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DICCIONARIO DE LA LITERATURA CUBANA
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DICCIONARIO DE LA LITERATURA CUBANA

 

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Ramillete, El (Matanzas, 1879-?). Revista semanal. Comenzó a publicarse el 5 de octubre bajo la dirección de Rafael Otero y Jaime F. Torrens. En su prospecto, que apareció el 12 de septiembre, señala sus objetivos al expresar: «Constantes pues en nuestros propósitos, hemos pensado ofrecer a nuestras bellas matanceras este Semanario que no será más que un Ramillete ideal, compuesto de música, flores y poesía, pero no somos tan egoístas que pensemos ser los únicos que quieran depositar sus flores en este modesto Bouquet, pues todos los escritores de la Isla que nos honren con su colaboración tienen abiertas las columnas de este periódico.» Más adelante, se añade que será un «periódico puramente literario y festivo», que «no admitirá en sus columnas más que artículos humorísticos, revistas de bailes, teatros, paseos y escritos de costumbres». En el ejemplar correspondiente al 27 de marzo de 1880 (no se ha visto otro desde el segundo número de enero) aparecen Rafael Otero y Vicente A. Tomás como directores, y Jaime F. Torrens como editor propietario. A partir del 27 de junio de 1880 deja la dirección Vicente A. Tomás. La revista reflejó la vida cultural de Matanzas en su época. Dio noticias, además, sobre su población y otros progresos de la zona. Publicó poesías, relatos y novelas extranjeras. En sus páginas abundan las crónicas (culturales y sociales), tanto de Matanzas como de La Habana. La propia publicación presenta entre sus colaboradores a Nicolás Heredia, Guillermo Schweyer, Federico Rosado, Álvaro y Alfredo Lavastida, Miguel Garmendía, Bonifacio Byrne, Ildefonso Estrada y Zenea, Augusto Madan, Isidoro Garcia Arias, Francisco Valdés Rodrfguez, Alfredo Hernández, Diego Vicente Tejera, Luis Victoriano Betancourt, Carlos Vinageras, Benjamín Giberga (bajo el seudónimo Natalia). Otras figuras, además de sus directores, aparecieron en sus páginas, entre ellas, Úrsula Céspedes de Escanaverino, Alfredo Torroella, Ramón Vélez, Mercedes Matamoros, Luisa Molina, Carlos Caballero Álvarez, Aurelia Castillo de González, Julio Rosas (seud. de Francisco Puig y de la Puente), Cornelio, Raquel, Lábaro, Pseudónimo, Barco y otros. El último ejemplar encontrado corresponde al 17 de abril de 1881.

RAMÍREZ Y RODRÍGUEZ, Arturo (Manzanillo, Oriente, 15.8.1908). Se graduó de Doctor en Derecho Civil y Público en la Universidad de la Habana. Ejerció la profesión de abogado durante muy poco tiempo. Entre 1932 y 1960 trabajó en la revista Carteles, donde redactó crónicas y entrevistas teatrales. Ha colaborado en Acción, Luz, El País, Social y Verde Olivo. Recibió premios de la agrupación de Redactores Teatrales y Cinematográficos (ARTYC). Viajó por Estados Unidos. Se trasladó a España desde antes del triunfo de la Revolución.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Frente a la vida. Cuentos. Santiago de Cuba, Tipografía Arroyo Hermanos, 1925. | Pasionales. Cuentos. Pról. De Max Henríquez Ureña. Santiago de Cuba, Casa Editora Arroyo Hermanos [1928]. | La Cruz Roja Cubana. La Habana. Alfa, 1938. | Lo que me dijeron sobre la guerra de España. La Habana, La Universal, 1938 | Preinvasión. Desde las entrevistas de El Cairo y Teherán hasta la liberación de Roma. La Habana, Compañía Editora de Libros y Folletos, 1944. | Alma desnuda. Versos. La Habana, Editorial Neptuno, 1945 | Problemas nacionales. Pról. De Guillermo Alonso Pujol. La Habana, Molina, 1949. | El canto de la alondra (Reportaje de una trayectoria artística). La Habana, Editorial Lex, 1957. | En tono gris. Cuentos. Santiago de Cuba, Talleres Tipográficos El Lápiz Rojo [s.a.].

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

«El homenaje a Arturo Ramírez», en Carteles. La Habana, 24 (24): 48, jun. 13, 1943. | Ibarzábal, Federico de. «Arturo Ramírez», en su Cuentos contemporáneos. Recopilación, pról. y notas de [...]. La Habana, Editorial Trópico, 1937, p. 177.

RAMIRO Y CORRALES, Mariano (Cádiz, España, ? .1834 - La Habana, 8.12.1886). Llegó a Cuba en 1845. Realizó diversos trabajos, como dependiente de peletería, talabartero, cajista de imprenta, mozo de fonda y actor cómico. Regentó el periódico La Aurora de Matanzas. En 1862 se dio a conocer como poeta con la publicación de una letrilla titulada «El día menos pensado». Fue líder obrero. Viajó a Estados Unidos (1880), donde permaneció poco tiempo. Fue ,concurrente asiduo a las tertulias literarias que se efectuaban en las casas de José María Céspedes y de Nicolás Azcárate. Por sus conocimientos tipográficos llegó a ser director de la imprenta La Propaganda Literaria, casa impresora, en su tiempo, de los billetes de la lotería. Fue colaborador en Razón, Guirnalda Cubana, La Legalidad, El Triunfo y El Fígaro. Publicó en colaboración con José Triay, la colección de versos Ensayos (Cárdenas, Matanzas), Est. Tip. El Comercio, 1866). Utilizó los seudónimos Juan Pérez y Ramón María Río.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

¡Alza Pilili! Colección de artículos de costumbres humorísticos y mal humorados y poesías entreveradas. Cárdenas (Matanzas), Imp. El Horizonte, 1871. | Amor y fiambre. Cuento verosímil. La Habana, La Propaganda Literaria, 1880. | Cándido [Lances de todos los días] [sic]. La Habana, La Propaganda Literaria, 1880. | Versos. Con unas cuantas palabras por José Q. Suzarte. La Habana, La Propaganda Literaria, 1880. | Punto final. Versos póstumos. Pról. de José de Armas y Cárdenas. La Habana, La Propaganda Literaria, 1887; 23 ed. La Habana, Imp. La Universal, 1909.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Carbonell, José Manuel. «Mariano Ramiro (1836-1886)», en su La poesía lírica en Cuba. Recopilación dirigida, prologada y anotada por [...]. T. 4. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1928 p. 26-28 (Evolución de la cultura cubana. 1608-1927, 4). | Triay, José E. «Mariano Ramiro», en La Lotería. La Habana, 2(6): 44, feb. 8, 1885.

RAMOS, José Antonio (La Habana, 4.4.1885 -Id., 27.8.1946). Llegó a obtener los grados de Bachiller, el del Seminario Diplomático y Consular y el de la carrera de Filosofía y Letras en la Universidad de la Habana. A los quince años trabajó como traductor de inglés y, además, en el Departamento de Obras Públicas como mecanógrafo. En 1907 se fue a París, de donde regresó en 1909. Fundó a principios de 1910 la Sociedad de Fomento del Teatro junto con Max Henríquez Ureña y Bernardo G. Barros, secundado por Ramón A. Catalá, Luis Baralt y Peoli y otros intelectuales. En ese año la compañía de Regino López llevó a escena, en el Payret, su sainete A la Habana me voy. Ingresó en la carrera consular en 1911 y fue enviado a Madrid. Calibán Rex, su drama político, fue estrenado en La Habana en 1914 por la compañía de Miguel Muñoz y publicado en Cuba Contemporánea (Julio, 1914). Es uno de los fundadores de la Asociación Cívica Cubana (Matanzas, 1914). Ese año pasó a desempeñar el cargo de vicecónsul en Lisboa. Su drama Tembladera obtuvo el premio del concurso de literatura de 1916-1917 de la Academia Nacional de Artes y Letras. Su labor como diplomático continuó en Veracruz, México (1917). Fue enviado a Vigo (1918) como cónsul y después a Nueva York (1919) y a Atenas (1921). En 1922 es cónsul de primera clase en Filadelfia. Su novela Coaybay obtuvo, el Premio Minerva, instituido por el dueño de la librería de ese nombre, Sr. Valentín García. Participa en la VI Conferencia Internacional Americana celebrada en La Habana (1928). En Filadelfia permanece hasta 1932, en que fue depuesto del cargo por el gobierno de Gerardo Machado. Ejerció además como profesor auxiliar de lengua española en la Universidad de Pennsylvania y completó sus estudios en literatura Porteamericana y de técnica biblioteconómica. Al caer el gobierno de Machado, pasó a Génova como cónsul general en 1934 v después, en ese mismo año, a Veracruz. Tramita en 1935 su expediente de jubilación, que nunca llegó a disfrutar. Laboró en la Secretaría de Estado desde 1936, donde desempeñó diversos cargos y donde se le designó la responsabilidad de asesor para organizar y clasificar su biblioteca. Estuvo, en comisión en la dirección de la Biblioteca Nacional (1938-1946), para la cual tradujo y adaptó las tablas de clasificación Dewey, que fueron aceptadas por el I Congreso Internacional de Archiveros, Bibliotecarios y Conservadores de Museos del Caribe, celebrado en La Habana (1942). Como crítico, publicó artículos desde Madrid para La Prensa, crónicas de teatro en La Noche, conferencias en Social y en Revista de la Habana. Colaboró, además, en Cuba Contemporánea, El Fígaro, Cervantes, Revista de Avance, El Siglo, Noticias de Hoy, Revista Bimestre Cubana, Información, El Comercio, Letras, Gaceta del Caribe, El Sol, El Mundo y otras publicaciones. Entre las obras dramáticas que escribió están Hacia el ideal, drama; De las Villas a la Habana, sainete; Cuando el amor muere, comedia mundana en un acto que fue insertada junto con Liberta. Es autor de La penaduría corporativa (Proyecto de reforma constitucional) (La Habana, Imp. El Siglo XX, 1914). Al morir ostentaba el cargo de cónsul general de la República. Utilizó los seudónimos El Capitán Araña y Pancho Moreira jr.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Almas rebeldes. Drama en cuatro actos. Barcelona, Librería de Antonio López, 1906. 9 Una bala perdida. Drama en tres actos. Barcelona, A. López 1907; 2a. ed. Una bala perdida [y] La hidra. La Habana, Imp. de la Compañía Cinematográfica Cubana, 1908. | La hidra. Drama en tres acto. La Habana, Imp. de la Compañía Cinematográfica Cubana, 1908. | Humberto Fabra [Novela]- París, Gemler Hermanos [1908]. 2 t. | Nanda. Alta comedia en tres actor. La Habana, Imp. de la Compañía Cinematográfica Cubana, 1908. | Liberta. Novela escénica en cuatro jornadas. Carta-pról. de Jacinto Benavente. Madrid, Imp. y Librería Médica Casa Vidal, 1911. | Entreactos [Colección de artículos]. La Habana-Madrid, Ricardo Veloso, editor- [Imp. Helénico], 1913. | Satanás. Drama en un pról. y dos actos. Madrid. Imp. Helénico, 1913. | El hombre fuerte. Drama en tres actos. Madrid, Imp. Artística, 1915. | Manual del perfecto fulanista, apuntes para el estudio de nuestra dinámica político-social. La Habana, Jesús Montero, 1916. | Tembladera. Drama en tres actos. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1918. | Coaybay. Novela. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1926; Pról. de Imeldo Álvarez García. Apéndice «Las impurezas de la reglidad», por José Antonio Portuondo. La Habana, Editorial Arte y Literatura, 1975. | Las impurezas de la realidad. Novela, Barcelona, Tipografía Cosmos, 1929. | En las manos de Dios. Drama en un pról. y dos actos. México, Botas, 1933. | Panorama de la literatura norteamericana (1600-1935). México, Eda. Boca, 1935. | Caniquí. Trinidad, 1830. La Habana, Cultural, 1936; 24 ed. La Habana, Consejo Nacional de Cultura , l936; | La voz nueva de América. Discurso de ingreso, leído por el Dr. [...], miembro electo de la Sección de Literatura, en la sesión celebrada el día 21 de junio de 1937. Discurso de contestación por el Dr. Antonio Iraizoz, miembro de la Sección de literatura. La Habana, Molino [1937]; Pról. de Noel Noveno. La Habana, Editorial Arte y Literatura, 1975. | Cartillas del aprendiz de bibliotecario. Ceiba del Agua (Habana), Imp. Escuela del Centro Superior Tecnológico del I.C.M., 1941-1942. 3 t. | El traidor. La leyenda de las estrellas. La recurva. (Teatro). La Habana, La Verónica, 1941. | Manual de biblioeconomía. Clasificación decimal, catalogación metódico-analítica Y organización funcional de bibliotecas. La Habana, P. Fernández, 1943. | FU-3001. Comedia dramática en tres actos. La Habana, Editorial Lex, 1944. | A los queridos amigos de la Sociedad Amigos de la Biblioteca Nacional [La Habana, 1945] [Texto mimeografiado].| Cartillas de aprendiz de bibliotecario. 1 (Clasificación). 2a. ed. Ceiba del Agua, Sección de Artes Gráficas de Centro Tecnológico del I.C.M., 1945.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

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La Habana, 9 (212); 2, sep. 5, 1946. | Barros y Gómez, Bernardo. «Los libros nuevos: Humberto Fabra, novela por José Antonio Ramos» y «Ramos, su personalidad y su teatro», en El Fígaro. La Habana, 25 y 29 (39 y 30): [481] y [363], sep. 26 y jul. 27, 1909 y 1913, resp.; «El teatro de Ramos», en Cuba Contemporánea. La Habana, 22 (86): 201-209, feb., 1920. | Betancourt, Gaspar. «Libros. Caniquí, J.A. Ramos», en Diario de la Marina. La Habana, 104 (209): 6, sep. 1, 1936. | Dr. Bisturí, seud. de Evelio Álvarez del Real. «El libro de Ramos. Humberto Fabra [...]», en Letras. La Habana, 2a, época, 5 (31): 410-411, ago. 29, 1909. | Bueno, Salvador. José Antonio Ramos: frustación y rebeldía» en Universidad de La Habana. La Habana, (70-72): 220-222, ene.-jun., 1947; «[José Antonio Ramos]», en su Los primeros ensayistas cubanos. Lima, Imp. Torres Aguirre [1959], p. 9. | Campos, Julieta. «Una figura de transición. José Antonio Ramos (1885)» y «José Antonio Ramos (1885)», en su La prosa en Cuba. 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La Habana, 3 (7): 144-137, jul., 1935; «Caniquí, novela de José Antonio Ramos», en Atenea. Concepción, 13, 36 (137): 218-221, nov. 1936. | Valdés Rodríguez, José Manuel. «Tembladera, un éxito del Teatro Popular» en El Mundo. La Habana, 40 (13 434): 8, sep. 5, 1943; «José Antonio Ramos», en El Mundo. La Habana, 45 (14 373): 15, ago. 29, 1946; «José Antonio Ramos y el teatro en Cuba», en Universidad de La Habana. La Habana, (70-72): 194-203, ene.-jun., 1947. | Valle, Adrián del. «Almas rebeldes, Una bala perdida, por José Antonio Ramos», en Cuba y América. La Habana, 10, 23 (20): 350, may. 25, 1907. | Velasco, Carlos de. «José Antonio Ramos», en Cuba Contemporánea. La Habana, 2, 4 (2): 154-155, feb.,1914. | Velázquez, José Sergio. «La novelística de José Antonio Ramos», en El Mundo. La Habana, 36 (1 292): 13, nov. 3, 1936.

RAMOS, Sidroc (Sancti Spíritus, Las Villas, 27.8.1926). Residió en Guantánamo, Oriente, donde terminó el bachillerato (1945). Jefe de la plana internacional del periódico Noticias de Hoy (1951-1953). Fue director de la Escuela de Instrucción Política del Partido Socialista Popular (1955-19,58). En 1958 se incorporó a la Columna 8, del comandante Ernesto Guevara, en el Escambray, donde alcanzó el grado de capitán del Ejército Rebelde. En lo F.A.R. fue profesor de oficiales. Trabajó en su Departamento de Instrucción Revolucionaria (19591962). Tomó parte en la conferencia de Punta del Este (Uruguay, 1961). Fue, además, director de la Ciudad Escolar «Camilo Cienfuegos» (1962-1965), rector de la Universidad Central de Las Villas (1965-1967) y director de la Biblioteca Nacional «José Martí» (1967-1973). Ha viajado por Egipto, los países socialistas de Europa, Europa occidental, Brasil. Ha colaborado en Última Hora, Cuba Socialista, Verde Olivo, Bohemia, Islas, Unión y Signos, así como en publicaciones extranjeras. Es director de la sección de países socialistas en el MINREX desde 1973.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Cuadragésimo año [Poesía]. La Habana, UNEAC, 1970.

Razón, La (La Habana, 1870-?; 1876-?). En la página 74 de su trabajo «Los orígenes de la prensa en Cuba» -aparecido en la Revista de la Biblioteca Nacional «José Martí» (La Habana [3ra. época] 2 (14): 67-89, ene.-dic., 1960)-, José Rivero Muñiz señala: «El primer número de este 'semanario de literatura y bellas artes' vio la luz el día 11 de diciembre de 1870, apareciendo como su director José de Jesús Márquez -el campeón del cooperativismo en sus primeros tiempos-. Más tarde el propio[Saturnino] Martínez se encargó de la dirección y no tuvo más remedio que dar la cara a sus enemigos.» Agrega Rivero Muñiz que Saturnino Martínez publicó «... en las columnas de La Razón muchas de sus poesías y los trabajos en prosa y versos de sus amigos y colaboradores Francisco M. de Acosta, Francisco de P. Gelabert, Julio Rosas [seud. de Francisco Puig y de la Puente], Carlos Rafael, Fernando Urzáis, Gerónimo Sanz y Gabriel Zendeguí [sic], en su mayoría figuras bien conocidas en la literatura patria gracias a sus indiscutibles méritos»; para concluir señala «que en su primera etapa no disfrutó de larga vida y que fue un periódico esencialmente obrero». El 23 de julio de 1876 reapareció como «Periódico de literatura, ciencia, artes, mercantil, noticias y anuncios», bajo la dirección de J[osé] de J[esús] Márquez. Salía semanalmente. En su prospecto expresa que «... no hemos titubeado en aceptar la idea de dar a luz un periódico que lleva por lema moralidad e instrucción». Desde el tercer número (que apareció con fecha 20 de agosto, luego de no publicarse desde el 30 de julio) cambió su subtitulo por el de «Semanario económico mercantil, de ciencias, literatura y noticias. Dedicado a los artesanos», y a partir del ejemplar correspondiente al 5 de enero de 1879 toma el de «Semanario político dedicado a los artesanos». Reflejó en sus páginas los problemas, actividades, huelgas e intereses de los artesanos. Además, brindó amplias noticias sobre la economía del país y sobre el movimiento obrero mundial. En general, sus poesías, cuentos, noticias, artículos y otros trabajos fueron dedicados a los trabajadores y a la mujer humilde. Además, presentó trabajos sobre crítica literaria o libros publicados recientemente. Hizo énfasis en reflejar la prensa de su época. Colaboraron en sus páginas Saturnino Martínez, Antonio Sellén, Ángel Mestre y Tolón, Aurelia Castillo de González, José Fornaris, F. A. Pérez Carrión, José E. Triay, Ramón VéIez Herrera, Luis Victoriano Betancourt, Alfredo Torroella, Teodoro Guerrero, Emilio Blanchet, Mariano Ramiro, Francisco de Figueroa, J. Fernindez Tripland, José Manuel Gutiérrez Zamora, Juvenal, Harmodio, Violeta, El artesano, El tabaquero, Heliana y otros. El último ejemplar (número 385) corresponde al 30 de diciembre de 1883.

BIBLIOGRAFÍA

Roigs, E. «La Razón», en La Razón. La Habana, (44): 3, jun. 2, 1877.

REAL SEMINARIO DE SAN CARLOS Y SAN AMBROSIO En sus orígenes, este establecimiento religioso-docente fue llamado Colegio de San Ambrosio, establecido en 1689 por el obispo Diego Evelio de Compostela con el fin de educar a doce niños pobres para posteriormente hacerlos sacerdotes. El sucesor de Compostela, don Jerónimo Valdés, llegado a La Habana en 1707, mejoró notablemente el Colegio al dotarlo de nuevas cátedras como las de filosofía, moral y cánones. El colegio adquirió el rango de seminario, con el nombre de Colegio Seminario de San Carlos, por el del monarca español Carlos III. Una vez expulsados los jesuitas de La Habana en 1767, el Colegio ocupó el edificio que éstos habían edificado, y ya a partir de 1773, gracias a la iniciativa del obispo Santiago José de Hechayarría, se convirtió en Real Seminario de San Carlos y San Ambrosio. Los mayores progresos que alcanzó esta verdadera institución cultural se lograron cuando el obispo Juan José Díaz de Espada y Landa se hizo cargo del arzobispado en 1802, cargo que desempeñó hasta su muerte en 1832. Introdujo el obispo un gabinete de física, clases de esta ciencia, así como de química y botánica. Se convirtió así, como señala Emilio Roig de Leuchsenring en la página 181 del tomo 3 de su obra La Habana. Apuntes históricos (La Habana, Consejo Nacional de Cultura, 1964) «en establecimiento de enseñanza general, y de la más alta calidad, no meramente eclesiástico, haciéndole vivir [el obispo Espada] su período más brillante y trascendental para el desarrollo de nuestra cultura, hasta el punto de que habiendo sido fundada con anterioridad la Universidad de La Habana, por muchos años fue el Seminario el centro principal del saber en Cuba, el más docto a la vez que el más progresista, excepcional así por la excelencia y novedad de sus enseñanzas como por la extraordinaria ilustración y la apostólica consagración de los grandes maestros que en él profesaron...» En efecto, ocuparon cátedras en el Real Seminario, entre otros destacados intelectuales y pensadores cubanos, el padre José Agustín Caballero, Félix Varela -quien además de desempeñar la cátedra de Filosofía se ocupó de la de Constitución, creada a iniciativas de la Sociedad Económica de Amigos del País en 1820, como consecuencia de haber sido restablecida en España la Constitución liberal de 1812-, José Antonio Saco, quien reemplazó a Varela en la cátedra cuando éste fue a España como diputado a Cortes; José de la Luz y Caballero, Nicolás Manuel Escobedo y Bemardo O'Gavan. Posteriormente, el seminario fue estrechando los amplios marcos culturales que había logrado alcanzar y su carácter se redujo a lo que fue en sus inicios; o sea, un establecimiento dedicado a la preparación de sacerdotes.

BIBLIOGRAFÍA

Bachiller y Morales, Antonio. «Real Colegio de San Carlos y San Ambrosio de La Habana», en su Apuntes para la historia de la letras y de la instrucción pública en la isla de Cuba. T. 1 | «Bibliografía de Antonio Bachiller y Morales», por Vidal Morales y Morales. La Habana, Academia de Ciencias de Cuba. Instituto de Literatura y Lingüística, 1965, p. 283-296. | Rosain, D. «La Habana antigua. Seminario San Carlos», en Cuba y América. La Habana, 15 (31): 11, jul. 6, 1912.

REALISMO Más que una escuela literaria enmarcada en determinado período histórico, el realismo resulta una constante en nuestra literatura y particularmente en su narrativa, en cuyas primeras manifestaciones aparecen elementos realistas que, al coexistir con otros propios del romanticismo, tornan espinosa la clasificación al investigador literario. De este modo, junto a obras como Matanzas y Yumurí (1837), de Ramón de Palma, Antonelli (1839), de José Antonio Echeverría, o los primeros relatos de Cirilo Villaverde -todas de muy marcado sabor romántico»-, encontramos otras en que los elementos realistas van haciéndose sentir. Así, en novelas de indudable filiación romántica como El cólera en la Habana (1838) y Una Pascua en San Marcos (1839), del propio Palma, Sab (1841), de Gertrudis Gómez de Avellaneda, y muy especialmente en Francisco de Anselmo Suárez y Romero -concluida en 1839, pero no publicada hasta 1880-, donde la idílica presentación de los desgraciados amores de Francisco y Dorotea contrasta con las escenas de la penosa vida de los esclavos en los barracones y los castigos inhumanos que les eran infligidos por parte de sus mayorales, descritas con gran crudeza. Esta coexistencia de elementos de ambas normas estéticas -la romántica y la realista-, que tan tempranamente se inicia, caracteriza buena parte de nuestra narrativa decimonónica y perdura hasta los inicios del presente siglo, como se aprecia en las novelas de Álvaro de la Iglesia (Una boda sangrienta; o, El fantasma de San Lázaro, 1900; La bruja de Atarés; o, Los bandidos de la Habana, 1901, etcétera), en las del propio Martín Morúa Delgado (La familia Unzúazu, 1901) con caracteres similares a los de Sofía, (de 1891), introductor entre nosotros del naturalismo francés, o en las de Emilio Barardí (Vía Crucis, 1910-1914; Doña Guiomar, 1916-1917).

     Mas, hecha esta observación fundamental, resulta incuestionable que dadas la influencia imperativa de las distintas literaturas, que fue dejándose sentir en nuestro medio, y en especial la coyuntura histórica particular condicionadora de la producción literaria cubana en el siglo XIX, a partir de la segunda mitad de ese siglo la narrativa fue encaminándose cada vez más decididamente por la senda realista, al punto de que sus obras más logradas constituyen en ocasiones verdaderos documentos de valor inapreciable para la comprensión plena del proceso evolutivo del pensamiento político y de las costumbres de nuestro pueblo.

     Acontece, pues, que como consecuencia del agudizamiento de las contradicciones en el seno de la sociedad y del paulatino despertar de la conciencia nacional, forjado por Pensadores de la talla de Félix Varela, José de la Luz y Caballero o José Antonio Saco -quienes sin alcanzar a explicarse científicamente la verdadera causa de los males que afligían a Cuba adquirieron conciencia de ellos, los denunciaron en sus escritos y supieron preparar el camino para la acción libertadora de las generaciones venideras-, la actitud de los escritores se hace cada vez más radical y se enfocan día a día con mayor rigor crítico los problemas nacionales. Ejemplo elocuente de la gran repercusión que produjo en la conciencia social la Memoria sobre la vagancia (1832), de José Antonio Saco, lo constituye la novela de José Antonio Betancourt Una feria de la Caridad en 18... - (1856), también ligada a moldes románticos en la que se describe con acierto la sociedad camagüeyana de la época de El Lugareño (seud. de Gaspar Betancourt Cisneros). Esta toma de conciencia de nuestra cubanía, esta indagación en nuestro modo de ser se irá expresando, paralelamente a la narrativa, a través de la obra de los mejores escritores costumbristas (El Lugareño, José Victoriano Betancourt, Luis Victoriano Betancourt, José María Cárdenas y Rodríguez, Francisco de Paula y Gelabert). Ésta encuentra su expresión de conjunto más acabada en las colecciones Los cubanos pintados por sí mismos (1852) y Tipos y costumbres de la Isla de Cuba (1881), ilustradas ambas por Víctor Patricio Landaluce (véase COSTUMBRISMO).

     En la narrativa, junto al folletín romántico del corte de las novelas de Eugenio Sue, como Los misterios de La Habana (1879), de Pedroso de Arriaza, va surgiendo una literatura más honda, más cardinalmente enraizada en la problemática nacional, que irá hurgando en nuestra realidad por distintas vías. Así, aunque languideciendo, continúa cultivándose la novela antiesclavista. En 1875 publicará Antonio Zambrana en Chile El negro Francisco, inspirada en la novela de Anselmo Suárez y Romero. Francisco Calcagno escribió Romualdo o uno de tantos (1891), secuestrada por el gobierno español, y Julio Rosas (seud. de Francisco Puig y de la Puente), La campana del ingenio (1883-1884). Son todas ellas novelas de escasa o nula calidad literaria, que nada añaden a lo mucho que habían aportado en esa directriz con anterioridad Suárez y Romero y la Avellaneda. De mucha mayor importancia al resulta la aparición de una novela que con negros tintes y en forma satírica irá desarrollando un tema -el súbito encumbramiento de un personaje por vías inescrupulosas- que constituirá una verdadera denuncia del estado de corrupción social imperante Entre los escritores de cierta importancia a Ramón Piña, con sus novelas Gerónimo el honrado (1857) e Historia de un bribón dichoso (1860), el que inaugura este tema; lo continúa un escritor mejor, Nicolás Heredia, en su primera novela Un hombre de negocios (1883); lo culmina Ramón Meza, autor de una de las novelas más 1ogradas escritas entre nosotros en el siglo XIX: Mi tío el empleado (1887).

     Pero la obra que sintetizaría las corrientes principales de nuestra novelística del siglo XIX y vendría a darnos una visión totalizadora de la sociedad reflejada en ella (1812-1831), es Cecilia Valdés (1882), de Cirilo Villaverde, quien resulta el autor que mejor ejemplifica en su obra la conjunción de elementos románticos y realistas que hemos dejado señalada. Esta unión de elementos se observa en novelas como La joven de la flecha de oro (1841), El guajiro (1842), La peineta calada (1843), Dos amores (1843), El penitente (1844), La tejedora de sombreros de yarey (1844-1845) y sobre todo Cecilia Valdés, verdadero centro de su obra novelística, que pese a toda la suerte de reparos imputables es el más realista tableau de la sociedad decimonónica cubana que nos haya sido legado por nuestras letras.

     Con Amistad funesta (1885), de José Martí, hace su aparición el modernismo en la novela de habla hispana. Seis años más tarde lo hará el naturalismo entre nosotros con Sofía, de Martín Morúa Delgado. A lo largo del siglo XX se irán sucediendo los distintos «ismos» literarios, pero el carácter realista de nuestra narrativa permanece como una constante, aunque no han faltado incursiones en el campo de la literatura puramente imaginativa, por lo general desasida de su circunstancia social, como es el caso de la cuentística de Arístides Fernández, de los narradores del Grupo Orígenes, de los cultivadores de la llamada «ficción científica», ya en el período revolucionario. En nuestros días ha teorizado en defensa del realismo el más importante de los narradores cubanos contemporáneos, Alejo Carpentier, quien en el prólogo de su novela El reino de este mundo (1949) opone al llamado «realismo mágico» su concepción de lo «real maravilloso». La casi totalidad de los creadores, entre los cuales se cuentan aquellos que pertenecen a los más jóvenes promociones de escritores, producen obras de filiación decididamente realista y no desdeñan la ganancias aportadas por el desarrollo evolutivo de los distintos géneros en el presente siglo el ensanchamiento de la concepción del realismo.

Recreo Literario (La Habana, 1837-1838). Colección escogida [sic] de novedades científicas, cuadros históricos, artículos de costumbres y misceláneas jocosas con el título de [...]. Publicación que corresponde a la segunda serie de la Biblioteca selecta de amena instrucción. Comenzó la salir en el segundo semestre de 1837, dirigida por Mariano Torrente. Publicó doce tomos. Esa su prospecto, el director define la revista al expresar: «Que presumiendo que por haber recargado de demasiada doctrina mi primera empresa, desearán mis lectores no tener que fatigar tanto su entendimiento en la segunda i [sic] recibirla más bien como objeto de deleite que como sería meditación, adaptaré de preferencia artículos de costumbres, que son el espejo de la vida; cuadros históricos, que son la mejor escuela del hombre, variedades teatrales que son en el día el tipo de buen gusto: i [sic] misceláneas jocosas que disipan el mal humor aún del más tétrico misántropo, sin dejar de sembrar de trecho en trecho sustanciales semillas de instrucción científica i [sic] literaria.» Añade, además: «...podré tener a mis lectores al corriente de cuanto se publica de más interesante en toda la Europa culta, ahorrándoles el ímprobo trabajo, i los inmensos gastos que sufrirán si quisieran recurrir a las fuentes originales [sic]». La revista cumplió sus propósitos, pero nunca trató sobre temas cubanos. Muchos de sus trabajos o artículos fueron reproducciones de la prensa extranjera. Termina su salida con el tomo 12, en el cual publicó su índice general.

BIBLIOGRAFÍA

Almaviva, seud. de ?. «Recreo Literario», en El Noticioso y Lucero. La Habana, 5 (308): [2] nov. 5, 837. | LL.EE. «Recreo Literario por Don Mariano Torrente. Cuaderno tercero», en El Noticioso y Lucero. La Habana, 5 (336): [3] dic. 4, 1837; «Recreo Literario [...]», en El Noticioso y Lucero. La Habana, 6 (18): [2-3] ene. 18, 1838. | Varios suscriptores. «Comunicados. Recreo Literario por D. Mariano Torrente», en Diario de la Habana. La Habana, (221): 1-2, ago. 9, 1838.

Redención (La Habana, 1932-1933; 1935; 1946-[1947?]). Órgano oficial de la Milicia Martiana Nacional. Revista. Empieza su segunda época, con una periodicidad mensual, en septiembre de 1946, bajo la dirección de Ángela Grau Imperatori. Antonio Llano Montes fungía como jefe de redacción. En el «Editorial» de ese primer número se expone que «vio la luz por primera vez en 1932 y continuó publicándose en 1933; surgió de nuevo en el exilio después de la 'huelga de marzo de 1935'. Su propietario y fundador, Vicente Grau Agüero, la inscribió al nacer como 'Vocero que luchará por la abolición de la Enmienda Platt' y hoy vuelve a publicarse». No se ha podido consultar ningún ejemplar anterior a 1946. Era una publicación variada en la que predominaban los trabajos sobre Martí y temas históricos, aunque incluía también la actualidad nacional, deportes y artículos sobre educación, literaturas, arte y notas culturales. Publicó poemas de Bonifacio Byrne y de Miguel de Varona. Colaboraron en sus páginas Gustavo Torroella, Raimundo Lazo, Herminio Portell Vilá, Mariano Florit, Roberto Garriga, René Ray Rivero, Surama Ferrer, entre otros. El último ejemplar encontrado (número 12 de la segunda época) corresponde a agosto de 1947.

Reflejo, El (La Habana, 1856). «Publicación semanal de literatura, con litografías», se lee en la cubierta correspondiente a la quinta entrega, que tiene fecha 8 de octubre de 1856. Fueron su director y editor, respectivamente, Fernando Pié y Faura y M. de San Pedro del Álamo. Las restantes entregas que forman la colección revisada no poseen cubierta, por lo que no puede determinarse con exactitud la fecha en que comenzó a publicarse, aunque se supone que haya sido con posterioridad al 30 de agosto de dicho año, fecha que aparece al pie de la «Introducción»» con que se abre la primera entrega. En ese texto introductorio se señala: «Ya dijimos en el prospecto de esta publicación los nombres de los conocidos escritores de quienes esperábamos esas útiles y bellas concepciones que, con muestras de honroso aprecio, acogen siempre los amantes del talento, en los diversos periódicos que se dignan proteger, y hoy podemos asegurar la cooperación que tanto anhelábamos, para el buen logro de nuestras ideas. El dulcísimo Mendive nos regalará sus blandos himnos: Vélez, el decano de los poetas de Cuba, nos cederá sus inspiradas odas y sus fáciles romances: Luaces, que con tanto ardor estudia a Anacreonte, nos escribe las ligeras estrofas que se consagran a Baco y al Amor [...].» Y continúan nombrando otros colaboradores, como «... Felicia [Auber de Noya?] Poey, Lembeye, Costales, Zambrana, Guridi y otros [...]». Publicó poemas, cuentos, artículos morales, notas biográficas, apuntes sobre viajes y trabajos traducidos del inglés. Además de los colaboradores que anunciaban, quienes efectivamente publicaron allí sus trabajos, figuran las firmas de Antonio Sellén, Rafael A. Toyrail, Tristán [de Jesús] Medina y Felipe López de Briñas. Al final de la última entrega revisada (que suponemos sea la cuarta), se dice en una nota firmada por Pié y Faura, fechada el 26 de octubre de 1856: «Convencidos con el Sr. Editor o único dueño de este periódico, del cual nos encomendó la dirección y redacción solamente, por cuatro entregas, cuyo número se completa en la presente, y las que continuará dando a luz más adelante por hallarse en la actualidad entendiendo en asuntos de importancia que reclamen su presencia en diversos puntos retirados de esta ciudad, causa por la que nos abstuvimos hasta ahora de consagrar nuestras tareas a otra publicación de nuestra exclusiva [sic] propiedad y de la misma especie titulada El Mensagero [sic], esperamos que los Sres. suscritores [sic] de El Reflejo admitan la anterior, que sin demora recibirán y donde se insertarán los filosóficos y aún no concluidos artículos [sic] Sr. Pbro. D. Rafael A. Toymil, las comenzadas Críticas literarias y la novela (el final) que lleva por nombre Tragedia indiana.» A pesar de lo expresado, todo indica que salió, por lo menos, una quinta entrega -a la que ya hicimos mención-, aunque no se explica la diferencia de fechas entre la misma y la nota firmada por Pié y Faura a la que acabamos de aludir. El Mensajero, subtitulado «Periódico semanal de amena literatura», dirigido por F[ernando] Pié y Faura, ofreció su primer número (único localizado) el 2 de noviembre de 1856. El director apuntaba en un artículo inicial, entre otras cosas, lo siguiente: «El Mensajero, cada vez que se coloque en vuestras manos, os mostrará en sus páginas las sabias lecciones del sacerdote, los himnos del poeta, los principios correctivos del moralista, las curiosas observaciones del naturalista, las opiniones ilustradas del crítico, los variados escritos del literato, por último, y aún tal vez los humildes pensamientos del aplicado joven que oye obediente los consejos de la experiencia [sic] y de la instrucción. ¿Qué más os podemos brindar? ¿Queréis ciencias? -¿Queréis arte?- Las tendréis sin duda.» Las colaboraciones aparecidas -poemas, crítica literaria y un artículo sobre moral- aparecen firmadas con los seudónimos El Triste, Malarrabia y Octavio.

Reforma Social, La (La Habana, 1914-[1916]; New York, 1917-[1921?]). Revista mensual de cuestiones sociales, económicas, políticas, parlamentarias, estadísticas y de higiene pública. El primer número correspondió al mes de abril. Era dirigida por Orestes Ferrara. Como su subtítulo lo indica, fue una publicación de contenido variado: sobre la guerra europea, trabajos históricos, sobre religión, asuntos lexicográficos, en algunas ocasiones temas literarios, datos y cuadros estadísticos, leyes, decretos y documentos, medicina, sanidad, artículos de carácter legislativo, etcétera. Mantuvo las secciones «Bibliografía», que reseñaba los últimos libros aparecidos, tanto en Cuba como en el extranjero, y «Revista de publicaciones periódicas», dedicada a comentar las últimas revistas recibidas. Figuraban entre sus colaboradores Fernando Ortiz, Manuel Márquez Sterling, José Antonio González Lanuza, Raimundo Cabrera, Antonio L. Valverde, Adrián del Valle, Israel Castellanos, Carlos de Velasco y Alfredo Zayas. El último número visto corresponde a julio de 1916. León Primelles señala en la página 352 de su Crónica cubana. 1915-1918 (La Habana, Editorial Lex, 1955) que «Reanudó su publicación en New York en octubre» de 1917, aún bajo la dirección de Ferrara. Igualmente la menciona en el año 1918. Refiere Primelles en la página 214 de su Crónica Cubana. 1919-1922 (La Habana, Editorial Lex, 1957) que «...desaparece La Reforma Social [en 1920] [y] que aunque se sigue publicando en New York, no debe ya considerarse una revista cubana». Igual comentario hace en 1921, pero no la menciona ya en 1922. De esta etapa en Nueva York no se ha consultado ningún ejemplar.

BIBLIOGRAFÍA

Lescano Abella, Marco. «La revista del doctor Ferrara», en Universal. La Habana, 3 (70): 19, may. 3, 1914.

Regañón, El (La Habana, 1859-[1860?]). Periódico dominical de ciencias, literatura, artes y satírico-burlesco, con caricaturas y grabados. Comenzó a publicarse el 2 de octubre. En su introducción se expresa: «Por tercera vez sale al público el Regañón. Sus desapariciones de la escena fueron accidentales y no definitivas como vemos que sucede generalmente a muchos periódicos en la Habana.-Pero como quiera que sea, el Regañón, ajustándose a todas las medidas y circunstancias, vuelve a presentarse al público, de esta capital, con el mismo nombre, que es ya muy significativo para ciertas personas; y en cada domingo, según su primera costumbre. En cuanto a lo esencial del papel, que es lo principal, protestan desde luego los redactores no apartarse ni un punto de sus sanas ideas, ya manifestadas desde la primera publicación del periódico. La crítica literaria será el objeto principal de sus tareas, atento siempre, a la manera de las Vestales, en conmemorar el buen gusto de las letras, como aquellas en conservar el fuego del templo a que estaban consagradas.» Publicó relatos, poesía y artículos sobre literatura y publicaciones periódicas cubanas. Aparecieron en sus páginas artículos de interés cultural y trabajos de crítica literaria sobre poetas cubanos. También bosquejó parte de las actividades de la Real Universidad Literaria de la Habana y del Colegio del Salvador. En sus páginas aparecieron las firmas de Joaquín Lorenzo Luaces, José Fornaris, Ramón Vélez, F[ernando] Saavedra, F[ernando] V[aIdés] Aguirre, Carlos Navarrete y Romay, José A[gustín] Quintero, Antonio Cartas, T. Segura, Fernando Garrido, Miguel Morayta, Ignacio Moré, Enrique Horstmann, Alejandro Tapia y Rivera, Felipe López de Briñas, Gargantúa (seud. de Enrique Piñeyro), Julio Rosas (seud. de Francisco Puig y de la Puente), Adolfo de la Azucena (seud. de Juan Clemente Zenea), El músico ciego, Cubafilo y otros autores. El último ejemplar encontrado corresponde al 4 de marzo de 1860.

Regañón de la Havana, El (La Habana, 1800[18011). Periódico que comenzó a publicarse el 30 de septiembre. Lo fundó Buenaventura Pascual Ferrer, quien además fue su propietario y único redactor, según afirma Joaquín Llaverías en las páginas 232 y 235 del tomo 1 de su Contribución a la historia de la prensa periódica (La Habana, Talleres del Archivo Nacional de Cuba, 1957). En sus propósitos, que Llaverías reproduce en su obra antes citada, expresa lo siguiente: «Dará a luz muchos rasgos de literatura, así Nacionales como Extranjeros, que se traducirán, los más interesantes y raros, que posee, extractados de las mejores obras, que se han publicado en Europa: Hará una crítica juiciosa, y arreglada de los usos, costumbres, y diversiones públicas de esta ciudad, y de los monumentos de las bellas Artes, que en ella existen: Censurará mensualmente todos los Discursos, que se dan a la luz en los diversos Periódicos que se han publicado: Finalmente demostrará a los que no lo sepan, el verdadero camino del buen gusto en las Ciencia y Artes.» Salía los martes. Según señala el propio Llaverías en la página 237 de su obra antes citada, al ausentarse de la Isla Ferrer, se publicó, a partir del 3 de marzo de 1801, bajo la dirección de José Antonio de la Ossa y con el título de El Substituto del Regañón. Bajo este título salió hasta el 27 de octubre del mismo año. Reaparece de nuevo El Regañón de la Havana el 3 de noviembre de 1801 y continúa ocupándose de la dirección y redacción del Periódico Buenaventura Pascual Ferrer. Mantuvo en su trayectoria dos secciones: la primera dirigida «Al Señor Público», y la otra «Mesa Censoria», que se denominó más tarde «Tribunal Censorio». Fue un periódico dedicado a la crítica, a través de la cual reflejó los hábitos, vicios costumbres y educación. Además, publicó los progresos de la ciudad, críticas sobre algunos temas tratados en las publicaciones periódicas y sobre el teatro y espectáculos públicos de la época. Por tales críticas, se suscitaron en sus páginas algunas polémicas. No publicó anuncios. Ferrer firmó sus trabajos bajo el seudónimo de El censor mensual y El censor general, y De la Ossa con el de El censor substituto. Otros autores se ocultaban tras los seudónimos La avergonzadora de los hombres y Liborio de Tirteafuera. El último número encontrado corresponde al 29 de diciembre de 1801, pero Joaquín Llaverías señala en la página 239 de su obra antes citada, que salió hasta el «13 de abril de 1802, número con el cual se despidió del público de esta manera: 'Ha llegado ya el tiempo de que se concluya el Tribunal censorio que tanto ha dado que hacer a los escritorcillos y poetas que han danzado en la literatura de esta ciudad. El Regañón y censor general que los dirigía está próximamente a marcharse por la capital del reino de España...'». Por su parte, Carlos M. Trelles ofrece, en la página 5 del tomo 1 (1820-1825) de su Bibliografía cubana del Siglo XIX (Matanzas, Imp. de Quirós y Estrada, 1912), el 27 de abril de dicho año como la fecha en que apareció el último número. Antonio Bachiller y Morales también señala en la página 195 del tomo 2 de su obra Apuntes para la historia de las letras y de la instrucción pública en la Isla de Cuba (La Habana, Academia de Ciencias de Cuba. Instituto de Literatura y Lingüística, 1971) que se publicó hasta 1802, pero sin precisar día exacto. Recogida y prologada por José Lezama Lima se publicó una antología de artículos titulada El Regañón y El Nuevo Regañón (La Habana, Comisión Nacional Cubana de la UNESCO, 1965).

BIBLIOGRAFÍA

Lezama Lima, José. «Don Ventura Pascual Ferrer y El Regañón», en su La cantidad hechizada. La Habana, UNEAC, 1970, p. 189-212. || Llaverías, Joaquín. «[El Regañón de la Havana]», en su Contribución a la historia de la Prensa Periódica. T. 1. Prefacio de Emeterio S. Santovenia. la Habana, Talleres del Archivo Nacional de Cuba, 1957, p. 232-243 (Publicaciones del Archivo Nacional de Cuba, 47). || «El Regañón de la Habana [I] y [II]», en El Triunfo. La Habana, 1 (19 y 20): 2-3 y 2-3, jul. 23 y 24, 1878. || Roig de Leuchsenring, Emilio. «El Regañón de la Havana y El Regañón Substituto», en su La literatura costumbrista cubana de los siglos XVIII y XIX. T. 3. La Habana, Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, 1962, p, 5-101 (Colección histórica cubana y americana, 25).

Regla Literaria (Regla, La Habana, 1882-?). Periódico quincenal. Comenzó a salir en agosto, bajo la dirección de Manuel González Marrero. Lo redactaron Carlos Rafael [Tipcomb] y Juan Balloveras [Martínez]. En sus propósitos expresan: «Los que suscriben, guiados tan solo por el deseo de reunir a todos los que en este pueblo se dedican al cultivo de las letras y con el objetivo de desvanecer la opinión infundada de que esta población es refractaria a toda idea elevada y civilizadora, tratan de fundar un periódico quincenal, exclusivamente consagrado a las letras y las artes, con el título Regla Literaria,» Publicó poesías, artículos literarios y de interés general. Además, brindó noticias culturales de la ciudad y de La Habana. Colaboraron en sus páginas Mariano Fernández, J. Mayol, Genato J. Saens, Lorenzo B. Flores, Manuel Cádiz, D[iego] V[icentel Tejera, Manuel N. y otros. El último ejemplar encontrado corresponde a septiembre de 1882.

REMOS Y RUBIO, Juan José (Santiago de Cuba, 8.4. 1896- ¿ , 21.9.1969). En la Habana cursó la primera enseñanza y el bachillerato. Fundó la Sociedad de Estudios Artísticos. Se doctoró en Filosofía y Letras en la Universidad de la Habana. Se graduó en la Escuela Profesional de Periodismo. En 1914 dirigió la revista Arte. En 1917 ocupó la Sección de Bellas Artes del Ateneo de la Habana. Ganó por oposición, ese mismo año, la cátedra de gramática y literatura castellanas en el Instituto de Segunda Enseñanza de la Habana. Fue profesor de estética de la música en el Conservatorio Nacional. Durante la presidencia de Laredo Bru estuvo al frente de la Secretaría de Estado y representó a Cuba en la Conferencia Internacional Panamericana de Lima.. En 1929 dirigió la revista Ideas. Entre 1936 y 1940 ocupó los cargos de ministro de defensa nacional, de relaciones exteriores y de educación. Fue delegado permanente de Cuba ante la UNESCO. Ocupó el cargo de embajador extraordinario y plenipotenciario para asuntos culturales. Fue embajador de Cuba en España. Asistió como delegado a diversos encuentros internacionales, como la Primera Conferencia del Caribe (La Habana, 1939), el IV Congreso del Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana (La Habana, 1940), el Primer Congreso de Academias de la Lengua Española (México, 1951). Era miembro de la Academia Nacional de Artes y Letras, de la Academia Cubana de la Lengua, individuo de número de la Academia de la Historia de Cuba y miembro correspondiente de diversas instituciones culturales extranjeras. Colaboró en Universidad de la Habana, Revista Cubana, Diario de la Marina y en la Revista de Indias, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, de Madrid. Es autor de la Antología comentada de textos españoles e hispanoamericanos (La Habana, 1926), para uso de institutos y escuelas normales. Dirigió, con Ramiro Guerra, Emeterio S. Santovenia y José Manuel Pérez Cabrera, la Historia de la nación cubana, en 10 volúmenes, para la que escribió ocho monografías. Fue uno de los asesores del gobierno de Fulgencio Batista. Después del triunfo de la Revolución abandonó el país y se trasladó a Estados Unidos donde siguió vinculado a Batista y a grupos contrarrevolucionarios. Utilizó los seudónimos Falstaff y El duque de Saint-Simon.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Adaris. Drama romántico en 3 actos y 8 cuadros. Juicio-pról. de José A. Rodríguez García [La Habana], Casa Editorial Arte, 1916. || Curso de historia de la literatura castellana. La Habana, Imp. de Álvarez, López, 1918-1919; 2ª. ed. corr. y aum. La Habana, Imp. López, Prado y Fernández, 1920; Pról. de Mariano Aramburu. 3ª. ed. corr, y aum. La Habana, Librería Cervantes, 1922; 4ª. ed. Refundida. La Habana, Cultural, 1928. || Discurso pronunciado en el reparto de premios a los alumnos del plantel Concepción Arenal celebrado en el Teatro Nacional el día 3 de septiembre de 1922. La Habana, Ponce, 1922. || Juan Montalvo. La Habana, Imp. Los Rayos X, 1922. || Programa de las cátedras de gramática castellana, literatura preceptiva, literatura castellana y literatura cubana y de un curso especial sobre Cervantes. Explicados por [...]. La Habana, Rambla Bouza, 1924. || Discurso pronunciado con motivo de la entrega del título de muy ilustre otorgado por S. M el rey de España al Centro Gallego de La Habana, el 21 de diciembre de 1924. La Habana, Fouce y Guerra, 1925 || Historia de la literatura cubana. T. 1. La Habana, J. Albela, 1925. || Las ideas estéticas de Lipps. La Habana, Imp. El Fígaro, 1925. || El genio de Esteban Borrero Echevarría en la vida, en la ciencia y en el arte. Discurso de ingreso como miembro de número de la Sección de Literatura leído por [...] en la sesión solemne celebrada por la Academia Nacional de Artes y letras la noche del 27 de marzo de 1930. Discurso de contestación por Ramón A. Catalá. La Habana, Imp. Avisador Comercial, 1930. || Resumen de historia de la literatura cubana, para uso de institutos y escuelas normales. La Habana, Tipos-Molina, 1930; 2ª. ed. corr. [La Habana], 1945. || Tendencias de la narración imaginativa en Cuba. La Habana, Casa Montalvo-Cárdenas, 1935. || Discurso en el acto de Constitución del Consejo de Dirección de la Asociación [de escritores y artistas americanos] efectuado el día 18 de agosto de 1937. La Habana, Imp. El Score, 1937. || Discursos: 1936-37. Pról. y notas de Leopoldo Zarragoitia Ledesma. La Habana, Casa Montalvo Cárdenas [1937]. || Doce ensayos. La Habana, Molina, 1937. || Micrófono. La Habana, Imp. Molina, 1937. || El día de la cultura americana. Discurso en el acto solemne de constitución de los Institutos de Cultura de América, en el salón de recepciones de la secretaría de Estado de la República cubana, el día 13 de octubre de 1930. La Habana, El Siglo XX, 1938. || Espíritu de América. La Habana, Cárdenas, 1941. || Hombres de Cuba. La Habana, Cárdenas, 1941. || Individualismo de Chopin. La Habana, Cárdenas, 1941.|| La obra literaria. Estética y técnica La Habana, Imp. P. Fernández, 1941. || Rodó, apóstol de la esperanza. La Habana, Cárdenas, 1941. || Panorama literario de Cuba en nuestro siglo. La Habana, Cárdenas, 1942. Los poetas de Arpas amigas. Cursillo de seis disertaciones. Palabras iniciales de José M. Chacón y Calvo. La Habana, Publicaciones del Ateneo de la Habana, 1943. || Historia de la literatura cubana. Pról. de José María Chacón y Calvo. La Habana, Cárdenas, 1945. 3 t. || La cátedra creadora. La Habana, Imp. Ramiro F. Moris, 1946. || En torno a José Antonio Ramos y su labor como novelista [La Habana], Revista Ibero-americana, 1947. || Proyecciones de la biografía y su presencia en la literatura cubana. Discursos leídos en la recepción pública del Dr. [...] el día 16 de mayo de 1949. Contesta en nombre de la Corporación el Dr. José María Chacón y Calvo. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1949. || La bandera en la emoción de nuestros poetas. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1950. || San Martín, el austero, La Habana, Imp. El Siglo XX, 1950. || La emoción histórica en la prosa de Martí. La Habana, Academia de la Historia de Cuba, 1951. || El general Miró Argenter, guerrero y cronista de la invasión. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1952. || Historiadores del 68. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1952. || Deslindes de Martí. La Habana, Tip. J. Suárez, 1953. || Hidalgo, el fundador. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1953. || El 10 de otubre de 1868. La Habana, Academia de la Historia de Cuba, 1955. || Un héroe de tres guerras y un constructor en la paz: el general Emilio Núñez. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1955. || Historiadores de Cuba. La Habana, Editora Biblioteca Nacional, 1955. || La personalidad de Nicolás Heredia y su obra polémica. La Habana, P. Fernández, 1955. || La unidad de América por la cultura. Pról. de Francisco Ichaso. La Habana, Comisión Nacional Cubana de la UNESCO, 1955. || Colonia y protesta. (Vetas del proceso cubano en sus luchas por la independencia). La Habana, Sociedad Colombista Panamericana, 1956. || Ensayos literarios. Madrid, Talleres ARO, 1957. || Persiles. De Anales Cervantinos. T. 5. 1955-56. Madrid, Imp. Vda. de Galo Sáez, 1957. || Por tierra de Galicia, Vigo (España), Casa de América, 1958. || Proceso histórico de las letras cubanas. Madrid, Eds. Guadarrama, 1958.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Arango, Rosita. «Deslindes de Martí en Diario de la Marina. La Habana, 122 (56): 64, mar. 7, 1954. || Arroyo, Anita. «Reflejos. Ensayos literarios de Remos», en Diario de la Marina. La Habana, 126 (107): 4-A, may. 6, 1958. || Ballagas, Emilio. «La obra literaria del Dr. Remos», en Revista Cubana. La Habana, 15: 223-225, ene.-jun., 1941. || «Bibliografía del Doctor Juan J. Remos y Rubio», en Discursos leídos en la recepción pública del Dr. Juan J. Remos y Rubio el día 16 de mayo de 1949. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1949. || Carbonell, José Manuel. «Juan J. Remos y Rubio (1896)», en su La oratoria en Cuba. Recopilación dirigida, prologada y anotada por [...]. T. 4. La Habana, Imp. Montalvo y Cárdenas, 1928 (Evolución de la cultura cubana. 1608-1927, 10). || Catalá, Ramón A. «Discurso de contestación al de ingreso del Dr. Juan J. Remos, como miembro de la Sección La Literatura, leído por el Académico Dr. Ramón A. Catalá, en la sesión solemne celebrada el día 27 de marzo de 1930», en El genio de Esteban Borrero Echevarría en la vida, en la ciencia y en el arte. Discurso de ingreso como miembro de número de la Sección de Literatura leído por el doctor Juan J. Remos en la sesión solemne celebrada por la Academia Nacional de Artes y Letras la noche del 27 de marzo de 1930. La Habana, Imp. Avisador Comercial, 1930, p. 73-88. || «Curriculum vitae del doctor Juan J. Remos y Rubio», en Diario de la Marina. La Habana, sección 4-D, 124 (215): 6-D, Sep. 9, 1956. || Chacón y Calvo, José María. «El profesor Juan J. Remos», en Diario de la Marina. La Habana, 115 (275): 4, nov. 27, 1947; «La obra literaria e histórica del Dr. Juan J. Remos», en Discursos leídos en la recepción pública del Dr. Juan J. Remos y Rubio el día 16 de mayo de 1949. Contesta en nombre de la Corporación el Dr. [...]. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1949, p. 143-172. || Fernández de Castro, José Antonio. «Al margen de los libros (II). Juan J. Remos o la alegría de ser bueno en Diario de la Marina. La Habana, 3ª. sección, 105 (206): [1], ago. 29, 1937. || «Juan J. Remos. La obra literaria [...]», en América. La Habana, 20 (1-2): 94, oct.-nov., 1943. || Lizaso, Félix. «Juan J. Remos», en su Ensayistas contemporáneos. 1900-1920. La Habana, Editorial Trópico, 1938, p. 207-217. || P. de C[isneros], E[nrique]. «El panamericanismo es un hecho: Dr. Juan J. en Bohemia. La Habana, 31, 31 (3): 37, ene. 15, 1939.

Renacimiento (La Habana, 1915). «Revista literaria», se lee en la cubierta del primer número publicado (correspondiente al lº de abril). En el interior se expresaba que era una «Revista de arte y letras». Aparecía dos veces al mes, bajo la dirección de Marco Antonio Dolz. «Renacimiento es una tribuna abierta a la exposición de todas las ideas, aun las más avanzadas», se señalaba en todos los números; se indicaba siempre que «Todos los originales que publica son escritos expresamente para la Revista, salvo las excepciones que se indiquen en el texto». Su programa se reducía, según se señalaba en el primer número, a « ... establecer, entre todos los escritores cubanos, del resto de la América y los de España, un lazo de estrecha unión. En estas páginas, llenas de juventud y de independencia y de sinceridad, se confundirán las firmas de los prosistas y poetas americanos y españoles». En el número 3, fechado el lº mayo, se anuncia que Miguel de Marcos Suárez ha entrado en la revista en calidad de secretario de redacción. El primer número del segundo volumen apareció en septiembre, luego de haber estado suspendida la publicación por enfermedad del director. En adelante salió mensualmente. En sus páginas vieron la luz poesías, cuentos, pequeñas obras teatrales, artículos de crítica e historia literarias, trabajos sobre música, teatro y arte y notas bibliográficas, cartas y otras notas de actualidad cultural y literaria, nacional y extranjera. Además, dio a conocer prólogos y fragmentos de libros próximos a salir o recién editados. Contó con la colabonición de escritores como Max Henríquez Ureña, Rufino Blanco Fombona, Luis G. Urbina, Antonio Gómez Restrepo, Salvador Rueda, Alejandro Andrade Coello, Osvaldo Bazil, Américo Lugo, Ricardo Miró, Luis Rosado Vega, Ricardo Arenales, Andrés González Blanco, J. D. Jaramillo Meza y otros. Entre los colaboradores cubanos se destacan las firmas de Bonifacio Byrne, Agustín Acosta, Medardo Vitier, Fernando Llés, Joaquín N. Aramburu, José de Armas, Eusebio Hernández, Félix Callejas, José Manuel Carbonell, Armando Leyva, Luis Felipe Rodríguez, José A. Rodríguez García, Emilio Blanchet, Emilio Bobadilla, Pedro Alejandro López, François G. de Cisneros, Aurelia Castillo de González, Miguel Galliano Cancio, Luis Rodríguez Embil, Enrique Gay Calbó, Emeterio S. Santovenia y otros menos conocidos. El último ejemplar consultado, con formato y número de páginas ampliados, corresponde a octubre de 1915. Fue el último que salió, según expresa León Primelles en la página 53 de su Crónica cubana. 1915-1918 (La Habana, Editorial Lex, 1955).

BIBLIOGRAFÍA

«La prensa cubana y Renacimiento» en Renacimiento. La Habana, 1, 1 (2): 111-116, abr. 15, 1915.

Renacimiento (Santa Clara [1916-1917?]. Revista. «órgano cultural del Ateneo y de la intelectualidad villareña», se lee en el ejemplar más antiguo encontrado (número 22 del año 2), que corresponde al 10 de septiembre de 1917. Era su director en ese momento Sergio R. Álvarez. La dirección artística estaba en manos de Ángel Hernández. En los ejemplares revisados -el último de los cuales (número 34) tiene fecha 30 de diciembre de 1917- aparecen poesías, cuentos, artículos sobre variados aspectos de la historia local, así como otros trabajos sobre cuestiones de interés y crónicas sociales y de sport. Entre sus colaboradores, además de los escritores de la propia ciudad, hoy desconocidos. la mayoría, se contaron Marco Antonio Dolz, Higinio J. Medrano, Jesús López Silvero, Juan Marinel-lo [sic] Vidaurreta, Agustín Acosta y Luis Felipe Rodríguez. Se ignora cuándo cesó su publicación, pero León Primelles, en su Crónica cubana. 1915-1918 (La Habana, Editorial Lex, 1955), sólo se refiere a ella al tratar los años 1916 y 1917.

Renacimiento (La Habana, 1927-[Id?]). Comienza a publicarse en el mes de mayo. Presentaba a Luis G. Triay, Alejandro Sánchez Felipe y Rafael Pérez Lobo como director gerente, director artístico y director literario, respectivamente. Su segundo número aparece con el subtítulo de «Revista quincenal» y la fecha completa: 20 de mayo de 1927. En el número 6, correspondiente al 10 de agosto, se anuncia que el director artístico y el literario se separaban de la revista y que Luis G. Triay se hacía cargo de la empresa a la vez que Manuel Marsal ocupaba los cargos de subdirector y jefe de redacción. El número correspondiente al mes de octubre presenta como subtítulos «Revista ilustrada» y «Revista mensual». Incluía trabajos sobre la mujer y para la mujer, reseñas de libros, crónicas de viajes, pensamientos sobre fechas patrióticas y artículos costumbristas, sobre teatro, deportes, modas, así como partituras musicales. Publicó de Armando Leyva, Félix Soloni, Rubén Martínez Villena, Sergio Carbó, Ramón Vasconcelos, Miguel Ángel Campa, Alberto Lamar Schweyer, Luis Araquistáin, Armando Maribona, poemas de Alfonsina Storni, Andrés Núñez Olano, Enrique Serpa dibujos de Eduardo Abela y J. Valls. El último número consultado corresponde al mes de octubre de 1927.

Renacimiento (Camagüey, 1933-[Id?]). Revista mensual e ilustrada de asuntos sociales. Salió por primera vez en el mes de marzo. Tenía a Serapio Pérez Zamora como director, a Carmelino Álvarez de la Rosa como subdirector y a Federico Montané Minué como secretario de redacción. Era publicada por y para personas de la raza negra. En sus páginas incluía artículos de intereses generales: filosóficos, didácticos, sobre crítica e historia literarias, en torno a figuras relevantes de la historia y la literatura y sobre la mujer. Presentaba asimismo una página poética y publicaba cuentos y obras de teatro. Contaba también con una crónica social y fotos de personalidades sociales. Colaboraban en sus páginas Antonio Chappé, Cruz Angulo, María Luisa Vélez Betancourt, Jorge Juárez Cano, Ángel Camacho, Cristina Ayala, María Dámasa Jova y Elvia G. Arencibia. Solamente se han consultado los tres primeros números, correspondientes a los meses de marzo, abril y mayo de 1933, respectivamente.

Reparón, El (La Habana, [1812-1813?]). El ejemplar más antiguo encontrado (número 3) corresponde al 27 de febrero de 1812. Antonio Bachiller y Morales afirma, en la página 201 del tomo 2 de su obra Apuntes para la historia de las letras y de la instrucción en la Isla de Cuba (La Habana, Academia de Ciencias de Cuba. Instituto de Literatura y Lingüística, 1971), que era un «...periódico semanal [...] desde el número 51, tomo segundo, se aumentó a dos números por semana; empezó en 1812 y continuó el siguiente». Y añade: «Su tendencia era la crítica.» José M. Labraña señala, en la página 667 de su trabajo «La prensa en Cuba» -aparecido en Cuba en la mano. Enciclopedia popular ilustrada (La Habana, Úcar, García, 1940, p. 649-786)-, que lo redactaba Tomás Gutiérrez de Piñeres. Publicó poesías, artículos de interés general y noticias de gobierno de la Isla, del resto del continente y de España. Brindó, además, información sobre política internacional y sobre problemas y acontecimientos de la población de La Habana, generalmente, con un sentido satírico y de crítica. Tuvo varias secciones fijas, entre ellas, «correo político, literario» y «Necrología». La mayoría de sus colaboradores firmaron bajo seudónimos, entre los que aparecen El escuchador, El polvista, El reparón, Mal vecino, La insoportable visita del Patán de Managua; otros firmaron con las iniciales S.M.M., M.Y.G., entre otras. El último número encontrado corresponde al 5 de enero de 1813.

Repertorio, El (La Habana, 1880-[1881?]). Periódico político, económico, de literatura, ciencias, artes e intereses generales. Comenzó a publicarse el lº de diciembre. Fue su director propietario Rafael Ramón Carrerá y Heredia. En su prospecto expresa: «Nos impulsa únicamente la esperanza de ser útiles y para que esta esperanza se realice, nos proponemos hacer los mayores esfuerzos posibles en servicio del país.» Publicó poesías, traducciones de novelas, notas bibliográficas, conferencias y estudios sobre la economía cubana. Además, brindó información sobre actividades y espectáculos artísticos y sobre la prensa de la época. Tuvo una sección denominada «Nociones científicas dedicadas el bello sexo». Colaboraron en sus páginas, además del director, Antonio Bachiller y Morales, Enrique Piñeyro, José Simón Baralt, el Conde de Pozos Dulces (Francisco Frías), L. M. Heredia y otros. El último ejemplar revisado (número 17) corresponde al 1º de abril de 1881.

Repórter, El (La Habana, 1928-[Id?]). Magazine ilustrado. Órgano oficial de la Asociación de Repórters de La Habana. Salía mensualmente. Comenzó a editarse en el mes de julio, bajo la dirección de Ramón Gárate. Marcelino Blanco fungía como jefe de redacción. Publicaba artículos sobre periodistas y periodismo, teatro, cine, deportes, la mujer y para la mujer, así como diversos trabajos y reportajes en tomo a figuras y personajes históricos o literarios. Incluía también entrevistas, cuentos y poemas. Colaboraron en sus páginas Ramón Vasconcelos, Sergio Carbó, Arturo Alfonso-Roselló, Guillermo Martínez Márquez, Armando Leyva, Alberto y Sara Insúa, Guillermo Herrera, Eduardo de Ory y Emilio Gaspar Rodríguez. El último número consultado es del mes de octubre del mismo año.

Resumen, El (Santa Clara [1886]-[Id). «Semanario de ciencias y Literatura», se lee en el ejemplar más antiguo encontrado (número 7), correspondiente al 19 de septiembre de 1886. Era dirigido entonces por Rafael Martínez Ortiz y Miguel Gutiérrez Morillo. Eran sus redactores Francisco López Leyva, Antonio Vidaurreta, Emilio Pérez, José B. Alemán y Juan Zamora. Publicó poesías, artículos, relatos y cuentos. Brindó noticias sociales y culturales de la ciudad. En sus páginas aparecieron las firmas de Luisa Pétez de Zambrana, Gil Pérez, Francisco Arencibia Mora, A. P. de Morales, G. Gutiérrez Quirós, Leopoldo Cano, Flórida (seud. de Isabel Machado de Arredondo?), N. Roma y otros. El último ejemplar encontrado (número 15) corresponde al 18 de noviembre de 1886.

Resumen. Síntesis de acontecimientos y opiniones (La Habana, 1935-Ud3). Revista. Comenzó a salir semanalmente a partir del 22 de julio bajo la dirección de Andrés Núñez Olano y la subdirección de Carlos Rafael Rodríguez. En su conferencia titulada «Los trabajos y los días» -publicada en la Revista de la Biblioteca Nacional «José Martí» (La Habana, 61, 3ª. época, 12 (2): 86-87, may.-ago., 1970)-, Ángel Augier señala lo siguiente: «En medio de la tenebrosa atmósfera de persecución y crimen que siguió a la huelga general de marzo del 35, el Partido intentó editar una nueva publicación legal, a cargo de los antiguos redactores de La Palabra. Resultó ser el semanario Resumen, del que sólo fue posible sacar unos cuatro números. Me tocó trabajar en el diseño del formato, en los títulos de las secciones y en la redacción [...].» Y añade más adelante: «Con nosotros colaboraron también Salvador García Agüero y Alberto Moré Tabío [...]. Puede afirmarse que en Resumen quedó integrado un núcleo de escritores -Guillén, Augier, Carlos Rafael Rodríguez- al que de inmediato se sumaron Mirta Aguirre, José Antonio Portuondo, Edith García Buchaca, Jorge Rigol, que impulsaría una literatura de contenido revolucionario.» Presentaba trabajos sobre arte y literatura, cine y televisión, deportes, cuestiones sociales nacionales e internacionales, crónicas, reportajes, entrevistas y artículos sobre la mujer. Publicó una serie de trabajos sobre el Congreso Mundial de Escritores en Defensa de la Cultura celebrado en París. Además de los ya citados, colaboraron también en sus páginas Juan José Sicre, Ramón Guirao, Loló de la Torriente, entre otros. Sólo se ha podido revisar hasta el número 4 (correspondiente al 12 de agosto de 1935), último que salió, según apunta Augier en su trabajo citado. Carlos Rafael Rodríguez señala, por su parte, en un discurso pronunciado en la Universidad de La Habana -publicado en El Mundo (La Habana, 65 (21 814): 7, feb. 15, 1967)-, lo siguiente: «La revista Resumen sólo pudo publicar cinco números porque nuestro intento fue advertido de inmediato por el régimen, y un día, sus fuerzas represivas se lanzaron sobre la imprenta y detuvieron a cuantos allí se encontraron, y destruyeron una parte de sus equipos, que no eran, por cierto, propiedad de las fuerzas populares.»

Resurrección (Pinar del Río, 1943-[1944?]). Periódico independiente. Comenzó a publicarse el 31 de agosto bajo la dirección de Carlos Valdés Codina. Tenía formato de tabloide y su contenido era muy diverso: noticias de asuntos locales, sociales, laborales y políticos; artículos de carácter histórico: amor a la patria, sus héroes y sus símbolos; consejos, recomendaciones, fábulas, pasatiempos, así como una gran cantidad de poemas de autores locales y otros de renombre nacional. La mayoría de los trabajos aparecía sin firma o bajo los seudónimos de Pasquilini o Petrarca; sí se señalaban, en cambio, los autores de los poemas: Bonifacio Byrne, Plácido (seud. de Gabriel de la Concepción Valdés), Dulce María Borrero, Juan Clemente Zenca, Guillermo de Montagú, Manuel J. de Rubalcaba, Eduardo Cantón, Diego César Rodríguez, Rafael Harrymann, Bruno Valdés Miranda, José Rodríguez Díaz, M. de la Revilla y otros. El último ejemplar consultado corresponde el número 26, de 21 de abril de 1944.

Revancha, La (La Habana, [1886?]-1886). «Diario político e independiente», se lee en el ejemplar más antiguo encontrado (año 1, número 8) correspondiente al 25 de agosto de 1886. En este momento se encontraba en su segunda época y era su director Felipe López de Briñas. En todos los números que hemos visto presentaba un editorial político. Además, publicó una novela y un estudio sobre poesía cubana en su sección «Folletín». También publicó algunas poesías. Reseñó muchos acontecimientos culturales y sociales de importancia de la provincia de la Habana y del resto de la isla. Entre sus colaboradores figuran su propio director y Domingo Figarola-Canoda, Luis Padilla, Antonio Sedras y Burin y otros. Finaliza su publicación (número 21) el 11 de septiembre de 1886, aún en su segunda época. En dicho número, su director expresa: «Condenado nuestro periódico a treinta días de suspensión y teniendo pendiente de fallo otra acusación fiscal, renuncia a la existencia, así como el reo por no sufrir una condena, que cree vejaminosa, se suicida.»

Revisor Político y Literario, El (La Habana, 1823-?). Periódico que comenzó a publicarse a partir del 3 de marzo, bajo el lema: ¿Semper ego auditor tantun? ¿Nunquam ne reponan...? Su salida fue irregular. Antonio Bachiller y Morales señala, en la página 226 del tomo 2 de su obra Apuntes para la historia de las letras y de la instrucción pública en la Isla de Cuba (La Habana, Academia de Ciencias de Cuba Instituto de Literatura y Lingüística, 1971), que lo «redactaron varios jóvenes alumnos de la clase de Constitución del colegio de San Carlos, que antes había publicado El Americano Libre». En su introducción se lee: «Restituida la tranquilidad al seno de la dichosa y pacífica Habana, acallado el lenguaje [sic] feroz de las pasiones y aplacado algún tanto el resentimiento de los odios políticos, nada es más natural y consiguiente que presentar al público ilustrado un periódico, en que se desenvuelvan materias políticas, científicas y literarias; materias, que al paso que sirvan de alguna instrucción, agraden y deleiten.» Constó de dos tomos: el primero comprende desde su inicio hasta el número 58 (14 de julio de 1823) y el segundo el número 71 (30 de agosto de 1823). Publicó trabajos sobre crítica literaria, especialmente; sobre teatro español y cubano de su época, bellas artes, teoría literaria y otros asuntos de interés general. Como constante, brindó amplia información sobre cuestiones políticas, sociales y económicas del país. Publicaba también con frecuencia discursos de personajes de la época y documentos políticos de importancia histórica, En sus páginas abundaron anécdotas y poesías, entre ellas las de José María [de] Heredia, quien firmaba con la inicial de su apellido. José M. Labraña afirma, en la página 678 de su trabajo «La prensa en Cuba» -aparecido en Cuba en la mano. Enciclopedia popular ilustrada (La Habana, Úcar, García, 1940, p. 649-786)-, que colaboraron en sus páginas Félix Varela, Francisco Arango y Parreño, José Antonio Saco Domingo del Monte, Anacleto Bermúdez, Antonio M Valdés, Francisco J. de la Cruz, Cayetano San Feliú, José S. Mojarrieta y Francisco E. Hevia. Colaboraron también Enrique Wilston, José Antonio Sintra [sic], Desval (seud. de Ignacio Valdés Machuca) y otras figuras que firmaron con seudónimos de desconocida identidad, entre ellos L.E., Inarco Calernio, Amante de las leyes, Delio, Zulio, El habanero, Marón Daúrico y otros.

BIBLIOGRAFÍA

Cay Calbó, Enrique. «El Revisor Político y Literarío» en Revista de la Biblioteca Nacional. La Habana, 2ª. serie, 6 (4): 65-94, 1955. || Llaverías, Joaquin. «[El Revisor Político y Literario]», en su Contribución a la historia de la prensa periódica. T. 1. Prefacio de Emeterio S. Santovenia. La Habana, Talleres del Archivo Nacional de Cuba, 1957, p. 359, 361, 363, 365, 366-367.

Revista Bibliográfica Cubana (La Habana, 1936-1939). Publicación bimestral. El primer número correspondió al bimestre enero-febrero. Era dirigida por Lorenzo Rodríguez Fuentes. Presentaba una relación de redactores integrada por Dulce María Borrero, Francisco de P[aula] Coronado, J[osé] M[aría] Chacón y Calvo, Adrián del Valle, Félix Lizaso, Joaquín Navarro Riera (Ducazcal), Fermín Peraza, Carlos M. Trelles y Julio Villoldo entre otros menos conocidos. Los secretarios de redacción eran Luis F. Salazar y Antonio Génova Parra. En «Unas palabras al empezar», del director en el primer número, después de un análisis de la situación de la cultura en Cuba, se expresa lo siguiente de la revista: «Los que la animan, más que en éxitos personales, van a cumplir, con su publicación, con una cuestión de conciencia. Cansados de esperar en las Bibliotecas que dirigen al lector que no llega, que les haga sacar los empolvados libros de los anaqueles en que duermen, deciden echarse a la calle a buscarlo, a hablarle de los libros que guardan, a decirle cariñosamente que lo esperan; porque quieren hacer muchos lectores para dar mayor vigor a la protesta por la desatención del Estado a las Bibliotecas Públicas, que consideran de importancia vital en la crisis de la cultura cubana.» Y añadía: «Desde las páginas de la Revista, dirán al Gobierno de Cuba, con datos exactos, qué hacen otros gobiernos por el país que les confió sus destinos, para ver si el contraste sirve de estímulo para interesarlo en estos problemas. Habrá, además, un especial interés en dar a conocer el movimiento cultural hispanoamericano.» Desde el segundo número presentó un consejo de redacción que integraban Dulce María Borrero, Enrique Gay Calbó, Elías Entralgo, Francisco González del Valle, Marco Guiral Moreno, Emilio Roig de Leuchsenring y julio Villoldo. Ya en el número siete no aparecen ni el consejo de redacción ni los redactores. En este mismo número comenzó a publicarse el trabajo de Carlos M. Trelles, «BIBLIOGRAFÍA de la prensa cubana (de 1764 a 1900) y de los periódicos publicados por cubanos en el extranjero», que quedó inconcluso (sólo llegó hasta la letra N) al suspenderse la publicación. En las páginas de esta importante revista se publicaron valiosos trabajos sobre cuestiones bibliográficas, literarias, lingüísticas, bibliotecológicas y otros, relacionados con el libro cubano, tales como la relación de libros publicados en el período que abarcaba el número de la revista en que aparecía la relación, y bibliografías, algunas de ellas hechas por destacados bibliógrafos cubanos del pasado. También aparecieron notas bibliográficas sobre libros recién publicados. Además de los ya mencionados como integrantes del consejo de redacción o como redactores, colaboraron en sus páginas Ángel Augier, Joaquín Llaverías, Manuel Pérez Beato y Antonio Palomero. Con la salida del ejemplar correspondiente a septiembre-diciembre de 1939 (número 17-18), cesó su publicación.

Revista Bibliográfica-Librería Martí (La Habana, 1954-[1960?]). Publicación bimestral. El primer numero corresponde a enero-febrero. Presentaba a Manuel Álvarez González y Andrés Alonso Sánchez como director y jefe de redacción, respectivamente. En el «Editorial» del primer número, se señala: «Revista Bibliográfica-Librería Martí dará a conocer a los lectores reseñas bibliográficas, noticias de las novedades de Cuba y demás países de Hispanoamérica y España, así como las selecciones de artículos, conferencias, discursos, etc., que estén relacionados con el lector, la lectura y el libro.» Y en este sentido trabajó, dando a conocer al público las principales publicaciones a través de sus reseñas, notas y apuntes. Colaboraron, además, en esta labor, Salvador Bueno, Fernando G. Campoamor, Enrique Labrador Ruiz, José Olivio Jiménez, Lorenzo Rodríguez Fuentes, Adriano Carmona Romay, Manuel Bustelo Vázquez, entre otros. Salvo los números 33-34 (mayo-agosto) y 35-36 (septiembre-diciembre) de 1959. salió ininterrumpidamente todos los bimestres. El último número consultado (38) corresponde a abril-junio de 1960.

Revista Bimestre Cubana (V. Revista y repertorio bimestre de la Isla de Cuba)

Revista Blanca (La Habana, 1894-?). Comenzó a publicarse el 15 de julio, bajo la dirección de Luz Gay. Su salida fue irregular. En agosto de 1895 toma el subtítulo de «Álbum de letras y artes» y antepone el artículo La al título. Generalmente publicaba artículos o traducciones sobre figuras universales sobresalientes, tanto en el campo de la ciencia como en el de la cultura. Brindó, asiduamente, noticias culturales, tanto nacionales como extranjeras. También aparecieron en sus páginas poesías, relatos y cuentos extranjeros y artículos sobre música. Colaboraron en ella, además de su directora, Rafael Bauzá, Alfredo Pons y Zayas, Francisco Sellén, Ramón Navarrete, Pedro Santacilia, Carlos Fernández Shaw, Rafael Otero, Narciso Foxá, José de Selgas, Fra Diavolo (seud. de José Costa Francés?) y otros. El último ejemplar encontrado corresponde a octubre de 1897.

Revista crítica de ciencias, artes y literatura (La Habana, 1868-Id.) Comenzó a salir a partir de febrero. La dirigió Néstor Ponce de León. Fueron sus redactores Antonio Bachiller y Morales, José María Cárdenas, José Manuel Mestre, Enrique Piñeyro y el Conde de Pozos Dulces (Francisco de Frías). En su prospecto, con fecha 10 de diciembre de 1867 y publicado en la propia revista, se aclara que tratará de llenar el vacío que dejaron la Revista Bimestre Cubana y la Revista Habanera, ambas de corta duración. Añade, además, que su objetivo primordial será «... el estudio crítico de cuantas obras importantes vayan publicándose prefiriendo siempre para su más detallado examen las que más particular interés puedan brindar a los habitantes de la Isla de Cuba, ya por tratar de ciencias de inmediata aplicación en ella, ya por ocuparse de asuntos de general utilidad». Además, publicó creaciones literarias de escritores cubanos y del resto del continente, traducciones, notas bibliográficas y artículos de crítica literaria y de otros aspectos de interés general. Colaboraron en sus páginas, junto a su director y redactores, Juan Vilaró, Rafael A. Cowley, José de Armas y Céspedes, Pedro Alejandro de Auber, Juan Pizarro, J[osé] I[gnacio] Rodríguez. La cuarta y última entrega apareció en agosto de 1868, según se aclara en la página 47 del Catálogo de publicaciones periódicas cubanas de los siglos XVIII y XIX. (La Habana, Biblioteca Nacional «José Martí». Depto. Colección Cubana, 1965). Compilado por Araceli García Carranza, se ha publicado su índice en Índices de revistas cubanas. Siglo XIX (La Habana, Biblioteca Nacional «José Martí», Depto. Colección Cubana, 1970, p. 453- 64).

BIBLIOGRAFÍA

García Carranza, Araceli. «Revista crítica de ciencias, artes y literatura (1868)", en Índices de revistas cubanas. Siglo XIX. La Habana, Biblioteca Nacional «José Martí». Depto. Colección Cubana, 1970, p. 449,450.

Revista Cubana (La Habana, 1885-1894). Periódico mensual de ciencias, filosofía, literatura y bellas artes. Esta publicación, que constituye un valioso aporte a nuestro acervo cultural, fue dirigida por Enrique José Varona. El primer número correspondió al mes de enero, y en el mismo expresaba su director que «La Revista Cubana será meramente la continuación de la Revista de Cuba. La inspiran los mismos propósitos y cuenta con los mismos medios intelectuales y materiales. Presentar un cuadro tan fiel como nos sea posible del estado de nuestra cultura, brindando campo neutral a todas las opiniones y todas las escuelas, mientras se sustenten con elevación y mesura, y recoger cuidadosamente los testimonios y documentos que acreditan los esfuerzos perseverantes de los que nos han precedido y enseñado, para conservar de esta suerte siempre vivo el sentimiento cubano contra los desfallecimientos de la hora presente y ante las seducciones falaces de un incierto porvenir, es el primero de sus fines. Mantener en comunicación constante el espíritu de nuestra juventud estudiosa con las ideas y aspiraciones del mundo moderno, en las elevadas esferas de la ciencia, la filosofía y el derecho, brindándole por medio de la exposición o de la crítica cuanto en el orden de la experiencia y de la especulación se elabora en los pueblos donde la vida de la inteligencia es más activa, será su otra tendencia preferente. Quiere ser así el resumen de cuanto sabemos, y el indicador de cuanto nos falta por saber». Publicó artículos y ensayos de diverso carácter -literario, sociológico, histórico, de ciencias puras y aplicadas, etcétera-, cartas inéditas y documentos. Tuvo varias secciones fijas, tales como «Notas bibliográficas», que comentaba los últimos libros aparecidos tanto en Europa como en América; «Misceláneas», que daba breves noticias literarias, científicas e históricas, reseñaba actos y conferencias, etcétera, y «Notas editoriales», con trabajos también de carácter científico o literario. Entre los numerosos colaboradores de la revista se destacan Enrique Piñeyro, Manuel Sanguily, José de Armas y Cárdenas (seud. Justo de Lara), Antonio Bachiller y Morales, Francisco y Antonio Sellén, Nicolás Heredia, José Silverio Jorrín, Aurelio Mitjans, Esteban Borrero Echeverría, Diego Vicente Tejera, Aurelia Castillo de González, Domingo Figarola-Caneda, Conde Kostia (seud. de Aniceto Valdivia), Enrique Collazo, Manuel de la Cruz, Alfredo Zayas, Raimundo Cabrera, Rafael Montoro, Ramón Meza, Juan M. Dihigo, Martín Morúa Delgado, Juan Gualberto Gómez, Carlos M. Trelles, Manuel Valdés Rodríguez y Emilio Blanchet. Aparecieron en total veinte volúmenes (cada uno de ellos agrupados en un semestre). El último número publicado correspondió a diciembre de 1894.

BIBLIOGRAFÍA

Lazo, Rairnundo. «La Revista Cubana» en Universidad de la Habana. La Habana, 30 (177): 91-114, ene.-feb., 1966

Revista Cubana (La Habana, 1935-1957). Editada por la Dirección de Cultura de la Secretaría de Educación. Aparecía periódicamente. Fue fundada por José María Chacón y Calvo. En el primer número, que correspondió al mes de enero, se expresaba: «Aspiramos solamente a recoger una tradición; la que ya de la Revista Bimestre a las Revistas de Cuba y Cubana: la tradición de cubanidad, que no cierra sino abre múltiples perspectivas sobre la universal cultura.» Y se añadía que se ofrecería «... una revisión de nuestros valores más genuinos: estos cuadernos serán, en uno de sus aspectos, capítulos de nuestra historia nacional. Pero también nos sentiremos de una manera profunda, hijos de nuestro tiempo, preocupados, dominados por la inquietud universal de nuestros días. No será la nuestra una Revista histórica, ni mucho menos arqueológica. Queremos, sí, que sea un Repertorio cubano, que recoja los imperativos históricos de la conciencia nacional, las mil ansias oscuras, complejas y dramáticas de este momento decisivo para la afirmación permanente de Cuba, y también un Repertorio de las cosas y las ideas centrales que viven en el mundo en este año de mil novecientos treinta y cinco». A partir del volumen 30 (correspondiente a octubre-diciembre de 1956; no salía desde el volumen que comprende de julio de 1951 a diciembre de 1952), fue editada por el Instituto Nacional de Cultura del Ministerio de Educación, y era su director de honor José María Chacón y Calvo. Fungían entonces como codirectores Félix Lizaso y Salvador Bueno, formaban el consejo de redacción el Director General y la junta de Asesores del I.N.C. (Instituto Nacional de Cultura): Guillermo de Zéndegui, Juan José Sicre, Gastón Baquero, Rafael Suárez Solís, Marco Sánchez Roig, Francisco Ichaso, Marco Carreño, Francisco Pérez de la Riva, Arturo Alfonso Roselló, Manuel Millares Vázquez, Lidia Cabrera, René Herrera Fritot y Aurelio de la Vega. En dicho volumen 30 manifestaban: «Con este número reanuda su publicación la Revista Cubana que, desde su fundación por el doctor José Mª. Chacón y Calvo siendo Director de Cultura del Ministerio de Educación, ha estado estrechamente vinculada a todas las proyecciones de la cultura nacional. Dedicada primordialmente a divulgar las actividades de los escritores cubanos en el campo del ensayo y de la crítica, la Revista Cubana está actualmente acompañada en sus labores por la Revista del Instituto Nacional de Cultura cuyas páginas difunden los logros alcanzados en nuestro país por las diversas artes, principalmente la plástica. La Revista Cubana en esta nueva etapa realizará todos los esfuerzos para continuar con verdadero entusiasmo la tradición cultural que durante tantos años ha estado vinculada a su nombre.» Publicó trabajos referentes a cuestiones literarias, lingüísticas, filosóficas, estéticas, históricas y de artes plásticas. Ocasionalmente aparecieron poesías y cuentos. Mantuvo las secciones fijas «Libros», en que se comentaban las últimas publicaciones aparecidas tanto en Cuba como en el extranjero, y «Hechos y comentarios», en la que se reseñaban actos culturales, se reproducían conferencias y, en general, se ofrecían noticias del campo cultural. Los volúmenes 22 y 29 estuvieron dedicados, respectivamente, a las figuras de Miguel de Cervantes y José Martí. Numerosos fueron sus colaboradores, tanto cubanos como extranjeros. Entre estos últimos se destacan, por su prestigio y constancia, Ramón Menéndez Pidal y Juan Ramón Jiménez. Entre los cubanos figuran Antonio S[ánchez] de Bustamante y Montoro, Emeterio S. Santovenia, Rafael Suárez Solís, Fernando Ortiz, Alfonso Hernández Catá, Emilio Roig de Leuchsenring, Herminio Portell Vilá, Raimundo Lazo, Eugenio Florit, Carlos M. Trelles, Manuel I. Mesa Rodríguez, Roberto Agramonte, Aurelio Boza Masvidal, José Ardévol, Luis A. Baralt, Alejo Carpentier, Enrique Gay Calbó, Medardo Vitier, José Varela Zequeira, Jorge Mañach, Luis Rodríguez Embil, José Antonio Portuondo, Carlos Márquez Sterling, José de la Luz León, José Lezama Lima, Rafael Marquina, Mariano Brull, Carolina Poncet, Juan J. Remos, Felipe Pichardo Moya, julio Le Riverend, Juan José Arrom, Agustín Acosta, Cintio Vitier, Rafael Esténger, Ramiro Guerra, Samuel Feijóo. El último número publicado correspondió al semestre julio-diciembre de 1957. Preparado por Rubén Alfonso Quintero se publicó el Índice de la Revista Cubana (1935-1957) (La Habana, Ministerio de Educación. Instituto Nacional de Cultura, 1958).

BIBLIOGRAFÍA

«Algunas opiniones sobre la Revista Cubana», en Revista Cubana. La Habana, 2 y 5 (4-6 y 15): 285-286 y 367-374, abr.- jun., 1935 y mar., 1936. 11 Betancourt, Gaspar. «Cultura. La Revista Cubana», en Acción. La Habana, 2 (35): 16. feb. 9, 1935. | Carter, Boyd G. «Revista Cubana», en su Las revistas literarias de Hispanoamérica. Breve historia y contenido. México, Eds. Andrea, 1959, p. 140-142. | Jarnés, B. «Letras cubanas», en Revista Cubana. La Habana, 2 (4-6): 277-278, abr.-jun., 1935. | «Revista Cubana. Instituto Nacional de Cultura», en Revista de la Biblioteca Nacional. La Habana, 2a. serie, 7 (3): 201-202, jul.-sep., 1956. | Vitier, Medardo. «Revista Cubana», en Revista Cubana. La Habana, 28: 275-278, ene.-jun., 1951.

Revista Cubana de Filosofía (La Habana, 1946-[1958?1). Publicación bimestral. Editada por la Dirección Nacional de Cultura del Ministerio de Educación. Se publicaba irregularmente. El primer ejemplar corresponde a junio-julio. No señalaba nombre del director, aunque sí al consejo de dirección, integrado por Roberto Agramonte, Rafael García Bárcena, Jorge Mañach, José M. Velázquez y Medardo Vitier. En este primer número, bajo el título «Razón de ser», se exponía su finalidad: «La Dirección Nacional de Cultura ha patrocinado la publicación de esta Revista Cubana de Filosofía, cuyas páginas recogerán periódicamente trabajos de índole filosófica, producidos principalmente en nuestro país por estudiosos nacionales y extranjeros. También tendrán cabida en sus páginas escritos de esa misma naturaleza, inéditos, remitidos desde el exterior, particularmente por latinoamericanos.» En efecto, sus páginas recogieron exclusivamente trabajos de carácter filosófico: aspectos particulares de la filosofía, la filosofía en Latinoamérica, la filosofía cubana a través de su pensamiento y sus figuras, así como diversos aspectos teóricos de sus corrientes y manifestaciones. Incluía también dos secciones fijas: «Reseñas bibliográficas» y «Notas», esta última sobre actividades o figuras relacionadas con el mundo de la filosofía. Además de los miembros del consejo de dirección, en sus páginas colaboraron Gustavo Torroella, Máximo Castro Turbiano, Humberto Piñera Llera, Inés Segura Bustamante, Ramón Xirau, Mercedes y Rosaura García Tudurí, Antonio Hernández Travieso, Pedro V. Aja y Félix Lizaso, además de algunos extranjeros. En el número 2, correspondiente a abril-mayo, aparece como subtítulo «Publicación trimestral», señala a Rafael García Bárcena como director y se suprime la lista del consejo de dirección. El número 4 (enero-junio de 1949) es dedicado íntegramente al centenario del nacimiento de Enrique José Varona. Continúa saliendo irregularmente. Con el número 7, enero-marzo de 1951, cambia de formato y comienza el volumen II, que finaliza con el número 10, correspondiente a enero-junio de 1952. Se reinicia su publicación (volumen 2, número 11, enero-abril de 1955) sin mencionar ahora al director, aunque destacando el consejo de dirección, integrado ahora por Humberto Piñera Llera, Mercedes y Rosaura García Tudurí, Máximo Castro Turbiano, Pedro Aja y Dionisio de Lara Mínguez. El número siguiente, mayo-diciembre de 1955, señala a Humberto Piñera como director y como subtítulo el de «Instituto Nacional de Cultura». Con el número 14 (julio-septiembre de 1956) comienza el volumen IV, que continuará hasta el número 18 (enero-diciembre de 1958), último ejemplar que se ha podido encontrar.

Revista de Arqueología (La Habana, 1938-1942; 1946-1952; 1957; 1960-[1961]). Órgano oficial de la Comisión Nacional de Arqueología. Comenzó a publicarse en agosto, muy irregularmente, bajo la dirección de Rafael Azcárate y especializada totalmente en trabajos sobre arqueología y con los diversos informes de esa Comisión. Colaboraron en sus páginas José María Chacón y Calvo, Manuel Pérez Beato, Aquiles Maza y Santos, Felipe Pichardo Moya y Antonio Núñez Jiménez, entre otros. En octubre de 1941 renuncia el director y aparecen en la contraportada los nombres de los miembros de la Junta Nacional de Arqueología, señalándose que «toda correspondencia sobre la Revista debe dirigirse al Dr. Felipe Pichardo Moya». Esta primera etapa de la revista culmina con el número 7-8, correspondiente a abril-septiembre de 1942. Surge nuevamente, en su segunda época, en enero de 1946, bajo el título de Revista de Arqueología y Etnología y publicada por la junta Nacional de Arqueología y Etnología, aunque sin señalar concretamente el nombre de su director. En una «Nota» de Rafael Azcárate, éste señala que la revista es una continuación de la anterior ya citada. En el número 3, correspondiente a noviembre de 1946, aparece el Comité de la Revista, integrado por Oswaldo Morales Patiño como director, José M. Bens Arrarte y René Herrera Fritot. No varía su contenido, aunque se amplía con trabajos sobre edificaciones históricas, música africana en Cuba, estudios lingüísticos, historia de regiones y poblaciones cubanas. Se amplía también el número de colaboradores, entre los que se destacan Fernando Ortiz, Manuel I. Mesa Rodríguez, Ernesto Tabío, Fernando Grave de Peralta. Finaliza esta etapa con el número 14-15 de enero-diciembre de 1952. Aparece nuevamente en su tercera época, con un número único en diciembre de 1957 y no vuelve a publicarse hasta junio de 1960, en su cuarta época, ahora bajo la dirección de Manuel I. Mesa Rodríguez e igualmente con un sólo número. Con un ejemplar único en diciembre de 1961 (época quinta) que no presentaba director, finalizó su publicación.

Revista de Arqueología y Etnología (V. Revista de Arqueología)

Revista de Avance

(La Habana, 1927-1930). Revista quincenal. El primer número vio la luz el 15 de marzo. Encima del subtítulo -por el que es conocida la revista y con el cual encabezamos esta ficha- aparecía, en números, el año en curso, verdadero título de la publicación, que variaba por esta causa todos los años. Fungían como editores Alejo Carpentier, Martín Casanovas, Francisco Ichaso, Jorge Mañach y Juan Marinello. En el número 2 se retira Carpentier y pasa a ocupar su lugar José Zacarías Tallet. Al ser expulsado de Cuba Martín Casanovas, a consecuencia del «proceso comunista» de 1927, llenó la vacante Félix Lizaso (número 11). José Zacarías Tallet ocupó el cargo hasta el número 26. A partir del número 27, y hasta su desaparición, los editores fueron cuatro: Juan Marinello, Jorge Mañach, Francisco Ichaso y Félix Lizaso. Desde, el número 18 la publicación comenzó a editarse mensualmente. Esta revista, de vital importancia para conocer un período de nuestra historia literaria, se inscribió dentro de los marcos de los problemas estéticos y literarios de su tiempo. Contó con diversas secciones. La primera de ellas, «Directrices», incluía netas editoriales sobre aspectos culturales o cualquier otro asunto de interés, firmadas por «Los cinco», o sea, los miembros del equipo editorial. Otras secciones fueron «Letras extranjeras», que destacaba los más notables acontecimientos de actualidad en la literatura no hispánica; «Letras hispánicas», con noticias y comentarios sobre la literatura de nuestro continente; «Letras»; «Almanaque», que ofrecía comentarios de libros, de películas, de obras teatrales y síntesis de publicaciones periódicas recibidas. En general, la revista publicó cuentos, poemas, ensayos sobre diversos temas (literarios, de artes plásticas, históricos). Entre los colaboradores más asiduos de la publicación figuran Agustín Acosta, Emilio Ballagas, Regirlo E. Boti, Mariano Brull, José María Chacón y Calvo, Rafael Esténger, Alfonso Hernández Catá, Lino Novás Calvo, Manuel Navarro Luna, Andrés Núñez Olano, Fernando Ortiz, Eugenio Florit, Regino Pedroso, Félix Pita Rodríguez, Ramón Rubiera, José Antonio Ramos, Raúl Roa, Luis Felipe Rodríguez, Ramón Guirao, Luis Rodríguez Embil, Medardo Vitier y Enrique José Varona. También aparecieron trabajos de destacados intelectuales extranjeros, entre los que se encuentran Luis Araquistain, Miguel Ángel Asturias, Maríano Azuela, Rufino Blanco Fombona, Alfonso Camín, Luis Cardoza y Aragón, Jean Cocteau, Waldo Frank, Antonio Marichalar, Salvador Novo, Carlos Pellicer, Luis Alberto Sánchez y Miguel de Unamuno. Revista de Avance desempeñó un papel importante en lo concerniente a la divulgación de la música y las artes plásticas. Propició la celebración de conciertos y dio a conocer figuras ignoradas en el campo musical, tales como Amadeo Roldán y A1ejandro García Caturla. Dieron su aporte a la revista destacados pintores cubanos, entre ellos Víctor Manuel y Carlos Enríquez. Como empresa editora publicó libros de Regino E. Boti, Juan Marinello, Rafael Suárez Solís y otros. Editó números especiales dedicados a Federico García Lorca, Waldo Frank y José Carlos Mariátegui. En el último número aparecido (50), de fecha 15 de septiembre de 1930, expresaban sus editores: «La excepcional demora sufrida en la aparición de este número por motivos de imprenta, nos da oportunidad de referirnos a los sucesos del último día de septiembre, en que los estudiantes de la Universidad, al intentar una manifestación de protesta contra la medida política de posposición de la apertura del curso y contra el régimen político imperante, fueron bárbaramente atropellados por la policía. Como consecuencia de esta dragonada, un estudiante [Rafael Trejo] acaba de morir al escribirse estas líneas y otros se encuentran heridos y nuestro coeditor Juan Marinello sufre prisión, acusado de instigador de los hechos.» Y añadían a continuación: «Sin tiempo para más, dejamos consignada nuestra más enérgica protesta contra estos procedimientos que no necesitan calificación.» Por último, concluían expresando: «Se rumora que, por los sucesos ocurridos, se suspenderán las garantías constitucionales, instaurándose la censura previa a la prensa, en cuyo Caso «1930» para no someterse a esa medida, suspenderá su publicación hasta que el pensamiento pueda emitirse libremente.» Han aparecido dos índices de la Revista de Avance, uno publicado en el tomo 2 del Índice de las revistas cubanas (La Habana, Biblioteca Nacional «José Martí». Depto. de Hemeroteca e Información de Humanidades, 1969, p. 23-318) y el otro publicado, de Carlos Ripoll, bajo el título de Índice de la Revista de Avance. Cuba (1927-1930) (New York, Las Américas Publishing, 1969).

BIBLIOGRAFÍA

Guerra, Ramiro. «Los trece y otras novedades», en Diario de la Marina. La Habana, 95 (127): 33, may. 8, 1927. | Ichaso, León. «Temas españoles. Apostillas. La revista 1927», en El Mundo. La Habana, 27 (8 705): 4, may. 9, 1927. | Lavié, Nemesio. «La revista 1928», en El Cubano Libre. La Habana, 1 (4): 4, ago. 4, 1928. | Marinello, Juan. «Notas sobre la Revista de Avance», en Índice de revistas cubanas. T. 2. La Habana, Biblioteca Nacional «José Martí». Depto. De Hemeroteca e Información de Humanidades, 1969, p. 11-12. | «1927. Revista de Avance», en Diario de la Marina. La Habana, 95 (79): 34, mar. 20, 1927. | Navarro Luna, Manuel. «Vida literaria. 1927. Revista de Avance», en Orto. Manzanillo (Oriente), 16 (6): 11, mar. 30, 1927. | Novás Calvo, Lino. «Los ánimos literarios en Cuba», en Cervantes. La Habana, 8 (10-12): 31-32, oct.-dic., 1933. | Pogolotti, Marcelo. «La Revista de Avance», «La trayectoria de la Revista de Avance» y «Tramonto de la Revista de Avance», en El Mundo. La Habana, 51 (16 157, 16 160 y 16 170): 6, 6 y 6, may. 30, jun. 3 y 14, 1952, resp. | Poveda, Héctor. «Reconteur crítico y bibliográfico. La Revista de Avance: 1927-1928-1929: su papel en la evolución literaria de Cuba», en Orto. Manzanillo (Oriente), 18 (2): 17-21, abr. 1929. | Ripoll, Carlos. «La Revista de Avance (1927-1930). Vocero de vanguardismo y pórtico de revolución», en Revista Iberoamericana. Pittsburgh (EE.UU.), 30 (58): 261-283, jul-dic., 1964. | Rubiera, Ramón. «Sobre un mismo tema», en Bohemia, La Habana, 20, 20 (44): 17. oct. 28, 1928.

Revista de Bellas Artes (La Habana, 1918-[Id?]). Publicación trimestral de la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes. El primer número correspondió al trimestre enero-marzo de 1918. No aparece señalado en sus páginas quién la dirigía. La entidad que la publicaba era presidida por Francisco Domínguez. En un aviso escrito en español, francés e inglés, que aparecía en el reverso de la contraportada, se expresaba que la publicación se «...distribuye gratuitamente entre el elemento artístico, nacional y se envía a las redacciones de la prensa similar del extranjero, así como también a las bibliotecas y centros artísticos que lo soliciten». Dedicaba sus páginas a la publicación de ensayos y artículos sobre música y pintura cubana y extranjera, fundamentalmente, todos ilustrados con reproducciones de obras pictóricas y partituras. Contó con la colaboración de Max Enríquez [sic] Ureña, Fernando G. Barros, Dulce María Borrero de Luján, Antonio Rodríguez Morey, Mariano Miguel, José Francés, Casimiro, Zertucha y otros. El último ejemplar consultado (número 3) corresponde al trimestre julio-septiembre de 1918. Según parece su salida finalizó en ese año, pero con la publicación de un cuarto número, correspondiente al cuarto trimestre del año citado, pues León Primelles -que no la menciona en su Crónica cubana. 1919-1922 (La Habana, Editorial Lex, 1957)-, al referirse a ella en su Crónica cubana. 1915-1918 (La Habana, Editorial Lex, 1955), asegura haber visto un total de 192 páginas en el año, y el último número que hemos consultado sólo alcanza las 144.

Revista de Cayo Hueso (Cayo Hueso, Estados Unidos, 1897-1898). Periódico político, literario y de conocimientos útil [sic] es, quincenal, ilustrado. El primer número, que apareció el 19 de mayo, insertó un artículo titulado «Lo que vamos a hacer», en el que se expresaba. «Pretende la Revista de Cayo Hueso concurrir a llenar una necesidad de las emigraciones cubanas no satisfecha completamente aún. Aspira a ser un periódico más de las familias patriotas. Nos proponemos también, en los números subsecuentes, dar a conocer a nuestros hermanos y allegados nuestros -que lo son por la sangre o el amor a la libertad- lo que Cayo Hueso encierra, lo que hizo y hace Cayo Hueso por la patria cubana.» Fue dirigida por Juan Vilaró. Desde el número 6, correspondiente al 26 de septiembre de 1897, figuró Sotero Figueroa como redactor jefe. Como redactores, aparecían en el machón Eduardo Alonso, R[amón] E[meterio] Betances, Esteban Borrero [Echeverría], Felipe G. Cañizares, Benjamín Guerra, Gonzalo de Quesada [y Aróstegui], Carlos Revilla, Julio Rosas (seud. de Francisco Puig de la Puente), Diego Vicente Tejera y Federico Uhrbach. La lista de colaboradores incluía a Bonifacio Byrne, Fernando Figueredo, Wen Galvez y Carlos Pío Uhrbach, entre otros menos conocidos. Publicó, sobre todo, notas, trabjos e informaciones relacionadas con la guerra que había estallado en Cuba en 1895, aunque también publicó poemas, novelas por capítulos, cuentos y crítica literaria. Otros colaboradores fueron Nestor L. Carbonell, Alfredo Zayas, Francisco Sellén, Rafael de Castro Palomino, Dulce María Borrero, Enrique José Varona, Francisco García Cisneros, José Joaquín Palma, Francisco Faura y A. Ramos Merlo. El último número publicado (30), correspondió al 10 de octubre de 1898.

Revista de Cuba (La Habana, 1877-1884). Periódico quincenal de ciencias, derecho, literatura y bellas artes. El primer número apareció el 31 de enero, según expresa Ricardo del Monte en el trabajo «La Revista de Cuba. Su vida y su influencia», con el cual se concluye el último número que publicó la misma. Fue dirigida durante toda su trayectoria por José Antonio Cortina, quien contó con la colaboración inicial, para emprender la empresa de sacarla a luz, de Julián Gassie, José Manuel Pascual y Ricardo del Monte, según expresa este último en el trabajo ya aludido sobre la publicación. En el prospecto que, bajo el título de «Prefacio», abre el número inicial, se señala: «No se nos oculta que no son estos los momentos más oportunos para la publicación de una REVISTA que, extraña por completo a las luchas de partido, a las controversias de escuela, a las contiendas políticas y religiosas, aspire a reflejar en sus paginas el movimiento intelectual de esta Isla, impulsado en otros tiempos por no pocos periódicos literarios, y hoy solo representado por los diarios Políticos, estrictamente limitados al cumplimiento de su misión especial; por alguno que otro repertorio científico en que impera ese esclusivismo [sic] de profesión, inherente a los de su índole; y por algunos semanarios satíricos y jocosos, de esos que, a lo sumo, consiguen solazar el espíritu sin nutrirlo; todos más o menos útiles, pero, cualquiera que sea su mérito, incapacitados todos para ofrecer la expresión genuina de una época, el eco exacto de una sociedad, ni la manifestación de lo que hay de más importante y más elevado en la actividad y el desarrollo mental de un pueblo.» Y más adelante se , añade, en el trabajo de referencia: «Fundar una publicación en la que puedan tener cabida, a un mismo tiempo, la ciencia, la literatura y las bellas artes; en la que, haciendo. abstracción de los males que nos afligen y rodean, encuentren ancho espacio a la vez el entendimiento, el corazón y la fantasía, esos grandes elementos de la existencia individual y social; en la que puedan manifestarse todas las opiniones, que la legalidad ampare bajo su manto; y en la que toda doctrina, más o menos discutible, con tal que sea sincera y digna de respeto, pueda exponerse, convencer, combatir o ser combatida; en la que, en fin, pueda verse escrita, comentada y defendida toda [sic] a la educación intelectual, moral y estética de nuestros lectores; tal es la empresa que nos proponemos en la REVISTA DE CUBA, con el objeto de que ella pueda presentarse, si a tanto alcanzaren nuestras fuerzas, como el barómetro de nuestra cultura y la síntesis de vida de inteligencia.» También se proponía la revista «...seguir con curiosidad y reflejar con exactitud, en la medida de sus débiles fuerzas, el asombroso movimiento científico y literario de la época, consignando el resultado de las múltiples y profundas investigaciones de otros pueblos que, adelantándose a nosotros a gran distancia en saber y cultura, debemos tomar por lumbrera y guía. Por lo tanto, destinará la REVISTA gran parte de sus columnas para dar noticia a sus lectores, no sólo de las-obras más notables que vean la luz en ambos continentes, sino también, en la forma de análisis crítico, de breves compendios o jugosos extractos, toda la sustancia, de los estudios, desconocidos para la generalidad, de nuestro público, que en los últimos treinta años han renovado la faz y el fondo de algunas ciencias físicas y morales y hasta dado nacimiento a otras nuevas». Respecto a su orientación, expresaban en el ya citado trabajo inicial: «Con tales propósitos, y agena [sic] nuestra REVISTA a todo esclusivismo [sic] de doctrina, de escuela o de partido; aspirando únicamente a ser pacífica arena de exposición seria y levantada, pero nunca campo de batalla de personalidades ni de pasiones, dejará la responsabilidad de los escritos que publique a los autores que la honren con sus producciones, que la sostengan con sus talentos, que la ayuden, que la animen y la estimulen en esta noble cuanto difícil tarea de mantenerla siempre a nivel de la ilustración del país y de reunir dentro de un mismo círculo a nuestros escritores y literatos.» A partir del tercer número pasó a editarse mensualmente. En el ya aludido trabajo de Ricardo del Monte sobre la revista, éste señala que al comenzar 1878 se unen a la misma Antonio Govín y Enrique José Varona, los cuales suscriben, conjuntamente con los iniciales colaboradores de Cortina, un «Prospecto» que apareció en el primer número del cuarto tomo (correspondiente a julio de 1878) y en el cual, luego de hacer un análisis de los éxitos alcanzados por la revista hasta ese momento y de anunciar que desde el próximo número se aumentaría la cantidad de páginas, se señalaba lo siguiente: «Limitada hasta aquí a los asuntos científicos y filosóficos, se propone alma ampliar su programa dando algún espacio a las ciencias morales y políticas, aunque cuidando mucho de no perder el carácter que la distingue. Esto es decir que nos abstendremos de cuestiones concreto de actualidad, o directas discusiones de nuestras circunstancias locales, y que hemos de ceñirnos al examen de las doctrinas y los problemas, bajo un criterio exclusivamente científico que, considerando la política como un sistema de hechos naturales, regido por leyes constantes, sujetas [sic] a un determinismo inevitable, la eleva por lo mismo al rango de ciencia social.» En su imprescindible estudio sobre la publicación, Ricardo del Monte explica que, a fines de 1878, al fallecer Julián Gassie, la revista se reforzó con dos nuevos auxiliares en las personas de Vidal Morales y Morales y Antonio Bachiller y Morales. En la página 35 de su Bosquejo histórico de lar letras cubanas (La Habana, Editora del Ministerio de Educación, 1962), José Antonio Pertuondo expresa que en la Revista de Cuba, y en su sucesora la Revista Cubana, de Enrique José Varona, «...se agrupa toda una generación criticista y científica que encara con criterios positivistas, principalmente spencerianos, los problemas todos del país [...]». En sus páginas vemos aparecer, junto a numerosos trabajos relativos a problemas filosóficos y científicos que abordan cuestiones relativas a la antropología, la lingüística, las ciencias biológicas, la educación, la arqueología cubana y americana, la geología, la ética, la sociología, la criminología -y entre los que se incluyen dos series de las conocidas «Conferencias filosóficas» de Varona-, otros escritos que corresponden a géneros poco frecuentados en la época, como la crítica literaria, que, no obstante el planteamiento inicial de los fundadores de la revista de que éste sería aspecto preferentemente de la misma, resulta poco transitado y presenta escasos juicios originales sobre autores contemporáneos, según analiza Ricardo del Monte en su varias veces citado, por imprescindible, trabajo. La biografía -generalmente de figuras cubanas destacadas en la literatura y las artes-, la estética y la historia literaria ocupan espacio aceptable en sus páginas, en las que aparece poco material de contenido político. Se incluyen poesías y otros trabajos sobre historia, antigüedades y estudios americanistas, jurisprudencia, economía, así como novelas y otros textos traducidos y notas necrológicas. Importante resulta la publicación de trabajos inéditos -de Buenaventura Pascual Ferrer, José María Heredia, José Agustín Caballero, José Zacarías González del Valle, José Antonio Echeverría- o perdidos para la generación presente de la época -Impugnación de los discursos de Cousin sobre el Ensayo del entendimiento humano de I,ocke, de Luz y Caballero, y la Historia de la esclavitud de las Indias, de Saco-. Es de hacer notar la colaboración de destacados cubanos que se encontraban expatriados. Importante fue también la publicación de trabajos bibliográficos de Eusebio Valdés Domínguez y del ya por entonces desaparecido Domingo del Monte. Mantuvo durante toda su existencia una sección titulada «Miscelánea», en la que se publicaban pequeñas notas de interés variado que recogían el acontecer científico y literario nacional y extranjero. También reseñó las veladas literarias que en la redacción de la revista inauguró y mantuvo Cortina e incluyó cuadros estadísticos que reflejaban la mortalidad habanera de un período determinado. Los más asiduos colaboradores fueron, además de los ya mencionados como partícipes de la empresa en una y otra medida, Esteban Borrero Echeverría, Francisco Calcag. no, José Fornaris, Ambrosio González del Valle, Antonio López Prieto, Mercedes Matamoros, Rafael Montoro, Carlos Navarrete y Romay, Felipe Poey, Serafín Ramírez, Agustín W. Reyes, Antonio y Francisco Sellén, Diego Vicente Tejera, José Varela Zequeira y Gabriel de Zéndegui. Otros colaboradores conocidos fueron Juan Ignacio de Armas, Luis A. Baralt, Emilio Blanchet, José María de Cárdenas y Rodríguez, Isaac Carrillo y O´Farrill, Emilio Ferrer y Picabia, Domingo Figarola Caneda, Eliseo Giberga, Nicanor A. González, Pedro José Guiteras, Pablo Hernández, José Silverio Jorrín, Rosa Krüger, Rafael María de Mendive, Luis Montané, Manuel Sanguily, Ramón Vélez Herrera y otros. La publicación de la Revista de Cuba, cuya colección se compone de dieciséis gruesos tomos, terminó en noviembre de 1884 por el fallecimiento de su fundador, director y principal sostenedor, José Antonio Cortina. En el última número publicado, que se dedicó por completo a honrar la memoria de Cortina, se reprodujeron los numerosos trabajos aparecidos en la prensa de la época con motivo de su muerte y otros textos escritos especialmente para ese número, entre estos últimos el trabajo «La Revista de Cuba. Su vida y su influencia» que, aunque aparece sin firma, se sabe fue escrito por Ricardo del Monte. Este trabajo fue incluido como prólogo en el Indice de la Revista de Cuba (La Habana, Municipio de La Habana. Depto. de Cultura, 1938), confeccionado por Fermín Peraza y con el cual se inició la Serie D. Indica de revistas cubanas, de la colección Publicaciones de la Biblioteca Municipal de La Habana, que el propio Peraza dirigía.

BIBLIOGRAFÍA

Carter, Boyd G. «Revista de Cuba», en su Las revistas literarias de Hispanoamérica. Breve historia y contenido. México, Eds. Andrea, 1959, p. 146-148. | Chacón y Calvo, José María. «Hechos y comentarios. Los preludios del positivismo de Varona. II. Perspectivas de la Revista de Cuba», en Diario de la Marina. La Habana, 123 (l57): 4-A, jul. 5, 1955. | Guiral Moreno, Marco. «La Revista de Cuba», en Revista de la Biblioteca Nacional. La Habana, 2a. serie, 7 (4): 33-67, oct.-dic., 1956. | Monte, Ricardo del. «La Revista de Cuba. Su vida y su influencia», en su Obras. La Habana, Academia Nacional de Artes y Letras, 1929, p. 163-188 (Biblioteca de autores cubanos, l).

Revista de Cuba (Santiago de Cuba, 1920-[Id?]). Se publicaba semanalmente. Aparece Por Primera vez el 7 de febrero. Presenta como editores a Prado y Abril y como redactores a Pascasio Díaz del Gallego y Armando Leyva. En las «Notas editoriales» del primer número se señala: «Aquí está la Revista de Cuba sin el estímulo de los que echaban de menos una publicación literaria sin temor a los fúnebres agoreros que predicen su efímera existencia. Aquí está, porque Oriente la necesita, escudada en nuestra perseverancia de todos los propósitos de cultura y patriotismo y amparada en estas palabras que son su lema y sintetizan su programa: «'Por la patria y por el Arte'.» Incluía artículos sobre figuras literarias y artísticas -nacionales y extranjeras-, sobre el teatro y obras teatrales, trabajos acerca de la mujer o para la mujer, filosóficos y sociológicos, cuentos, anécdotas, caricaturas, fotos y actividades santiagueras. Los trabajos estaban firmados por Max Henríquez Ureña, Eduardo Abril, Ana Abril de Toro, Rafael A. Esténger, E. G. Manet, Rafael G. Argilagos, Enrique José Varona, Félix Soloni y Alfonso Hernández Catá. Incluyó asimismo poemas de Bonifacio Byrne, Agustín Acosta, Rafael A. Esténger, Federico Henríquez i [sic] Carvajal, Leopoldo Lugones, Juana de Ibarbourou, R. Gómez Reynero, Joaquín Aristigueta, Enrique Cazade, Desiderio Fajardo Ortiz, Narciso Díaz Escavar y Luis Díaz de Cuberos. El último número consultado corresponde al 20 de marzo del propio año.

Revista de Cuba (Santiago de Cuba, 1938-[Id?]). Mensuario de cultura cívica. Revista. Comenzó a publicarse en febrero. Fue su director Jaime Suárez Silva. En su primer número se señala, bajo el título de «Principios y convicciones», lo siguiente: «Falta un concurso unánime, esencialmente cubano, que se proponga a [sic] la acción específica, determinante, categórica en pro de la restauración de la nacionalidad que se nos escapa de las manos flácidas, ahítas de pedir limosnas. Y en pro de este concurso global, para luchar por la verdadera independencia económica que nos falta, surge Revista de Cuba, revista de concepción medular que empleará el tono discreto y el reclamo viril para forjar sobre el yunque de las realidades actuales, el esfuerzo unánime de la ciudadanía consciente.» Incluía trabajos sobre la actualidad nacional e internacional, figuras y hechos de nuestra historia y educación; en torno a personajes y tipos nacionales; sobre la mujer y para la mujer; acerca de figuras literarias cubanas y extranjeras, así como reseñas de libros, diversos ensayos políticos y algunos poemas. Colaboraron en sus páginas Juan Marinello, Pedro Henríquez Ureña, Carlos Rafael Rodríguez, Juan Mier Febles, Fernando Campoamor, Mariblanca Sabas Alomá, Alberto Lamar Schweyer, Sergio Carbó, Rafael Esténger, Armando Maribona, Rafael Marquina, Nemesio Lavié y Rafael Rodríguez Altunaga, entre otros. Solamente se han consultado tres números de febrero a abril del propio año 1938.

Revista de Cuba Libre (Tampa, Estados Unidos, 1897-1898). Periódico quincenal. Órgano del Club «Justo Carrillo». Comenzó a salir el 15 de diciembre, bajo la dirección de Justo Carrillo. La propia publicación expresa que fue «dirigido, redactado y administrado por la directiva de dicho Club, para arbitrar recursos a la causa de Cuba». Señala, además, que su objetivo «...es la divisa más honrosa que jamás se ha concebido por el género humano: ayudar a la Patria». Publicó, poesías, artículos políticos, entrevistas a próceres cubanos, crónicas sobre las distintas actividades de los clubes revolucionarios y noticias sobre la prensa de la época. Hizo énfasis en destacar el desarrollo de las Guerras de Independencia de Cuba y la participación en las mismas de algunas mujeres destacadas. La propia revista presenta entre sus colaboradores a figuras como Rosario Sigarroa, Dolores de Tió, Enrique José Varona, Gonzalo de Quesada, Manuel Sanguily, Juan Vilaró, Diego V[icente] Tejera, Bonifacio Byrne, Fernando Figueredo, Juan Armas, Martín Morúa Delgado, Eduardo Yero y Carlos Trelles, entre otros. Colaboraron en la publicación, además, Nicolás de Heredia, Fernando de Zayas, Néstor Carbonell, Luis de la Cruz Muñoz, Nicolás Arnao, Luz A. Valdespino, Mercedes Matamoros, Luis Rodríguez Velazco, Ismael Perdomo, Benjamín Vicuña. Cesa su publicación el 27 de agosto de 1898 con estas palabras «...se despide con un hasta luego porque se propone continuar en Cuba, no la campaña antiespañola que hemos sostenido hasta ahora, porque el vencido sólo merece compasión, sino la campaña de la regeneración del pueblo cubano que es lo que interesa ahora, la campaña por el orden, la moralidad y la justicia [...]».

Revista de Educación (La Habana, 1911-[1928?]). Dedicada al estudio de la pedagogía y sus ciencias afines. Comenzó a publicarse mensualmente en enero, bajo la dirección de A[lfredo] M. Aguayo. La propia revista presenta, entre sus colaboradores y redactores, a Joaquín N. Aramburu, Juan García Enseñat, Francisco de Paula Coronado, Juan M[iguel] Dihigo, María Luisa Dolz, Manuel Fernández Valdés, Ramón Meza, Luciano Martínez, José Antonio González Lanuza, Luis Padró, Alfredo Rodríguez Morejón, Carlos de la Torre, Manuel Valdés Rodríguez, Enrique José Varona, María Corominas y otros. En su introducción se expresa que «...anhela ser un órgano de información, un campo neutral abierto a todas las ideas; un taller de valores nuevos y también un amigo y colaborador del profesorado de Cuba». Y añade: «Su misión, de orden científico y profesional, la apartará de la política, en el sentido estrecho y limitado que suele darse a esta expresión» Al comenzar su segundo semestre, en julio de 1911, declara que «...no sólo ha echado raíces vigorosas en suelo nacional, sino que en toda Hispano-América, desde Río Grande hasta la tierra del Fuego, ha sido recibida con aplauso, según prueban los elogios que le han dedicado multitud de revistas pedagógicas escritas en nuestra lengua, y el apoyo y protección que ha merecido a buena parte del magisterio hispanoamericano». En enero de 1924 (momento en que se encontraba en su tercera época) toma el subtítulo de «Publicación mensual. Dedicada al estudio de la pedagogía y ciencias afines», y cambia el formato. Además, añade, a la lista de redactores, los nombres de Felicia Guerra, Ana Luisa López Lay, Juana María Guardado, Celina Alfonso y Carlos Valdés Miranda. Fue una revista fundamentalmente pedagógica. Dedicó gran parte de sus páginas al desarrollo y educación del niño en sus diversas etapas. Publicó artículos o trabajos sobre psicología, pedagogía y educación de la mujer. Algunos de los artículos publicados por la revista fueron reproducciones de la prensa extranjera. Además, publicó notas bibliográficas y crónicas escolares. Reseñó congresos educacionales y destacó la labor de algunos educadores sobresalientes, tanto nacionales como extranjeros. Además de los ya citados, colaboraron en sus páginas Luis A. Baralt, Luisa Fernández del Real, Hortensia Pichardo, Salvador Massip, Heliodoro García Rojas, Edelmira Lépori, Luis A. Pelliza, Graciela Herrera, Raquel Pola, Juan S. Padilla y otros. El último número encontrado corresponde a junio de 1925. En octubre de ese mismo año reapareció, con nueva numeración, como Revista de Instrucción Pública y con el subtítulo de «Publicación mensual, órgano oficial de la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes», cuyo director -que no aparece señalado en la publicación- fungía también como director de la misma. La dirección técnica estaba a cargo de A[lfredo] M. Aguayo. Como redactores aparecían Ramiro Guerra, Arturo Montori, Arturo Echemendía, Dulce María Borrero de Luján y Carolina Poncet. Desde el número correspondiente a diciembre de 1926 asumió la dirección José B. Alemán, nuevo secretario de Instrucción Pública. Como su antecesora, esta publicación dio preferencia en sus páginas a trabajos relacionados con la pedagogía y las actividades escolares, a través de sus secciones: práctica, de noticias escolares, legislativa (que incluía leyes, decretos presidenciales, resoluciones, etcétera, sobre asuntos de instrucción pública), bibliográfica y de estadísticas. También dio cabida a trabajos sobre historia de nuestra cultura y educación en sus diversas manifestaciones y figuras relevantes. El ejemplar correspondiente a febrero de 1927 fue dedicado en su totalidad a recordar al gran pedagogo suizo Pestalozzi. Colaboraron en sus páginas, además de las figuras ya mencionadas, Antonio Rodríguez Morey, Joaquín Llaverías, Enrique Gay Calbó, Dolores Borrero, F[rancisco] de P[aula] Coronado, Carlos Valdés Miranda, Luciano R. Martínez, Emma Pérez Téllez, Camila Henríquez Ureña, Gabriel García Galán y otros. El último ejemplar revisado corresponde a junio de 1928.

BIBLIOGRAFÍA

«Nuestra revista y los maestros», en Revista de Instrucción Pública. La Habana, 1 (2): 1-3, nov., 1925.

Revista de Educación (La Habana, 1937-[1941?]). Órgano oficial de la Dirección de Enseñanza [de la] Secretaría de Educación de la República de Cuba. El primero y el segundo números publicados corresponden a los meses de enero-febrero y marzo-abril; luego siguieron algunos números mensuales y por fin salió irregularmente. Su primer director fue José M. Pérez Cabrera, quien fue sustituido por José M. Velázquez Portuondo, según se señala en el número correspondiente a mayo-diciembre de 1938. Pérez Cabrera aparece nuevamente al frente de la publicación en el ejemplar que corresponde a julio-agosto de 1940, momento en que se encontraba ya en su segunda época. La revista estaba dedicada a problemas de la enseñanza y la pedagogía y era, según se señala en su primer número, «la continuación de la homónima que últimamente se llamaba Revista de Instrucción Pública». En sus páginas aparecieron, además, trabajos de preceptiva literaria, reseñas de libros, artículos sobre figuras cubanas y diversos poemas. Los trabajos y poemas estaban firmados por Alfredo M. Aguayo, Medardo Vitier, Dulce María Escalona, Juan J. Remos, Renée Potts, Gabriela Mistral, Emilio Ballagas, Modesto Tirado, Rogelio González Ricardo y otros. El último número consultado corresponde a enero-julio de 1941.

Revista de Estudios Literarios (La Habana, 1921-[Id.?]). Órgano del Seminario de Estudios Literarios. El primero, y único número encontrado, corresponde al mes de enero y señala a Juan J. Remos como su director. Aparecía también la lista de sus redactores, integrada por Emelina Díaz, Rosalía Camín, Enrique Delgado, Marco A. Montero, Ramón Piedra, Ventura Fernández Fraga, Ricardo A. Sarabia y Francisco del Barrio. En dicho número se señala: «Esta publicación tiene por objeto divulgar el conocimiento de los grandes maestros del arte literario y de las ideas estéticas de la literatura, para lo cual cada número constará de un estudio de esta índole, que será redactado por miembros del Seminario de Estudios Literarios.» Y agrega a continuación: «Verá la luz bimensualmente en un cuaderno en octavo, con el número de páginas que requiera la obra insertada.» Este primer número reproducía únicamente un ensayo de Juan J. Remos sobre Manuel Tamayo y Baus.

Revista de Instrucción Pública (V. Revista de Educación)

Revista de la Asociación Femenina de Camagüey (Camagüey, 1921-[Id?]). Publicación mensual que se inició en enero, auspiciada por la entidad homónima. Fue su directora Isolina Torres de Barthelemy, quien ocupó este cargo hasta la muerte de su hija, dejando entonces la dirección a Isabel Esperanza Betancourt, según se señala en el número 6, correspondiente al mes de junio. Fue una revista social, literaria y feminista, que no se limitó a ser espejo del ambiente local. Publicaba artículos para niños y mujeres, sobre el feminismo y sobre figuras patrióticas y femeninas; poemas, cuentos, así como fotos de mujeres y niños camagüeyanos. Aparecieron obras y trabajos de Aurelia Castillo de González, María Collado, Luisa Pérez de Zambrana, Mariblanca Sabas Alomá, Emilia Bernal, Dulce María Loynaz, Emma Betancourt de Agramonte, Antonia Valdés Perdomo y otras. El último número consultado corresponde a diciembre del propio año. León Primelles, en su Crónica cubana. 1921-1922 (La Habana, Editorial Lex, 1957) la consigna sólo en dicho año.

Revista de la Biblioteca Nacional (La Habana, 1909-1912; 1949-1958; 1959- ). Publicación mensual. Se imprimió su primer número en enero, bajo la dirección de su fundador Domingo Figarola-Caneda. En su proemio inicial la propia publicación expresa: «No debe ni ha de ser la Revista de la Biblioteca Nacional, más que una publicación consagrada principalmente a la institución que representa, y luego, por consecuencia indispensable a la vez que por deber profesional, a contribuir, tanto como le sea posible, a la vulgarización de las diversas ramas constituyentes de la ciencia del libro y de la Biblioteca.» Añade que en ella se publicarían «...todos los asuntos relativos al estado y progreso de la Biblioteca Nacional [...]», así como «...la exposición y estudio de las distintas materias que se relacionen con aquélla [...]» y «...la información más extensa y variada posible de lo importante que acontezca en el mundo donde éstas se cultiven». Por último agrega que «...dará a la estampa las tablas de materias o índices metódicos de ciertas publicaciones nuestras que no lo poseen todavía, o sólo parcialmente -entre ellos las Memorias de la Sociedad Económica de Amigos del País, Revista Bimestre Cubana, Revista de Cuba y Revista Cubana, [...]». Realmente, la revista, en esta etapa, no fue mensual como se anunció, sino bimestral. En la página 11 de su «Introducción» al Índice de la Revista de la Biblioteca Nacional «José Martí» (1909-1969) (La Habana, Instituto del Libro, 1975, p. 9-23). Juan Pérez de la Riva señala que en esta primera etapa (1909-1912) la revista «...no respondió ni mucho menos al propósito anunciado por su director. Fue, eso sí, una Revista erudita, la cual, además de la sección oficial, estaba consagrada fundamentalmente a la publicación de correspondencias inéditas, acompañadas de notas de gran valor historiográfico; de bibliografías de escritores cubanos y trabajos de heráldica, arqueología y erudición varia, todas debido a la pluma de su director». Su único colaborador fue Juan M. Dihigo. Reaparece, en su segunda época, en abril de 1949. Salía en forma trimestral. La dirige entonces Lilia Castro de Morales y asume la jefatura de redacción Manuel Moreno Fraginals. En sus propósitos señala: «Así la Revista presenta tres aspectos diversos en apariencia pero internamente unidos a la raíz: la revisión de obras que para la época de su edición ya tengan carácter histórico; la crítica de libros recientes y por último, artículos de fondo que den a conocer aspectos ignorados de nuestra cultura así como la publicación de documentos y obras inéditas o reedición de los que por su rareza lo merezcan. Como parte complementaria [...] la publicación de aquellas noticias de mayor interés referentes al desenvolvimiento de nuestra institución.» En el editorial correspondiente a abril-junio de 1953 la revista expresa que «...será la expresión dinámica de las actividades de la cultura cubana, como si fuera el espejo de la cartografía intelectual de la Isla». Dedicó algunos números especiales, entre ellos, al centenario del natalicio de Domingo Figarola-Caneda (enero-marzo, 1952), a Luis Rodríguez Embil (abril-junio, 1954), a la inauguración del nuevo edificio de la Biblioteca (octubre-diciembre, 1957). Consagró el año 1953 al centenario del natalicio de José Martí. Esta etapa tuvo tres secciones fijas: «Vigencia de ayer», «Temas e indagaciones» y «Vida de los libros». En ellas se publicaron críticas, reseñas y artículos literarios, preferentemente sobre temas cubanos, y se dieron a conocer documentos valiosos de nuestra cultura. Además, también se publicaron estudios de interés general, especialmente sobre la historia de Cuba, y bibliografías sobre figuras destacadas en las letras, la ciencia y la educación, con sus correspondientes introducciones y notas. Otra de sus secciones: «Bibliográficas» publicó notas bibliográficas sobre libros publicados y reseñó muchos de los acontecimientos culturales de la época. Colaboraron en esta etapa figuras como Emilio Roig de Leuchsenring, Gerardo Castellanos, Emilio Ballagas, José Rivero Muñiz, Salvador Bueno, Emeterio S. Santovenia, Luis Felipe Le Roy, Antonio Martínez Bello, J. Ponte Domínguez, Francisco de Paula Coronado, José Antonio Fernández de Castro, Juan Luis Martín, Julio Le Riverend, Marcelo Pogolotti, Francisco Pérez de la Riva, José Manuel Carbonell, Juan Dihigo, Feliz Lizaso, Enrique Gay Calbó, Isidro Méndez, José Manuel Ximero, Juan J. Remos, Óscar Fernández de la Vega, Juan Manuel Planas y otros. Al triunfar la Revolución sale un número correspondiente a diciembre de 1958. En el mismo, la nueva dirección de la Biblioteca señala: «Al hacernos cargo de la Biblioteca Nacional 'José Martí' encontramos este número de la Revista ya listo para su distribución. Hemos considerado nuestro deber repartirlo en atención a los intelectuales que han contribuido a él con interesantes trabajos.» Y agrega: «Este número de la revista cierra una época. La Biblioteca Nacional entra este año en una nueva etapa en la que sin descuidar las labores de investigación que le son propias, se propone vincularse estrechamente al movimiento renovador que anima nuestro país, desde el primero de Enero del Año de la Liberación.» Y continúa: «Fieles a este postulado aspiramos a que en cada número de nuestra revista se conjuguen trabajos de investigación y otros que reflejen las proyecciones de nuestros valores más jóvenes, a fin de que esta publicación sea un reflejo verdadero de las inquietudes intelectuales del país.» La tercera época o serie comienza con el número correspondiente a 1959, bajo la dirección de María Teresa Freyre de Andrade y el título ampliado de la siguiente forma: Revista de la Biblioteca Nacional «José Martí». Ocupa, entonces, la jefatura de redacción Graciela Pogolotti. En el ejemplar correspondiente a enero-diciembre de 1960 -que apareció con atraso en 1962- aparece un consejo de redacción integrado por María Teresa Freyre de Andrade, Amalia Rodríguez, Aleida Plasencia, Juan Pérez de la Riva, Argeliers León, Mario Parajón, Eliseo Diego y Cintio Vitier. En el número siguiente (enero-diciembre de 1961, que se publicó en 1963) asume la dirección Renée Méndez Capote. En 1963 la revista logra ponerse al día, al editar también en dicho año los ejemplares correspondientes a 1962 y 1963. A partir de 1964 asume la dirección Juan Pérez de la Riva. Aparecerán tres números al año. Además, se encargará de la secretaría de redacción Luisa Campuzano hasta 1967, en que la sustituye Siomara Sánchez. En 1967 formarán el consejo de dirección Aurelio Alonso, Luisa Campuzano, Eliseo Diego, Manuel Moreno Fraginals y Graciela Pogolotti, y el consejo de colaboración Rebeca Gutiérrez, Cintio Vitier y Juan Zurbarán. En el número correspondiente a enero-abril de 1970 otras figuras integran el consejo de dirección, entre ellas, Salvador Bueno, Gustavo Eguren, Carlos Fariñas, Fina García Marruz, Zoila Lapique y Sidroc Ramos. En esta tercera etapa la revista también publicó algunos números especiales, entre ellos el dedicado a la memoria del Guerrillero Heroico, Comandante Ernesto Che Guevara (julio-diciembre, 1967) y el de septiembre-diciembre de 1974 en homenaje a Juan Marinello. Publica trabajos de investigación, tanto literarios como históricos, así como conferencias ofrecidas en la Biblioteca. Suele conmemorar los centenarios de figuras cubanas destacadas. En general, da a conocer artículos sobre literatura cubana y del resto del continente, preferentemente, así como de literatura universal. Además, son frecuentes las críticas literarias y de arte. También publica cuentos y poesías. En esta última etapa, la revista aglutina a otros colaboradores, además de los miembros del consejo de redacción, entre ellos Juan Marinello, José Luciano Franco, José Antonio Portuondo, Jorge Ibarra, Elías Entralgo, Camila Henríquez Ureña, Ezequiel Martínez Estrada, Hortensia Pichardo, Pedro Deschamps Chapeaux, Eloy Merino Brito, Salvador Arias, César García del Pino, Filiberto Ramírez Corría, José López Sánchez, Leopoldo Horrego Estuch, Octavio Smith, Sergio Aguirre, Argeliers León, Araceli García-Carranza y otros. Compilado por Araceli García-Carranza se publicó el Índice de la Revista de la Biblioteca Nacional José Martí. 1909-1969 (La Habana, Instituto Cubano del Libro, 1975).

BIBLIOGRAFÍA

Pérez de la Riva, Juan. «Introducción», en Índice de la Revista de la Biblioteca Nacional José Martí. 1909-1969. Comp. por Araceli García-Carranza. La Habana, Instituto Cubano del Libro, 1975, p. 9-23.

Revista de la Facultad de Letras y Ciencias (La Habana, 1905-1930). Comenzó a salir en julio. Evelio Rodríguez Lendián asumió la dirección desde su fundación hasta el primer semestre de 1916. El ejemplar correspondiente al segundo semestre de ese año apareció bajo la dirección de Pedro Córdoba Leake. Al año siguiente es elegido director de la misma Juan Miguel Dihigo, quien siguió ocupando el cargo hasta el término de su publicación. La revista comienza su salida con el propósito de «...mantenerse en comunicación con todas las corrientes intelectuales dentro y fuera de Cuba». Añade, además, que estará dedicada «...en primer término a los estudiantes de la Universidad y conjuntamente al público todo de la República [...]». Por último, resume sus objetivos fundamentales al expresar: «Publicaremos estudios originales de nuestros colaboradores, lecciones de profesores de la Facultad, conferencias de la serie iniciada por ella a los fines de extensión universitaria, notas bibliográficas de obras recientes, y que se publiquen en lo sucesivo, y cuanto pueda contribuir a la difusión de la cultura y a despertar y sostener el amor a la ciencia, que es el instrumento maravilloso con que el hombre puede aspirar, cada vez más, a modificar el mundo que habita, mejorar su propia condición y hacer más noble y bella su vida.» Comenzó en forma bimestral, pero a partir de 1920 se publicó en dos entregas al año. Correspondían los números 1 y 2 al primer semestre y los 3 y 4 al segundo. Al iniciar su publicación fueron sus redactores Arístides Mestre y Juan Miguel Dihigo y se constituyó un comité de redacción integrado por Enrique José Varona, Guillermo Domínguez Roldán, Manuel Valdés Rodríguez, Esteban Borrero Echeverría, Ramón Mesa, Santiago de la Huerta, Luis Montané, Alejandro Ruiz Cadalso, Aurelio Sandoval, José Cadenas y Francisco Henares. Más tarde, en este comité de redacción fueron sustituidos algunos de sus miembros; en lo sucesivo, aparecieron figuras como Sergio Cuevas Zequeira, Carlos de la Torre, Carlos Theye, Alfredo M. Aguayo, Luis Padró, Antonio Espinel, Buenaventura Rueda. A partir de 1917 suprime el mencionado comité y aparece entonces la aclaración de que «Son colaboradores los Señores Profesores de la Facultad». Al ocupar la dirección J. M. Dihigo (1917), Arístides Mesa se convierte en redactor jefe hasta 1918, en que le acompañará en la redacción Salvador Salazar Roig. Ya en 1919 aparece también asumiendo la redacción Luis de Soto y Sagarra. A partir de 1925 solamente aparece el nombre de Aurelio Boza Masvidal como secretario de redacción. La revista reflejó tanto los acontecimientos culturales y científicos más sobresalientes de la Universidad de la Habana como lo relacionado con los cambios organizativos y de gobierno en la misma. Publicó conferencias, biografías de figuras cubanas, discursos, tesis de alumnos y otros trabajos. En sus páginas aparecieron estudios sobre antropología artes plásticas, literatura, pedagogía, política, botánica, biología, psicología, historia universal. Hizo hincapié en tratar temas sobre la enseñanza cubana, la lingüística y las literaturas griega y cubana. Sus notas bibliográficas abarcaron libros cubanos y extranjeros. En la sección «Misceláneas» se reseñaron todo tipo de actividades y acontecimientos culturales y científicos de Cuba y del resto del mundo. Sus principales colaboradores fueron J. M. Dihigo y las figuras que integraron el comité de redacción, muchas de las cuales eran profesores de la Universidad. Añadamos, además, entre sus colaboradores, a Nicolás Heredia, Domingo Figarola-Caneda, María de los Ángeles Landa, Manuel Sanguily, Emilio Blanchet y otros. Al terminar su publicación, con el volumen 40, de julio-diciembre de 1930, su director denuncia: «Ponemos en conocimiento de nuestros compañeros de Universidad, especialmente, y de todos nuestros lectores, así como de los centros de instrucción que nos favorecían con el canje de sus diversas publicaciones, etcétera, ya nacionales o extranjeras que la Revista de la Facultad de Letras y Ciencias suspende su publicación con motivo del Decreto del 15 de diciembre de 1930 del Sr. Presidente de la República, clausurando indefinidamente la Universidad de La Habana.» Compilado por Berta Becerra Bonet, se ha publicado por la Sociedad Económica de Amigos del País, en el volumen 9 de las ediciones de su Biblioteca pública, el Índice de la Revista de la Facultad de Letras y Ciencias de la Universidad de la Habana (La Habana, Úcar, García, 1955).

BIBLIOGRAFÍA

Boza Masvidal, Aurelio. «Revista de la Facultad de Letras y Ciencias», en Universidad de La Habana. La Habana, 30 (177): 171-197, ene.-feb., 1966.

Revista de la Habana (La Habana, 1853-1857). Periódico quincenal de ciencias, literatura, artes, modas, teatros, etcétera, con litografías y grabados. El primer número correspondió al mes de marzo. Fueron sus editores Rafael M[aría] de Mendive y José de J[esús] Q[uintiliano] García, quienes firmaban un artículo inicial en el que expresaban: «Al entrar con nuestra primera entrega en la época crítica para todo periódico en que el público a quien se dedica decide de su vida, debemos una manifestación a los que con tan decidida protección se han dignado acoger nuestro pensamiento, y estamos en el caso de explicarles el carácter de nuestra REVISTA. Al concebir la idea de ella, al resolvernos a anunciarla, las aspiraciones que nos movieron eran tan dignas de una capital culta, como lícitas aún a nosotros; no que conceptuáramos, inmodestos, que nuestras pocas escasas fuerzas fueran sobrado potentes para dar cima a la empresa, sino porque teníamos presente que cada cual puede en lo que está a sus alcances contribuir al bien de su país, y que lo era para el nuestro una publicación científica y artística de que carecía, dado que no estaba tan escaso de periódicos literarios y amenos; porque contábamos con todos los medios materiales bastantes para acometer la empresa, y en fin y principalmente porque fiábamos en que nuestro mundo literario acudiría en ayuda nuestra con sus escritos los unos, los otros con toda aquella protección a que se hace acreedora toda empresa útil de por sí.» Y más adelante añadían que «...adoptando para nuestra publicación el título de 'Revista', le hemos dado como una fisonomía local, un carácter propio para un país que como el nuestro puede considerar como un título de gloria las anomalías que presenta su ilustración, por la rapidez asombrosa con que ha alcanzado la altura en que se encuentra; y sin dejar de la mano el arte y la ciencia, su amenidad le hará capaz de lograr la lectura de mayor número de personas y el atractivo de lo pintoresco aumentará en mucho su circulación. Así, pues, aunque pudiera aparecer alguna oposición entre el grave título de 'Revista', y lo ameno y puramente agradable de algunos de sus artículos, y lo atractivo de su parte material; con todo, creemos que la persona más severa tendría bastante sensatez para perdonárnoslo gustosa en gracia de tan motivada causal y del provecho que insinuamos». Finalmente expresaban que «...hoy tenemos derecho a asegurar que las firmas de casi todos los más distinguidos de entre nuestros escritores, honrarán las páginas de nuestra 'Revista', y ofreciendo al público que tan notable suceso no nos hará desmayar en nuestros esfuerzos le tributan el debido homenage [sic] los Editores de la REVISTA DE LA HABANA». La segunda época comenzó en octubre de 1856; a partir del ejemplar correspondiente a enero de 1857, dejó de tener subtítulo y el formato se redujo. Con relación a estos cambios sus editores manifestaron que «Variará en su forma porque debe variar; no en el fondo [...] las modificaciones que en ella presentamos no tienen por ridículo objeto el rivalizar con análogas publicaciones de otros países». No obstante, debido a la falta de suscripciones, se dejaron de publicar grabados, retratos, litografías, modas y música, entre otros materiales. Esta revista -definida por Feliciana Menocal como «...el monstruo editorial del siglo XIX [...]»-, publicó cuentos, poemas, novelas por capítulos, trabajos sobre arte, historia, arqueología, modas (a cargo de Anarda), biología, derecho, literatura, moral, religión, química, teatro, adelantos científicos, costumbres, filosofía, estética, biografías, gramática y sobre otros temas. Además, publicó abundantes críticas literarias, traducciones y notas bibliográficas. Tuvo varias secciones fijas, como «Revista científica», que comentaba los últimos adelantos en esta materia, preferentemente en Europa, y «Revista», especie de crónica con la que finalizaba cada entrega. Colaboraron en sus páginas las figuras intelectuales más importantes del momento, entre ellas, Antonio Bachiller y Morales, Ramón Zambrana, Juan Clemente Zenea, Ramón de Palma, José Fornaris, Emilio Blanchet, Gertrudis Gómez de Avellaneda, José de la Luz y Caballero, Felipe López de Briñas, Narciso Foxá, Joaquín García de la Huerta, José Fornaris, Ignacio María de Acosta, Francisco Javier Angulo Guridi, José de Armas y Céspedes, Andrés Poey, José Victoriano Betancourt, José Agustín Suzarte, Cirilo Villaverde, Félix Tanco y Bosmeniel, Francisco Javier Blanchié, Ramón Piña -cuya novela Gerónimo el honrado apareció por capítulos-, José María de Cárdenas, Manuel Costales y Govantes, José Antonio Echeverría, Anselmo Suárez y Romero, Eusebio Guiteras, José de Jesús García y Valdés, José Silverio Jorrín, Tranquilino Sandalio de Noda, Felipe López de Briñas, Joaquín Lorenzo Luaces, Adelaida del Mármol, Federico Milanés, Manuel González del Valle, Pedro José Morillas, Juan Cristóbal Nápoles Fajardo (El Cucalambé), Fernando Pié y Faura, José Gonzalo Roldán, Leopoldo Turla, Felipe Poey y otros. El último ejemplar publicado correspondió a septiembre de 1857. Al final de cada uno de los volúmenes apareció un índice con los autores y materiales incluidos. Preparado por Feliciana Menocal, con la colaboración de Aracely García-Carranza, se ha publicado su índice analítico, aparecido en Índices analíticos (La Habana, Biblioteca Nacional José Martí. Depto. Colección Cubana, 1964, p. 120-146).

BIBLIOGRAFÍA

«¡Al fin salió a la luz la primera entrega de la Revista de la Habana!», en Revista de la Habana. La Habana, 1 (1): 16-17. mar., 1853. | Fernández Arrondo, Ernesto. «Conferencia sobre la Revista de la Habana (1853-1857)», en Revista de la Biblioteca Nacional. La Habana, 2ª serie, 8 (1): 91-123, ene.-mar., 1956. | [Menocal, Feliciana]. «Revista de la Habana» en Índices analíticos. La Habana, Biblioteca Nacional «José Martí». Depto. Colección Cubana, 1964, p. 111-119.

Revista de la Habana (La Habana, 1930-[Id.?].) Publicación mensual que comenzó a salir en enero, bajo la dirección de Gustavo Gutiérrez y con un cuerpo de redactores integrado por J. M. Bens Arrate, A[ntonio] S[ánchez] de Bustamante y Montoro, J[osé] A[ntonio] Fernández de Castro, E[nrique] Gay Calbó, L[uis] Gómez Wangüermert, Max Henríquez Ureña, Ofelia Rodríguez Acosta, E[milio] Roig de Leuchsenring, José Z[acarías] Tallet, J[osé] M[anuel] Valdés Rodríguez. Su repertorio era amplio y variado; incluyó artículos sobre teoría y movimientos literarios e historia de la literatura, historia de Cuba y de América; artículos filosóficos, feministas y sobre economía, música, pintura, así como algunos trabajos sobre España y la Unión Soviética. Aparecieron también algunas piezas de teatro y comentarios sobre las mismas. Contaba además con secciones fijas: «Los libros», que reseñaba las publicaciones más destacadas; «Revista de revistas», generalidades sobre publicaciones periódicas extranjeras; «Crónicas», comentarios y noticias sobre arte, letras, radio, cine, política, economía y educación. Además de los textos de los integrantes del consejo de redacción, en sus páginas aparecieron diversos trabajos de Enrique José Varona, Fernando Ortiz, Orestes Ferrara, Emeterio S. Santovenia, Raúl Roa, Sergio Carbó, Juan Luis Martín, Alejo Carpentier, Guillermo de Montagú, Rafael García Bárcena y Héctor Poveda. Publicó poemas de Agustín Acosta, Manuel Navarro Luna, Félix Pita Rodríguez, Nicolás Guillén, Emilio Ballagas, Rafael Esténger y Luis Rodríguez Embil, y cuentos de Antonio Hernández Catá, Pablo de la Torriente Brau y Gerardo del Valle. Incluyó dibujos y grabados de Víctor Manuel, Karreño y Valls. El último número consultado corresponde a diciembre del mismo año.

BIBLIOGRAFÍA

[Roig de Leuchsenring, Emilio]. «Notas del director literario. La Revista de la Habana», en Social. La Habana, 15 (2): 106-107, feb., 1930.

Revista de la Habana (La Habana, 1942-1947). Publicación mensual dirigida por Cosme de la Torriente. El primer número correspondió al mes de septiembre. René Lufriú fue su secretario de redacción hasta el número 6; desde el siguiente y hasta su desaparición ocupó ese cargo Félix Lizaso. El consejo de redacción inicial estuvo formado por Dulce María Borrero de Luján, Emeterio S. Santovenia, Jorge Mañach, Raúl de Cárdenas, Mariano Brull, José Mª Chacón y Calvo, Manuel Sanguily [Aritzi]. Más tarde se amplió con otros nombres: Luis Rodríguez Embil, Luis V. de Abad, Fermín Peraza, Octavio R. Costa, Ana María Borrero, Enrique Gay Calbó, Pánfilo D. Camacho y Gustavo Duplessis, entre otros menos conocidos. En el número inicial expresaban que la revista estudiaría «...con calma y serenidad, así como con tiempo suficiente, cuantos problemas internos o externos debamos considerar en la presente hora, sin consideración a la política partidista, ni a las conveniencias individuales de personas o grupos de nuestra sociedad y sí sólo a lo que es fundamental y permanente para la afirmación y sostenimiento perpetuo de nuestra independencia y soberanía, y con ella de nuestro sistema republicano de gobierno, así como de la libertad, la democracia y la justicia social, sobre las que debe asentarse siempre nuestra nacionalidad, a la vez que cultivando nuestras más estrechas relaciones con la gran República que nos ayudó a ser libres, con nuestros otros vecinos más próximos y con todas las demás naciones de nuestra América [...]». Tras la pretendida imparcialidad política de esta revista, se manifiesta en ella una absoluta defensa a la política imperialista, así como un decidido ataque a los países del campo socialista. Ofreció amplia información sobre la segunda guerra mundial. Publicó materiales relacionados con la política interna y externa de Cuba y sobre asuntos económicos, fiscales, comerciales, jurídicos, sociales, científicos y, en reiteradas ocasiones, literarios, siempre a través del ensayo o del artículo periodístico. Tuvo varias secciones, tales como «Opiniones del director»; «De acá y de allá», que trató asuntos políticos nacionales y extranjeros; «Sección de documentos», que publicó actas, manifiestos y declaraciones, y la sección «Libros y autores», a cargo de Fermín Peraza, que dio noticias de los intelectuales extranjeros que visitaban nuestro país, así como de los libros más importantes que aparecían. Aparte de publicar discursos de personalidades extranjeras, entre los cubanos que colaboraron, a pesar de que la mayoría de los trabajos aparecían con la firma de algún miembro de su extenso cuerpo de redacción, figuran Antonio Sánchez de Bustamante y Sirvén, Emilio Roig de Leuchsenring, Max Henríquez Ureña, Medardo Vitier, Alfredo M. Aguayo, Gastón Baquero, Felipe Pichardo Moya. En el número 60, último que se publicó, se expresaba que «...las grandes dificultades, por la falta de papel, por el excesivo aumento de la mano de obra y hasta por preocupaciones de toda clase, entre ellas las que hoy ensombrecen el horizonte patriótico cubano, nos hacen detener, por algún tiempo, la publicación de la Revista de La Habana, a la mira de poder seguir apareciendo más adelante, fijando mejor cuáles son las orientaciones y normas que deberán seguir en lo sucesivo, aunque siempre preocupados por los problemas nacionales e internacionales».

BIBLIOGRAFÍA

Chacón y Calvo, José María. «Primer aniversario de Revista de La Habana», en Revista Cubana. La Habana, 17 (2): 372-373, abr.-dic., 1943. | Fernández Arrondo, Ernesto. «La Revista de La Habana», en Revista de La Habana. La Habana, 3, 5 (25): 87-90, sep., 1944. | «La Revista de La Habana», en Revista Cubana. La Habana, 17 (1): 118, ene.-mar., 1943. | Torriente, Cosme de la. «Algo sobre esta Revista», en Revista de La Habana. La Habana, 3, 6 (36): 579-580, ago., 1945.

Revista de la Universidad (La Habana, 1929-[1930?]). Publicación mensual que comenzó a salir en diciembre, bajo la dirección de Octavio Averhoff, rector de la Universidad de la Habana, organismo responsable de su edición. Su finalidad era la publicación de trabajos de profesores universitarios de todas las disciplinas. Entre otros, aparecieron trabajos sobre historia de Cuba, filosofía, geografía, historia de la literatura. Escribieron para la revista Salvador Massip, Alfredo M. Aguayo, Mario Sánchez Roig, Antonio Sánchez de Bustamante, Aureilo Boza Masvidal, Jorge Roa y Salvador Salazar. El último número revisado corresponde a mayo de 1930.

Revista de la Universidad de Oriente (Santiago de Cuba, 1961- ? ). El primer número corresponde al bimestre agosto-septiembre. La dirección estaba a cargo de Jesús Sabourín y contaba con un comité de redacción integrado por Nils Castro, Miguel García, Olga Meidique, Francisco Prats, Ramona Ruiz, Eduardo Sabourín, Enrique Soto del Rey y Eraclio Zapata, junto a Carlos Jurado, quien tenía a su cargo la dirección artística. Era de formato elegante, atractivo diseño, buen papel e ilustrada con fotos, viñetas, dibujos y grabados. Recogía trabajos sobre aspectos de nuestra historia, el teatro y sus figuras principales, el arte en algunas de sus manifestaciones, así como poemas, cuentos y crítica teatral y de libros. El número 2 -que corresponde a marzo de 1962 y es el último que se ha podido consultar- está dedicado ampliamente a Federico García Lorca en el 25 aniversario de su muerte y reproduce algunas piezas de la producción poética y teatral del autor, así como comentarios sobre las mismas. junto a los ya citados, aparecen en sus páginas colaboraciones de Francisco López Segrera, Pablo Hernández Balaguer, José Soler Puig, Belkis Cuza Malé, Leonardo Griñán Peralta y Miguel García.

Revista de los Estudiantes de Filosofía (La Habana, 1939-[Id.]). Comenzó a publicarse en el mes de junio, bajo la dirección de Antonio Hernández Travieso. Leví Marrero fungía como jefe de redacción. Publicó artículos sobre literatura, arte, historia, filosofía, geografía y otras disciplinas, bajo las firmas de Salvador Massip, Manuel Bisbé, Rafael García Bárcena, Jorge Aguayo, Luis de Soto, Esperanza Figueroa y Jorge Castellanos. Incluyó también poemas de Eugenio Florit, Gustavo Duplessis y Ernesto García Alzola. En sus páginas presentaba además resúmenes de actividades universitarias y reseñas de libros y conferencias. Solamente se han visto los dos primeros números, el segundo de ellos correspondiente a julio-agosto del propio año 1939. Según expresa Manuel Marcer en su artículo sobre esta publicación, aparecido en Vida Universitaria (La Habana, 16 (177-178): 46-48, may.-jun., 1965), sólo salieron estos dos números.

BIBLIOGRAFÍA

Madruga, Juan de, seud. de ?. «La Revista de los Estudiantes de Filosofía», en Cuba Nueva en Acción, La Habana, 4ª época, 1 (66): 12 sep. 26, 1939.

Revista de Música (La Habana, 1960-[1961?]). Publicación trimestral del Departamento de Música de la Biblioteca Nacional «José Martí». Comenzó a publicarse en el mes de enero con la finalidad de «contribuir al conocimiento musicológico de nuestro país», según se afirma en una introducción firmada por Argeliers León, director del Departarnento. Publicó trabajos sobre música europea y música cubana tradicional, tanto referentes a su historia como a sus géneros, intérpretes y compositores, así como sobre su cultivo y difusión en Cuba y el estado de la misma en esos primeros años de la Revolución. Incluía también partituras musicales, fotos y grabados. Colaboraron en sus páginas Ramiro Guerra, Leo Brouwer, Edgardo Martín, María Antonieta Henríquez, Zoila Lapique, María Teresa Linares, Serafín Pro, Concepción Duchesne, Jorge Antonio González, Josefina González y otros. El último número consultado corresponde a octubre de 1961.

Revista de Oriente (Santiago de Cuba, 1928-[1932?]). «Artes Ciencias Letras Actualidad / Inquietudes intelectuales / Cuaderno mensual», se leía debajo del título en el segundo número, correspondiente a agosto. Era su director Primitivo Cordero Leyva. Presentaba, además, el siguiente lema: «Abierta a toda noble manifestación del espíritu.» Desde el número 13-14 apareció en la portada el subtítulo «Cuaderno de literatura cubana» y una nota en el machón que expresaba: «El texto de esta revista es rigurosamente inédito.» En sus páginas, dedicadas casi por completo a la literatura, aparecieron cuentos, poemas, relatos, ensayos de carácter histórico y literario, prosa poética, crítica literaria, notas bibliográficas. Además, publicó artículos sobre arte, música, deportes y crónicas sociales de la ciudad y del resto de la provincia. Entre sus colaboradores se destacan Enrique José Varona, Héctor Poveda, José Antonio Rodríguez García, Ciana Valdés Roig, Ernesto Fernández Arrondo, Manuel Navarro Luna, Luis Felipe Rodríguez, Mariblanca Sabas Alomá, José de la Luz León, Antonio Iraizoz, Leonardo Griñán Peralta, Ángel Augier, Ramón [Rivera] Gollury, Regino E. Boti, Gerardo del Valle, Elías José Entralgo, Julio Le Riverend Brusone, Raimundo Lazo, Emilio Ballagas, Dulce María Loynaz, Aurora Villar Buceta, Juan Jerez Villarreal, Emilio Gaspar Rodríguez, Luis Aguiar Poveda. El número correspondiente a enero de 1931 fue dedicado a la memoria de José Manuel Poveda. El último ejemplar encontrado carece de portada, pero se puede determinar que salió en febrero de 1932, o con posterioridad, pues en el mismo se acusa recibo del primer número de Hélice, publicación que comenzó a salir en febrero de 1932.

BIBLIOGRAFÍA

«Después del primer aterrizaje. Notas de viaje», en Revista de Oriente. Santiago de Cuba, 1 (2): 5, ago., 1928. | «Un año de vida», en Revista de Oriente. Santiago de Cuba, 2 (12): 5, ago.-sep., 1929.

Revista de Todos, La (Camagüey, 1933-[Id.?]). Comenzó a publicarse el 1º de enero. Salía cada diez días. Francisco Lavernia fue su director. Publicaba trabajos sobre la mujer y para la mujer, en torno a fechas y figuras patrióticas, temas sociales y filosóficos, recomendaciones y consejos de carácter variado. Incluía además la crónica social camagüeyana, notas sobre cine y deporte, así como poemas y cuentos. Vale destacar la serie de artículos en defensa de la República española. Colaboraron en sus páginas Conchita Guillén, Isabel Carrasco, Estela Pera Peralta, Ángel Soberats, Jorge Juárez Cano, Rogerio Caballero, Hernández Navarro, Mario A. Rey, Guiller, Maroar, Felipe Pichardo Moya, Óscar Silva, Medardo Lafuente y Patricio Pupo. El último número consultado (21) corresponde al 30 de septiembre de 1933.

Revista del Grupo Minorista de Matanzas (Matanzas, 1927-[Id.?]). En su primer número, aparecido en el mes de junio (único que se ha encontrado), se publicó un «Manifiesto» de dicho grupo, donde se señala que el mismo «se propone tratar aquellas cuestiones filosóficas y sociales que son, actualmente, problemas por resolver». Y continúa: «En la esfera literaria, queremos estudiar las tendencias más fuertes de la producción mundial y a más volver la mirada al pequeño predio de nuestra literatura nacional para conocer sus buenos momentos y sus vínculos con nuestro pasado político.» Dicho manifiesto aparece firmado por Medardo Vitier, Fernando Lles, César J. Andricaín, Arturo Aróstegui y Félix Campuzano, entre otros. La revista reprodujo conferencias pronunciadas por Medardo Vitier, Filomeno Rodríguez. Prudencio Bacelo, Diego V. Tejera y Fernando Lles.

BIBLIOGRAFÍA

M[añach] J[orge]. «Revista del Grupo Minorista de Matanzas», en Revista de Avance. La Habana, 1 [1] (10): 265, ago. 30, 1927.

Revista del Hogar (La Habana, 1897-[Id?]). Periódico artístico, científico y literario. Comenzó a publicarse, semanalmente, a partir del lº de mayo. Tenían a su cargo la dirección y jefatura de redacción, respectivamente, J. A. Álvarez y A[lberto] Anillo. La editó L[eopoldo] A. Codina. En su prospecto inicial define sus propósitos: «Partidarios de la emancipación de la mujer, combatiremos sin exajeraciones [sic] de escuelas por destruir los obstáculos que se oponen a su progreso, haciendo lenta y difícil la realización de sus más elevados ideales.» Y añade, a continuación, lo siguiente: «En estos tiempos de evoluciones y continuas inquietudes, ella no debe permanecer indiferente ante las peripecias del drama social. No debe concretarse a ser exclusivamente el ángel del hogar, viendo deslizarse los momentos de su existencia en los ensueños poéticos de amor, como aquellos hijos, de la Antigua Atenas, que sepultados en la obscuridad del gineseo [sic] se consumían en el olvido y el fastidio.» Desde el 3 de julio de 1897 aparece como redactora Nieves Xenes, pero a partir del 8 de agosto del mismo año se le unen Luisa Pérez de Zambrana, Elisa Posada de Posada, Coralia (seud. de Concepción Boloña, viuda de Sierra?), Eva Canel (seud. de Agar Eva Infanzón Canel) y Magnolia (seud. de Rosario Armenteros de Herrera). La revista, tal y como señaló en sus objetivos, luchó por la superación y bienestar de la mujer, y también por la del niño. A ellos fueron dirigidos sus artículos, tanto de autores cubanos como extranjeros, y sus poesías, relatos, cuentos y consejos. También aparecieron en sus páginas traducciones y crónicas sociales. Se publicaron muchas poesías de las redactoras de la revista. Colaboraron en sus páginas, además, Ángel E. Blanco, Carlos Ossorio y Gallardo, Ezequiel García Enseña[t], Enrique Lleras, Carlos Martí, Rafael de los Ríos, Felipe López de Briñas, F. J. Amy, Sergio García Echeverría, Relámpago, El conde Rigi, Moisés, Flor de Lis y otros. El último ejemplar encontrado (número 17) corresponde al 2 de noviembre de 1897.

Revista del Instituto Nacional de Cultura (La Habana, 1955-[1956?]). Salió por primera vez en diciembre, bajo la dirección de Guillermo de Zéndegui, director de dicho Instituto del régimen presidido por Fulgencio Batista. Contaba con un consejo de dirección integrado por Juan José Sicre, Rafael Suárez Solís, Francisco Ichaso, Lydia Cabrera, Francisco Pérez de la Riva, Arturo Alfonso Roselló, Mario Sánchez Roig y René Herrera Fritot. Revista dedicada a temas culturales. Incluyó trabajos sobre artes plásticas -exposiciones, cultivadores, desarrollo-, el libro y su historia, música, teatro cubano, el Museo y sus diferentes salas. Publicó además reseñas y críticas de libros, amplia información sobre exposiciones varias, noticias culturales en general y algunos poemas de escritores cubanos. Publicó trabajos de Alfonso Reyes, Alejo Carpentier, José Lezama Lima, Francisco Pérez de la Riva, Rafael Suárez Solís, Loló de la Torriente, Francisco Prat Puig, entre otros. El último ejemplar consultado (número 3-4) corresponde a junio-septiembre de 1956.

Revista del Pueblo, La (La Habana, 1865-1866). Su primer número correspondió al 12 de marzo. Era dirigida por Ramón Zambrana y Luisa Pérez de Zambrana. Su periodicidad fue quincenal. Revista de contenido variado, publicó cuentos, poemas, traducciones, discursos y trabajos sobre religión, bellas artes, ciencias, estética, filosofía y botánica. Entre sus colaboradores de esta primera época figuraron José Fornaris, Enrique Piñeyro, José Socorro de León, Alfredo Torroella, Carlos Navarrete y Romay, Teodoro Guerrero, Julia Pérez Montes de Oca y María Santa Cruz. El último ejemplar revisado correspondió al lº de junio de 1865, pero en la página 50 del Catálogo de publicaciones periódicas cubanas de los siglos XVIII y XIX (La Habana, Biblioteca Nacional «José Martí». Depto. Colección Cubana, 1965) se señala que se extendió hasta el mes de septiembre. Su segunda época, con numeración independiente y un ligero cambio en el título. Revista del Pueblo, comenzó el 15 de octubre de 1865. Su subtítulo era «Literatura, filosofía, elocuencia, historia, estética, arqueología». Su periodicidad fue también quincenal. En una nota firmada por Enrique Piñeyro, e insertada en dicho primer número, se expresaba: «La nueva forma que toma desde hoy la Revista nos autoriza para decir que entra en su 'Segunda Época'- Nada ofrecemos al público, -haremos lo que podamos. -Baste saber que nuestra intención es sostener un periódico que por su constancia en publicarse y por el carácter de su crítica severa, pero simpática, a todas nuestras producciones, -merezca algún día el nombre de 'espresión [sic] de la literatura en Cuba'.- Si no lo conseguimos, si el obgeto [sic] es superior a nuestros merecimientos, habremos trabajado en pro de un noble fin, y diremos con el poeta latino, Et voluisse sat est.» Si bien no es hasta el número 6, correspondiente al 30 de diciembre de 1865, que comienza a aparecer como director Enrique Piñeyro, no hay dudas de que éste lo fue desde el comienzo de la segunda época de la publicación. El contenido de la revista siguió siendo el mismo, aunque abundaron las críticas literarias y las notas bibliográficas. Los colaboradores en esta segunda época fueron Antonio Enrique de Zafra, Saturnino Martínez, Antonio Bachiller y Morales, Pedro Santacilia, Francisco Sellén, Juan Clemente Zenea, Eusebio Guiteras, J. Pizarro y J. A. Quintero. Continuaron apareciendo colaboraciones de Luisa Pérez. El último ejemplar revisado (número 24) corresponde al 30 de septiembre de 1866, fecha que el ya citado Catálogo de publicaciones periódicas cubanas de los siglos XVIII y XIX (La Habana Biblioteca Nacional «José Martí». Depto. Colección Cubana, 1965) da como la del fin de la publicación. Compilado por Araceli García-Carranza se publicó su índice en Índices de revistas cubanas. Siglo XIX (La Habana, Biblioteca Nacional «José Martí». Depto. Colección Cubana, 1970, p. 411-447).

BIBLIOGRAFÍA

[García-Carranza, Araceli]. «Revista del Pueblo (1865-1866)», en Índices de revistas cubanas. Siglo XIX. Compilado por [...]. La Habana, Biblioteca Nacional «José Martí». Depto. Colección Cubana, 1970, p. 405-408.

Revista Habanera (La Habana, 1861-1863). Periódico de ciencias, literatura y bellas artes. El primer número vio la luz el mes de mayo. Fue dirigido por Juan Clemente Zenea, con la colaboración de Enrique Piñeyro. Se expresaba, en dicho primer número, lo siguiente: «Venimos por puro patriotismo a emplear tiempo y trabajo con perjuicio de nuestras tareas cotidianas para que no se diga que aquí está apagada la antorcha que el entusiasmo de los pueblos civilizados enciende en el altar de los conocimientos útiles y amenos, venimos a revivir la voz acallada de nuestros hombres de talento e instrucción que necesitan dar a la publicidad de tiempo en tiempo algunas de sus meditaciones, venimos a establecer, en fin, un verdadero órgano de la literatura cubana.» Su subtítulo cambió, primero a «Periódico mensual», y después el tomo 1 de la segunda serie, al de «Periódico quincenal de política, ciencias, arte, literatura»; también desde esa fecha se redujo el formato de la revista. Al respecto informaban: «Variamos al presente la forma de nuestro periódico por varias razones y es la más importante la de querer aumentar la lectura y así damos en mayor número de páginas lo que hasta aquí dábamos en lujo de papel, con lo que el suscriptor gana horas de entretenimiento y nosotros perdemos más tiempo en nuestro improductivo trabajo.» Y más adelante señalan: «Los que nos tratan íntimamente y los que leen nuestras humildes obras, saben que hemos acometido esta enojosísima tarea por servir al país y a las letras, con el auxilio de entendidos escritores, bajo el punto de vista que juzgamos más provechoso y si el público nos ayudase extenderíamos esta publicación todo cuanto fuese posible, pues las obras de esta clase no son mejores porque se paga muy mal entre nosotros todo producto intelectual y harto hacen los que escriben algo donde se lee poco.» Publicó poemas, cuentos, crítica literaria, traducciones, trabajos sobre bellas artes, ciencias, botánica, geología, estética, psicología, moral y educación. Dio a conocer informes y discursos sobre el Colegio El Salvador, así como las actividades que realizaba el Liceo de Guanabacoa. Publicó además noticias sobre el movimiento cultural de la época. Aparecieron en sus páginas colaboraciones de Ramón de Palma, Rafael María Mendive, José Fornaris, Antonio Bachiller y Morales, Emilio Blanchet, Antonio Sellén, Manuel Costales, Nicolás Azcárate, José Ramón Betancourt, Joaquín Lorenzo Luaces, Carlos Navarrete y Romay y Felipe Poey. Como señala Araceli García-Carranza, «El Capitán General D. Domingo Dulce por informe del censor ordenó la cesación de este periódico que cerró sus páginas definitivamente en los primeros meses del año 1863 sin aviso previo al público, ni despedida a sus lectores». Compilada por Araceli García-Carranza se publicó su índice en Índices de revistas cubanas. Siglo XIX (La Habana, Biblioteca Nacional «José Martí». Depto. Colección Cubana, 1970, p. 275-316).

BIBLIOGRAFÍA

Bueno, Salvador. «La Revista Habanera» en Revista de la Biblioteca Nacional. La Habana, 2ª serie 8 (3): 139-158, jul-sep., 1957. | [García-Carranza, Araceli]. «Revista Habanera (1861-1863)», en Índices de revistas cubanas. Siglo XIX. Compilado por [...]. La Habana, Biblioteca Nacional «José Martí». Depto. Colección Cubana, 1970, p. 267-272. | Poncet, Carolina. «La Revista Habanera», en Universidad de La Habana. La Habana, 27 (161-162): 57-77, may.-ago., 1963.

Revista Habanera (La Habana, 1883-[Id?]). Periódico literario. Comenzó a salir el 18 de febrero, bajo la dirección de Diego Vicente Tejera. Aparecía dos veces a la semana. Su publicación, se expresa en el primer número, «...responde al deseo de cultivar las letras que domina a sus fundadores». Y luego de preguntarse si era necesario en la capital otro periódico que se dedicara seriamente a la literatura y si, de ser así, eran ellos los llamados a satisfacer dicha necesidad, concluyen expresando: «Tócanos únicamente afirmar que amamos de veras la naciente literatura cubana y que ese amor nos hará respetar a los que contribuyen a crearla. Nuestros trabajos, de escaso valor, tendrán al menos el mérito de obedecer a inspiraciones siempre generosas.» En las páginas de esta publicación aparecieron poesías, cuentos, artículos de crítica e historia literarias, notas bibliográficas -a través de una sección dedicada especialmente a estos fines y que era redactada por Domingo Figarola Caneda-, trabajos sobre música, arte, lingüística, teatro y otras cuestiones de interés. Se destacan numerosas producciones inéditas, en prosa y verso, de autores ya fallecidos, entre ellos José Joaquín Govantes, Joaquín Lorenzo Luaces y Buenaventura Pascual Ferrer. En la sección «Miscelánea» se ofrecían informaciones sobre cuestiones de índole variada que recogían el acontecer científico-cultural cubano y extranjero. Entre sus colaboradores se contaron Manuel de la Cruz (oculto en muchas ocasiones tras los seudónimos Juan Sincero y Emmanuel), Antonio Sellén, José Antonio Cortina, Enrique José Varona, José Joaquín Palma, Antonio Bachiller y Morales, Rafael María Mendive, Enrique Hernández Miyares, Esteban Borrero Echeverría, Emilio Bobadilla, Mercedes Matamoros, Justo José de Cárdenas, Pablo Hernández, Francisco Sellén, Alfredo Zayas, Vivino Govantes, Rafael María Merchán y otros. El último ejemplar consultado (número 27) corresponde al 20 de mayo de 1883.

Revista Habanera (1913-1915). Publicación literaria, dogmática, pedagógica y de intereses generales. Comenzó a salir el lº de agosto bajo la dirección de Jesús Saíz de la Mora. Se publicaba cada diez días. «Venimos al estadío de la prensa -expresaban en el primer número- no a librar combates ni a romper lanzas dentro de la política partidaria [...] pretendemos, aspiramos a laborar en la región serena de las ideas en pro de la cultura nacional.» Más adelante añadían que llevaban «...como principal objetivo el propagar por todos los medios la moral cristiana». Y concluían señalando que no olvidarían «...el hurgar en el pasado para traer al presente los trabajos científicos y literarios que nos legaran cubanos ilustres [...]». En sus páginas se publicaron poemas, cuentos, leyendas cubanas, artículos de historia y crítica literarias, así como trabajos sobre temas de educación, historia, psicología, medicina, religión, filosofía, etcétera. Además, incluía secciones dedicadas a cuestiones de interés público y crónicas teatrales y de sociedad. Contó con la colaboración de José Antonio Rodríguez García, Federico de Ibarzábal, Carlos Prats, Jesús J. López, Luis Padilla, Rafael S. Jiménez, Emilio Blanchet, Fray Roblantó (seud. de Roberto Blanco Torres), entre otros muchos poco conocidos. El último ejemplar revisado corresponde al 31 de mayo de 1915. Según parece su publicación concluye en ese año, único en que la menciona León Primelles, en su Crónica cubana. 1915-1918 (La Habana, Editorial Lex, 1955).

BIBLIOGRAFÍA

«El primer aniversario», en Revista Habanera. La Habana, 2 (19): 161-162, ago. 10, 1914.

Revista histórica, crítica y bibliográfica de la literatura cubana (Matanzas, 1916-[1917]). Publicación trimestral no fechada, de la cual, al parecer, sólo aparecieron cuatro números. Fue su editor José Augusto Escoto. Los objetivos que persiguió fueron esbozados en el primer ejemplar que vio la luz: «Con objeto de que se vaya haciendo lo más completa posible la colección de nuestros más notables autores, iremos publicando los trabajos inéditos que de éstos se conservan; lo mismo haremos con sus escritos olvidados en impresos antiguos hoy raros, escogiendo los que hayan de presentarles bajo un aspecto apenas estudiado y a veces ignorado y por donde pueda llegar a formarse el más acabado concepto del autor y su obra; reproduciremos también algunas críticas, que han corrido la misma suerte, mereciéndole por el acierto de sus observaciones sobre el libro o el escritor a que se refieren. Daremos a conocer cuantas cartas inéditas contengan noticias de nuestros escritores y detalles de la época en que florecieron [...]. Dedicaremos especial cuidado al estudio de uno de los más interesantes aspectos históricos de la literatura cubana, cual es el de la influencia que en nuestros escritores han ejercido las letras extrangeras [sic] y la orientación que por ellas han tomado [...]. No olvidaremos tampoco, las ideas estéticas ni el concepto de cada escritor sobre la filosofía, la religión, la moral, la política y la expresión de estas ideas en sus obras. Y por último nos ocuparemos de la historia de los establecimientos de enseñanza, en la parte que han contribuido al desarrollo de la cultura intelectual de la nación, sin olvidar la de algunos diarios y revistas por la participación que también en esta labor han tenido.» Se publicaron en sus páginas trabajos de José Agustín Caballero, Domingo del Monte, Joaquín Lorenzo Luaces, Federico Milanés, Eusebio Guiteras, críticas de José Jacinto Milanés y Cirilo Villaverde. Además, dio a conocer cartas y obras de teatro inéditas. Entre estas últimas, algunas de José María Heredia. Publicó juicios acerca de la cultura cubana en los siglos XVIII y XIX. El último ejemplar visto es del año 1917, fecha que señala León Primelles en la página 391 de su Crónica cubana. 1915-1918 (La Habana, Editorial Lex, 1955) como «año en que publicó su último número».

Revista Martiniana (La Habana, 1921-[1927?]). Publicación mensual. Consagrada al estudio de la vida y la obra de José Martí. Comenzó a publicarse en el tres de octubre. En este primer número se señala: «Inicia su publicación este periódico consagrado de manera exclusiva a honrar la memoria de Martí, insertando en sus páginas algo de lo mucho inédito que de él se conserva, especialmente su correspondencia.» Y concluye en el último párrafo: «Y como no se funda esta revista persiguiendo medro material ni siquiera renombre y aplauso para alguien, la publicación aparecerá anónima, ostentando sólo las firmas de quienes la enaltezcan con sus producciones o de quienes cedan, con generosidad loable, sus documentos o colecciones.» A tenor con lo expuesto, no aparecía nombre de su director, aunque se deduce que fuese Arturo de Carrirarte, según una carta dirigida a su nombre y como director de la revista -publicada en uno de sus números-, firmada por el Secretario de la Presidencia de la República, José M. Cortina. Publicó cartas de Martí, y documentos relativos al Apóstol (partida de nacimiento, expediente académico); honores que se le brindaban, así como un inventario de objetos en relación con Martí o pertenecientes a él. Publicó además sus versos, así como diversos trabajos sobre la vida o el pensamiento de nuestro Apóstol, bajo las firmas de Fernando Figueredo, Antonio Iraizoz, Lisandro Alvarado, Sotero Figueroa, Raúl Maestri, Óscar Silva y otros. Reseñó asimismo las bases y los resultados de diversos concursos o premios provinciales y nacionales acerca de Martí. Según parece, la revista salió con irregularidad. El último número consultado (tomo IV, número 2) corresponde a septiembre de 1927.

Revista Nacional de Teatro (La Habana, 1961-[Id?]). Editada por la Dirección de Cultura del Ministerio de Educación. Comenzó a publicarse en 1961, sin hacer mención del mes o frecuencia de salida. En el primer número se presenta a Vicentina Antuña como directora, a Alejo Carpentier como subdirector y a Nora Badía en la Sección de Teatro, sin delimitarse si esto se refiere sólo a la Dirección de Cultura o también a la revista Fiel a su título se dedicaba íntegramente a asuntos relacionados con el teatro: desarrollo del teatro en Cuba, el folklore cubano, piezas de autores cubanos o hispánicos, figuras del teatro universal -Stanislavsky, Chéjov, Brecht-, entrevistas, reseñas, así como amplios reportajes e información gráfica sobre las actividades teatrales en Cuba. Colaboraban en sus páginas Félix Pita Rodríguez, Argeliers León, Luis Amado Blanco, Cuqui Ponce de León, Carlos Felipe, Natividad González Freire, Rolando Ferrer, José A. Escarpenter, Luis Brunet; presentaba también algunos trabajos de autores extranjeros. De formato elegante y diseño moderno, incluía numerosas fotos y grabados. Sólo se han encontrado dos números.

Revista Popular (Key West, Florida, 1889; La Habana, 1890-[Id?]). Publicación quincenal que apareció desde enero de 1889 hasta noviembre del mismo año, según expresa quien fuera su director y propietario, Martín Morúa Delgado, en las palabras «Al lector» con que se inicia el volumen 2 de la publicación, que corresponde a la segunda época, editada entonces en La Habana. De la primera etapa no se han visto ejemplares. Debajo del título del primer número de la segunda época -«Para la semana que termina el 15 de junio de 1890»-, se lee «Política, literatura, ciencias, artes, conocimientos útiles y noticias universales». Como redactor principal aparecía Martín Morúa Delgado. En las ya mencionadas palabras «Al lector» se expresa que la publicación, que ahora ve la luz semanalmente, «...no omitirá ningún esfuerzo para ser de honrosa utilidad a la sociedad en que reanuda sus tareas y a la patria a que consagra su existencia por venir». En sus páginas vieron la luz artículos de carácter histórico y otros sobre la mujer, la enseñanza del inglés, los problemas obreros en Cuba y en la emigración, la actualidad nacional, así como algunas poesías y cuentos. Fueron sus colaboradores F. M. Montesino, T. C. Durancio, F. Segura, Onatina (seud. de Antonia Cepeda), Luis Padilla y otros. El último ejemplar consultado (número 6) corresponde al 20 de julio de 1890.

Revista Tabaco (La Habana, 1933-?). Publicación mensual. Órgano de publicidad de la «Alianza tabacalera». Comenzó a salir el 15 de abril. Fueron su director y redactor, respectivamente, José B. Cosío y José Rivero Muñiz, quien a partir de diciembre de 1943 asumió el cargo de director propietario. En su introducción se expresa: «Apresuremos a declararlo: Venimos a laborar única y exclusivamente en pro de los intereses de la industria más típica y genuinamente nacional: la industria tabacalera, la industria que ha dado fama y prestigio a Cuba [...].» A partir del 10 de enero de 1934 toma el subtítulo de «Publicación mensual ilustrada». Desde enero de 1940 presenta el lema de «El mejor tabaco del mundo es el habano», el cual tuvo, de ahí en adelante, otras variaciones. La revista publicó, fundamentalmente, la historia del tabaco en Cuba, desde sus orígenes hasta los años 40. En sus páginas aparecieron reflejadas las luchas de los obreros de la industria tabacalera, sus congresos, peticiones, huelgas y también el comercio, desarrollo y exportación de dicha industria. Los cuentos, poesías y conferencias que publicó eran dedicados al tabaco. Colaboraron en ella, además de sus directores, Félix Callejas, Cándido Posada, José Bonachea, Juan Luis Martín, Andrés de Piedra-Bueno, Orlando Castañeda, Marcelo Salinas, Emeterio S. Santovenia, Rafael Suárez Solís, Emilio Carrere, Domingo Perdomo, Juan Filatélico, Bartolomé y otros. El último ejemplar encontrado (número 153) corresponde a febrero de 1946.

Revista Universitaria (La Habana, 1891-[1892?]). Semanario científico-literario. Órgano de la Universidad, autorizado por el Ilmo. Sr. Rector. Comenzó a salir el 10 de noviembre. Entre sus redactores se contaban Rodolfo Rodríguez de Armas y Mario García Kohly, quienes posteriormente se convertirían en sus directores. Luego de varios números se integró a la redacción Eduardo Sánchez de Fuentes, que desde los inicios prestaba su apoyo oculto tras los seudónimos Ed. U y Ed. Uardo. Ya en 1892, su subtítulo fue cambiado por el de «Semanario científico, artístico y literario». Aparecieron en sus páginas trabajos sobre historia, teatro, ciencia, derecho, así como cuentos y producciones poéticas en prosa y en verso y notas bibliográficas. Contó con la colaboración de José A. Rodríguez García, Enrique Fontanills, Pablo Hernández, Susini de Armas, Wen Gálvez, Manuel Fernández Valdés, Fernán Sánchez (seud. de Fernando Sánchez de Fuentes) y otros que firmaban con seudónimos cuya identidad se desconoce. También se publicaron ocasionalmente pequeños trabajos originales de J. Miguel Dihigo, José Antonio González Lanuza, Manuel Serafín Pichardo, Enrique José Varona, Rafael Montoro y Alfredo Zayas, entre otros. El último ejemplar encontrado (número 19) corresponde al 29 de mayo de 1892.

Revista Venezolana (Caracas, 1881). Fue fundada y dirigida por José Martí. Comenzó a publicarse el 1º de julio. En sus propósitos su director expresa: «Extraña a todo género de prejuicios, enamorada de todo género verdadero, afligida de toda tarea inútil, pagada a toda obra grandiosa la Revista Venezolana sale a la luz. Nace del afecto vehemente que a su autor inspira el pueblo en que la crea: va encaminada a levantar su fama, publicar su hermosura, y promover su beneficio. No hace profesión de fe, sino de amor. No se anuncia tampoco bulliciosamente. Hacer, es la mejor manera de decir.» Y añade: además, lo siguiente: «Aposento natural tiene en la Revista Venezolana todo pensamiento americano; y cuanto al bien de nuestras tierras, y auxiliarlas a formar conceptos propios y altos contribuya. No se publicará en extraño pueblo libro de nota que aquí no sea explicado; ni libro alguno entre nosotros que no nos halle con la pluma alzada en pro de sus bondades, y en escusa [sic] de los que nos parezcan extravíos. Amar: he aquí la crítica.» Anuncia su director que contará con la colaboración de Arístides Rojas, Cecilio Acosta, Soublett, Guillermo Villegas, Saluzzo, [Eduardo] Blanco, Núñez de Cáceres, Morales Marcano, Aveledo, [Eloy] Escobar, [Diego] Jugo, Pardo, Armas, Tejera, Arismendi, Hernández Calcaño, Arévalo, Guardia, etcétera. Por último, concluye de la forma siguiente: «No será, pues, tribuna egoísta, este humilde periódico; sino casa modesta, donde todo sereno pensamiento, y pensador hidalgo, tendrán casa. Alhajado está el hogar; y los miembros del Areópago citados: ¡sea todo, humildemente, en prez de Venezuela, y de la América!» En el segundo y último numero publicado, correspondiente al 15 de julio de 1881, Martí señala que la revista «...viene a dar aposento a toda obra de letras que haga relación visible, directa y saludable con la historia, poesía, arte, costumbres, familias, lenguas, tradiciones, cultivos, tráficos e industrias venezolanas. Quien dice Venezuela, dice América: que los mismos males sufren, y de los mismos frutos se abastecen, y los mismos propósitos calientan el que en las márgenes del Bravo codea en tierra de Méjico al Apache indómito, y el que en tierras del Plata vivifica sus fecundas simientes con el agua agitada del Arauco». Publicó poesías y notas bibliográficas. Además, salieron en sus páginas artículos sobre figuras relevantes y hechos destacados de la historia de Venezuela o el resto del continente. Su director fue uno de los más asiduos colaboradores, además de los antes mencionados por el mismo en los propósitos de la publicación.

BIBLIOGRAFÍA

Llaverías, Joaquín. «Revista Venezolana», en su Los periódicos de Martí. Con una carta de los doctores Francisco de Paula Coronado y Emeterio S. Santovenia, de la Academia de la Historia de Cuba. La Habana, Imp. Pérez Sierra, 1929, p. 37-60. | Nucette-Sardi, José. «Revista Venezolana, de José Martí», en Diario de la Marina. La Habana, 125 (48): 1-D, feb. 24, 1957.

Revista Villaclareña (Santa Clara, 1881- ?). Semanario de ciencias, literatura, artes y modas. Comenzó a salir el 14 de agosto. Fue dirigida por Ángel Luzón de Cuevas. Más tarde, a partir del 11 de diciembre de 1881, le acompañó en la dirección Ricardo García Garófalo. Entre sus propósitos, la revista señala el de «...unir dentro de un mismo círculo, todos los elementos científicos y literarios que hoy vegetan en Santa Clara, disgregados unos de otros, alejados del campo de lucha de la inteligencia, y que'fundidos [sic] dentro del molde, de nuestra modestísima publicación, puedan dar al país, en general, una muestra de lo que se debe exijir [sic] a la literatura cubana». El 30 de octubre de 1881 cambió su formato y tomó el subtítulo de «Semanario de ciencias, literatura y artes». Reflejó a través de sus noticias, crónicas y reseñas la vida social y cultural de la ciudad en su época. Publicó poesías, traducciones, narraciones, artículos científicos, lingüísticos y literarios, especialmente de la literatura latina y otros de interés general. En sus páginas aparecieron, además, notas bibliográficas y noticias científicas y culturales, tanto nacionales como extranjeras. La propia publicación presenta entre sus colaboradores a figuras como Rafael María Mendive, Francisco y Manuel García Garófalo, Antonio Rosales, Antonio Vidaurreta, Manuel Serafín Pichardo, Ramón Ramírez de Arellano, Francisco Toymil, Emilio Valdés Satoca, Rafael J. Jorrín, Arturo y Manuel Felipe Ledián, Manuel Doporto, Francisco Arencibia. Otras figuras aparecieron bajo los seudónimos de Asmodeo (Francisco Cepeda y Taborcías?), Kananga (Arturo Riquelme), Filomena Dato, Pedro Mosqueta, Fawler Palestra y otros. El último número encontrado corresponde al 11 de diciembre de 1881.

Revista y repertorio bimestre de la Isla de Cuba (La Habana, 1831-1834; 1910-1959). Comenzó a publicarse en el bimestre correspondiente a mayo-junio. Fue fundada por Mariano Cubí y Soler. En su introducción se expresa: «Digno es de asombro que en este suelo venturoso, suelo en que han encontrado su grata mansión la cultura y la elegancia, no haya aparecido un periódico destinado a difundir y a generalizar el conocimiento de las obras propias y extrañas de mayor mérito, a juzgarlas y calificarlas. Estas publicaciones que tanto empuje han dado, y que de tanto estímulo han servido en las naciones estranjeras [sic], son con muy pocas escepciones [sic] desconocidas entre nosotros.» Se agrega, además, que «...si bien el intento principal del nuevo periódico es presentar juicios originales de las principales obras científicas y literarias que aparecen en Europa ó América, y hacer además si conviene las observaciones que se crean oportunas sobre la materia de que trataren o presentarla con claridad en sus puntos esenciales para su más pronta y fácil inteligencia; no obstante, como su deseo es ofrecer una obra instructiva y útil, al paso que también sea amena y agradable para la generalidad de los lectores, se trasladará cuanto tenga relación con nuestro intento de los periódicos u otras obras que en lenguaje castellano se han publicado, publican o publicaren; se traducirán los trozos dignos de este mérito que se hallen en las Revistas u otras publicaciones estranjeras [sic], y se insertarán piezas originales en prosa y verso que al efecto se escribirán. No se omitirá diligencia alguna, ni se ahorrará ningún gasto para amenizar el nuevo papel de cuanto pueda instruir, deleitar, agradar y radicar la afición a la lectura que afortunadamente se asoma ya en todas las clases docentes de esta isla preciosa». Ya en este primer número la publicación anuncia a sus lectores que el editor de la misma «...ha convenido gustoso en la reunión, dejando al criterio de los individuos de la Comisión de Literatura la revisión de los artículos que han de insertarse en el periódico: el nombre de éste será de aquí en adelante el de Revista Bimestre Cubana, para distinguirlo de la Revista y Repertorio con que se anunció en su prospecto, y con solo este primer, que estaba ya impreso cuando se intentó la reunión de los dos papeles» [sic]. Se añade, además, que cuenta «...para la formación de sus artículos, además de los individuos de la Comisión de Literatura, con algunos sabios de España, que ocupan el primer lugar entre los primeros ingenios de la Península, y con los esfuerzos de los hombres ilustrados que habitan este suelo, y a quienes se invita por medio de este aviso, para que contribuyan franca y notablemente al buen resultado de una empresa tan provechosa». Al ser cedida la publicación a la Sociedad Económica de Amigos del País, a partir del segundo número, la dirigió entonces José Antonio Saco. Fue una revista fundamentalmente bibliográfica. Publicó en sus páginas artículos o trabajos de crítica literaria, tanto nacionales como extranjeros. Además, publicó discursos, creaciones literarias, traducciones y trabajos sobre publicaciones periódicas cubanas, gramática, lingüística, geografía, agrimensura, educación. En su sección «Noticias y variedades científicas y literarias» se publicaron los premios otorgados por la Sociedad Económica, notas bibliográficas sobre libros editados recientemente, actividades de distintas bibliotecas extranjeras y en general los acontecimientos culturales más sobresalientes en el ámbito nacional e internacional. También publicó en sus páginas informes sobre las sesiones o juntas extraordinarias de la Sección de Educación de la Sociedad Económica, así como sobre las actividades de la Comisión Permanente de Literatura de la misma Sociedad y trabajos de carácter científico. Colaboraron en ella, además de su director, Domingo del Monte, Felipe Poey, Félix Varela, Luis de Mata y Arajo, Blas Osés, Esteban Moris, Pedro Sirgado, Francisco Ruiz, José Antonio Echeverría, José de la Luz y Caballero, Anastasio Carrillo, Joaquín Santos Suárez y otros. En esta primera etapa solamente se publicaron tres volúmenes. Fernando Ortiz señala, en la página 5 de su artículo «Renovación» -aparecido en Revista Bimestre Cubana- que al ser desterrado José Antonio Saco en 1834, la Sociedad Económica suspendió «...como protesta la publicación de su revista que en aquella época llegó a ser el instrumento único pero vigorosísimo de la intelectualidad patria». En su artículo «La Revista Bimestre Cubana en su primera época» -aparecido en Revista Bimestre Cubana (La Habana, [2ª época] 27 (3): 333-346, may.-jun., 1931)-, Adrián del Valle publicó el índice de esta primera época. En el primer bimestre de 1910, reaparece bajo el mismo título de Revista Bimestre Cubana y como «Publicación enciclopédica». Continúa editándola la Sociedad Económica de Amigos del País. La dirigen entonces Fernando Ortiz y Ramiro Guerra. Asumió la jefatura de redacción Manuel Fernández Valdés. A partir de 1924 aparecen como redactores Fernando Ortiz -quien además continuaba en la dirección con Ramiro Guerra-, Diego Tamayo, Ignacio Ramírez, Antonio González Curquejo, Luciano R. Martínez, Ramiro Cabrera y Adrián del Valle. En 1925 ocupará la dirección solamente Fernando Ortiz y fungirá como secretario de la revista Adrián del Valle. Además, integraron un comité de redacción las figuras siguientes: Diego Tamayo, Ignacio Ramírez, J. L. Vidaurreta, Antonio L. Valverde, Carlos M. Trelles, Salvador Salazar, Pedro P. Kohly, Ramiro Guerra y Luciano R. Martínez. Ya en 1929 funge como secretario Herminio Portell Vilá. A partir de 1930 cambiará su formato y tendrá como jefe de redacción a Adrián del Valle. Además de los ya mencionados, integrarán ahora la comisión redactora nuevas figuras, entre ellas Arístides Agramonte, José R. Martínez, A. M. Eligio de la Puente, Cándido Hoyos, Manuel Pérez Beato y José A. Gelabert. Su director expresó, en el ya citado artículo «Renovación», que «...la Revista Bimestre Cubana, se acerca al centenario de su fundación que celebrará en mayo de 1931 y desea cambiar su vestimenta y remozar sus arreboles, como viejecita avispada, que quiere presentarse más pulida y compuesta por pedírselo así al decoro de su bien alcurniada y limpia historia, y la muy disculpable coquetería de su ánimo, ante un cumpleaños tan infrecuente». Y añade: «Esta revista seguirá con iguales serenidad y firmeza esta su segunda época, la época de imitación y de modestias, por debida devoción a sus mantenedores en la época primera, la de Saco, Arango, Varela, Don Pepe, Del Monte... la de ejemplo insuperable y brillante magisterio.» En el propio año de su centenario aparece como secretario de redacción Elías Entralgo (enero-febrero, 1931). Añade al grupo de sus redactores los nombres Israel Castellanos, Isaac Corral, Juan A. Cosculluela, Gerardo Fernández Abreu, Rafael A. Fernández, Manuel F. Gran, Juan Marinello, José Martínez Cañas, Salvador Massip, José C. Millás, Herminio Portell Vilá y Domingo Villamil. Durante la dictadura de Machado, a partir de mayo-junio de 1931, asumirá la dirección de la revista Elías Entralgo, en sustitución de Fernando Ortiz, cuyo nombre seguirá apareciendo en la portada de la revista como director. En el trabajo «Motivos centenares», que aparece en el número correspondiente a esta fecha, Entralgo aclara las razones de la ausencia de Fernando Ortiz con las siguientes palabras: «Por una especie doble de reencarnación espírita, Vives desgobierna de nuevo, Tacón manda otra vez. Una enemiga natural -orgánica temperamental- lleva a perseguir las instituciones de cultura: se clausuran los centros oficiales de enseñanza secundaria y la única Universidad; el director de la Revista Bimestre Cubana (Fernando Ortiz) en quien por sus vastas curiosidades, su espíritu investigador, su tendencia erudita, su preocupación por los problemas étnicos y sociales y su afán difusor de cultura, concurren notorias afinidades con su antecesor, tiene que vivir como él en el destierro... acaba de reincidirse en la previa censura; en todo lo demás ya se había reincidido antes.» En el bimestre correspondiente a julio-agosto de 1936 presenta una nueva comisión redactora, integrada por Raimundo Castro, José Conangla Fontanilles y Antonio García Hernández. A partir de 1939 se incorporan a esta comisión Enrique Gay Calbó y Fermín Peraza. Asume entonces la secretaría de la publicación Enrique Gay Calbó. Después de publicar el volumen correspondiente a julio-diciembre de 1951, cesó su salida por algunos años, al cabo de los cuales publicó un volumen que abarcaba los años 1912 a 1954, otro correspondiente a 1955 y el del año 1956, en el cual presentaba otra «Comisión de la Revista», integrada de la siguiente forma: subdirector, Julio Le Riverend; secretario, Salvador Bueno; aparecían además los nombres de Gerardo Conet, José Conangla Fontanilles, Elías Entralgo, Enrique Gay Calbó, Carlos Martínez, Fermín Peraza, Fernando Portuondo y Jorge Quintana. A partir de 1931 publicó la lista de algunos de sus colaboradores, entre los que se encuentran José María Chacón y Calvo, Federico de Córdoba, Félix Lizaso, Fermín Peraza, Manuel Pedro González, Francisco J. Ponte Domínguez, Enrique Gay Calbó, Roberto Andrade, Aurelio Boza Masvidal, Francisco González del Valle, Guillermo Montagú, Horacio Abascal, Gonzalo de Quesada, Domingo Villamil, Mario Cabrera Saqui, Joaquín Lastra y otros. La revista se caracterizó por su índole bibliográfica, por brindar amplia información sobre los acontecimientos culturales más sobresalientes, tanto en el ámbito nacional como internacional, y por historiar la vida y actividades de la Sociedad Económica de Amigos del País y de su Sección de Educación. Publicó muchos trabajos de importancia de su director, editor y más asiduo colaborador, Fernando Ortiz, así como artículos o trabajos de interés literario, especialmente sobre literatura cubana, conferencias y discursos de profesores de la Universidad de La Habana y de otras universidades extranjeras. Además, publicó poesías y otros trabajos sobre artes plásticas, historia, lingüística, política nacional e internacional, discursos. Entre sus secciones fijas figurarán la de «Archivos cubanos», denominada más tarde «Datos históricos cubanos» y después «Documentos históricos», en la que se publicaron documentos de importancia sobre acontecimientos y personajes de nuestra historia; «Poesías cubanas,» (a partir de 1926), donde se presentaron composiciones de autores cubanos, muchas de ellas inéditas; «Necrología cubana», la cuál brindó datos sobre la vida y obras de figuras cubanas sobresalientes, tanto en el campo de las letras como en el de las ciencias; «Misceláneas», que reseñó la historia de muchas sociedades culturales de Cuba, y otras secciones como «Revista de revistas», «Sección inquisitiva», «Bibliográficas» y «Efemérides cubanas». Otros escritores, además de sus redactores y colaboradores oficiales, prestaron su aporte, entre ellos Juan Marinello, Max Henríquez Ureña, Emilio Roig de Leuchsenring, José María Callejas, Luis Marino Pérez, Jorge Mañach, José Vasconcelos, Joaquín Llaverías, Emeterio S. Santovenia, Rafael Montoro, Emilio Blanchet, Alfredo Castellanos y Mena, José María de la Torre, Julio Saavedra Molina, A[dolfo] Dollero, Sebastián Gelabert, Eduardo F. Plá, Manuel Pérez Beato, Enrique J. Arce, Ramón Meza, Antonio González Curquejo, A[lfredo] M. Aguayo, Jorge Le Roy, M[anuel] M[artínez] Males, J[osé] R[aúl] Capablanca y otros. Finalizó su salida con la publicación del volumen correspondiente al primer semestre de 1959. Compilado por Araceli García-Carranza se publicó el Índice analítico de la Revista Bimestre Cubana (La Habana, Biblioteca Nacional «José Martí». Depto. Colección Cubana, 1968).

BIBLIOGRAFÍA

Becerra, y Bonet, Bertha. «Biografía de la Revista Bimestre Cubana», en Revista Bimestre Cubana. La Habana, 69: 57-77, 1952-1954. | Castejón, Federico. «Cubí y Soler, fundador de la Revista Bimestre Cubana y su criminología», en Revista Bimestre Cubana. La Habana, 36 (2): 176-205, mar.-abr., 1936. | Chacón y Calvo, José María. «Hechos y comentarios. La antigua Revista Bimestre Cubana» en Diario de la Marina. La Habana, 124 (13): 4-C, ene. 15, 1956. | García-Carranza, Araceli. «Introducción (Breves datos acerca de la Revista Bimestre Cubana, en Índice analítico de la Revista Bimestre Cubana. La Habana, Biblioteca Nacional «José Martí», Depto. Colección Cubana, 1968, p. 7-15. | «La Revista Bimestre Cubana», en Letras. La Habana, 2ª época, 6 (12): 129, mar. 20, 1910. | M[arino] Pérez, Luis. «La Revista Bimestre Cubana (A propósito de su reaparición)», en El Fígaro. La Habana, 26 (15): 170, abr. 10, 1910. | Ortiz, Fernando. «Renovación», en Revista Bimestre Cubana. La Habana, 26 (1): 5-7, jul.-oct., 1930. | Valle, Adrián del. «La Revista Bimestre Cubana en su primera época», en Revista Bimestre Cubana. La Habana, 27 (3): 329-333, may.-jun., 1931.

Revolución (V. Lunes de Revolución, PÁGINAS LITERARIAS y SUPLEMENTOS LITERARIOS)

Revolución y Cultura (La Habana, 1967-1970). Revista quincenal. Comenzó a salir el lº de octubre. Fue su director Lisandro Otero. En los dos primeros números aparecía, además, un consejo de dirección integrado por Aurelio Alonso, Juan Blanco, Alejo Carpentier, Edmundo Desnoes, Jesús Díaz, Roberto Fernández Retamar, Ambrosio Fornet, Alfredo Guevara, Nicolás Guillén, Mariano Rodríguez, Rolando Rodríguez, Jaime Sarusky y Jorge Serguera. La secretaría de redacción estaba a cargo de Rebeca Chávez y Guillermo Rodríguez Rivera (este último sólo hasta el número 3). No obstante anunciarse como bimensual, tuvo una salida irregular. En la introducción al primer número -titulada «Revolución y cultura: un medio para un fin»-, luego de reseñar brevemente los hechos más destacados de la época en el ambiente nacional e internacional, así como referirse a las contradicciones existentes debido a los mismos, se expresa que la revista «... aspira a analizar e informar sobre problemas de nuestro tiempo y esclarecer qué papel desempeña el intelectual en esta confrontación. Al mismo tiempo desea ser un vehículo de las actuales tendencias del arte y la literatura dentro y fuera de nuestro país». En sus páginas se publicaron trabajos de índole variada: discursos de los dirigentes de la Revolución, ensayos, críticas, cuentos, poemas. Dedicó varios números (4, 5 y 6) al Congreso Cultural de La Habana. En los mismos aparecieron los textos de las ponencias, discursos y saludos. También dedicó números especiales a Guatemala (7), al problema negro en los Estados Unidos (8), a la cibernética y al estructuralismo (11 y 13, respectivamente), a la problemática de la juventud y del teatro en el mundo actual (12 y 14, respectivamente), a Viet Nam y al Simposio sobre el Genocidio Yanqui en ese país (15 y 16, respectivamente), a la novela gótica (17) y a la sociedad de consumo (18). Durante un tiempo mantuvo la sección «Cartelera», en la que se reseñaban las actividades que, relativas a las diversas manifestaciones de la cultura, se efectuaban en La Habana. Publicó, además, algunos suplementos, que recogían discursos y otras cuestiones de importancia. Entre sus colaboradores se contaron -además de algunos de los ya mencionados como integrantes del consejo de dirección, pues de otros no se publicó ningún trabajo- Miguel Barnet, Federico Álvarez, Heberto Padilla, José Lezama Lima, Graziela Pogolotti, Óscar Hurtado, Fernando G. Campoamor, Alberto Rocasolano, Gustavo Torroella y escritores extranjeros, tanto latinoamericanos como del resto del orbe. La publicación cesó en diciembre de 1970 con la salida del número 21.

Revolución y Cultura (La Habana, 1972- ). Revista mensual. Órgano del Consejo Nacional de Cultura. Comenzó a salir en marzo, dirigida por Enrique Cirules. Presentó desde el número 4 a Noel Navarro como jefe de redacción. A partir de ese mismo número tuvo un consejo de redacción integrado por Anisia Miranda, Eduardo López Morales, Sigifredo Álvarez Conesa, Armando Quesada, Luis Suardíaz, Félix Sautié, Otto Fernández, Roberto Díaz y Miguel Cossío. Desde el número 6 Noel Navarro pasa a formar parte del Consejo de redacción, al que se incorpora también a partir de ese momento, Narciso Gutiérrez. Desde el número 8 el consejo de redacción se convierte en comité de colaboración y a él se suma Adolfo Martí. A partir de ese mismo número asume la jefatura de redacción Adolfo Suárez y presenta en la redacción a David Buzzi, Evangelina Chió y Raúl Rego. La revista ha presentado varias irregularidades en su salida y su numeración: ha repetido esta última en varios ejemplares, no ha mantenido una uniformidad en el señalamiento de la fecha y frecuentemente ha omitido el año en que se publica cada número. A partir del 12, se suma a la redacción Enrique Vignier y Aldo Menéndez se hace responsable del diseño. A partir del número 17 aparece Eduardo López Morales como director general. Ya en el número 18 la redacción queda integrada por Raúl Rego, Rosa Ileana Boudet, Evangelina Chió y Enrique Vignier, y pasa Aldo Menéndez a director artístico. Adriana Belmonte se presenta en el número 21 como jefe de redacción. En el número siguiente aparecen reflejados nuevos cambios: Iván César Martínez, director de la revista; Aldo Menéndez, jefe de diseño; se incorporan José Veigas y Enrique Cirules a la redacción y al comité de colaboración, respectivamente. A partir del número 23 David Buzzi integra el comité de colaboración; en el número siguiente se señala a Noel Navarro como subdirector de la revista. Desde el número 26 deja de publicarse la lista del comité de colaboración. A partir del siguiente número, se presenta a Noel Navarro como director y se suprime el cargo de subdirector. En la redacción tienen lugar cambios igualmente a partir del número 29: la abandona Raúl Rego y se incorpora Leonardo Acosta. La jefatura de redacción es asumida por Rosa Ileana Boudet a partir del número 35. En cuanto a la presentación de la revista, a partir del número 10 cambia su aspecto exterior e interior: aumenta su tamaño, se utilizan nuevo tipo de papel y letras, las portadas son más vistosas, se incluyen numerosas fotos y las páginas centrales, a todo color, presentan generalmente fotos artísticas o reproducciones pictóricas. El contenido es amplio y diverso, teniendo como centro la presentación, crítica, análisis y desarrollo de las diversas manifestaciones artísticas y literarias en el marco socio-político que brinda el desarrollo histórico de nuestra patria al calor de la Revolución. Incluye trabajos, artículos, ensayos, reportajes en torno a la cultura, el teatro, la música, museos y sitios históricos o de interés cultural, la historia de Cuba -hechos y héroes; Martí: su pensamiento, vida y obra, sus defensores y detractores-, nuestros artistas -pintores, escultores, músicos, poetas, escritores-, arqueología cubana y latinoamericana, literatura infantil, figuras de la literatura española. Ha publicado también pensamientos, citas, cuentos, poemas, entrevistas, crítica de arte y de libros, conversatorios y reproducción de textos o fragmentos de Marx, Engels y Lenin. Publica, además, trabajos y reportajes sobre el movimiento nacional de aficionados y los Seminarios juveniles de Estudios Martianos, discursos de dirigentes del Partido y del Estado y de funcionarios de organismos culturales sobre temas o actividades relacionadas con la cultura. Además de los números habituales con el contenido señalado, ha dedicado algunos otros a determinados acontecimientos: los 70 años de Nicolás Guillén (5); el 55 aniversario de la Revolución de Octubre, en un suplemento especial sobre la Unión Soviética y sus pueblos, confeccionado por Francisco A. Pardeiro y María A. Martínez Guayanes; el 120 aniversario del natalicio de José Martí (8); el 75 aniversario de Bertolt Brecht (9); los 30 años de la victoria sobre el fascismo (35). La lista de los que han visto publicar sus cuentos, poemas y trabajos en las páginas de la revista es larga: más de un centenar de autores cubanos y varios decenas de extranjeros. Se encuentran entre ellos, además de los ya nombrados como integrantes de la dirección, redacción o el comité de colaboración, Juan Marinello, José Antonio Portuondo, José Luciano Franco, Roberto Fernández Retamar, Adelaida de Juan, Ángel Augier, Félix Pita Rodríguez, Nicolás Guillén, Renée Méndez Capote, Raúl Ferrer, César Leante, Alejandro G. Alonso, Salvador Morales, Nicolás Dorr, Mercedes Santos Moray, Magaly Muguercia, Alberto Rocasolano, José Prats Sariol, entre otros.

REYES, Juan María (Regla, La Habana, 22. 2.1830-Cayo Hueso, Estados Unidos, 2.1. 1878). Era hijo del periodista andaluz Juan Justo Reyes, que llegó a Cuba en 1824. Estudió en La Habana. Reducido a la miseria, fue vendedor ambulante y se vio obligado a vivir en una ciudadela con su esposa e hijos. Prestó notables servicios a la educación y a la salud pública. Atacado por un redactor de El Papalote, fue defendido con vigor por Matías Padilla en su sección «Petardos», en La Aurora. El 27 de enero de 1867 comenzó Reyes a figurar en la redacción de este semanario como codirector y administrador general. Colaboró en El Siglo. En sus artículos palpitaba la conciencia proletaria. Complicado en las actividades revolucionarias de la Guerra del 68, tuvo que emigrar. En Cayo Hueso dirigió El Republicano. Utilizó el seudónimo Nito.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Padilla y Clara, Matías. «Petardos», en La Aurora. La Habana, 2 (26): 4, ene. 20, 1867. | Portuondo, José Antonio. «[Juan María Reyes]», en su La Aurora y los comienzos de la prensa y de la organización obrera en Cuba. La Habana, Imp. Nacional de Cuba, 1961, p. 77-84.

REYES TREJO, Alfredo (Jarahueca, Oriente, 27.10.1927). De humilde extracción campesina, a los catorce años aún era analfabeto. Muy joven se trasladó a Santiago de Cuba, donde trabajó como mensajero en una farmacia y cursó los primeros años de la enseñanza primaria en una escuela nocturna. En 1945 ingresó mediante examen en el Instituto de Segunda Enseñanza de Santiago, donde fue delegado de año y participó en las huelgas realizadas por el alumnado. Después del golpe militar dado por Fulgencio Batista el 10 de marzo de 1952, se incorporó al Movimiento Revolucionario 'Acción Libertadora, fundado por la Federación Estudiantil Universitaria, y más tarde asumió la presidencia de la Juventud Ortodoxa en la provincia de Oriente. Al producirse el desembarco del Granma, ingresó en el Movimiento 26 de Julio, en cuya Sección Obrera ocupó un cargo hasta que se unió a las fuerzas del Segundo Frente Oriental, comandado por Raúl Castro. Después del triunfo de la Revolución participó en la construcción de la Ciudad Escolar Camilo Cienfuegos. Obtuvo en 1963 el primer premio de relato en un concurso convocado por la Dirección Política del MINFAR, en 1971 mención en el Concurso UNEAC por su novela Las barreras del alba y en 1973 premio de novela en el concurso 26 de Julio con Por el rastro de los libertadores. Redactor de la revista Verde Olivo. Se ha especializado en investigaciones y relatos históricos. Han aparecido trabajos suyos en El Caimán Barbudo y en los libros colectivos Historia militar (Santiago de Cuba, 1964) y Catorce cuentistas (La Habana, 1969).

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Memorias de una jornada. La Habana, Eds. Granma, 1966. | Por el rastro de los libertadores. La Habana, Instituto Cubano del Libro, 1974.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Alpízar, Sergio P. «Un testimonio de histórica ejemplaridad», en Revolución y Cultura. La Habana, (27): 23-26, nov., 1974. | Chió, Evangelina. «Entrevista a Reyes Trejo», en Revolución y Cultura. La Habana, (18): 31-32, feb., 1974. | «Los premios: literatura. Alfredo Reyes Trejo. Novela», en Verde Olivo. La Habana, 15 (35): 11, sep. 2, 1973. | «Tras el rastro de los libertadores», en La Gaceta de Cuba. La Habana, (125): 29, jul., 1974.

RIAÑO JAUMA, Ricardo (La Habana, 21.9. 1907). Desde muy joven participó en el movimiento de renovación universitaria. En 1932 cumplió prisión en Isla de Pinos por sus actividades frente a la tiranía de Machado. En 1933 se dio a conocer como escritor. Marchó a Curazao, Antillas Holandesas, como cónsul de Cuba (1935). Se traslada a Bogotá, Colombia (1936). Pasó en 1937 al departamento de Asuntos Contenciosos y Jurídicos de la Secretaría de Estado. Trabajó en el Negociado de la Liga de las Naciones y en las oficinas de la ONU y de la UNESCO del Ministerio de Estado. Fue cofundador de la Asociación de Escritores y Artistas de Cuba (1939). Dirigió Órbita en 1940. Participó en la conferencia de las Naciones Unidas en Lake Success, 1949, y en las generales de la UNESCO (París, 1952; Montevideo, 1954). Representó a Cuba en 1955 ante el Consejo Interamericano Cultural de la OEA. Fue miembro del Consejo de Dirección de Cuba y la U.R.S.S. Colaboró en El País, La Prensa, El Mundo, Unión Nacionalista, El Pueblo, Cúspide y Revista Bimestre Cubana, así como en Repertorio Americano (Costa Rica), Columna (Argentina) El Tiempo, El Espectador y Cromos (Colombia).

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

José Ingenieros y su obra literaria. Pról. de Juan J. Remos. La Habana, Orellano, 1933. | Mi viaje a Colombia. Bogotá, Tipografía Colón, 1937. | Hombres de tres mundos. Pról. de Orestes Ferrara. Buenos Aires, Talleres Gráficos de La Facultad, 1951.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Lazo, Raimundo. «Mi viaje a Colombia, por Ricardo Riaño Jauma», en Revista Cubana. La Habana, 10:275-276, oct.-dic., 1937.

RIERA Y GÓMEZ, Alberto (Matanzas, 13.7. 1901-La Habana, 1.2.1947). Cursó los estudios de bachillerato en su ciudad natal, donde se inició como periodista en El Imparcial. Se graduó de Doctor en Derecho en la Universidad de la Habana. Ocupó los cargos de juez correccional en Limonar, fiscal del Partido Judicial de Bejucal, juez de instrucción de Matanzas y abogado del Ministerio de Hacienda. Trabajó como corrector de pruebas en el diario La Prensa, de la Habana, hasta 1925, año en el que pasó a El Mundo como traductor de cables y laboró en el Heraldo de Cuba. Desde 1930 tomó parte activa en la lucha contra Gerardo Machado en especial como abogado de organizaciones sindicales y de líderes obreros revolucionarios. Fue redactor de Ahora. Al cerrarse Ahora retornó a El Mundo. Entre los trabajos que publicó en Almanaque de El Mundo (1930-1932) están los titulados «Historia del proletariado en Cuba», «El estado fascista» y «El estado soviético». Es autor de artículos y poemas en múltiples periódicos y revistas de la época. Versos suyos aparecen, entre otras antologías, en La poesía cubana en 1936 (1937) con prólogo y apéndice de Juan Ramón Jiménez.

BIBLIOGRAFÍA. ACTIVA

Canto del Caribe. Poema. La Habana, Úcar, García, 1936. | Amor de la tierra [Poesía] [Pról.] de Manuel Altolaguirre. La Habana, Eds. Héroe, 1939.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Roa, Raúl. «Alberto Riera», en su Escaramuza en las vísperas y otros engendros. La Habana, Universidad Central de Las Villas, 1966, p. 275-278. | Vitier, Cintio. «Alberto Riera», en su Cincuenta años de poesía cubana (1902-1952). Ordenación, antología y notas por [...]. La Habana, Ministerio de Educación, Dirección de Cultura, 1952, p. 249.

RISQUET, Juan Felipe (Santa Clara, 12.3.1874- ? ). Fue representante a la Cámara. Colaborador de La Igualdad, La Habana Elegante, Cuba y América, Bohemia (La Habana) y El Moderado (Matanzas). Es autor de una Proposición de ley (1902) para que los Ayuntamientos celebren contratos para obras públicas que no excedan de cinco años y de otro Proyecto de ley (1912) sobre la formación de una biblioteca de autores cubanos. Dejó inéditos un libro de carácter histórico-político, un tomo de poesías y un tratado de filosofía espiritualista. Utilizó los seudónimos Amauri y Mauris.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Rectificaciones. La cuestión político-social en la Isla de Cuba. Pról. de Esteban Borrero Echeverría. La Habana, Tipografía América, 1900. | Ondas y espumas. (Poesías). Pról. de M. Márquez Sterling. La Habana, Imp. Cuba y América, 1906. | El fusilamiento de los estudiantes. Discurso [pronunciado en el Liceo de San Lázaro] [La Habana?, 19-] Propaganda republicana. Discurso [pronunciado en la Sociedad El Pilar] [La Habana ?, 19-].

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Callejas, Félix. «A propósito de un libro» [Sobre Ondas y espumas], en Letras. La Habana [2a. época] 2 (22): [s.p.] dic. 15 y 30, 1906. | Horta, Eulogio. «Ondas y espumas, poesías de Juan F. Risquet», en El Fígaro. La Habana, 22 (49): 615, dic. 9. 1906. | Valle, Adrián del. «Ondas y espumas, poesías por Juan F. Risquet», en Cuba y América. La Habana, 10, 22 (11): 329, dic. 15, 1906.

RIVERO, Raúl (Morón, Camagüey, 23.11.1945). Terminó la enseñanza secundaria en su ciudad natal. En 1964 se trasladó a La Habana. Fue uno de los firmantes del «Manifiesto de los jóvenes poetas» de El Caimán Barbudo (1966). Licenciado en Periodismo en la Universidad de la Habana, ha trabajado en los diarios Juventud Rebelde, El Mundo, Adelante, en la revista Cuba y en la agencia de noticias Prensa Latina, que le nombró corresponsal en la Unión Soviética. Ha colaborado en Unión, Verde Olivo, Casa de las Américas, La Gaceta de Cuba, UPEC, Revolución y Cultura, Combatiente, Boletín Poeta. En 1969 recibió el Premio David de poesía por su Papel de hombre. Obtuvo en 1972 el premio UNEAC de poesía por su libro Poesía sobre la tierra. En colaboración con Germán Piniella compiló poemas y cuentos de jóvenes autores bajo el título Punto de partida (La Habana, 1970). Poemas suyos aparecen en Cerca de Vietnam y en Para que ganes claridad, publicados ambos en 1970.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Papel de hombre. La Habana, UNEAC, 1970. | Poesía sobre la tierra. La Habana, UNEAC, 1973.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Branly, Roberto. «Papel de hombre y el fantasma de la antipoesía», en Juventud Rebelde. La Habana,: 4, jul. 24, 1969; «Letras. Una visión testimonial de este tiempo», en Juventud Rebelde. La Habana,: 2, ene, 23, 1973. | Bueno, Salvador. «Raúl Rivero», en Bohemia, La Habana, 62 (50): 25, dic. 11, 1970. | Suárez, Adolfo. «Los papeles del hombre», en La Gaceta de Cuba. La Habana, (86): 30, oct., 1970; «Rivero en la tierra de la poesía», en Revolución y Cultura. La Habana, (18): 26-27, feb., 1974.

RIVERÓN HERNÁNDEZ, Francisco (Güines, Habana, 2.4.1917-La Habana, 13.1.1975). Estudió la primaria en Güines. Fue redactor publicitario y escritor de programas radiales. Obtuvo el premio especial de poesía en el Concurso Conmemorativo de Eduardo R. Chibás (1952). Participó en el Homenaje a la Décima (Matanzas, 1957). Fue jefe de la página campesina del semanario humorístico Zig-Zag (1957-1960). Participó en el Encuentro de Escritores y Artistas celebrado en Camagüey en 1960 y en el Congreso Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (La Habana, 1961). Ha colaborado en El Estudiantil (Güines), La Correspondencia (Cienfuegos), El País Gráfico, Bohemia, Prensa Libre, El Avance Criollo, Carteles, Alma Mater, INRA, Vanguardia Obrera; Humanismo (México), Revista del Pueblo (China). Trabajó el periodismo cinematográfico en el Noticiario Nacional. Es autor de la letra y la música de la zarzuela Bodas guajiras (1963). Fue fundador y director del programa campesino «Renacer cubano», de Radio Marianao, y escritor del programa televisado «Palmas y cañas». Algunos de sus poemas han sido traducidos al ruso, al alemán, al chino y al rumano.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Surco y taberna. (Poemas). La Habana, Editorial Sol de Cuba, 1950. | Epístola a José Martí [Poesía]. Güines (Habana), Ed. Pedreguera, 1953; José de los Cubanos 2a. ed. (aumentada). La Habana, Talleres de Zitros, 1960; 3a. ed. (aumentada). Id.; 4a. ed. Id. | Cosecha [Poesía]. La Habana, Tosco e Hijos, l954. | Decimar y cuatro poemas civiles. La Habana, Editorial Arango, 1956. | Antología guajira. La Habana, Editorial Librería Martí, 1958. | Caimán sonoro. La Habana, Impresora Litomen, 1959. | La voz que no se perdió. Estampa colonial en ocho cuadros. Texto y décimas de [... ] [Pról.] de Vicentina Antuña. La Habana, Ministerio de Educación. Dirección general de Cultura [1959]. | Amor: 365 días. La Habana, Tosco e Hijos, 1960. | El huésped de la voz [Poesía]. La Habana, Tosco e Hijos, 1961. | Postigo al amor. La Habana, Talleres Tipográficos de Eddy Valdés, 1962. | Todo el amor. La Habana, [Imp. Arroyo] 1963; [2a. ed.] Id., 1963. | La voz de los objetos [Poesía]. La Habana, Editorial Agro, 1964. | Las mejores décimas de amor. La Habana, Talleres Agro [l965].

ROA Y GARCÍA, Raúl (La Habana, 18.4.1907-Id., 6.7.1982). Nieto del teniente coronel Ramón Roa. Cursó los estudios primarios y secundarios en su ciudad natal. En 1925 ingresó en la Escuela de Derecho de la Universidad de la Habana. Se vinculó al Movimiento revolucionario estudiantil que organizara y dirigiera Julio Antonio Mella desde 1923. Se enfrentó al régimen reaccionario de Gerardo Machado. Profesor en 1927 de la Universidad Popular «José Martí», que en esa fecha dirigía Rubén Martínez Villena. Fue miembro de la Liga Antimperialista de Cuba. Alumno ayudante de la cátedra de Sociología (1928-1929) y profesor de doctrinas sociales de la Escuela Privada de Derecho (1929). Participó en las actividades del grupo estudiantil que mantuvo la protesta en el recinto universitario ocupado militarmente, protesta que culminara en la jornada del 30 de septiembre de 1930, de la que no sólo fue protagonista, sino también cronista. Fundador del directorio Estudiantil Universitario (1930) y del Ala Izquierda Estudiantil (1931), de cuyo Comité Central formó parte. Miembro del Comité Organizador del frustrado homenaje nacional a Enrique José Varona. Sufrió prisión (1931-1933) en el Castillo del Príncipe, en La Cabaña y en el presidio de Isla de Pinos. A la caída de la tiranía machadista en agosto de 1933, fue miembro de la Comisión mixta depuradora universitaria y delegado estudiantil a la Comisión de Estatutos de la Universidad de la Habana. Habló a nombre del estudiantado universitario en el sepelio de Enrique José Varona. Doctor en Derecho Civil y Derecho Público (1934). Su intervención en la huelga general revolucionaria contra la naciente dictadura militar de Fulgencio Batista (1935) le forzó al exilio. En Estados Unidos cursó estudios de Postgraduado en la Universidad de Columbia y en la New School for Social Research de Nueva York. Creó la Organización Revolucionaria Cubana Antimperialista (ORCA), a la que representó en la conferencia de Frente Único celebrada en Miami en 1936. A su regreso a Cuba prosiguió sus tareas revolucionarias y dio su aporte a la lucha en defensa de la República Española. Miembro del comité organizador de un Partido Democrático Revolucionario y Profesor de Sociología de la Escuela Libre de La Habana (1939). Profesor titular de Historia de las Doctrinas Sociales y de Filosofía Social en la Facultad de Ciencias Sociales y Derecho público de la Universidad de la Habana, de la que fue vicedecano y con posterioridad decano. Becado de la John Simon Guggenheim Foundation para estudiar los fundamentos y Proyecciones económico-político-sociales del New Deal (1945-1946). Director de Cultura del Ministerio de Educación (1948). Miembro de la comisión nacional para el estudio de los problemas de la postguerra, de la Alianza Cubana por un Mundo Libre, de la Comisión codificadora del Derecho obrero, del Institute for Studies in Social psycolgy and Public Opinion, de la Asociación Cubana por la Libertad de la Cultura. Delegado de la Universidad de la Habana al I Congreso Histórico Municipal Americano (1944), a la Conferencia Internacional de Universidades de Amsterdam (1947), a la Conferencia de las Universidades Latinoamericanas de Santiago de Chile (1952) y al VI Congreso de Literatura Iberoamericana celebrado en México (1952). Fue Delegado de Cuba a la Asamblea General de la UNESCO (París, 1951). Ha recibido el Premio Manuel Sanguily (1947), el Premio Justo de Lara (1956-1957), el Premio Nacional Periodístico «Juan Gualberto Gómez» (1956). Al producirse el golpe militar de Batista en marzo de 1952, fue forzado de nuevo al exilio. En México, fue profesor extraordinario de la Universidad de Nuevo León y director de la revista Humanismo. Sus ensayos y artículos literarios y periodísticos, dispersos en revistas y periódicos de Cuba y de otros países de Latinoamérica, han sido recogidos en libros. Colaboró en el suplemento literario del Diario de la Marina, en las revistas Orto, El Fígaro, Social, Revista de Avance, América Libre, Universidad de la Habana, Bohemia, Índice, Baraguá, Mediodía; Repertorio Americano (Costa Rica), Revista de las Indias (Colombia), Ruta y Cuadernos Americanos (México) y Claridad (Buenos Aires); en los periódicos Línea, Alma Mater, El Mundo, Ahora, El País, Pueblo. Regresó a Cuba al triunfar la Revolución. Representó a Cuba como embajador ante la OEA. Desde 1959 es ministro de relaciones exteriores del Gobierno Revolucionario, cuya política exterior ha defendido ante la ONU y en conferencias internacionales. Es miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Es autor del trabajo «Una semilla en un surco de fuego», que sirve de prólogo a la edición de La pupila insomne (1936), de Rubén Martínez Villena. Ha hecho la selección del libro Pluma en ristre (1949), de Pablo de la Torriente Brau, así como la compilación, el prólogo y las notas de Con la pluma y el machete (1950), de Ramón Roa.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Carta abierta a Raúl Maestri. La Habana, 1933 | Reacción versus revolución. Polémica sobre las minorías revolucionarias. Manzanillo (Oriente), Editorial El Arte, 1933. | La jornada revolucionaria del 30 de septiembre. La Habana, Cultural, 1934. | Bufa subversiva [Trabajos varios]. «Trago inicial», por Pablo de la Torriente Brau. «Fin de fiesta», por Aureliano Sánchez Arango. La Habana, Cultural, 1935. | Martí y el fascismo. La Habana, Úcar, García, 1937. | Pablo de la Torriente Brau y la revolución española. La Habana, Empresa Editora de Publicaciones, 1937. | José Martí y el destino americano. La Habana, Imp. y Papelería de Rambla Bouza, 1938. Vocación, palabra y ejemplo de José Gaos. La Habana, Publicaciones de la Revista Universidad de la Habana, 1939. | Mis oposiciones. «Valoración» por Emilio F. Camus. La Habana, Editorial Alfa, 1941. | Programa de Historia de las Doctrinas sociales. La Habana, Universidad de la Habana. Facultad de Ciencias Sociales y Derecho Público, 1944. | Don Fernando y Don Francisco. Conferencia leída en el Lyceum el 12 de agosto de 1949. La Habana, Editorial Lex, 1949. | Historia de las doctrinas sociales. T. 1. La Habana, Imp. de la Universidad de la Habana, 1949. | Rómulo Betancourt; el combatiente [La Habana, 1949?]. | 15 años después. La Habana, Editorial Librería Selecta, 1950. | Viento sur [Trabajos y artículos]. La Habana, Editorial Selecta, 1953. | Variaciones sobre el espíritu de nuestro tiempo. Monterrey (México), Publicaciones del D.A.S.U., 1954. | Cuba responde a la nota de EE.UU., en defensa de la soberanía nacional. Ministerio de Estado. Depto. de Relaciones Públicas [La Habana, Talleres Gráficos del Ministerio de Estado, 1959]. | Discurso del Dr. Raúl Roa, ministro de Estado de Cuba, pronunciado en la Asamblea General de las Naciones Unidas [La Habana, Ministerio de Estado, 1959]. | En pie. La Habana, Universidad Central de Las Villas, 1959. | La posición de Cuba. Nota que el Ministro de Estado dirigió al Embajador norteamericano acreditado ante el Gobierno Revolucionario en respuesta a otra del Gobierno de ese país. Panamá, Embajada de la República de Cuba en Panamá, 1959. | Problemas sociales. La Habana, Universidad de la Habana. Facultad de Ciencias Sociales y Derecho Público. Instituto de Administración Pública, 1959. | Respuesta de Cuba a la nota de los Estados Unidos de Norteamérica. Santiago de Cuba, Universidad de Oriente. Depto. de Extensión y Relaciones Culturales, 1959; En defensa de la soberanía nacional. La Habana, Ministerio de Estado. Depto. de Relaciones Públicas, 1959. | Cuba denuncia al patrullaje yankee en el Caribe como actividad intervencionista del imperialismo. Carta del Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba al Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas [La Habana], Imp. Nacional de Cuba, 1960. | Cuba tiene la razón. Texto del discurso pronunciado ante el Consejo de Seguridad de la ONU. San José (Costa Rica), Sociedad de Amigos de la Revolución Cubana de Costa Rica, 1960. | Cuba en la ONU. Discurso del Ministro de Relaciones Exteriores del Gobierno Revolucionario [...] en la Asamblea General y en el Consejo de Seguridad. [La Habana] Imp. Nacional de Cuba, l961. | Ser y devenir de Antonio Maceo. La Habana, Ministerio de Relaciones Exteriores, 1962. | Retorno a la alborada [Crónicas y ensayos]. La Habana, Universidad Central de Las Villas, 1964. 2 t. | Escaramuza en las vísperas y otros engendros [Ensayos]. «Breve pról.», por Samuel Feijóo. La Habana, Editora Universitaria, Universidad Central de Las Villas, 1966. | La revolución del 30 se fue a bolina. La Habana, Instituto del Libro, 1969. | Cuba responde al documento de la OEA sobre la Tricontinental. La Habana, Ministerio de Relaciones Exteriores. Dirección de Información [196-]. | Aventuras, venturas y desventuras de un mambí. La Habana, Instituto del Libro. Editorial de Ciencias Sociales, 1970; La Habana, Instituto del Libro. Eds. Huracán, 1970; México, Siglo Veintiuno, editores [1970]. | Evocación de Pablo Lafargue. La Habana, Instituto Cubano del Libro, 1973 (Cuadernos de historia de salud pública, 58. Organismos). | Chile en el panorama internacional. Discurso pronunciado el lo de octubre de 1973 en la XXVIII Asamblea General de las Naciones Unidas. La Habana, Instituto Cubano del Libro. Editorial de Ciencias Sociales, 1974.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Aguirre, Mirta. «Retorno a la alborada», en Cuba Socialista. La Habana, 4 (33): 138-142, may., 1964. | Amat, Víctor. «La jornada revolucionaria del 30 de septiembre», en Ahora. La Habana, 2 (325): 4, sep. 4, 1933. | Augier, Ángel. «Raúl Roa en la alborada de Cuba», en Bohemia. La Habana, 56 (15): 82, 83, 90, abr. 10, 1964; «Obra de meditaciones y combate: Escaramuza en las vísperas», en El Mundo del Domingo. Suplemento del periódico El Mundo. La Habana, 3, abr. 2, l967. | Bueno, Salvador. «Raúl Roa escritor», en Bohemia. La Habana, 62 (22): 4-15, may. 29, 1970. | Córdoba, Federico de. «Aventuras, venturas y desventuras de un mambí» en Bohemia. La Habana, 62 (23): 20-21, jun. 5, 1970. | Darias, Agileo. «La voz de los otros. El 30 de septiembre expuesto per Raúl Roa», en Ahora. La Habana, 2 (338): 4, ago. 27, 1934. | Fernández Retamar, Roberto. «Alborada de verdad», en Bohemia. La Habana, 56 (51): 20-22, dic. 15, 1964. | García Pons, César. «Un libro de Raúl Roa», en Ahora. La Habana, 2 (339): 4, ago. 18, 1934. | Gavrikov, Yuri Pavlev. «El libro de una generación», en Bohemia. La Habana, 56 (39): 80-81, sept. 25, 1964. | González, Manuel Pedro. «Raúl Roa-ideología y estilo», en Cuadernos Americanos. México, D.F., 27, 96 (1): 75-94, ene.-feb., l968. | M[arinello] V[idaurreta] J[uan]. «La jornada revolucionaria del 30 de septiembre, por Raúl Roa» en Masas. La Habana, 1 (5): 24, sep., 1934. | Morales, Salvador. «Crítica. Las peripecias de un mambí», en El Caimán Barbudo. La Habana, 2a. época (40): 31, 1970. | [Nadeau, Maurice]. «Ecrivains de Cuba», en Les Lettres Nouvelles. Numéro Spécial. Paris,: 160-164, déc. 1967-jan. l968. | Navarro Luna, Manuel. «Un libro de Raúl Roa. La jornada revolucionaria del 30 de septiembre», en Ahora. La Habana, 3 (454): 2, 14, feb. 8, 1935. | Portuondo, José Antonio. «A propósito de Raúl Roa», en Índice. La Habana, 2a. época, 2 (10): 9-10, oct., 1937. | Suárez Solís. Rafael. «Entre paréntesis. La jornada revolucionaria del 30 de Septiembre», en Ahora. La Habana, 2 (296): 1, 6, ago. 5, 1934.

ROA Y GARÍ, Ramón (Cifuentes, Los Villas, 22.9.1844-La Habana, 7.1.1912). Estudió en el colegio La Empresa, de Matanzas. Alrededor de 1856 comenzó a conspirar contra el poder colonial español en la misma ciudad, junto a Antonio Guiteras. A los dieciséis años buscó asilo político en Estados Unidos. Alcanzó el grado de coronel en la guerra entre España y República Dominicana (1863-1865), en la cual combatió en las filas del ejército de este último país, Fundador con Cirilo Villaverde, Juan Clemente Zenea y Juan Manuel Macías de la Sociedad Republicana de Cuba y Puerto Rico (Nueva York, 1865). En Argentina fue secretario privado del presidente Domingo Faustino Sarmiento. Abandona Buenos Aires al enterarse del alzamiento de La Demajagua y se incorpora a la lucha en la manigua cubana. Durante la Guerra de los Diez Años obtiene el grado de teniente coronel en las fuerzas mambisas, desempeñó el cargo de ayudante secretario del Mayor General Ignacio Agramonte, del General Julio Sanguily y del General Máximo Gómez, y fue secretario de Relaciones Exteriores y Hacienda (1877) del gobierno de Cuba en armas. A principios de la guerra de 1895 las autoridades españolas decretaron su deportación. Fue jefe del Despacho de la Secretaría de Hacienda (1902-1905), pagador de la Aduana de La Habana (1905-1907) y segundo jefe del Archivo Nacional (19071910). Miembro de número de la Academia de la Historia de Cuba. Colaborador de La Voz de América, El Pueblo y La Independencia de Nueva York; El Nacional, de Buenos Aires; La Estrella Solitaria, de los campos de batalla; La República Cubana, de París; Revista Cubana, La Habana Literaria, La Habana Elegante, La Igualdad y La Discusión, todos de La Habana. Fue antologado en Los poetas de la guerra (Nueva York, 1893.) Tenía en preparación un libro sobre la Guerra de los Diez Años titulado A caballo y montado, del que aparecieron algunos capítulos en la sección «Efemérides de la Revolución Cubana», que redactaba el Comandante Enrique Ubieta en La Discusión. Utilizó los seudónimos Zacarías Yesca, Tudo, Román Mora, Tahuasco, Guara Cabulla, E. Marblod.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Convenio del Zanjón. Carta del señor [...] New York, Imp. de N. Ponce de León, 1878. | A pie y descalzo de Trinidad a Cuba. 1870-71. (Recuerdos de campaña). La Habana, Est. Tip., O'Reilly, 1890. | Verdad sin ira. En la Hacienda, en la Aduana, en el Archivo Nacional. La Habana, Imp. La Prueba, 1908. | Ignacio Agramonte y Loynaz. Breves conceptos sobre su vida, escritos con motivo de la inauguración de su estatua en la ciudad de Camagüey el 24 de febrero de 1912. La Habana, Editor Jorge Roa, 1912. | Con la pluma y el machete. Compilación, pról. y notas de Raúl Roa. La Habana, Academia de la Historia de Cuba, 1950. 3 t.; Pluma y machete. La Habana, Instituto del Libro, 1969.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Carbonell y Rivero, José Manuel. «Ramón Roa (1844-1912)», en su La poesía revolucionaria en Cuba. Recopilación dirigida, prologada y anotada por [...]. T. único. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1928, p. 255 (Evolución de la cultura cubana. 1608-1927, 6). | «Libertadores de Cuba. Ramón Roa», en La Discusión. La Habana, 24 (8): 9, ene. 8, 1912. | Roa, Raúl. Aventuras, venturas y desventuras de un mambí. Introd. de Ambrosio Fornet. La Habana, Instituto del Libro, 1970. | Sanguily, Manuel. «Ramón Roa», en su Brega de libertad. Selección y pról. de Ernesto Ardura. La Habana, Ministerio de Educación. Dirección de Cultura, 1950, p. 94-98.

ROBINSON, Nancy (La Habana, 21.7.1935) Cursó la primera enseñanza en La Habana. Se graduó de Bachiller en Letras en el Instituto del Vedado (La Habana), y de periodista en la Escuela Profesional de Periodismo«Manuel Márquez Sterling» y de idioma ruso, en la academia «John Reed». En 1972 ganó el premio de cuento policial en el concurso por el aniversario de la Revolución, convocado todos los años por el MININT. Más tarde mereció el premio especial de décima en el Concurso «Rubén Martínez Villena», de la CTC, por su Decimario sindical por Lázaro, publicado en la antología Dieciséis poetas (Selección 1975). (La Habana, Instituto Cubano del Libro. Editorial Arte y Literatura, 1975). Ha trabajado como traductora en la Junta Central de Planificación. Colabora en el periódico Granma.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Colmillo de jabalí y los aretes de esmeralda de la condesita de Casabella. Seguido de «El lagarto». Pról. de Félix Pita Rodríguez. La Habana, Editorial Arte y Literatura, 1973.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Cruz, Soledad. «Un cuento policiaco», en Juventud Rebelde. La Habana,: 2, abr. 11, 1974. | González, Eliseo. «Colmillo de jabalí», en El Caimán Barbudo. La Habana, 2a. época (76): 30, mar., 1974. | Osa, José A. de la. «Los aretes del jabalí (Entrevista con Nancy Robinson, premio de cuento en el concurso de literatura policial del Ministerio del Interior)», en Granma. La Habana, 9 (75): 2, mar. 29, 1973.

ROBREÑO, Carlos (La Habana, 25.3.1903). A los nueve años de edad comenzó a escribir en el periódico El Mundo, donde hacía crónicas infantiles de beisbol. Cursó la segunda enseñanza en el colegio San Francisco de Paula. Se graduó de Doctor en Derecho Civil en la Universidad de la Habana (1923). Escribió numerosas obras costumbristas y de sátira política, como El gran desfile (1933), Los explotadores de 1933 (1933) y El general huyó al amanecer (1959), que se representaron, pero no fueron publicadas. Como periodista ha colaborado en Heraldo de Cuba, El Sol, Información, Prensa Libre, y como escritor humorista en Zig-Zag (1938), Chispa (1939) -del cual fue director- y Clarín (1942). Ha colaborado en la radio y la televisión. Ha viajado por América Latina, Estados Unidos y Europa. Después del triunfo de la Revolución se estableció en Estados Unidos.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Cinco años de estudiante: 1918-1923. Narración de hechos y costumbres estudiantiles. La Habana, Cultural, 1928. | Tito Guisado en la Habana. Sainete de actualidad en un acto y siete cuadros, original del notable autor [...]; música del reputado maestro Sr. Rodrigo Pratts [La Habana, Imp. Cuba Intelectual, 1941?].

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Ramírez, Carlos. «Un autor que ha estrenado 100 obras», en Carteles. La Habana, 32 (35): 42-43,. ago. 28, 1938.

ROBREÑO, Eduardo (La Habana, 23.9.1911). Cursó la primaria y el bachillerato en el colegio San Francisco de Paula. Se graduó de Licenciado en Ciencias Políticas, Sociales y Económicas (1937) y se doctoró en Derecho Civil en la Universidad de la Habana (1938). Ha visitado a México y Estados Unidos. Al mismo tiempo que laboraba en diversos grupos teatrales, tuvo secciones de colaboración fija en Bohemia (1960-1964) y en Verde Olivo (1964-1968). Ha colaborado también en Palante, Trabajo y Juventud Rebelde. En 1962 obtuvo el premio del concurso de obras de teatro relacionadas con la alfabetización por La palabra se hizo realidad, el del primer Concurso de la Edad de Oro con Abuela Cacha y mención de teatro en el Concurso UNEAC, con El último mosquetero. Ganó el concurso de crónica de la revista Trabajo con «Tres danzones y tres épocas» (1962) y «Doña Sara nos quitó la levita» (1963). Fue profesor de teatro y director del grupo «Jorge Anckermann», del Teatro Martí (1965-1970). A partir de 1972 ha sido profesor de cuadros de Cubanacán y asesor de la Dirección General de Teatro y Danza del Consejo Nacional de Cultura. Se han representado sus piezas La casa de Mariana, Recuerdos de Alhambra (con música de Anckermann) y Quiéreme mucho (con música de Gonzalo Roig).

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Historia del teatro popular cubano. Nota preliminar de Emilio Roig de Leuchsenring. La Habana, Oficina del Historiador de la Ciudad, 1961.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

«Eduardo Robreño Deupy», en Nueva temporada Teatro Martí [Programa] [La Habana] Consejo Nacional de Cultura, 1965, p. [17].

ROBREÑO PUENTE, Gustavo (Pinar del Río, 18.12.1873-La Habana, 11.3.1957). Hijo de Joaquín Robreño, actor, director y escritor teatral inédito. A la edad de cinco años debutó como actor en una compañía infantil dirigida por Justo Soret. Fue fundador del Teatro Alhambra (1900), donde trabajó como actor durante muchos años. Su repertorio de sainetes más famoso se adaptaba para ser representado en los teatros Payret y Martí. Escribió más de doscientas obras de teatro de carácter vernáculo, la mayoría de ellas en colaboración con su hermano Francisco. Entre sus títulos más célebres se cuentan La madre de los tomates (1899), Toros y gallos (1901), El jipijapa (1902), El ciclón (1906), Napoleón y La emperatriz del Pilar. La más hermosa de las obras que escribió en colaboración con su hermano fue Tin Tan te comiste un pan, que más tarde se tituló El velorio de Pachencho. Viajó a Madrid y a París. Es autor de crónicas costumbristas y de teatro, aparecidas en el Diario de la Marina, La Discusión, La Prensa y El País Gráfico. Publicó poemas. Utilizó el seudónimo Calabobos.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Historia de Cuba, narración humorística. Pról. de Attachée, seud. de Víctor Muñoz. La Habana, Avisador Comercial, 1915; 2a. ed. Id. | Saltapericos. Selección de artículos humorísticos. Pról. de Rafael Fernández de Castro. La Habana, Avisador Comercial [1916]. | Crepúsculos novedosos [Poesía]. La Habana, Rambla Bouza [1919?]. | La acera del Louvre. Novela histórica. La Habana, Rambla Bouza, 1925.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

González Freire, Natividad. «Gustavo Robreño (1873-1957)», en su Teatro cubano (1927-1961). La Habana, Ministerio de Relaciones Exteriores, 1961, P. 158. | Robreño, Eduardo. «Hermanos Robreño: los más agudos», en Historia del teatro popular cubano. La Habana, Oficina del Historiador de la Ciudad, 1961, p. 62. | Suárez Solís, Rafael. «Gustavo Robreño: uno de los cuatro grandes fundadores del teatro cubano», en Carteles. La Habana, 38 (12):37, 80, mar. 24, 1957.

ROCA, Blas (Manzanillo, Oriente, 24.7.1908). De humilde extracción obrera, sólo pudo cursar la enseñanza primaria hasta el cuarto grado, aunque continuó estudiando mientras realizaba diversos oficios, entre ellos el de zapatero. Aprobó en 1924 los exámenes que lo habilitaban para el magisterio. Ejerció como maestro sustituto durante tres meses, mas tuvo que cesar en su trabajo por falta de recomendación política. A los veinte años comenzó a estudiar marxismo. En 1929 ingresó en el Partido Comunista y dos años más tarde fue encargado de su organización en la provincia de Oriente y elegido miembro de su Comité Central. Secretario general de la Federación Obrera de Manzanillo, tomó parte activa en las huelgas de zapateros de 1929 y en la de estibadores de 1930. Es detenido en julio de 1932 y encarcelado un año, en Guantánamo (Oriente). En la prisión escribe trabajos que circulan clandestinamente. Publicó los periódicos mimeografiados Voz Proletaria y El Comunista, este último después de la caída de Machado. A fines de 1933 se traslada a La Habana, donde conoce a Rubén Martínez Villena. Al año siguiente es designado secretario general del Partido Comunista y viaja a Moscú como delegado de Cuba al VII Congreso de la Internacional Comunista. Colabora en Mediodía y Noticias de Hoy. y forma parte del Consejo de Dirección de la revista mensual El Comunista. Es delegado a la Convención Constituyente (1939-1940) y diputado nacional desde 1940. Crea y dirige la revista Fundamentos y colabora en Gaceta del Caribe, Mella, La última Hora. Fue secretario general y primer vicepresidente del Partido Socialista Popular. Representó al partido en el extranjero y, durante la dictadura batistiana, regresó a Cuba para trabajar en la clandestinidad. Después del triunfo de la Revolución fue miembro del consejo de dirección de Cuba Socialista. Ha sido miembro del Secretariado y, desde el Primer Congreso del PCC, del Buró Político de su Comité Central. Ha dirigido, desde el Secretariado de las Comisiones jurídicas, el reordenamiento de la legislación judicial para adecuarla a la estructura socialista del país. Ha participado activamente en el establecimiento del Poder Popular en la provincia de Matanzas y ha presidido la Comisión Redactora del Anteproyecto de Constitución. Fue investido con el título de Doctor Honoris Causa en Ciencias Jurídicas en la Universidad de la Habana (1974). Sus artículos, discursos y entrevistas concedidas han aparecido en la publicaciones cubanas Bohemia, Verde Olivo, El Militante Comunista, La Gaceta de Cuba, Moncada, Cuadernos Marxistas; Documentos Políticos (Colombia), World Marxist Review (Canadá), Revista Internacional y Problemas de la Paz y el Socialismo (Checoslovaquia). Ha sido traducido al ruso, inglés, rumano, checo, húngaro, vietnamita. Antes de adoptar el nombre de Blas Roca, y aún después firmó trabajos con su nombre, Francisco Calderío, o sólo con su nombre de pila. Publicó en colaboración con Earl Browder La conferencia de cancilleres de La Habana (La Habana, 1940), con Manuel Luzardo y Juan Marinello La Asamblea Provincial de La Habana de Unión Revolucionaria Comunista (La Habana, 1943), con Lázaro Peña La colaboración entre obreros y patronos (La Habana, 1945), con Carlos Rafael Rodríguez y Manuel Luzardo En defensa del Pueblo (La Habana, 1945), con Lázaro Peña Las funciones y el papel de los sindicatos ante la revolución (La Habana, 1961). Firmó con Juan Marinello los manifiestos del Partido Socialista Popular, Castigo para «la porra» gobiernista que asaltó y destrozó el periódico Hoy; ¡unidad de toda la oposición por paz, democracia y bienestar! (La Habana, 1951) y El Partido Socialista Popular propone un frente democrático nacional por Paz, democracia y bienestar (La Habana, 1951). Han aparecido trabajos suyos en las obras colectivas Conferencias de orientación ciudadana. Los partidos políticos y la Asamblea Constituyente (La Habana, 1939), Ocho conferencias revolucionarias (La Habana, 1959), Cuarto ciclo: la libertad (La Habana, Universidad Popular, 1960), Sobre el Partido (La Habana, 1963), Material de estudio no. 3 para los Círculos de Instrucción Revolucionaria de los Comités de Defensa de la Revolución (La Habana, 1964), Semblanza de Luis Díaz Soto (La Habana, 1964), Estudios políticos (La Habana, 1965), Guía para la acción (La Habana, 1965). Ha prologado los Estatutos del Partido Comunista de Cuba (La Habana, 1939); Precursores cubanos, verdades del socialismo (La Habana, 1941), de Carlos Baliño; Crédito banca-moneda (La Habana, 1947), de Alberto Arredondo; Elegía a Jesús Menéndez (La Habana, 1962), de Nicolás Guillén; la antología de Fidel Castro Fanal Kuba: Reden und Schriften. 1960-1962 (Berlín, 1963); El proceso de Leipzig (La Habana, 1972), de George M. Dimitrov.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Cuestiones agrarias. La Habana, Imp. Cultura, 1938. | Por una constitución que asegure la democracia, el mejoramiento popular y la defensa de la economía nacional. Informe del Secretario General del Partido Comunista en el Plenum del Comité Central del Partido Comunista de Cuba sobre el primer punto de la orden del día: Cómo asegurar el triunfo del Pueblo en la próxima Asamblea Constituyente. La Habana, 1938. | El camino del pueblo. La Habana, Alfa, 1939. | ¿Cómo puede Ud. mejorar su situación? La Habana, 1939. | La confederación de corporaciones económicas frente al pueblo. La Habana, 1939. | Las experiencias de Cuba. Discurso pronunciado en el VII Congreso del Partido Comunista de México, el 2 de febrero de 1939. La Habana, Editorial Páginas, 1939. | Por la igualdad de todos los cubanos. Conferencia pronunciada en los salones del Club Atenas, en la noche del 27 de marzo de 1939. La Habana, Imp. Orientación Social, 1939. | La unidad vencerá al fascismo. Informe ante la Tercera Asamblea Nacional del Partido Comunista de Cuba, efectuada en la ciudad de Santa Clara los días 10 y 15 de enero de 1939. La Habana, Alfa, 1939. | Una batalla que debe ganar el pueblo. Informe rendido por [...] ante la Asamblea Nacional del PURC, el día 7 de abril de 1940. La Habana, Eds. Sociales, 1940. | Católicos y comunistas. La Habana, Eds. Sociales, 1940. | Contra la reacción sediciosa. La Habana, Eds. Sociales, 1940. | La educación revolucionaria. La Habana, Eds. Sociales, 1940. | El Pueblo y la nueva construcción. La Habana, Eds. Sociales, 1940. | Siempre firmes. Discurso pronunciado en la Asamblea Constituyente, en defensa de la legalidad de los sindicatos, la C.T.C. y las organizaciones populares. La Habana, Eds. Sociales, 1940. | Ayudemos a la juventud. La Habana, Eds. Sociales, 1941. | La mujer y la lucha revolucionaria. La Habana, Eds. Sociales, 1941. | Por la defensa nacional y el progreso de Cuba. Informe de [...] al Comité Ejecutivo Nacional de la URC, 20 de octubre de 1941. La Habana, Librería Páginas, 1941. | Con la masas ¡al avance! Versión taquigráfica

del discurso pronunciado por [...] en la Asamblea Municipal de Manzanillo, del Partido Unión Revolucionaria Comunista, celebrada el 12 de abril de 1942. Manzanillo (Oriente), 1942. | Marx. Conferencia [...] en el teatro Cuatro Caminos [...] el día 17 de mayo [...]. La Habana, Editorial Páginas, 1942. | Qué es Unión Revolucionaria Comunista. Conferencia [...] en el Seccional de El Cerro, el día 2 de mayo [...]. La Habana, Eds. Sociales, 1942; La Habana, Imp. Luyanó 13, 1943. | 15 de marzo, análisis y perspectivas. Informe del secretariado general de la URC al Comité Ejecutivo Nacional del Partido. La Habana, Editorial Páginas, 1942. | Todo para derrotar a Hitler en 1942. La Habana, Imp. Luyanó 13, 1942. | Discurso pronunciado en la Asamblea Municipal de Manzanillo, del Partido Unión Revolucionaria Comunista, celebrada el 12 de Abril de 1942 [s. l. 1942?]. | Los fundamentos del socialismo en Cuba. La Habana, Editorial Páginas, 1943; 5ª. ed. Id., 1944; 6ª. ed. Id., 1949: Ed. corr. La Habana, Eds. Populares, 1960; Id., 1961. | Por qué y para qué participan los comunistas en el gabinete. La Habana, Eds. Sociales, 1943. | U.R. Comunista en el gabinete. La Habana, Tipografía Luyanó 13, 1943. | El triunfo de Grau, la unidad nacional y nuestra actitud. La Habana, Imp. Arrow Press, 1944. | Las 6 tareas de la victoria. La Habana, Editorial Cenit [1944?]. | ¿Demasiados folletos? La Habana, Imp. Arrow Press, 1945. | Estados Unidos, Teherán y la América Latina. Una carta a Earl Browder. La Habana, Eds. Sociales, 1945. | Un gran partido para un gran presidente. Conferencia sobre las afiliaciones al Partido, pronunciada en Bauta, la noche del 19 de abril de 1945. La Habana, Eds. del Partido Socialista Popular, 1945. | Hoy, un periódico distinto. Palabras para los trabajadores de una empresa colectiva. La Habana, Imp. Berca, 1945. | Juan Marinello, el candidato de la juventud. Discurso. La Habana, Editorial Cenit, 1945. | La posición de la iglesia ante los socialistas. Fragmento del discurso pronunciado por [...] en la reciente reunión del Comité Ejecutivo Nacional del P.S.P., celebrada los días 27 y 28 de enero de 1945. La Habana, Eds. Sociales, 1945. | ¡Al combate! ¡Por la economía y el bienestar popular! Informe y resoluciones de la III Asamblea Nacional del Partido Socialista Popular sobre el primer punto del orden del día. 24-28 enero. La Habana, Eds. del Partido Socialista Popular, 1946. | Cuba ante las amenazas a la paz. La Habana, Eds. del P.S.P., 1946. | Un ejemplo de militante socialista. Discurso [...] en almuerzo ofrecido en Marianao, el 11 de mayo de 1946 [a Manuel Luzardo]. La Habana, Comité Municipal de Marianao del Partido Socialista Popular, 1946. | En torno a la propaganda sobre el aniversario de la revolución socialista. Conferencia [...] en torno a la propaganda sobre la conmemoración del 7 de noviembre, octubre 11, 1946. La Habana, Eds. del Partido Socialista Popular, 1946. | Lo que debe ud. saber sobre las elecciones de 1946. La Habana, Imp. Arrow Press, 1946. | El Partido Socialista Popular. La Habana, Eds. del Partido Socialista Popular, 1946. | El triunfo popular en las elecciones. La Habana, Arrow Press, 1946. | A qué Partido afiliarse. Una guía para el ciudadano en el proceso electoral de 1947-1948. La Habana, Imp. Económica en General, 1947. | Vida de Julio Antonio Mella. La Habana, Eds. Sociales, 1947. | Las elecciones, el nuevo Gobierno y el camino del pueblo. La Habana, Eds. del Partido Socialista Popular, 1948. | José Martí, revolucionario radical de su tiempo. La Habana, Páginas, 1948. | Plan cubano contra la crisis. La Habana, Eds. del Partido Socialista Popular, 1948. | Por la libertad y la democracia sindical. Intervención de [...] en la reunión de militantes sindicales del P.S.P., junio, 1948. La Habana, Arrow Press, 1948. | El programa y los estatutos del Partido Socialista Popular. La Habana, Eds. del Partido Socialista Popular, 1948. | Las tareas de la victoria. Fragmento del discurso pronunciado en la reunión del Comité Ejecutivo Provincial de La Habana celebrado los días 29 y 30 de sept. La Habana [1948?]. | La batalla comicial de 1944. Informe de [...] ante el Comité Nacional de Unión Revolucionaria Comunista, el 18 de noviembre de 1943. La Habana, Imp. Luyanó 13, 1949. | Cuarenta años que prueban la superioridad del socialismo sobre el capitalismo. La Habana, 1957. | Bohemia contrarrevolucionaria y proimperialista. Reproducido por el periódico Hoy, por Comité Municipal de La Habana del Partido Socialista Popular. La Habana, 1959. | Los comunistas no ocultan nada. La Habana, Editorial Doctrina, 1959. | 29 artículos sobre la revolución cubana. La Habana, 1959. | Balance de la labor del Partido desde la última Asamblea Nacional y el desarrollo de la revolución. La Habana, 1960. | La disciplina y la conciencia en la Milicia Nacional Revolucionaria. La Habana, Imp. Nacional de Cuba, 1960. | La Marina, la democracia, las elecciones y la revolución. La Habana, Tipografía Ideas, 1960. | El comunismo es la conciencia de la revolución de la humanidad por su liberación. La Habana, Imp. Nacional, 1961. | Dos respuestas a los compañeros de un círculo de estudios de Guanabo. La Habana, 1961. | En defensa de la revolución. 6 artículos. La Habana, Comisión de Propaganda del Partido Socialista Popular, 1961. | Lo que determina y condiciona la actual situación de Cuba, son los éxitos alcanzados por la revolución. Informe de [...] en el Pleno del Comité Nacional del PSP el 25 de enero de 1961. La Habana, Imp. Nacional de Cuba, 1961. | Médico cubano, cuál es tu porvenir. La Habana, Ministerio de Salud Pública, 1961. | Osvaldo Sánchez. Palabras pronunciadas por el dirigente nacional de las O.R.I. [...] en la Escuela de Instructores Osvaldo Sánchez el 20 de junio de 1961. La Habana, MINFAR. Depto. de Instrucción, 1961. | El pensamiento íntimo de la contrarrevolución. La Habana, 1961. | Los regímenes sociales y el concepto de libertad. La Habana, Capitolio Nacional, 1961. | Teoría y acción revolucionaria. Algunos conceptos básicos sobre el movimiento sindical. La Habana, 1961. | Veneno en la Quincena. 13 artículos sobre la campaña contrarrevolucionaria de la jerarquía católica, por Francisco. La Habana, 1961. | El XXII Congreso del Partido Comunista de la URSS Y el desarrollo de la revolución cubana. Conferencia [...] en el IX ciclo de la Universidad Popular el día 15 de diciembre de 1961. La Habana, 1961. | Crece la responsabilidad de los sindicatos en la construcción del socialismo. Intervención ante el XXVI Consejo Nacional de la CTC-R del 2 al 7 de septiembre de 1962. La Habana, Editorial CTC-R, 1962. | Misión de los profesores de estudios socio-económicos. Conferencia pronunciada el 7 de agosto de 1962 al inaugurarse el curso para Profesores de la asignatura en la Escuela de Superación Pedagógica. La Habana, Ministerio de Educación. Instituto Superior de Educación. Centro de Documentación Pedagógica, 1962 (Tópicos educacionales, 3). | Misión de paz y solidaridad. La Habana, Editorial En Marcha, 1962. | Sobre el XXII Congreso del PCUS, febrero de 1962. Santa

Clara, Imp. Nacional de Cuba, 1962. | Los fundamentos del socialismo en Cuba. Selección de capítulos. La Habana, Editorial EIR, 1965. | Lecturas. La Habana, Ministerio de Educación. Dirección de Planes Especiales, 1972. | Influencia del arte y la literatura en la formación moral del niño. Intervención especial en la clausura del Seminario de Apreciación de Literatura y Arte para Niños, auspiciado por el Semanario Pionero (febrero 5 de 1974, salón de conferencias de la UPEC). La Habana, 1974. | Papel de la propaganda en la prevención de los delitos contra la economía nacional y popular. Intervención de [...] en el II Seminario a los divulgadores de los organismos del Estado. La Habana, Empresa de Medios de Propaganda, 1974. | Discurso pronunciado en el acto celebrado en el Ministerio de Relaciones Exteriores, con motivo de celebrarse un aniversario más de la muerte de Salvador García Agüero. La Habana, Ministerio de Justicia. Depto. de Reproducción, 1975. | Discurso pronunciado en el acto clausura de la Jornada del Trabajador Jurídico, efectuado en el Salón de Actos del Ministerio de Comunicaciones el 8 de junio de 1975. La Habana, Ministerio de Justicia. Depto. de Reproducción, 1975.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

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ROCASOLANO, Alberto (Bijarú, Antilla, Oriente, 17.1.1935). Rogelio López Gómez terminó el bachillerato en letras en el Instituto de Holguín (Oriente, 1955), y cursó los dos primeros años de derecho en la Universidad de La Habana. En 1954 ingresó en la Juventud Socialista y en 1958 se incorporó al Ejército Rebelde. Fue comisionado municipal de Antilla (1959) y subadministrador de su Aduana (1959-1960). En 1961 participó en la limpia del Escambray. Fue miembro del MININT entre 1961 y 1968. En 1965 recibió el Premio «V Zafra del Pueblo» de la UNEAC por su poema «Donde echaron las cañas sus raíces». Ganó mención en el Concurso UNEAC de 1966 por su poemario Diestro en soledades y esperanzas. Visitó a Canadá con motivo de la «Expo 67». Ha colaborado en Norte (Holguín), Sierra Maestra, Verde Olivo, Hoy, La Gaceta de Cuba, Unión, El Caimán Barbudo, RG, Islas, L/L, Casa de las Américas, Revolución y Cultura, Bohemia, entre otras publicaciones nacionales así como en las extranjeras El Corno Emplumado (México), Universidad de Antioquia (Colombia), Cuadernos Hispanoamericanos (España). Es autor de trabajos de investigación sobre Poveda y de la selección, introducción, notas y bibliografía de la Órbita de José Manuel Poveda (La Habana, UNEAC, 1975). Preparó y prologó la edición de las poesías y las prosas de Antonio Machado. Es autor, además, de cuentos infantiles. Poemas suyos han sido traducidos al inglés, al rumano y al checo. Desde 1968 es investigador literario del Instituto de Literatura y Lingüística de la Academia de Ciencias de Cuba.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Diestro en soledades y esperanzas [Poesía]. La Habana, Eds. Unión. 1967. | A cara y cruz [Poesía]. La Habana, UNEAC, 1970.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Augier, Ángel. «Rocasolano», en El Mundo. La Habana, 66 (22 148): 2, mar. 12, 1968. | Branly, Roberto. «Diestro en soledades», en La Gaceta de Cuba. La Habana, 6 (63): 14, feb.-mar., 1968. | Contreras, Félix. «Los desiertos y los premios. Tres. Alberto Rocasolano», en El Caimán Barbudo. La Habana, (8): 17, nov., 1966. | Díaz Castro, Tapia. «Un poeta desierto», en El Mundo. La Habana, 65 (21 805): 4, feb. 4, 1967. | Noack, Rudolf. «Rocasolano, Alberto», en Portuondo, José Antonio. Kubanische Literatur im Überblick [Tr. del español por] Regina Erb, Rudolf Noack [y] Rober Michaels. Frankfurt am Main, Röderberg-Verlag G.m.b.H., 1974, p. 212. | Saínz, Enrique. «A cara y cruz», en Unión. La Habana, 10 (1-2): 155-157, mar.-jun., 1971. | Selva, Mauricio de la. «Antología poética circunstancial», en Cuadernos Americanos. México, 30, 177 (4): 185-186, jul.-ago., 1971. | Villares, Ricardo. «Hacia el futuro, junto al pueblo», en Con la Guardia en Alto. La Habana, 3ª. época, 6 (2): 56-57, feb., 1967. | Zaldívar, Rudel. «Desde La Habana. Entrevista con Alberto Rocasolano», en Ahora. Holguín (Oriente), 12 (241): 2, oct. 18, 1975.

Rocío, El (La Habana, 1856-?). Fue una revista quincenal, que comenzó a salir el 1º. de julio de 1856, según señala Araceli García-Carranza en la página 149 de Índices analíticos (La Habana, Biblioteca Nacional «José Martí». Depto. Colección Cubana, 1964). Añade, además, que según parece fue dirigida por Antonio Medina. Pedro Deschamps Chapeaux señala también, en la página 103 de su obra El negro en el periodismo cubano en el siglo XIX. Ensayo bibliográfico (La Habana, Eds. R, 1963), que fue dirigida por Antonio Medina y Céspedes y por Anselmo Font y Barrera. Ambos autores afirman que fue la primera revista literaria publicada por hombres de la raza negra. En su primera sección, titulada «Amenidades», se publicaron artículos de crítica musical y literaria y de moral y costumbres, además de anécdotas, epigramas y traducciones. En la segunda -incorporada a la primera poco tiempo después- se dio cabida a temas sobre la historia de España y América. La tercera sección, «Colección de poesías», tuvo la colaboración de destacados poetas cubanos y en menor escala del resto del continente. En sus páginas aparecieron las firmas de Rafael María de Mendive, Antonio Enrique de Zafra, José Agustín Millán, Abigail Lozano, R[amón] Zambrana, Merced Valdés Mendoza, Vicente Oliette, J. Ignacio Arnao, José G[onzalo] Roldán, Anselmo Font, El observador y otros. Preparado por Feliciana Menocal, con la colaboración de Araceli García-Carranza, se ha publicado su índice analítico, aparecido en Índices analíticos (La Habana, Biblioteca Nacional «José Martí». Depto. Colección Cubana, 1964, p. 153-156).

BIBLIOGRAFÍA

[García-Carranza, Araceli]. «El Rocío», en Índices analíticos. La Habana, Biblioteca Nacional José

Martí. Depto. Colección Cubana, 1964, p. 149-151.

RODRÍGUEZ, Carlos Rafael (Cienfuegos, Las Villas, 23.5.1913). Cursó la primera y la segunda enseñanzas en su pueblo natal. Combatió al régimen de Gerardo Machado como dirigente del Directorio Estudiantil y director de la revista Juventud (1931), de oposición a la dictadura, hasta que su edición fue clausurada. En 1933, tras la caída del régimen, fue designado alcalde de Cienfuegos. Fue uno de los fundadores del grupo literario «Ariel» y de la revista Segur (1934), donde se dio a conocer como ensayista. Por esta época colabora en Orto. En 1934 ingresó en la Escuela de Derecho de la Universidad de la Habana, en la que se graduó de Doctor en Derecho Civil y en Ciencias Políticas, Sociales y Económicas en 1939. Durante sus años de estudiante fue dirigente del Comité de Huelga Universitaria (1935); subdirector del semanario Resumen, fundado por el Partido Comunista y clausurado por el gobierno en 1935; miembro del consejo de dirección de la Revista Universidad de La Habana (1935); cofundador, con Nicolás Guillén, José Antonio Portuondo, Ángel Augier y otros escritores de izquierda, de la revista Mediodía (1936), de la que llegó a ser subdirector; dirigente del Comité Estudiantil Universitario en 1937, tras la clausula de la Universidad. Era miembro de la Comisión de Estudios Constitucionales de la Dirección Nacional del Partido Comunista. Fundó, con Juan Marinello y Ángel Augier la Editorial Páginas. En 1938 ganó el Premio Nacional «González Lanuza» y el Premio Nacional de Periodismo. En 1939 ingresó en el Comité Nacional del Partido Unión Revolucionaria Comunista, más tarde Partido Socialista Popular. Fue codirector de El Comunista y de Fundamentos, publicaciones del Partido. Dirigió Dialéctica (1942), revista de teoría marxista. Colaboró en Noticias de Hoy -órgano del Partido- y en su Magazine. Ocupó un cargo directivo en la Sociedad Cubana de Estudios Históricos Internacionales, de la Asociación de Fomento de la Economía Cubana. Fue tesorero de la Sociedad Cubana de Prensa y de la Sociedad Interamericana de Prensa. Formó parte de la comisión organizadora y de la dirección del Congreso Continental por la Paz, celebrado en México en 1949. Como miembro del Buró Ejecutivo Supremo del Partido Socialista Popular se incorporó a la lucha insurreccional de la Sierra Maestra contra la dictadura de Fulgencio Batista. Después del triunfo de la Revolución en 1959 fue director de Noticias de Hoy (1959-1962), profesor de la Universidad de la Habana y director de su Escuela de Economía (1961-1962), ministro-presidente del INRA (1962-1965), dirigente nacional de las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI) y del Partido Unido de la Revolución Socialista (PURS). Es miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba desde que éste sustituyó a los anteriores, presidente de la Comisión Nacional de Colaboración Económica y Científico-Técnica y Vice-Primer Ministro del Gobierno Revolucionario de Cuba. Ha representado al Partido y al Gobierno en distintos congresos internacionales y en delegaciones comerciales de alto nivel. Es autor de diversos trabajos, como «El movimiento reformista», publicado en Curso de introducción a la historia de Cuba. I (La Habana, Municipio de La Habana, 1937, p. 251-263) y «José Manuel Mestre. La filosofía en La Habana», publicado en Conferencias de historia habanera. 1ª. serie. Habaneros ilustres. IV (La Habana, Molina, 1938, p. 63-79). Es autor, con Juan Marinello y Mirta Aguirre, de la Carta a los intelectuales y artistas (La Habana, 1957). Prólogo de Ladislao González Carbajal, El Ala Izquierda Estudiantil y su época. (La Habana, 1974).

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Lenin. La Habana, Eds. Sociales, 1941. | El marxismo y la historia de Cuba. La Habana, Eds. Sociales, 1942. | José de la Luz y Caballero. La Habana, Eds. de la revista Fundamentos [1947]. | José Martí and Cuban liberation. New York, International Publishers, 1953. | A propósito de El empleo en Cuba [por Raúl Lorenzo] [La Habana, Editorial Pirámide, 1955]. | Las bases del desarrollo económico de Cuba. La Habana, 1956. | La Misión Welles. La Habana, 1957. | La clase obrera y la revolución. La Habana, Editorial Vanguardia Obrera, 1960. | La Revolución cubana en su aspecto económico. Conferencia dictada por [...] [La Habana], Capitolio Nacional [1960] [Texto mimeografiado]. | 4 años de reforma agraria [La Habana, INRA. Depto. de Enseñanza y Divulgación, 1963]. | José Martí. Discurso pronunciado en la Unión de Escritores y Artistas de Cuba en el 110 aniversario del nacimiento del Apóstol. La Habana, UNEAC [1963?]. | Cuba: ejemplo de América. Lima, Fondo de Cultura Popular, 1969. | Cuba en CEPAL. La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1970. | Lenin y la cuestión colonial. La Habana, Casa de Las Américas, 1970. | Discurso en el acto por el centenario del fusilamiento de los estudiantes de medicina del 71 [La Habana], 1971. | La Revolución cubana y el campesinado. La Habana, Ministerio de Relaciones Exteriores. Dirección de Información [s.a.].

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Wirmark, David. «Entrevista con el Dr. Carlos Rafael Rodríguez, miembro del Gobierno Revolucionario de Cuba y del Comité Central del Partido Comunista Cubano, en La Habana, el 3 de abril de 1970», en Estudios y documentos suecos sobre Cuba. Estocolmo, 1971, p. 15-29.

RODRÍGUEZ, Emilio Gaspar (Matanzas, 4.7.1889-La Habana, 31.5.1939). Se educó en Estados Unidos y en La Habana. En 1907 ingresó en el Departamento de Estado de Cuba, donde llegó a ser ayudante del secretario de Estado y miembro de la Comisión del Servicio Civil entre 1910 y 1912. Fue redactor de Teatro Alegre (1912), de El Heraldo de Cuba (1915) y de El Fígaro. En 1918 formó parte del Cuerpo Consular Cubano. Fue cónsul en la India, Canadá y Países Bajos. Fue editor teatral de La Nación (1922). Dirigió los Anales de la Academia Nacional de Artes y Letras (1922-1930). Colaboró en El Triunfo y en publicaciones extranjeras. Ocupó el cargo de consultor de la Secretaría del Trabajo (1934) y el de secretario del Trabajo de la República (1935). Perteneció a la Academia Nacional de Artes y Letras, a la Sociedad Folklórica, al Círculo de Periodistas y al Ateneo de La Habana, al Club Cubano de Bellas Artes, al Comité Intercultural Ibero Americano y a diversas instituciones extranjeras.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

El retablo de maese Pedro. Ensayos. La Habana, Imp. Escuela de Beneficencia, 1916; Barcelona (España), Casa Editorial Maucci, 1916. | Los conquistadores (Héroes y sofistas) [La Habana, 1917]; 2ª. ed. Nuremberg, J. Rosenfeld, 1919. | Puntos sutiles del Quijote. Acervo histórico-sociológico de algunos pasajes. La Habana, Imp. El Fígaro, 1922. | Hércules en Yolcos. La Habana, Rambla, Bouza, 1923. | Los dos maestros del humorismo del siglo XIX: Mariano José de Larra y Eça de Queiroz. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1926; Portugal, Universidad de Coimbra, 1933. | Un hombre que ríe: Martínez Moles. La Habana, Cultural, 1929. | Plática novísima. Ensayos. La Habana, Montalvo y Cárdenas, 1929. | La crisis cubana; sus orígenes; sus factores contemporáneos (Introducción I). La Habana, Carasa, 1938.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

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RODRÍGUEZ, Luis Felipe (Manzanillo, Oriente, 30.7.1884-La Habana, 5.8.1947). Su fecha de nacimiento fue tomada por Epifanio Sánchez Quesada de la fe de bautismo, donde aparece inscrito con el nombre de Luis Francisco Ignacio, el cual con posterioridad cambió por el de Luis Felipe. Hizo sus primeros estudios en el Colegio de Enseñanza Superior «José Antonio Saco». Muy joven comenzó a colaborar en periódicos locales como El Porvenir y en las revistas Prosa y Verso, Alma joven y Orto. Años más tarde colabora en publicaciones capitalinas, entre ellas las revistas El Fígaro, Bohemia, Carteles, Letras, Social y el periódico Información. Entre sus aportes a la escena está su drama en tres actos Contra la corriente cuya acción se desarrolla entre los años 1908 y 1919 en una provincia de Cuba. Comenzado en 1919, fue terminado en 1943. Entre otras obras teatrales suyas están La comedia del matrimonio y Turbonada, que fueron publicadas en Orto (Manzanillo) alrededor del año 1920. En 1930 le fue adjudicado el primer premio de cuentos cubanos en concurso de la Revista de la Habana por su cuento «La guardarraya». En 1937 su novela Ciénaga obtuvo el premio correspondiente a este género en el concurso literario de la Dirección de Cultura del Ministerio de Educación. Pronunció diversas conferencias en centros culturales. Ha sido traducido al francés, al ucraniano, al ruso, al inglés y al eslovaco, y ha aparecido en antologías nacionales y extranjeras.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

La ilusión de la vida. Ensayos. Valencia (España), F. Sempere, 1912. | Gente de Oriente. Apuntes y notas... de una cartera olvidada. Manzanillo (Oriente), Orto, 1915. | Cómo opinaba Damián Paredes. Novela. Valencia, Prometeo, 1916. | Poemas del corazón amoroso. Poemas en prosa. Manzanillo, 1920. | La conjura de la ciénaga. Novela cubana. Madrid, V. H. Sanz Calleja, 1923; 2a. ed. Lima, Imp. Torres Aguirre, 1959. | La copa vacía. Novela. Madrid, Tipografía Yágüez, 1926. | La Pascua de la tierra natal. Narraciones del campo y de la ciudad. Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1928. | Marcos Antilla, relatos de cañaveral. «Americanismo y cubanismo literarios», por Juan Marinello. La Habana, Editorial Hermes, 1932; Relatos de Marcos Antilla. La tragedia del cañaveral [Ed. corr. y aum.]. La Habana, Impresora Cubana, 1939; Marcos Antilla, relatos de cañaveral. La Habana, Instituto Cubano del Libro, 1971. | Contra la guerra imperialista. Conferencia dictada en el Aula Mapa del Instituto de La Habana el día 6 de abril de 1934. Manzanillo, Editorial El Arte 1934. | Biología de nuestra hospitalidad. Manzanillo, 1935. | Don Quijote de Hollywood (Peripecia tragicómica). La Habana, Molino, 1936. | Ciénaga. La Habana, Editorial Trópico, 1937; Pról. de César Leante. La Habana, Editorial Arte y literatura, 1975. | Marcos Antilla [y La guardarraya]. La Habana, Eds. La Tertulia, 1963.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Acosta, Agustín. «La ilusión de la vida», en El Fígaro. La Habana, 29 (29): 350, jul. 20, 1913. | «Apostillas al paso», en Magazine Dominical. Suplemento del periódico Ahora. La Habana, 2 (255): 4, jun. 24, 1934. | Augier, Ángel I. «Ciénaga, novela cubana», en Mediodía. La Habana, (48): 9, dic. 27, 1937. | Bueno, Salvador. «Luis Felipe Rodríguez», en su Antología del cuento en Cuba (1902-1952). La Habana, Ministerio de Educación. Dirección de Cultura, 1953, p. 71. | Carbonell, José Manuel. «Un ironista cubano» | [Sobre Cómo opinaba Damián Paredes], en Labor Nueva. La Habana, 1 (29): 4-5, sep. 10, 1916; «Luis Felipe Rodríguez (1888)», en su La prosa en Cuba. Recopilación dirigida, prologada y anotada por [...]. T. 2. La Habana, Imp. Montalvo y Cárdenas, 1928, p. 223-224 (Evolución de la cultura cubana. 1608-1927, 13). | Castellanos, Francisco José. «Una opinión sobre Damián Paredes», en su Ensayos y diálogos. 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RODRÍGUEZ, Manuel del Socorro (Bayamo, Oriente, 5.4.[1754?]-Bogotá, 5.1819). Según algunos autores nació en 1758. José Torres Revello fundamenta el año 1754. Fue monaguillo en la iglesia de San Juan Evangelista de Bayamo durante seis años. Al morir su padre trabajó como maestro. Cultivó la talla, la pintura y el dibujo. Autodidacto. En 1783 elevó un memorial a Carlos III con súplica de que se le concediera un empleo literario previo «riguroso examen [sic] en ciencias, literatura y bellas artes», el cual aprobó con éxito en el Seminario de San Carlos el 15 de octubre de 1788, ante un jurado presidido por su director. El primero de los temas desarrollados en el examen («Elogio de Carlos III», en prosa) fue publicado en El Mensajero Semanal (Nueva York, 1829), en Memorias de la Sociedad Económica de Amigos del País (1843) y en Crónica (1856, de Bayamo), donde apareció también el segundo tema («Las delicias de España», en verso). Se trasladó a Colombia. Fue nombrado bibliotecario. Ocupó el cargo de director de la Biblioteca de Santa Fe de Bogotá. Ha sido llamado «El padre del periodismo en el Virreinato de Nueva Granada», donde fundó y dirigió El Semanario (1791), el Papel Periódico de la Ciudad de Santa Fe de Bogotá (1791), el Correo Curioso [1799?], El Redactor Americano (1806), El Alternativo del Redactor Americano (1807), Extracto de las últimas noticias venidas de Europa (1807), Últimas Noticias (1809), La Constitución Feliz (1810). Es autor de la Descripción histórica de la fundación del Monasterio de la Enseñanza de la Ciudad de Santafé de Bogotá en 1783-1802. Se le atribuyen más de seiscientas poesías, así como epigramas inéditos.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Romance heroico al rey de España [s.l.], 1784. | Soneto a José de Gálvez [s.l.] 1784. | Las endechas de D. Antonio Solís defendidas de la crítica del académico don Juan de Iriarte [s.l.], 1788 | Sermón en elogio de San Francisco de Sales y Santa Juana Francisca Fremiont de Chantal [s.l.], 1788. | Al señor doctor Don Diego Terán dignidad de Tesorero de la Santa Iglesia Metropolitana de la ciudad de Santafé de Bogotá, un [sic] Reconocido al favor que se sirvió dispensarle Su Señoría, Regalándole [sic] un exemplar del poema [sic] intitulado: «Mirra Dulce para aliento de pecadores» le dirige las siguientes: octavas acrósticas. [Santafé de Bogotá], 1791. | Manifiesto dirigido a Pedro Acuña y Malbar [s.l.] 1793. | Museo enciclopédico o tratado general de iconología sagrada y profana [s.l.], 1793. | Plácemes al Excmo. Señor Duque de Alcudia con motivo de la nueva merced con que S.M. ha servido condecorarle en 21 de abril de 1792. Oda [s.l.] 1793. | El Reino Feliz fundado en los principios de la verdadera Filosofía [s.l.], 1794. | La Carolina. Poema [s.l.], 1796. | Elementos científicos del gobierno acomodados a toda clase de empleos, tanto civiles como eclesiásticos [s.l.] 1796. | Ilustraciones críticas de todas las historias particulares que se han escrito de los reinos y provincias de América [s.l.], 1796. | Memoria al Príncipe de la Paz [s.l.], 1796. | Observaciones históricas y políticas sobre los principales sucesos del siglo décimo octavo [s.l.], 1796. | La Pelayea. Poema [s.l.], 1796. | La Sabiduría. Poema filosófico ]s.l.[, 1796. El triunfo de Himeneo, y las delicias de la paz. Cantos líricos dedicados a la Augustísima Reyna [sic] nuestra señora Doña María Luisa de Borbón por mano de su secretario el Excmo. Señor Duque de la Alcudia, Príncipe de la Paz &. Santafé de Bogotá, 1796. | El triunfo del patriotismo. Poema ]s.l.[, 1800. | Oda formada y dirigida al Excelentísimo señor virrey don Antonio Amár [sic] y Borbón el día 21 de noviembre de 1806 después de haber salido de celebrar con el cuerpo militar, los Tribunales y Religiones la solemne acción de dar gracias por el glorioso triunfo logrado contra los ingleses que tenían usurpada la ciudad de Buenos Ayres [sic]. Con superior licencia [Santafé de Bogotá] Imp. Real [1806]. | La voz del Patricio Leal a sus hermanos, con el motivo de la Real proclamación del S. D. Fernando VII y la funesta crisis en la que se halla la Monarquía [Santafé de Bogotá, 1808. | Respuesta al señor don Antonio Nariño, dirigida por el bibliotecario en el mismo día en que leyó su bello escrito impreso, colocado ya en esta biblioteca pública con el siguiente Epigrama. Santafé de Bogotá, Imp. Real de Santafé de Bogotá, 1811. | Epicedio a la muerte del Ilustrísimo señor Obispo de Mérida D. Santiago Hernández y Milanés, sucedida con otros muchos de su clero y feligresía en el horrible terremoto que desoló la mayor parte de dicha ciudad el jueves santo a las cinco de la tarde, día 26 de marzo de 1812. Santafé [de Bogotá], Imp. Patriótica de D. Nicolás Calvo, 1812. | Respuesta del ciudadano Manuel del Socorro Rodríguez, bibliotecario de esta ciudad de Santafé, a el papel periódico titulado la Bagatela, número [sic] 28. Santafé de Bogotá, Imp. Patriótica de D. Nicolás Calvo, 1812.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Martí, José. «[Manuel del Socorro Rodríguez]», en su Obras completas. T. 21. La Habana, Editorial Nacional de Cuba, 1965, p. 288-291. | Montemar, Antonio. «Poetas olvidados 'La lira de oro' ...», en El Mundo. La Habana, 64 (21 527): 5, mar. 13, 1966. | Torre Revello, José. «Documentos relativos al publicista bayamés Manuel del Socorro Rodríguez», en Revista Bimestre Cubana. La Habana, 22 y 23 (6 y 1): 809-834 y 45-68, nov.-dic., y ene.-feb., 1927 y 1928, resp.; «Ensayo de una biografía del bibliotecario y periodista Dn. Manuel del Socorro Rodríguez» y «Apéndice [bibliográfico]», en Revista Bimestre Cubana, La Habana, 71 : 250-277 y 278-281; ene.-jun., 1956, resp.

RODRÍGUEZ ACOSTA, Ofelia (Artemisa, Pinar del Río, 9.2.1902.-La Habana, 28.6.1975). Estudió bachillerato en el Instituto de la Habana. Bibliotecaria del Club Femenino de Cuba en 1925. Fundó y dirigió la revista Espartana en 1927. Recibió beca del Ministerio de Educación para realizar estudios en Europa y México. En 1933 viajó a España con el fin de participar en un congreso femenino que no llegó a efectuarse. Siguió rumbo a Francia. Sus impresiones de París aparecieron en la revista Grafos. Viajó después por diversas ciudades europeas. Vivió en México desde 1940 en calidad de becaria. Miembro de la Asociación Corporativa de Periodistas Extranjeros, de París; de la Agrupación de Trabajadores Intelectuales (México) y el Ateneo Mexicano de Mujeres, del Colegio Nacional de Periodistas de la Habana y de otras instituciones. Ha colaborado en El Mundo, El Día, Heraldo, Bohemia; Nuevo Mundo (Madrid), La Crónica (Perú) y revista Ambos Mundos (Francia).

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Evocaciones. (Crónicas). Pról. de J. Conangla Fontanilles. La Habana, Graphical Arts, 1922. | Apuntes de mi viaje a Isla de Pinos. La Habana, Montiel, 1926. | El triunfo de la débil presa. Novela. La Habana, Rambla, Bouza, 1926. | La vida manda. Novela. Madrid. Biblioteca Rubén Darío [1929]; 2a. ed. Id. [1930]. | Dolientes. Novela. La Habana, Hermes, 1931. | La tragedia social de la mujer. Conferencia. La Habana, Editorial Génesis [1932]. | En la noche del mundo. La Habana, La Verónica, 1940 | Europa era así. Crónicas de viajes. México, D. F., Eds. Botas, 1941. | Sonata interrumpida. Novela. México, D. F., Eds. Minerva, 1943. | La dama del arcón. Novela, México, Eds. Estela, 1949. | Diez mandamientos cívicos (cinco éticos y cinco estéticos). La Habana, Imp. Barandiarán, 1951. | Hágase la luz. La novela de un filósofo existencialista. México, D. F. [Impresora Galve], 1953. | La muerte pura de Martí. México, D. F., Imp. de F. F. Franco, 1955. | Algunos cuentos (de ayer y de hoy). México, B. Costa-Amic, 1957.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

A[rocena] de Martínez Márquez, Berta. «Las mujeres que trabajan. Ofelia Rodríguez Acosta: la novelista que venció a la mujer», en Bohemia. La Habana, 22, 22 (16): 9, 60-61, abr. 30, 1930. | Bertot, Lorié. «Ofelia Rodríguez Acosta, frente a la nueva ética sexual» [Sobre La vida manda], en Bohemia. La Habana, 21, 21 (49): 11-12, dic. 8, 1929. | Díaz Llanillo, Esther. «Hágase la luz», en Universidad de la Habana. La Habana, 20 (118-123): 477-481, ene.-dic., 1955. | Díaz Parrado, Flora. «Una novela», en Carteles. La Habana, 14 (46): 12, 46, nov. 17, 1929. | Gay-Calbó, Enrique. «Ofelia Rodríguez Acosta», en Revista de la Habana. La Habana, 1 (3): 347-360, mar., 1930. | Ichaso, Francisco. «Letras. La Vida Manda, por Ofelia Rodríguez Acosta», en Revista de Avance. La Habana, 3, 4 (41): 371-372, dic. 15, 1929. | M. M. «Europa era así», en Revista Cubana. La Habana, 17, :115-117, ene.-mar., 1943. | «Ofelia Rodríguez Acosta, feminista», en Lutgardita. General Machado (Habana), 1 (3): 6, mar. 1, 1930. | Sabas Alomá, Mariblanca. «Ofelia Rodríguez Acosta tiene la palabra» y «La vida manda, novela de una mujer», en Carteles. La Habana, 14 (36 y 42): 20, 52, 54 y 16, 48, 53-54, sep. 8 y oct. 20, 1929, resp. | Sansores, Rosario. «Valores femeninos. Ofelia Rodríguez Acosta», en Carteles. La Habana, 23 (1): 52, ene. 4, 1942. | Torriente del Valle, Loló de la. «La vida en letras de imprenta» [Sobre Dolientes], en El País. La Habana, 9 (271): 2, nov. 29, 1931. | Uncal, José María. «Escritoras cubanas. Ofelia Rodríguez Acosta», en Bohemia. La Habana, 18 (32). 7, ago. 8, 1926. | Villaverde, Renato. «Al correr del tiempo. Nuevo libro de Ofelia Rodríguez», en Tiempo Nuevo. La Habana, 1 (43): [18] dic. 20, 1940.

RODRÍGUEZ ALEMÁN, Mario (Sagua la Grande, Las Villas, 12.6.1926). Cursó la segunda enseñanza en su pueblo natal entre 1939 y 1944. Fue alumno del Seminario de Artes Dramáticas del Teatro Universitario (1945-1948), que dirigía Ludwig Shajowicz. Fundó la Academia de Arte Dramático del Municipio de La Habana (1946). Ejerció como profesor de historia del teatro contemporáneo y técnica de la obra dramática en el mencionado Seminario del Teatro Universitario (1949-1962). De 1952 a 1965 dirigió la Academia de Arte Dramático. Obtuvo el título de Doctor en Filosofía y Letras en la Universidad de la Habana (1953). Ocupó, en el Colegio Nacional de Periodistas, la secretaría de la Asociación de Redactores de Teatro y Cine. Ha fundado grupos de teatro como el ADAD y La Carreta. Fue profesor de literatura en la Escuela de Letras y de Arte de la Universidad de la Habana. Dirigió el Conjunto Dramático Nacional (1965-1966). Desde 1966 ejerció como profesor de literatura general y jefe de la cátedra de literatura del Instituto Pedagógico «Enrique José Varona». Dirigió la Escuela de Artes Dramáticas de la Escuela Nacional de Arte entre 1967 y 1968. Viajó por Europa en representación del gobierno cubano a varios festivales cinematográficos, como el de Karlovy Vary (Checoslovaquia). Ha ejercido la crítica cinematográfica en Mañana, Diario Libre, Combate, La Calle, Juventud Rebelde, Granma, Mujeres, Cine Cubano (publicación de la que fue editor durante un tiempo), El Mundo, Revista Cubana (del MINED), Universidad de la Habana y Humanismo (México), así como en programas de televisión. Es director de las escuelas nacionales de arte de Cubanacán.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Perfil y Contorno de Katherine Mansfield. La Habana, Imp. Cooperación, 1947. | Suite [Poemas]. La Habana, Editorial Cooperación, 1947. | El nacionalismo de Augusto Strindberg en La señorita Julia. La Habana, Ministerio de Relaciones Exteriores. Depto. de Asuntos Culturales, 1960. | Hungría [curso de cine por países]. La Habana, Consejo Nacional de Cultura. Palacio de Bellas Artes, 1962-1963. | Shakespeare en el cine. La Habana, Eds. ICAIC, 1964. | El acorazado Potemkin. La Habana, Eds. ICAIC [s.a.]. | Ckapaiev. La Habana, Eds. ICAIC [s.a.]. | Diez días que conmovieron al mundo. La Habana, Eds. ICAIC [s.a.]. | Gervaise. La Habana, Eds. ICAIC [s.a.].

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

«Galería de poetas. Mario A. Rodríguez Alemán», en Archipiélago. Caibarién (Las Villas), 3 (10): [2] dic., 1945. «Mario A. Rodríguez Alemán. Perfil y contorno de Katherine Mansfield [...]», en Informaciones Culturales. La Habana. 1 (4): 42, jul.-ago., 1947.

RODRÍGUEZ BAZ, Teresita (La Habana, 4.8.1945). Terminó sus estudios de comercio en 1961. Entre 1962 y 1974 trabajó en el Departamento de Catalogación de la Biblioteca Nacional «José Martí». Escritora para niños desde 1971, ganó ese año mención en cuento en el Concurso Nacional de los CDR, al año siguiente recibió el premio de cuento y una mención en música en el Concurso La Edad de Oro, el primero por su libro Monigote y la segunda por la canción «La rana Pancha». En 1973 ganó mención en cuento en el mismo concurso por El camaleón plateado. En 1974 recibió, respectivamente, mención en poesía, recomendación en teatro -ambas en el Concurso La Edad de Oro- y premio en teatro -en el Concurso 26 de Julio, del MINFAR- con Anda de prisa la jicotea, Perro carambolero y Cuando cantan las lechuzas. Participó en el tercero y cuarto encuentros nacionales de teatro para niños. Ha colaborado con poemas, cuentos y obras teatrales en Bohemia, Revolución y Cultura, El Caimán Barbudo, Con la Guardia en Alto, Ha viajado a la Unión Soviética. Sus narraciones para niños, con las de otros autores, han aparecido en Cuentos (La Habana, Instituto Cubano del Libro, 1972), Cuentos para ti (La Habana, Instituto Cubano del Libro. Editorial Gente Nueva, 1974) -con Mercedes Fortes de la Osa y Elena G. Lavín- y Cuentos (La Habana, Instituto del Libro. Editorial Gente Nueva, 1975) -con Teresa Blanco-. Algunas de sus piezas de teatro infantil han sido llevadas a la escena. Es asesora literaria de la Sección de Teatro Infantil de la Dirección de Teatro y Danza del CNC.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Daura y Elder, Rafael. «26. Autores premiados. Teatro infantil», en Verde Olivo. La Habana, 16 (37): 8, sep. 15, 1974.

RODRÍGUEZ DE ARMAS Y DE ESTENOZ, Rodolfo (La Habana, 24.8.1874-Id., 20.9.1930). Estudió derecho y filosofía y letras en la Universidad de la Habana. Comenzó sus actividades políticas en el Partido Autonomista. En 1896 embarcó hacia España. Permaneció en Madrid durante la guerra de independencia que tenía lugar en los campos de Cuba. Defendió los intereses cubanos como diputado a las Cortes Españolas en 1898. Se opuso a que España transfiriera a Estados Unidos la independencia de Cuba. A fines de 1898 regresó a la isla y se le dio el cargo de profesor de Historia Universal en el Instituto de Segunda Enseñanza de Pinar del Río (1900). Fue, además, profesor del Instituto de la Habana. Continuó sus actividades políticas al mismo tiempo que ejercía la enseñanza. Viajó a Estados Unidos (1908) por razones de salud y a Europa (1909) como representante de Cuba a la III Conferencia Internacional de Derecho Marítimo, celebrada en Bruselas. En 1918 representó de nuevo a Cuba en la Comisión de Reparaciones y en el Tribunal de Arbitraje Internacional. Como periodista fundó, en unión de Mario García Kohly y José Clemente Vivanco, la Revista Universitaria, y con Gabriel España, El Centenario de la Habana. Fue colaborador de La Discusión y del Diario de la Marina. Fue miembro de la Sociedad Económica de Amigos del País y de la Academia de la Historia de Cuba, así como secretario y vicepresidente de secciones en el Ateneo de Madrid. Cultivó la oratoria.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Las hermanas Rosell. La Habana, La Moderna Poesía, 1908. | La revolución religiosa del siglo XVI. La Habana, Imp. La Moderna Poesía, 1909. | María Juana. Drama en tres actos y en prosa. La Habana, 1910. | La tercera Conferencia Internacional de Derecho Marítimo. Informe presentado al honorable Sr. Presidente de la República. La Habana, Imp. La Moderna Poesía, 1910. | Curso de historia universal. La Habana, Imp. La Moderna Poesía, 1915-1917. 2 t. | Salvada del abismo. Drama en tres actos y en prosa. La Habana, Imp. La Moderna Poesía, 1916. | Crítica literaria. La Habana, Cultural, 1927. | Discursos y conferencias. La Habana, Cultural, 1930.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Céspedes y Quesada, Carlos Manuel. Elogio del Dr. Rodolfo Rodríguez de Armas, académico de número. Leído por [...] en la sesión solemne celebrada en la noche del 8 de julio de 1937. La Habana, Imp. El Siglo XX, A. Muñiz, 1937. | López, Pedro Alejandro. «Palabras al viento. Letra impresa», en Ahora. La Habana, 1 (5): 2, ene. 24, 1931.

RODRÍGUEZ DE TlÓ, Lola (San Germán, Puerto Pico, ?.1863-La Habana, 10.11.1924). Abandonó su país natal a causa del despotismo colonial. Después de largos viajes se radicó en Cuba. Estuvo entre los fundadores de la Academia Nacional de Artes y Letras. Recibió la medalla con el busto de Bolívar, otorgada en América a los escritores de renombre. Desempeñó el cargo de inspectora de escuelas privadas de la República. Colaboró en las principales revistas cubanas de la época, como El Fígaro, Letras y El Hogar. Su poema más conocido es el que lleva por título «A Cuba». Dejó un tomo inédito de poesías, Claros de sol, y un voluminoso epistolario con escritores y artistas americanos y europeos a través de más de treinta años.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Mis cantares. Mayagüez (Puerto Rico), 1876. | Claros y nieblas. Poesías, Mayagüez, Tip. Comercial, 1885. | Mi libro de Cuba. Poesías. «Pórtico», por Aniceto Valdivia. La Habana, Imp. La Moderna, 1893.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

El brujo bohemio, seud. de Carlos Primelles y Rodríguez. «Lola R. de Tió», en Bohemia. La Habana, 10 (15): 8-9, 16, abr. 13, 1919. | Carbonell, José Manuel. «Lola Rodríguez de Tió (1863-1924)», en su La poesía lírica en Cuba. Recopilación dirigida, prologada y anotada por [...]. T. 4. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1928, p. 398-399 (Evolución de la cultura cubana. 1608-1927, 4). | Fornaris, José, «Correo del domingo. Lola Rodríguez de Tió», en El País. La Habana, 11 (226): 2, sep. 23, 1888. | González Curquejo, Antonio. «Lola Rodríguez de Tió», en su Florilegio de escritoras cubanas. T. 2. La Habana, Aurelio Miranda, 1913, p. 187. | Tejera, Diego V[icente]. «Notas críticas. Lola Rodríguez de Tió. Claros y nieblas [...]», en El País. La Habana, 9 (114): 2, may. 15, 1886.

RODRÍGUEZ EMBIL, Luis (La Habana, 30.8.1879-Id., 29.4.1954). Se educó en Estados Unidos, hacia donde emigraron sus padres en 1895 al estallar la guerra de independencia. Cursó estudios en el colegio privado «Hempstead Institute», de Long Island, y después en los Hermanos Maristas de Nueva York. En 1901 regresó a Cuba. En 1903, con su cuento «Almas de aves», obtuvo el primer premio en un certamen celebrado por el diario habanero El Mundo en conmemoración del primer aniversario de la constitución de la República. Ese mismo año ingresó en el Cuerpo Consular. Ocupó el cargo de canciller en el Consulado de Génova. En 1905, con su cuento «Pecado mortal», recibió el primer premio en los Juegos Florales de Salamanca, cuyo jurado estaba presidido por Miguel de Unamuno. Obtuvo además el primer premio en el concurso de Mundial Magazine, revista dirigida por Rubén Darío, con la narración «Córdoba triste», publicada durante su posterior estancia en París. Trabajó en el consulado de Madrid (1908), de Viena (1910), de París (1917), de Rotterdam (1920), de Hamburgo (1921-1934). En 1925 obtuvo premio en el Certamen Literario Interamericano. Fue enviado extraordinario y ministro plenipotenciario en Montevideo (1934). Representó a Cuba como delegado en el Congreso de Geografía de Varsovia (1934), en la Sexta Conferencia Panamericana de Lima (1938) y en las Comisiones Nacionales de Cooperación Intelectual (Santiago de Chile). Con su biografía José Martí, el santo de América obtuvo el primer premio en el concurso internacional convocado por el gobierno cubano en 1938. Perteneció a la Academia Nacional de Artes y Letras y a otras instituciones culturales. Asumió la vicepresidencia de la Sociedad Iberoamericana de Hamburgo y la de la Asociación Internacional de Prensa. Fundador y miembro de honor de la Asociación de Escritores y Artistas Americanos (filial de Uruguay). Fue colaborador de El Fígaro, Cuba y América, Cuba Contemporánea, Bohemia. Carteles. Pronunció conferencias en el Círculo de Amigos de la Cultura Francesa, el Lyceum y otras sociedades. Utilizó los seudónimos Julio Abril y Julián Sorel.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Gil Luna, artista. Novelas cortas. Madrid, Pérez Villavicencio, 1908. | Observaciones. Madrid, Imp. de Eduardo Arias, 1908. | La insurrección. Novela. París, Librería P. Ollendorff, 1911. | De paso por la vida. Viajes. París, Sociedad de Eds. Louis Michaud [1913]. | La mentira vital. Narraciones. Madrid, Editorial América, 1920. | El imperio mudo. Crónicas de la vida en Austria-Hungría durante la guerra mundial. París, Agencia Mundial de Librería, 1928. | El señor de Segismundo. Ensayo de síntesis trascendente. Santiago de Chile, Eds. Ercilla, 1937. | José Martí, el santo de América. Estudio crítico-biográfico. La Habana, Imp. P. Fernández, 1941. | Trabajo al Primer Congreso Nacional de Periodistas. La Habana, Molina, 1941.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Callejas, Félix. «La insurrección. Novela de Luis Rodríguez Embil», en Letras. La Habana, 2a. época, 7 (21): 282-283, jun. 4, 1911. | Carbonell, José M[anuel]. «La semana», en Letras. La Habana, 2a. época, 9 (15): 174-175, abr. 20, 1913; «Luis Rodríguez Embil. 1879», en su La poesía lírica en Cuba. Recopilación dirigida, prologada y anotada por [...]. T. 5. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1928, p. 75-76 (Evolución de la cultura cubana. 1608-1927, 5). | Castellanos, Jesús. «Rodríguez Embil y su libro», en El Fígaro. La Habana, 24 (16): 218, abr. 19, 1908. | Esténger, Rafael. «Un libro que nadie leerá», «Prosa de dobladillo», «Crítica y biografía», «Ajustes» y «Sine ira et studio» [Sobre José Martí: el santo de América], en El Avance Criollo. La Habana, 8 (209, 210, 212, 213 y 214): 5, 2, 2, 2 y 2, may. 8, 9, 12, 13 y 14, 1941, resp. | Figueira, Gastón. «L. Rodríguez Embil. José Martí, el santo de América», en América. La Habana, 15 (1): 93, ago., 1942, | Henríquez Ureña, Max. «L.R.E.», en El Fígaro. La Habana, 29 (26): 314, jun. 29, 1913. | Lizaso, Félix. «Luis Rodríguez Embil», en su Ensayistas contemporáneos. 1900-1920. La Habana, Editorial Trópico, 1938, p. 21-25, 242-243. | Márquez Sterling, Manuel. «Torneo de cuentistas», en El Fígaro. La Habana, 19 (23): 285, jun. 7, 1903.

RODRÍGUEZ EXPÓSITO, César (Rodas, Las Villas, 10.7.1904-La Habana, 12.6.1972). Realizó sus estudios en La Habana. En 1923 se inició en el periodismo. Trabajó como reportero de los periódicos Cuba, Libertad, El Día, La Lucha, La Noche, El Imparcial, Heraldo de Cuba, Diario de la Marina, Excelsior, El País, Información y Avance, donde tuvo a su cargo una sección sobre libros cubanos de reciente publicación. Obtuvo diversos premios periodísticos, como el «Varona» (1945). Mereció el primer premio de La Feria Nacional del Libro de 1945», del Ministerio de Educación. Asistió a congresos periodísticos nacionales y extranjeros, perteneció a la Asociación de Repórters, al Colegio Nacional de Periodistas y a otras sociedades, como la Institución HispanoCubana de Cultura y la Sociedad de Autores Teatrales. Comediógrafo, fue autor de numerosas obras dramáticas en las que mostró inquietud por los problemas sociales y la hipocresía de las costumbres vigentes. Entre sus piezas se encuentran «Huyendo de la verdad», «Los muertos viven», «Los que tienen la culpa», «Adulterio ocasional» -por la que ganó mención honorífica en el concurso del Ministerio de Educación de 1938-, «La moral del divorcio», «Violación» (mención honorífica en el concurso del Ministerio de Educación de 1943), «Multitudes». Es autor además de los monodramas «Luz en la sombra», «La querida», «Yo lo maté» y «Fusilamiento». Como historiador de la medicina en Cuba ha divulgado la labor científica de Carlos J. Finlay. Tuvo a su cargo la compilación de las obras completas del sabio cubano, editadas por la Academia de Ciencias de Cuba (1966-1967), en dos tomos. Ha defendido en varios congresos internacionales de Historia de la Medicina el descubrimiento que hiciera Finlay del agente transmisor de la fiebre amarilla frente a la tesis norteamericana. Es coautor, con Félix Hurtado y Horacio Abascal, de los trabajos Finlay en la historia de la medicina (1943) y La obra y la gloria de Finlay reconocidos por el XIV Congreso Internacional de Historia de la Medicina (1955). En 1957 se publicó Permanencia de la doctrina de Finlay ante el XV Congreso Internacional de Historia de la Medicina, que hiciera con Horacio Abascal. Fue secretario de la Sociedad Cubana de Historia de la Medicina e historiador del Ministerio de Salud Pública, donde dirigió los «Cuadernos de Historia de la Salud Pública». Desde 1962 fue vicedirector del Museo Histórico de las Ciencias Médicas «Carlos J. Finlay», de la Academia de Ciencias de Cuba. Fue el compilador de la obra Bicentenario de Tomás Romay: 1764-1849, publicada en 1964 por el MINSAP. Laboró en el Museo hasta su muerte.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Humano antes que moral. El poder del sexo. Comedias. La Habana, Editorial El Fígaro, 1934. | La superproducción humana. Comedia. La Habana, Imp. y Librería Nueva, 1937. | Granos de arena. Ensayos. Pról. de Lisandro Otero. La Habana, Editorial Cubanacán, 1943. | Entre libros (apuntes bibliográficos) [Trabajos periodísticos]. La Habana, Editorial Cubanacán [1944]; La Habana, Editorial Selecta, 1947. | Hatuey. El primer libertador de Cuba. Apunte biográfico. Pról. de Elías Entralgo. La Habana, Editorial Cubanacán [1944]. | Dr. Juan Guiteras. La Habana, Editorial Cubanacán, 1947. | Finlay ante la historia. La Habana, Academia de la Historia de Cuba, 1950. | Finlay. La Habana, Editorial Librería Selecta, 1951; 2a. ed. La Habana, Ministerio de Salud Pública, 1962. | Los mejores libros cubanos de 1900 a 1950. (Encuesta). La Habana, Biblioteca Nacional, 1952. | Finlay en la historia de la medicina. La Habana, 1954. | Fue Finlay y no Beauperthuy quien descubrió el mosquito como agente de transmisión de la fiebre amarilla. Roma Societa Internazionale di Storia della Medicina, 1954. | Médicos en la vida de Martí. Pról. de Armando J. Coro. Palabras preliminares por Gonzalo de Quesada y Miranda. La Habana, Ministerio de Salubridad y Asistencia Social, 1955. | Centenario de la graduación del Dr. Carlos Finlay en el Jefferson Medical College [La Habana, Ministerio de Salubridad y Asistencia Social, 1957.] Tratan de negar la obra y la gloria de Carlos J. Finlay dos libros de historia [s.l.], 1958. | Carlos T. Finlay y el Hall of Fame. La Habana, Ministerio de Salubridad y Asistencia Social, 1959. | Finlay: polémica permanente. La Habana, Ministerio de Salud Pública, 1961. | Dr. Ramón L. Miranda, médico de Martí. Discurso leído en la sesión solemne de su ingreso como académico de número, el día 20 de diciembre de 1960. Contestación en nombre de la corporación, por Manuel I. Mesa Rodrígruez. La Habana, Academia de la Historia de Cuba, 1962; Dr. Ramón L. Miranda (Médico de Martí). La Habana, Ministerio de Salud Pública, 1963. | La primera Secretaría de Sanidad del mundo se creó en Cuba. La Habana, Ministerio de Salud Pública, 1964. | Aniversarios culturales: Carlos J. Finlay. Publicación del Movimiento por la Paz y la Soberanía de los Pueblos. La Habana, l965. | Carlos J. Finlay (Síntesis biográfica). La Habana, Ministerio de Salud Pública, 1965. | Papeles de Finlay, La Habana, Ministerio de Salud Pública, 1965. | Dr. Enrique Núñez Palomino. La Habana, Ministerio de Salud Pública, l967; Id., 1968.. | Dr. Juan N. Dávalos: el sabio que sueña con las bacterias. La Habana, Ministerio de Salud Pública. Consejo Científico, 1967. | Índice de médicos dentistas, farmacéuticos y estudiantes en la Guerra de los Diez Años. La Habana, Ministerio de Salud Pública, 1968. | Dr. Óscar Amoedo y Valdés. La Habana, Ministerio de Salud Pública, l969. | Memoria del Primer Congreso Interamericano de Higiene. La Habana, Selecta [s.a.].

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Alonso, Eduardo Héctor. «Los que tienen la culpa», en Alerta. La Habana, 3 (141): 4, jun. 15, 1941. | «Biografía de Finlay», en Suplemento Dominical. Suplemento del periódico Información. La Habana, 4a. sección, 15 (191): 17, ago. 12, 1951. | «César Rodríguez Expósito», en Premio Varona. La Habana, 2 : 55-57, 1946. | «César Rodríguez Expósito. Entre libros», en América. La Habana, 32 (1, 2, 3): 96, ene.-feb.-mar., 1947. | «César Rodríguez Expósito. Granos de arena», en América. La Habana, 21 (1, 2): 96, ene.-feb., 1944. | «César Rodríguez Expósito. Vida del Dr. Juan Guiteras y Apuntes bibliográficos», en América. La Habana, 36 (1-2): 96, ene.-feb., 1948. | González Freire, Natividad. «César Rodríguez Expósito», en su Teatro cubano (1927-1961). La Habana, Ministerio de Relaciones Exteriores, 1961, p. 46-47. | Maribona, Armando. «César Rodríguez y el teatro cubano», en Diario de la Marina. La Habana, 150 (244): 4, oct. 13, 1937. | Marquina, Rafael. «César Rodríguez académico», en Información. La Habana, 14 (202): 11, ago. 25, 1950. | Pichardo Moya, Felipe. «Artículos. César Rodríguez Expósito. Granos de arena, en Feria del Libro. La Habana, 1, 1 (5): 7, jun., 1943. | Saavedra, Héctor de. «Opiniones», en Diario de la Marina. La Habana, 103 (3): 4, ene. 3, 1935. | Vasconcelos, Ramón. «Granos de arena», en El País. La Habana, 21 (140): 1, jun. 14, 1943.

RODRÍGUEZ FEO, José (La Habana, 20.12 1920). Se graduó de Literatura e Historia Norteamericana en la Universidad de Harvard (Estados Unidos, 1939-1943). Asistió a seminarios de literatura española en la Universidad de Princeton (1948-1949). Ha viajado además por Canadá, México, Argentina, España, Francia, Inglaterra e Italia. Fue coeditor, con José Lezama Lima, de la revista Orígenes (1944-1955). Fundó Ciclón (1955-1957). Colaboró en Lunes de Revolución, Bohemia, La Gaceta de Cuba, Unión, Casa de las Américas y Sur (Argentina). Es autor de las antologías Cuentos norteamericanos (1964), Cuentos ingleses (1965), Cuentos de horror y de misterio (1967) y Cuentos rusos (1968). Tradujo, para la Imprenta Nacional de Cuba, Estudios sobre la teoría de la planificación, de Charles Bettelheim, y para la Editorial Nacional, El bebedor de vino de palma, de Amos Tuteola. Fue secretario de la Revista Unión y miembro de la Comisión de Publicaciones de la UNEAC.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Notas críticas. Ensayos. La Habana, Eds. Unión, 1962.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Baeza, Francisco. «Notas críticas [de] José Rodríguez Feo», en Casa de las Américas. La Habana, 3 (20-21): 70-72, sep.-dic., 1962. | Cirilo, seud. de ?. «Otra nota crítica» en Rotograbado de Revolución. Suplemento del periódico Revolución. La Habana, :15, jul. 1, 1963. | Díaz Martínez, Manuel. «Notas críticas, José Rodríguez Feo», en la Gaceta de Cuba. La Habana, 2 (15): 11 abr. 1, 1963.

RODRÍGUEZ GARCÍA, José Antonio (Matanzas, 22.2.1864-La Habana, 15.3.1934). Vivió en Matanzas hasta 1870, año en que su familia se trasladó a La Habana. En la capital cursó la primera enseñanza y el bachillerato. Al mismo tiempo, dio clases elementales en algunos colegios. Una vez graduado de bachiller, ingresó en la Escuela de Artes y Oficios (1882), donde laboró como profesor de diversas asignaturas. Matriculó además en la Universidad de la Habana las carreras de Derecho y de Filosofía y Letras. Después de algún tiempo, abandonó la primera. Por esa misma época obtuvo el título de maestro público. Fundó varios colegios y la Academia General Preparatoria, centro de formación de maestros de enseñanza primaria. En 1885 dirigió la revista Cuba Intelectual. En 1888 se trasladó a Matanzas para ejercer la cátedra -obtenida por oposición- de Gramática e Historia de la Literatura Española en el Instituto de Segunda Enseñanza de dicha ciudad. Dirigió Los Domingos literarios (1898). En 1900 concurre de nuevo a oposiciones de literatura en el Instituto de la Habana, donde ocupa la cátedra de Gramática, Retórica y Poética. Dirigió El Teatro Cubano (1904). Formó parte de nuevo, en 1917, de Cuba Intelectual, al reabrirse ésta. Fue director de los Anales de la Academia de la Historia de Cuba (1925-1933), que con anterioridad dirigiera Domingo Figarola Caneda. Fue colaborador de El Fígaro, El Día, La Noche, El Sufragio y La Correspondencia. Era miembro de la Academia Nacional de la Historia, de Caracas, miembro de honor de The American Association of Teachers of Spanish, miembro de la Academia de la Historia de Cuba, de la Societé Académique d'Histoire Internationale, de París, y correspondiente de la Academia Española de la Lengua. Tradujo del francés Cherubino y Celestini (1897), de A. Dumas, y del alemán, La mosca (1898), de Cristobal von Schinid. Sus traducciones aparecen recogidas en un volumen titulado De ajena cosecha, cuya 2a. ed. fue publicada en 1898 en Madrid por F. Fé. Algunas de sus obras alcanzaron numerosas ediciones, sobre todo las dedicadas a la gramática. Ejerció la enseñanza hasta su muerte.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

De los requisitos primos para Contraer matrimonio [Disertación jurídica]. La Habana, Tipografía de La Lucha, 1892. | Ensayo de un Programa para la gradual enseñanza de la geografía elemental. La Habana, Tipografía de La Lucha, 1893. | Programa de geografía elemental. La Habana, Tipografía de la Lucha, 1893. | Programa de nociones de gramática castellana. La Habana, Tipografía de La Lucha, 1894; 2a. ed. Madrid, 1902; 12a. ed. La Habana, Cuba Intelectual, 1916. | Principios de gramática castellana. Madrid, Librería de Fé, 1896; La Habana, Imp. de Bernabeu, 1896; 2a. ed. Matanzas, Imp. El Escritorio, 1900; 3a. ed. La Habana, Imp. Avisador Comercial, 1904; 7a. ed. La Habana, Cuba Intelectual, 1916. | Principios de ortografía. La Habana, 1896. | Programa de principios de gramática castellana. Madrid, Librería de Fé, 1896; 9a. ed., Cuba Intelectual, 1916; 10a. ed. Id., 1917. | Los Domingos Literarios. La Habana, 1897; La Habana, 1898. | Principios de geografía. La Habana, 1897. | Programa de Principios de Geografía. 2a. ed. La Habana, 1897. | Gramatiquerías. 2a. ed. Madrid, La Habana, 1898. | Apuntes para una bibliografía de la gramática castellana y sus estudios afines. La Habana, 1899. | Ensayo de un programa para la enseñanza gradual de la gramática castellana. La Habana, Tipografía de Los Niños Huérfanos, 1899. | Programa de elementos de gramática castellana. La Habana, 1899. | Del laísmo, leísmo y loísmo. Contribución al estudio de la lengua castellana. Tesis para el doctorado en la Facultad de Filosofía y Letras. La Habana, Tipografía de Los Niños Huérfanos, 1900; 2a. ed. La Habana, 1904. | Enseñanza gradual de la geografía. Madrid-La Habana, Imp. La Australia, 1901. | Nociones de gramática castellana. Madrid, 1902; 4a. ed. La Habana, Imp. Cuba Intelectual, 1910; 5a. ed. La Habana, 1912; 6a. ed. La Habana, 1914; 8a. ed. La Habana, Imp. Cuba Intelectual, 1916. | Bibliografía de la gramática y lexicografía castellanas y sus estudios afines. 2a. ed. La Habana, Est. Tip. S. Ignacio 58, 1903-1913. 2 t. | Croquis literarios, semblanzas y artículos. La Habana, Imp. de Mauricio Casanova, 1904. | Teatro cubano. Variedades. La Habana, Imp. La Sociedad, 1904. | Croquis históricos. La Habana, Imp. de Mauricio Casanova, 1905. | Gacetillas. Notas literarias y conatos de artículos. La Habana, Imp. San Ignacio 27, 1905. | Vida de Cervantes y juicio del Quijote. La Habana, Imp. Teniente Rey 32, 1905; 3a. ed. La Habana, Imp. Cuba Intelectual, 1916. | De enseñanza. La Habana, Imp. de J. B. Cerdeira, 1908; La Habana, Cuba Intelectual, 1916. | Días de guerra. La Habana, Imp. de Cerdeira, 1908; La Habana, Imp. Cuba Intelectual 1915. | Notas literarias. La Habana, Imp. de Cerdeira, 1908; 3a. ed., rev. disminuido. La Habana, Imp. de Cuba Intelectual, 1913. | Notas críticas. La Habana, Imp. Cuba Intelectual, 1909. | Estudios. La Habana, Imp. Cuba Intelectual, 1910. | De la Avellaneda. Colección de artículos. La Habana, Imp. Cuba Intelectual, 1914. | Literatura preceptiva. La Habana, Imp. Cuba Intelectual, 1914; 6a. ed. Id., 1920; 13a. ed. Id., 1926. | Programas de gramática y literatura. La Habana, Imp. Cuba Intelectual, 1914. | Esbozos críticos. La Habana, Imp. Cuba intelectual, 1915. | Ficciones [Boceto de novela y otros]. La Habana, Imp. Cuba Intelectual, 1916. | Juegos florales (de Güines). La Habana, Imp. Cuba Intelectual, 1916. | Nociones de ortografía castellana. 9a. ed. La Habana, Cuba Intelectual, 1916. | Papeles nuevos. La Habana, Imp. Cuba Intelectual, 1916. | Programa de rudimentos de gramática castellana. La Habana, Cuba Intelectual, 1916. | Rudimentos de gramática castellana. La Habana, Cuba Intelectual, 1916; 2a. ed. Id., 1917; 3a. ed. Id., 1918. | Venid a mí... Cuentos y fábulas. La Habana, Imp. Cuba Intelectual, 1916. | Artículos cervánticos. La Habana, Imp. Cuba Intelectual, 1917. | Crítica y sátira. La Habana, Imp. Cuba Intelectual, 1917. | Cálamo currente. La Habana, Imp. Cuba Intelectual, 1918. | Cosas. La Habana, Imp. Cuba Intelectual, 1922. | Papeles viejos. La Habana, Imp. Cuba Intelectual [1923?]. | Personas y cosas. La Habana, Imp. Cuba Intelectual, 1925. | Manuel Sanguily. La Habana, Imp. Cuba Intelectual [1926]. | Elogio del Dr. Sergio Cuevas Zequeira, individuo de número. Leído por [...] en la sesión solemne celebrada en la noche del 14 de marzo de 1928. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1928. | De la revolución y de las cubanas en la época revolucionaria. Discurso leído por [...] en la sesión solemne celebrada el 10 de octubre de 1930. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1930. | Casos de los Recuerdos de Zorrilla que tocan a Cuba [La Habana, 1933].

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Alonso Cortés, Narciso. «Bibliografía filológica, por D. José A. Rodríguez García», en Revista Habanera. La Habana, 2 (29): 251-252, dic. 10, 1914. | Carbonell, José Manuel. «José A. Rodríguez García (1864)», en su La prosa en Cuba. Recopilación dirigida, prologada y anotada por [...]. T. 5. La Habana, Imp. Montalvo y Cárdeno, 1928, p. 201-202 (Evolución de la cultura cubana. 1608-1927, 16). | Dihigio y Mestre, Juan M. Elogio del Dr. los A. Rodríguez García. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1935. | Domenech, Francisco. José A. Rodríguez García. Biografía-ensayo. La Habana [El Fígaro], 1941. | Martín Lamy, Antonio, «Nuestras eminencias: Dr. José A. Rodríguez García, en Revista Habanera. La Habana, 2 (4): 27, feb. 10, 1914. | Morales, Alfredo Martín. «Alrededor de un Programa» [Sobre Ensayo de un programa para la Enseñanza gradual de la gramática castellana, ] en El Fígaro. La Habana, 15 (40): 405, oct. 29, 1899. | Nora, María Luz de, seud. de Loló de la Torriente. «Los contemporáneos. José Antonio Rodríguez García», en Bohemia. La Habana, 55 (14): 77, 97, abr. 5, 1963. | Remos, Juan J. «Notas sobre un contemplativo cubano», en Magazine Dominical. Suplemento del Periódico Ahora. La Habana, 2 (248): 3, jun. 17, 1934. | S[aíz de la] M[ora] J[esús]. «Notas literarias», en Revista Habana. La Habana, (5); 6-7, sep, 20, 1913.

RODRÍGUEZ HERRERA, Mariano (Camagüey, 19.5.1935). Cursó la primaria elemental y superior en su ciudad natal. Fue vendedor ambulante, obrero agrícola e industrial. Participó en la lucha contra la tiranía de Batista desde las filas del Movimiento 26 de Julio. Se trasladó a Estados Unidos en 1958. Fue miembro de la Policía Nacional Revolucionaria, alfabetizador de elementos desclasados, cuadro de la Asociación de Jóvenes Rebeldes y de la Unión de Jóvenes Comunistas. Asistió al Primer Encuentro Nacional de Escritores y Artistas (Camagüey, 1960) y al Congreso de Escritores y Artistas de Cuba (1961). Fue jefe de redacción de Pionero (1963-1,965), responsable, de la página cultural de Juventud Rebelde (1965-1966), miembro del consejo de redacción de El Caimán Barbudo (1965-1967). Ha viajado a la Unión Soviética (1962), Finlandia (1962), Canadá (1967). Colaborador en Adelante, Pionero, Bohemia, Trabajo, Prensa Libre, Moncada, Con la Guardia en Alto, Lunes de Revolución, Juventud Rebelde, La Gaceta de Cuba, Casa de las Américas. Algunos de sus relatos figuran en antologías y están traducidos al francés, alemán, ruso, búlgaro, checo, húngaro, y rumano. Es redactor en el equipo de historia de Juventud Rebelde.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

La mutación. Cuentos. La Habana, Eds. El Puente, 1962. | Después de la zeta [Novela]. La Habana, Eds. R, 1963. | Con la adarga al brazo. La Habana, Comisión Nacional de Historia U.J.C. Secretaría de Trabajo Ideológico [1972].

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Héctor, seud. de ?. «Un experimento necesario» [Sobre La mutación], en Rotograbado de Revolución. Suplemento del periódico Revolución. La Habana, :13, abr. 1, 1963. | «Mariano Rodríguez Herrera», en Europe. Paris, 41 (409-410): 144, mai-juin, 1963.

RODRÍGUEZ LENDIÁN, Evelio (Guanabacoa, Habana, 1.8.1860-La Habana, 1.8.1939). En 1879 matriculó Filosofía y Letras y Derecho Civil y Canónico en la Universidad de la Habana. En 1883 obtuvo por concurso una cátedra de letras en el Instituto de Segunda Enseñanza de Matanzas. En 1884 ocupó el cargo de profesor auxiliar en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad. Se ausentó de Cuba en la época de Weyler y, cooperó en Nueva York con el Comité Revolucionario. Se unió después al comité organizado en La Habana para la formación del Partido Nacional. Ocupó el decanato de la Facultad de Letras y Ciencias de la Universidad de la Habana. En 1905 fundó y comenzó a dirigir -hasta 1916, en que fue sustituido en su cargo de decano- la Revista de dicha Facultad. Fue designado, junto con Enrique José Varona, para la reorganización de la enseñanza universitaria. Fue miembro de la comisión mixta legislativa que redactó la legislación de la autonomía de la Universidad. Fue además ponente y redactor de sus estatutos. Durante muchos años, hasta 1938, explicó historia de América e historia moderna en la Universidad. Ese año fue designado Profesor Emeritus y de Investigación de la Facultad de Filosofía. Ejerció la carrera de abogado durante más de cincuenta años. Era magistrado de la Audiencia de la Habana. Fue uno de los fundadores y presidente de la Academia de la Historia de Cuba, director de la Sociedad de Conferencias, presidente de la Sección de Ciencias Filosóficas e Históricas del Ateneo y Círculo de la Habana, miembro de la Sociedad Económica de Amigos del País y de otras instituciones nacionales y extranjeras. Es autor, en colaboración con Juan M. Dihigo, del trabajo La Universidad Nacional de Méjico y su organización (La Habana, Imp. Avisador Comercial, 1910).

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Consideraciones generales sobre la poesía épica. ¿A qué causas es debida la no existencia en España de un poema épico verdadero? Discurso para el Doctorado en Filosofía y Letras. La Habana, Librería e Imp. El Profesorado de Cuba, 1884. | La independencia absoluta como el ideal cubano. Discurso leído en la Universidad de la Habana por [...] en la solemne apertura del curso académico de 1899 a 1900. La Habana, Imp. de J. Huguet, 1899; La Habana, Imp. El Siglo XX, 1911; Id., 1929. | Consideraciones sobre Rusia a propósito de la guerra con el Japón. La Habana, Imp. Avisador Comercial, 1905. | Los Estados Unidos, Cuba y el canal de Panamá. La Habana, Imp. Avisador Comercial, 1909. | Memoria del Colegio de Abogados de La Habana: 1907-1908. La Habana, J. Ruiz, 1909. | El Congreso de Panamá y la independencia de Cuba. La Habana, Imp. Avisador Comercial, 1911. | Discurso pronunciado en la Universidad Nacional del 26 de febrero de 1910, con motivo de la visita del Profesor de la Universidad de Oviedo, Dr Rafael Altamira. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1912. | Elogio del presbítero Félix Varela. Discurso pronunciado en el Ateneo de la Habana el 16 de noviembre de 1911, con motivo del homenaje acordado en honor de tan esclarecido cubano. La Habana, Imp. El Siglo. XX; 1912. | La Isla de Pinos según el Tratado de París. Conferencia pronunciada en el Aula Magna de la Universidad el día 26 de abril de 1913 por [...] La Habana, Imp. El Siglo XX, 1913. | Transformación política de la Rusia. Discurso escrito para ser leído en el acto solemne de su recepción en el Claustro General como catedrático numerario, por oposición de la asignatura de Historia Universal de la Universidad... en el año 1894, La Habana, Imp. El Siglo XX, 1913. | La expulsión de los diputados cubanos del Parlamento español en 1837. Importancia de este hecho en la historia política de Cuba. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1914. | José Antonio Saco. Conferencia. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1914. | Elogio del Dr. Ramón Meza y Suárez Inclán, individuo de número. Leído por [...] en la sesión solemne celebrada en la noche del 5 de diciembre de 1915. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1915. | La revolución de 1895. La Habana, La Propagandista, 1926.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Carbonell, José Manuel. «Evelio Rodríguez Lendián (1860)», en su La oratoria en Cuba. Recopilación dirigida, prologada y anotada por[...]. T. 4, La Habana, Imp. Montalvo y Cárdenas, 1928, p. 393-394 (Evolución de la cultura cubana. 1608-1927, 10). | Chacón y Calvo, José María. «Evelio Rodríguez Lendián», en Alfanje. La Habana, 2 (9): 12, 26, nov., 1939. | Dihigo, Juan M. «Un gran maestro de historia: el Dr. Evelio Rodríguez Lendián», en Universidad de la Habana. La Habana, (26-27): 229-226, sep.-dic., 1939.

RODRÍGUEZ MARTÍNEZ DE TARDIÑA, Catalina (Madruga, Habana, 26.3.[1835?]-Villaclara, 11.1894). Desde niña mostró afición por la poesía. Alrededor de los quince años se trasladó a La Habana con su familia; con posterioridad, su padre se estableció en Matanzas, donde Catalina recibió un premio en 1865 por su oda Al trabajo en los Juegos Florales del Liceo de la ciudad. En 1866 contrajo matrimonio con el botánico don Sebastián Alfredo de Morales, de ahí que pueda localizársela también bajo el nombre de Catalina Rodríguez de Morales. En 1876 partió de viaje hacia Europa. Perteneció a las secciones de literatura de las sociedades Recreo de Pueblo Nuevo y Liceo de Matanzas, de la cual fue socia de mérito. Fue directora del periódico quincenal El Álbum (Matanzas, 1882). Colaboró en La Ilustración Cubana, Cuba y América, y La Moda Ilustrada, de Cádiz. Utilizó el seudónimo Yara.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Poesías. Pról. de D. Felipe Poey. Matanzas, Imp. Aurora del Yumurí, 1866. | Poesías y obras dramáticas de la poetisa cubana Yara. Caracas, 1872. | Poesías líricas. Con un pról. del literato Sr. Dognino. Maracaibo (Venezuela), 1878. | Impresiones de un viaje por Colombia en 1875. Matanzas, El Álbum, 1882. | Hijo único. Comedia de costumbres, en dos actos y en verso. Matanzas, Imp. Aurora del Yumurí, 1884. | Libro de las niñas. Instrucción. Educación. Moral. Lectura amena adaptada a las niñas que asisten a los Colegios de la enseñanza, escrita expresamente para este objeto por [...] poetisa laureada en los Juegos Florales. La Habana, Editor E. Fernández Casona, 1892. | Las glorias de Bolívar. Bogotá [s.a.].

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

El Br. Sarampión (Alias Gil Blas), seuds. de José Socorro de León. «Catalina Rodríguez de Tardiña», en Camafeos. La Habana, (24): 181-182, oct. 15, 1865. | García de Coronado, Domitila. «Catalina Rodríguez», en su Álbum poético-fotográfico de escritoras y poetisas cubanas. La Habana, Imp. de El Fígaro, 1926, p. 181-188. | González Curquejo, Antonio. «Catalina Rodríguez de Morales», en su Florilegio de escritoras cubanas. T. 2. La Habana, Aurelio Miranda, impresor, 1913, p. 167. | Heredia, Nicolás. «Crítica», en Diario de Matanzas. Matanzas, ene. 24, 1885.

RODRÍGUEZ MÉNDEZ, José (Bolondrón, Matanzas, 4.3.1914). Residió hasta su adolescencia en distintos centrales azucareros. Durante esos años cursó la enseñanza primaria y, una vez en La Habana, se graduó de Bachiller y estudió dos cursos de la carrera de Medicina en la Universidad, la cual no continuó para dedicarse al periodismo en noticieros de radio y televisión. Publicó sus primeros versos negros en La Palabra, periódico que dirigiera Juan Marinello en 1935. Fue jefe de información del diario El Mundo y ha publicado en Islas y en publicaciones extranjeras. Consejero cultural de la Embajada de Cuba en Brasil (1963-1964). Formó parte de la delegación cubana a la conferencia de periodistas anti-imperialistas (Corea, 1969). Ha trabajado en el Noticiero Nacional de Televisión y como profesor de periodismo en televisión en la Escuela de Periodismo de la Universidad de la Habana. Ha cultivado el cuento. Su poesía ha sido recogida en antologías (La poesía cubana en 1936, 1937, y «Panorama de la poesía cubana moderna», en Islas. La Habana, 9 (4), oct.-dic., 1967).

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Clima de la muerte [Poesía]. La Habana, Ministerio de Educación. Dirección General de Cultura, 1952. | Periodismo en televisión. La Habana, Instituto Cubano del Libro, 1973 (Cuaderno H. Periodismo).

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Aguirre, Mirta. «El nuevo poeta revolucionario: José Rodríguez Méndez», en Ahora. La Habana, 2 (281): 4, jul. 21, 1934. | Guirao, Ramón. «José Rodríguez Méndez», en su Órbita de la poesía afrocubana. 1928-37. La Habana, Úcar, García, 1938, p. 168. | Sanz y Díaz, José. «José Rodríguez Méndez», en, su Lira negra. Madrid, Aguilar, 1945, p. 118.

RODRÍGUEZ RIVERA, Guillermo (Santiago de Cuba, 21.8.1943). Cursó la primera enseñanza y parte de la segunda en su cuidad natal. En La Habana terminó el Bachillerato en Letras en el Instituto de Segunda Enseñanza del Vedado (1960). Fue redactor de la revista Mella (1961). Estudió Licenciatura en Lengua Española y Literaturas Hispanoamericana y Cubana en la Universidad de la Habana (1962-1966). Secretario de redacción de Cuba (1965-1966), cofundador y jefe de redacción de El Caimán Barbudo (1966-1967) y secretario de redacción de RC (1967). Ha colaborado además en, Bohemia, Casa de las Américas, Unión, La Gaceta de Cuba y El Mundo. Han aparecido poemas suyos en Margen, Le Monde (Francia), El Corno Emplumado (México), Ruedo Ibérico (España) y Le Carte Segrete (Italia), así como en la antología polaca Dotykam Twych Brzegow Mloda Poezja Kuby (Varsovia, 1967). Es profesor de la Escuela de Letras de la Universidad de la Habana.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Cambio de impresiones [Poesía]. La Habana, Eds La Tertulia, 1966.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Alomá, Orlando. «Los nuevos», en Casa de las Américas. La Habana, 7 (41): 133-135, mar.-abr., 1967. | Fernández, David. «Un pequeño cambio de impresiones», en Unión. La Habana, (4): l67-169, oct.-dic., 1966. | Marré, Luis. «Cambio de impresiones», en La Gacela de Cuba. La Habana, 5 (52): 12. ago.-sept., 1966.

RODRÍGUEZ UCRES O UCARES, José (La Habana, ?, ?, ?). Era fraile juanino. Vivió con anterioridad a 1788. Se le atribuyó la comedia El Príncipe jardinero y fingido Cloridano y se le llegó a identificar con su autor Santiago Pita. Ucres es el primero del que se tiene noticia de que cultivara con algún éxito la poesía en Cuba. Escribió gran número de décimas jocosas. En su Vejámen [sic] hecho a la Universidad (1822), en prosa y verso, se echan en cara a los nuevos doctores sus defectos físicos y privados. Este tipo de composición burlesca se leyó todos los años en la Universidad. A él se deben las quintillas «Quejas que un amante despreciado envía a su dama» y la «Respuesta de la dama desengañada». Parte de sus obras fueron publicadas junto con las de otros autores; así, la Segunda parte de las poesías curiosas de José Rodríguez Ucares (Alias El Capacho) con el Vejámen [sic] de la Universidad y otras varias de diversos autores (La Habana, J. Boloña, 1822); Tercera parte de las poesías curiosas de Fr. J.R.U. (a) el Capacho con las décimas del borracho y otras de diferentes autores (La Habana, Imp. Boloña, 1823); Poesías de Fr. José Rodríguez. Primera, segunda y tercera parte. (La Habana, Oficina de Boloña, 1823), folleto en el que se insertan poesías de Vargas, Palomino y algún otro; Poesías de Fray José Rodríguez (a) El Capacho, con inclusión de las décimas y quintillas disparatadas de D. Tomás Iriarte (9a. ed. La Habana, Imp. de la Vda. de Barcina, 1872).

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Vejámen [sic] hecho a la Universidad. La Habana, Oficina del ciudadano J. Boloña, 1822. | Poesías. La Habana, 1847.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Chacón y Calvo, José María. «[Fr. José Rodríguez]», en Los orígenes de la poesía en Cuba. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1913, p. 32-36. | Lezama Lima, José. «José Rodríguez Ucres (o Uscarrés o Uscarrel)», en su Antología de la poesía cubana, T. 1. La Habana, Consejo Nacional de Cultura, 1965, p. 116-117.

RODRÍGUEZ Y HERNÁNDEZ, José Ignacio (La Habana, 11.11.1831-Washington, 1.2.1907). Se graduó de filosofía (1851) y de Derecho Civil y Canónico (1851) en la Universidad de la Habana. Fue profesor de filosofía en dicho centro docente, así como de química y de física en la Escuela General Preparatoria. Fue también profesor del Colegio El Salvador. Obtuvo el doctorado en Derecho en 1863. Al estallar la Revolución de Yara (1868) tuvo que emigrar a Estados Unidos. Se naturalizó como ciudadano norteamericano y desempeñó funciones oficiales de asesor en el Departamento de Estado de los Estados Unidos. Redactor de la Revista de Jurisprudencia, Brisas de Cuba y otras. Organizó y dirigió La Idea. Publicó trabajos en Revista de la Habana y en Revista de Cuba y fue corresponsal de El Monitor Republicano (México) en Nueva York. Junto con Anselmo Suárez y Romero publicó Ofrenda al Bazar de la Real Casa de Beneficencia (La Habana, Imp. del Tiempo, 1864), obra que inserta trabajos en prosa y en verso de autores cubanos. Dejó trabajos jurídicos, como la Cartilla teórico-práctica de procedimientos conforme a la Nueva Ley de Enjuiciamiento Civil (La Habana, Imp. La Antilla, 1866). Utilizó los seudónimos Un adoquín, Un cubano, y R.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Utilidad del estudio de la historia. Disertación leída y sostenida en el ejercicio para el grado de Ldo. en Filosofía el 14 de junio de 1851. La Habana, Revista de La Habana 1854. | Curso elemental de química, arreglado para texto de la Escuela General Preparatoria de La Habana. la. parte. Química mineral. La Habana, Imp. Spencer, 1856. | La química para todos. Cartas a María. Lecciones de química popular. La Habana, Imp. de M. Soler, 1859. | Estudio sobre la situación civil de la mujer en España. Discurso para el doctorado [en Derecho] leído y sostenido el lunes 1º de diciembre de 1863. La Habana, Imp. La Antilla, 1863. | Elogio del Excmo. S. D. Manuel Gómez Marañón. La Habana, Imp. La Antilla, 1864. | Cuba before the United States. Remarks on the Hon. Chas. Summer's speech, delivered at the Republican convention of Massachusetts the 22nd. September, 1869. Adopted and approved by the central Republican junta of Cuba and Porto-Rico). New York, Styles & Cash, 1869. | La Comisión Mixta de Reclamaciones mexicanas y americanas. México, 1873. | Vida de Don José de la Luz y Caballero. Nueva York, Imp. de El Mundo Nuevo, 1874; 2a. ed. corr. y aum. Nueva York, Imp. y Librería de N. Ponce de León, 1879. | Vida del Presbítero Don Félix Varela. Nueva York, Imp. de Novo Mundo, l878; 2a. ed. Pról. de Eduardo Martínez Dalmau. La Habana, Arellano, 1944. | Estudio histórico sobre el origen, desenvolvimiento y manifestaciones prácticas de la idea de la anexión de la isla de Cuba a los Estados Unidos de América. La Habana, Imp. La Propaganda Literaria, 1900. | Vida del Dr. José Manuel Mestre. La Habana, Avisador Comercial, 1909.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Carbonell, José Manuel. «José Ignacio Rodríguez y Hernández (1831-1907)», en su La prosa en Cuba. Recopilación dirigida, prologada y anotada por [...]. T. 5. La Habana, Imp. Montalvo y Cárdenas, 1928, p. 81 (Evolución de la Cultura Cubana. 1608-1927, 16). | Dihigo, Juan M. «José Ignacio Rodríguez», en Revista de la Facultad de Letras y Ciencias de la Universidad de La Habana. La Habana, 4 (3). 245-296, may., 1907. | Hernández Travieso, Antonio.«La personalidad de José Ignacio Rodríguez», en Universidad de la Habana. La Habana, (61-63): 210-250, jul.-dic., 1945.

ROIG DE LEUCHSENRING, Emilio (La Habana, 23.8.1889-Id., 8.8.1964). Cursó los primeros estudios en el Colegio de Belén. En 1905 publicó su primer artículo, «Impresiones de viaje», en el Diario de la Marina. Se graduó de Bachiller en Letras y en Artes en el Instituto de la Habana (1908). En 1912, su trabajo «¿Se puede vivir en La Habana sin un centavo?» ganó el primer premio en el concurso de artículos humorísticos convocado por la revista El Fígaro. Colaboró en la Revista Jurídica (1912-1913). Desde 1913 fue redactor y jefe de redacción de Gráfico. Fue director de la Revista de Derecho (1913-1917). Fue jefe de despacho del Primer Congreso jurídico Nacional (1916). Redactor de la revista Social (1916-1920). Se graduó en la Universidad de La Habana de Doctor en Derecho Civil y Notarial (1917). En 1921 emprendió un viaje por Alemania, Francia, España, América Latina y Estados Unidos. Colaboró en los Anuarios de la Sociedad Cubana de Derecho Internacional (1921-1930). Fue miembro de la Comisión nacional codificadora (1922). Fundador y secretario de la Revista de Derecho Internacional desde 1922 y fundador de la revista Cuba Contemporánea, de cuya redacción formó parte desde 1923. Uno de los participantes, en 1923, de la Protesta de los Trece, e integrante del Grupo Minorista. Colaboró en Archivos del Folklore Cubano (1924). Director literario de Social a partir de 1925. Subdirector de la revista Carteles (1925-1930). Comisionado intermunicipal de La Habana de 1927 a 1935, salvo durante el período de 1931 a 1933, en que la dictadura de Machado ocupó el Municipio. En 1935 se le designó Historiador de la Ciudad de La Habana. A iniciativa suya se creó la Oficina del Historiador de la Ciudad(1936), de cuya organización se hizo cargo. Se ocupó además de sus ediciones, como los Cuadernos de historia habanera, las Actas capitulares del Ayuntamiento de La Habana y la Colección histórica cubana y americana. Dirigió la Revista de Estudios Afrocubanos (1937). Con su trabajo Martí en España ingresó en 1938 en la Academia de la Historia. Miembro de la Liga Antifascista a favor de la República española (1939). Fundador en 1940 y presidente de la Sociedad Cubana de Estudios Históricos e Internacionales. Periodista colegiado en 1943. Dirigió el Archivo Histórico Municipal. Fue miembro de la Junta Nacional de Arqueología y Etnología, del Colegio Nacional de Periodistas, de la Comisión de Monumentos, Edificios y Lugares Históricos y Artísticos Habaneros, de la Sociedad Cubana de Derecho Internacional, del Colegio de Abogados de La Habana y de otras instituciones. Colaboró además en El Mundo, Revista Bimestre Cubana, Alma Latina, El Teatro, Heraldo de Cuba, El País, Bohemia, Revista de la Universidad de La Habana, La Discusión y Vanidades. Sus trabajos divulgaron el pensamiento antiimperialista de Martí y la penetración imperialista en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Entre las recopilaciones con prólogos suyos y obras hechas bajo su dirección se encuentran El libro de Cuba (La Habana, 1925); El Ideario cubano. I, José Martí (1936). II, Máximo Gómez (1936). III, Antonio Maceo (1946), editado en los Cuadernos de historia habanera; el Curso de introducción a la historia de Cuba (La Habana, Municipio de La Habana, 1937-1938. 3 t.); Hostos y Cuba (La Habana, Imp. Molina, 1939); La revolución de Martí, 24 de febrero de 1895 (La Habana, Municipio de La Habana, 1941); Antonio Maceo. Cartas y otros documentos. T. 1. (La Habana, Cárdenas, 1950); Veinte años de actividades del Historiador de la Ciudad de La Habana. 1935-1955 (La Habana, Oficina del Historiador de la Ciudad, 1955. 5 t.); Bolívar, el Congreso Interamericano de Panamá, en 1826, y la independencia de Cuba y Puerto Rico (La Habana, Oficina del Historiador de la Ciudad, 1956); El pensamiento político de Martí (La Habana, 1960). Trabajos suyos han aparecido, ya en forma de prólogos, ya en forma de ensayos, en distintas publicaciones de homenaje, como las Poesías completas (La Habana, Municipio de La Habana, 1940-1941. 2 t.), de José María Heredia; Homenaje a Martí en el cincuentenario de la Fundación del Partido Revolucionaria Cubano. 1892-1942 (La Habana, Oficina del Historiador de la Ciudad, 1942); Vida y pensamiento de Martí. T. 1. (La Habana, Municipio de La Habana, 1942); La vida heroica de Antonio Maceo (La Habana, Municipio de La Habana, 1945); Banderas oficiales y revolucionarias de Cuba (La Habana, Municipio de La Habana, 1950), y Homenaje al ilustre habanero Domingo Figarola Caneda en el centenario de su nacimiento (La Habana, 1952). Ha sido traducido al inglés, chino, ruso y francés. Utilizó los seudónimos Cristóbal de La Habana, El curioso parlanchín, Enrique Alejandro de Hermann, Hermann, U. Noquelovió y U. Noquelosabe.

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Rojas y Pálidas (Matanzas, [1910?]). «Revista dominical ilustrada», se lee en el número más antiguo consultado (4), correspondiente al 23 de enero de 1910. Fungían como directores Agustín Acosta y Florencio Hernández. Era una revista cultural, de no muchas páginas, pero amena e interesante. Incluía trabajos sobre figuras literarias, acerca de la mujer, intercambio epistolar entre intelectuales, cuentos, poemas y notas sociales de la localidad. Los trabajos estaban firmados por M[edardo] Vitier, Valentín Díaz, Julio R. Ceijas, Amado J. Fernández, entre otros. Además de los poemas de sus directores, en sus páginas aparecieron poemas de J[uan] D. Byrne, Carlos Prats, Francisco Romero, Pepe Quirós, Rafael Otero, Joaquín Cataneo y de otros poetas latinoamericanos. El último ejemplar consultado (número 8) corresponde al 20 de febrero de 1910.

ROLDAN, José Gonzalo (La Habana, ?.1822 Id, 6.1.1856). Aprendió sus primeras letras en el hogar paterno. Estudió en el Seminario de San Carlos. Hacia 1837 vio la luz pública su primera composición, el soneto «A Duclós en 'El Trovador'». En 1846 fundó, con Rafael María de Mendive, la publicación periódica Flores del Siglo y colaboró en La Prensa, El Faro Industrial, Revista de La Habana, Aguinaldo, Diario de La Habana, El Artista, entre otras. Se graduó de abogado en la Universidad de La Habana (1848). En 1849 pasó a Cárdenas (Matanzas) a ejercer su carrera. Sus poemas, junto con los de Ramón Zambrana, Mendive y Felipe L. Briñas, se publicaron en un volumen de versos. Cuatro laúdes (La Habana, Establecimiento tipográfico La Cubana, 1853). Es autor de la comedia en un acto Amores de temporada. De su teatro, inédito, se sabe que publicó una escena en el Diario de La Habana. Elaboró el plan de un drama sacado del Abad, de W. Scott. Dejó inconcluso un drama escrito en colaboración, El secreto del honor, así como el poema «La Concepción de María» del que hizo la Introducción. Murió de tuberculosis.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Carbonell y Rivero, José Manuel. «José Gonzalo Roldán (1822-1856)», en su La poesía lírica en Cuba. Recopilación dirigida, prologada y anotada por [...]. T. 3. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1928, p. 109-110 (Evolución de la cultura cubana. 1608-1927, 3). | Cárdenas y R., J. M. de. «José Gonzalo Roldán», en Revista de La Habana. La Habana, 5: 48-49, 1856. | Costales, M. «José Gonzalo Roldán» en Revista de La Habana. La Habana, 5 :47-48, 1856. | Edmain, Tristán, seud. de Tristán de Jesús Medina. «Cuatro laúdes», en Diario de La Habana. La Habana, 2a. época, 2 (246): [2] oct. 14, 1853. | Lebredo, Joaquín G. «José Gonzalo Roldán», en Revista de La Habana. La Habana, 5: 49, 1856. | Lezama Lima, José. «José Gonzalo Roldán», en su Antología de la poesía cubana. T. 2. La Habana, Consejo Nacional de Cultura, 1965, p. 501-502. | Matamoros, Rafael. «José Gonzalo Roldán», en Revista de La Habana. La Habana, 5: 48, 1856. | Mendive, R. M. de y José de J. Q. García. «José Gonzalo Roldán», en Revista de La Habana. La Habana, 5: 45-47, 1856. | Morillas, Pedro José. «José Gonzalo Roldán», en Revista de La Habana. La Habana, 5: 49-50, 1856. | Suzarte, J. Q. «José Gonzalo Roldán», en Revista de La Habana. La Habana, 5: 50-51, 1856.

ROMANTICISMO El romanticismo surge en Alemania a fines del siglo XVIII. Su aparición la corrobora un texto de Friedrich Schlegel publicado en la revista Athenaeum en 1798. En dicho trabajo definía la poesía romántica como una poesía universal progresiva en franco contraste con los cánones de la poesía antigua. Schlegel destacaba como carácter propio de la misma «el estar siempre en evolución, en no poder nunca quedar completada». En el citado año -con la salida de las Baladas líricas, de Wordsworth y Coleridge- también se detectan en Inglaterra síntomas inequívocos de la existencia de un movimiento renovador. La segunda edición del referido libro data de 1800, y lleva un prólogo de Wordsworth mediante el cual se confirmaba el «alado anuncio de una revolución poética» dirigida «a dar calor de realidad a lo sobrenatural por la verdad de las emociones expresadas» y, por otra parte, «a revelar el misterio escondido en las cosas más humildes de cada día».

     Alemania fue, pues, el centro irradiador del romanticismo. Desde allí se difundió a Francia e Italia. En el primero de estos países alcanzó gran desarrollo y se convirtió a su vez en un extraordinario movimiento de influencia universal. Fue Mme. Staël, con su libro titulado De Alemania, escrito en 1810, quien libró la primera batalla del romanticismo en Francia. Como se sabe, esta obra fue sacada de imprenta y mandada destruir por órdenes de Napoleón, pero llegó a imprimirse en Londres tres años después. En su libro, Mme. Staël daba a conocer los avances espirituales de la literatura alemana y alertaba a los creadores franceses del peligro que constituía seguir apegados a los modelos clásicos del siglo XVII. Esto mismo hizo en un artículo dirigido a los escritores y artistas italianos, y consiguió sus propósitos al afirmarse el romanticismo en aquel país hacia 1816. No obstante, el romanticismo francés patentiza toda su fuerza y coherencia cuando Víctor Hugo estrena su pieza teatral Hernani el 25 de febrero de 1830. Por otra parte, el movimiento da sus primeros pasos en España hacia el año antes mencionado. Quiere decir esto que el romanticismo se presenta allí con evidente retraso, a pesar de tener España una hermosa tradición épica medieval y de ser como país una de las fuentes de inspiración de los románticos franceses.

     En América, como es lógico suponer, el fenómeno se presenta aún más tardíamente (debe tenerse en cuenta su sujeción cultural, política y económica a la Metrópoli). No es extraño, pues, que en nuestros primeros románticos se haga difícil separar los elementos neoclásicos de los elementos propios de la naciente escuela. Además, el surgimiento del romanticismo en el continente americano coincide en no pocos países con sus guerras de emancipación, lo que contribuye a darle en ocasiones una tónica peculiar; sobre todo hacia sus postrimerías, cuando crece su voluntad de afirmación autóctona. De ahí que proliferen tantas corrientes nativistas dentro del romanticismo americano.

     Como se sabe, Cuba fue uno de los últimos países en lograr su emancipación de España. El hecho implica una dependencia más acusada a los patrones españoles. El aislamiento cultural producto de esa vinculación casi exclusiva a la península, debe tenerse como una desventaja en relación con el desarrollo, experimentado por el romanticismo en otros países del continente. Carentes de una verdadera cultura aborigen -como las asentadas en México y Perú, por ejemplo- y, por supuesto, de una tradición épica, el romanticismo cubano comienza a desenvolverse en un contexto histórico donde se advierten aquí y allá fermentos de aspiraciones nacionales. Tales características no son exclusivamente nuestras, pero lo que importa aquí es resaltar la diferencia cronológica de nuestro avance histórico con referencia a los países americanos de más temprana emancipación.

     No pocos estudiosos están de acuerdo en que el romanticismo hizo su irrupción en América a través de la lírica. Uno de ellos sitúa el hecho inaugural en 1832 con el poema «Elvira o La novia del Plata», del argentino Esteban Echeverría. Siempre resulta arriesgado asegurar a un poema tal primacía con carácter general, pues a la postre su significación no sería posible dentro del romanticismo sin que lo precediera toda una masa de inquietudes artísticas y espirituales. Echeverría nadó en 1805, dos años después que José María Heredía. Con la ventaja de haber vivido en París de 1825 a 1830.

     Sin entrar a analizar las proyecciones ideológicas del romanticismo, vale señalar que en Cuba se identifica desde el principio -con las naturales excepciones- con los afanes patrióticos más puros y, cuando no, con las posiciones de carácter liberal. Es la actitud propia de la colonia ante la Metrópoli, tan explicable -mutatis mutandis- como la reacción de los románticos españoles frente a la ocupación napoleónica. Por razones de esta índole, el primer romanticismo cubano vuelve su mirada amorosa hacia la naturaleza de la patria y logra su espiritualización. Si en el orden político no existía aún una fisonomía nacional, la naturaleza -como vibración del alma- remedia en parte las ansias de poseerla. A José María Heredia corresponde tan singular empresa. Dotado de incomparables dones poéticos, es por temperamento un romántico. Su ubicación, pues, no responde fundamentalmente a consecuencias epocales sino temperamentales. Tal vez eso explique por qué, a pesar de que gran parte de sus influencias provienen del neoclasicismo español, no es un neoclásico y se halla más allí del prerromanticismo. El romanticismo europeo opone naturaleza a sociedad. En Cuba no predomina esa actitud, sino de la manera que dejamos expuesta anteriormente.

     Si aceptamos que Heredia es un romántico por temperamento, debe admitirse que es uno de los iniciadores del movimiento en América. Autor precoz, sus principales textos ya estaban escritos cuando Esteban Echeverría publica su poema «Elvira o La novia del Plata». Recuérdese que la primera edición de las Poesías de Heredia ocurre en Nueva York en 1825. A 1819 corresponden algunos de sus poemas de más acusado romanticismo.

     En Cuba se supera el neoclasicismo sin que se produzca una lucha frontal de escuelas. De ahí que veamos coincidir en las tertulias de Domingo del Monte a figuras de diversas posiciones estéticas. Esa tertulia, que duró aproximadamente desde 1834 hasta 1843, año este último en que Del Monte abandonó el país, fue el más importante núcleo de actividad intelectual de aquellos días. «Raro fue el escritor o poeta de esa generación -apunta Max Henríquez Ureña en su Panorama histórico de la literatura cubana que no recibió orientación y estímulo de Del Monte, condiscípulo y amigo entrañable de José María Heredia, cuyo talento fue el primero en proclamar; y a su influjo fecundo hubieron de desarrollar su personalidad literaria José Antonio Echeverría, José Jacinto Milanés, Ramón de Palma y muchos más.» Es de señalar la presencia en La Habana, entre 1833 y 1835, del escritor italiano Pablo Veglia, gran animador de la cultura y ardiente defensor del romanticismo, que contribuyó a difundir la estética de la nueva escuela entre los escritores de La Habana. Las reuniones delmontinas contaron con la asistencia de novelistas como Cirilo Villaverde y Anselmo Suárez y Romero; de costumbristas como José María de Cárdenas y José Victoriano Betancourt; de profesores de filosofía como Manuel González del Valle y el presbítero Francisco Ruiz; de hombres de ciencia aficionados a las letras, como Felipe Poey; de publicistas y polígrafos como el Conde de Pozos Dulces, Ramón Zambrana, José Silverio Jorrín y Gaspar Betancourt Cisneros; de jurisconsultos como José Antonio Cintra, Leonardo Santos Suárez y Anacleto Bermúdez; de poetas como José Jacinto Milanés y su hermano Federico, Plácido (seud. de Gabriel de la Concepción Valdés) y Juan Francisco Manzano, poeta esclavo cuya libertad fue obtenida mediante suscripción realizada por los concurrentes a dicha tertulia.

     Por otra parte -con relación a esa coexistencia de la cual hablamos anteriormente-, no ha de extrañarnos, pues, que un Plácido, sentimental, espontáneo, despreocupado y de pocas letras, acepte la rectoría literaria de Ignacio Valdés Machuca (seud. Desval), esencialmente neoclásico. No se producen aquí batallas entre bandos literarios bien definidos, como sucedió en Francia. En general, los literatos cubanos de mayor calidad mantenían posiciones liberales o -con mayor o menor alcance- aspiraciones independentistas.

     Junto a Heredia, en lo que ha dado en denominarse primer romanticismo poético, figuran Plácido, José Jacinto Milanés y Gertrudis Gómez de Avellaneda. Son las cuatro figuras poéticas descollantes que llenan de manera absoluta aquel momento. Es la poesía el género que prácticamente define la literatura cubana, y muy especialmente el período que nos ocupa, pues la novela en Cuba nace dentro del romanticismo, lo que implica un punto de arranque y no una línea de más avanzada continuidad. La poesía, por causa de sus posibilidades expresivas y de extensión, juega con mayor o menor facilidad su papel en aquel momento de censura y persecución contra las ideas revolucionarias, en tanto que algunas novelas claves del romanticismo cubano necesitaron largos períodos de elaboración y vinieron a ser publicadas a fines del tercer cuarto del siglo. Téngase presente el caso de Francisco, de Anselmo Suárez y Romero, que no vio la luz hasta 1880 en Nueva York a pesar de haber sido conocida y comentada en las tertulias de Del Monte hacia 1839, cuando la concluyó. Algo similar ocurrió con Cecilia Valdés, de Cirilo Villaverde, comenzada en el 39 y terminada en el 79, y que no se publicó completa hasta 1882. Petrona y Rosalía, de Félix Tanco, apareció en 1925 no obstante haber sido escrita en 1838. Mención especial requiere Sab, de Gertrudis Gómez de Avellaneda, impresa en 1841 con anticipación evidente de diez años sobre La cabaña del tío Tom, de Harriet Beecher Stowe.

     Una rápida ojeada a las novelas mencionadas nos dirá que la novelística cubana del romanticismo asume también características peculiares: es hija legítima de la literatura de costumbres, para decirlo con palabras de Max Henríquez Ureña. Pero el costumbrismo no es patrimonio de la novela, sino una corriente que se vale también del cuento, el artículo o de las páginas volanderas para abordar la inmediatez, casi siempre con sentido crítico (ver COSTUMBRISMO). No es ocioso reiterar que dentro del romanticismo cubano -y como consecuencia de una orientación de amplitud hispanoamericana- se desarrollaron las vertientes nativistas (ver CRIOLLISMO y SIBONEYISMO).

     El segundo romanticismo poético lo representan en Cuba cuatro figuras principales, que, situadas cronológicamente, son las siguientes, Rafael María de Mendive, Joaquín Lorenzo Luaces, Juan Clemente Zenca y Luisa Pérez de Zambrana. Ellos han sido señalados como los restauradores del «buen gusto» en la poesía cubana de mediados del siglo XIX, en buena parte dominada por el prosaísmo, la vulgaridad y el facilismo. El primero no se caracteriza por un alto vuelo lírico, pero en cambio es un poeta, correcto, elegante y musical. Poeta discreto, fue en cambio un espléndido traductor. Sus versiones de las Melodías irlandesas, de Tomas Moore, y de algunas composiciones de Víctor Hugo, le valieron justos elogios. Por su parte, Joaquín Lorenzo Luaces presenta una obra más variada y robusta que el anterior, pero esto contribuye a hacerla más desigual y menos ceñida. Luaces cultivó el teatro sin una orientación precisa. El mendigo rojo (1859) es un drama de subido sabor romántico, en tanto que Aristodemo (1867) es una tragedia de acusado corte clásico. En poesía estuvo afiliado, entre otras corrientes de nuestro romanticismo, al criollismo y el siboyenismo, no sin antes haberse inclinado por la poesía moralizante. Algunos de sus mejores textos poéticos podemos hallarlos cuando canta a la libertad, por ejemplo «La caída de Misolonghi» (1856) y la «Oración de Matatías» (1865), de encubiertas alusiones a Cuba. Sus sonetos, sobre todo «La muerte de la bacante» (1853) y «La salida del cafetal» (1855), se anticipan al parnasianismo en cuanto a realización.

     Tanto Luaces como Mendive reaccionaron contra el mal gusto predicando con el ejemplo, pero nunca en lucha abierta contra los responsables del descenso poético que se registraba a mediados del siglo XIX. De más está decir que Luaces era amigo íntimo de José Fornaris, máxima figura del siboneyismo, junto al cual fundó la revista La Piragua; y que éste -de amplia aceptación popular, pero duramente atacado por la crítica estaba muy por encima, como poeta, pese a su desaliño, de Felipe López de Briñas, José Gonzalo Roldán y Francisco Javier Blanchié, que se contaban entre los más cercanos amigos de Mendive.

     Un lugar significativo le corresponde a Juan Clemente Zenea en aquel momento. Poseedor de una excepcional sensibilidad poética, se inscribe en el romanticismo por temperamento. La melancolía, la ternura y el desencanto se conjugaban en él para resumir un romanticismo sosegado, sin estridencias ni desaliños formales. Su filiación inequívoca la refuerza la influencia dominante de Alfredo de Musset en su obra. En 1858 se publica en Estados Unidos una antología poética titulada El laúd del desterrado, en la cual se incluían «diversas composiciones de alcance político y factura romántica, inspiradas en el ideal separatista». Zenea es allí, de los poetas vivos antologados, el de mayor importancia.

     La representación femenina de nuestro segundo romanticismo recae en Luisa Pérez de Zambrana. Su primer libro comenzó a circular en la primavera de 1857, pero ya sus poemas andaban en las páginas de algunas publicaciones orientales y de otras provincias en años anteriores. Su vocación poética nace de una profunda necesidad humana ajena a la literatura, de ahí que se observe en su trayectoria una fidelidad casi absoluta a su modo de sentir. Su hermana, Julia Pérez y Montes de Oca, ocupa también un lugar destacado en la poesía cubana, Luisa, después de haber casado con Ramón Zambrana, se trasladó a la capital e hizo vida literaria. Ella y su hermana, como también Zenea, participan en las reuniones literarias que se efectuaban en casa de Nicolás Azcárate. Esta tertulia alcanzó bastante resonancia al publicarse en dos tomos las Noches literarias (1866), donde se recogían los textos allí leídos y comentados. Estas reuniones llegaron a ser para el segundo romanticismo, aunque con mucho menos relieve y trascendencia, lo que las de Domingo del Monte para el primer romanticismo cubano (ver TERTULIAS).

     En el marco general del romanticismo, juegan una inestimable función las colecciones poéticas nacidas al calor de los sentimientos patrióticos. Con anterioridad aludimos a la denominada El laúd del desterrado; ahora no está de más recordar aquella pequeña colección que prologara José Martí, titulada Los poetas de la guerra (1893). Tal vez, de los nombres incluidos sólo merezca alguna atención el zorrillesco José Joaquín Palma. Sin embargo, lo verdaderamente importante y lo que obliga a disminuir las exigencias estéticas, es la posición patriótica del grupo que la integra. Son ellos los poetas de la guerra del 68.

     Arpas amigas (1879) se intitula otra colección que es preciso tener presente. De tónica distinta a la anterior, su importancia consiste -se ha dicho- en haber agrupado, tras la guerra del 68, los poetas de más significación y que representaban una nueva modalidad del romanticismo, más reflexiva y cercana al realismo. Entre los integrantes de dicha colección se destacan los hermanos Francisco y Antonio Sellén, Diego Vicente Tejera y el también pensador Enrique José Varona.

     Teniendo en cuenta la amplitud de las proyecciones del romanticismo, se hace difícil llegar a una definición satisfactoria, incluso circunscrita a Cuba, donde el movimiento asume características peculiares, aunque de menor alcance y complejidad que en la mayoría de los países europeos. Nuestros románticos no podían idealizar el medioevo porque, aparte de carecer el país de una tradición cultural al respecto, se imponía el impacto de las desigualdades y desventajas sociales propias de su condición de cubanos. La exaltación del «yo», en líneas generales y tal como se observa en el romanticismo «ortodoxo», no llega a la hipertrofia entre nosotros. La razón es sencilla: los sentimientos patrióticos venían a ser un freno en tal sentido. En esencia, y por naturaleza, dichos sentimientos implican el amor al prójimo y afirman la importancia del ser colectivo. Así pues, el mito de la superioridad del creador sobre el agregado social tampoco logra establecerse aquí como una característica dominante. No podría decirse lo mismo del triunfo del amor como ideal, que se presenta entre nosotros vinculado casi siempre al sentimiento de la patria y del destierro. De ahí que ocupe tan vasta zona la mujer y el amor en la sensibilidad de aquel momento. En Cuba el romanticismo casi siempre afirma la vida en lugar de exaltar la muerte, y esto sucede porque la exaltación patriótica es uno de los rasgos fundamentales que lo caracterizan.

BIBLIOGRAFÍA

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ROMAY Y CHACÓN, Tomás (La Habana, 21. 12. 1764 - Id., 30. 3. 1849). Comenzó sus estudios en el Convento de Predicadores bajo la tutela de su tío Fray Pedro. Cursó en el Seminario de San Carlos estudios de gramática, retórica y filosofía. Después inició estudios de derecho, que abandonaría para ingresar en la Facultad de Filosofía de la Real y Pontificia Universidad de La Habana. En 1783 obtuvo el grado de Bachiller en Artes. En 1785 ejerció la cátedra de Texto Aristotélico, por lo cual se le otorgó la Licenciatura y el Magisterio en Artes. Se graduó de Bachiller en Medicina en 1789. Fue uno de los iniciadores del Papel Periódico de La Habana (1791). Ese mismo año obtuvo la licenciatura y el doctorado en Medicina, concedidos por haber alcanzado, por oposición, la cátedra de Vísperas (Patología) en la Universidad. En 1793 fue nombrado socio de número de la Sociedad Económica de Amigos del País y redactor del Papel Periódico. Ejerció la medicina en diversas instituciones. Fue tesorero de la Real y Pontificia Universidad (1796-1800, 1802 y 1805). Su memoria sobre la fiebre amarilla le valió el ser socio académico corresponsal de la Real Academia de Medicina de Madrid (1798). En junta ordinaria de la Sociedad Económica fue nombrado miembro de la diputación de censura para los periódicos en 1801. Director de la Junta Central de Vacuna (1804), en ese año introdujo y aplicó la vacuna antivariólica en La Habana. Médico de la Real Familia (1805), socio corresponsal de la Comisión Central de la Vacuna en París y de las Sociedades Económicas de Cádiz, Sevilla y Granada (1816), secretario permanente de la Junta de Población Blanca (1818-1844), decano de la Facultad de Medicina de la Universidad (1832), socio de honor de la Real Sociedad Patriótica (1834) y presidente de su sección de Ciencias Médicas (1835), y director de la Real Sociedad Económica (1842). A Romay se debe la erradicación de la práctica de enterramiento en las iglesias. Introdujo una visión científica de los problemas de la Medicina y combatió el escolasticismo. Estableció la primera clínica médica que hubo en La Habana. Colaboró en el Papel Periódico de la Habana, Diario de la Habana y Diario del Gobierno de La Habana con trabajos en defensa de la vacuna antivariólica. Escribió algunos versos como «Al cabello de Pradina», «A la Casa de Beneficencia» y el soneto «Da espatium vitae, multos da Jupiter annos. A los días del Rey nuestro Señor (Q. D. G)». Utilizó el seudónimo Matías Moro.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Discurso premiado por la Sociedad Patriótica de la Havana, en junta que celebró el día 24 de julio del año 1794. La Havana, Imp. de la Capitanía General [1794]; Discurso sobre los cuatro sugetos [sic] que por sus buenas obras son más acreedores a la gratitud de toda la Isla de Cuba en común, o bien en particular de esta ciudad de La Habana, para erijirles [sic] otras tantas estatuas en el paseo público estramuros [sic] de ella; premiado por la Sociedad Económica de La Habana en sesión de 24 de julio de 1794. 3a. ed. Agregadas algunas notas por el autor. La Habana, Imp. del Gobierno y Capitanía General, 1845. | Discurso que en la Junta General celebrada en la Sociedad Patriótica de la Havana el día 11 de Diciembre de 1794, pronunció el Dr. [...], socio numerario, con motivo de haberse trasladado las niñas educandas de la casa en que estaban interinamente a la Beneficencia. La Havana, Imp . de la Capitanía General, 1794. | Discurso sobre los obstáculos que han impedido progresen las colmenas en la Isla de Cuba, y los medios de fomentarlas. La Havana, Imp. de la Capitanía General, 1797. | Disertación sobre la fiebre maligna llamada vulgarmente Vómito Negro, enfermedad epidémica en las Indias Occidentales, leída en junta de Sociedad Patriótica de la Havana, el día 5 de abril de 1797. La Havana, Imp. de la Capitanía General, 1797. | Elogio del arquitecto gaditano D. Pedro Medina. Leído en junta de la Sociedad Económica de 21 de diciembre de 1797. La Havana, Imp. de la Capitanía General, 1797. | Discurso histórico-moral sobre la fundación y progresos del Hospital San Francisco de Paula de la Havana. La Havana, Imp. de la Capitanía General [1799]. | Elogio del Excelentísimo Señor Don Luis de las Casas y Aragorri, fundador, primer presidente, y socio Honorario de la Sociedad Económica de la Havana. Leído en ella por [...]. La Havana, Imp. de la Capitanía General, 1802. | Vacuna [La Habana, 1804]. | Informe presentado en Junta General, celebrada por la Real Sociedad Económica de la Havana, el 12 de Diciembre de 1895, por el Dr. [...]. Sobre las actividades de la Junta Central de Vacuna. La Habana, Imp. de la Capitanía General [1805]. | Memoria sobre la introducción y progresos de la vacuna en la Isla de Cuba, leída en juntas generales celebradas por la Sociedad Económica de la Havana el 12 de diciembre de 1804. La Havana, Imp. de la Capitanía General, 1805. | Descripción del cementerio general de la Havana. La Havana, Imp. Estevan Joseph Boloña, 1806. | Discurso sobre las sepulturas fuera de los pueblos. La Havana, Imp. de Don Estevan Joseph Boloña, 1806. | Informe presentado en juntas generales celebradas por la Real Sociedad Económica de la Havana el 13 de diciembre de 1806. La Havana, Imp. de la Capitanía General [1806]. | Relación del Obsequio que hizo al Serenísimo Señor Príncipe Generalísimo D. Manuel Godoy, con motivo de su elevación a la dignidad de Almirante General en España e Indias, el Señor Intendente de Exército Don Rafael Gómes Roubaud, Superintendente Director General de la Renta de Tabacos en esta Isla, el 23 de setiembre de 1807. La Habana, Imp. de la Capitanía General [1807]. | Conjuración de Bonaparte y don Manuel Godoy contra la Monarquía Española. La Habana, Imp. del Gobierno, 1808; México, 1808; Lima, 1808; Buenos Aires, 1809. | Informe leído en juntas generales celebradas por la Real Sociedad Económica de la Habana el 15 de enero de 1808. La Habana, Imp. de la Capitanía General, 1808. | Discurso sobre la defensa de Zaragoza. La Habana, Imp. del Gobierno, 1810. | Descripción de los ornatos y del baile público con que el Real Consulado, cuerpos y vecinos de la Habana, solemnizaron el triunfante regreso del Rey Nuestro Señor D. Fernando VII. La Habana, Imp. de Arazoza y Soler, 1814. | Memoria sobre la introducción de la vacuna en la isla de Cuba. La Habana. Imp. del Gobierno, 1815. | Elogio del Dr. D. Eusebio Valli, médico ordinario del Hospital Militar de Dijon, individuo de la Academia Virgiliana de Mantua, de la Sociedad de Medicina de Venecia, del Colegio médico de Edimburgo, &c. &c. Leído en junta ordinaria de la Sociedad Económica de esta ciudad el 22 de noviembre de 1816 por [...]. La Habana, Oficina de Arazoza y Soler, 1816; 2ª ed. La Habana, Imp. del Gobierno, 1844. | Ciudadanos de esta provincia [Manifiesto]. La Habana, Imp. de Arazoza y Soler, 1820. | Obras escogidas. Precedidas de una «Noticia histórico-biográfica» de su vida y escritos por Ramón Francisco Valdés. La Habana, Imp. del Gobierno y Capitanía General por S. M. Imp. El Iris, 1858-1860. 4 t. en 2 v. | Obras completas. Trabajos científicos, políticos, literarios y otros, compilados por José López Sánchez. La Habana, Academia de Ciencias de la República de Cuba. Museo Histórico de las Ciencias Médicas «Carlos J. Finlay», 1965-1966. 2 t.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Abascal, Horacio. Labor de Romay en la Sociedad Económica de Amigos del País. (Separata de la Revista Bimestre Cubana). La Habana, 1950. | Augier, Ángel. «Tomás Romay», en Pueblo y Cultura. La Habana, (29): 42-45, nov., 1964. | Bueno, Salvador. «Tomás Romay, introductor de la vacuna», en su Figuras cubanas. Breves biografías de grandes cubanos del siglo XIX. La Habana, Comisión Nacional Cubana de la UNESCO, 1964, p. 319-324. | Costales y Govantes, Manuel. Elogio de Tomás Romay, socio de honor y mérito de la Sociedad Económica de Amigos del País, leído en junta general y pública de 15 de diciembre de 1949. La Habana, Imp. del Gobierno, 1850. | García Mayo, Manuel. La introducción de la vacuna en Cuba. La Habana, Editorial Alfa, 1938. | García Pons, César. «Tomás Romay», en Bohemia. La Habana, 41 (14): 30-31, 112-114, abr. 3, 1949. | López Sánchez, José. «Tomás Romay en la Sociedad Económica»> en Tomás Romay: Apuntes biográficos y discursos. Recopilación y pról. de [...]. La Habana, Publicaciones del Ministerio de Educación. Dirección de Cultura, 1950, p. 23-160; Vida y obra del sabio médico habanero Dr. Tomás Romay Chacón. La Habana, Editorial Librería Selecta, 1950; Tomás Romay and tbe yellow fever [s. l]. 1951; Tomás Romay, iniciador del movimiento científico cubano. La Habana, Comisión Nacional de la Academia de Ciencias, 1964; Tomás Romay y el origen de la ciencia en Cuba. 2ª ed. revisada. La Habana, Academia de Ciencias Médicas, 1964. | Monal, Isabel. «Tomás Romay y la lucha científica contra el escolasticismo en Cuba», en Universidad de La Habana. La Habana, (184-185): 21-40, mar.-jun., 1967. | «Necrología. El Dr. D. Tomás Romay», en Diario de la Marina. La Habana, 6 (78): [2-3] abr. 1, 1849. | Piedra de Barrera, Obdulia. «Dr. Tomás Romay», en su Grandes de la Patria. Apuntes biográficos sobre cubanos notables. La Habana, Imp. La Propagandista, 1927, p. 19-23. | Presno, José Antonio. Homenaje a la memoria del Dr. Tomás Romay. La Habana, La Propagandista, 1937. | Rodríguez Expósito, César. Bicentenario de Tomás Romay. 1764-1849. La Habana, Ministerio de Salud Pública, 1964. | Roig de Leuchsenring, Emilio. «En el centenario de Tomás Romay», en Sanidad y Beneficencia Municipal. La Habana, 9 (1): 20-24, ene.-mar., 1949. | Rosain, D. D. «Biografía del Dr. D. Tomás Romay y Chacón», en Crónica Médico-Quirúrgica de la Habana. La Habana, 2 (3): 151-154, mar., 1876. | Suárez y Romero, Anselmo. «Tomás Romay», en Tomás Romay. Apuntes biográficos y discursos. Recopilación y pról. de José López Sánchez. La Habana, Publicaciones del Ministerio de Educación. Dirección de Cultura, 1950, p. 15-22. | Tomás Romay. La Habana, Editorial Nacional de Cuba. Editora del Ministerio de Educación, 1964. | Tomás Romay. Apuntes biográficos y discursos. Recopilación y pról. de José López Sánchez. La Habana, Publicaciones del Ministerio de Educación, Dirección de Cultura, 1950. | Tro, Rodolfo, R. Pérez de los Reyes y Margarita Íñiguez. Biografía de Don Tomás Romay. La Habana, 1950 [Texto mecanografiado].

Rosa Blanca, La (La Habana, [ ¿1947-1954?]). «Boletín oficial de la Orden de la Rosa Blanca», se lee en el ejemplar más antiguo consultado (número 18), correspondiente a septiembre de 1948. En ese momento se publicaba bajo la dirección de Carlos A. Martínez-Fortún. María Luya Jiménez fungía como jefe de redacción. Con el número 49, de abril de 1951, cambia de formato y papel, se le agrega el subtítulo de «Mensuario de divulgación martiana» y se señala que Waldo Medina toma la presidencia de la Orden y la subdirección de la revista. El número 70, de enero de 1953, fue dedicado especialmente al centenario del nacimiento del Apóstol y publicó numerosas contribuciones de jóvenes estudiantes. Presentó siempre, a lo largo de su publicación, el siguiente pensamiento martiano debajo del titulo: «El primer trabajo del hombre es reconquistarse.» Su contenido fundamental era la reproducción del epistolario martiano, poemas de Martí o sobre Martí y diversos trabajos en torno al Apóstol, de interpretación de su pensamiento, su vida y su obra, su vinculación con otras figuras, etcétera. Incluía también reseñas de libros martianos o de autores cubanos en general, así como las actividades desplegadas o dirigidas por la Orden. Tenía secciones fijas. «Divulgación martiana», «Interpretación martiana», «Acción martiana». Sus principales colaboradores fueron Manuel Isidro Méndez, Waldo Medina, Fermín Peraza, Antonio Martínez Bello, Marta Vignier y Gaspar Betancourt. Publicó poemas de Agustín Acosta, Luis Pavón, Nildo Pou. El último ejemplar consultado (número 83) corresponde a febrero de 1954.

ROSALES MORERA, Antonio (Santa Clara, 31. 6. 1844-Id., 21. 4. 1902). Cuando tenía diez años quedó huérfano de madre; aprendió entonces el oficio de artesano, con el que comenzó a ganarse la vida. Independentista, se incorporó a la insurrección del 68. Su oda «A la Francia» (1870 ó 1871) fue celebrada por Villergas en El Moro Muza. Otros poemas suyos fueron sus odas «A las paraguayas» y «Al progreso». Dedicó una oda a «Bolívar» que fue premiada en un certamen de la Sociedad «La Tertulia», de Villaclara. Colaboró además en El Pueblo y La Patria, de Sagua la Grande (Las Villas), y en El Republicano, de Santa Clara. Fue detenido y enviado a España, donde permaneció durante más de dos años. Radicó en Villaclara la mayor parte de su vida.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Murmurios del Saguas. Poesías. Pról. de F. A. Bonet. Sagua la Grande (Las Villas), Imp. El Comercio, 1872. | Los mambises. Madrid, 1874. | Páginas literarias. Escritas en prosa y verso. Pról. de Manuel F. León. Sagua la Grande, Imp. El Comercio, 1882. | Acordes de la lira. Libro escrito en prosa y verso [Sagua la Grande], 1883. | El pretendiente obstinado [Comedia] [Sagua la Grande], 1883.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Cortina, José Antonio. «Miscelánea. Páginas literarias», en Revista de Cuba. La Habana, 13 : [281] 1883. | García Garófalo Mesa, M[anuel]. «Antonio Rosales Morera», en su Los poetas villaclareños. La Habana, Imp. J. Arroyo, 1927, p. 110-111.

ROSAS, Julio (San Antonio de los Baños, Habana, ?.1839 Id., 8. 12. 1917). Su verdadero nombre era Francisco Puig y de la Puente. Estudió filosofía en la Universidad de La Habana. También matriculó la carrera de medicina, pero la abandonó para dedicarse a la enseñanza. Estuvo vinculado a las conspiraciones contra la metrópoli española. En 1856 emigró a España. Trabajó en periódicos y revistas españoles. A su regreso a La Habana continuó colaborando en las publicaciones de la época. Su actividad literaria comenzó en El Contribuyente (La Habana), que reprodujo su novela de tema indio Flor del corazón. Publicó también artículos sobre reformas en Cuba. La campana del ingenio, novela abolicionista que denuncia los horrores de la esclavitud en las fincas azucareras, apareció en el semanario habanero La Razón (1883-1884). Su obra comprendía además narraciones románticas, costumbristas y de tema político. Colaboró en las publicaciones habaneras El Eco del Comercio, El Gorro Frigio, El Curioso Americano. Dirigió La Voz de Colón. Otras novelas suyas son La choza de Julia y El mulatico Julio. En San Antonio de los Baños redactó, en 1886, el semanario literario La Joven Cuba, publicación que reaparecería más tarde (1889) en forma de pequeños tomos cuatrimestrales, donde dio a conocer su Paseo por el río Ariguanabo. Durante la Guerra de Independencia (1895-1898) emigró a Cayo Hueso. Dejó inéditas una biografía de Salvador Cisneros Betancourt y parte de la novela El cafetal azul, que pensaba publicar en ocho tomos. Utilizó también el seudónimo Un filántropo abolicionista.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

La tumba ignorada. Leyenda cubana. Cádiz (España) 1855. | Julia, la hija del pescador. Novela [s. l.]: 1856; 2ª ed. La Habana, 1859. | La tumba de azucenas. Novela [s. l.], 1856; 2ª ed. La Habana, 1859; 3ª ed. La Habana, 1860. | Flor del corazón. Novela india. Cádiz, 1857; 2ª ed. Id., 1858; 3ª ed. La Habana, 1859; 4ª ed. Id., 1860. | La joven Esmeralda. Memorias de un estudiante de medicina. La Habana, El Eco del Comercio, 1859. | Lágrimas de un ángel. Novela. La Habana, 1859; 2ª ed. La Habana, 1860; La Habana, Est. Tip. La Cubana, 1861. | Graziela. Novela. Guanajay (Pinar del Río), Imp. El Destello, 1863. | Magdalena. Novela. Guanajay, Imp. El Destello, 1863. | La campana de la tarde; o, Vivir muriendo. Novela cubana. La Habana, Imp. El Altar de Guttemberg, 1873. 3 t. | Los cocuyos. La Habana, Imp. El Altar de Guttemberg, 1873. | Amor a la Patria, páginas de un desterrado. San Antonio de los Baños (Habana), Imp. La Protección, 1888. | Discurso en la velada política del 1º de diciembre de 1888 en el «Círculo de Artesanos». San Antonio de los Baños, Imp. La Protección, 1889. | Paseo por el río Ariguanabo. San Antonio de los Baños, Imp. La Protección, 1889-1890 (La joven Cuba, 1-2) | Discurso de Julio Rosas en la velada de Heredia (22 de mano 1890), del Círculo de Artesanos de S. Antonio Abad de los Baños. San Antonio de los Baños, Imp. La Protección, 1890.| La joven Cuba. Obras de escritores cubanos. San Antonio de los Baños, Imp. de Sánchez, 1894. | Mi odio a España. Cayo Oeste (Key West), Florida (Estados Unidos), Imp. La Propaganda, 1897 (La Joven Cuba. Galería de escritores cubanos). | La isla sangrienta [Obra política]. San Antonio de los Baños, Imp. La Patria [1897?] (La joven Cuba. Galería de escritores cubanos). | Culto a la verdad. Cayo Oeste (Key West), 1898. | Narciso López en Cárdenas. Fragmento de la novela política cubana El cafetal azul por [...]. La Habana, Tipografía El Fígaro, 1903. | Cuba Revolucionaria. Reseña histórica de 1826 a 1868. Fragmento de la novela política inédita El Cafetal Azul por [...]. Guanabacoa (La Habana), Imp. de Aymerich, 1906-1910. | Los dos primeros Patriotas. Guanabacoa, 1907. | Francisco Vicente Aguilera. Fragmento de una biografía inédita por [...]. La Habana, Imp. de Bohemia, 1916.

RUBALCAVA, Manuel Justo de (Santiago de Cuba, 9. 8. 1769 Id., 4. 11. 1805). Adquirió las primeras letras en la escuela del maestro Escobar. Realizó estudios superiores en el Seminario de San Basilio el Magno, en Santiago de Cuba. Aprendió el latín con su hermano, el presbítero Juan Ángel de Rubalcava, que desempeñaba allí la cátedra de latinidad. Cultivó la pintura y la escultura. Ingresó en la carrera militar. Viajó a Santo Domingo como miembro del Regimiento de Cantabria y participó en la toma de Bayajá. En 1793 hizo un viaje a Puerto Rico, donde permaneció un año. En 1796 vino a La Habana y trabó amistad con el poeta y también militar Manuel de Zequeira y Arango. Colaboró en El Noticioso, de Manuel Moría Pérez. Autor de la «Silva cubana», escribió además sonetos y otras composiciones sobre temas morales y bíblicos. Su poema La muerte de Judas fue reproducido en distintos periódicos (Diario de la Habana, El Semanario Cubano, Santiago de Cuba), y en fragmentos, en algunas antologías, como Cuba poética (1861), de Fornaris y Luaces, y Parnaso cubano (1881), de Antonio López Prieto. Tradujo a Virgilio.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

La muerte de Judas. Composición heroica en tres cantos [Pról. de D. Manuel María Pérez Rodríguez] [Santiago de] Cuba, Imp. del Real Consulado, 1830; 2ª ed. (Con biografía del autor y juicios críticos de Pedro Santacilia). Id., 1847; Pról. de José Manuel Pérez Cabrera [La Habana], Talleres Gráficos de Cuba Intelectual, 1927. | Poesías de Manuel Justo de Rubalcava. Publicadas por L[uis] A[lejandro] B[aralt]. Pról. del editor [Santiago de] Cuba, Imp. de la Real Sociedad Económica, 1848.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Chacón y Calvo, José María. Los orígenes de la poesía en Cuba. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1913, P. 42-44. | Feijóo, Samuel. «Rubalcaba [sic]», en su Sobre los movimientos por una poesía cubana hasta 1856. La Habana, Universidad Central de Las Villas, 1961, p. 18-20. | González del Valle, Martín. «M. J. de Rubalcaba [sic]», en su La poesía lírica en Cuba. Barcelona, Tipolitografía de Luis Tasso, 1900, P. 61-65. | Lezama Lima, José. «Manuel Justo Rubalcava», en su Antología de la poesía cubana. T. 1. La Habana, Consejo Nacional de Cultura, 1965, p. 336-338.

RUBIERA, Ramón (La Habana, 9. 6. 1894-Id., 11. 5. 1973). Cursó todos sus estudios en La Habana. Se graduó de pedagogía y de idiomas en la Universidad. Comenzó a trabajar en la revista Bohemia en 1917. Fue uno de los integrantes de las tertulias literarias del Café Martí en los comienzos de la década del veinte, conjuntamente con Juan Marinello, Andrés Núñez Olano, José Z. Tallet, Enrique Serpa, Eduardo Abela y otros. Colaboró en la Revista de Avance. Entre 1929 y 1960 ocupó la jefatura de redacción de Bohemia. Fue profesor titular de francés en la Escuela Normal para Maestros de La Habana (1930-1960). Dejó de escribir durante cuarenta años. Entre 1965 y 1968 escribió tres libros que no se han publicado: Sedimento del tiempo, Muestrario versicolor y Arbitraria cosecha.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Los astros ilusorios. Poemas. La Habana, A. Dorrbecker, 1925.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Avilés Ramírez, Eduardo. «Los astros ilusorios», en El Heraldo. La Habana, 3 (388): 11, feb. 9, 1925. | Báez, Paulino G. «Las facetas del ensueño», en Bohemia. La Habana, 11 (16): 6, abr. 21, 1918. | Carbonell y Rivero, José Manuel. «Ramón Rubiera (1894)», en su La poesía lírica en Cuba. Recopilación dirigida, prologada y anotada por [...]. T. 5. La Habana, Imp. El Siglo XX, 1928, P. 390-391 (Evolución de la cultura cubana, 1608-1927, 5). | Lizaso, Félix y José Antonio Fernández de Castro. «Ramón Rubiera», en su La Poesía moderna en Cuba (1882-1925). Antología crítica, ordenada y publicada por [...]. Madrid, Librería y Casa Editorial Hernando, 1926, P. 333-334. | Mañach, Jorge. «Glosas. Los astros ilusorios, de Ramón Rubiera», en Diario de la Marina. La Habana, 93 (66): 1, abr. 11, 1925. | Martínez Villena, Rubén. «Los astros ilusorios», en su Un nombre. Prosa literaria. «Rubén», por [Andrés Núñez Olano]. La Habana, Úcar, García, 1940, p. 107-116. |Valle, Gerardo del. «Gente de hoy. Ramón Rubiera», en Diario de la Marina. La Habana, 96 (238): 2, 3ª sección, ago. 26, 1928. | Vitier, Cintio. «Ramón Rubiera», en su Cincuenta años de poesía cubana (1902-1952). Ordenación, antología y notas por [...]. La Habana, Ministerio de Educación. Dirección de Cultura, 1952, p. 127.

RUIZ, Pbro. Francisco (El Cano, La Habana, 2?. 7?. 1797? - La Habana, 6. 1857). Estudió en el Seminario de San Carlos, donde fue más tarde profesor. Fundó y dirigió El Amigo de la Constitución (1821-1823). Colaboró en la Revista Bimestre Cubana, donde aparecieron publicados sus trabajos «Sinónimos castellanos» (1 (3) : 264-275, 1831), «Economía aplicada a España. Elementos de Economía Política con aplicación particular a España por el marqués de Valle Santoro» (2 (4): 26-42, 1831) y «Enseñanza gratuita» (2 (4): 43-64, 1831). En 1833 formó parte de la comisión creada por Ricafort para observaciones meteorológicas con motivo del cólera morbo. Al año siguiente ingresó en la Academia de Literatura. Profesor de filosofía en varios colegios, entre ellos el de San Cristóbal. Fue miembro de la Sociedad Económica de Amigos del País y, en 1841, su censor. Se ha localizado una carta de recomendación que le dirigiera Félix Varela desde Nueva York, publicada en El Fígaro (La Habana, 10 (16): 213, may. 13, 1894). Era asiduo concurrente a las tertulias de Domingo del Monte y sostuvo Polémica con Manuel González del Valle sobre la moral y la utilidad.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA

Proposiciones deducidas de las doctrinas que se enseñan en la clase de Filosofía del Real Colegio Seminario de San Carlos de la Habana, en las ramas de gravedad o atracción mecánica, hidrostática, acústica, neumática, calórico y electricidad. La Habana, Imp. de José María Palmer, 1838. | Proposiciones deducidas de la doctrina que se enseña en la clase de Filosofía del Real Colegio Seminario de S. Carlos de la Habana, en las ramas de Ideología, Lógica y Moral sobre los cuales han de ser ecsaminados [sic] los alumnos. La Habana, Imp. de Soler, 1841.

Rumbos (La Habana, 1936-[1937]). Revista mensual. Tenía a Juan Jiménez Pastrana como director técnico y a Gabriel Arango Valdés como editor. El número más antiguo que se ha consultado (2) corresponde al mes de noviembre. Aquí, bajo el título «Nuestro primer número», se señala: «La escabrosa tarea de orientación y divulgación social y cultural que hemos iniciado, habremos de mantenerla como una urgente necesidad de superación. Y así, nuestro modesto aporte, habrá de ser un grano de arena más, que se sume a los cimientos de un mundo nuevo, donde los prejuicios no opongan un valladar a la cultura; donde los derechos no se conculquen y restrinjan; donde la igualdad social no sea un mito ...» Publicaba trabajos sobre historia de Cuba, sus héroes y fechas; sobre la mujer y su función social; crónica de viajes; páginas para los niños, modas y cultura física; en torno a la historia y figuras de nuestra literatura; cuentos, poemas y crítica de libros. Destaca en sus páginas lo relativo al negro en trabajos sobre el teatro negro en Estados Unidos y el colegio negro. Publica además amplia reseña y comentario de las conferencias de Salvador García Agüero y Gilberto Valdés sobre la poesía y la música negras en Cuba. Eran sus colaboradores, además, José Luciano Franco, Luis Francisco Guillén, Estrella Aguirre, Ángel Alonso Scull, Gilberto Pérez Castillo, entre otros. Renée Potts y Jorge Casals colaboraron con poesías. El último número publicado corresponde a diciembre de 1936 - enero de 1937.

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