Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.

  —475→  
200. El tigre y el zorro

BUENOS AIRES

Se encontraron el tigre y el zorro. Y el tigre que siempre lo andaba buscando al zorro pa matarlo, le dice:

-¡Así te quería agarrar!

Y estaban a la orilla de un arroyo y habían llegao unos yeguarizos a tomar agua, y le dice el zorro:

-Mire, tío, ya que está acá, ¿por qué no caza esa potranca tan gorda?

Y la vio el tigre y ahí no más la cazó. Y se puso a carniar el tigre y el zorro le ayudaba. Y el tigre carniaba y comía y no le daba nada al zorro. Y claro, el zorro ya se moría de hambre y le pedía:

-Tío, ¿me va dar alguna achura? ¿Me da una paleta?

-¡No! -le dice el tigre.

-¿Me da un cuarto?

-¡No!

-Entonce, ¿me da el corazón?

-¡No!, es pa tu tía.

-Por último, ¿me da la vejiga?

-Eso sí te viá431 dar.

Y se la dio. Como era tiempo 'e verano, el zorro la hizo secar y la sopló, y le metió unas toscas432 adentro. Y áhi la tenía.

  —476→  

El tigre comió y le dice al zorro que se suba a un árbol pa cuidar si viene alguien, que él va a dormir un rato. Y el zorro se subió al árbol. Y ya cuando el tigre se durmió, se bajó muy despacito y le ató la vejiga en la cola . Se volvió a subir, y de arriba le dice:

-¡Tío!, ¡tío!, ¡dispierte, que vienen unos hombres con perros, lo andan buscando! Vienen derecho pa este lao.

Y el tigre se despertó, y él lo que movió la cola con las piedras, creyó que era el ruido de los perros que venían y salió corriendo. Y claro, mientra más corría más cerca sentía los perros que ya lo cazaban.

Entonce el zorro se quedó dueño de toda la carne. Se bajó y comió. Y agarró un buen pedazo de asado y se jue a la casa de la tigra. Y le dio la carne y le dijo que el tío lo mandaba pa que la asaran y comieran juntos. Y que él se quedara áhi a dormir. Y le dijo que él no podía por eso dir a su casa.

-¿Y ande vas a dormir? Dormí en el galpón.

-No, me van a decir Juan del galpón.

-Dormí a los pieses míos, entonce.

-No, me van a decir Juan de los pieses.

-Dormí al costao, entonce.

-No, me van a decir Juan del costao.

Y entonce, ¿ande querés dormir?

-En las verijas, áhi tengo que dormir por orden de mi tío.

Y entonce el zorro durmió con la tía.

Al otro día, el tigre se cansó de correr, y en eso se vio la vejiga, y se volvió. Se dio cuenta que era el zorro que se la había colgao y ya dijo que lo iba a matar. Y llegó a la casa y el zorro salió disparando. La tigra le contó lo que había pasado, y el tigre se puso muy enojado. Y no sabía cómo hacer para matarlo. Entonces le dice a la tigra que se va hacer el muerto.

Y se hizo el muerto. Y ya avisaron a todos los animales que el tigre había muerto. Y le avisaron al sobrino, claro. Y vino el zorro y lo vio al tigre que 'taba tirao en el suelo. Y claro, empezó a desconfiar. Y entonce dice:

-A todos los muertos que yo he visto, se han tirao un pedo.

Y áhi el tigre si ha tirao esa palabra no más; se le escapó no más esa palabra.

  —477→  

-Muerto que se pe no velo yo -dice el zorro, y se disparó tamién.

El tigre lo andaba buscando otra vez por todos lados, pero no lo podía agarrar.



Pascasio Castro, 70 años. Los Toldos. General Viamonte. Buenos Aires, 1960.

Nativo del lugar. Buen narrador. Iletrado, pero inteligente.



  —478→  
201. El tigre y el zorro que pescan quesos

BUENOS AIRES

El zorro se robó unos quesillos y se jue a una laguna. Áhi tenía que tomar agua, y pensó que iba a cair el tigre. Y ya lo vio que venía y echó unos pedazos de queso áhi cerca. Y áhi llegó el tigre y le dice:

-Ahora sí que te viá comer.

Entonce le dice el zorro:

-Mire, tío, ante que me coma, mire los quesos que hay en esta laguna. Pruebe primero y después me come.

Y probó el tigre y le gustaron mucho, y le dijo que le diera más.

-Sí, pero hay que sacar de más adentro.

Entonce el tigre dijo que él no podía entrar. Entonce le dice el zorro:

-Pero, venga tío, subamé a caballo y yo lo viá llevar. Yo lo viá llevar a caballo. Yo lo viá llevar.

Subió el tigre. Y el zorro se metió en la laguna.

-Yo le viá a decir ande hay muchos quesos, ¿no?

Y jueron, y el zorro, en un lugar que era más hondo le dice:

-Usté meta la mano y áhi va agarrar muchos quesos.

Entonce el tigre metió la mano y sacó barro.

Y el zorro le dice:

-¡Áhi 'ta lo güeno, tío! ¡Meta la mano más hondo, áhi 'ta lo güeno!

  —479→  

Y cuando el tigre metió la mano a onde 'taba más hondo, y se agachó mucho, el zorro hizo una cuerpiada y lo largó a lo más hondo. Y se hundió el tigre y el zorro salió disparando, y le dijo:

-¡Que te murás, maula!



Pascasio Castro, 70 años. Los Toldos. Buenos Aires, 1960.

El narrador es peón de estancia. Muy buen narrador.



  —480→  
202. El tigre y el zorro que pescaba quesos

BUENOS AIRES

El tigre andaba con mucha rabia. Lo andaba buscando a Juan, al zorro. Como a los cuatro días lo encuentra en la costa de un arroyo y le dice de lejo:

-Aura sí me las pagarás.

-Pero, no, tío, cómo me va a matar. Vea antes la comida que estoy pescando en este arroyo.

Y entonce dijo:

-Bueno ¿qué estás pescando?

-Estoy pescando quesos.

El zorro andaba con un queso y tiraba pedacitos al agua. Que ya estaba adentro del arroyo, porque cuando lo vio al tigre que venía, que se había tirau al arroyo. Y en el arroyo había un gran remanso, pero el zorro se quedaba en la orilla del remanso. Y el tigre vía que sacaba queso el zorro y comía y le tiraba unos pedacitos, y le pregunta:

-¿Y es trabajoso sacar queso? Aunque haiga agua, ¿se puede dentrar?

-No, tío -le dice-, tiene que tirarse no más. Y mientra más adentro se tire má va a sacar. No hay ningún peligro.

Y se tiró el tigre al remanso y casi se augó. Se le enllenaron las orejas de agua. Y salió bufando de rabia y aturdido.

Aura, para eso, el zorro se había juído. Y no lo pudo agarrar más.



Vicente Rossi, 61 años. Tandil. Buenos Aires, 1957.

El narrador es cochero del pueblo. Ha cursado el primer grado de la escuela primaria.



  —481→  
203. El tigre y el zorro

BUENOS AIRES

Pasó esto. Resulta que el tigre lu andaba persiguiendo al zorro porque li había hecho saltar un ojo. El zorro li había hecho muchas malas aiciones al tigre. El tigre lu había sacau corriendo al zorro y éste si había metiu en una cueva. El tigre lu había agarrau de la cola y lo tiró hasta que li arrancó la cola. Entonce el zorro se le jue encima entre el pelo de la cola. El tigre, con la juerza del tirón se había cáido de espalda. Áhi lu había aprovechau el zorro y li había clavau un palo con una punta bárbara y li había sacau un ojo. El tigre había quedau enfermo y tuerto. Ya cuando sanó el tigre lo salió a buscar al zorro. Él buscaba al zorro rabón, claro.

Un día lu encuentra y le dice:

-¡Ah, vos sos -dice- el que mi arruinaste!

-¡No, tío, yo no soy! ¡No, tío, yo no soy!

Porque el tigre era tío del zorro.

-Sos vos. El único rabón qui anda acá sos vos -dice.

-¡No! ¡No! -dice.

Bueno, se dio vuelta y se fue, porque él pensó, dice:

-Si yo me quedo, éste me va matar.

Entonce, dice, él pensó:

-Yo me voy. Y me voy a buscar algo para salvarme yo.

Entonces se fue él. Pegó unos gritos entre el monte. Entonce se vinieron todos los zorros. Como los zorros son todos compadres, dicen:

-¿Qué le pasa, compadre?

  —482→  

-Mire, compadre, es pa hacerles una envitación. Yo tengo una parte que hay mucha uva. Pero yo solo no la voy a comer. No puedo -dice-. Las uvas son di una comadreja muy mala y hay que ponerse a salvo en cuanto aparezca.

-Bien -dice-. ¡Cómo no! -dice.

-Ahora, con una condición. Yo les voy a dar la uva, pero ustedes tienen que estar ataus de la cola, porque si no, no van a poder comer tranquilos.

Entonce dice:

-¡Sí! ¡Sí! -dice.

Basta que les diera la uva.

El zorro los ató a los compadres muy fuerte del tronco de la cola con un alambre. Bien ataus.

Entró él.

-Pero si yo vengo disparando, porque el dueño de la comadreja me corre, ustedes disparan áhi no más.

Entonce, cuando les dio un poco di uva, se vino zumbando di allá, atrás de él. Todos los zorros dispararon y quedaron todas las colas áhi, ande 'taban atadas. Y dispararon los zorros.

-Ahora sí -dice-. Ahora que me encuentre mi tío -dice.

Salió y se fue -dice.

Los otros dispararon.

Y un día, al trote va él pa allá y el tigre venía.

-¡Ep! -dice.

-¡Hola, sobrino! ¿Qué tal?

-No -dice-, 'tá confundiu -dice-. 'Tá confundiu -dice.

-¿Por qué? -dice-, si sos vos. Vos sos el único zorro rabón.

-¡No! ¡No! -dice-. Acá habemos muchos rabones -dice.

-Si vos sos el único qui hay -dice.

-No, no. Ahora va a ver. Yo voy a pegar un grito y van a venir varios.

Pegó un grito y si amontonaron todos los rabones.

-Ahora elija cuál es. A ver, ¿cuál es? ¡A ver! -¡Ah! -dice el tigre-, tiene razón. Nu es usté entonce.

-Bueno -dice el zorro-, ¿pánde va? -dice.

-Y, voy pa aquel lau a ver si como algo, qué sé yo.

-Yo lo voy a llevar ande hay mucha comida -dice.

  —483→  

Como el tigre li había hecho tanto lío al zorro, éste lo convida a otro compadre zorro para embromarlo al tigre. Le dice:

-Che, mirá, vamo a llevarlo a éste. Y más adelante hay un jagüel. Lo vamo a llevar allá y lo vamo abrir al pozo -dice- y lo vamo hacer cair -dice-. Yo por un lado y vos por otro, y lo vamo hacer caer en el jagüel -dice.

Entonce lo llevaron. Lu hicieron pasar por encima. Cuando quiso acordar, ¡al pozo el tigre!

-Bueno -le dice el zorro al tigre-, ahora vas a sufrir vos acá. De comer vas a tener, pero no vas a salir di acá.

El zorro pensó, él debe tener mucha comida. Y le llevaban todos los días la comida, buena carne. Y éste entró flaco al pozo y se empezó a engordar.

El tigre juntó todos los güesos de la carne que traían. Y ponía los güesos así, en la paré del pozo. Empezó a hacer como una escalera. Cuando se quiso acordar el zorro, el tigre andaba afuera. Cuando le vinieron a traile un cuarto de carne, nu estaba más. Y dice:

-¿Qué es eso? ¡Por Dios! ¡Éste nos mata ahora!

Bueno... -dice-. Ahora ¿qué hacemos? Tenemos que ganar el monte, nosotros. Y bueno... vamos, yo por acá, vos por allá. Uno por cada lado. Que si andamos juntos...

Salieron, pero por áhi no más lo ven al tigre.

-Allá viene -dice- ¡qué gordo que 'tá! Nu hagas bulla.

El tigre los había oído y como era vivo se larga al suelo y si hace el muerto. Llegaron. El zorro, vivo también, dice:

-Eh, no sé si está muerto éste, pero por las dudas lo voy atar.

Trajo un alambre y lu ató. Y el tigre no se movía. Agarró un palito y lo tocaba en el ojo. El tigre quieto no más.

-¡Nu está muerto, éste, eh! Vamos a dejarlo atau.

Lo dejaron atau. Se fueron.

-Ahora vas a ver -dice- qué cinchada va dejar éste.

Dieron una vuelta y vinieron, y nada.

-Y sigue muerto no más. 'Tá muerto. 'Tá muerto. Vamos a desatarlo.

Lo desataron. Le largaron la cabeza y caiba como muerto. Y se fueron, creyendo que ya 'taban libres del peligro del tigre.

  —484→  

A los pocos días, un baile había. Llegaron. 'Taba sentau tocando la guitarra, el tigre.

Áhi se jueron, convidaron a un zorrino y volvieron. Tocaron las manos. Y el tigre dice:

-A ver quién es.

-Su sobrino, el zorro.

-Digalé que pase.

Viene con otros compadres y un amigo.

-Digalé que pase.

Cuando entraron, se puso en la puerta y dice el tigre:

-¡Ahora me van a pagar todas juntas!

Y áhi el zorrino, que ya venía preparado, le largó el chorro de orines en los ojos y lo dejó ciego al tigre. Y todos dispararon y lo dejaron ciego al tigre para toda la vida.



Argentino Denis, 59 años. Magdalena. Buenos Aires, 1969.

El narrador declara haber olvidado muchos cuentos del zorro y el tigre que se contaban en Magdalena porque ya no los cuenta. Cuando trabajaba como resero, en los descansos y sobre todo en las noches alrededor del fogón, todos los compañeros tenían que contar un cuento mientras se asaba la carne y se calentaba el agua para el mate. Los narradores del viejo Pago de la Magdalena se lucían siempre. Él se contaba entre los buenos, pero su enfermedad lo alejó del trabajo y le produjo pérdida de memoria.

El cuento es una variante del cuento común en la que se mezclan motivos tradicionales y nuevos motivos.



  —485→  
204. El zorro y el tigre

BUENOS AIRES

El tigre perseguía al zorro pa matarlo porque le había hecho muchas bandidaditas433. Güeno... Y entonce una emboscada le hacía el tigre. Sabía que el zorro tenía que bajar a tomar agua en una emboscadita, en una laguna. Llegó el zorro pero como desconfiaba del tigre le gritaba al agua:

-Agua, ¿te bebo o no te bebo?

Y nada, el tigre. Y volvía a gritar. Y como l'agua no respondía, dice:

-Agua que no habla no bebo yo.

Ara, claro, al sentir el tigre que no se animaba el zorro, le contesta:

-¡Bebeme! -haciendo gruesa la voz.

El zorro, al sentir que era el tigre que contestaba, le dijo:

-¡Agua que habla, no bebo yo! ¡Y te podés ir a la puta que te parió! -Y salió alzau el zorro.

Y así se quedó el tigre sin matar al zorro.



Felipe Lasarte, 62 años. Bahía Blanca. Buenos Aires, 1957.

Peón de estancia. Domador y resero. Buen narrador.



  —486→  
205. El zorro y el león

LA PAMPA

El zorro le había ayudau al lión434 a cazar una linda vaquillona. Y después li ayudaba a carniar.

El lión carniaba y comía y no lo dejaba ni probar al zorro. El zorro le empezó a pedir de varias partes y el lión no le daba nada. Ya se moría di hambre el zorro y le dice:

Tío, deme ni enque435 sea el pedazo más duro.

El lión no podía ni hablar lo que 'taba comiendo y con la boca llena gruñía.

Volvía a pedir el zorro:

-Tío, deme ni enque sean los menudos.

-Nada -contestaba gruñendo.

-Tío, deme ni enque sean los bofes.

El zorro miraba con desesperación que el lión comía toda la carne fresquita. Se le caían las babas di hambre al pobre zorro. Ya iban quedando güesos no más. Con voz suplicante le volvió a decir:

-Deme, tío ni enque sean las garritas.

  —487→  

Y el lión seguía gruñendo y comiendo. Y ya no quedaron del animal más que las pezuñas y las aspitas. Le dijo el lión que eso podía llevar.

-Llevate las pezuñas y las aspas. Pueden servirte pa lamberlas -le dijo.

Bueno... El zorro alzó la última parte de las patas, las pezuñas, y las aspitas. Entonces pensó cómo se podía vengar.

Se jue y buscó un malezal bien espeso y áhi acomodó las aspas como si una vaquillona se hubiera metido. Con las pezuñas hizo rastros en la tierra como si el animal hubiera entrado caminando. El malezal tiene espinas muy bravas, porque hay un montón de zarzas de uñas de gato y alpatacos436, que al que cái áhi lo clavan por todas partes. Ahí lo quería hacer cáir el zorro al lión pa vengarse.

Al día siguiente ya 'taba otra vez con hambre el zorro y va y le dice al lión:

-Mire, tío, le traigo una linda noticia.

-A ver ¿deque se trata? -le dice el lión.

-Una vaquillona más gorda que la de ayer, se ha metíu en un yuyal, y áhi 'ta comiendo. Es la oportunidá que la vaya a cazó en seguidita. Yo soy más chico que usté y con poco me conformo.

-¿Y nu es muy lejo? -dice el lión-. Bueno. Ya vamos a ver lo que te podemos dar.

El lión si hacía el que no tenía mucho interés, pero claro, ya tenía muchas ganas de darse un buen almuerzo.

-No tío, si nu es lejos, es áhi no más. Pero tiene qui apurarse ante que se dispare el animal.

-Güeno, voy a complacerte en tu pedido. ¿Por dónde hay que ir?

El zorro lo llevó hasta cerquita y le dice:

-Mire, mire tío el rastro fresquito. En aquellos matorrales.

Llegaron cerca y el zorro l'hizo ver los cuernitos.

  —488→  

Áhi 'tá entretenida comiendo, la vaquillona. Cuando 'té cerquita, dé un salto bien alto y se zampa encima pa que no se dispare.

Y el lión contento de tener una presa tan cerca, tomó impulso, dio un salto lo más alto que pudo y cayó con todo el peso justo ande 'taban los cachitos, ande había más espinas, en lo más espeso del malezal437. Áhi quedó clavado entre las espinas que lo taparon y no lo dejaban ni moverse. Ahora jue el zorro el que largaba las carcajadas de risa. Entonce el zorro le decía al lión que se revolcara no más de dolor y que se comiera otra vez solo la vaquillona. El lión 'taba los rugidos qui hacía temblar la tierra. Y áhi lo dejó solo el zorro y se escapó. Y áhi quedó el lión el cuero aujeriau de las espinas.

Y se disparó el zorro y no volvió más por la casa del lión del miedo de la liona que lu iba a matar cuando se enterara de su picardía.

Y se acabó el cuento.



Cesáreo Escudero, 69 años. Chacharramendi. Utracán. La Pampa, 1964. Campesino dedicado a las tareas ganaderas. Buen narrador.

Chacharramendi: pueblo de ambiente rural.



  —489→  
206. El zorro y el león

LA PAMPA

Que había un lión que era muy cazador y que tenía a un zorro de sobrino. Que lo tenía con él en su casa. El lión era casado, tenía la liona.

Un día que el lión anda escaso de carne, que lo manda a Juan -porque se llaman Juan los zorros- a ver si podía conseguir presa. Y dice que le dice:

-Juan, andá a la laguna a ver qué animales han venido al agua para carniar.

Jue a ver el zorro, y volvió a las casas, y dice que le dice al lión:

-Tío, ha bajau una punta di ovejas al agua.

Y entonce que le contesta el lión:

-¡Oh, quién va a comer carne con lana!

Y lo mandó otra vez:

-Andá ligero a ver qué otros animales 'tán bajando al agua.

Jue a ver el zorro y volvió corriendo:

-Tío, bajó una punta de cabras.

-¿Quién va a comer carne con aspas?

Lo mandó a la laguna otra vez. Para eso ya si hacía casi de noche. El zorro 'taba cansau de tantos viajes. Lo mandó otra vez a ver qué laya de hacienda bajaba a la laguna ¡qué cosa, qué tío tenía el pobre Juan!

  —490→  

Volvió a las casas y le dice muy contento:

-Tío, tío, bajaron una punta de vacas gordas. Son lindísimas, mi tío.

-Güeno, güeno -dijo el lión-, ahora vamos a carniar.

Se jueron los dos, tío y sobrino, y la liona quedó en las casas, la patrona.

Güeno, Juan echó las vacas y el lión saltó sobre una vaquillona gorda, la descogotó y áhi carniaron. El lión de vez en cuando comía un pedazo de lo mejor y al zorro no li hacía parte de nada.

Güeno... Al fin que le dice:

-Tomá esta carne y llevá a las casas, a la tía liona. Decile que la vaya asando que ya voy a ir yo a comer, cuando termine de carniar. Y vos venite en seguida pa que me sigás ayudando.

Entonce el zorro, que 'taba muy enojado con el tío y no sabía cómo vengarse, llegó a las casas y le dijo a la tía:

-Acá tiene, tía, la carne que le manda el tío lión. Dice que la ase, que la comamos y que me acueste yo con usté.

Y la liona le dice:

-¡No puede ser! ¡Qué te va a decir eso tu tío!

-Sí, sí, me dijo que me acueste con usté.

Y güeno... Comieron la carne y tanto exigió el zorro que se acostaron. Entonce la liona le dice:

-Acostate a los pies.

-No, no, yo no soy pie -que le dice el zorro.

-Acostate a la cabeza.

-No, no, yo no soy cabeza. Mi tío ha mandau que me acueste a su lau.

Se han acostau y han estado alegando, cuando áhi no más sienten unos rugidos y era el lión que venía enojau y que ya dentraba por la puerta. Y el zorro que casi si ha muerto de susto, y ha saltau por la ventana. No tenía otro remedio. Y se jue corriendo más ligero que el viento.

Y entonce que el lión dice:

-Juan, ¿adónde 'tá?

-Se jue -le dice la liona.

  —491→  

-Pero si yo lo 'toy esperando di hace rato y este pícaro ¿por qué si ha quedau? ¿Qué hacía aquí? A ver, ¿qué 'taba haciendo?

Y tanto le exigió a la liona que le tuvo que contar todo. Que le dijo que él mandó a decir que asara la carne y que se acostara con ella. Y que ella no había querido, y que al fin, cuando le oyó los bramidos si había disparau por la ventana.

Y dice que el lión 'taba muy enojau y si acostó a dormir esa noche diciendo que ya se la iba a pagar.

Al día siguiente el lión madrugó y salió a buscarlo al zorro.

Dice que después de andar un buen rato, el lión lo encontró al zorro durmiendo en un pajonal. Entonce el lión se allegó despacio. Agarró un palito y le pasaba despacito por el lau de una oreja. El zorro medio dormido empezó a decir:

-¡Oh, qué moscas del diablo, que no me dejan dormir!...

Y le volvía a pasar el palito por el lau de la otra oreja. Y el zorro volvía a decir dandosé unos manotones:

-Pero, qué manera de embromar, estas moscas de porquería... Sobre que anoche mi ha dejado dormir el tío lión con la tía liona...

Y en eso que si ha dau un manotón, abrió los ojos y lo vio al tío... Se llevó un tremendo susto y se disparó. Y el lión lo siguió di atrás. Pero el zorro es tan astuto que se escapaba por todos lados hasta que encontró una cueva y se ganó adentro. Y áhi 'taba el lión pasiando en la puerta 'e la cueva por si salía el zorro. Y en eso pasa un chimango438 y lo llama el lión:

-Vení -le dice.

-¿Qué 'tá haciendo áhi? -le pregunta el chimango.

-¿Vos no sabés que Juan me ha hecho una gran picardía y ahora se me disparó y se me ganó acá, en esta cueva? Vení. Vos me lo vas a cuidar. Y no te vas a mover porque te voy a matar a vos.

Lo agarró al chimango, lo llevó y lo pusó en la puerta de la cueva, que cuidara.

  —492→  

Yo voy a buscar un poco de pasto seco pa hacerle humo en la puerta de la cueva, pa que salga -le dice y jue a buscar pasto.

Entonce dice que el zorro, cuando oyó que le iban a hacer humo en la puerta, no le gustó nada porque sabía que lo iban a augar, y él tenía que salir a la fuerza, y lo iban a cazar. Entonce lo comenzó a hablar al chimango.

-Chimanguito -le decía-, podemos jugar un poquito antes que me mate mi tío lión.

Y el zorro se venía cerquita y le volvía a decir al chimango que jugaran. Entonce el chimango que 'taba aburrido, le dice:

-¿A qué podemos jugar?

-Vamos a ver quién resiste más a cerrar la boca y a abrir los ojos grandes, grandes.

Y empezaron a jugar así. Y en una güelta que el chimango abrió los ojos, el zorro le echó un puñado de tierra en los ojos, lo dejó ciego, y salió corriendo. Se jue disparando sin mirar para atrás.

El chimango, como pudo, se limpió los ojos. Con las patas se escarbaba, pa disimular ante el lión, porque lo iba a matar si se daba cuenta cómo si había dejau embromar.

Entonce vino el lión con el pasto seco y le preguntó si no había salido Juan. El chimango le dijo que no.

-Güeno -dice el lión-, ahora va a morir -y se puso a hacer humo en la puerta de la cueva, quemando el pasto.

El zorro, como es tan astuto, se jue a una peluquería y se hizo afeitar bien afeitado. Y entonce agarró y se vino ande 'taba el lión haciendo humo. Claro que el zorro parecía otro animal, un animal desconocido y el lión no lo podía conocer. Y entonce llega y le dice:

-Buenos días, tío lión. ¿Qué 'tá haciendo?

Entonce el lión, creyendo que era otro animal, le dice:

'Toy haciendolé humo a Juan, que anoche me ha hecho una gran picardía y ahora lo quiero sacar de acá.

Entonce el zorro, haciendose pamentoso439, le dice:

  —493→  

-¡Pero, tío lión, pero si hace tanto tiempo que 'ta haciendo juego!, cómo cré que puede 'tar vivo con tanto humo el pobre Juan. Dejeló, ya 'tará muerto desde hace mucho tiempo.

Y el lión se creyó, y se jueron juntos conversando. Y así se salvó Juan.



Ramona Torres de Gil, 71 años. Pellegrini. Toay. La Pampa, 1964.

La narradora, nativa del lugar, oyó desde niña este cuento a campesinos y personas del pueblo y también de otros lugares de La Pampa. Los viejos lo contaban referido al tigre y al zorro. En realidad sólo hay cambio de personaje. Todos los motivos son los del cuento tradicional argentino del zorro y el tigre.



  —494→  
207. El zorro y el tigre

NEUQUÉN

Un día el tío tigre salió y se encontró una vaca y la mato. Entonce, cuando la 'taba carniando, llegó el zorro y dice:

-¿Cómo le va, tío tigre? ¿Le ayudo?

-Bueno -le dice el tío tigre.

Después que le ayudó un poco le dijo que le diera el mejor asado.

-¿No querís más? -le dice el tigre-. Eso es pa que me lo ase tu tía, que 'tá esperando la carne.

-Tío tigre, ¿me da las patas de la vaca?

-Las patas de la vaca son para sacar los guantes de tu tía tigra.

-¿Me da el cuero 'e la vaca?

-No, el cuero 'e la vaca es para tapado de tu tía tigra.

-¿Me da los cachos?

-Los cachos son para peinetas y peine de tu tía tigra.

-Tío tigre, ¿me da la cola 'e la vaca?

-No, la cola 'e la vaca es para rebenque de tu tía tigra.

Entonce sacó el mejor asado de la vaca, le da, y le dice:

-Andá y decile a tu tía tigra que me haga este asado para las doce en punto.

Bueno. Fue el zorro corriendo, y le dice:

-Tía tigra, dice mi tío que me haga este asado inmediatamente con papas.

  —495→  

Le ayudó el zorro para que el asado estuviera pronto. Cuando 'tuvo el asado se lo comió ligero, apurado. 'Taba todo trapicao440, el zorro, y se le caían los mocos. Comió, y se fue...

A las doce llegó el tío tigre. Y se sentó en la mesa y le dice a la tigra:

-Tigra, traeme el asado.

-¿Qué asado? -le dice la tigra.

-El que te mandé con el zorro.

-El zorro vino y me dijo que habías dicho vos que le hiciera el asado inmediatamente con papas, y yo se lo hice.

-¿Y adónde está?

-Comió y se fue. Se disparó, no sé adónde se habrá ido.

Y salió el tigre a buscarlo. Y lo encontró metiendosé en una cueva. Y le alcanzó a agarrar la punta de la cola. Y entonce el zorro le dice:

-Tire no más tío tigre, que es una paja la que está tirando.

Y le soltó la cola el tío tigre. Y cuando se metió adentro el zorro le dijo:

-Había sido tonto mi tío tigre, era mi cola que estaba tirando.

El tío tigre más enojado 'taba, se revolcaba de rabia.

En eso iba pasando el quirquincho, y le dice:

-¿Cómo le va, compadre quirquincho? -le contó lo que había pasado.

Después de un rato que conversaron le dice:

-Por qué no se queda cuidando acá, que yo voy a ir a buscar una pala y una picota441 para sacarlo al zorro. Y usté se queda cuidando.

El quirquincho dijo que bueno. Y se fue el tío tigre.

Cuando ya vio el zorro que se fue el tigre, salió y le dijo al quirquincho:

-¿Cómo te va amigo quirquincho? Te juego una apuesta. A ver quién abre más grande los ojos.

  —496→  

Y el quirquincho los abrió grandes, y el zorro chiquitos. Y cuando el quirquincho abrió grandes los ojos, el zorro le tiró un puñado de tierra. Lo dejó ciego al quirquincho y disparó el zorro. Y también disparó el quirquincho.

Cuando vino el tigre no encontró ni quirquincho ni zorro. Más enojado empezó a escarbar, y a escarbar, y todo. No encontró nada. Y se fue a la casa y se enojó con la tigra, allá.

A la noche, todas las casas que había dejado de la vaca, vinieron los gatos, el quirquincho y el zorro, y se las comieron. Cuando se despertó el tigre más enojado, no encontró nada.



Laura Beatriz Álvarez, 11 años. Chos Malal. Neuquén, 1960.

La narradora es una niña de familia culta. Aprendió el cuento de la criada Matilde Sepúlveda, de Tricao Malal, que era una buena narradora.



  —497→  
208. El zorro y el león

NEUQUÉN

Hicieron un arreglo el zorro con el lión. En ese momento no tenían qué comer. Se trataban de tío y de sobrino. Y dijo el lión:

-Yo voy hacer una cosa. Yo me voy a quedar de muerto, en todo el campo. Usté, sobrino, avise a todos los vecinos, el guanaco, el avestruz, el peludo y el zorrino, y todos los animales. Entonce que vengan en reunión.

El zorro jue y dijo:

-Hoy falleció mi tío. 'Ta muerto en el pasto. Hay que ir a reunión.

El zorro tiene su corneta y tocó pa avisar un fallecimiento. Vinieron los vecinos, cuando hicieron la reunión. Y el zorro empezó a dar güelta ande 'taba el muerto. Y los animales, los vecinos, daban güelta. Y el zorro iba adelante y atrás iban los demás. Y claro, el lión miraba un poquito pa agarrar el más gordo. Y empezaron a pasar más cerquita. Entonce el lión saltó y agarró un guanaco. Y se dispararon todos. Los engañó el zorro.

Carniaron el guanaco. Entonce ya tuvieron qué comer. Empezó a comer la mejor carne el lión. La mejor parte. No le daba al zorro. Entonce dice el zorro:

-Bueno, tío, a ver si me va dar un pedacito 'e tripa.

-No -dijo el lión- eso es mi parte.

Entonce le dio la vejía. Entonce le dijo que saque eso, y lo sacó. Ya pensó el zorro, y dijo:

-Con esto lo voy a joder a mi tío.

  —498→  

Empezó a soplar la vejía. Se empezó a cazar moscas, y le metió moscas a la vejía. Y el lión de tanto que comió se durmió. El zorro le ató la vejía en la cola, con moscas. Entonce, cuando le ató la vejía, dijo:

-Áhi viene lo enemigo que lo va a matar.

Entonce, cuando sintió él el ruido creyó que venía enemigo y salió disparando, y el zorro tuvo qué comer. El lión se disparó.



Antonio Colimán, 30 años. Junín de los Andes. Huiliches. Neuquén, 1960.

El narrador es araucano, pero dice que no habla la lengua indígena. Ha cursado algunos grados de la escuela primaria.



  —499→  
209. El león y el zorro

NEUQUÉN

Dice que por áhi se encontró el zorro con el lión. Que el lión 'taba carniando una ternera, y que había dicho:

-¡Hola! ¿Qué tal tío? -que le dice al lión.

El lión le dijo:

-'Tamo acá, sobrino, carniando un ternero para churrasquiar un poco.

Y dice:

-Yo también ando con un hambre que no aguanto. ¡Si me puede dar algo!

Y el lión no le daba. Y dice:

-Si me puede dar una tripita amarga, que no le gusta a usté, tío.

Y le dio una tripita, y dice el lión:

-Yo le voy a dar carne despué, pero con la condición que, como yo hoy me lleno y voy a dormir, con la condición que me tiene que cuidar, porque ando persiguido por la policía. Yo despué le voy a dar más.

Y dice que comió el lión. Y dice que se quedó dormido el lión. Que roncaba el lión, dice.

Entonce el zorro aprovechó y comía lo mejor que había guardado el lión. Y el zorro infló la tripita del ternero que le había dado el lión y la dejó secar arriba de un palito. Bien inflada la tripita. Y empezó a echar adentro de la tripita, moscardones.   —500→   Y que se la jue atar en la cola del lión. Y el lión roncaba. Y dice que había dicho el zorro:

-¡Tío, tío, que viene la policía!

Y se despertó el lión y salió corriendo. Y oyó ese ruido de lo moscardone en la tripita y creyó que era la policía. Y corrió, corrió, y nunca lo alcanzaban. ¡Qué l'iba alcanzar!

Cuando iba muy lejo, dice que se da güelta pal lau derecho, y se da güelta al izquierdo, y lo mismo. Y dice que miró para atrás y que ve la tripa con los moscardones, que tenía atada en la cola. Y entonce que dice que de un tirón hizo tira la tripa que tenía.

Y dice que volvió pa atrás ande dejó el zorro. Y dice que ya no 'taba, dice, cuando volvió.

Si había llevau la mejor carne. Si había llevau una pulpa ande 'taba la liona, en una cueva. Dice que este pedazo de pulpa ha mandau el tío lión pa que coman los dos juntitos, mientras, que ha dicho el zorro. Y han estau comiendo, y dice que dice la liona:

-Mire, que allá viene su tío.

Y faltaban tres metros pa que llegue, y salió el zorro echando diablos, otra vez. Y dice que empezó a correr al zorro el lión, que 'taba enojadísimo. Y ya lo alcanzaba el lión, y dice que por áhi se entró en una cueva, el zorro. Y ni bien que entró en la cueva, llegó el lión a la cueva. Y áhi metió la mano y li agarró la cola y dice que dice el zorro:

-¡Es una ráiz, tío! ¡Es una ráiz qui agarró!

Y dice que lo soltó el lión. Y se quedó áhi. Y dice que andaba el jote442 volando, áhi arriba. Y dice que le había dicho el lión:

-Bajesé y cuide este prisionero que tengo 'entro443 esta cueva.

Mientra que él iba a buscar la herramienta para cavar la cueva. Y él se jue y dejó el pájaro cuidando.

Y dice que el zorro le hablaba al pájaro:

-¿Qué tal?

  —501→  

-Bien -que decía el pájaro.

-A mí me va mal -que le decía el zorro, porque me voy a ir al otro mundo. Me van a matar. Yo quiero oír alguna canción. ¿Por qué no canta alguna canción, porque en este mundo yo no voy a vivir más?

Y le volvía a decir que quería oír cantar ante de morir. Y empezó, dice, el pájaro a cantar. Y que el zorro le decía que cantaba muy bien y que bailaba algo. Entonce el pájaro cantaba y daba aletazos. Y entonce se le escapó el zorro debajo del ala. Y salió el zorro disparando otra vez, pero el pájaro no lo vio. Y el pájaro siguió cantando con la ala abierta, que corría con la ala abiertas de acá para allá.

Y dice que llegó el lión y que le dice:

-¿Qué tal?

-Bien, bien -que dice el pájaro, y empezó a volar.

Y dice el lión:

-¡Que me parece que no está mi sobrino!

Y empezó a sacar la tierra. Y sacó todo y no lo encontró nada.

Y dice que había corríu mucho el zorro y se había quedau dormido al lau de una laguna. Y el lión iba despacito para agarrarlo. Y sintió gritar uno tero y se despertó el zorro. Y dice que a lo mejor eran cazadores. Y áhi lo vio al lión, y salió disparando el zorro, y no lo podía agarrar el lión.

Y dice que había dicho el lión en la casa:

-¿Sabe qué vamo a hacer? Me voy hacer el muerto yo y lo vamo a mandar a buscar a mi sobrino.

Y que dice el zorrino:

-Bueno, compagre, usté se hace el muerto y yo voy a avisar a todo lo bicho que vayan al velorio. Al primero que le voy avisar va a ser al zorro.

Que la tía ha quedau sola con el muerto.

Y llega el zorrino donde 'taba el zorro y que le dice:

-¿Sabe qué pasó en la casa de la tía liona? Que si ha muerto el Rey.

  —502→  

Y le dice que si podía ir en seguidita, que lo do tenían que hacer todo. Y el zorro dice:

-Sí, en seguidita voy a ir yo.

Que había ido. Y dice que llegó el zorro ande 'taba el velorio y salió la tía liona. Y le dice:

-Sabe usté, sobrino, que lo habíamos quedau solo. Se lo444 murió el Rey. ¡Qué vamo hacer ahora!

Lloraba la liona y el zorro también lloraba.

Y si hacía el muerto el lión.

Y dice que le habían puesto un asiento para sentarse el zorro al lau de la cabecera del lión muerto.

Y entonce el zorro desconfiaba, y dice:

-Ante yo de entrar en un velorio, el muerto tiene que estirar la pierna izquierda y tirarse un güen pedo.

Y el lión va y estira la pierna y se tira un pedo. Y entonce dice el zorro:

-¡Cómo! ¡Yo nunca hi visto un muerto que se tira un pedo!

Y que sale disparando. Y que 'taba áhi la policía. Dice que lo perro eran la policía. Y que la policía lo sigue y que también hicieron disparar al muerto y a todo lo bichos que 'taban en el velorio.

Y áhi se terminaba.



Antonia Pérez, 17 años. Catán Lil. Neuquén, 1954.

La narradora es hija de Avelina Cayulef, araucana. Ambas hablan araucano. La narradora ha concurrido a la escuela y narra con verdadero placer. La madre sólo narra en araucano; su español es confuso.

El cuento tradicional en Neuquén tiene como personaje al león (puma), que abunda en sus campos y produce grandes daños en el ganado. Los araucanos de Neuquén han asimilado los cuentos tradicionales de los criollos, como éste.



  —503→  
210. El zorro y el tigre

RÍO NEGRO

Dice que una vez andaban por entre las bardas445 de estas planizas446 el zorro y el tigre buscando presas pa carniar. El zorro era sobrino del tigre y lo seguía en las cacerías pa sacar provecho. Dice qui había pasau un arreo447 de esos que se llevaban antes a Chile y habían quedau unos vacunos y unos caballares por los campos. El tío y el sobrino si han puesto en un lugar que tenían que bajar por juerza al agua. Dice que el tigre 'taba bien escondíu atrás di unas peñas, bien metíu pa que el viento no lleve el olor que tienen estos bichos, y los animales olfatien y disparen. Áhi 'taban, y pega el grito el zorro cuando vido que venían los animales:

-Tío, viene una tropillita 'e vacas.

-Dejalas que se vayan esas cachudas448 -le contesta el tigre.

-Tío, vienen unas yeguas con unas potrancas muy gordas -dice otra vez el zorro.

-¡Ésas me gustan! Echalas despacio, que pasen por aquí cerca pa cazar -le dice el tigre.

El zorro, que era como el pión del tigre, las echó con mucho cuidau pa que no se disparen. Áhi saltó el tigre sobre una potranca449   —504→   y la mató. Áhi no más se puso a carniar y el zorro 'taba a las órdenes del tigre ayudando en la carniada. El tigre empezó a comer unos güenos pedazos de la carne y al zorro no le participaba en nada. Entonce le empezó a pedir:

-Tío, ¿podría comer una costillita?

No, las costillitas son pa peinetas de tu tía tigra.

-Tío, ¿podría comer las patitas?

-No, de áhi van a ser unos vasos pa tu tía.

Así el tigre le negó todo lo que pedía el zorro, pero al fin le dio la vejía. La recibió el zorro pero ya pensando en la picardía que le iba a hacer al tío mezquino.

Cansau el tigre de tanto comer, se echó entre unas peñitas a dormir la siesta y le dio orden al zorro que le avise si viene algún campañista450.

El zorro la llenó a la vejía seca de piedritas y se la ató en la cola al tigre, cuando vido que 'taba dormido como un tronco. Y áhi le pegó el grito:

-¡Tío, tío, vienen los troperos451 con muchos perros! ¡Dispare! ¡Dispare!

El tigre ha salíu disparando más ligero que una avestruz y más disparaba lo que óiba el ruido de la vejía seca. Y ha disparau todo el día hasta que si ha cáido de cansado y si ha botau al suelo dispuesto a que lo maten. Áhi se li ha roto la vejía y él vido que era una farsa del zorro. Y áhi si ha vuelto a matarlo al sobrino.

El zorro ha comíu hasta que si ha puesto panzón, y si ha ido a la tarde, porque sabía que el tigre iba a volver y lu iba a matar.

El tigre no lo perdonó en toda la vida al zorro y lo persiguió siempre, pero el zorro se salvaba cada vez que lu atacaba el tigre, porque tiene más viveza que todos los animales juntos.   —505→   Hasta que al fin el tigre si ha ido de estas planizas y el zorro ha quedau haciendo daño en los piños452 di ovejas.


Y paso con el poncho roto
pa que usté me cuente otro.



Ricardo Arbe, 73 años. General Roca. Río Negro. 1963.

Viejo tropero que ha recorrido los caminos de la Patagonia y ha cruzado la Cordillera conduciendo tropas de ganado.

Rústico pero inteligente. Buen narrador.



  —506→  
211. El tigre y el zorro

RÍO NEGRO

Un tigre iba de viaje. Y él era el tío de los zorros. Entonces se encuentra con un zorro. Dice:

-¿Qué hacés sobrino?

Dice:

-Toy aquí, parado.

-Bueno -dice- vos vas a ir conmigo.

-Bueno -dice el zorro-, yo voy a ir con usté.

Siguieron caminando. Y dice el zorro cuando iban ya allá lejos.

-Tío, yo tengo hambre.

-¿Tenés hambre?

-Sí.

-Bueno, mirá, ¿ves aquella punta de yeguas?

-Sí la veo, tío.

-Bueno -dice-, traila derecho acá adonde yo 'stoy en estas matas, que yo voy aquí a matar una, de pasada.

Bueno, así fue. Se fue corriendo el zorro y se trajo la punta de yeguas. Y pasa y se salta una potranca. La carnea. Bueno, al zorro mientras carnea le dice:

-Haga juego.

El zorro hacía juego. Y pensaba:

-¿Qué me irá dar mi tío? ¿Qué me irá a dar de comer mi tío ahora, mientras carnia?

  —507→  

Bueno, hizo el juego. Puso un asado, el tigre. Come, come bien. Y el zorro miraba. El zorro miraba y decía:

-¿Y qué me irá dar mi tío?

No lo invitaba a comer. 'Taba con mucho hambre.

Cuando se llena, dice:

-Bueno, mirá -dice-, yo voy a dormir la siesta. Y vos -dice- cuidá. Cuando sientas bulla de indio, me avisás. Porque vamos a disparar.

Era la época de los indios, tiempo del malón453. Así eran los años del malón porque estos cuentos son de muy adelante, de muy lejos, ¿no? Bueno, el zorro, triste porque no le daba de comer, se agarra, busca una vejiga, la vejiga del animal, que es una cosa que se infla. La infló. Los chicos juegan con la vejiga inflada, la patean como una pelota.

Bueno... Entonces, junta mosca, porque cuando carnean animales se junta mucha mosca. Y juntaba mosca él y la ponía en la vejiga. Busca una cerda del animal, que lleva en la crin o en la cola, y se la ató en la cola del tigre. Y calienta el asador. Dice que el tigre llevaba un asador, lo calienta y se lo pone en la cola, donde tenía las moscas. Y las moscas al sentir eso, empezaron con la revolución que hacen las moscas, ¿vio?, y tantas. Se recuerda el tigre. Le dice el zorro:

-Tío, tío tigre, bulla de indio, tío, bulla de indio.

Y se levanta el tigre y siente ese ruido de las moscas, ¡bu!... ¡bu!... ¡bu!... las moscas, y dispara. Y entonces se queda con la carne, a comer. Come el zorro.

-¿Y qué hago ahora? -dice-. Bueno, me voy.

Se va, y en lo que se iba, se encuentra con el tío otra vez. Y le dice el tío:

-¡Ajá!, y vos, ¿qué andas haciendo? Vení para acá.

Bueno. Agarra y se para. Se para y lo agarra y le pone una soga y se lo lleva de tiro.

Y mientras lo llevaba de tiro el tigre, que iba caminando, el zorro iba masticando la soga, porque el zorro es un animal   —508→   muy vivo, es un animal muy astuto. Entre los animales silvestres es el más astuto el zorro. Y lo llevaba el tigre para darle una paliza. Dice que le iba a dar una paliza porque lo había asustado en esa forma y que no eran los indios sinó que le había llenado la vejiga de moscas. Y claro, el tío venía de vuelta. Claro, se rompió la vejiga y el tío pegó la vuelta, y volvió pa donde tenía el rial454 con la carne. Y el zorro le masticaba la soga. Y dele masticarle la soga. Bueno... Cuando quiere acordar el tigre le ha masticado la soga. Se le escapa. Dispara el zorro, halla una cueva y se mete a la cueva, y lu agarra, de la cola, el tigre. Lu agarra de la cola, y claro, si lo saca pa ajuera, el tigre tiene una fuerza bárbara. Entonces le dice el zorro:

-Tire, no más, mi tío, que es una ráiz di algarrobo.

Entonces el tigre lo larga. Lo larga y se mete a la cueva. En eso llega volando Pedro. Pedro es un chimango ¿no?

-¡Quío...! ¡Quío!... -decía Pedro.

Volaba y lo llama el tigre:

-Che, vení pa acá.

-Sí, ¿qué le pasa?

-Mirá -dice-, acá adentro hay un preso. Y vos lo tenés que cuidar.

-Sí, cómo no -dice-, yo era -dice- guardia cárcel -dice-, y cuidaba presos -dice- en la cárcel y nunca se me fue un preso. ¡Cómo no! -dice.

-Yo -dice- voy a buscar el pico pa cavalo y lo voy a sacar.

-Pero ¡cómo no! -le dice- lo voy a cuidar.

-Muy bien, agarreselá.

Y bueno, cuando el zorro venía a salir, el chimango le daba un picotón. Se mandaba pa adentro el zorro, a la cueva. Quería asomarse, lo volvía a picar.

-Vea, amigo -le dice el zorro-, yo he estado preso muchas veces. He estau muchas veces preso -y dice-, y los guardianes   —509→   cuando yo 'taba preso -dice-, cantaban -dice-, y caminaban de un lado para otro -dice-, y cantaban y miraban pa arriba, pa todos laus, pero usté -dice-, no me deja mover di acá.

-Sí, yo también sé cantar -dice.

Y se pone a cantar ¡píu...! ¡píu...! Levanta la cabeza pa arriba y le ha encajau un puñau di arena en los ojos, el zorro, y se le dispara el preso.

Y cuando volvió el tigre resulta que se encuentra conque no 'taba ni el zorro ni el chimango. El chimango se escapó también.



Domingo Adelaido Tello, 68 años. Valcheta. Río Negro, 1971.

El narrador oyó estos cuentos de niño en Carmen de Patagones a su madre, Mercedes Acevedo, que era cordobesa. Es hombre de campo diestro en todas las tareas tradicionales del ganadero. Tiene escasa cultura pero es inteligente. Goza fama de buen narrador.



  —510→  
212. El zorro y el león

RÍO NEGRO

Una vez salieron el lión y el zorro, ¿no? El zorro es el sobrino y el lión es el tío. Dice:

-¿Vamos, tío, a cazar? -dice que le dice-. Vamos a darles de comer a los chicos y no tienen comida.

-Vamos -que le dice el lión.

Bueno, salieron. Por áhi encontraron una cosa, no pudieron agarrar. Corrieron otra, tampoco pudieron agarrar. Hasta que en una vuelta, porque el lión es muy ligero para agarrar animales así, yeguarizos, saltó a un potro y áhi no más lo carnió también, lo mató. El zorro achuró, claro. Después, dice que se pusieron a carniar y a carniar.

-Bueno, hijo -que le dice el lión-, llevate vos la comida pa los chicos, pa los lioncitos, y yo me voy a ir buscando otro animal por áhi, a ver si encontramo otro.

-Bueno, ahora miren bien para adentro -dice que les dice-. Miren bien.

-Muchachos, preparen la olla que tenemos comida.

Dice que los lioncitos pusieron la olla y hicieron fuego.

-Echelén agua -dice que les dice.

La enllenaron de agua.

Y ya la olla 'taba hirviendo con la carne.

-Bueno, ahora miren bien para adentro -dice que les dice-. Miren bien.

Los lioncitos se pusieron alrededor de la olla y miraban. Cuando 'taba hirviendo l'agua, el zorro, 'tan pillo, hizo su maldá.   —511→   Miraban los chicos. Empezaban a subirse arriba 'e la olla, y cuando quiso acordar, los agarró y los metió adentro 'e la olla a todos, a los hijos del lión, a los lioncitos. Les tenía rabia y lo quería embromar al lión que quería mucho a sus hijitos.

Y ha venido el lión, y que dice:

-¿Qué has hecho?

Dice:

-Los chicos se cayeron a la olla.

-¡Qué se van a caer a la olla! -dice.

Y dice que agarró y lo sacó corriendo. Y ha disparau el zorro, dice. Y el lión por detrás, que no lo podía agarrar. Disparaba y disparaba. Se fue cada vez más lejos. Lo siguió rastreando el lión al zorro.

Y por allá dice que el zorro se encuentra con un zorrino. Y el zorrino le dice:

-¿Qué anda haciendo, amigo? -dice.

-Me anda siguiendo mi tía. ¿Por qué no me metés adentro de la cueva?

-Bueno -dice que le dice el zorrino.

El zorrino fue más bueno que él y lo metió adentro de la cueva. Y lo escondió. El zorrino 'taba áhi, a la orilla de la cueva. Y llega el lión.

-Buen día -dice que le dice-. ¿No mi ha visto aquí a mi sobrino? -que le dice.

-No -que le dice el zorrino-. Aquí nu ha pasado, a lo mejor ha pasau por áhi.

-Pero -dice-, ¿por dónde se me habrá ido? Bueno, gracia. No -que le dice-, si debe estar acá.

-No, si no está acá.

Y agarró y le largó un balazo el zorrino. Lo tirotió. Y salió el otro disparando. Cayó demallau el lión con el balazo que le pegó el zorrino, con el olor del balazo del zorrino. Y lo salvó al zorro. Y el zorro disparó.

Entonce siguieron corriendo, siguieron corriendo, y por áhi dice que el lión se adelantó, pasó de largo, le buscó el recoveco y pasó de largo. Por allá, dice, que se encuentra con otros compañeros el lión, y les ha dicho que se va hacer el muerto para   —512→   agarrarlo al zorro. Y ellos lo ayudaron, claro. Y llegó el zorro y vio que 'taban velándolo al lión. S'hizo el muerto el lión. Y le dicen al zorro:

-Usté que pasa por acá, señor -dice que le dicen-, mire, qui ha pasau, qui ha muerto aquí, el amigo, lo estamos velando.

Y agarró y empezó a dar vuelta, por allá.

-¿Estará muerto? -dice que decía.

-Sí, está muerto -dice-. Hace dos días que está muerto.

-Me parece que no -dice que decía el zorro.

Y daba vuelta alrededor. Dice:

-No. A mí me han dicho los viejos, esos antiguos, que cuando muere un animal, así, se larga tres balazos -dice.

-Y bueno, largate uno por las dudas -dice que le dicen los otras, despacito, al lión.

Y se largó uno.

-Y bueno, va uno -dice que dicen.

-Bueno, largá otro.

-Va otro -que dicen.

Y largó. Y largó otro.

-Van tres -que dicen.

Nunca hi oído decir de que un muerto se largue pedos -dice el zorro y se mandó a mudar. Se disparó otra vez.

No lo pudo agarrar más el lión.

Apolinario Paileman, 78 años. Conesa. Río Negro, 1971.

El narrador ha nacido y ha pasado toda su vida en la región, trabajando en el campo. Oyó contar el cuento a viejos pobladores que se establecieron en el lugar cuando todavía se conservaba la costumbre de narrar en las noches, en que se reunían los vecinos en alguna casa de familia. El apellido del narrador es araucano; él es mestizo.

En este cuento, como en el de Neuquén, aparece el motivo de la crueldad del zorro con los cachorros, por venganza.



  —513→  
213. El zorro y el tigre

CHUBUT

El zorro le había hecho una diablura al tigre.

El zorro andaba buscando comida para la madre de él. La madre andaba renga y el hijo cazaba para ella. Un día se encuentra con el tigre y le dice:

-¡Hola, Juan! ¡Qué andás haciendo, Juancito?

Y él le contesta:

-Ando buscando comida para mi vieja455, que anda renga. Ando buscando un cordero para carniar.

Entonce le dijo el tigre:

-Dejate de esos lanudos como vos. Andá, ve aquellas yeguas que se ven allá. Pasalas para acá, que yo voy a cazar una. Escondido entre las matas yo voy a cazar un animal a la cruzada.

Entonce el zorro se jue y despacito arrió las yeguas. Los animales se asustaban un poco por el zorro, pero el zorro se arreglaba para llevarlos rumbiando ande 'taba el tigre escondido. Y al pasar por el lau del tigre, saltó al animal más grande y lo agarró del hocico y lo descogotó áhi no más. Era un potro gordo y grande.

En seguida el tigre comenzó a carniar el animal y a ir comiendo lo que a él le gustaba más, pero al zorro no le daba nada. Entonce el zorro, viendo que no le convidaba nada le dice:

-Tío, deme algo pa comer.

-Primero voy a comer y después te voy a dar algo.

  —514→  

-Tío, ¿no me da los vasos siquiera?

-No, hijo, esto es para mate de tu tía.

Entonce le dice:

-Deme la tela, tío.

La tela es el sebo que tiene envuelta la panza. Y le dice el tigre:

-No, hijo, tampoco. Eso es pa sábana de tu tía.

Entonce, viendo que no le daba nada, le dice:

-Tío, ¿por qué no me regala la vejiga, siquiera?

Y entonce le dice:

-Bueno, llevatelá -y se la dio.

Entonce el zorro la infló a la vejiga. Le puso un poco de azúcar adentro, y le puso unos palitos, porque quedando la boca abierta de la vejiga, las moscas se metían para comer l'azúcar. Y una vez que tuvo la vejiga llena de moscas, la dejó secar. Las moscas hacían un bochinche, un bullicio tremendo, adentro de la vejiga.

En tanto el tigre que había comido hasta llenarse, le dijo:

-Mirá, Juan, yo voy a dormir la siesta. Vos subite a ese árbol y cuidá que no venga la polecía o alguien que viniera con perros.

El tigre, lleno, se durmió en seguida. Cuando Juan vio que 'taba dormido el tigre, se bajó despacito y le ató la vejiga a la cola. Y es de calcular el bochinche que hacían las moscas. El zorro se subió al árbol, y de arriba del árbol empezó a contar:

-Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho nueve, diez, once, doce, trece con el oficial.

Y cada vez repetía más fuerte lo mismo, hasta que el tigre entre sueños escuchó lo que el zorro decía y se sentó de golpe, y le dice:

-¿Qué 'tás diciendo, Juan?

-¡Que viene la polecía! ¿No siente la bulla?

Y el tigre se despertó bien y oyó el ruido de las moscas en la vejiga, la bulla que parecía de gente que 'taba cerca. Y entonce el tigre se levantó y disparó. Y disparaba, y la bulla lo seguía siempre. Y claro, él créiba que lo iban alcanzando, y más disparaba. Y siguió disparando por las montañas hasta que se cansó. Y entonce, al cansarse, se dio vuelta y sintió que 'taba   —515→   áhi la bulla. Y miró para todos lados y se vio la cola con la vejiga llena de moscas y se dio cuenta de la mala jugada que le había hecho el zorro.

El tigre había preparado del potro, para llevarselá a la tigra, la parte preferida, el pecho. El grano del pecho es lo que más le gusta al tigre, de los animales. Y mientras el tigre asustado iba corriendo, iba ya lejo, el zorro que ya había pensado la picardía que le iba hacer, alzó el pecho, y se lo llevó a la tía. Llegó, saludó y le dijo:

-Tome, tía, este pecho. Dijo el tío que lo comiéramos y nos acostáramos juntos, a siestiar. Es una orden del tío y hay que cumplirla.

La tía dijo:

-Bueno. Tenemos que hacer lo que dice el tío.

Claro, la tía no sospechó nada lo que este bandido tenía pensado.

Comieron el pecho y después de comer la tigra se acostó. Entonce el zorro dijo:

-Bueno, tía yo me acuesto al lado suyo.

-No, al lado mío no, acostate a los pies.

-No, tía, entonce todos me van a llamar pie.

-Bueno, entonce, acostate a la cabeza.

-No, tía, entonce todos me van a llamar cabeza.

Bueno, entonce acostate arriba de las cobijas, al costado.

-No, tía, entonce me van a llamar costado. Yo tengo que dormir junto con usté, ésa es la orden de mi tío.

Entonce la tigra no acedió. Viendo el zorro que erró el golpe, salió disimuladamente para afuera y cavó una cueva con dos bocas; entraba por una y salía por otra. Con la boca de entrada más grande que la salida. Entonce volvió ande 'taba la tigra y la empezó a retarla y a insultarla, que no le hacía caso al tigre. Entonce la tigra se enfureció. Y entonce el zorro salió corriendo afuera y entró reculando en la cueva, y se entró en la cueva. Entonce la tigra furiosa para agarrarlo al zorro se metió en la cueva, se zampó en la cueva ciega de rabia, y áhi se encajó y no podía salir. Y el zorro salió por la otra puerta y lo que 'taba trancada la tigra en la cueva, el zorro se aprovechó de ella, y le dijo que le contara al tigre que había hecho lo que él le mandó. Y la tigra quedó áhi encajada.

  —516→  

Y el zorro, despué que se aprovechó, se fue a dormir la siesta en un pajonal.

Y entonce ya el tigre venía de vuelta a la casa y al pasar por el pajonal lo encontró al zorro dormido. Y entonce, ante de matarlo, para hacerle una diablura, agarró una pajita y le pasaba por la nariz. El zorro dormido decía:

-Éstas son las moscas que se le escaparon a mi tío de la vejiga que le até en la cola. ¡Malditas moscas!

Y el tigre que le volvía a pasar la pajita, y que el zorro seguía durmiendo y decía:

-¡Ah!, ¡que no me dejan dormir estas moscas y pensar que no dormí nada por dormir con mi tía tigra!

Y áhi lo iba a saltar el tigre, y el zorro abrió los ojos y pegó un tiro y el tigre se sorprendió, y se aprovechó el zorro y se disparó. El tigre no lo pudo alcanzar y se volvió y se fue a su casa. Cuando la tigra le contó todo, más furioso se puso el tigre y dijo que de alguna forma lo iba a matar.

Entonce el zorro en sus andanzas iba por allí y se encontró un par de riendas y un par de espuelas y las llevó, las alzó y siguió. Y por allí encontró un avestruz que 'taba durmiendo. Entonce lo apretó y le puso las riendas, y él se puso las espuelas, y ya subió a caballo en el avestruz. Y entonce dice:

-Ahora sí que me voy a réir de mi tío tigre. Me voy a pasar por el lado de él y no me va a poder alcanzar.

Así lo hizo. Y había agarrao de costumbre el zorro de pasar por la casa del tigre al trote del avestruz. ¡Y que lo iba a alcanzar el tigre!

Entonce, viendosé burlado el tigre, carnió varios animales y invitó a varios a comer. Y muchos perros cimarrones456 fueron a comer. Y entonce los juntó y los habló el tigre, y entonce les dijo:

-Todos los días pasa por acá Juan en un avestruz haciendomé burla. Miren, ustedes, van a hacer una cosa. Ustedes se ponen en este jagüel, unos cuantos, y otros más allá, y otros más   —517→   allá y le hacen el avance, lo van a cazar. Yo les voy a dar todos los días animales carniados pa comer.

Y se comprometieron los perros cimarrones a matar al zorro. Al otro día pasa el zorro montado en el avestruz compadriando. Y lo encararon los perros y él salió corriendo en el avestruz y al primer lote de perros lo dejó atrás. Y áhi le salió el otro lote, y lo seguía, y lo llevaba muy cerca. Entonce el zorro le decía al avestruz.

-Metele, corré más, sinó te voy a clavar las espuelas.

Entonce le dice el avestruz:

-No me vas a hincar porque entonce yo te voy a tirar al suelo.

Pero le salió el otro lote de perros y ya lo llevaba muy cerquita. Entonce el zorro le clavó las espuelas al avestruz. Al sentirse picado con las espuelas, el avestruz pegó una sentada, y lo despidió al zorro. Entonce los perros, como el encargue era agarrar al zorro, no hacían caso del avestruz, y todos los perros lo avanzaron al zorro. Veinte perros que lo tenían apretado al zorro, hecho todos un montón.

En ese momento pasaba un chimango volando y al ver en el estado que lo tenían al zorro, le preguntó el chimango:

-Che, Juancito, veo que te encontrás en gran peligro y que va a ser difícil que te salvés.

Y le contestó el zorro:

-No te aflijás, hermano, que cuando hay vida hay esperanza.

Y qué esperanza ni esperanza, lo mataron los perros cimarrones y así fue el final del zorro.



Baldomero Terraza, 73 años. Rawson. Chubut, 1959.

Trabajador de campo y gran narrador, oyó contar este cuento en los puestos del Chubut y también a un hacendado, León Melo, que murió hace algunos años. Es oriundo de la provincia de Buenos Aires, pero hace sesenta años que se radicó en el Chubut.

Curiosamente en este cuento aparece el motivo muy antiguo de la tigre (en este caso) que el zorro hace encajar en una estrechura para hacerle violencia y ofender a su enemigo. En el cuento europeo es la loba.



  —518→  
214. El zorro y el león

SANTA CRUZ

Que el zorro si hacía sobrino del lión porque así aprovechaba lo que cazaba el lión.

Un día si han ido a cazar. El lión li ha ordenado al zorro que le avise qué animales vienen al agua. Que era un lugar ande venían a beber los animales de una estancia que tenía hacienda muy buena. El zorro se había puesto en una parte alta y di áhi miraba. Y que le había dicho de todos los que venían y que ninguno le gustaba al lión. Cuando le dijo que venían unas terneras gordas, que salió y cazó el lión.

Bueno... Que se ha puesto a carniar el lión. Que iba carniando y comiendo. Que el zorro li ayudaba pero no le daba nada. Entonce que le ha empezao a pedir una parte y di otra. Todo que le negaba el lión y que le dice:

-Todo lo que me estás pidiendo es para asado de tu tía.

Que lo ha mandao entonce a llevar a la liona un costillar para que lo ase y lo espere a la noche.

Que ha ido el zorro y li ha dicho a la liona que el tío manda ese asado para que lo coman los dos y después duerman juntos.

Que la liona decía que eso no puede ser, pero como el zorro ha dicho que es orden terminante del lión, la liona tuvo que obedecer.

Que el zorro ha comido, ha dormido con la liona y si ha disparao.

Que a la madrugada ha llegao el lión. Que li ha preguntao la liona si era cierto la orden que ha traido el zorro de que le dé   —519→   la carne asada y duerma con él. Que el tigre si ha puesto muy enojado y ha salido los rugidos a buscarlo al zorro para matarlo.

Que va y lo encuentra dormido en un pajonal, claro, como 'taba trasnochado, se tiró por áhi cerca no más. Que el tigre ha agarrao una ramita seca y li ha empezao a pasar por la nariz, suavecito. Que el zorro ha creido que eran moscas y ha dicho, medio dormido:

-Dejemén moscas jodidas. Sobre que anoche no he podido dormir por acostarme con la liona, vienen a joder ahora.

Áhi lo saltó el lión furioso, pero el zorro si alcanzó a refalar por abajo del brazo del lión, salió corriendo y se metió en una cueva que encontró. El lión se quedó en la puerta a ver si salía el zorro. Que ha visto que iba pasando un carancho y lo llama y que le ordena que cuide ese preso que él va a ir a buscar con qué hacerle humo pa augarlo como a las vizcachas.

Cuando quedó de centinela el carancho, el zorro lo comenzó a conversar y que le decía que porque no jugaba a algo ante que lo augue el lión con humo. Que le ha dicho que jueguen a ver quién resiste más a no moverse y 'tar con los ojos bien abiertos. Que el carancho le creyó y se puso con los ojos bien abiertos. Entonce que el zorro le echó un puñado de tierra y se disparó.

Que el carancho quedó los aletazos no más, ciego, y cuando se le jueron limpiando los ojos se voló de miedo al lión.

Que llegó el lión y vio los rastros del zorro que se había disparado y se dio cuenta que lo había engañao al carancho con alguna mentira. Y se jue a buscarlo y lo andará buscando todavía.



Segundo Medero, 30 años. El Turbio. Güer Aike. Santa Cruz, 1957.

Buen narrador, rústico. Oyó este cuento de niño, en rueda de esquiladores, en La Pampa, de donde es oriundo. Hace varios años que trabaja en Santa Cruz y lo cuenta a los compañeros, que se divierten con los cuentos del zorro.



  —520→  
215. El tigre y el quirquincho

JUJUY

Diz qui años antes hablaban, po, los animales y pasó este caso. El tigre di flojo había estao echao junto a su casa y lo mandaba, po, al quirquincho a ver si ya venía so presa.

El quirquincho había ío y volvía corriendo, diciendo:

-¡Tiyu!... ¡Ya 'tán llegando las ovejas!...

Y el tigre ha dicho:

-¿Pa quí sirven esas lanudas?

Siguió echao largo a largo.

Volvió a ir el quirquincho y volvió a decir:

-¡Tiyu!... ¡Ya llegan las llamas!

El tigre l'había contestao:

-¿Pa quí sirven esas cogotudas?

Y el quirquincho jue otra vez, y entonces había visto una tropa de mulas gordas y prinquillas457, y entonces golvió más alegre que nunca y l'había dicho:

-¡Tiyu!... ¡Áhi vienen las mulas gordas!

Entonces el tigre de un salto s'había levantao, diciendo:

-¡Aura sí voy! -y salió princando458.

  —521→  

Y ha matao la más gorda y se volvió a dormir, diciendolé al quirquincho:

-Andá, jijituy459 y jacé460 el asao.

El quirquincho ya había jecho, y cada rato el tigre le decía:

-Jijituy, traéme un chiquito pa probar, si ya 'stá.

Y así lo tenía yendo y viniendo. Y el tigre s'había comío media mula y el quirquinchito ni había probao bocao. Entonces el pícaro quirquincho había ido corriendo junto al tigre y l'había dicho:

-¡Tiyu!... ¡Dónde ti has di esconder! Mejor ti ataré a ese palo grueso. Y viá tirar juera juerte, con tuitas las juerzas que mi ha dao Dios, que viene un ventarrón muy juerte, que mata a toda la gente.

Y así lo hizo. Cuando estuvo bien sujeto el tigre, el quirquincho se jue cantando a comer su parte de la mula. Y el tonto del tigre, con ser más grande, s'había muerto de jambre461, atao al palo. Ya ve usté, cómo el quirquincho con ser más chiquito, lo ha embromao al tigre, lo ha ganao al tigre.



Cornelia Díaz, 85 años. Rumi Cruz. Cochinoca. Jujuy, 1951.

Nativa, colla, muy rústica de este lejano caserío de la Puna jujeña.



  —522→  
216. El león se hace el muerto

JUJUY

El zorro vivía lo más con la tía liona y el tío lión. El tío lión era muy trabajador y cazaba mucho y comía mucha gordura y tráia pa la tía liona, pa l'esposa. Y al zorro le gustaba, como ha síu su sobrino, y ha síu muy flojo, y él comía cuando hacía carne el tío. Y entonce le tráia a la zorra, a la casa de los zorros. Vivía comiendo del trabajo del tío. Entonce ya se puso bien gordo y la zorra tamién. El zorro se llamaba Juan y la zorra Juana. Comían ambos. Y entonce dice que una vez l'hizo mal la mucha gordura y dice que l'anoticiaba a la señora Juana:

-Señora Juana, mi ha hecho mal la comida.

No quería comer asau en cancana462, Juan. Al no poder comer le dice:

-Mirá, señora Juana, ando mal del estómago. Tomaremos algunos vasitos de algunas bebidas.

Y tomó chicha463. Tomó y tomó y se compuso y se machó464 tamién.

Y entonce él li había dicho a la zorra:

-Juana, vayasé a las casas y yo voy a quedar en lo de mi tía.

  —523→  

Y se quedó ande la tía, bien machado. Y entonce comían y chupaban ambos. Entonce a deshora de la noche en vista de que no venía el tío lión, si había dormido con la tía liona. Y después si había levantau y si había ido por áhi cerquita no más. Al aclarar el día llegó el tío lión. Lu encontró durmiendo al sobrino cerquita de las casas. Dice que se apegó despacito y tomó pajas. Diz que dice:

-¡Juan! ¡Juan!

No lu llevó el apunte. Roncando diz que 'taba. Entonce li había comenzau a jurgar465 por la cara y por todos lados de la cara. Y entonces diz que hacía con las manos, que se sacaba las pajitas, y diz que decía:

-Estos moscos no me dejan dormir. Ya en de repente estos moscos no me dejan dormir.


Anochi nu hi dormíu nadita
por dormir con mi tía la lionita.

Mas, sí que li había vuelto a punzar. Otra punzadita. Y entonce que abrió los ojos, y saltó una distancia larga, y el tío lión comu es tan gordo no lo pudo alcanzar. Entonce llegó a la casa que estaba durmiendo la señora liona. Y que dice:

-¡Cómo va a ser esto! ¡Yo li hi encontrau durmiendo al zorro y mi ha dicho qui ha dormíu con la tía liona!

Y la liona ha dicho que sí que la ha engañau. Y entonce había dicho el lión:

-Ahora vamos a hacer un caso. Voy a hacer el muerto. Qui mi hi muerto de rabia.

Y si acomodó de tráir todo pal muerto. Mandaron a tráir muchos licores, bebidas, y tuvieron de todo, las mismas veces di un muerto466. Llamaron a los compagres. Y lo mandaron llamar al sobrino. Y ya li han dicho:

-Don Juan, ha muerto su tío.

  —524→  

Y él dice que contestó:

-¿Cómo va a morir si yo lu hi dejau sano ayer?

-No, ha teníu una rabia ayer y ha muerto.

-Ya voy a ir.

Venían otros compagres. Pero él vino ya cuando llevaron licor. Vino machadito. Recién si animó a venir.

-Pase adentro -li han dicho.

-Pase, compagre, y sirvasé -entonce que li han dicho.

Y él en la puerta no más.

-Entre, compagre.

Y él parau, mocho467, rezaba.

Y li hicieron llegar l'invitación a que pasara adentro ande 'taba el cadave, el cuerpo presente. Y él decía:

-Un momento, compagre, voy a rezar -y rezaba y rezaba.

Y después que dice:

-Voy a cantar pa que se vaya tranquilo el tío de mi familia.

Y dice que decía:


-Yo soy como el cuervo negro
que me gusta la carne cruda
levantesé tiíto,
lo llevaremos a la sepoltura.

Y entonces que decía:


-Vaite volando tío, al cielo,
y yo me quedaré llorando.
Pero si usté no 'tá muerto
yo me dispararé bailando468.

Y nu había 'táu. Y el sobrino lloraba y hacía chistes, pero no entraba. Y volvía a rezar un largo tiempo. Como una hora, rezaba. Y 'taba bien machadito.

  —525→  

Y el tío al no poder soportar las risotadas y chistes si ha réido y el otro salió disparando. Y de lejito que dice:


-Alma viva yo nunca le sé rezar.
Y se mandó a ir y nunca lo vieron más.



Crispín Churquín, 56 años. Yavi. Jujuy, 1952.

El narrador es pastor indígena. También es indígena su apellido. Su lenguaje es típico de los rústicos puneños; no habla quichua pero conserva modos del antiguo bilingüismo regional.

Yavi. Antiguo y lejano pueblecito de la Puna jujeña, de costumbres muy conservadoras.



  —526→  
217. El tigre, el zorro y el conejo

JUJUY

Resulta que el tigre es tío del zorro. Pero este tío anda siempre a la acechanza de comerseló al sobrino. Y el zorro, un día, le ve llegar y dice:

-¡Ah!, éste me está por comer, pero yo me voy hacer el enfermo, le voy a decir que tengo un mal incurable, para que él se asute y me deje tranquilo.

Se acerca el tigre y le dice:

-¿Qué tal sobrino? ¿Cómo te va? ¿Qué estás haciendo?

-Aquí 'toy, tío. 'Toy enfermo. 'Toy achacoso. Cochambroso469, 'toy.

-Pero ¿qué ti anda pasando, hijo?

-No sé -dice-, 'toy con mal de las espaldas -dice-, muy enfermo, y no tengo nada para comer -dice-. No sé qui hacer. No puedo salir al monte tampoco a buscar nada.

-Bueno hijo, yo tampoco -dice-. También ando hambriau. No sé qué podemos hacer.

Y dice:

-¿Por qué no se va hasta la casa del conejo470? -dice-. A usté no le hai tener tanto miedo como a mí. A mí me ve y   —527→   escapa, no lo puedo pillar. Llusquita471 no más se me pierde. A usté no le hai tener tanto miedo.

-Bueno -le dice el tigre.

Le da todas las señales donde vive el conejo y el tigre se va.

-Yo voy a 'star en la cama -dice-. Usté digalé que venga a visitarme. Que yo necesito urgente que venga para acá.

Bueno, llega el tigre a la casa del conejo y le golpea la puerta. Y el conejo, de adentro no más, contesta:

-¿Quién es?

-Soy yo, el tigre, el tío del zorro...

-¡Ah! -dice-. ¿Qué anda diciendo?

Dice:

-Le vengo a avisar que el zorro si ha muerto -dice-. Y tenimos que ir. Lo vengo a invitar para que vaya al velorio. Hay que rezar bastante. Esta tarde, a la tardecita, a la hora 'e la siesta lo vamos a enterrar.

-¡Ah!, bueno -dice-. ¡Muchas gracias! Yo voy a terminar di hacer todos mis quihaceres y voy a ir para allá.

Pero el conejo se queda pensando.

-¡Qué raro -dice- que se ha muerto el zorro! Pero de todas maneras voy a ir.

Había ido el conejo, había alzau su rosario. Si ha ido cantando, camino para la casa del zorro.

Y había 'tau el tigre espiando por la ventana. Y le dice el zorro, dice:

-Cuando ya 'té cerquita, vos escondete tras la puerta, de manera que cuando él abra la puerta -dice- le das el zarpazo y comemos los dos.

Bueno...

Llega el conejo. Todo cerrada encuentra la casa. Y empieza a mirar... 'Taba divisando por el ahujerito de la llave y no sé cómo ve que el zorro mueve l'oreja, y dice:

-¡Ah, este pícaro jullero! Ya me ha querido embromar otra vez. Pero ya va ver él.

  —528→  

Entonces grita el conejo de afuera:

-¡Zorro que mueve l'oreja nu es muerto!

Y el zorro si había quedau quietito. No movía nada.

-Cuando 'tá bien muerto, mueve la pata di atrás -le dice.

Y el zorro comienza a mover urgente472 la pata di atrás.

Y el conejo, por supuesto, patitas pa qué te quiero, salió corriendo a su casa y no se dejó pillar con ninguno de los dos.



Delia Corvacho de Saravia, 46 años. Humahuaca. Jujuy, 1970.

La narradora es maestra de escuela. Oyó el cuento a la abuela, en la infancia, en Maimará, otro pueblo de la Quebrada de Humahuaca.

Es una variante del cuento tradicional, en el que entra un nuevo personaje: el conejito de la tierra.



  —529→  
218. El tigre, el venado y el zorro

JUJUY

Diz que el tigre se llama tío Ilifonso. Era tío del venau473. Y que algo le había hecho el venau que el tigre lo quería pillar pa matarlo y no lo podía pillar.

Y entonce dice que un día si habían encontrau en un camino estrecho, bien estrecho. Entonce que le dice el venau al tigre:

-¡Ay, tío Ilifonso, vengo con una novedá muy grande!

-¿Cuál será, po? -es que le dice el tigre.

Entonce diz que le dice el venau, que viene un ventarrón tan grande, llevando a todo lo que hay en el mundo. Y entonce l'hizo asustar y si olvidó que tenía que matarlo.

-¿Qué vamos hacer, hijo? -que le dice el tío Ilifonso.

Entonce, que le dice el venau, que como él es carniador, que porque no carnia una res bien grande pa hacer coyundas y atarse a un árbol. Y jueron al monte y carniaron el güey más grande que había y le sacaron el cuero. Y del cuero sacaron unas lonjas, unas coyundas. Y entonce se jueron más adentro del monte y eligieron el monte más grueso que había. Y entonce le dice el venau que éste no lo va a dar güelta el viento. Y l'hizo abrazar el monte al tío Ilifonso y lu ató con las coyundas. Porque era bien pícaro el venau, que no lo pillaban así no más. Lu ató bien desde la punta de las uñas hasta la punta de las orejas.   —530→   L'hizo sacar la lengua al tío apretado áhi en el monte. Y entonce diz que se retira el venau y le ha dicho:

-¡Oh, tío Ilifonso, aura comamé! ¡Comamé no más! -y lo repitió por tres veces.

Y diz que si ha ido cantando el venau, cantando y silbando porque ya había créido que ya iba a morir áhi el tigre.

Y güeno, diz que ya eran tres días que 'taba áhi atau el tigre, que ya se 'taba por morir. Y entonce diz que pasaba un zorrito por áhi, y le dijo:

-Juancito, hijito, desatame. La primera res que carnie va a ser pa vos.

Y no s'iba, no se retiraba el zorrito. Y comenzó a desatarlo. De los pies comenzó a desatarlo. Comenzó a morderle, a comerle las coyundas, y lu ha desatado. Y ni bien que lu ha acabado de desatarlo se lo pasó enterito. Y si ha ido a buscarlo al venau con más rabia. Y nu ha podíu pillarlo.

Y entonce diz que si ha ido el tigre a una vieja bruja a ver que le pueda dar un consejo. Y diz que le ha dicho que tiene que hacerse el muerto. Que le ha dicho que el venau va a venir hablando, que no le vaya a hacer caso. Y nu ha podíu 'tar callau. Y el venau cuando venía llegando, que dice:

-Si el dijunto se tira tres pedos al hilo, lo velaré.

Y entonce que el dijunto se tiró los tres pedos. Y que el venau ha dicho:

-¡Oh, dijunto que se pé yo no velo! -y se jue el venau.

Y entonce el tigre se jue ande la vieja bruja a pedirle otro consejo. Y entonce la vieja le dice que pa qué se ha péido, si ha 'tau muerto. Y le ha dicho que se vaya a tal arroyo y que cave un aujero y se meta áhi con un lazo. Y el venau tenía que bajar a tomar agua en ese arroyo. Y entonce dice que tiene que 'tar callado, que no vaya hablar, porque el venau va a venir hablando. Y entonce, cuando se está arrimando al arroyo a tomar agua que dice el venau:

-Agüita, agüita, ¿te tomaré?

Agüita, agüita, ¿te tomaré?

Agüita, agüita, ¿te tomaré?

  —531→  

Y es que ha dicho el tigre:

-Tomame, chunco474.

-Agüita que habla yo no tomo -ha dicho el venau y se jue.

La vieja ya sabía que el tigre no ha cumplido lo que ella ha dicho. Y entonce que ha hecho hervir una olla de zapallos. Y entonce cuando iba yendo el tigre a la casa, ella de lejo le ha ofrecido la comida. Y el tigre iba abriendo la boca y ella le ha tirau de lejo las astilla del zapallo y lu ha quemau y lu ha muerto.



Clementina de Alvero, 68 años. Tilcara. Jujuy, 1952.

Nativa de la comarca. Muy buena narradora.

El cuento es una variante del relato tradicional. El venado es un personaje de la narrativa regional.



  —532→  
219. El zorro y el león

MENDOZA

Había carniado el lión un guanaco en las cordilleras475, lejos, y 'taba omiendo. El zorro llegó y le pedía:

-Convidemé, amigo, con un chiquito.

El lión nada le contestaba y seguía comiendo.

Y le volvía a pedir el zorro, y nada. El zorro esperó que se fuera el lión, ya comido, y el zorro comió unas sobritas.

Otro día se convidaron para salir a cazar el lión y el zorro. Los dos estaban con bastante hambre.

-Vamos para acá -le dijo el zorro-. Áhi tán unos guanacos gordos.

Y eran unas peñas muy feas. Y áhi le dijo el zorro que 'taban escondidos los guanacos. Y áhi lo hizo saltar al lión. Y el lión se escapó para abajo. Y el zorro le decía:

-¡Esperame, hermano!

Y el lión iba en el aire. Cuando llegó abajo, en una gran profundidá, ya llegó muerto. Claro, se despeñó y llegó hecho tiras476 abajo. Y el zorro le gritaba:

-¡Qué te pasa, hermano! ¡Qué te pasa, hermano!

Qué le iba a contestar, si 'taba muerto, hecho tira.

  —533→  

-Aprovecharemos, ahora -dijo el zorro y salió a gritar a todos los animales para que vinieran a ver que si había muerto el lión.

Y así se vengó.



Arturo Aguilera, 76 años. Uspallata. Las Heras. Mendoza, 1959.

El narrador es un viejo lugareño, cazador de guanacos. Buen narrador.



  —534→  
220. El zorro y el tigre

CORRIENTES

Había un tigre muy comilón que le gustaba comerse los potros tiernos y para pillarlos se ponía cerca de la aguada con un lazo atado en un árbol.

El tigre bandido se ponía tras los árboles para que los potros no lo vieran. Entonces bajaban los potros a tomar agua y el muy cuyo477 los enlazaba, los mataba y se los comía.

El tigre pasaba gordo, y el zorro flaco y hambreau. Una vez el zorro lo encontró comiendo un potro y le preguntó si cómo hacía para pillar a los potros que eran tan mañeros y forzudos.

-¡Ah! -le dijo el tigre-, mirá, yo te voy a enseñar para que vos también tengás qué comer y no esteas478 tan flaco.

-Bueno -le dijo el zorro-, enseñemé.

-Mirá -le dijo-, vos tenís que esconderte tras de estos árboles, bien, pero primero tenís que atarte un lazo al cuerpo y con lo demás enlazar a los potros cuando vengan a tomar agua.

-Bueno -dijo el zorro tonto que no se daba cuenta que el tigre lo estaba jodiendo.

El zorro hizo cuanto le dijo el tigre. Se puso tras un árbol, se ató el lazo al cuerpo y con lo demás se preparó para enlazar. Llegaron los potros y el zorro se lambía479 los bigotes y decía:

-¡Ahora sí que voy a comer mucho!

  —535→  

Cuando los potros se agacharon a tomar agua salió con cuidadito, revoleó el lazo y lo enlazó, pero... ¡para qué lo habría enlazado! El potro salió a lo que da, tirando patadas y con el pobre zorro a los botes atado al lazo. El pobrecito iba gritando dando saltos, atajandosé en los troncos y las ramas, y el potro seguía a toda carrera hasta que lo molió al pobre zorro, y éste, de todo los machucones y rompeduras de huesos, murió.

Así lo jodió el tigre al zorro, que es también pícaro porque a veces éste lo jode al tigre.



Rafael Domínguez, 63 años. Ciudad de Jujuy, 1947.

Hombre del pueblo.

En este cuento hay influencia del motivo esencial del ciclo del zorro y el quirquincho enlazadores, pues en ninguno de nuestros cuentos el tigre burla al zorro.