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ArribaActo III


Escena I

 

Galería del Alcázar.

 
 

(El REY, DON ARIAS.)

 
REY
¿Que no era aquélla la dama
por quien Enrique padece?
DON ARIAS
La historia, señor, merece
verso y prosa, nombre y fama.
Todas las joyas se dieron5
a Marcela por engaño.
REY
¡Notable suceso!
DON ARIAS
¡Extraño!
REY
¡Qué mal empleadas fueron!
DON ARIAS
A no ser merced de rey,
que no se puede quitar,10
se las hiciera tornar.
REY
Eso ni es razón ni es ley.
Por su lance las ganó:
háganle tan buen provecho,
como de Enrique sospecho15
que daño igual le causó.
DON ARIAS
Mayor pienso que es su daño
que el provecho de Marcela.
Creció el amor la cautela,
y la pena el desengaño:20
pero tendrá buen remedio.
REY
Eso deseo saber.
DON ARIAS
Dos cosas quiere poner
del mar deste amor en medio.
REY
¿La primera?
DON ARIAS
El interés.
25
REY
¿Y la segunda?
DON ARIAS
Una tía.
REY
Cualquiera dellas podría
dar con el mundo a sus pies.
Es el interés, don Arias,
alta confección de alquermes,30
por más que del gusto enfermes,
compuesta de cosas varias;
pero aunque es tan poderoso,
asegurarte podría
que es alta cosa una tía35
para el caso más dudoso.
Notables cosas se acaban
en casa de una parienta.
DON ARIAS
Luego ¿buen remedio intenta?
REY
Cuantos escriben le alaban.40
Pero ¿que tratáis con ella?
DON ARIAS
Que le venga a hablar aquí.
REY
Y ¿qué responde?
DON ARIAS
Que sí.
REY
Todo el oro lo atropella.
DON ARIAS
Es el más dulce tirano45
de la voluntad.
REY
No creo
que hay imposible al deseo,
si lleva plata en la mano.
La Niña se hará muy santa,
y irán horras tía y sobrina.50
DON ARIAS
Rompe la cuerda más fina,
si el interés la levanta.
REY
No lo dejes de la mano,
pide lo que es menester;
que al fin la Niña es mujer,55
poco más que viento vano.
No te espanten sus razones
ni te engañe un rostro honrado;
que rompe un nuevo obligado
mil viejas obligaciones.60
DON ARIAS
Como eso saben hacer
cuando hay tierra de por medio.
 

(Vase el REY.)

 


Escena II

 

TEODORA con manto; un ESCUDERO, DON ARIAS.

 
TEODORA

 (Al ESCUDERO.) 

No hay para el amor remedio
como querer no querer.
Pero si no hay discreción65
en saberse reportar,
dos caminos suelen dar
fin al amor.
ESCUDERO
¿Cuáles son?
TEODORA.
El oro entre desiguales,
como aquí lo intenta Enrique.70
cuando el que yo pienso aplique;
y el casamiento entre iguales.
ESCUDERO

 (Aparte a TEODORA.) 

Habla bajo; que ha salido
don Arias al corredor.
TEODORA
Y el corredor deste amor75
también don Arias lo ha sido.
DON ARIAS
Mil años te guarde el cielo.
TEODORA
¿Mil años? Malicia es ésa.
De los que tengo me pesa,
los que me faltan recelo.80
DON ARIAS
Los que te deseo digo;
que no hablo en los que tienes.
¿Cómo vienes?
TEODORA
Con mil bienes.
DON ARIAS
Hoy cobras un grande amigo.
TEODORA
No lo seré poco suya,85
si este contento le doy.
Pero ¿sabe bien quién soy?
DON ARIAS
De su sobrina lo arguya;
que si pintara un pintor
al honor, virtud divina,90
con pintar a tu sobrina
dijeran que era el honor.
Pero ya viene el Infante.


Escena III

 

DON ENRIQUE. Dichos.

 
DON ENRIQUE
Sea mil veces bien venida
mi amiga la más querida,95
mi joya, perla, diamante,
mi antídoto del veneno
que amor me dió por los ojos,
la gloria de mis enojos
y el sol más claro y sereno,100
la luz de mi confusión
y el bien del mal que padezco,
a quien los brazos ofrezco
por señal del corazón.
¿Cómo viene? ¿Cómo está105
mi señora Dorotea?
Y ¿cómo haré yo que crea
que lo es de mis prendas ya?
Estimo más su salud
que la del Rey, ¡vive Dios!,110
Arias, ¡qué veces los dos
hablamos en su virtud!
¿Qué te he dicho desta amiga?
¿De qué manera la quiero?
DON ARIAS
Todo lo sabe.
TEODORA
Ya espero
115
que des lugar a que diga
siquiera alguna razón
en que parezca que siento...
DON ENRIQUE
Deja todo cumplimiento;
que en fin cumplimientos son.120
Dime qué tienes pensado
de mi salud, pues don Arias
te habló.
TEODORA
Mil cosas contrarias
a tu gusto y a mi estado.
Puesto me has en confusión,125
mirando tu mocedad;
mas también mi calidad
da voces a la opinión.
Repórtate si es posible.
DON ENRIQUE
¡Oh mi bien, no me aconsejes130
tanto mal!
TEODORA
Cuando te alejes
desta esperanza imposible,
en un mes o en quince días
se te olvidará Teodora.
DON ENRIQUE
Si así me tratas, señora,135
hoy será el fin de mis días.
Duélete de mí, que estoy
a la muerte.
TEODORA
¿Pena en ti?
DON ENRIQUE
¿No soy hombre?
TEODORA.
Señor, sí.
DON ENRIQUE
Pues ¿qué quieres si hombre soy?140
TEODORA
¿Lloras?
DON ENRIQUE
Estoyme muriendo;
no duermo, como, ni vivo.
TEODORA
Extraña pena recibo;
de verte penar me ofendo.
DON ENRIQUE
Remédiame.
TEODORA
¿Cómo?
DON ENRIQUE
Escucha:
145
yo casaré tu sobrina.
TEODORA
La honra es prenda divina.
DON ENRIQUE
La fuerza del oro es mucha.
TEODORA
¿Qué le darás?
DON ENRIQUE
Bien podrá
casarse: seis mil ducados.150
Y no te cause cuidados
que el secreto se sabrá;
que no será la primera
que lleve el honor en plata.
TEODORA
Agora, a su honor ingrata155
y a su opinión verdadera,
tendrá con mucha ocasión
nombre de Niña de Plata.
DON ENRIQUE
Mi bien, mi remedio trata,
ten de mi mal compasión.160
No le faltará marido
con estos seis mil ducados;
porque yerros tan dorados
presto se cubren de olvido.
¿Qué piensas hacer de mí?165
TEODORA
Ahora bien: dame el dinero,
no por quererlo primero;
que está bien seguro en ti;
mas por no volver después
por el precio de mi honor.170
DON ENRIQUE
Que me place.
TEODORA
Pues, señor,
para que seguro estés,
a su hermano de Teodora
con recado falso envía
donde no venga hasta el día,175
pues en fin te sirve agora.
Yo me acostaré temprano
y recogeré a la gente;
tú puedes seguramente,
en dejando el Rey tu hermano,180
ir con aquestas tres llaves,
que de aquí a la noche harás
que te imiten, y abrirás.
DON ENRIQUE
Muestra.
TEODORA
La puerta que sabes,
que es de la calle, con ésta.185
DON ENRIQUE
¿De qué son esotras dos?
TEODORA
Estáme atento.
DON ENRIQUE
Por Dios
que ya es la noche molesta.
TEODORA
La puerta del corredor
con esta llave abrirás.190
DON ENRIQUE
Dime, mi bien, lo demás.
TEODORA
Junto a la sala, señor,
sobre la mano derecha
verás un cancel, que allí
hay una lámpara.
DON ENRIQUE
A ti
195
vaya mi estrella derecha.
TEODORA
¿A mí? Luego ¿a mí me quieres?
DON ENRIQUE
Hablo, porque tú me guías.
TEODORA
Si de mí no te desvías,
despertarás mis mujeres.200
Lleva linterna, y enciende
en la lámpara que digo;
entra el cancel..., y el postigo
que a mano izquierda desciende,
es de mi aposento, el cual205
por de dentro cerraré,
para que aunque voces dé,
todas las oigamos mal.
Pasa la cuadra, y enfrente
verás durmiendo a Teodora;210
que una criada que adora
está por cierto accidente
hoy en casa de su madre;
que no fué poca ventura.
Allí la tendrás segura,215
y cuanto a tu gusto cuadre;
como el ánimo no sea
vista primera de amante;
que hay hombre como un gigante,
que aunque mil espadas vea,220
por todas ha de romper,
y puesto en una ocasión,
le da frío de ciclón
de mirar una mujer.
DON ENRIQUE
Yo quedo bien instruído225
de la casa y de las llaves;
cuanto al ánimo, ya sabes
que estaba el muro rendido;
la misma facilidad
hace cobarde al soldado;230
pero donde habrá cuidado,
llanto, voces y crueldad,
esa misma resistencia
pondrá en mi pecho valor,
porque como es rayo amor,235
muestra en lo fuerte violencia.
Ven a tomar el dinero;
aquí en mi cámara está,
y en escudos bien podrá
llevártelo el escudero,240
y si no, quien tú quisieres;
que a su hermano, yo le haré
que nos deje.
TEODORA

 (Aparte.) 

Siempre fué
mujer quien rindió mujeres.
DON ENRIQUE
Arias, bien se ha negociado.245

 (Aparte a él.) 

DON ARIAS
Lindo dinero te cuesta.
DON ENRIQUE
Mi vida compro.
DON ARIAS
Si es ésta,
poco dinero costó.
ESCUDERO

 (A TEODORA.) 

¿Habémonos de ir?
TEODORA
Mirad
que el silencio es santa ley.250
ESCUDERO
Pienso que ha de darte el Rey
la mitad desta ciudad.
 

(Vanse.)

 


Escena IV

 

Calle.

 
 

(DON JUAN, LEONELO, CHACÓN.)

 
LEONELO
En fin, venimos a tu centro antiguo,
después de dar mil vueltas a Sevilla.
DON JUAN
De día no me atrevo a los umbrales255
de la niña ingratísima que adoro,
porque no entienda que a rogarla vengo
pero de noche este consuelo tengo.
CHACÓN
Después, que vimos que era todo engaño,
y que es Teodora tan constante y firme,260
bien nos parece que a su casa vengas;
pero venir, y con humildes ojos
adorar estas rejas y balcones,
y hacer a cada balaustre dellos
más reverencias que a un señor que debe,265
parécenos extraño desatino.
DON JUAN
¿No lo es mayor comparación tan necia?
CHACÓN
Más pienso que lo son los que las hacen.
LEONELO
¿Masque tenemos entretenimiento?
CHACÓN
No sé; yo digo en esto lo que siento.270
LEONELO
Pues, bestia, ¿no es razón y policía
que se haga reverencia y cortesía?
CHACÓN
La reverencia es justa, pero en tiempo.
LEONELO
¿Y en la bebida no?
CHACÓN
De ningún modo.
Cuando bebe el señor, verás que baja275
toda la multitud de los criados
el cuerpo, y inclinándole, es forzoso
que los cuartos traseros estén fuera.
Y estar toda una sala en tal postura
es peligroso en tiempo de castañas,280
y no puede beber limpio, ni es justo
que toda la familia y coliseo
estén haciendo entonces el guineo.
LEONELO
Déjate de esos locos desatinos
y despierta a tu amo.
CHACÓN
¡Ah señor amo!
285
¿Qué tienen esas rejas?
DON JUAN
Hierro tienen,
mármoles tienen de que están asidas.
CHACÓN
Ea, ¿mas que se suelta la poesía,
que encajas aquí cualque soneto?
DON JUAN
Si entendiera acabarle, comenzárale.290
CHACÓN
Pocos saben, Señor, cómo se acaban;
y así, verás sonetos milagrosos,
que entran con obeliscos y pirámides,
marfil, ebúrneo pecho, fuentes líquidas
y vienen a parar desustanciados.295
DON JUAN
¿Has sido tú poeta?
CHACÓN
Cuatro veces:
la primera me dieron muchos palos;
la segunda vinieron cuatro curas
a conjurarme por maligno espíritu;
la tercera me echaron de la calle300
por apestado y hombre contagioso;
y la cuarta, a la fe, gané unos guantes
con un soneto.
DON JUAN
Dile, por tu vida.
CHACÓN
¿Tendréis paciencia?
DON JUAN
Sí.
CHACÓN
Va de soneto.
LEONELO
Di el sujeto.
CHACÓN
En el mesmo está el sujeto.
305
    Un soneto me manda hacer Violante,
que en mi vida me he visto en tanto aprieto,
catorce versos dicen que es soneto;
burla burlando van los tres delante.
    Yo pensé que no hallara consonante,310
y estoy a la mitad de otro cuarteto;
mas si me veo en el primer terceto,
no hay cosa en los cuartetos que me espante.
       Por el primer terceto voy entrando,
y parece que entré con pie derecho,315
pues fin con este verso te voy dando.
       Ya estoy en el segundo, y aun sospecho
que voy los trece versos acabando;
contad si son catorce, y está hecho.
LEONELO
¿Cúyo pudiera ser tal desatino?320
DON JUAN
Déjale hablar; mi pena se entretenga
de cualquiera manera.
CHACÓN
Más me holgara
de irme a acostar que entretener dos locos.
DON JUAN
¿Hay cuerdos con amor?
CHACÓN
Sin amor, pocos.
DON JUAN
Yo me muero de amor.
CHACÓN
Y yo de sueño.
325
DON JUAN
Yo me tengo la culpa: fuí celoso,
por lo menos, de un ángel de los cielos.
CHACÓN
Extrañas sabandijas son los celos.
DON JUAN
¿Haslos tenido tú?
CHACÓN
¿No eres más tonto?
¿No ves que son los celos como sarna,330
que ninguno se escapa de tenerla?
LEONELO
¡Hermosa necedad!
CHACÓN
Mayor es ésa.
LEONELO
La sarna es mal de niños, y los celos
es mal más ordinario en viejos.
CHACÓN
Dime,
¿cómo pintan a amor?
LEONELO
Niño.
CHACÓN
Pues, sabio,
335
si amor es niño, amor los celos tiene:
luego los celos son lo que yo digo.
LEONELO
Chacón, no quiero disputar contigo.
DON JUAN
¿Que ofendiese yo un ángel, que perece
entre cuatro paredes por honrada?340
CHACÓN
Yo creo en Dios.
DON JUAN
¿Qué dices?
CHACÓN
Que estornudo.
Y creo en Dios.


Escena V

 

DON ENRIQUE, el MAESTRE y DON ARIAS, de noche. Dichos.

 
DON ENRIQUE
La puerta es ésta.
MAESTRE
Llega.
DON ENRIQUE
Dame, don Arias, la linterna.
DON ARIAS
Toma.
DON ENRIQUE
Quedaos adiós.

  (Dirígese a la puerta de casa de DOROTEA.) 

LEONELO

 (Bajo a DON JUAN y CHACÓN.) 

¿Adónde va esta gente?
DON JUAN
La puerta de Teodora abre aquel hombre.345
CHACÓN
¿Aquel hombre la puerta de Teodora?
 

(Abre DON ENRIQUE y éntrase.)

 
LEONELO
Abrió y entró, por Dios.
DON JUAN
¿Qué es esto, cielos?
CHACÓN
Diga Teodora agora que es honrada,
entre cuatro paredes encerrada.
DON JUAN
¡Válgame el cielo!
CHACÓN
Valga, y lleve presto.
350
DON JUAN
Romper quiero las puertas.
LEONELO
Don Juan, tente;
que sin duda el que ha entrado es el Infante,
porque este rebozado es el Maestre.
Vámonos de la calle, por tu vida;
que no es ésta ocasión para perderte.355
Dios quiere que esto veas con tus ojos,
para que des buena vejez, que es justo,
a los padres que tienes, tan honrados,
casando con tu igual; porque bien sabes
que aunque es noble la Niña, no merece360
que te iguale, con tales niñerías.
DON JUAN
¿Cómo igualar? Leonelo, lo que he visto,
de tal manera me ha desengañado,
que hago al cielo voto y juramento
de no ver en mi vida aquestas puertas.365
¿Estas puertas? ¿Qué dije? Ni esta calle.
Camina por ahí.
LEONELO
¡Famoso acuerdo!
DON JUAN
Tanta pena, ¿qué loco no hará cuerdo?
LEONELO
Chacón, ¿qué te parece?
CHACÓN
Que no es mucho
que esto haga una niña; mas no mandes370
que sufra enredos de mujeres grandes.
 

(Vanse DON JUAN, LEONELO y CHACÓN.)

 
MAESTRE
Despacio pienso que estará mi hermano.
Vamos, don Arias, un momento al río;
que ha de llegar un coche a sus orillas
con una de las siete maravillas.375
DON ARIAS
Seguro puedes ir por más de un hora,
y aun pienso que podrás hasta el aurora.
MAESTRE
Verás una mujer, no tan discreta
como Dorotea, pero más hermosa.
DON ARIAS
No son buenas, mujeres tan discretas.380
MAESTRE
Anda; que buenas son para poetas.
 

(Vanse.)

 


Escena VI

 

Cuarto de DOROTEA.

 
 

(DOROTEA, en manteo, con una ropa debajo del brazo; DON ENRIQUE, con una linterna.)

 
DON ENRIQUE
¿Adónde huyes de mí?
DOROTEA
¡Dorotea! ¡Elvira! ¡Inés!
DON ENRIQUE
No des voces, vuelve en ti.
DOROTEA
¿Quién eres?
DON ENRIQUE
¿Ya no lo ves?
385
DOROTEA
Pues ¿por dónde entraste aquí?
DON ENRIQUE
Con estas llaves entré,
de tu tía las compré,
seis mil ducados me cuestan,
y seiscientos mil se aprestan,390
si pagas tan firme fe.
DOROTEA
¡Mi tía!
DON ENRIQUE
La misma.
DOROTEA
Advierte
que es noble.
DON ENRIQUE
Amor me convierte,
como a Júpiter, en lluvia:
cree que esta color rubia395
la más honesta divierte.
Recogida en su aposento,
a todo ha dado lugar.
Ten de mi mal sentimiento;
voces no han de aprovechar,400
que ha de llevarlas el viento.
Hasta en la calle está gente,
que a nadie entrar dejará.
También tu hermano está ausente:
todo prevenido está.405
DOROTEA
Deténte, Infante, deténte.
Desvía la luz de mí,
no me veas.
DON ENRIQUE
Ya te vi
cuando durmiendo te hallé.
Tu voluntad conquisté;410
pero no la merecí.
Por eso ha sido forzoso
valerme de mi poder.
DOROTEA
No fué valor generoso.
Para una flaca mujer415
te has mostrado poderoso.
¡Ah vil sangre de mi tía!
¡Ah pobre, engañado hermano,
por su falsa alevosía!
DON ENRIQUE
Ya te lamentas en vano.420
Mira que se acerca el día:
hasta lo que has peleado;
que el más honrado soldado
suele rendirse a partido;
que si el tiempo le ha rendido,425
no pierde nada el honrado.
¿Qué más pretendes hacer?
Procura escapar la vida,
si el honor no puede ser.
DOROTEA
¿Parézcote muy rendida?430
DON ENRIQUE
Dígalo cualquier mujer.
DOROTEA
Mátame, y viéndome muerta,
se te quitará el amor.
DON ENRIQUE
Pienso que aún no estás despierta.
DOROTEA
¿Que para vencer mi honor435
te dió mi sangre la puerta?
DON ENRIQUE
Teodora, no es tiempo ya
de perderle.
DOROTEA
Sólo pido
que me escuches.
DON ENRIQUE
¿Quién podrá?440
DOROTEA
Un hombre tan bien nacido,
pienso que obligado está.
DON ENRIQUE
He llegado por quererte
hasta la muerte.
DOROTEA
Yo haré
tu gusto.
DON ENRIQUE
Di de esa suerte.
445
DOROTEA
Mata la luz.
DON ENRIQUE
No osaré.
DOROTEA
Pues ciérrala.
DON ENRIQUE
Cierro.

 (Cierra la linterna.) 

DOROTEA
Advierte.
El día que con el rey
don Pedro, tu hermano, entraste
en esta ciudad famosa450
de Sevilla, ilustre Infante,
años había que un hombre
pasaba esta misma calle
con mil honestos deseos,
para obligarme bastantes.455
Miróme con tales ojos,
que pudieran bien entrarse
por el corazón más duro,
si Dios le hiciera diamante.
No le quise bien muy presto;460
que después de mil combates
mis ventanas consulté
con palabras semejantes:
«Hierros destas rejas duras,
piedras que servís de engastes,465
mármoles de aquesta puerta,
¿querré bien? Aconsejadme.»
Y parecióme que un día
me dijo un hierro: «¿Qué haces,
si me ves enternecido470
sólo de oírle quejarse?»
Las piedras me respondieron:
«A suspiros semejantes
ya nos volvernos en cera;
no podremos sustentarte.»475
Los mármoles me. decían:
«Donde los que miras nacen,
no habrá tan duras entrañas,
si te resistes de amarle.»
Creílos, túvele amor,480
trújome un papel un paje
entróme por casamiento
(que no hay cosa que nos halle
la voluntad más dispuesta
para cualquier disparate),485
respondí tan desdeñosa,
que pudiera, a no adorarme,
mudar de imaginación
y ponella en otra parte;
pero amor, que, verdadero,490
sufre y calla hasta vengarse,
le dió para mis desdenes
paciencia y valor notable.
Con esto alcanzó de mí
venir una noche a hablarme:495
En medio estuvo una reja;
pero no para escucharle.
Sus tiernas quejas oí,
sus amores y humildades;
porque en los principios son500
muy humildes los amantes.
Esta noche trujo muchas:
crecieron las amistades,
y fué perdiendo el amor
el respeto a los altares.505
Apretéle el casamiento,
y él se lo dijo a su padre,
hombre rico y veinticuatro,
de buena opinión y sangre.
Como supo mi pobreza,510
¡oh Enrique!, pensó matarle;
aunque en la sangre bien pienso
éramos harto iguales.
En fin, para divertirle,
quiere el viejo que se case515
con una mujer más rica
que de codiciosas partes.
Con esto celosa y triste,
fingí, señor, retirarme;
que aprietan mucho desdenes520
donde ha habido voluntades.
No fueras tú mal tercero
con tu amor para abrasarle;
que donde hay competidor
no hay boda que se dilate;525
mas hase alterado todo,
como eres un mar tan grande;
de suerte, que mi barquilla
se anega en tus tempestades.
Él sabe lo que me quieres,530
mi resistencia no sabe;
por ti mi remedio pierdo
(que yo supiera obligarle),
y más agora que estás
donde Dorotea infame535
de mi honor y de sus puertas
te ha dado, Enrique, las llaves.
Bien sé que mi resistencia
ya no puede ser que baste
a la traición que me han hecho540
por el interés infame;
mas como Roma ha tenido
la matrona venerable
que ha honrado con su laurel
a la castidad triunfante,545
haz tu gusto, pues no puedo
defenderme ni librarme;
que también tendrá Sevilla
una mujer que se mate.
DON ENRIQUE
Teodora, yo te he escuchado550
con atento y tierno oído:
el amor me has reportado,
el brazo me has detenido,
y el corazón lastimado.
Contásteme que quisiste555
un hombre, y de verte triste,
con tal lástima te oí,
que vengo a tener de ti
la que de mí no tuviste.
Bien me pudiera vengar560
de tus desdenes, Teodora;
pero llegar a mirar
mujer que por otro llora,
¿a quién no basta a templar?
No me has quitado el amor565
(que nunca amor es mayor
que cuando es tenido en poco);
pero has vuelto cuerdo a un loco,
dando materia al valor.
Toda estás en mi poder,570
y esto basta a darme nombre;
que rendirse a su querer
es más victoria del hombre
que no el gozar la mujer.
En efecto, has confesado575
que estás sujeta a mi gusto,
con que ya estoy reportado;
que a quien se rinde, no es justo
no hacerle partido honrado.
Y ha sido gran desvarío580
no haberme dicho el desvío
que ya por tu amor arguyo,
porque a haber sabido el tuyo,
no se adelantara el mío.
Pero ya que sé que quieres,585
yo preguntaré quién es,
y será tuyo, pues eres
tan firme en tanto interés;
cosa bien nueva en mujeres.
Yo te prometo casarte,590
aunque se interponga el Rey
para que venga a rogarte,
aunque mujer de tal ley
más honra que puede honrarte.
Si cuentan de Cipïón595
que volvió por la opinión
de aquella hermosa mujer,
España te ha de tener;
que en ella todos lo son.
Sin con las hijas de Dario600
fué Alejandro al nombre igual
fué a su fama necesario;
yo he sido más liberal,
si es amor mayor contrario.
Algún tiempo me darán605
nombre de cortés galán
las historias de Sevilla;
mas soy por padre Castilla,
y soy por madre Guzmán.
 

(Vase.)

 


Escena VII

DOROTEA
¡Enrique, Infante, señor!...610
Fuése. ¡Qué notable hazaña
en hombre que tiene amor!
Pero es muy propio valor
de un hijo de un rey de España.
¿Hase visto maravilla615
que mayor que aquésta sea?
¡Plega al cielo que Sevilla
coronar su frente vea
por príncipe de Castilla!
Ya por la escalera baja,620
aunque con mayor ventaja
por la de la fama sube.
Ya el alba en dorada nube
romper la noche trabaja.
Quiero despertar la fiera625
que con las viles me iguala,
por el interés que espera;
que no hubiera mujer mala
a no haber buena tercera.
Pero bien será cerralle,630
porque, si vuelve, no halle
la ocasión que puede asir,
si se vuelve a arrepentir
con los aires de la calle.
 

(Vase.)

 


Escena VIII

 

Habitación de DON JUAN.

 
 

(El VEINTICUATRO, LEONELO.)

 
LEONELO
¿Tú me atribuyes las locuras suyas?635
VEINTICUATRO
Su padre soy, Leonelo, no te espantes.
LEONELO
Mucho me espantan las palabras tuyas,
esto es acompañar locos amantes.
Pero de mi verdad quiero que arguyas
que no lo hiciera en pasos semejantes,640
a no temer que un hombre poderoso
mostrara su poder en un furioso.
Dios sabe que a don Juan he reportado
los pasos deste loco pensamiento,
y con buenos consejos estorbado645
de la Niña de Plata el casamiento:
sospecho que por mí no está casado.
VEINTICUATRO
Si intentara Don Juan tal casamiento,
yo buscara un esclavo a quien le diera
mi hacienda, o me casara, o me muriera.650
Cásese con mi gusto, y le prometo
hacerle veinticuatro de Sevilla,
con tales alimentos, que en efeto
más envidia le tengan que mancilla.
LEONELO
Don Juan es mozo agora, aunque es discreto.655


Escena IX

 

Un CRIADO, dichos.

 
CRIADO
De don Enrique, infante de Castilla,
está un criado aquí.
VEINTICUATRO
¿Qué es esto?
LEONELO
Creo
que debe de cansarle su deseo.
Querrá, por dicha, que a don Juan le mandes
que no pase la calle de la Niña.660
VEINTICUATRO
Luego ¿quiérela él?
LEONELO
Celos tan grandes
lo muestran bien.
VEINTICUATRO
Querrá que a don Juan riña.
Dile que entre, Adrián.
 

(Vase el CRIADO.)

 
LEONELO
Por Dios, que andes
con él como quien eres.
VEINTICUATRO
Cuando ciña
la espada que dejé verás mi pecho.665
LEONELO
Será de tu valor heroico hecho.


Escena X

 

FÉLIX. El VEINTICUATRO, LEONELO; después, DON ENRIQUE.

 
FÉLIX
El Infante, mi señor,
en persona quiere hablarte.
VEINTICUATRO
No tengo en mi casa parte
donde quepa tal favor;670
pero pudiendo llamarme
su alteza, es mucha llaneza...
FÉLIX
Mira que llega su alteza.
VEINTICUATRO
Quiero por la tierra echarme.
 

(Sale DON ENRIQUE.)

 
¿Qué es esto, invicto señor?675
DON ENRIQUE
Veinticuatro, aunque os espante
la visita de un infante,
bien cabe en vuestro valor.
VEINTICUATRO
Tomad, señor, esta silla,
porque en mi linaje quede680
por armas, que envidiar puede
la nobleza de Sevilla.
Dejaréla vinculada
en mi mayorazgo honrado,
con un telliz de brocado,685
y en blanca plata aforrada.
Sabrán mis hijos y nietos
que estuvistes vos aquí,
para que se honren ansí
y tengan altos respetos.690
Pero, señor, ¿qué ocasión
a tanta humildad os mueve?
DON ENRIQUE
Cumplir un rey lo que debe:
deudas las palabras son.
Yo la he dado a aquel criado695
que agora conmigo viene,
y una hermosa hermana tiene,
de ponerla en noble estado.
Y queriéndola cumplir,
me quise informar primero700
de algún mozo caballero
a quien pudiese elegir.
Supe que un hijo tenéis,
pienso que el nombre es don Juan,
muy galán, y su galán;705
que esto por vos lo sabréis.
Daré veinte mil ducados
de dote a aquesta doncella,
aunque en las virtudes della
van más de cien mil guardados.710
Sin éstos, le daré cuatro
para joyas a Teodora,
que es pobre en extremo agora;
y para vos, Veinticuatro,
me da mi hermano el Maestre715
un hábito de Santiago.
Con esto mi deuda pago.
VEINTICUATRO
No sé, señor, cómo os muestre
debido agradecimiento.
DON ENRIQUE
Con ir después a Palacio,720
donde tratemos despacio
la forma del casamiento.
¿Respondéis que sí?
VEINTICUATRO
Señor,
mil veces digo que sí.
DON ENRIQUE
Quedaos con Dios. Yo cumplí,725
Félix, mi deuda en rigor.
FÉLIX
Mil veces beso tus pies.
Mi hermana voy a avisar.
 

(Vanse DON ENRIQUE y FÉLIX.)

 
VEINTICUATRO
Veme, Leonelo, a llamar
a don Juan.
LEONELO
Ya ¿no le ves?
730


Escena XI

 

DON JUAN, CHACÓN. El VEINTICUATRO, LEONELO.

 
DON JUAN
Viendo, señor, entrar a don Enrique,
tanta pena me dió, que si pudiera,
me fuera en este punto de Sevilla.
¡Infantes te visitan! ¿Qué te quieren?
VEINTICUATRO
Huélgome de que estés tan ignorante;735
que, por lo menos, me darás albricias.
La Niña es tu mujer.
DON JUAN
¿De qué manera?
VEINTICUATRO
Cásala de su mano don Enrique,
por pagar los servicios de su hermano;
dale de dote veinte mil ducados,740
sin cuatro para joyas, y el Maestre,
su hermano del Infante, me da un hábito,
cosa tan deseada de mi pecho,
y que a mis enemigos dará envidia.
¡Bendita sea la hora que miraste,745
don Juan, esta mujer! ¡Bendito sea
el primero renglón que le escribiste!
¡Oh Niña de mis ojos, que a tenellos
el alma, en los del alma la pusiera!
Concertados quedamos de que luego750
vamos los dos donde esto se concierte.
DON JUAN
¡Oh cuánto la codicia desatina!
Cuando yo os suplicaba, padre mío,
que con Teodora pobre me casárades
(que entonces era pobre y virtuosa),755
no fué posible ni aun oír nombrarla;
y agora que es Teodora infame y rica,
y un hábito os prometen de Santiago,
¡ponérmele queréis de sambenito!
VEINTICUATRO
¡Teodora infame y rica!
DON JUAN
No le obliga
760
al Infante la deuda de su hermano,
sino la de la honra, que la debe.
Anoche vió Leonelo que entró Enrique
en su casa a las doce; y fuera desto,
a Chacón envió cerca del alba,765
y vió cómo salía, y que en la calle
le esperaban don Arias y el Maestre.
VEINTICUATRO

 (A LEONELO.) 

¿Tú viste entrar a don Enrique?
LEONELO
En todo
dice don Juan verdad.
VEINTICUATRO
¿Y tú le viste,
Chacón, salir al alba?
CHACÓN
Ya quería
770
correr la noche su cortina lóbrega,
y aparecer la luz del alma cándida,
como dicen poetas en esdrújulos
cuando salió de ver la Niña el Príncipe
dejándola preñada de dos cónsules.775
VEINTICUATRO
Pues, hijo, aunque me dieran tantos hábitos
cuantos la religión darme pudiera
y la dotara Enrique en las dos Indias,
para Chacón no la tomara.
CHACÓN
¡Cómo!
¿No hallaste otro más triste y desdichado?780
DON JUAN
Esto te digo estando enamorado.
VEINTICUATRO
Darte quiero mis brazos, y con ellos
mi bendición. Mas vamos a palacio,
donde al Infante con honrada excusa
podré decir que estabas tú casado785
cuando lo prometí, no lo sabiendo.
DON JUAN
Yo llevaré mujer, como tú quieras.
VEINTICUATRO
¿Fingida?
DON JUAN
Sí, que no ha de ser de veras.
VEINTICUATRO
Pues Leonelo y Chacón serán testigos.
CHACÓN
Para falsos, yo tengo cuatro amigos.790
 

(Vanse.)

 


Escena XII

 

Salón del Alcázar.

 
 

El REY, DON ENRIQUE, el MAESTRE, DON ARIAS.

 
REY
En viéndole, presumí
de lo que estaba doliente.
DON ENRIQUE
Rendiréisme fácilmente,
si sois los dos contra mí.
MAESTRE
Él es el mejor galán795
que trató cosas de amor.
REY
¡Qué gentil don Galaor!
DON ENRIQUE
Basta; que vaya me dan.
REY
Mucho me ha pesado, Enrique,
que seas tan para poco.800
DON ENRIQUE
¿Queréis que me vuelva loco?
MAESTRE
¡Que un hombre se signifique
perdido de enamorado,
y que le den ocasión
sin gigantes, sin dragón,805
sin pasar el mar a nado,
sin escala puesta al muro,
sin fuerte competidor,
sin alcaide del honor,
y todo el campo seguro;810
que no temiese marido,
hermano, padre o criado;
que haya con su llave entrado,
y todo el mundo dormido;
y que en viendo a quien buscaba815
se le hiele el corazón,
y que pierda la ocasión
que los cabellos le daba!
Mira, Enrique, desde hoy más
no hables con hombres ni entre hombres.820
DON ENRIQUE
Maestre, más viles nombres
merezco que aquí me das;
pero yo sé que no ha sido
flaqueza.
REY
Pues ¿qué?
DON ENRIQUE
Valor.
REY
Virtud es, teniendo amor,825
el haberle resistido;
mas querer hacer virtud
lo que entonces fué flaqueza,
no lo crea vuestra alteza,
así Dios le dé salud.830
DON ENRIQUE
Mire vuestra majestad
que entonces lo mismo hiciera,
si una dama le pidiera
con las dos manos piedad.
REY
Anda, Enrique, no procures835
hacerte valiente agora.
DON ARIAS
Aquí ha llegado Teodora.
MAESTRE
¿Mas que viene a que la cures?
REY
¡Teodora! Pues ¿a qué efeto?
MAESTRE
¿Mas que se viene a quejar840
de la fuerza?
REY
¿Qué es forzar?
Antes la tuvo respeto.


Escena XIII

 

DOROTEA, TEODORA, el escudero. Dichos.

 
REY
Seas, Teodora, bien venida,
cuéntanos este suceso,
porque pierde Enrique el seso845
de que vengas ofendida.
¿Cómo fué? ¿Qué sucedió?
¿Tembló? ¡Lloró? ¿Tuvo frío?
Para preciarse de brío,
mucho crédito perdió.850
DOROTEA
Suplico a tu majestad
que estime mucho al Infante
por el más cortés amante
que ha tenido voluntad.
Mire que no vengo aquí,855
como presume, a quejarme.
REY
¿A qué vienes?
DOROTEA
A casarme.
REY
¿A casarte?
DOROTEA
Señor, sí.
REY
¿Cosa que fuese con él?
DOROTEA
No soy tan loca, señor;860
que sólo quiere mi honor
que vuelva el suyo por él.
REY
Más confuso estoy agora.
Enrique, aquesto declara.
DON ENRIQUE
Presto verás en qué para,865
que es en casarse Teodora.
REY
¿Con quién?
DON ENRIQUE
Ya viene con quien.
REY
Menos lo entiendo, por Dios.


Escena XIV

 

El VEINTICUATRO, DON JUAN, MARCELA, LEONELO, CHACÓN. Dichos; después, FÉLIX.

 
VEINTICUATRO

 (Hablando aparte a los que vienen con él.) 

juntos lleguemos los dos.
DON JUAN
Llegue Marcela también.870
VEINTICUATRO

 (A DON JUAN.) 

Después de besar sus pies,
di como estabas casado,
y que a Marcela obligado,
la mano es bien que le des.
DON JUAN
No conozcan a Marcela,875
y se entienda la invención.
DON ENRIQUE
El novio y su padre son.
REY
Mas tu intención me desvela.
 

(Sale FÉLIX.)

 
VEINTICUATRO
Pues está su majestad
presente, haciéndole salva,880
quiero, generoso Enrique,
honor y gloria de España,
venir a dar mi disculpa
de no cumplir la palabra
que, ignorante del suceso,885
como a rey te di en mi casa.
Tú me mandaste que diese
para Teodora a quien llama
Niña de Plata Sevilla
por el valor de sus gracias,890
a mi hijo por marido,
diciendo que le dotabas
para pagar a don Félix
su servicio.
DON ENRIQUE
Verdad clara.
VEINTICUATRO
Veinticuatro mil ducados895
de dote le señalabas,
y a mí un hábito.
DON ENRIQUE
Es ansí,
aunque su virtud bastaba.
VEINTICUATRO
Aceté luego el partido,
y en tus generosas plantas900
puse mi boca; y contento,
a don Juan, que ausente estaba,
busqué y dije su ventura;
pero él respondió: «Una dama
que conoces, es mi esposa,905
con obligaciones tantas,
que he de morir o cumplillas.»
Entristecióseme el alma;
y para que no creyeses
que a mi palabra faltaba,910
los traigo a los dos.
DON ENRIQUE
¿Qué dices?
VEINTICUATRO
Lo que me pesa y me pasa.
DON ENRIQUE
¿Tú eres don Juan?
DON JUAN
Sí, señor.
DON ENRIQUE
¿Casado estabas?
MARCELA
Repara,
señor, en que esto es mentira;915
que soy de don Félix dama,
el hermano de Teodora;
que no sabiendo que tratas
de casarla con don Juan,
me sacaron de mi casa920
para disculpar su engaño
y no hacer lo que les mandas.
REY
Pues, Veinticuatro, ¡a los reyes
que honrar sus vasallos andan,
estos engaños se hacen!925
¡Así los reyes se engañan!
Si Enrique casar quería
a Teodora, ¿no bastaba,
para que os viniera bien,
ser mi sangre y vos ser nada?930
¡Vive Dios, que desde aquí
a los dos en esta plaza
han de cortar la cabeza!
VEINTICUATRO
Señor, escucha la causa,
pareceráte piadosa.935
Anoche don Juan estaba,
con los que presentes miras,
a la puerta desta dama,
y vió que con una llave
entró el Infante en su casa,940
y que salió con el día
sabe el Maestre y don Arias:
honra me obligó, señor.
DON ENRIQUE
Pues ya tanto te declaras,
diré verdad, ¡vive el cielo!,945
poniendo mano a la espada,
con la cual sustentaré
de sol a sol en campaña
a mi igual y a todo hidalgo
que es Teodora tan honrada,950
que ninguna hay en Sevilla
que sea más, ni en España.
Que entré, es verdad; mas compré
con oro y pasos la entrada,
y sin que ella lo supiese,955
llegué anoche hasta su cama.
De sus lágrimas temblé;
y escuchando sus palabras,
me dijo toda la historia
que entre ella y don Juan pasaba.960
Matarse quiso; detuve
su brazo; y viendo que tanta
firmeza merece premio,
allí prometí casalla.
Aprovechóme el valor,965
y quise más ganar fama
de hombre que supo vencerse
(que es el mayor lauro y palma),
que dar rienda al apetito.
Y así, en esta cruz sagrada,970
adonde la mano pongo,
y Dios puso las espaldas,
juro que esto pasa ansí;
y miente quien desta dama
piense o crea lo contrario.975
DON JUAN
Señor, que lo digas basta
para que el mundo lo crea,
y más el que tanto gana,
pues, en efeto, la adora.
VEINTICUATRO
Llega pues, don Juan, ¿qué aguardas?980
Ni quiero para tu dote
mas que su virtud y gracia,
ni más hábito en mi pecho
que una nuera tan honrada.
REY
¿Cómo no? Si dió el infante985
veinticuatro mil, añadan
otros tantos que doy yo.
MAESTRE
Pues no es razón que se vaya
sin mi ofrenda. Aunque soy pobre,
dos villas le doy.
REY
Aguarda;
990
que a su padre quiero hacer
alcaide de nuestro Alcázar.
MAESTRE
Hábito con encomienda
le mando.
MARCELA
Ya estás casada.
Ruega a Félix que me quiera.995
FÉLIX
Yo, Marcela, aunque no haya
infantes que te aseguren
poniendo mano a la espada,
digo que soy tu marido.
CHACÓN
Todos se alegran y casan;1000
perezca el pobre Chacón.
Nunca nadie le dé nada.
DON JUAN
Yo te mando mil escudos.
CHACÓN
¿Son de paciencia o de pasta?
DON JUAN
Del nombre de mi mujer.1005
REY
En llegando doña Blanca,
los dos seremos padrinos.
DON JUAN
Aquí la comedia acaba
llamada El Cortés galán.
DOROTEA
¿Cómo?
DON JUAN
Y La Niña de Plata.
1010