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ArribaAbajoJacinto Cielo dando noticias de la derrota del queneral Núñez a los sitiadores flacones

[Derrota del queneral rosista Ángel Núñez, batido en la Horqueta del Rosario]345



¡Salgan no más rosines a juntar potros,
ya los amansaremos... entre nosotros!



       ¿Con que Núñez por la Horqueta
    se andaba haciendo el potrillo,
    y para verle el colmillo
    FLORES le estiró la jeta?,
    y que es mancarrón sotreta...  5
    ha visto, porque mosquiando
fue a dar a la Colonia, pero chanciando.
—379→

       ¿Qué dice, amigo don Pancho,
    de ese montón de laureles346?
    Siga largando papeles,  10
    y diga que ha sido gancho.
    Con que, ¿cómo va de rancho?
    pues a Núñez hasta el chifle
se lo quitó CALENGO347, que es alarife.

       Si acá el ministro PACHECO  15
    quisiera que yo saliese,
    y por contrata les diese
    carne gorda y charque fresco,
    lo haría, porque apetezco
    servir a los apuraos;  20
y a ustedes los contemplo, muy atrasaos:

       Con todo eso que ha marchao
    últimamente a campaña
    Alderete, a darse maña
    para acarriarles ganao;  25
    pero sale tan delgao,
    que si vuelve con salú
ha de ser gambetiando, como ñandú348.

       ¿Y Urquiza no llegará
    con Juan Bolas y Badana?,  30
    ¿o se les quitó la gana
    de bailar en la ciudá?
    ¡Mire qué temeridá
—380→
    no aprovechar la ocasión!
Tin tin de la Aguada, tin tin del Cordón.  35

       ¿Y Violón, no se ha templao?,
    ¿y el general Cinturita,
    no le manda a Manuelita
    expresiones de Estibao?
    Vamos, que se le ha arrugao  40
    el cuajo con la noticia,
o ha visto que la cosa lleva malicia.

       Y Ángel Chifle que la embarra
    a lo mejor, ¡voto-alante!,
    puede ser que ahora les cante,  45
    que otra cosa es con guitarra;
    miren, si FLORES lo agarra
    al salvaje federal,
¡ahí se pone las botas con el queneral!

       Que a la Colonia llegó  50
    casi en pelos, y a dos laos,
    sólo con cuatro soldaos
    de ochocientos que llevó.
    ¿Y las vacas que juntó?,
    ¿y las yeguas, y los potros?,  55
ya los amansaremos... entre nosotros.



  —381→  

ArribaAbajoDisputa y arrehlo que ocurrió en el sitio de Montevideo entre un ayudante y un sargento, ambos del ejército de Oribe; con motivo de la escasa ración de carne de carnero que se le daba al sargento para racionar a su compañía

[Disputa ocurrida en el campamento de Oribe entre un ayudante y un sargento, al cual se le daba muy poca y mala carne de carnero para racionar a su compañía]




SARGENTO

   ¡Mi ayudante: a la verdad,
es muy chica esta ración!

AYUDANTE

¡Rezongón!,
cállese y agarrelá.
    Pues qué ¿no ve cómo andamos,
que de flacos nos cortamos  5
jefes y oficialería?,
¿y que hay día
de que al palo349 lo pasamos?

SARGENTO

Ya lo veo:
pero al mesmo tiempo creo,
que toda mi compañía
—382→
no puede comer un día  10
de medio carnero aspudo,
y de yapa catingudo
y flacón,
que eso ya da compasión;
porque nos causa fatiga
y blandura en la barriga:  15
de no, vea mis soldaos
apuraos,
y siempre con seguidillas,
y las caras amarillas
de hambre y de necesidá:
porque cuando se les da  20
cada dos días ración,
ya les causa almiración;
y después,
la carne es tan de-una-vez,
azul de flaca y cansada,
que está la gente apestada:
de manera,
 25
que siempre andan de carrera,
porque ni tiempo les da
a sacarse el chiripá.

AYUDANTE

Mentira: no sea puerco.

SARGENTO

¿El qué?
Mire: vaya, asomesé  30
a la zanja de aquel cerco,
verá si hay una porción
que parece un batallón,
—383→
y en los apuros que está:
pues me río del Larruá,
sí, señor,
 35
esta carne es mucho pior.
    Luego después, sin pitar,
aguantar
diez días como sabemos,
no sé cómo poderemos
resistir;
porque, vamos al decir:  40
si hubiese facilidad
de colarse en la Ciudá...
NORABUENA;
ya sería menos pena
y nos daría corage;
¡pero, si hay tanto salvaje,  45
y tanto cañón morrudo!,
que con sólo un estornudo
de cada uno
no queda vivo ninguno
de nosotros; ni Alderete
creo que salve el rosquete:
pues discurro
 50
que no se escape ni el burro.
    De balde dice Espadín350
que se ha de colar al fin:
pero, ¡qué!,
¿o tiene esperanza usté,
mi ayudante?
—384→

AYUDANTE

    ¿Que si yo tengo esperanza?  55
Mire: le diré en confianza;
que nos lleven por delante,
y que nos saquen el cuero
sólo espero:
y créamelo, sargento,
que le digo lo que siento.
Por supuesto,
 60
sé que usté es hombre discreto
y que también es mi amigo;
ya sabe por qué lo digo.
Pero, mire:
aunque Alderete se estire
como tripa al arrancarla  65
de la panza y desebarla,
ha de ver,
que fiero se ha de encoger
el día que la pueblada
nos pegue una atropellada,
o Rivera
nos haga un dentro cualquiera;  70
pero yo, para ese trance,
cierto lance
les voy a jugar aquí.
Si usté quiere unirse a mí,
y a otros varios, creamé,
le irá bien, acuerdesé,
ya lo digo.
 75

SARGENTO

   Sí, señor; cuente conmigo,
—385→
lo mesmo que con mi gente,
que andan apuradamente
y endeveritas rabiosos
de ganosos
por hacer una embarrada...  80

AYUDANTE

   Bueno, escuche la jugada,
y desde ahora piense ya
el fruto que nos dará.
    El día que nos apuren,
antes que nos asiguren,  85
nosotros asiguramos
y amarramos
a Bárcena y a Violón:
porque, en la tribulación
que esos diablos se han de ver,
todo se les puede hacer.
¿No se le hace?
 90

SARGENTO

   ¡Pues no!, señor, al istante,
diga no más, mi ayudante,
si quiere que yo lo enlace;
y desde ahora le prometo
que a Violón se lo sujeto
ese día,
 95
si corre de cuenta mía
hacer de él lo que yo quiera;
que es llevarlo a la trinchera
para que al general PAZ
le vea el gesto no más:  100
—386→
que luego éste lo destina
a la Legión argentina.
¡Ya usté ve
las botas que me pondré!,
ni a qué quiero más caudal
que entregar a ese animal.  105

AYUDANTE

    Pues, corriente:
aliste no más su gente,
y dispondrá de Violón
con toda satisfación,
que al tuertito
Bárcena lo necesito,  110
para venderlo muy bien
y hacerme rico también,
porque don Frutos Rivera,
como quiera,
me da diez mil patacones
por sacarle los calzones  115
y pelarle la picana,
que es de lo que tiene gana;
y después ensebadito
se lo remite fresquito
al conde de Poblaciones,  120
restaurador federal,
y capitán general
de mashorqueros ladrones.



  —387→  

ArribaAbajoDisculpa dirigida a un caballero inglés a quien le transmitió una falsa noticia que otro negociante inglés le dio de sorpresa y maliciosamente como positiva a Paulino Lucero, habiéndolo encontrado en la retreta del Viernes Santo en Montevideo, precisamente en la noche en que, con bastante atraso, llegó de Europa el paquete inglés, por el cual en aquellos días se esperaban noticias importantísimas para la causa de la libertad

[Disculpa del gaucho Lucero por una noticia falsa que por broma le dio un inglés, y Paulino se la transmitió a otro caballero inglés también, pero como cierta]


SEÑOR PATRÓN D. J. B.

Montevideo 6.- Febrero de 1848.



    Perdone la bola güera
que el Viernes Santo, patrón,
por pegarle un alegrón
le llevé a toda carrera;
si usté se la tragó entera,  5
así me la tragué yo,
desde que me la sopló
el hijo de la gran pu...
cara de ñacurutú351
que en la plaza me topó.  10
—388→

    ¿Cómo pude afigurarme
de que ese sanabicha,
con su nariz de salchicha,
allí se fuera a olfatiarme
tan sólo para boliarme?  15
¡Si será el diablo ese ñato!
En fin, se habrá reído un rato
a mi costa, deje estar;
yo también le he de mostrar
que tengo sangre de pato.  20

    De balde me dicen que es
bruto que suele, de una hebra,
a un botellón de giniebra
dormírsele alguna vez;
y que se goza después  25
que ha tomado su chubasco
de una cuarta o medio frasco,
en largarse con el pedo352
a soltar bolas sin miedo
de que le peguen un chasco.  30

    Así me las ha prendido,
porque sé que en los paquetes353
y allá entre los Bifisquetes
el ñato es introducido;
y, como es tan decidido  35
y salvaje, me amoló:
de suerte que consiguió
(por supuesto, con malicia)
embocarme la noticia...
¡ahijuna!, y me traginó.  40
—389→

    Pero si otra vez intenta
divertirse a mis costillas,
y tiene el ñato cosquillas,
no le ha de salir la cuenta:
veremos, pues, si escarmienta  45
y aguanta esta cuchufleta,
que sólo es una indireta,
mientras no me da ocasión
de soltarle un nubarrón
más grande que la gaceta.  50

    Con que, patrón, siendo así
el chasco dispensará,
si no salió la verdad
el notición que le di
conforme lo recebí  55
del bruto que me lo dio:
a quien ya le he dicho yo
que no aguanto bolas de ufa.
¡Vaya el ñato a que lo sufra
la p... unta de San Fernando!  60


P. D.

    Por si no acierta, patrón,
a saber quién es el ñato,
velay, le haré su retrato:
fíjese en la filiación.

    Es colorao, vivaracho,  65
ni muy alto ni petizo;
chato de anca, lomo liso
y máscara de capacho;
—390→
de narices, sólo un cacho
desde potrillo ha llevao,  70
muy fieramente pegao
desde la frente al bigote;
que a no ser por tal pegote
sería un ñato agraciao.

Su servidor y pión,
P. LUCERO.



  —391→  

ArribaAbajoRemitido al Conservador, periódico que se publicó en Montevideo en tiempo del sitio grande

[Farsa que hizo un paisano del modo de conducirse que observó en el Río de la Plata el enviado inglés mister Howden]


Amigo y patroncito del Consilgador,



    Como apareao354 al invierno
ha caído por esta tierra355
un Loro de Ingalaterra,
¡mozo lindo para yerno!

    Hombre Loro tratador  5
que en el Río de la Plata
trató con Loro Batata,
y el Loro Restaurador.

    Y como tengo mis dudas
de cómo se llama el hombre,  10
pues no estoy cierto si el nombre
es don Juden o don Judas356...

    El que comió mazamorra
allá en los Santos Lugares,
y tantió los costillares  15
de Manuela la cotorra...
—392→

    Bailando la refalosa
y el cielito federal,
porque es Loro liberal,
y no Loro cualquier... cosa.  20

    Aunque al gaucho Juan Manuel
fieramente le aflojó,
y al decirle el gaucho: ¡No!,
le respondió el Loro: ¡Well!

    Pues a ese Loro, patrón,  25
que acá trata de voliarnos
y a la mashorca entregarnos,
porque él le tiene afición:

    Yo que soy de la banda
de los Loros cimarrones,  30
le diré cuatro razones
en una carta ensilgada...

    Si usté, patrón imprentario,
a quien ésta le dirijo,
me asigura el nombre fijo  35
de Loro Cipotenciario...



  —393→  

ArribaAbajoHoja de servicios del Brigadier general don Juan Manuel Rosas, gobernador del Continente Americano que el gaucho Santos Contreras le retruca en una carta

[Remitido del gaucho Contreras al redactor del Comercio del Plata en Montevideo]


Anuncio de Santos Contreras al señor relator del Comercio del Plata.


    Señor patrón, allá va
esa carta ¡de mi flor!,
con la que al Restaurador
le retruco desde acá.
Si usté la lé, encontrará,  5
a lo último del papel,
cosas de que nuestro aquel
allá también se reirá:
porque, a decir la verdá,
es gaucho don Juan Manuel.  10

CONTRERAS.



  —394→  

ArribaAbajoExcelentísimo señor Restaurador de las Leyes y Gobernador del Continente Americano

[Carta burlesca en la cual el gaucho Santos Contreras le cita a Rosas su hoja de servicios militares, y desde Montevideo le suplica, como le suplicaban sus abyectos en Buenos Aires, que el famoso Juan Manuel se aguantara gobernando federalmente]


Montevideo, a 30 del mes de Rosas de 1849.



    También de acá, vuecelencia,
pido como el porteñaje,
aunque soy gaucho salvaje
(con su perdón y licencia),
que sea su permanencia  5
infinita en el Gobierno;
porque será caso tierno
que vuelvan los unitarios
y que a sus peticionarios
los aventen al infierno.  10

    ¡Ah, gente linda!, jamás
tuvo tanta efervecencia:
¡barajo!, ¡qué diferencia
a la del tiempo de atrás!,
ya no puede ofrecer más  15
la pueblada que anda al trote
ofreciéndole el cogote,
y la fortuna y la fama:
—395→
velay, eso sí se llama
antusiasmo y no CEROTE.  20

    Yo apenas, señor, le ofrezco
una pistola reyuna,
porque de fama y fortuna
completamente carezco.
Pero siempre que amanezco  25
con pescuezo, en realidá,
bendigo la libertá
que debo a la providencia,
ausente de vuecelencia
que es tan feliz por allá.  30

    De eso me alegro, y no importa
que yo esté en Montevideo
atrasao como me veo,
y de yapa a soga corta:
esto un gaucho lo soporta  35
por más que haiga sido inquieto;
así, yo aguanto sujeto,
y aunque me voy aguachando357
también me estoy preparando
para buen FEDERAL NETO.  40

    Si tal me vuelvo, señor,
por allá me le apiaré,
y espero que lo hallaré
siempre de gobernador:
hágame pues el favor  45
hasta entonces de aguantarse,
no vaya a precitriparse,
déjese andar sosegao,
—396→
que bastante le ha costao
el poder acreditarse.  50

    ¡Vea el peligro fatal
que vuecelencia corrió
la vez que se le chingó
una máquina infernal!,
¡y esa campaña triunfal  55
que ha olvidado el almanaque,
la cual sin un triquitraque
vuecelencia terminó,
cuando al desierto marchó
y nos trujo el estoraque358!  60

    Después... la hazaña atrevida
que hizo en los Santos Lugares,
que en sus glorias militares
es la más esclarecida:
pues con sólo una partida  65
y en mulas con aparejos
mandó traer desde allá lejos,
vivos para desollarlos
a sangre fría y matarlos,
a unos cuatro curas viejos359.  70

    Agregue en ancas, patrón,
—397→
la sensible y dolorosa
muerte de su cara esposa
y adorada Encarnación:
angustia que con razón  75
lo dejó de una sentada
con el alma atravesada,
deliriando de pesar,
hasta que mandó matar
a una mocita preñada360.  80

    Además, la decadencia
de su salú y los perjuicios
que tantísimos servicios
le han causado a vuecelencia,
por los que en Dios y en concencia  85
se le debe suplicar,
que no deje de mandar
aspótico y disoluto,
hasta que dé todo el fruto
y leche que puede dar.  90

    Toda vez que no se acorte
ni se achique en el mandar,
pues merece gobernar
la patria de sur a norte,
debiendo hacerle la corte  95
los gobiernos interiores;
y si los gobernadores
quieren medio culanchar,
del cuerpo hágales sacar
maneas y maneadores:  100
—398→

    Lo que podrá conseguir
fácilmente sin fatiga;
de ahí tendido de barriga
coja y échese a dormir,
que ya basta de servir  105
del año diez al presente,
y de estar costantemente
con fina benevolencia
salvando la independencia
y el honor del Continente.  110

    Eso sí, a la extranjerada
que firma en la petición,
debe premiarla, patrón,
siquiera con una inflada:
y ordenando la soplada  115
¿sabe vuecelencia a quién
a fuelle, y vela también,
le hará soplar la viruta?,
a ese hijo de la Gran... Bretaña
titulado don SARTÉN.  120

    Y a quienes le hablen de asuntos
o reclamos al gobierno,
despáchelos al infierno
o a cenar con los difuntos;
o que acudan todos juntos  125
a la niña Manuelita,
pues ya estará la mocita
vaqueanaza en el despacho,
y será un ministro ¡a macho!,
como para su tatita.  130

    Sólo de la Intervención
encárguese en el asunto,
—399→
y no le recule un punto
en ninguna pretensión;
duro y parejo, patrón,  135
dele guasca, retrucando,
y si le siguen mandando
condes, loros y marqueses,
a gauchadas y dobleces
váyaselos traginando...  140

    Como hizo en aquel invierno
cuando cayó a nuestra tierra,
creyendo cortar la guerra,
Lor Jauden del quinto infierno:
que cuando estuvo más tierno  145
para arreglar la pendencia,
ahí mesmito vuecelencia
medio lo deschabetó;
y alzó moño, que, si no,
lo sopla en la Residencia361.  150

    ¡Ah, loro manso y rosín!,
me acuerdo que se dio maña
a bailar la media caña
y ya se olvidó del rin,
tan de una vez, que al violín  155
le hacía asco en un fandango:
pero, al sentir un changango,
en cualesquiera cocina
se le afirmaba a una china
y no era muy maturrango362.  160

    Yo no sé quién me hizo el cuento
—400→
que ya se ha restablecido;
pero ¡cuándo!... si he sabido
que estuvo en un parlamento,
donde soltó un argumento  165
alabando a vuecelencia;
lo que prueba a la evidencia
que si no es zonzo es un pillo,
o que el último tornillo
se le ha aflojado en la ausencia.  170

    Pero, ¡por Cristo!, todo esto
¿qué importa en mi pretensión?,
¡voto al diablo que al botón
me iba saliendo del tiesto!
Así, otra vez me recuesto  175
volviéndole a suplicar,
que no se vaya a enojar
con la gente que hoy alega
y de rodillas le ruega
que no se piense largar.  180

    Aunque yo estoy presumiendo,
que vuecelencia se empaca,
y a la junta me le atraca
su negativa, diciendo:
«De que lo están ofendiendo  185
con tantos ruegos en vano,
y que es un paso villano
el que ha dado el pueblo todo,
suplicándole de un modo
tan antirrepublicano».  190

    Pero, si los hombres andan,
calientes, le untan la mano
al obispo de Medrano
—401→
y de empeño se lo mandan,
siguros de que le ablandan  195
vuecelencia el corazón;
largándole en procesión
a ese obispo que anda a gatas
con flaires, curas y beatas,
y con igual petición.  200

    Yo no creo que se enoje
en ese caso, señor,
aunque a lo Restaurador
hará lo que se le antoje:
pero en caso de que afloje  205
a ese clamor general,
voluntario, liberal,
de todo el pueblo argentino,
ábrale cancha a un destino
¡ALTAMENTE FEDERAL!  210

    Entonces no desespero
que almitir a vuecelencia
volviéndole su clemencia
al pobre campanillero,
que como buen artillero  215
se aguanta al pie del cañón:
de balde en la estimación
de vuecelencia ha fallao,
así mismo maltratao
no le larga el esquilón.  220

    Luego en pago del afán,
con que tan fiel le ha servido,
merece ser ascendido
lo menos a sacristán;
que, si lo hiciera guardián  225
—402→
de allá de la Recoleta,
sería una obra completa,
dina del Restaurador,
concederle ese favor,
ya que está viejo y maceta.  230

    Yo pienso hacer la zonzera
de aguantarme por acá,
mientras vuecelencia va
llenando allá su manguera363;
entre la cual bien pudiera  235
alzarse la salvajada
ahora que está entreverada:
y esos brutos y baguales
de sus buenos federales
sufrir una disparada.  240

    Por último, esta ocurrencia,
velay, señor, me ha venido:
por su madre se lo pido
y suplico a vuecelencia,
que me haga la complacencia,  245
cuando el caso se lo exija,
y haiga de soltar manija
—403→
por cualesquier desacierto,
o porque ¡se caiga muerto!,
de largarle el mando a su hija...  250

    Que así la niña podrá,
si el cargo le desagrada,
soltárselo de humorada
a don Eusebio, o Biguá,
a quien Batata inflará;  255
y cuando esté barrigón,
lo hará empuñar el bastón
y que salga a gobernar,
y al mismo tiempo a solfear
A LOS DE LA PETICIÓN.  260

Hasta la vista, patrón.
El Gaucho,
SANTOS CONTRERAS.



  —404→  

ArribaAbajoLa despedida al comeloro don Herbete

[Despedida que le hechó un gaucho al comodoro inglés cuando se volvió a su tierra, después que tanto apadrinó a Oribe durante su estadía en Montevideo]




    Al fin largando manija,
sin esperar que oscurezca,
se va el Viejo CARNE FRESCA
y el chasquero don Balija:
ojalá a tal sabandija  5
luego la avente un arriero
rempujador del pampero,
y en lo más hondo del charco,
a los DOS SOLOS el barco
se les ponga de sombrero.  10

    Cosa que de la sumida
como zamaragullones
a salir a Patagones
vayan de una zambullida:
y que al hacer su salida  15
por la costa, entre dos luces,
los vean los guaicuruces
a pie y con la panza hinchada,
y me los corra la indiada
creyéndolos avestruces:  20

    Y los lleve pisotiando
por el monte y por la sierra,
—405→
desde allí hasta Ingalaterra,
donde lleguen trompezando:
y así que vayan llegando  25
a sus pagos, la inglesada
caliente y alborotada,
y en la punta PALMETÓN,
se les vengan en montón
y les larguen la perrada.  30

    Después de este zamarreo,
que no pasará de chanza,
pueden con toda confianza
volver a Montevideo
donde yo espero y deseo  35
que vuelvan otra ocasión
don Balija y su patrón,
y los aguardo, al primero
con un reyuno aguatero,
y al otro... un zaino rabón.  40



  —406→  

ArribaAbajoRemitido que salió a consecuencia de la publicación anterior

[Remitido que la gaucha oriental Isidora remitió al Comercio del Plata, con motivo de la disonancia que notó en una décima de la carta de Santos Contreras a Rosas]364


Señor auditor del COMERCIO DEL PLATA



    También las gauchas sabemos
escrebir como cualquiera,
y de la mesma manera
de hacer coplas entendemos:
siendo así, le alvertiremos  5
a Contreras, que se engaña
si ha creído que en la campaña
la china más inorante
recibe por consonante
tras de viruta... Bretaña.  10

    Ni aguanto que nos atraque
la otra trova que nos sopla,
queriendo hacer cair en copla
primavera y estoraque;
—407→
y aun cuando Santos le achaque  15
las culpas al imprentero,
digo que es verso muy fiero,
por lo que me hallo caliente:
y ansí se lo hago presente
por su conduto al coplero.  20

Su paisana, la Isidora.



  —408→  

ArribaEl Zorrocloco

[El Zorrocloco]365


Montevideo. Agosto 28 de 1850.



    Ayer tuve mis trompiezos
con un maldito rosín
mansito, pero muy ruin,
y más blanco366 que los güesos.

    ¡No sirve!, porque es arisco,  5
zorro viejo de-una-vez:
¡qué diablo!, ¿saben quién es?,
es un zarco o medio vizco.

    Bajito de aujas, lunanco367,
y de muy mal ensillar,  10
que se puede desgrasar
muy bien su levita blanco.
—409→

    Frentoncito, cara angosta:
usa un sombrero enflautao,
y al caminar es doblao  15
como pierna de langosta.

    Anda con una devisa
finita, y como viruta
de arrugada, y sin disputa
más sucia que su camisa.  20

    Que acostumbra dir a misa,
y haciéndose el santulón,
no se le escapa pichón
con aquel ojo de liza.

    Porque se pone muy tieso  25
al lao de la agua bendita,
y a mocita por mocita
les brinda y duebla el pescuezo.

    Pero en llegando a las viejas
figura que está rezando;  30
pues se agacha rezongando
y entre-frunciendo las cejas.

    De allí sale a su tragín,
que lo tiene por la Duana,
aonde suele de mañana  35
dir a ler un boletín...

    Diciendo que se lo halló
allí cerquita, al dar güelta,
y es de los que Pancho368 suelta,
si no es que se lo mandó.  40
—410→

    Pues ayer, medio trabao
al camino me salió,
que ni sé cómo me vio
con aquel ojo ñublao.

    Por supuesto, se me vino  45
a platicarme derecho,
después de templar el pecho
en la mitá del camino.

    Y a mí, cuando me cocea
este rosín, ni me engaña...  50
si le conozco la maña
y del vaso que renguea.

    Pues, señor, me pilló a pie;
ansí es que sin embarazo,
luego que me dio un abrazo,  55
me dijo: «¿Cómo está usté?

    ¡Cuánto me alegro de verlo
tan gordo y tan colorao!
¡Qué!, ¡si está desfigurao,
y no es fácil conocerlo!».  60

    Con que, yo le contesté:
«Estoy güeno a su mandao;
gracias a Dios, he sanao
de un balazo que llevé».

    «¡Pobre mi amigo Jacinto!  65
(me dijo), nada he sabido:
y el no verlo he atribuido
a otro motivo distinto».

    «¿Pobre yo? (le respondí),
—411→
no, amigo, usté se equivoca;  70
a cada hombre al fin le toca,
y ahora me ha tocao a mí».

    Entonces encogió el hombro
el tuerto señó... ¡C... anejo!...
que le sacan el pellejo  75
si por descuido lo nombro.

    Y me dijo: «¡pues, cuidao!,
o para mejor decir,
ándese usté a ver venir,
ya que por suerte ha escapao».  80

       Al tiro le contesté:
«cuando vienen, bien los veo,
y también me los arreo
por delante: creamé...

    Que a rosín que agarro a tiro,  85
bien pudiera ser a usté,
con franqueza digolé,
le haría dar un suspiro».

    «Sí se lo creo, ¡pues no!»,
(dijo el liendre, medio fulo)  90
y luego ansí al disimulo,
oigan cómo se me apió...

    «¡Ay, amigo!... con verdad,
hablando acá entre nosotros,
matarnos unos con otros  95
¡es una infelicidá!

    Y agregue usté a los reveses
de nuestra triste fortuna,
—412→
que ahora sin razón ninguna
se nos mezclan los ingleses...  100

    Que es motivo principal
para que esto no se acabe,
pues todo paisano sabe
de que a la Banda oriental...

    Todita la extranjerada  105
le tiene mucha afición,
y ahora encuentra la ocasión
de colarse la inglesada...

    Que se desembarcará
a intervenir en la guerra:  110
y por fin, de nuestra tierra,
¡quién sabe lo que será!

    Así es que yo más quisiera,
antes que con los ingleses,
arreglarme una y mil veces  115
con esa gente de ajuera.

    Y someterme también
a ellos con gusto, y primero
de que a ningún extranjero:
¿diga usté, no digo bien?».  120

«Pues no ha de decir ¡friolera!,
muy clarito se ha explicao:
y lo que más me ha gustao
ha sido el con los de ajuera369.
—413→

    Pero sería mejor  125
que usté no se haga el mulita,
y el diablo luego permita
que le cueste un sinsabor...

    Criticar a los ingleses
parque no son mashorqueros,  130
ni los otros extranjeros,
y menos a los franceses.

    ¿O ahora recién cosquillea
viendo que la extranjerada
se opone unida y armada  135
a que le saquen manea?

    ¿Pues, usté antes festejaba,
entusiasmao de una vez,
a cierto ministro inglés
que a Rosas lo palanquiaba?  140

    Cuando a Rosas el gobierno
de allá de la Ingalaterra
le ofreció para la guerra
plata y barcos como infierno...

    ¿Cómo entonces no decía:  145
qué será de nuestra tierra,
ni que era injusta la guerra
en que el inglés se metía?

    Finalmente, amigo Ce...
bastante hemos conversao:  150
¿en qué cuerpo está enrolao?,
haga favor, digamé».

    «¿En dónde estoy enrolao,
—414→
dice? En la... ¿cómo se llama,
un cuerpo que tiene fama,  155
de... la... la?... Se me ha olvidao».

    «¿En la Mashorca, será?,
ahí mesmo, sí, debe ser:
¿y su papeleta?, a ver,
amuéstreme, saquelá».  160

    «Hombre: no la traigo aquí
casualmente (respondió);
pero usté sabe que yo
soy su amigo; ¿no es así?».

    «Bien; si no la trai consigo,  165
iremos hasta la Aguada370;
¡que no le ha de pasar nada!,
pues yo también soy su amigo.

    Pero tengo orden direta
que me dio mi coronel,  170
de llevarle a todo aquel
que pille sin papeleta».

    Al decirle estas razones,
el rosín se atribuló,
y ahí no más ya le chorrió  175
algo por los zapatones.

    «¿Qué es eso?, le pregunté:
¡cómo!, ¡qué!, ¿se está orinando?,
—415→
no se asuste, si es chanciando:
¡voto al diablo!... larguesé».  180

    Y ya salió muy ufano
mirando de rabo de ojo,
y luego como de antojo
un granadero italiano
llegó a pedirle la mano,  185
que el rosín se la soltó;
cuando en esto reparó
que pasaba don PURVIS,
y el vizco como perdiz
¡hasta el suelo se agachó!  190




 
 
FIN