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DICCIONARIO DE LA LITERATURA CUBANA
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DICCIONARIO DE LA LITERATURA CUBANA

 

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UHRBACH, Carlos Pío (Matanzas, 18.3.1872-Sanctí Spíritus, Las Villas, 24.12.1897). Hijo de una familia acomodada. Cursó los primeros estudios en su ciudad natal y los continuó en Estados Unidos, a donde fue con su hermano Federico. Juntos regresaron a Cuba e hicieron sus primeras lecturas de poetas románticos, parnasianos y simbolistas. Fue premiado por su soneto «A Colón» en un certamen celebrado en Matanzas. Se trasladó a La Habana con su hermano. Al igual que éste, colaboró en El Fígaro (1893-1897), La Habana Elegante (1893-1895) y Gris y Azul (1894). El noviazgo de Carlos Pío con Juana Borrero, cuyo desenvolvimiento puede ser apreciado en el Epistolario (1967) de esta poetisa, se vio interrumpido en 1896 por la emigración de ella y su familia a Cayo Hueso a causa de la guerra. Carlos Pío publicó algunas poesías en El Expedicionario, de Tampa, a cuya redacción perteneció Federico, y en la Revista de Cayo Hueso. Incorporado a la revolución, llegó a alcanzar el grado de teniente coronel. Tomó parte en la acción de La Jicarita bajo el mando del general Lacret. Comisionado por Maceo para entrevistarse con Estrada Palma, partió en 1896 hacia Estados Unidos disfrazado de fogonero. Partió hacia Cuba en una expedición dirigida por el comandante Delgado. Se ignora el lugar exacto de su caída en el campo de batalla. Dejó inéditos un libro de cuentos escrito en colaboración con su hermano, uno de retratos de escritores modernistas y un Diario que había comenzado a escribir en la guerra y que no se ha encontrado. Su obra poética fue publicada conjuntamente con la de su hermano en el libro Gemelas (La Habana, A. Miranda, 1894), donde dio a conocer sus poemas de «Camafeos», y más tarde en Oro (La Habana, Imp. Avisador Comercial, 1907), donde Federico recoge toda la producción de ambos y en el que los poemas aparecen sin la constancia de su autor. Con el primero de estos libros alcanzaron cierto renombre en América y en España.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Acosta, Agustín. Federico Uhrbach. Las montañas: cumbres de la materia. Los poetas: cumbres del espíritu. Discurso de ingreso leído por su autor en la sesión solemne celebrada [en la] Academia Nacional de Artes y Letras el día 3 de diciembre de 1938. Contestación al discurso de ingreso por Dulce Ma. Borrero de Luján. La Habana, Molina, 1938. Bolet Peraza, N. «Los hermanos Uhrbach», en Las Tres Américas. New York, (43): 115, jul., 1896. Borrero, Dulce María. «Evocación de Juana Borrero», en Revista Cubana. La Habana, 20: 43-63, jul.-dic., 1945. Borrero, Juana. Epistolario. Pról. de Cintio Vitier. La Habana, Academia de Ciencias de Cuba. Instituto de Literatura y Lingüística, 1966-1967. 2 v. Byrne, Bonifacio. «Gemelas», en Gris y Azul. La Habana, 1 (12): 4, nov. 22, 1894. Callejas, Félix. «Oro, versos de los hermanos Uhrbach», en Letras. La Habana, 3 (36): [s.p.] ago. 31, 1907. Carbonell, José Manuel. «Carlos Pío Uhrbach y Campuzano (1872-1897)», en su La poesía lírica en Cuba. Recopilación dirigida, prologada y anotada por [...]. T. 4. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1928, p. 411-443 (Evolución de la cultura cubana. 1608-1927, 4). Castellanos, Jesús. «Musa aristocrática. Oro. Versos de Carlos Pío y Federico Uhrbach», en La Discusión. La Habana, 19 (182): 12, jul. 2, 1907. Collantes, José M. «A la memoria del poeta. Carlos Pío Uhrbach», en El Fígaro. La Habana, 15 (47): 490, dic. 24, 1899. Conde Kostia, seud. de Aniceto Valdivia. «Reflejos de gloria. Los Uhrbach», en El Fígaro. La Habana, 12 (31 y 32): 390, ago. 4 y 11, 1907, resp. «Dos poetas hermanos», en La Habana Elegante. La Habana, 10 (8): 7, feb. 25, 1894. G[arcía] C[isneros] F[rancisco]. «Carlos Pío Uhrbach», en El Hogar. La Habana, 11 (18): 1, jun. 3, 1894. García Cisneros, Francisco. «Gemelas», en Gris y Azul. La Habana, 1 (5): 5, oct. 4, 1894. «Gloria póstuma», en El Fígaro. La Habana, 32 (15): 465, abr. 9, 1916. Herrera, Darío. «Un libro nuevo», en La Habana Elegante. La Habana, 10 (51): 7-8, dic. 23, 1894. Lezama Lima, José. «Carlos Pío Uhrbach», en su Antología de la poesía cubana. T. 3. La Habana, Consejo Nacional de Cultura, 1965, p. 500-501. Lizaso, Félix, y José Antonio Fernández de Castro. «Carlos Pío Uhrbach»,en su La poesía moderna en Cuba. Antología crítica, ordenada y publicada por [...]. Madrid, Editorial Hernando, 1926, p. 83-84. López Penha, Abraham Z. «Gemelas, por Carlos Pío y Federico Uhrbach», en La Habana Elegante. La Habana, 11( ): 5, mar. 31, 1895. Luque, Mario. «Oro», en Letras. La Habana, 3 (33 y 34): [s.p.] jul. 15 y 30, 1907, resp. Monner Sans, José María. Julián del Casal y el modernismo hispanoamericano. México, D.F., El Colegio de México, 1952, p. 113. Portuondo, José Antonio. «Apuntes sobre los Urbach [sic]», en Universidad de La Habana. La Habana, (100-103): 39-72, ene.-dic., 1952. Raúl Francisco, seud. de Francisco García Cisneros. «Crónicas», en El Hogar. La Habana, 11 (19): 2, jun. 17, 1894. Vitier, Cintio. Lo cubano en la poesía. La Habana, Universidad Central de Las Villas, 1958, p. 276-277.

UHRBACH, Federico (Matanzas, 1.10.1873-La Habana, 31.7.1932). Nació en una familia acomodada. Cursó los primeros estudios en Matanzas. Continuó su educación en Estados Unidos, a donde fue en compañía de su hermano Carlos Pío. Siempre con él, regresó a Matanzas y se trasladó después a La Habana. Al igual que su hermano colaboró en La Habana Elegante (1893-1895), El Fígaro (1893-1927) y Gris y Azul (1894). En 1895 se comprometió con Elena Borrero, poetisa como su hermana Juana, la novia de Carlos Pío. Al año siguiente fue a Cayo Hueso, donde contrajo matrimonio con Elena. Colaboró en la Revista de Cayo Hueso, El Yara, El Expedicionario, Las Tres Américas, Cuba y América. Fundó, en unión de José Govín el semanario separatista Los Azules. De nuevo en Cuba, formó parte de la redacción de El Fígaro, tuvo a su cargo secciones fijas en El Heraldo y en La Nación y colaboró en El País, La Discusión, Letras. Su obra Dolorosa, con música de Eduardo Sánchez de Fuentes, fue estrenada en el Teatro Nacional en 1910 y puesta en escena, en 1911, en el Teatro Balbo de Turín. En la Exposición Nacional efectuada en La Habana en 1911, su obra literaria obtuvo mención. Cesanteado de su cargo de Jefe de Negociado de la Propiedad Intelectual, conoció días de miseria. Ocupó otros cargos burocráticos en la Secretaría de Instrucción Pública. Miembro fundador de la Academia Nacional de Artes y Letras y secretario de su Sección de Literatura. Fue miembro correspondiente de varios congresos internacionales de América Latina. Figuró en la antología Arpas cubanas (1904). El conjunto de poemas bajo el título «Flores de hielo» fue publicado con las poesías de su hermano Carlos Pío en el tomo Gemelas (La Habana, A. Miranda, 1894). Más tarde recopiló toda la producción de ambos en el tomo de poemas titulado Oro (La Habana, Imp, Avisador Comercial, 1907), en el que no se hace constar la autoridad de ninguno de los dos sobre los textos. Dejó inéditos un libro de cuentos escrito en colaboración con su hermano Carlos Pío, varios volúmenes de prosa y verso (Collar de cuentos, El dolor de la vida, Rimas para ella, Más allá, Trigales de oro, Diafanidad) y la fantasía lírica Niebla de ensueño, que fue llevada a la escena en La Habana. Usó los seudónimos Tulio Arcos, Jorge Brummel y René de Vinci.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Amor de ensueño y de romanticismo. Versos premiados en los Juegos Florales celebrados por el «Ateneo y Círculo de La Habana», en el gran Teatro Nacional, la noche del 14 de mayo de 1908. La Habana, Imp. Avisador Comercial, 1908. Dolorosa. Idilio trágico, con un pról. y dos actos. Música de Eduardo Sánchez de Fuentes. Obra subvencionada por el Ayuntamiento de La Habana y estrenada en el Gran Teatro Nacional la noche del 23 de abril de 1910. La Habana, Imp. P. Fernández, 1910. Resurrección. Nuevos Poemas. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1916.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Acosta, Agustín. Federico Uhrbach. Las montañas: cumbres de la materia. Los poetas: cumbres del espíritu. Discurso de ingreso leído por su autor en la sesión solemne celebrada [en la] Academia Nacional de Artes y Letras el día 3 de diciembre de 1938. Contestación al discurso de ingreso por Dulce María Borrero de Luján. La Habana, Molina, 1938. Amadís, seud. de Eduardo Alonso. «Dolorosa», «La tercera Dolorosa» y «Dolorosa», en El Mundo. La Habana, 11 (3 294, 3 297 y 3 299): 5, 5 y 5, abr. 24, 27 y 29, 1910, resp. Baeza Flores, Alberto. «Federico Uhrbach», en su Las mejores poesías cubanas. Introd., selección y notas por [...]. Barcelona, Editorial Bruguera, 1955, p. 32 (Colección Laurel, 40). «El banquete en honor de Uhrbach», en El Fígaro. La Habana, 13 (37): 454, set. 15, 1907. Bolet Peraza, N. «Los hermanos Uhrbach», en Las Tres Américas. New York, (43): 115, jul., 1896. Byrne, Bonifacio. «Gemelas», en Gris y Azul. La Habana, 1 (12): 4, nov. 22, 1894. Caillet Bois, Julio. «Federico Uhrbach (1873-1932)», en su Antología de la poesía hispanoamericana. Madrid, Aguilar, 1965, p. 849. Callejas, Félix. «Oro», en Letras. La Habana. 3 (36): [s.p.] ago. 31, 1907. Carbonell, José Manuel. «Desde mi observatorio. Resurrección. Federico Uhrbach», en La Nación. La Habana, : 6, jun. 1º, 1916; «Federico Uhrbach y Campuzano (1873)», en su La poesía lírica en Cuba. Recopilación dirigida, prologada y anotada por [...]. T. 4. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1928, p. 460-462 (Evolución de la cultura cubana. 1608-1927, 4). Carrasquilla Mallarino, E. «Con motivo de la Dolorosa», en El Fígaro. La Habana, 26 (18): 208, may. 1º, 1910. «Casi olvidado y en silencio murió ayer Federico Uhrbach, el gran poeta de Resurrección», en El País. La Habana, 10 (213): 1, 14, ago. 1º, 1932. Castellanos, Jesús. «Musa aristocrática. Oro. Versos de Carlos Pío y Federico Uhrbach», en La Discusión. La Habana, 19 (182): 12, jul. 2, 1907. Conde Kostia, seud. de Aniceto Valdivia. «Reflejos de gloria. Los Uhrbach», en El Fígaro. La Habana, 12 (31 y 32): 390, ago. 4 y 11, 1907, resp.; «Mi linterna mágica, Oro», en La Lucha. La Habana: 6, ago. 15, 1907; «A través de una fronda, Resurrección», en El Fígaro. La Habana, 32 (18 y 19): 538, abr. 30 y may. 7, 1916, resp.; «Dos poetas hermanos» en La Habana Elegante. La Habana, 10 (8): 7, feb. 25, 1894. Esténger, Rafael. «Federico Uhrbach», en su Cien de las mejores poesías cubanas. La Habana, Mirador, 1943, p. 218. «Federico Uhrbach [sic] Campuzano, uno de los más admirados y fecundos poetas cubanos, ha fallecido, a los cincuenta y nueve años», en Diario de la Marina. La Habana, 100 (213): 1, ago. 19, 1932. «La figura de hoy. Federico Uhrbach», en El Mundo. La Habana, 32 (10 545): 1, ago, 1º, 1932. García Cisneros, Francisco. «Gemelas», en Gris y Azul. La Habana, 1 (5): 5, oct. 4, 1894; «Federico Uhrbach», en El Hogar. La Habana, 11 (32): 3, oct. 14, 1894. Hermida, Francisco. «[Crítica de la ópera Dolorosa]», en La Discusión. La Habana, 22 (114): 3, abr. 24, 1910. Herrera, Darío. «Un libro nuevo», en La Habana Elegante. La Habana, 10 (51): 7-8, dic. 23, 1894. Lezama Lima, José. «Federico Uhrbach», en su Antología de la poesía cubana. T. 3. La Habana, Consejo Nacional de Cultura. 1965, p. 507-509. Lizaso, Félix y José Antonio Fernández de Castro. «Federico Uhrbach» en su La poesía moderna en Cuba. Antología crítica, ordenada y publicada por [...]. Madrid, Editorial Hernando, 1926, p. 87-91. López Penha, Abraham Z. «Gemelas por Carlos Pío y Federico Uhrbach», en La Habana Elegante. La Habana, 11 (12): 12-13, mar. 31, 1895. Luque, Mario. «Oro», en Letras. La Habana, 3 (33 y 34) : [s.p.] jul. 15 y 30. 1907, resp. Portuondo, José Antonio. «Apuntes sobre los Urbach» [sic], en Universidad de La Habana. La Habana, (100-103): 39-72, ene.-dic., 1952. Poveda, José Manuel. «Uhrbach. Acabo de leer Resurrección. Termino de 'reconocer' a Uhrbach», en La Nación. La Habana, 1 (124); 6, ago. 6, 1916. Ramos, José Antonio. «[Con motivo del estreno de Dolorosa]», en La Prensa. La Habana, abr. 24 y 25, 1910. Raúl Francisco, seud. de Francisco García Cisneros. «Crónica», en El Hogar. La Habana, 11 (19): 2, jun. 17, 1894. Rodríguez de Tió, Lola. «[Cartas a Federico Uhrbach]», en El Fígaro. La Habana, 12 (31 y 32): 391, ago. 4 y 11, 1907, resp.; «Éxito del libro Resurrección de Federico Uhrbach», en El Fígaro. La Habana, 32 (20): 578, may. 14, 1916. Vitier, Cintio. «Federico Uhrbach», en su Cincuenta años de poesía cubana (1902-1952). Ordenación, antología y notas por [...]. La Habana, Ministerio de Educación. Dirección de Cultura, 1952, p. 27; Lo cubano en la poesía. La Habana, Universidad Central de Las Villas, 1958, p. 276-277.

Última Hora, La (La Habana, 1950-[1953]) «Un semanario cubano independiente», se lee en el ejemplar más antiguo encontrado correspondiente al 7 de febrero de 1952. Se señala en el mismo que la publicación comenzó a salir el 12 de diciembre de 1950 y que, a partir de ese momento, deja de ser diario para convertirse en semanario. Fue su director y administrador Julio Velis López. Desde el 1º de abril de 1952 se suprime el subtítulo y ocupa la jefatura de redacción Vicente Martínez. El 30 de octubre de 1952 asume la subdirección Mirta Aguirre. El 1º de junio de 1953 comienza a publicarse mensualmente, aumenta a 80 el número de sus páginas y se hace más pequeño su tamaño. Desde esa fecha Mirta Aguirre, conjuntamente con la subdirección, asume la jefatura de redacción. Fue una revista de crítica al régimen capitalista, tanto en el aspecto económico como en el político y social. Reflejó la historia del movimiento obrero cubano de la época, al aparecer en sus páginas los acontecimientos más sobresalientes de la lucha del proletariado: congresos, llamamientos de la CTC, mítines, peticiones, huelgas, discursos y entrevistas a los líderes obreros. En el año 1953 la revista estuvo dedicada a la conmemoración del centenario del nacimiento de José Martí. También otros números estuvieron dedicados a fechas históricas como el Primero de Mayo, el Día Internacional de la Mujer y del Niño. Hizo énfasis en destacar la vida de figuras como Julio Antonio Mella, Rubén Martínez Villena, Jesús Menéndez. Con frecuencia publicó artículos sobre distintos países socialistas y sobre política internacional. Dio una visión de la actualidad cultural cubana, reseñó todo tipo de congresos culturales u otros acontecimientos de índole similar. Dio a conocer poemas, cuentos cubanos y extranjeros y artículos de literatura y de interés general. Publicó poesías inéditas de Nicolás Guillén. Dedicó espacio a la crítica cinematográfica. Colaboraron en sus páginas Mirta Aguirre, Juan Marinello, Sergio Aguirre, Gaspar García Galló, Alfredo Guevara, Jorge Castellanos, Enrique Serpa, Félix Pita Rodríguez, Pelegrín Torras, Ángel Augier, Antonio Núñez Jiménez, Raúl Valdés Vivó, Emilio Uribe, Surama Ferrer, César Vilar, Jacinto Torras, Gustavo Aldereguía, Gregorio Ortega, Criticus. El último número encontrado corresponde al 1º de julio de 1953.

Ultra. Cultura contemporánea (La Habana, 1936-[1947]). Revista de revistas. Publicación mensual, que aparece por primera vez en el mes de julio y auspiciada por la Institución Hispanocubana de Cultura, que «vivió seis años, durmió en la invernada política que tuvo Cuba y ahora despierta de nuevo. Ese vástago, ya enraizado y fructificante, retorna ahora por impulso de la propia savia espiritual que lo vivifica, como mugrón que desgajado del vetusto tronco lleva la misma vida a una planta nueva, a otras flores y a más frutos. Así nace en el terruño cubano la revista presente, rebrote de una misma arborescencia», según se manifiesta en la «Presentación» del primer número. Su director fue Fernando Ortiz. Era una revista de revistas extranjeras que reproducía artículos sobre filosofía, religión, historia, música, artes y literatura, pedagogía, política, economía, entre otros temas, tomados de diversas publicaciones de Nueva York, Madrid, París, Buenos Aires, Berlín, Roma y otras ciudades. En septiembre de 1942, volumen y precio se reducen a la mitad debido a la escasez de papel motivada por la guerra. Del ámbito nacional presentaba los «Mensajes de la Institución Hispanocubana de Cultura», que consistían en reseñas de libros y piezas teatrales, además de resúmenes de conferencias auspiciadas por la Institución, entre las que se encuentran algunas brindadas por Alejo Carpentier, Nicolás Guillén, Fernando Ortiz, Emilio Roig de Leuchsenring, Gabriela Mistral, Mirta Aguirre, José Antonio Portuondo, entre otros. El último número revisado corresponde a febrero de 1947, pero Elena Luisa Vérez de Peraza, en su obra Publicaciones de las instituciones culturales cubanas (La Habana, Eds. Anuario Bibliográfico Cubano, 1949), señala marzo de 1947 como la fecha del último número publicado.

ULLOA, Néstor (Matanzas, 18.3.1920-Id., 21.3.1971). De origen campesino, desempeñó diversos trabajos antes del triunfo de la Revolución. Como poeta obtuvo el primer premio en un concurso nacional celebrado en 1954 con «Canto al coronel Juan Delgado». También recibió los premios «Gabriela Mistral», convocado por el Círculo de Escritores y Artistas de Nueva York en 1957, y Canto al Trabajo, en 1966. Publicó en revistas y periódicos nacionales y extranjeros. Dirigió durante largo tiempo el Departamento de Literatura del Consejo Provincial de Cultura de Matanzas. Fue asesor de trabajo campesino en el Departamento de Extensión Cultural del CNC. Apareció en las antologías Poetas matanceros (1955) y Poetas de Matanzas (1966). En homenaje suyo, la Subdirección de Literatura de la Dirección Provincial de Cultura del Poder Popular ha instaurado el concurso literario anual «Néstor Ulloa».

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

La luz de la sangre. Poesías. Pról. de Juan Francisco Zaldívar. La Habana, Escuela Tipográfica Institución M. Inclán [1954]. Premio poético-epistolar. Poesía premiada: «Canto a La Habana». Epístola premiada: «Carta de amor a Celia X». La Habana, Municipio de La Habana. Depto. de Bellas Artes, 1957.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Lípiz, Universo. «Una mañana despertó la rosa», en Yumurí. Suplemento del periódico Girón. Matanzas, 1 (5): 5, mar. 13, 1976.

ULLOA, Yolanda (La Habana, 10.9.1947). Cursó la primaria en La Habana. Estudió ballet y canto. En 1964 ganó el segundo premio de poesía en el Concurso Rubén Martínez Villena. En 1969 fue mención en poesía en el Premio David. Se graduó en la especialidad de arte dramático en la Escuela Nacional de Arte en 1970. Trabajó como actriz en el Grupo Cubanacán, más tarde en el Grupo de Teatro Tercer Mundo y luego en el Grupo Político Bertolt Brecht. Con su libro Los cantos de Benjamín obtuvo mención en el Concurso 26 de julio, de las FAR, en 1973. En 1974 cursó estudios de especialidad en la Escuela Superior de Arte Dramático de Budapest. A fines de ese año asistió, en la misma capital, al Congreso Internacional de Teatro. Viajó también a la RDA. Ha colaborado en Pionero, Juventud Rebelde, El Caimán Barbudo. Fue miembro de la Brigada Hermanos Saíz, de la UNEAC. Conjuntamente con su trabajo ea el Grupo Político Bertolt Brecht, actúa en el grupo juvenil La Muralla, de la Brigada Hermanos Saíz. Ha traducido a poetas húngaros. Poemas suyos fueron traducidos y dados a conocer en Hungría.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Los cantos de Benjamín. Poesía. «Una manera de mirar al mundo», por Félix Pita Rodríguez. La Habana, Editorial Arte y Literatura, 1975.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

González, Omar. «Origen y desarrollo de una personalidad poética: Yolanda Ulloa», en El Caimán Barbudo. La Habana, 2a. época (95): 20, jun., 1975. «Yolanda Ulloa», en Poemas David 69. Pról. de Raúl Luis. La Habana, Unión de Escritores y Artistas de Cuba, 1970, p. 96. «Yolanda Ulloa», en Nuevos poetas. 1974. Pról. de Roberto Díaz. La Habana, Editorial Arte y Literatura, 1975, p. 132.

Umbrales (Santa Clara, 1934-[1938?]). Revista literaria artística. Publicación quincenal. Comenzó a publicarse el 15 de septiembre. Tenía a María Dámasa Jova, Onelio Jorge Cardoso y Carlos Hernández como director técnico, literario y artístico respectivamente. En su primer número, bajo el título de «Decires», se expresa lo siguiente «...anhelamos fortalecer las andas de esos que, iniciados en el arte literario, puedan, una vez llegados al umbral y después de adquirida la destreza para ello, escalar las cumbres de la celebridad y sentar en ella plaza». Y continúa: «Forasteros serán cuantos acudan a nuestras páginas en busca de enseñanzas; de cicerone fungirá todo escritor consagrado que noblemente coopere en estas páginas, para educar el paladar literario de aquellos susceptibles a perfeccionarse y que en un mañana próximo, recorrerán ágilmente las rutas literarias.» No se han podido revisar más números de 1934, pero el más antiguo encontrado de 1935 (número 3, noviembre), presenta a María Dámasa Jova al frente de las tres direcciones antes señaladas. A partir de 1936 se señala como publicación mensual. El número 18, que corresponde al mes de noviembre de 1937, presenta a la ya citada María Dámasa Jova y a L. Fernández Cordero como directores. Hasta ese año el formato era pequeño, tenía pocas páginas, una portada poco atractiva y papel de pobre calidad. En 1938 continúan estas características, pero aumenta su tamaño y presenta como subtítulo «Mensuario de cultura popular». Su contenido siempre fue el mismo: poemas, algunos cuentos, crítica literaria, partituras musicales, entrevistas, proverbios, pensamientos y algunos artículos menores sobre hechos y figuras de nuestra historia. Además de los autores ya mencionados, colaboraron en sus páginas Emilio Ballagas, M. G. Consuegra, América Bobia de Carbó, Luis López Salamó y otros escritores locales. Desde 1938 publicó trabajos también de Juan Jiménez Pastrana, y Pastor González. El último número consultado corresponde al bimestre marzo-abril de 1938.

Unión (La Habana, 1962- ). Revista de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. El primer número corresponde a mayo-junio. En la solapa interior de la portada, bajo el lema «Defender a la Revolución es defender la Cultura», se relaciona a los responsables de la publicación: Nicolás Guillén, Alejo Carpentier y Roberto Fernández Retamar -posteriormente se incluirá a José Rodríguez Feo-, además de Tony Évora, a cargo del diseño. Se anuncia que «aparece cada dos meses». En las primeras páginas, a modo de presentación, se puede leer lo siguiente: «Unión, que con este número inicia su existencia, se llama así por ser la revista de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba [...]. Esta revista comparte con La Gaceta de Cuba, publicación literaria de índole más nerviosa, el ser voceros regulares de la UNEAC.» Y continúa más adelante: «...prestaremos atención especial al magno acontecimiento que es la Revolución, y del cual no somos sólo testigos sino actores, y actores entusiasmados, [...] consideramos imprescindible atender de manera creciente el aliento de nuestro pueblo, en tensión creadora única en nuestra historia y traducirlo como testimonio de vida mayor». En este primer número contaba con las secciones «Ficción», «Crítica», «Palabras del pueblo», «Documentos» y «Notas», subdividida esta última en «Libros», «Teatro» y «Artes plásticas». En su primer ejemplar del año 1964 se señala que «aparece cada tres meses» y el diseño está a cargo de Luis Martínez Pedro, quien realiza un cambio en la portada. Este número contiene diversos trabajos sobre estética marxista e incluye, además, las secciones «Comentarios» y «Colaboradores». A partir del número 1 de 1965, y en otros varios más, presenta un «Resumen de actividades culturales», relacionadas escuetamente dentro del mes de su celebración. El segundo número del mismo año aparece con nuevos cambios: Fayad Jamís ocupa la jefatura de redacción y los responsables de la publicación pasan a conformar el «Consejo de Redacción», al que se suman Ángel Augier y Félix Pita Rodríguez y, desde el siguiente número, Armando Álvarez Bravo. A partir de 1966 tiene lugar un cambio de portada, que aparece ahora más vivo y multicolor, con los nombres de algunos de sus trabajos y autores; presenta además dibujos en la contraportada. El número 1 de ese año está dedicado a la Conferencia Tricontinental de La Habana y contiene una muestra variada de obras poéticas, todas de autores del África negra. Aquí comienza también la sección «Tiempo vivo», que tendrá la misma finalidad que su antecesora, «Resumen de actividades culturales». El número siguiente (2), dedicado a la literatura húngara, presenta una amplia selección de obras poéticas de ese país centroeuropeo. En el número 3 de dicho año se ofrece una interesante variedad de cuentos cubanos de ciencia ficción. Desde el primer ejemplar del año 1967 se modifica la página interior de presentación, al igual que la solapa de la portada, en la que se relacionan los nuevos cambios: Fayad Jamís, jefe de redacción; José Rodríguez Feo y Francisco de Oraá, en la secretaría de redacción, a la vez que integran el consejo de redacción Ángel Augier, Miguel Barnet, Alejo Carpentier, Eliseo Diego, Gustavo Eguren, Pablo Armando Fernández, Nicolás Guillén, César Leante, José Lezama Lima, Enrique Oltuski, Heberto Padilla, Félix Pita Rodríguez y José Antonio Portuondo, mientras que Héctor Villaverde queda como responsable artístico. Este número está dedicado a Vietnam y ofrece un rico muestrario de la literatura vietnamita. El número 4 tiene a Raúl Martínez como responsable artístico -y así continuará- y una selección de trabajos de la literatura cubana actual. A partir del número 1 de 1968, diseño y emplane estarán a cargo de Darío Mora junto con Raúl Martínez. Ese año se edita un número especial dedicado a la literatura rumana. Ya desde el número 3 de 1969 se presenta a Otto Fernández como jefe de redacción. En 1970 se rectifica el año de la publicación: desde 1966 y hasta 1969 la revista salía con el año 6; en 1970 aparece ya señalándose el año 9. El segundo número de 1970 está dedicado a Lenin con motivo del centenario de su nacimiento. También en ese año se edita un número especial con una selección de la literatura polaca, que incluye prosa, poesía, teatro e ilustraciones. A partir del primer número de 1971 (número 1-2) sólo presenta los nombres de Otto Fernández como director y Raúl Martínez y Darío Mora como diseñadores. El número 3 de ese año ofrece varias páginas de la poesía palestina en combate. En 1972 la revista celebra su primer decenio de fundación. Al respecto, se expresa en el número 1 de ese año: «Unión llega con este número a sus diez años de vida. Lo que no significa término ni plenitud, sino un modesto trecho recorrido en el mismo camino ascendente de la Revolución, compartiendo, en el campo de la expresión literaria y artística la obra de creación nacional que suma los esfuerzos de todos los cubanos.» En el número 4 del propio año se incluye una selección de la nueva poesía norteamericana. Asimismo ve la luz en este año un número especial sobre la literatura búlgara. En el primer número de 1973 brinda una breve selección de poemas de autores argelinos. El número 2 de ese año ha sido dedicado al XX aniversario del asalto al Cuartel Moncada e incluye en sus páginas documentos, conversatorios o entrevistas de los comandantes Fidel Castro, Raúl Castro, Ernesto Che Guevara, Camilo Cienfuegos, Faure Chomón, Faustino Pérez, Raúl Díaz Argüelles, Álvaro Prendes, Efigenio Ameijeiras y la compañera Haydée Santamaría. El último número (3-4) de dicho año publica una selección de poemas de autores suecos. En ese mismo año se confecciona un número especial dedicado a la URSS, que recoge una amplia muestra de la literatura soviética. El primer número de 1974 brinda una muestra de poemas de autores finlandeses y de Bangla Desh y presenta la sección «Documentos». En ese año ve la luz la segunda edición del número especial dedicado a la literatura soviética. El número 2 de 1975 -el último consultado- presenta una selección de poesía soviética para niños. Desde sus inicios, la revista ha dado cabida en sus páginas a un amplio y variado muestrario de la producción de nuestros escritores y artistas, además de algunas colaboraciones extranjeras. Publica poemas, cuentos, capítulos de novelas y fragmentos de piezas teatrales; múltiples trabajos sobre crítica literaria y en torno a figuras cubanas, temas y personajes de nuestra literatura e historia, acerca de la música cubana y sus autores; las artes plásticas y el teatro -las obras y sus creadores-; estética, cine, así como crítica de libros, obras de teatro, exposiciones, discursos, homenajes, entrevistas, conversatorios, etcétera. Además de los que han integrado el consejo de redacción u otro cargo de responsabilidad -ya mencionados-, los colaboradores más frecuentes han sido Rafael Alcides Pérez, Domingo Alfonso, Orlando Alomá, Sigifredo Álvarez Conesa, Raúl Aparicio, Antón Arrufat, Alejo Beltrán, Antonio Benítez, Roberto Branly, Salvador Bueno, David Buzzi, David Camps, Víctor Casáus, Almayda Catá, Miguel Collazo, David Chericián, Edmundo Desnoes, Manuel Díaz Martínez, Roberto Friol, Reynaldo González, Fina García Marruz, Francisco Garzón Céspedes, Georgina Herrera, Onelio Jorge Cardoso, César López, Luis Marré, José Martínez Matos, Noel Navarro, Pedro de Oraá, Helio Orovio, Virgilio Piñera, Graziella Pogolotti, Guillermo Prieto, Raúl Rivero, Alberto Rocasolano, Guillermo Rodríguez Rivera, Octavio Smith, Luis Suardíaz, José Z. Tallet, Ezequiel Vieta, Manuel Vidal y Cintio Vitier. Los dibujos, viñetas y demás ilustraciones han estado a cargo de Eduardo Abela [hijo], Rafael Armada [Chago] Servando Cabrera, Jorge Camacho, Salvador Corratgé, Carmelo González, Leonel López Nussa, Umberto Peña, René Portocarrero, José Luis Posada, Alfredo Sosa Bravo, entre otros. Compilados por Elena Giráldez se han publicado Unión-UNEAC. Índice. 1962-1967 y Unión. Índice de la revista. 1968-1969 (La Habana, Biblioteca Nacional José Martí. Hemeroteca e Información de Humanidades, 1969 y 1975, resp.).

BIBLIOGRAFÍA

Augier, Ángel. «Literatura cubana'67» en El Mundo. La Habana, 66 (22 140): 2, mar. 2, 1968. Grushko, Pável. «Ochenta poetas soviéticos en español», en Novedades de Moscú. Moscú, (49 [595]) : 14, dic. [4] 1973; «Tanto más bella la palabra... (80 poetas soviéticos en las páginas de la revista Unión)», en América Latina. Moscú, (1): 148-152, 1975. Indyov, Nikola. «Un número de la revista Unión dedicada [sic] a la literatura búlgara», en Noticias de Bulgaria. La Habana, 13 (6): 15-16, 1973. Jamís, Fayad. «Introducción», en Unión-UNEAC. Índice. 1962-1967. Comp. por Elena Giráldez. La Habana. Biblioteca Nacional José Martí. Hemeroteca e Información de Humanidades, 1969, p. 9-13.

Unión, La (La Habana, 1873-[1874?]). Semanario político de ciencias y literatura, dedicado a los artesanos. Comenzó a publicarse el 1º de junio. En su primer número se señala: «cubanos y peninsulares hemos concebido la idea de publicar La Unión: peninsulares y cubanos que, españoles puros sin mezcla de egoísmo ni de mala fe, con la soberbia de hombres trabajadores y libres, importándonos poco la intransigencia de las estremidades [sic] ni el infructuoso alharaqueo de unos y de los otros, venimos, a fuer de verdaderos patriotas, a disipar el báho nimundo [sic] de las pasiones mezquinas que tan lastimosamente entolda la tersura y diafanidad de la conciencia del pueblo». Era republicano, integrista y antiguerrerista. Abogaba por la libertad religiosa, la separación de la Iglesia y el Estado, la enseñanza laica y en varias ocasiones se manifestó en contra de los jesuitas. Se pronunció por la abolición de la esclavitud y defendió a los grupos de artesanos, lo que le valió ataques de La Voz de Cuba y del Diario de la Marina. Saturnino Martínez -a quien se reconoce como su director, en base a cartas escritas o recibidas por él en que se le señalaba como tal, publicadas en el periódico -fue acusado de «haber recibido de Europa el título de Presidente de la Internacional en toda la Isla de Cuba». Abundan en sus páginas artículos sobre población e inmigración, religión, literatura, educación, periodismo, finanzas y economía. Tenía una sección poética. Se destacan además los «Apuntes para la historia del periodismo en la Isla de Cuba», aparecidos en serie entre los números 27 al 29. Sus colaboradores fueron José de Jesús Márquez, José A. Pérez Carrión, Lorenzo B. Flores, E. Dacesal, Pedro A. Forminaya, B[runo] V[aldés] Miranda. El último número revisado corresponde al 11 de enero de 1874.

Unión Constitucional, La (V. SUPLEMENTOS LITERARIOS)

UNIÓN DE ESCRITORES Y ARTISTAS DE CUBA

Uno de los asuntos tratados en el temario que discutió el Primer Congreso Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, celebrado en La Habana en agosto de 1961, fue la constitución de una entidad que agrupara a los escritores y artistas cubanos. Al efecto quedó constituida la UNEAC, presidida desde su creación por Nicolás Guillén. Según plantean sus estatutos, son finalidades de esta institución, entre otras, «favorecer la creación de obras literarias y artísticas»; «vincular las obras de los escritores y artistas con la grandes tareas de la Revolución Socialista Cubana, haciendo que ésta se encuentre reflejada y estimulada en dichas obras»; «estimular los trabajos tendientes a profundizar el estudio de nuestras tradiciones y cuanto se refiera a definir las características de la nacionalidad cubana»; «fortalecer los nexos con la literatura y el arte dé las naciones hermanas de América»; «incrementar las relaciones culturales con todos los países del mundo, principalmente, con las naciones cuya experiencia puede aportar fecundas enseñanzas»; «favorecer la formación de nuevos talentos literarios y artísticos, orientando sus esfuerzos y contribuyendo a la difusión de sus obras». Destacadas personalidades de nuestro mundo cultural han integrado durante determinados períodos su comité director: Alejo Carpentier, José Antonio Portuondo, Alicia Alonso, Roberto Fernández Retamar, Lisandro Otero, José Lezama Lima, Argeliers León, René Portocarrero y otros. En sus inicios, la UNEAC mantuvo varias secciones o departamentos de trabajo -teatro, cine, ballet y danza- cuyas funciones han pasado a ser dirigidas y orientadas por otros organismos más idóneos creados con ese propósito. Mantiene las secciones de Literatura, Música (tanto sinfónica como popular) y Artes Plásticas, las cuales desarrollan un amplio plan de actividades. En 1965 convocó la UNEAC -a través de la Sección de Literatura- al primer concurso nacional de literatura, que cada año se celebra; inicialmente sólo se creó el premio «Cirilo Villaverde», de novela; pero el éxito obtenido decidió a sus organizadores que el concurso abarcara otros géneros literarios. Se instituyeron entonces los premios «Julián del Casal» para el mejor libro de poesía; «Luis Felipe Rodríguez» para el mejor de cuentos; «José Antonio Ramos» para la mejor pieza teatral; «Enrique José Varona» para el mejor de ensayo y «Enrique Piñeyro» para la mejor biografía, estos dos últimos otorgados en años alternos. En 1973 se creó el premio «Ismaelillo» para los mejores libros de literatura para niños, tanto en poesía como en prosa y teatro. En 1975 se instauró el premio «Pablo de la Torriente Brau» para el mejor libro de testimonio. En 1967 la dirección de la UNEAC decidió convocar a otro concurso literario, el «David», en los géneros de poesía, teatro y cuento. Creado especialmente para acoger la producción de nuestros jóvenes escritores, pueden participar en él aquellos que no hayan publicado libros con anterioridad. Este concurso está auspiciado también por la Unión de Jóvenes Comunistas. La UNEAC lo convoca a través de la Brigada «Hermanos Saíz», organización fundada desde los inicios de la institución «con el fin de que agrupara a escritores y artistas noveles a quienes la UNEAC orientará y ayudará para que desarrollen su vocación, ofreciendo seminarios, becas, organizando exposiciones, publicando trabajos». La Brigada «Hermanos Saíz» de Literatura (existe además la de artes plásticas y la de música), fue reestructurada en octubre de 1971, partiendo de las orientaciones emanadas del Primer Congreso Nacional de Educación y Cultura. En la propia sede de la UNEAC funciona una brigada que presta atención al taller literario que se reúne periódicamente en la sede de la propia institución, y donde cada autor lee una selección de su obra, la que posteriormente es discutida por el resto de los participantes. Cada taller es presidido por un escritor miembro de la Sección de Literatura de la UNEAC, quien encauza la discusión y realiza el resumen final. También los brigadistas ofrecen charlas y lecturas de sus obras en diferentes centros de trabajo. En algunas provincias existen delegaciones de la brigada, cuyas funciones son similares (véase Talleres Literarios). Por otra parte, la propia UNEAC cuenta con delegaciones provinciales, por vivir en algunas ciudades del interior del país destacados intelectuales que pertenecen a la organización, los cuales tienen entre sus responsabilidades ayudar a los miembros de las brigadas de sus provincias respectivas. La labor editorial que desarrolla la UNEAC es considerable. Además de la publicación anual de los premios nacionales de literatura y del premio «David», dispone de otras colecciones que viabilizan la publicación de la obra literaria de nuestros escritores. Entre estas colecciones figuran Contemporáneos, Manjuarí, Órbita (que recoge la obra de las figuras consagradas de la literatura cubana), Bolsilibros, Cuadernos Unión, Cuadernos de la revista Unión. Cuenta la UNEAC con dos órganos fundamentales de difusión: La Gaceta de Cuba, tabloide cultural iniciado en 1962 y dirigido por Nicolás Guillén, y la revista Unión, creada por el mismo año y dirigida actualmente por Otto Fernández. A ambas tienen acceso todos los miembros de la UNEAC, quienes publican allí trabajos literarios, de música, de artes plásticas. De salida irregular fue el boletín Mensajes (1964; 1970-[1971]), publicación mimeografiada que durante breve tiempo sirvió también como medio difusor de las actividades de la institución, además de publicar poemas, cuentos, etcétera. Las otras dos secciones de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, Música y Artes Plásticas, realizan también una amplia labor cultural: convocatoria a concursos de carácter nacional, montaje de exposiciones, conferencias y otras actividades de difusión.

BIBLIOGRAFÍA

«Las Brigadas Hermanos Saíz en Santiago», en Taller Literario, Santiago de Cuba, (13): 20, may., 1967. «Conversatorio con la brigada Hermanos Saíz de la UNEAC, sobre la función revolucionaria de la poesía», en Granma. La Habana, 10 (76): 4, abr. 1, 1974. Fundora, Osvaldo. «La Brigada Hermanos Saíz de Literatura y la juventud. Entrevista con Sigifredo Álvarez Conesa», en La Gaceta de Cuba. La Habana, (105): 7, ago.-sep., 1972. J.A. «13 años de la UNEAC» [Entrevista a Ángel Augier], en Bohemia. La Habana, 66 (36): 22, sep. 6, 1974. P[ola] J[uan] A[ntonio]. «'Hnos. Saíz' de Oriente», en Bohemia. La Habana, 67 (12): 27, mar. 21, 1975. Sarusky, Jaime. «Los jóvenes escritores y poetas de Camagüey», en Bohemia. La Habana, 67 (28): 24, jul. 18, 1975. «La Unión de Escritores y Artistas de Cuba», en Pueblo y Cultura. La Habana, (6): s.p. [1962].

Universal (La Habana, 1918-[1921..]). Revista. Comenzó a salir mensualmente a partir de julio, bajo la dirección de Eduardo Villar Kelly. La jefatura de redacción estaba a cargo de Ramón S. Varona, quien posteriormente ocupó la dirección. Su formato varió en julio de 1919. Dejó de publicarse en diciembre de 1919 -según se señala cuando reaparece en junio del año siguiente- debido a una huelga de tipógrafos. Se ha revisado hasta el ejemplar correspondiente a agosto de 1920, pero León Primelles señala, en la página 213 de su Crónica cubana. 1919-1922 (La Habana, Editorial Lex, 1957), que salieron cuatro números de junio a noviembre de dicho año. En junio de 1921 reapareció nuevamente. Presentaba secciones fijas, como «Vida literaria», «Del mes que pasó», «Teatros», «Del gran mundo», «Charla científica», «Modas y modos», «Sports», «Sección infantil», entre otras. Publicó también fotos, dibujos, cuentos, poemas, piezas de teatro, crónicas habanera y madrileña y, en sus primeros números, reportajes sobre la Primera Guerra Mundial. Contaba con un amplio cuerpo de colaboradores fijos y con otros ocasionales. Entre ellos estaban Enrique José Varona, Manuel Márquez Sterling, Gustavo Sánchez Galarraga, Hilarión Cabrisas, Luis Rodríguez Embil, Regino Boti, Agustín Acosta, Álvaro de la Iglesia, Miguel de Carrión, Luis Gómez Wangüemert, Antonio Hernández Catá, Enrique Gay Calbó, José Conangla Fontanilles, Mario Muñoz Bustamante, José de la Luz León, Federico [de] Ibarzábal, Carmela Nieto de Herrera, Pedro López Dorticós, Miguel Ángel de la Torre y otros. El último número consultado corresponde a julio de 1921. Según parece cesó su publicación en ese año, ya que sólo hasta el mismo la menciona León Primelles en su obra antes citada.

Universal (Artemisa. Pinar del Río, 1930-[Id?]). La revista del hogar. Comenzó a salir semanalmente a partir del 5 de enero. Fue su director Eloy E. Cruz. A partir del número 9 cambia de formato y se torna más grande. Incluía artículos sobre figuras de la literatura, cuentos, poemas, trabajos sobre la mujer y secciones sobre cine, teatro, modas, deportes y pasatiempos. Además de las colaboraciones de los autores extranjeros, aparecieron trabajos, poemas o cuentos de Gerardo del Valle, Bonifacio Byrne, Gustavo Sánchez Galarraga, Narciso Díaz de Escobar, Gabriel Jiménez Lamar, Sergio Acebal, Antonio Fernández Grillo, Mariano L. Rodríguez y otros. El último número consultado (23) corresponde al 29 de junio del propio año.

Universal (V. Teatro, El)

Universidad (La Habana [1927-1928?]). Revista mensual. Órgano oficial de la clase estudiantil. «Estudiantes cubanos, inspirados en los más altos ideales de fraternidad y amor al Alma Mater, nos hemos impuesto la ruda tarea de sacar a la palestra de la opinión pública como avanzada de nuestra clase la voz de UNIVERSIDAD. Ella es la síntesis de nuestros esfuerzos y surge en momentos tal vez los más críticos y difíciles como alborada que ilumine la senda de nuestra clase [...]», se puede leer, bajo el título «Nuestro saludo» y la firma de J. M. Soublette, en el ejemplar más antiguo consultado, del que no se pueden extraer más datos por encontrarse en mal estado. Incluye también este ejemplar una carta de saludo a la revista, firmada por Enrique José Varona en el mes de junio de 1927. El siguiente número, consultado (3) tiene fecha de agosto de 1927 y señala a J. M. Soublette, Rolando Acosta y Juan Álvarez Vega como directores, junto a Ricardo Dolz como consultor. A partir del número 5 Aureliano S[ánchez] Arango queda como director único, hasta que es sustituido en el cargo, a partir del primer número (8) de 1928, por Vicente Castro Valdés, quien tiene al ya citado J. M. Soublette como consultor. La revista se caracteriza por sus comentarios críticos a la situación socioeconómica y política del país y en torno a diversos problemas estudiantiles y universitarios. Incluía también trabajos sobre la cultura, fechas patrióticas, el cine y el teatro, páginas deportivas, cuentos, poemas, manifiestos y actualidad gráfica. Además de los nombres ya citados, aparecen colaboraciones de Juan Marinello, Emilio Roig de Leuchsenring, Raúl Roa, Gabriel Barceló, Félix Soloni, Pedro Henríquez Ureña, Ramón Vasconcelos, Octavio Averhoff, Ricardo M. Alemán, Sergio Carbó, Juan J. Remos, Esteban A. de Varona, Juan Antiga, Alfonso Hernández Catá,junto a poemas de Agustín Acosta, Gustavo Sánchez Galarraga y Andrés de Piedra Bueno. El último ejemplar consultado (número 11) corresponde a abril de 1928.

Universidad (La Habana, 1927-[Id?]). Revista estudiantil. Órgano de los estudiantes universitarios. Comenzó a salir mensualmente en junio bajo la dirección de Vicente Castro Valdés. En su primer número se señala, bajo el título «Notas del Director», entre otras cosas, lo siguiente: «Salimos a la palestra pública nada más que con un anhelo: el de enaltecer a la clase estudiantil, tan escarnecida en estos momentos dolorosos para la patria. Somos fieles intérpretes de los sentimientos que animan en estos momentos históricos al estudiante cubano y al acometer esta empresa ardua y difícil lo hemos hecho con el ánimo esforzado y la voluntad firme y decidida del que pone su mente en altos empeños.» A partir del número 3, Eduardo F. Lens aparece como jefe de redacción. Recogió en sus páginas diversos aspectos de los problemas universitarios y algunas críticas a la actualidad nacional. Incluía igualmente trabajos sociológicos, filosóficos, pedagógicos y en torno a fechas y figuras de nuestra historia y de la Universidad, así como partituras musicales, crítica literaria, poemas, cuentos y teatro. Parte de los trabajos aparecen sin firma o fueron escritos por alumnos universitarios. Colaboraron también en sus páginas Juan J. Remos, Andrés Eloy Blanco, Alberto C. Vila y Rubén Ortiz-Lamadrid. El último ejemplar consultado (número 5) corresponde a diciembre de 1927. Todo parece indicar que éste fue el último número que salió, pues en enero del año siguiente Vicente Castro Valdés pasó a dirigir otra revista que, con idéntico título, venía publicándose con mayor regularidad, según parece también desde junio de 1927.

UNIVERSIDAD CENTRAL DE LAS VILLAS La idea de crear este centro docente data desde el siglo pasado. Durante la república mediatizada se organizaron varias comisiones con el mismo fin, pero resultaron efímeras. El 5 de agosto de 1937 Pedro M. Camps organizó un comité gestor pro-universidad, que se constituyó en los salones del Consejo Provincial y fue respaldado por profesionales e instituciones de la ciudad y por el apoyo que le brindó el semanario Universidad Central, fundado y dirigido por el propio doctor Camps. Realmente queda inaugurada la Universidad el 10 de octubre de 1948, entre los kilómetros 7 y 8 de la carretera que conduce de Santa Clara a Camajuaní. Su directivo define los propósitos del nuevo centro al manifestar: «... no pensamos únicamente en la necesidad de una Universidad más, exigida por el exceso de estudiantes en la capitalina, ni en los beneficios incalculables que su asentamiento en Santa Clara traería, indudablemente a las provincias centrales, sino también en una nueva, popular i científica estructuración universitaria, verdadera fuente de cultura, de educación i de investigación de acuerdo con nuestras necesidades, i orientada pedagógicamente hacia las ideas más modernas i de total cubanización [...]. Ésa es en pocas palabras la concepción de esta nueva Universidad nueva, que por su condición de tal tendrá la excepcional ventaja de ser más apta al progreso, porque en ella las ideologías nuevas no encontrarán la resistencia de las ideas caducas, amarradas al 'ayer' con las fuertes cadenas del tradicionalismo» [sic]. A pesar de que se inauguró en 1948, su vida académica comenzó el 30 de noviembre de 1952, con las facultades de Ciencias y Humanidades. Realmente, aunque presentaba el matiz de «nueva universidad», fue creada bajo la protección de la F.O.A. (Foreign Operation Administration) y la I.C.A. (International Cooperation Administration), ambas instrumentos de penetración ideológica del imperialismo. Cuenta este centro docente con una biblioteca, fundada en 1950, y a la que, en 1959, se le puso por nombre el del mártir revolucionario Chiqui Gómez Lubián. En uno de los pisos de la misma está ubicada la biblioteca especializada «Francisco de Paula Coronado», adquirida por la Universidad el 20 de febrero de 1960. Publicó, de 1952 a 1959, el Boletín Oficial de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas, donde se publicaban mensualmente los decretos, disposiciones y acuerdos de las autoridades del centro. Publicaba, también, boletines informativos y los Cuadernos de Meteorología. Suspende sus actividades docentes en el último período de la lucha insurreccional. En ella tuvo su campamento el Comandante Ernesto Guevara durante la toma de Santa Clara. Al triunfar la Revolución y ponerse en vigor la Reforma Universitaria (10 de enero de 1961) hay un cambio total en las viejas estructuras universitarias. Comenzaron entonces a organizarse laboratorios, talleres, facultades (entre ellas la Facultad Obrera), centros de investigación, cursos dirigidos y seccionales de facultades en distintas zonas de la provincia. A partir de 1964 se han ido fortaleciendo progresivamente los vínculos de la universidad con la práctica social productiva; sus alumnos, a través de los planes de práctica pre-profesional, trabajan e investigan en la producción en coordinación con los organismos afines a las distintas especialidades y en función de las necesidades reales del país. Actualmente las relaciones culturales y científicas de la Universidad Central no se limitan a los marcos nacionales, sino que se extienden a universidades y centros de investigación de otros países, por medio de convenios. Ha publicado además de los antes mencionados, otros boletines informativos. La revista Islas (1958- ), la publicación de más importancia de la Universidad, está dedicada a los diversos aspectos de la cultura cubana. También desde su inicio la Universidad desarrolló un vasto plan de edición de obras de autores cubanos a través de su Dirección de Publicaciones.

BIBLIOGRAFÍA

Armas Bermúdez, Guido de. «Cumple la Universidad Central de Las Villas los postulados de Julio Antonio Mella», en Bohemia. La Habana, 55 (25): 28-31, 97, jun. 21, 1963. «Diez años de trabajo revolucionario» en Islas. La Habana-Santa Clara, 11 (1): 5-13, ene.-ago., 1969. García Pérez, Severo. «La universidad de Santa Clara», en Baraguá. La Habana, 1 (6): 13, feb. 25, 1938. Martel, Silvia. «La Universidad de Santa Clara», en Baraguá. La Habana, 1 (3): 4, sep. 16, 1937. Roig de Leuchsenring, Emilio. «Un noble empeño. En pro de la Universidad Central de Santa Clara», en Carteles. La Habana, 30 (13): 68-69, mar. 27, 1949.

UNIVERSIDAD DE LA HABANA Fue fundada el 5 de enero de 1728 por los frailes dominicos, de la Orden de Predicadores, bajo el nombre de Real y Pontificia Universidad de San Jerónimo de La Habana. Funcionó en el Convento de San Juan de Letrán, situado en el área que hoy delimitan las calles O'Reilly, Obispo, Mercaderes y San Ignacio. Una vez establecida, el rey de España, Felipe V de Borbón, la aprobó y confirmó por Real Cédula de fecha 23 de septiembre de 1728. El 27 de julio de 1734 sancionó sus Constituciones y Estatutos. Su primer rector fue fray Tomás Linares, nombrado por el rey en 1738. La primera junta directiva de la institución quedó integrada por el rector, el vicerrector, el tesorero o síndico, el maestro de ceremonias y cuatro conciliarios. Las facultades que funcionaban en aquellos años eran las de Teología, Leyes, Medicina, Arte (Filosofía) y Derecho Canónico. Además de estos estudios de facultad, se impartían clases de matemática, retórica y gramática y sagradas escrituras. Cada facultad tenía a su frente un decano. El número de cátedras ascendía a veintiuna y se obtenían por oposición durante un período de seis años. Los profesores no recibían sueldo y, en compensación, se les concedía el derecho a recibir propinas en los actos académicos y a doctorarse en la Facultad, si no tenían ese grado, con sólo el acta de la oposición y la obtención de la cátedra. Los estudiantes eran escasos y aspiraban a obtener los grados de la universal jerarquía académica que regía: Bachiller, Licenciado (Maestro en Artes) y Doctor, los que eran otorgados con gran pompa y solemnidad. En 1842 se propusieron y aprobaron reformas y nuevos estatutos, por medio de los cuales quedó secularizada la Universidad. Esto proporcionó grandes beneficios, pues se crearon nuevas cátedras y se impartieron asignaturas como física, química, historia natural, botánica, literatura, geografía, historia y derecho natural. El nombre de la Universidad fue modificado por el de Real y Literaria Universidad de La Habana. Mudó su alojamiento para el ex convento de Santo Domingo. Mediante la secularización los frailes perdieron el privilegio rectoral y quedaron limitados a enseñar teología en los seminarios de San Carlos (La Habana) y de San Basilio (Santiago de Cuba y San Juan de Puerto Rico), que fueron incorporados a la Universidad. Tenía entonces la institución las facultades de Filosofía, Jurisprudencia, Medicina y Farmacia. Por Real Decreto de 1863 se estableció un nuevo plan de estudios mediante el cual se crearon varios institutos de segunda enseñanza y otros establecimientos docentes que absorbieron algunos estudios universitarios. Se suprimió la Facultad de Filosofía y se creó en su lugar la Facultad de Filosofía y Letras, así como también la de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. A partir de 1871 un Real Decreto suprimió los grados de Doctor y Licenciado que otorgaban, el primero, la Facultad de Medicina y Farmacia, y el segundo el resto de las facultades. Los que aspiraban a obtener esos títulos debieron continuar y terminar sus estudios en España. Estas restricciones fueron eliminadas en 1880 y de nuevo impuestas en 1892. En 1883 se creó el Distrito Universitario, que comprendía las seis provincias. El rector se convirtió en el jefe de todos los establecimientos de enseñanza pública que existían. Durante la ocupación militar norteamericana, mediante la Orden Militar 212 de 1899, redactada por José Antonio González Lanuza, se reorganizó la Universidad. Por esa Orden se creaban cinco facultades: Ciencias, Medicina, Farmacia, Filosofía y Letras y Derecho. En 1900, en virtud de un plan elaborado por Enrique José Varona, se estructuraron tres facultades: Letras y Ciencias, Medicina y Farmacia y Derecho, subdivididas en escuelas. Entre éstas se crearon las de Pedagogía, Ingenieros Civiles, Arquitectos y Agronomía. El 7 de marzo de 1902 fue trasladada la Universidad al lugar donde hoy se encuentra, que entonces estaba ocupado por barracones militares que se adaptaron para aulas. Se construyeron algunos edificios. El gobierno republicano declaró autónoma a la Universidad en lo tocante a su régimen interno y la facultó para darse sus estatutos, modificar los planes y métodos de enseñanza y establecer el sistema de disciplina. En lo referente a publicaciones, en la época colonial la Universidad editó preferentemente algunas de las tesis presentadas por sus alumnos, así como otros trabajos científicos y literarios. Publicó, entre 1905 y 1930, la Revista de la Facultad de Letras y Ciencias de la Universidad de La Habana, que dio a conocer importantes trabajos. En 1929 apareció la Revista de la Universidad, que tuvo una vida irregular. La revista Universidad de la Habana comenzó a salir en 1934 y aún se mantiene. Algunas facultades han tenido sus propias revistas y han publicado en diferentes series editoriales sus trabajos de investigación. A partir de 1922 comenzaron los disturbios políticos en el alto centro docente, que fue asaltado por la policía y clausurado en multitud de ocasiones. En 1941 realizó la Universidad destacadas actividades culturales, tales como la creación del Teatro Universitario, el Seminario de Artes Dramáticas y la Coral Universitaria. La Escuela de Verano se abrió también en esa fecha, con el fin de difundir la cultura cubana e intercambiar experiencias y conocimientos con otras universidades latinoamericanas. Al triunfo de la Revolución era su rector Clemente Inclán. Inmediatamente se pusieron en práctica reformas en los sistemas de estudios y en lal propia estructura universitaria. Funcionan las Facultades de Humanidades, Ciencias, Tecnología, Ciencias Médicas y Ciencias Agropecuarias. Existen, en la mayoría de estas disciplinas, cursos nocturnos para trabajadores. El 2 de diciembre de 1964 se inauguraron los primeros edificios de la Ciudad Universitaria «José Antonio Echeverría» (CUJAE), en los terrenos del antiguo Central Toledo, en Marianao (La Habana). Allí funcionan las distintas escuelas de la Facultad de Tecnología. Para el ejercicio profesional, a todos los efectos, se otorga la licenciatura o un grado equivalente, según la índole de la carrera. El doctorado se reserva como título ulterior, de alta jerarquía meramente académica, sólo adjudicable a quienes cumplan severas condiciones de estudio y trabajo posteriores al grado de licenciado. La Universidad ofrece becas a los estudiantes matriculados en cualquiera de sus facultades. Más del 35% de la población estudiantil universitaria está becada. La Biblioteca Central «Rubén Martínez Villena» (véase), trece bibliotecas pertenecientes a las distintas escuelas y un centro de información y documentación, brindan a los estudiantes y profesores los recursos bibliográficos necesarios para sus estudios e investigaciones. La Dirección de Extensión Universitaria realiza una importante labor cultural con los alumnos universitarios a través de charlas literarias, proyecciones cinematográficas, audiciones musicales, formación de coros y grupos de danza y teatro. Dicha Dirección organiza anualmente el Concurso «13 de Marzo», convocado para los estudiantes y profesores universitarios, en diferentes géneros literarios, artes plásticas, periodismo, radio, televisión. Es tarea de esta Dirección, también, la difusión de la cultura por todo el ámbito nacional, con particular énfasis entre las masas populares, y en especial la vinculación de éstas en forma activa a la tarea creadora y educadora de la Universidad.

BIBLIOGRAFÍA

Berral del Riesgo, Alfonso. «La enseñanza universitaria en Cuba», en Libro de Cuba. La Habana, Publicaciones Unidas, 1954, p. 537-549. Constituciones de la Real y Pontificia Universidad de San Gerónimo, fundada en el convento de San Juan de Letrán, orden de predicadores, de la ciudad de San Cristóbal de la Habana, en la isla de Cuba. Aprobadas por S. M. (Q.D.P.) con las licencias necesarias. La Habana, Imp. de la Real Marina, 1833. Dihigo, Juan M. La Universidad de La Habana. Bosquejo histórico. La Habana, El Siglo XX, 1916; Influencia de la Universidad de la Habana en la cultura nacional. La Habana, Imp. y Papelería de Rambla, 1924; La Universidad de La Habana. 1728-1928. La Habana, Talleres Tipográficos de Carasa, 1930; Real y pontificia Universidad de La Habana; documentos relativos a su historia. La Habana, La Propagandista, 1931; Bibliografía de La Universidad de La Habana. La Habana, Imp. y Librería La Propagandista, 1936. Estatutos. Publicado en la Gaceta Oficial de 19 de febrero de 1927 con la modificaciones introducidas por el Claustro General hasta diciembre de 1929. La Habana, Carasa, 1930. Estatutos de la Universidad de La Habana. La Habana, Avisador Comercial, 1910. Lazo, Raimundo. «La Universidad de la Habana en medio siglo de república», en Bohemia. La Habana, 45 (19): 12-14, 16, 253-255, may. 10, 1953. Le Roy y Gálvez, Luis F. «Hallado en el Vaticano el original del documento por el que se crea la Universidad de la Habana», en Vida Universitaria. La Habana, 2 (16-17): 3-4, 16, nov.-dic., 1951; «El escudo de la Universidad y su simbolismo», en Vida Universitaria. La Habana, 3 (25): 5, 15, ago. 1952; «Más documentos importantes en relación con nuestra Universidad. Libro primero de doctores y maestros», en Vida Universitaria. La Habana, 3 (21 y 22): 3, 9-10, abr.-may., 1952; La Universidad de La Habana. Síntesis histórica. El escudo de la Universidad. Su simbolismo. La Habana, Universidad de La Habana, 1960; «Pase del breve de creación de una universidad en La Habana a través del Consejo de Indias», en Universidad de La Habana. La Habana,(196-197): 300-306, 1972. Marinello, Juan. «La Universidad, destacamento revolucionario», en Bohemia. La Habana, 66 (13): 16-19, mar. 29, 1974. Pasado y presente de la Universidad de La Habana. La Habana, 1966. Reglamento de la Universidad de La Habana, aprobado provisionalmente por el Gobierno Superior Civil. La Habana, Imp. del Gobierno y Capitanía General, 1863. Santos Jiménez, Rafael. «La Universidad de La Habana y nuestra Convención Constituyente de 1940», en Anuario de la Facultad de Ciencias Sociales y Derecho Público. La Habana: 47-62, 1951. Trelles y Govín, Carlos M. Bibliografía de la Universidad de La Habana. La Habana, Rambla y Bouza, 1938. Universidad de La Habana. La Habana [s.i.], 1966. Universidad de La Habana. Obra de extensión cultural. La Habana, Alfa, 1942. Varela Zequeira, José. Nuestra Universidad. Conferencia dada en el Lyceum de La Habana el 20 de noviembre de 1933. La Habana, Cuba Intelectual [1933?].

Universidad de La Habana (La Habana, 1934- ). Publicación bimestral. El primer número corresponde a enero-febrero. Presentaba a José A. Presno Bastiony y a Roberto Agramonte como director y secretario, respectivamente. Contaba asimismo con un grupo de editores, integrado por Alfredo M. Aguayo, Alberto Blanco, Aurelio Boza Masvidal, Ernesto Dihigo, Manuel F. Gran, Federico Grande Rossi, José E. Martínez Cañas, Luis de Soto y Joaquín Weiss. A partir del número 4 se incorporan al grupo Luis A. Baralt, José Corsanego, Elías Entralgo, Sergio García Marruz, Raúl Roa, Carlos Rafael Rodríguez, A[ntonio] Sánchez de Bustamante y Carlos de la Torre. Ya en el número 6 de este su primer año desaparecen los nombres del director, secretario y editores, y son sustituidos por un comité editor integrado por diecinueve personas, las mismas que formaban el grupo de editores más el director y el secretario ya señalados. Durante el año 1935 pierde su regularidad bimestral -hecho que volverá a repetirse reiteradamente en el futuro-, y se unen varios números en un mismo volumen. Con el número 10 aparecen nuevamente los nombres del director y del secretario -ya mencionados- separados del resto de los integrantes del comité editor. Durante 1936 no se publicó la revista; cuando se reinicia su publicación con el número 13 (junio-julio de 1937), no se ofrece explicación alguna a este fenómeno, situación no singular, puesto que en oportunidades posteriores sucederá igualmente. Tampoco aparecen ahora los nombres del director ni de los integrantes del comité editor, lo que se hará nuevamente en el número 15. A partir de entonces, este comité quedará integrado por once de sus antiguos miembros -al abandonarlo Aurelio Boza Masvidal, Federico Grande Rossi, José Corsanego, Antonio Sánchez de Bustamante, Raúl Roa y Carlos Rafael Rodríguez-, conjuntamente con Emilio Fernández Camus, Manuel Bisbé, Raimundo Lazo, Piedad Maza, Miguel Villa Rivera y José Varela Zequeira., quienes lo integran por primera vez. Desde el número 23, este comité se amplía con el regreso de Antonio Sánchez de Bustamante y la incorporación de Herminio Portell Vilá. Sufre cambios, nuevamente ya en el número 35, al abandonarlo José Varela. Zequeira e incorporarse Jorge Roa. A partir de 1944, y hasta 1961, nunca llegan a salir más de dos números al año, e incluso uno sólo en varias ocasiones. Con el número 88-90, correspondiente a enero-junio de 1950, aparecen nuevos cambios: el Dr. Clemente Inclán es presentado como presidente y el comité editor queda integrado por Luis A. Baralt, Manuel Bisbé, Alberto Blanco, Ernesto Dihigo, Elías Entralgo, Manuel Gran, Raimundo Lazo, Piedad Maza, Herminio Portell Vilá, Antonio Sánchez de Bustamante, Rafael Santos, Luis de Soto y Joaquín Weiss. Debido al fallecimiento de José A. Presno -señalado como su director en el número 104-111 de 1953-, Roberto Agramonte pasa a la dirección y Elías Entralgo a la secretaría de la revista a partir del número 112-114. El silencio provocado por el cierre de la Universidad en las postrimerías del régimen batistiano es roto con el primer número publicado tras el triunfo de la Revolución (136-141), enero-diciembre (1958-1959), que presenta un comité editor muy reducido: Manuel Bisbé, Manuel Gran, Raimundo Lazo y Joaquín Weiss. En este número no se hace ningún tipo de mención a la situación que vivió la Universidad -y, por ende, la propia publicación- en el ocaso de la dictadura. Durante todos estos años anteriores a la Revolución se palpaba su frialdad académica; era un órgano reproductor de trabajos interesantes y de alto nivel, pero alejado de la realidad nacional. Su contenido era amplio y abarcaba disciplinas muy diversas: filosofía y sus principales figuras cubanas y extranjeras; la educación, la sociología, la pedagogía; los estudios jurídicos y las principales figuras del derecho; la geografía, los estudios geográficos o socio-económicos de diversas regiones cubanas; la historia de Cuba, sus principales hechos y figuras: Martí, Varona, Luz y Caballero, el padre Varela; la historia de América Latina y sus próceres; el arte y la civilización; la literatura clásica; la pintura, el teatro, la escultura y sus autores; la música y el folklore cubanos, sus manifestaciones, sus creencias y prácticas religiosas; las literaturas española, latinoamericana y cubana: sus principales corrientes y cultivadores; así como otros trabajos sobre medicina y otras ciencias y sus figuras principales. Contó desde sus comienzos con las secciones «Vida universitaria» y «Bibliografía», que se extinguen por esta época para resurgir -con las variantes y peculiaridades del momento- a partir de 1963. Los principales colaboradores de estos años, junto a los ya mencionados integrantes de los diferentes comités que se formaron, fueron Jorge Aguayo, Manuel Altolaguirre, Andrés Angulo, Anita Arroyo, Jenaro Artiles, Alfonso Bernal del Riesgo,. Martha de Castro, José Conangla Fontanilles, Federico de Córdova, Juan Manuel Dihigo, Francisco Domínguez Roldán, Gustavo Duplessis, José Antonio Fernández de Castro, Roberto Fernández Retamar, Rafael García Bárcena, Enrique Gay Calbó, Mario O. González, Antonio Lancís, Pablo F. Lavín, Jorge Mañach, Juan Marinello, Salvador Massip, Juan José Maza y Artola, Fermín Peraza, Marcelo Pogolotti, José Antonio Portuondo, Jorge Quintana, José Antonio Ramos, Julio Le Riverend, Emilio Roig de Leuchsenring, Luis Felipe Le Roy y Gálvez, Luis Alberto Sánchez, Joaquín Xirau y Juan Clemente Zamora, entre otros. A partir del número 148-150, Elías Entralgo asume la dirección y desaparece la secretaría del comité editor, así como el nombre de Manuel Bisbé, debido a su fallecimiento. La revista empieza a tomar un nuevo carácter, más acorde a los tiempos. Se inicia la sección «Reproducciones», que, como lo indica su nombre, publicaba artículos tomados de otras publicaciones cubanas y extranjeras, así como manifiestos, proclamas, declaraciones, etcétera. A partir del número 154 (enero-febrero de 1962) comienza a normalizarse nuevamente la salida bimestral, lo que se mantendrá hasta 1967. En este número aparece al pie de la primera página, por primera vez, «Comisión de Extensión Universitaria»; asimismo se presenta sólo al director, Elías Entralgo, y a Raimundo Lazo como miembro del comité editor. Por otra parte, se publica una convocatoria a concurso para seleccionar una nueva portada para la revista, la que había permanecido invariable desde sus inicios, con el fondo azul y el título y escudo universitario en blanco. Aparece también en este número el texto íntegro de las «Bases fundamentales de la reforma de la Enseñanza Superior», con breve introducción de Juan Marinello. A partir del número 159 la revista emprende nuevos caminos; son palpables sus transformaciones, no sólo en la forma, sino también en el carácter de su contenido e incluso en sus colaboraciones. Los trabajos, aunque siguiendo fundamentalmente los mismos temas, aparecen ahora sobre la base del marxismo-leninismo; paralelamente, se acentúa la divulgación de esta filosofía. Tiene lugar un cambio en la portada, se reinician las secciones «Vida Universitaria» y «Bibliografía» y surgen dos nuevas -aunque no saldrán periódicamente y tendrán una vida breve-: «Revista de Revistas», reseñas de diversas publicaciones nacionales y extranjeras, y «Hechos y presencias», a cargo de Loló de la Torriente, con el objetivo de comentar diversas actividades culturales fuera de la Universidad, tales como visitas a Cuba de artistas e intelectuales destacados, exposiciones, conferencias y otros acontecimientos de esta índole. El comité editor aparece integrado ahora por Sergio Aguirre, Alejo Carpentier, Roberto Fernández Retamar, Raimundo Lazo, Julio Le Riverend, Luis F. Le Roy, José López Sánchez, Juan Marinello, Andrés Núñez Olano, Fernando Portuondo, Filiberto Ramírez Corría, Manuel Rivero de la Calle, Raúl Roa y Gustavo Torroella, con Ángel Augier como secretario. No hay nuevos cambios hasta el número 175, cuando se reduce un poco el tamaño de la revista. A partir del 177 cesan Julio Le Riverend y José López Sánchez en el Comité editor; asimismo, debido al fallecimiento de su director, Elías Entralgo, desaparece su nombre a partir del número 181. Ya desde el número 184-185 cambia el aspecto interior y queda suprimido el subtítulo «Publicación bimestral». Por otra parte, el comité editor es sustituido por la relación de los colaboradores que publican sus trabajos en los números respectivos. Desde el número 189 tiene lugar una transformación en la revista. Al respecto, hay una nota en su primera página: «Con este número inaugural de 1968, la Revista Universidad de La Habana inicia una nueva etapa en su existencia. Formato, emplane y contenido dejarán de ser lo que fueron en su fructífero pasado y, sin ser exactamente como los del presente número, responderán a ello en sus lineamientos generales.» Ahora es mucho mayor su tamaño, incluye fotos y reproducciones de arte y su contenido se torna más acorde al ritmo del momento. Inserta además reportajes, documentos, cronologías, páginas de intelectuales y otras figuras conocidas. No, aparece el nombre del director, comité editor o su equivalente, aunque en el número 190 señala nuevamente a la «Comisión de Extensión Universitaria» y sitúa la redacción en la Facultad de Humanidades. Tiene una salida continua hasta el número 194, de 1969; el número 195 salió en 1972, aunque sin señalarse entonces el año de la publicación. El formato ha cambiado ahora totalmente: mucho más pequeño, con menos elementos gráficos, la portada más sobria. Solamente se señala a Luisa Campuzano como directora. El contenido habitual no varía e incluye la reproducción de interesantes documentos históricos, reseñas de libros y «Ámbito universitario». Es muy extensa la lista de colaboradores de la revista a partir de los primeros años posteriores al triunfo de la Revolución. Se repiten algunos pocos nombres de los ya relacionados anteriormente y se incluyen ahora, además de algunos extranjeros, a Mirta, Sergio y Yolanda Aguirre, Luis A. de Arce, Salvador Bueno, Humberto Castañeda, Camila Henríquez Ureña, Ralph Johnson, Argeliers León, Olga López, Isabel Monal. Hortensia Pichardo, Aleida Plasencia. Graciela Pogolotti, Fernando Portuondo, Guillermo Sánchez Martínez, Marisol Trujillo y otros. En diversos momentos de su vida, la revista ha dedicado algunos números a grandes figuras o acontecimientos: Enrique José Varona (2), el CXXIV aniversario de la independencia de México (6), Julio Antonio Mella (165), el 26 de julio y el Che Guevara (186-188), Carlos Marx en su 150 aniversario (191), Alejandro de Humboldt en el bicentenario de su nacimiento (194).

UNIVERSIDAD DE ORIENTE Fue inaugurada el 10 de octubre de 1947 en la ciudad de Santiago de Cuba, tras largas gestiones ante diversas autoridades del gobierno, aunque el reconocimiento oficial no le fue concedido hasta finales del mes de noviembre de 1949, al dictarse la ley correspondiente. Fueron luchadores incansables en favor de la creación de esta alta casa de estudio, entre otros, Felipe Martínez Arango, Pedro Cañas Abril, Francisco Martínez Anaya, Max Figueroa Araújo y Felipe Salcines, quienes encontraron apoyo decidido por parte de todo el pueblo oriental, deseoso de poder contar con una universidad. Comenzó a funcionar sin local ni recursos económicos, y con una nómina de profesores que brindaban sus clases gratuitamente. Las primeras se ofrecieron en la Escuela de Comercio. En sus inicios funcionaron las escuelas de Filosofía y Letras, Educación (Pedagogía), Derecho, Ciencias Comerciales e Ingeniería Química Industrial, y los departamentos de Relaciones Culturales y Educación Física. El presupuesto otorgado a la Universidad, que debía ser compartido con la entonces en formación Universidad de Las Villas, le permitió, paulatinamente comprar terrenos e ir construyendo edificios y laboratorios anexos, así como ampliar el número de facultades y escuelas. Durante la etapa insurreccional, la Universidad de Oriente fue asaltada y clausurada en varias oportunidades por el ejército batistiano. Al triunfo de la Revolución en 1959, de inmediato se le empezaron a introducir mejoras en todo sentido: nuevos edificios, creación de escuelas y facultades que hasta entonces sólo existían en la Universidad de La Habana, celebración de forums científicos, perfeccionamiento y enriquecimiento de los laboratorios. El claustro de profesores se amplió considerablemente. Figuras de prestigio nacional e internacional, como el doctor José Antonio Portuondo, profesor en sus aulas y más tarde rector, entre 1962 y 1965, estuvieron al frente del máximo centro docente oriental. Las actividades culturales que desarrolla hoy la universidad son incontables. Publica, desde diciembre de 1970, la revista Santiago, órgano de la institución, dedicada a editar materiales literarios de autores cubanos y extranjeros y trabajos de diversa índole, entre ellos tesis de grado de alumnos de la universidad. Convoca, desde el año 1974, al concurso nacional «Batalla del Uvero», en diversos géneros literarios. Su Dirección de Educación Cultural realiza una amplia campaña, dentro y fuera de la sede universitaria, para promover diversas actividades artísticas y culturales que coadyuven al desarrollo integral del alumnado.

BIBLIOGRAFÍA

Cañas Abril, Pedro. «El año XXV» [Entrevista], en Santiago. Santiago de Cuba, (8): 199-222, sep., 1972. Lavié, Nemesio. «La Universidad de Oriente», en Orto. Manzanillo (Oriente), 36 (4): 1-4, abr., 1948. Ley y estatutos de la Universidad de Oriente. Santiago de Cuba [Ceiba del Agua, Habana], Artes gráficas de la Escuela Politécnica, 1948. Quintana, Jorge. «La Universidad de Oriente es un serio empeño de alta cultura al servicio del país» [Entrevista a Felipe Martínez Arango], en Bohemia. La Habana, 41 (11): 8, 114-116. La Universidad de Oriente en marcha. Santiago de Cuba [Ceiba del Agua, Habana], Depto. de Relaciones Culturales de la Universidad de Oriente, 1948. Roig de Leuchsenring [Emilio]. «La Universidad de Oriente», en Carteles. La Habana, 29 (36): 60-61, sep. 5, 1948.

UNIVERSIDAD DEL AIRE Bajo tal denominación fue creada en 1932 esta institución, que tuvo como finalidad difundir la cultura por medio de la radio, para así despertar el interés sobre diversos temas: políticos, literarios, sociales, históricos. Las disertaciones fueron ofrecidas dos veces a la semana por la emisora CMBZ -más conocida por 1010- y posteriormente por la CMQ. Sus organizadores, entre ellos Jorge Mañach, que fue además su promotor y director permanente, no aspiraron a impartir conocimientos detallados o profundos, sino nociones introductorias y generales que sirvieran para abrir una vía inicial a la curiosidad de los oyentes. En 1933 publicó los Cuadernos de la Universidad del Aire, cada uno de los cuales recogía las conferencias pronunciadas en las audiciones semanales. Dejaron de publicarse a finales de dicho año, fecha en que también dejaron de celebrarse las conferencias radiales. En 1949 se reanudó la programación, así como la salida de la revista, ahora con el título de Cuadernos de la Universidad del Aire del Circuito CMQ. Entre los conferenciantes de las dos épocas de la institución figuraron Fernando Ortiz, Salvador Massip, Manuel Bisbé, Antonio Sánchez de Bustamante y Montoro, Emeterio Santovenia, Ernesto Dihigo, Elías Entralgo, Rafael Suárez Solís, Luis A. Baralt, Emilio Ballagas, Luis Amado Blanco, Vicentina Antuña, José María Chacón y Calvo, Cintio Vitier, Salvador Bueno, Camila Henríquez Ureña, Carlos Rafael Rodríguez, Julio Le Riverend, Emilio Roig de Leuchsenring y Ángel Augier. Tanto la publicación como las disertaciones cesaron en 1952.

BIBLIOGRAFÍA

Lavié, Nemesio. «La Universidad del Aire», en Orto Manzanillo (Oriente), 37 (2): 13-14, feb., 1949. Mañach, Jorge. «Propósito y método», en Cuadernos de la Universidad del Aire. La Habana, (1): 5-12, 1933. Marrero, Juan. «El asalto a la Universidad del Aire», en Granma. La Habana, 9 (158): 5, jul. 4, 1973. Rexach, Rosario. «La Universidad del Aire», en Lyceum. La Habana, 5 (17): 81-83, feb., 1949. «La Universidad del Aire. Clausura del primer ciclo de un noble y elevado empeño cultural. Un magistral discurso del Dr. Mañach», en Crónica. La Habana, 1 (11): 9-11, jul. 1, 1949.

UPEC (La Habana, 1968- ). Revista de la Unión de Periodistas de Cuba. Comenzó a publicarse en el mes de enero. Tenía a José Gil Lamadrid como jefe de un consejo de redacción integrado por Raúl Martín Sánchez, César Fernández, Miguel Planas y Francisco Blanco. A partir del número 3-4 desaparece el consejo de redacción. Desde el número 7, en que ya no aparece ningún otro nombre, se señala que es una «Revista bimestral de la Unión de Periodistas de Cuba publicada bajo la dirección de su Buró Ejecutivo». Con el número 9 cambia su formato: ahora es mayor y presenta distinto tipo de papel y emplane. Desde ese mismo número se anuncia nuevamente como publicación mensual. Desde el número 20 mejora su presentación, con papel y tipos de letras más atractivos. Su contenido es fundamentalmente periodístico y destinado a este sector. Incluye en sus páginas, también, apuntes para la historia de la prensa en Cuba, documentos y artículos sobre nuestra historia, la imprenta y su historia, así como diversos trabajos sobre estilo, narración, los medios masivos de comunicación y sobre periodistas revolucionarios: José Martí, Julio Antonio Mella, Juan Manuel Márquez, Tania la Guerrillera. Ha publicado igualmente entrevistas, comentarios sobre libros y discursos de dirigentes de la Revolución. Colaboran en sus páginas Ernesto Vera, Lázara Rodríguez Alemán, Gregorio Ortega, Ana Núñez Machín, Juan Marrero, Enrique González Manet, Pedro Luis Padrón, Evelio Tellería Toca, Gabriel Molina, Nydia Sarabia, entre otros.

URRUTIA, Ignacio José de (La Habana, 4.1.1735-Id., 16.10.1795). Comenzó sus estudios en La Habana y los continuó en México, donde recibió una beca del colegio San Ramón. De regreso en su ciudad natal, cursó estudios en la Facultad de Sagrados Cánones de la Universidad de 1749 a 1751. Se marchó nuevamente a México y allí recibió el grado de Bachiller en Cánones y Leyes en 1754. En Santo Domingo se graduó de abogado. De nuevo en Cuba, organizó fuerzas en 1762 para luchar contra el ataque de los ingleses a La Habana, en su calidad de asesor de D. Manuel López Silveiro, sargento mayor de milicias y alcalde de la villa de Santa Clara. Más tarde fue nombrado alcalde de esa ciudad. En unión del abogado Gabriel Beltrán de Santa Cruz redactó en La Habana, en 1764, El Pensador, primer periódico literario impreso en Cuba, cuya existencia ha sido puesta en duda. En la Universidad de La Habana obtuvo el título de Doctor en Derecho Canónico en 1765. Ejerció la abogacía en la Asesoría General de Intendencia de Hacienda, en la Judicatura de Difuntos, en la Audiencia de Marina, en el señorío de la ciudad de San Felipe y Santiago. Sus trabajos aparecieron en las Memorias de la Real Sociedad Económica de Santiago de Cuba. Su Teatro histórico, jurídico y político-militar de la Isla Fernandina de Cuba y principalmente de su capital la Havana no se publicó completo hasta 1931.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Teatro histórico, jurídico y político-militar de la Isla Fernandina de Cuba. Principalmente de su capital la Havana. Dedicado al Católico Rey N. S. Don Carlos III. Tomo I, que comprende el descubrimiento, pacificación y población de la Isla, desde 1492 en que fue ocupada, hasta 1556, en que mudó el gobierno su residencia a la Havana. La Havana, Imp. de D. Estevan Joseph Boleña, 1789; Teatro histórico, jurídico y político-militar de la Isla Fernandina de Cuba, y principalmente de su capital la Havana. Dedicado al Católico Rey Ntro. Sr. D. Carlos Tercero. Santiago de Cuba, Imp. de M. A. Martínez, 1853 (Biblioteca de las Memorias de la Sociedad Económica de Santiago de Cuba); La Habana, Comisión Nacional Cubana de la UNESCO, 1963. Compendio de memorias para escribir la Historia de la Isla Fernandina de Cuba, principalmente de su capital la Havana. Dedicado al Católico Rey N. S. D. Carlos IV [...] T. único. Pre[liminar al ?] Teatro histórico, jurídico y político militar de la misma Isla. La Havana, Imp. de la Capitanía General, Curia Episcopal y Colegio Seminario de San Carlos, 1791. Teatro histórico, jurídico y político-militar de la Isla Fernandina de Cuba y principalmente de su capital La Habana.... [T. l]. Obra inédita escrita en 1791. Tomo II de Los tres primeros historiadores de la Isla de Cuba. La Habana, Imp. de A. Pego, 1876. Obras del Dr. Ignacio José de Urrutia y Montoya. Pról. de Carlos M. Trelles. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1931. 2 t.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Bachiller y Morales, Antonio. «Don Ignacio de Urrutia», en su Apuntes para la historia de las letras y de la instrucción pública en la isla de Cuba. T. 2. La Habana, Academia de Ciencias de Cuba. Instituto de Literatura y Lingüística, 1971, p. 113-118. Caballero, José Agustín. «Cartas del Pbro. Caballero acerca del Teatro del Dr. Urrutia. Publicadas en 1795», en Revista de Cuba. La Habana, 1 :231-239, 1877. Conde de San Juan de Jaruco. «Del pasado. El historiador Urrutia», en Diario de la Marina. La Habana, 117 (91): 46, abr. 17, 1949. Morales y Morales, Vidal. «Tres historiadores cubanos», en Revista de Cuba. La Habana, 1 :9-l4, 1877. «Noticias particulares de la Havana. Anuncio de la Historia de Cuba de Ignacio José de Urrutia y Montoya», en Papel Periódico de la Havana. La Habana, (68): 273, ago. 25, 1791. Soto Paz, Rafael. «Ignacio José Urrutia Montoya», en su Antología de periodistas cubanos. 35 biografías. 35 artículos. La Habana, Empresa Editora de Publicaciones, 1943, p. 13-14.

URZÁIS, Fernando (La Habana, ?.1840-Id., 24.12.1900). Dio a conocer algunos de sus poemas en lecturas en el Liceo de Guanabacoa (Habana), del que fue nombrado secretario en 1867. Colaboró en diversas publicaciones periódicas, como Camafeos, La Revista del Pueblo, El Revoltoso, El Siglo, Aurora del Yumurí, El Cádiz, Aguinaldo Habanero, El Triunfo, Revista de Cuba, La Razón, El Hogar. Fundó La Tertulia, La Crónica de la Villa y Las Niñas. Entre sus colaboraciones en La Aurora se cuentan novelas y traducciones. Dirigió El Álbum, de Guanabacoa, y la Biblioteca infantil de enseñanza, educación y recreo, que al parecer no pasó del primer tomo. Figuró en la colección de artículos costumbristas Tipos y costumbres de la Isla de Cuba (1881). Usó el seudónimo Úrsulo Fernández.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

La prosa de la vejez. Juguete lírico en un acto por [...] representado por primera vez en el Liceo de Guanabacoa. La Habana, Imp. La Antillana, 1866. Venganza contra venganza. Drama en tres actos y en verso. La Habana, Imp. La Antillana, 1866. El hacer bien nunca se pierde. Proverbio original de [...]. Guanabacoa (Habana), Imp. Revista de Almacenes, 1872. Poemitas infantiles. Originales unos, imitados otros. La Habana, Imp. La Antillana, 1877. Nubes en el cielo azul. Comedia en dos actos y en verso. Guanabacoa, Imp. Revista de Almacenes, 1882.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Fornaris, José. «Venganza contra venganza», en La Aurora. La Habana, 2 (12): 3-4, oct. 1866. Gil Blas, seud. de Arturo R. de Carricarte. «Fernando Urzáis», en Camafeos. La Habana, (20): 147-149, set. 17, 1865. «[Venganza contra venganza por D. Fernando Urzáis]», en Revista del Pueblo. La Habana, 2ª época (15): 113-114, may. 15, 1866.

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