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ArribaAbajo Recepción del Académico Correspondiente don Darío Villanueva Prieto8


ArribaAbajo Presentación de Darío Villanueva

Emilia P. de Zuleta


Me corresponde hoy la placentera tarea de recibir en esta Academia a nuestro nuevo Correspondiente, el doctor Darío Villanueva. Como es práctica usual en estos casos, debo mencionar los principales méritos que componen su vasto currículo.

Licenciado en Filología Románica por la Universidad de Santiago de Compostela, con la calificación de sobresaliente y Premio Extraordinario en 1972 -cuando contaba veintidós años-, obtuvo en 1976 su título de doctor en Filología Hispánica por la Universidad Autónoma de Madrid, con sobresaliente cum laude. Luego sería designado doctor honoris causa por las universidades Pontificia, de Santo Domingo; Ica, del Perú; Birmingham, Colorado; UCES, de Buenos Aires; y la Ricardo Palma, de Lima.

En 1991 fue nombrado por la Real Academia Española correspondiente español en Galicia.

Su labor docente se desarrolló en la Universidad de Santiago de Compostela hasta llegar a la categoría de catedrático de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, por concurso de oposición. Asimismo, enseñó, como profesor visitante, en Middlebury College y en la Universidad de Colorado, en los Estados Unidos, y en la Universidad de Borgoña, en Francia. Ha dirigido once tesis de doctorado que obtuvieron la máxima calificación.

Paralelamente, crecía su obra personal y de investigador, a la vez que dirigía, como tal, diversos grupos de investigación. Coordinó,   —58→   asimismo, numerosas colecciones editoriales y participó en los consejos directivos de dieciocho revistas científicas españolas y extranjeras. Su propia labor ha sido recogida en una decena de libros de gran importancia, entre los cuales señaló especialmente: El polen de ideas, teoría, crítica, historia y literatura comparada, de 1991; Trayectoria de la novela hispanoamericana, del mismo año, y Teorías del realismo literario, de 1992, donde desarrolla una contribución nueva y originalísima sobre un aspecto de este tema: el realismo intencional. Si permiten referirme a mis preferencias, mencionaré, en particular, una deliciosa monografía, de unas cincuenta páginas, titulada La poética de la lectura en Quevedo, de 1995. Allí demuestra cabalmente, la continuidad de una tradición de la investigación literaria hispánica: se puede ser un teórico avanzado y original, al mismo tiempo que un gran crítico y un lector de sutileza y sensibilidad excepcionales.

A toda esta producción, hay que sumar sus prólogos y ediciones de las obras de Emilia Pardo Bazán, Camilo José Cela y Rafael Dieste, así como también la compilación y coautoría de varios volúmenes de teoría literaria y de literatura española e hispanoamericana. Entre 1988 y 1992, fue coordinador del área Lengua y Literatura de la Enciclopedia, de Espasa-Calpe, vasto proyecto que fue suspendido por razones -o sinrazones-, editoriales.

Este resumen de la obra de Darío Villanueva debería prolongarse bastante tiempo más, pero debo añadir que ha publicado trescientos cuarenta artículos en castellano y muchos otros en gallego, y en diversas lenguas, como inglés, francés, catalán, árabe, ruso y portugués. Además de sus conferencias y ponencias. Y sus condecoraciones y distinciones.

Finalmente, quiero subrayar dos aspectos centrales que conciernen a la obra y a la persona de Darío Villanueva. El primero, su abnegada entrega a su región. Ya desde 1986 fue secretario de la Fundación Camilo José Cela, el repositorio más completo de la producción y la personalidad de este escritor, que se exhibe hoy en las cinco casas, llamadas de los Canónigos, en Padrón, enfrente del antiguo cementerio de Adina, cantado por Rosalía de Castro.

Esta entrega a su región se cumplió luego, en su Universidad de Santiago de Compostela: fue decano en 1987 y, luego, rector, entre 1994 y 2002. Subrayo que aceptó estos cargos en el momento en que alcanzaba la plenitud de su carrera como docente e investigador.   —59→   Logró no interrumpirla, mientras que se dedicaba a aquella antigua y venerable Institución, y lograba renovarla en muchos aspectos, gracias a su gestión dinámica, prudente, moderna y europeísta.

El segundo aspecto que quiero subrayar nos toca más de cerca: Darío Villanueva es un gran amigo de la Argentina, desde el momento de sus primeros viajes a Mendoza y a Buenos Aires, donde disertó en la Universidad Nacional de Cuyo, en la de Buenos Aires, en la de Belgrano y en la UCES. Participó del III Congreso Argentino de Hispanistas, realizado en esta capital, en 1992, y en el gran Encontro de dous mundos, sobre cultura y literatura gallega y argentina, que tuvo su segunda parte en Santiago de Compostela al final de ese mismo año.

Ahora lo recibimos en nuestra Academia Argentina de Letras, en esta Buenos Aires que llegó a ser la segunda mayor ciudad gallega del mundo, después de La Habana. Auguramos una fructífera relación entre nosotros y este brillante investigador, maestro y gestor de grandes empresas universitarias, científicas y culturales.