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ArribaAbajoJornada II

 

Sale BELISA con diferente vestido del que llevó al campo.

 
BELISA
   Temerario pensamiento,
que teniendo el mundo en poco
junto a la luna, a ser loco,975
sobre las alas del viento
colocastes vuestro asiento,
¿qué desdicha, qué cuidado
hoy os ha puesto en estado
que habéis tan hermosas plumas980
entre las blancas espumas
del mar de amor sepultado?
   Sale vestida la nave
de jarcias y de banderas,
con las velas tan ligeras985
que el viento piensa que es ave;
mas el de popa, suave,
vuelve con fácil mudanza
en huracán la bonanza,
por que no pueda ninguna990
del rigor de la fortuna
asegurar la esperanza.
   Florece un árbol temprano
cuando el ruiseñor suspira,
la primavera le mira995
llena de flores la mano;
mas llega el hielo tirano
y, con intensos rigores,
los pimpollos y colores
cubre de tristeza y luto, 1000
porque hasta tener el fruto
no están seguras las flores.
   Por más que en el nido esconda
el ave sus pajarillos,
como los fuertes castillos1005
con su cava, muro y ronda,
dispara el pastor la honda
y con violencia importuna,
sin dejar pluma ninguna,
le arroja piedra villana;1010
que no hay resistencia humana
al golpe de la fortuna.
   Nave en el mar parecía
mi libertad en amor,
árbol vestido de flor1015
mi locura y bizarría,
nido que el ave tejía
era mi seguro olvido;
mas vino amor atrevido
y, con el galán Cardona,1020
puso al pie de su corona
la nave, el árbol y el nido.
   Vencedor de estos despojos
me mata sin ser culpado;
que no sabe mi cuidado1025
aunque le dicen mis ojos
con amorosos enojos.
Soy mariposa en llegarme
a la llama y retirarme,
y tanto amor me desvela,1030
que doy tornos a la vela
y no acabo de quemarme.
 

(Sale FINEA.)

 
FINEA
   Sin quitarme el manto vengo,
por darte presto el recado.
BELISA
¿De prisa? Será desdicha,1035
que nunca vienen despacio.
FINEA
Hallé la casa -que fue
en Madrid nuevo milagro,
que no sabe del segundo
quien vive el primero cuarto-,1040
dile el papel, abrazome,
diome este doblón de a cuatro...
BELISA
¿Oro tiene?
FINEA
¿Por qué no?
BELISA
Que no se le dio me espanto
a la señora Lucinda.1045
Muestra.
FINEA
Toma.
BELISA
Yo le guardo
por ser la primera prenda
que tengo suya.
FINEA
Es cuidado
que te perdonara yo,
y prenda que él no te ha dado1050
no merece estimación.
BELISA
Por él, Finea, te mando
un hábito de picote.
FINEA
No, sino el tuyo de raso.
BELISA
Soy contenta. Dime agora1055
qué respondió.
FINEA
En tono bajo
leyó y dijo: «Linda letra».
BELISA
¿No dijo nada a la mano?
FINEA
No, a fe.
BELISA
No era de Lucinda.
FINEA
Llamó a Tello, y el picaño1060
a tres «holas» respondió,
que estaba hablando en el patio.
Pidió la capa y la espada,
y díjome: «Luego parto
a ver qué manda aquel ángel».1065
BELISA
¿«Ángel» dijo? Eso es engaño.
FINEA
Es verdad, que lo añadí
por aquello de la mano;
que la lisonja es la fruta
que más se sirve en palacio,1070
y en ti un ángel más o menos
no es lisonja, habiendo tantos.
BELISA
¿En cuerpo estaba, en efeto?
FINEA
Un gabancillo leonado
tenía, untado con oro.1075
BELISA
¿Con gabán? Es cierto caso
que tendría bigotera.
FINEA
No la nombres, que me espanto
de ver los hombres con ella,
y hay muchos tan confiados1080
que a la ventana se ponen,
que es como asomarse un macho.
Mientras tiene bigotera,
un hombre ha de estar cerrado
en un sótano.
BELISA
Si es de ámbar,
1085
con cairel de oro, no es malo,
y quitada importa poco.
FINEA
Siempre pienso que, asomando
la boca por entre el cuero,
me coca algún mono zambo.1090
BELISA
¿Hubo montera?
FINEA
El cabello
sirve a los mozos, este año,
de montera y papahígo.
BELISA
Bien parecen aseados.
Ahora bien, va de aposento.1095
¿Hay gran pobreza?
FINEA
¿Un soldado
qué ha de tener? Las paredes
vestían cuatro retratos:
uno del rey, que Dios guarde,
y otro de Lucinda al lado.1100
BELISA
¿Y no tuvo celos?
FINEA
¿Cómo?
BELISA
¿No ves, necia, que hace caso
la imaginación, y celos
son hombres imaginados?
¿Y de quién eran los otros?1105
FINEA
El uno de don Gonzalo
de Córdoba, su pariente,
que en los países y estados
de Flandes, me dijo Tello,
que anduvo con él.
BELISA
Aguardo
1110
el vestido de la noche.
FINEA
¿La cama dices? De raso
de la China un pabellón;
lo limpio no sé pintarlo,
que un tafetán lo cubría;1115
lo demás, baúles, trastos
de casa, ajuar de mozos:
libros, guitarra, ante, casco,
y un broquel en un rincón.
BELISA
Sin duda viene. Habla paso.1120
FINEA
¿En qué lo ves?
BELISA
En el alma,
que me lo ha dicho temblando.
 

(Salen DON JUAN y TELLO.)

 
JUAN
   ¿Puedo yo penetrar su entendimiento?
¿No ves que fuera necia diligencia?
TELLO
Sí, pero... en su presencia 1125
estar como novicio de convento,
que no ve tierra, más de la que pisa...
JUAN
Tello, yo bien presumo que Belisa
me tiene voluntad; pero en efeto,
en esto solo quiero ser discreto, 1130
no siendo confiado.
Demás que no es amor haberme honrado
con hacerme merced, y si lo fuera,
no llegara Belisa a ser tercera
de los amores de Lucinda.
TELLO
Mira
1135
que se suele cubrir una mentira
con capa de verdad, y el que se llama
galán no ha de aguardar a que la dama
le requiebre primero.
Iba un fraile devoto caballero1140
y, cuando tanta espuela le metía
a la mula, decía:
«Arre, por caridad, hermana mula».
JUAN
Belisa nos escucha. Disimula.
BELISA
Señor don Juan, ¿sin verme tantos días?1145
¿Qué es esto? Ingratamente lo habéis hecho.
¿Trocamos vos y yo las bizarrías?
JUAN
Estoy de vuestra gracia satisfecho;
pero por no cansaros
me habrá de suceder desobligaros.1150
BELISA
Señor don Juan, a cierta dama un día
presentó un papagayo un caballero,
diciéndole que todo lo sabía,
si no era hablar. Lo mismo os considero:
vos sois galán, discreto y entendido,1155
apacible, valiente y bien nacido,
modesto, airoso, atento y de buen trato,
y solo os falta hablar, por ser ingrato.
Y tú, Tello, también.
FINEA
Cual es el dueño,
tal el criado.
TELLO
A fe de calahorreño
1160
que estoy sin culpa yo, que solo he sido
lechón de aqueste pródigo perdido,
eco de aquesta voz. Parte el Cardona,
verás que soy la maza.
JUAN
¿Y yo?
TELLO
La mona.
JUAN
Bueno por vos me pone.
BELISA
Bien merece
1165
vuesa merced que Tello así le trate.
JUAN
¿Vuesa merced?
TELLO
¿Yo soy un disparate?
BELISA
No hay tan bravo león que no se rinda
a los divinos ojos de Lucinda.
¡Qué tierno habrá llorado el buen Cardona,1170
y qué habrá dicho allá de mi persona!
¿Pintome muy feísima? Que cierto
se haría un ermitaño en un desierto,
y tentación a mí, por lo del río
y los celos del Soto.
JUAN
Es desvarío.
1175
Contaros todo lo que pasa quiero.
Diré verdad a fe de caballero
aragonés, y Córdoba y Cardona,
y si mintiere, y esto no me abona,
no vuelva yo a los ojos de mi padre.1180
BELISA
Decid también «de mi señora madre».
JUAN
   Después, Belisa hermosa, que le distes
con tal gracia, a Lucinda, tales celos
en aquel Soto, donde sol salistes,
más claro que el que adoran Delfo y Delos,1185
escribiome un papel con ansias tristes
hasta en la letra -¡oh, vengadores cielos!-:
que en lágrimas envueltas y borrones
apenas se entendían las razones.
   Fui a verla, como allí me lo rogaba,1190
y hallela con la mano en la mejilla,
que el cuerpo en el estrado reclinaba;
saludela, llegué, tomé una silla.
Lucinda, que la puerta me negaba
-¡oh, castigo de amor!, ¡oh, maravilla!-,1195
me dio su estrado; que en llegando a estado
tan bajo amor, poco hay de estado a estrado.
   Tomándome las manos y bañando
las de los dos con lágrimas, decía
que me adoraba tiernamente, cuando1200
por obligarle a amor, desdén fingía.
Apenas, oh Belisa, vi llorando
la que ser piedra para mí solía,
cuando quedé como en la luz infusa
Atlante del espejo de Medusa.1205
   Declarome secretos pensamientos
de una razón de estado bachillera,
materia de obligar a casamientos,
que yo escuché como si piedra fuera.
Salí después de tantos sentimientos1210
tan desenamorado, que pudiera
vender olvido a la mayor constancia.
¡Gran cosa levantarse con ganancia!
   Cual suele labrador en noche oscura
dormir en la campaña a cielo abierto,1215
y ver la luz del alba hermosa y pura,
o todo el sol de súbito despierto,
así salí de confusión tan dura
súbitamente y desde el golfo al puerto,
que, despicado, en viéndome querido,1220
su llanto risa fue, su amor olvido.
   Ni la vi más ni la veré en mi vida.
Como, duermo, paseo y tiempo tengo
para mi pretensión, que, de perdida,
con verme libre, a restaurarla vengo.1225
No lágrimas, no más traición fingida;
a nuevo amor el corazón prevengo;
aunque quien resucita, nadie crea
que en volverse a morir discreto sea.
BELISA
   Notable historia.
JUAN
Yo os digo
1230
la verdad.
BELISA
¿Cierto?
JUAN
Tan cierto
que en mí fue sueño despierto
lo que en Lucinda castigo.
   No más Lucinda. Ya es hecho.
A vuestros ojos lo juro:1235
algún divino conjuro
me la ha sacado del pecho.
BELISA
   Tello, ¿es esto así?
TELLO
No sé
que pueda no ser así
porque esto pasa ante mí,1240
señora, de que doy fe.
   Ya cesó la devoción
de aquel su pasado arrobo,
porque come como un lobo
y duerme como un lirón;1245
   quitósele la celera
y el amor.
BELISA
Gracias a Dios.
TELLO
Pero enamoralde vos,
a lo divino tercera;
   dad sujeto a este galán1250
de vuestra mano.
BELISA
Sí, hiciera,
si alguna dama supiera
cómo la quiere don Juan.
TELLO
   Una así como vos...
BELISA
¿Yo,
Tello?
TELLO
Así, toda florida,
1255
despejada, bien prendida.
BELISA
Necia y lindísima, ¿no?
TELLO
   Más quiero engaños, rigores,
iras y celosas tretas
de las divinas discretas,1260
que de las necias favores.
JUAN
   Deja, Tello, a su elección
la dama que quiere darme.
BELISA
Quiero para asegurarme
que estéis en aprobación;1265
   que hay amante que, enojado,
sirve otro sujeto un mes
y vuelve a echarse a sus pies
más tierno y enamorado.
   Y aun busca satisfación1270
a su misma pesadumbre,
porque la mala costumbre
puede más que la razón.
JUAN
   Si yo volviere a querer
a Lucinda, plega a Dios...1275
BELISA
¡No juréis!
JUAN
Pues dadme vos,
por vuestro gusto, mujer
   que pueda amar y estimar,
y veréis lo que me obliga.
BELISA
Yo conozco cierta amiga1280
que de vos me suele hablar...
   Pero no, que me parece
que os volveréis luego allá.
TELLO
Apostaré que te da,
según la dama encarece,1285
   alguna doña Terrible.
BELISA
Pues eso, si la burláis,
que a Zaragoza volváis,
lo tengo por imposible.
JUAN
   Estando vos de por medio,1290
aunque sin mi gusto fuera,
con mil almas la quisiera.
BELISA
Yo intento vuestro remedio
   y quiero que la veáis;
mas primero que se rinda,1295
cuantas prendas de Lucinda
tenéis, guardáis y adoráis,
   mayormente su retrato,
me habéis de dar.
JUAN
Hoy haré
que las traiga Tello, en fe1300
de que ya le soy ingrato.
BELISA
   ¿Y será cierto?
JUAN
¿Pues no?
BELISA
¿Cumpliréislo todo ansí?
JUAN
Digo mil veces que sí.
¿Mas quién es la dama?
BELISA
Yo.
1305
 

(Vase.)

 
TELLO
   ¿Y tú no me quieres dar
una ninfa a quien querer?
FINEA
¿Qué tiene que me volver,
de Fabia después de estar
   un año en aprobación?1310
TELLO
Toda alhaja fregonil
rendiré a tu pie gentil.
FINEA
¿Hay retrato?
TELLO
Un san Antón
   para tener le pedí
en mi aposento.
FINEA
¿Y que no
1315
verá más a Fabia?
TELLO
¿Yo?
¿Mas quién es la ninfa?
FINEA
Mí.
 

(Vase.)

 
TELLO
   ¿Qué sientes de esto?
JUAN
Estoy loco.
TELLO
Ama, quiere aquí, porfía.
JUAN
A tal gracia y bizarría1320
darle mil almas es poco.
   ¡Con qué gusto dijo: «Yo»!
TELLO
¡Y la picarilla: «Mí»!
¿Vas enamorado?
JUAN
Sí.
TELLO
¿No ha de haber Lucinda?
JUAN
No.
1325
 

(Vanse, y salen el CONDE, FERNANDO y MÚSICOS.)

 
CONDE
   Ninguna cosa, Fernando,
me entretiene: estoy perdido.
FERNANDO
¿Cómo has de hallar el olvido
si estás siempre imaginando?
CONDE
   Como la imaginación1330
es madre de los concetos,
olvidan mal los discretos
que celos concetos son.
   De aquí nace que poetas
son los más enamorados,1335
imaginando, engañados,
a sus damas tan perfetas.
FERNANDO
   ¿En tantas difiniciones
de amor nunca van hallando
la verdad?
CONDE
No hay más, Fernando,
1340
que ser imaginaciones.
   ¿Belisa, en fin, se ha casado?
FERNANDO
El Cardona aragonés
es gentilhombre.
CONDE
Sí es,
con que más celos me ha dado.1345
FERNANDO
   Él entra en su casa ya
con libertad de marido.
CONDE
Bastante defensa ha sido.
Segura Belisa está,
   que a no ser marido, es cierto1350
que no sufriera galán,
y menos el tal don Juan.
Cantad algo, que estoy muerto.
 

(Siéntese en una silla y canten los MÚSICOS.)

 
MÚSICOS
   Antes que amanezca
sale Belisa,1355
cuando llegue al Soto
será de día.
CONDE
   Cuando ese estribo escribí,
¡qué bizarra la miré!
Cantad la copla, y haré1360
una endecha para mí.
MÚSICOS
   Mañanicas de mayo
salen las damas;
con achaques de acero
las vidas matan.1365
   No ha salido el alba,
y sale Belisa,
cuando etc.
 

(Salen LUCINDA y FABIA.)

 
FABIA
   Formaron tu pensamiento
los celos, que no el agravio. 1370
LUCINDA
Por estar herido Otavio
nuevos engaños intento.
FABIA
   Aquí está el conde.
LUCINDA
¡Y qué triste
está escuchando cantar!
¿Puede una mujer entrar?1375
FERNANDO
Nadie la entrada resiste
   a tal gracia y hermosura.
¿Señor, duermes?
CONDE
¿Qué me quieres?
FERNANDO
Que te buscan dos mujeres.
CONDE
¿Es Belisa por ventura?1380
LUCINDA
   No soy sino la mayor
enemiga de esa dama:
Lucinda soy.
CONDE
Por la fama
conozco vuestro valor.
LUCINDA
   En fe del vuestro he venido1385
a suplicaros.
CONDE
Primero
tomad una silla.
LUCINDA
Hoy quiero
satisfacer el oído
   de la verdad, que en ausencia
tanto ha escuchado de vos.1390
CONDE
Satisfaremos los dos
la fama con la presencia.
 

(Siéntanse.)

 
LUCINDA
   Esta natural pasión,
generoso conde Enrique,
que, contraria de la ira,1395
en nuestros pecho reside,
siempre la he juzgado igual,
y, si decirse permite,
ira y amor son lo mismo,
porque, como es imposible1400
que haya amor sin celos, y ellos
venganza de agravios piden,
es fuerza que entre la ira
adonde el amor la admite,
como se ve por ejemplos1405
de esposos y amantes firmes,
que mataron lo que amaban
por celos; de que se sigue
que la ira y el amor
no son diferentes fines1410
aunque, en principios, contrarios.
Todo este prólogo sirve
de que el amor y la ira
me traen a que os suplique
que, a mi remedio, el valor1415
de vuestra sangre os incline,
por la ofensa que también
de mis agravios recibe.
Vino don Juan de Cardona,
yo sé que una vez le vistes,1420
de Zaragoza a la corte,
caballero de la insigne
casa que en sus armas pone
plumas de pavón por timbre.
Un día que nuestro rey1425
corrió lanzas, nuevo Aquiles,
descuidada, y no de galas,
a ver y ser vista vine.
Mirando, pues, con el brío
que la espuela en sangre tiñe1430
del bridón, que con las alas
del viento las plantas mide,
cuando, a la sortija atento,
el que a dos mundos asiste
con solo un cetro, la lanza1435
pasa de la cuja al ristre,
y airosamente la lleva,
veo que el don Juan que os dije,
atento a las de mis ojos,
era de sus niñas lince.1440
La fiesta hizo fin, y amor
principio, que por oírle
halló lugar y esperanza
de quererme y de seguirme.
Desde aquel día hasta agora1445
en pretenderme prosigue
don Juan; mas yo, deseando
a mejor fin reducirle,
dile celos y desdenes,
falso arbitrio con que hice1450
que, mudando pensamiento,
otra dama solicite.
Esta, a quien tan bien lo sabe
no es razón que yo la pinte,
si bien en sus bizarrías1455
cuanto celebran consiste;
dejáronla mucha hacienda
sus padres; luce y repite
con bostezos de señora
a escuderos y tellices.1460
Esta, pues, que de don Juan
fue la encantadora Circe,
como aquella que entretuvo
sin entendimiento a Ulises,
no solo ha podido hacer1465
que me aborrezca y olvide,
sino que en el verde Soto
-que de puro cristal ciñe
Manzanares, y este mes
de verdes álamos viste-1470
le llamó marido. ¡Ay, cielos!
¿Cómo pude resistirme?
Desde aquel día me matan
celos y congojas tristes.
Llamele y díjele amores;1475
pero apenas quiso oírme:
que ensoberbece a los hombres
ver las mujeres humildes.
A los dos, Enrique ilustre,
una misma ofensa aflige;1480
y así es justo que a los dos
la misma venganza obligue.
Yo haré de mi parte cuanto
fuere a una mujer posible;
que las más tiernas amando,1485
con celos se vuelven tigres;
vos de la vuestra, y los dos
para los dos, que si rinden
celos, les daremos celos.
¡Al arma! ¡Mueran, suspiren!1490
No se han de casar: que a vos
os toca. O quedemos libres
o vengados; que aunque es fuerte,
no es el amor invencible.
CONDE
   Ya de vuestra relación1495
alguna parte sabía,
porque la enemiga mía
me dio a saber la ocasión.
La soberbia y presunción
de Belisa se ha rendido1500
al título de marido
y, con ser así, mi amor
se agravia de su rigor,
pues no me permite olvido.
   Por vos y por mí hacer quiero,1505
en lo que posible fuere,
lo que no contradijere
a la ley de caballero.
Que nos venguemos espero:
vos con celos de tan necio1510
galán, y yo, que me precio
de que estimen mis cuidados;
que es venganza de olvidados
hacer del rigor desprecio.
   Fuera de que puede ser,1515
-perdone vuestro valor-
que de fingir este amor
viniésemos a querer,
porque suele suceder
que, cosas de amor tratando 1520
dos libres, y no pensando
que pueden ser verdaderas,
venir a acabar en veras
lo que se empieza burlando.
   Yo me rindo al talle y brío1525
del galán aragonés;
pero no tanto, después
que Belisa ofende el mío.
Entremos en desafío,
dos a dos, adonde espere1530
vitoria el que más pudiere
en el campo de los dos;
y ayude Amor, pues es dios,
al que más razón tuviere.
LUCINDA
   Cierta será la vitoria,1535
Enrique, si me ayudáis.
CONDE
Mirad cómo la trazáis,
que resulte en vuestra gloria.
LUCINDA
En toda amorosa historia
no es bien que el fin se presuma.1540
Mujer soy, y será en suma,
con que disculpada quedo,
mío de amor el enredo,
y vuestra será la pluma.
CONDE
   Amor la imprima.
FABIA
¿Qué has hecho?
1545
LUCINDA
Vengarme de quien me agravia.
FABIA
Loca estás.
LUCINDA
Y es cierto, Fabia,
con tanto amor en el pecho.
 

(Vanse las dos.)

 
CONDE
Gran parte del mal desecho
con la venganza trazada.1550
FERNANDO
¿Qué habéis tratado?
CONDE
No es nada.
FERNANDO
Esta, dama es de don Juan...
CONDE
Toma, Fernando, el gabán,
y dame capa y espada.
 

(Vanse.)

 
 

(Salen BELISA y TELLO.)

 
BELISA
   ¿Joyas a mí?
TELLO
¿Por qué no,
1555
si eres la reina de Troya?
BELISA
¿Cuando está pobre don Juan,
finezas tan amorosas?
¿A mí, fénix de diamantes?
TELLO
Con el verso y con la prosa1560
que le enviaste, está loco.
BELISA
Pena me ha dado la joya.
¿Qué? ¿Se empeñó? ¿Cómo es esto?
TELLO
No ha sido empeño, señora,
sino el paternal dinero1565
que vino de Zaragoza;
que así como vio el soneto
dijo, con voz amatoria,
rompiendo medio bufete
de una puñada: «Cardona,1570
¿hay tan alta bizarría?
¡Que una señora componga
tales versos! ¡Malos años
para cuantos a Helicona
van por agua y alcacer!».1575
Y luego del baúl toma
la bolsa zaragocí
y dijo: «Tendrás agora
el mejor dueño del mundo».
Pero respondió la bolsa1580
en tiple de los escudos:
«Mejor soy para la olla».
Fuimos a la insigne puerta
que «Guardalacara» nombran,
sepulcro de oro y de seda,1585
de tantos cofres langosta,
y para el fénix Belisa,
fénix de diamantes compra,
porque el día de San Marcos,
que del Trapo llaman zorras,1590
salgas a matar guedejas
y dar envidia a valonas.
Pero dime, si es posible
reducir a la memoria,
el soneto que escribiste.1595
BELISA
Como yo, de amores loca,
no me osaba declarar,
dije ansí.
TELLO
Las musas oigan.
BELISA
   Canta con dulce voz en verde rama
Filomena dulcísima al aurora,1600
y en viendo el ruiseñor que le enamora,
con recíproco amor el nido enrama.
   Su tierno amante por la selva llama
cándida tortolilla arrulladora,
que si el galán el ser amado ignora,1605
no tiene acción contra su amor la dama.
   No de otra suerte al dueño de mis penas
llamé con dulce voz en las floridas
selvas de amor, que oyendo el canto apenas,
   se vino a mí, las alas estendidas,1610
porque también hay voces Filomenas
que rinden almas y enamoran vidas.
TELLO
   Por Dios, que es soneto digno
de que en sus obras le ponga
la marquesa de Pescara1615
que Italia celebra y honra;
o, pues también lo merecen,
en las canciones sonoras
de la Isabela Andreína,
representanta famosa,1620
pues hoy estiman sus versos
París, Nápoles y Roma.
¡Qué sonoridad, qué luces!
¿Y aquello de «arrulladora»?
Mal año para los cultos.1625
¡Qué claridad estudiosa!
¡Qué cultura! Dará envidia,
aunque laurel le corona,
al príncipe de Esquilache
y al retor de Villahermosa.1630
BELISA
¿Eres poeta por dicha?
TELLO
Y por desdicha notoria.
BELISA
Porque ese lenguaje, Tello,
a presumir me ocasiona
que haces versos.
TELLO
¡Oh, qué lindo!
1635
Oye una silva a una mona,
a quien requebró un galán
en peso la noche toda.
   Quedose en un balcón, donde solía
desde las doce de la noche al día1640
hablar cierto galán a una casada,
por cerrar la ventana su criada,
el animal que más imita al hombre,
aunque él sabe también tomar su nombre.
La mona, con el frío, en la cabeza1645
púsose un paño que tendido estaba,
con que la dicha moza se tocaba.
Vino el galán y, atento a su belleza,
tirábale al balcón, de cuando en cuando,
chinas, con que la mona despertando1650
saltó ligera y, en lo alto puesta,
le daba algunos cocos por respuesta.
Pensó que hablaba así por su marido
y la reja trepó, del hierro asido;
mas queriendo besarla de tal modo1655
le asió de las narices que, temiendo
que pudiera sacárselas del todo,
se estuvo lamentando y padeciendo,
hasta que el alba hermosa,
vestida de jazmín, con pies de rosa,1660
de ver los dos, amaneció riendo;
ella, del monicidio temerosa,
al pobre amante en vez de los amores
de arriba abajo le sembró de flores.
 

(Sale FINEA.)

 
FINEA
   Doña Lucinda de Armenta1665
y doña Fabia, su moza,
te quieren hablar.
BELISA
Di que entren.
TELLO
¿Eso dices?
BELISA
Pues ¿qué importa?
TELLO
Voyme por estotra puerta.
 

(Vase.)

 
FINEA
¿Qué aguardan? Entren, señoras.1670
 

(Salen LUCINDA y FABIA.)

 
LUCINDA
Si vuesamerced se acuerda
de que en la florida alfombra
de Manzanares, un día,
compitiendo con la aurora,
amaneció perla en nácar,1675
o rosa que baña aljófar,
siendo el pimpollo el sombrero,
y vuesa merced la rosa,
yo soy aquella mujer
que, engañada de mi sombra,1680
le pedí el galán prestado
sobre prendas de lisonjas.
Como le asió de la mano,
y subiendo en su carroza...
BELISA
No es carroza, sino coche,1685
o vuesamerced me honra
como llamar licenciado,
por la presbítera toga,
al que es de prima tonsura.
FABIA
Pienso que se finge boba.1690
BELISA
Soy cándida.
FABIA
Así parece.
BELISA
Finalmente, ¿en qué se apoya
esta celosa visita?
LUCINDA
En que su merced recoja
de noche al señor marido,1695
porque no es justo que corra
con ella sotos y prados
en carroza, coche o posta,
y que, en llegando la noche,
mi puerta y ventanas rompa,1700
ya con el pomo las unas,
ya con las piedras las otras.
Entró una de ellas por fuerza
y esta cadena me arroja,
diciendo que le escuchase.1705
Escuchele temerosa,
lloró en fin...
BELISA
¿Y con bigotes?
¡Válate Dios por Cardona!
LUCINDA
Diole después en mi estrado
tal desmayo, tal congoja,1710
que fue menester volverle
con agua de azahar y alcorzas.
BELISA
¡Qué ventura tener agua!
Si no la tenéis, señora,
él se queda a buenas noches.1715
¡Válate Dios por Cardona!
LUCINDA
Díjome de vos mil males:
que día y noche le rondan
la puerta criadas vuestras,
que os vio aquella tarde sola1720
y que le andáis persiguiendo.
BELISA
¿Soy una perseguidora?
¿Que yo le persigo, dice?
¡Válate Dios por Cardona!
Ahora bien, por el aviso,1725
la sirvo con esta joya
que hoy me ha enviado con Tello,
su famoso guardarropa,
porque el día de San Marcos
en la cadena la ponga.1730
Y vea vuesa merced
si ha menester otra cosa
de esta casa, que aquí queda
para su servicio toda.
LUCINDA
Porque sé las bizarrías1735
de esa mano poderosa,
tomo la joya y os beso
la mano ilustre.
FINEA
Perdona,
que no vi cosa más necia
que la que has hecho.
BELISA
¿Qué importa?
1740
FABIA
Y vos, señora Finea,
decid a Tello que escoja
otra dama, que después
que a Lucinda mi señora
sirve el conde don Enrique,1745
también de mí se apasiona
Fernando, su secretario,
y yo le quiero.
FINEA
Mejora
vuesa merced de galán.
LUCINDA
Él y don Juan se dispongan1750
a no alborotar mi casa
que, si otra vez la alborotan,
castigará su locura
el conde, porque me adora,
y a vuestra puerta, en la calle,1755
me aguarda con su carroza
para que vamos al Prado.
 

(Vanse las dos.)

 
FINEA
¡Estraña historia!
BELISA
Es historia
que me ha de costar la vida.
A la ventana te asoma.1760
Mira si es el conde Enrique.
FINEA
Mejor es que tú le oigas,
que desde el estribo llama.
BELISA
¡Qué libertad! Estoy loca.
 

(Dentro, el CONDE.)

 
CONDE
Al Prado, cochero, al Prado;1765
da la vuelta.
LUCINDA
Es la Vitoria
Magallanes de los coches.
FINEA
¡Qué propia voz de celosa!
BELISA
   A tanta desdicha mía,
¡ay de mí!, ¿qué puedo hacer?1770
¡Oh, mal haya la mujer
que del mejor hombre fía!
Que don Juan de amor de un día
se volviese a lo que amaba
primero, en razón estaba;1775
pero no, querer yo bien
y declarárselo a quien
por otra mujer lloraba.
   Halla un pájaro rompida
la jaula y, volando al viento,1780
cuando goza en su elemento
de la libertad perdida,
se acuerda de la comida
y vuelve a ver si está abierta,
con ser su cárcel tan cierta.1785
Así los amantes son,
que con saber que es prisión,
vuelven a la misma puerta.
   Volviose la voluntad,
aragonés caballero,1790
sin querer gozar del fuero
de su misma libertad.
Fie de su falsedad
mi enamorada afición.
¡Oh, qué necia condición1795
de una voluntad sencilla,
fiar almas de Castilla
a los fueros de Aragón!
   No me pesa, porque fui
necia, en que don Juan me rinda; 1800
pésame de que Lucinda
se haya vengado de mí.
Lo que no tuve perdí.
Menos a enojo me incita:
que una mujer más se irrita,1805
y más con tanto ademán,
que de quitalle el galán,
la burla de quien le quita.
   Lucinda, desdenes tales
han hecho que os quiera bien; 1810
que hay muchos hombres que a quien
los trata mal son leales.
¡Oh, amor, cómo son iguales
en esto buenos y malos!
No vienen con los regalos1815
y en los celos se resuelven,
que hay hombres perros que vuelven
adonde los dan de palos.
   ¡Qué mal se supo entender
mi ignorante bizarría,1820
cuando dije que quería
a un hombre de otra mujer!
La disculpa habrá de ser
no de Porcias y Lucrecias,
que, a no haber amor, si precias1825
que de ti se libren pocos,
ni se hallaran hombres locos,
ni hubiera mujeres necias.
 

(Salen DON JUAN y TELLO.)

 
JUAN
   Más de treinta mil ducados
de dote, sin esta casa,1830
tiene Belisa.
TELLO
¿Y las joyas,
ricos vestidos y alhajas,
son barro? Dichoso eres,
y advierte que, si te casas,
me des también a Finea.1835
JUAN
Yo te la doy.
TELLO
¿Aquí estaban?
JUAN
Señora mía y mi bien,
ya el alma se me quejaba
de vivir en vuestra ausencia,
si ausente vivo con alma.1840
BELISA
(Confusa estoy, lo mejor
es volverle las espaldas.)
JUAN
¿Fuese?
TELLO
¿No lo ves?
JUAN
Finea,
escucha.
TELLO
Tampoco habla.
JUAN
Tras ella iré.
TELLO
¿Para qué?
1845
 

(Vanse las dos.)

 
La puerta cierra a la sala.
JUAN
Pues ¿qué novedad es esta,
sin que sepamos la causa?
TELLO
Habelle dado la joya.
JUAN
Tello, en esas puertas llama.1850
TELLO
No he visto amante más pobre:
siempre parece que andas
de puerta en puerta.
JUAN
¿Es Finea
la que en la ventana aguarda?
TELLO
La misma.
JUAN
Finea ¿qué es esto?
1855
¿Este término esperaban,
de la señora Belisa,
mi deseo y mi esperanza?
FINEA
Dice mi señora...
JUAN
¿Qué?
FINEA
...que se vayan noramala. 1860
JUAN
Acabose.
TELLO
Aquí entra bien:
«Para vos traigo una carta».
JUAN
¿Qué habemos de hacer?
TELLO
No sé.
JUAN
Ven, que yo lo sé.
TELLO
¿Estas llaman
bizarrías de Belisa:1865
cerrar puertas y ventanas,
en agarrando la joya?
JUAN
Sígueme, que voy sin alma.
TELLO
El fénix se ha vuelto cisne
que, cuando se muere, canta.1870