendo las dos viejas su conjuro, 430
y atribuiste el caso prodigioso
a tu favor, con disponer dudoso.
IPODAURO
Del modo que mandaste, ha sido hecho
tu mando, y en ceniza convertido
queda aquel, que huyendo el leal derecho 435
testificó lo nunca sucedido.
DIANA
Éste, que sin piedad en duro estrecho
puso a Eliodora, a un grave peso asido
lo arrojad en el Betis, y allí muera,
porque tal muerte, tal maldad espera. 440
LEUCINO
¿Es posible, que no has de conmoverte,
Delia Diana, al tierno llanto mío,
y que remisa en darme cruda muerte,
así me mandas arrojar al río?
DIANA
Eso no te repara de tu suerte. 445
LEUCINO
Repáreme tu eterno señorío.
DIANA
¿No hay lugar ya, Demolión, qué aguardas?
¿Y tú, Ipodauro, en qué razones tardas?
DEMOLIÓN
Sin hablar más razón, vamos, Leucino.
LEUCINO
O dioses inclementes e inhumanos, 450
que entre tantos no hubo un dios benino,
sino todos crueles y tiranos.
IPODAURO
No blasfemes con tanto desatino,
Átale ya, Demolión, las manos,
y desde aquí podemos arrojallo. 455
BETIS
Teneos, salvajes, suspendé el echallo.
Diana, no permitas que sea echado
en mis líquidas ondas ese fiero,
ni su maldito cuerpo sepultado
en el bélico seno de mi impero; 460
manda que sea a las fieras arrojado,
o al fuego, cual su horrible compañero,
no en mí, que volveré a lanzallo fuera,
como lo echaren, vivo a la ribera.
DIANA
Betis, honor de la vandalia gente, 465
entre los ríos del mundo el más famoso,
no me niegues en esto tu corriente,
muera en ella este infame, al cielo odioso.
BETIS
Diana, no es razón, ni se consiente
dar sepulcro a ese injusto tan honroso, 470
que cuando sea tu voluntad cumplida,
valdrá más esa muerte que su vida.
DIANA
Llevaldo luego, y vivo así en la tierra
dalde el último fin y alojamiento.
LEUCINO
¿Virgen, porque tu pecho así destierra 475
la piedad que tiene en él su asiento?
DEMOLIÓN
No demande piedad el que así yerra.
Vamos de aquí, que es gran detenimiento,
y falta celebrar el alegría
de tan alegre y venturoso día. 480
BETIS
Excelsa virgen, dame tú licencia
que en vuelo baje a mi húmido profundo,
y mis ninfas envíe a tu presencia
a celebrar la fiesta, y día jocundo,
DIANA
Anda, que bien merece esa excelencia, 485
y que la fama esparza por el mundo
el casto y claro nombre de Eliodora,
cantando del Betis al Aurora.
¿Estás, Ircano, satisfecho de esto?
IRCANO
Nunca yo fui capaz de tan gloria. 490
DIANA
Y tú, juez. aprende a ser modesto,
y esculpe este alto ejemplo en tu memoria;
y pues la noche viene en vuelo presto,
dando aquí fin a nuestra ilustre historia,
vamos con esto en Hispalis entrando, 495
el triunfo de Eliodora celebrando.



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