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ArribaActo V

 

Cámara del REY en Jaén. La puerta de entrada a la derecha del actor; la del dormitorio a la izquierda; al lado de esta, otra pequeña; en el foro un balcón grande.

 

Escena I

 

ROBLEDO. RUPÉREZ.

 
ROBLEDO
Pues la cámara del Rey
ya está aseada y compuesta,
vámonos, Rupérez.
RUPÉREZ
Larga
parece que va la gresca
de risotadas y brindis. 5
ROBLEDO
Dos horas hace que almuerzan.
RUPÉREZ
¡Bravamente se desquita
nuestro buen Rey de la dieta
que ha sufrido!
ROBLEDO
¿Has visto tú
quién le acompaña en la mesa? 10
RUPÉREZ
Hernán Rodríguez de Castro,
Villalobos, Castañeda...
ROBLEDO
Harto será que don Pedro
tome parte en esa fiesta.
RUPÉREZ
No. Ya sabes que le ocupan 15
los cuidados de la guerra...
ROBLEDO
Sin duda está meditando
otra militar empresa.
RUPÉREZ
Mal gusto tiene el Infante.
Preferir crudas peleas 20
a placeres y regalos...
¡Ah Robledo! ¡Que no fuera
infante yo de Castilla!
ROBLEDO
No envidiara esa prebenda
si el cielo me reservase 25
el fin que a don Juan espera.
RUPÉREZ
¿No sabes que se escapó?
¡Buen fin por cierto! Ahora empieza.
ROBLEDO
¿Cierto?
RUPÉREZ
El oro puede mucho
y el campo no tiene puertas. 30
ROBLEDO
¿Y adónde?
RUPÉREZ
No sé.
ROBLEDO
Sin duda
a los moros, que es ya vieja
esa costumbre en don Juan.
RUPÉREZ
Anoche llegó la nueva.
ROBLEDO
¿Y el Rey...?
RUPÉREZ
Bramando de cólera
35
puso a precio su cabeza.
Pero, di: ¿no es un portento
cómo ha cobrado la fuerza
y la salud en tres días?
ROBLEDO
Con efecto.
RUPÉREZ
Era muy necia
40
su aprensión. Desde que dijo:
fuera doctor, vida nueva,
venga vino, vengan aves
y echemos a un lado penas,
es otro hombre. Y le has de ver 45
como un rollo de manteca
muy pronto si sigue así.
Y luego dicen que secan
las maldiciones. ¡Bobada!
Y aún habrá sandios que crean 50
porque el otro le emplazó...
Hoy que se cumplen los treinta
está tan sano y tan tieso
que vaya, vaya, simplezas.
ROBLEDO
Mientras el plazo no espire... 55
RUPÉREZ
Ni siquiera lo recuerda...
  —41→  
ROBLEDO
Bien pudo hacer Dios intérprete
de su justicia suprema...
RUPÉREZ
¿A un traidor?
ROBLEDO
La voz del pueblo
atestigua su inocencia, 60
y es voz de Dios.
RUPÉREZ
O del diablo.
Y en fin no seas babieca.
No puede ser inocente
hombre a quien el Rey condena.
ROBLEDO
Basta que lo digas tú. 65
Mas ¿qué rumor...?
RUPÉREZ

 (Acercándose a la puerta de la derecha.)  

¿Quién se acerca?...
¡Cielos! El Rey... Desmayado...
Muerto tal vez... Aquí llega...
ROBLEDO
Y ahora ¿qué dirás, Rupérez?
RUPÉREZ
No sé... Las carnes me tiemblan. 70


Escena II

 

RUPÉREZ. ROBLEDO. El REY. CASTRO. CASTAÑEDA. LEIVA. Caballeros.

 
 

(El REY llega desmayado entre CASTRO, CASTAÑEDA y otros dos caballeros, que ayudados por los dos camareros te colocan en un sillón.)

 
CASTRO
Ayudad...
RUPÉREZ
¡Pobre Señor!
CASTRO
¿Qué haremos?
ROBLEDO
No da señales
de vida.
CASTRO
Traed cordiales...
CASTAÑEDA
Llamad volando al doctor.
 

(Vase RUPÉREZ.)

 
LEIVA

 (Llegando.)  

¿Qué desgraciado accidente...? 75
CASTAÑEDA
¡Mirad, Leiva! Hace un momento
que estaba sano, contento;
y, ya lo veis, de repente...
LEIVA
Sin duda es alferecía.
CASTAÑEDA
Yo presumo que el pulmón... 80
ROBLEDO
Una fuerte indigestión...
CASTRO
Digo que es apoplejía.
CASTAÑEDA
Conduzcámosle a su lecho...
ROBLEDO
El aire libre es mejor.
LEIVA
Alguna reliquia...
CASTRO
¡Error!
85
Un baño le hará provecho.
CASTAÑEDA
Eso es quererle matar.
LEIVA
Ya parece que respira.
CASTRO
Los ojos abre, y suspira.
CASTAÑEDA
Ya los ha vuelto a cerrar. 90


Escena III

 

El REY. CASTRO. CASTAÑEDA. LEIVA. ROBLEDO. RUPÉREZ. Caballeros. El MÉDICO.

 
CASTRO
¡Ah doctor! Está muy malo.
CASTAÑEDA
¡Acudid!
 

(El MÉDICO pulsa al REY y le observa.)

 
LEIVA
¿Teméis que muera...?
CASTRO
¿Qué decís...?
ROBLEDO
(¡Que no le viera
agonizar don Gonzalo!)
MÉDICO
Fiebre mortal le devora. 95
Si el santo Dios de Israel
no hace un milagro con él,
no vive el Rey una hora.
REY
¿Dónde estoy?... ¿Quién es ese hombre?
LEIVA
El doctor...
REY

 (Con voz muy débil que en vano quiere esforzar.)  

¡Oh qué porfía!
100
¿No he dicho que no quería
ni verle ni oír su nombre?
Un leve insulto... No temo
a la muerte. Mi salud...
MÉDICO
Sí, tal vez hay plenitud... 105
Una sangría...
REY
¡Blasfemo!
Ya tu intención adivino.
¡Sangrarme! Es una maldad.
De sus garras me librad.
Prendedle. Es un asesino. 110
LEIVA
Fiad, Señor, en su ciencia
y en su probada virtud.
No miréis vuestra salud
con tan loca indiferencia.
MÉDICO
¡En buena hora por cierto 115
vuestro labio me insultó!
¿Qué interés tuviera yo
en asesinar a un muerto?
 

(Grito general.)

 
¡¡¡Oh!!!
MÉDICO
Quien así me denigra
o merece un desengaño, 120
mas no quiero vuestro daño.
¡Rey!, vuestra vida peligra.
REY
¡Impostor!
MÉDICO
Con noble calma
vuestra cólera provoco,
que arriesgar mi vida es poco 125
porque vos salvéis el alma.
REY
¡Por san Millán!...
MÉDICO
¡Ay de vos
si estos instantes perdéis
y contrito no volvéis
el alma, Fernando, a Dios! 130
Él sólo en trance tan fuerte...
CASTRO

 (Al REY.)  

Permitid que la sangría...
  —42→  
MÉDICO

 (Observando de nuevo al REY.)  

¡Es tarde ya! Serviría
para acelerar su muerte.
Ya aquí es ocioso el doctor. 135
Me dais lástima, y os dejo,
pero tomad mi consejo.
Llamad pronto al confesor.
REY
De Lucifer es tu arte,
mas fuerza habrá que lo enfrene, 140
y si el sacerdote viene
será para excomulgarte.
Prended, matad al villano...
¿No obedecéis? ¿Nadie habrá
que me vengue? ¿No soy ya 145
vuestro Rey? Mi propia mano...
MÉDICO
¡Tu mano! ¡Prueba siquiera
a levantarte de ahí!
REY

 (Pugna sin fruto por alzarse del sillón.)  

¡Desventurado de mí!
¡Soy de mármol! ¡Suerte fiera! 150
Inmóvil el pie y el brazo...
¡Qué recuerdo!... ¡Ah! ¡Muerto soy!
Setiembre... siete... ¡Hoy es...! ¡Hoy
se cumple el horrendo plazo!
Y mi ciego desvarío... 155
¡Oh perdón!... Sángrame, sí.
Haz lo que quieras de mí.
¡Piedad!... ¡Dios mío! ¡Dios mío!
MÉDICO

 (A los caballeros.)  

Cuidadle. Vuelvo volando.

 (Vase corriendo.)  



Escena IV

 

El REY. CASTRO. CASTAÑEDA. LEIVA. ROBLEDO. RUPÉREZ. Caballeros.

 
REY
¡Confesor!
CASTRO
Pues lo queréis,
160
el vuestro...
REY
No le llaméis.
Yo os lo ruego; yo os lo mando.
Cortesano, falso amigo,
sobrado indulgente fue;
¡y ahora que morir me ve 165
será inflexible conmigo!
ROBLEDO
Si Vuestra Alteza prefiere
un buen religioso...
REY
Sí;
que venga.
 

(Vase apresurado ROBLEDO.)

 
CASTRO

 (Aparte a los dos caballeros.)  

¡No estar aquí
don Juan cuando el Rey se muere! 170


Escena V

 

El REY. CASTRO. CASTAÑEDA. LEIVA. El MÉDICO. Los dos caballeros.

 
MÉDICO

 (Trae una bebida que presenta al REY.)  

Esta bebida tomad,
Señor, que acaso restaure
vuestras abatidas fuerzas.
REY
Sí, sí. Dámela al instante.

  (La toma.)  

Consuelo me da el licor. 175
Bien me sienta, bien me sabe.

 (Lo apura.)  

Mi espíritu se recobra;
más libre el pecho me late
y la esperanza halagüeña...
Jurara que mi semblante 180
se reanima...
CASTRO
Sí, Señor.
REY
¡Ah doctor! Eres un ángel.
MÉDICO
Dad, Señor, gracias al cielo
que por mi mano ignorante
os quiere fortalecer 185
en este terrible trance.
REY
No; ya no... Mejor me siento...
Ya es excusado que llamen
al confesor...
 

(El MÉDICO le pulsa.)

 
¿Eh? ¿Qué dices?
MÉDICO
Que temo no venga tarde. 190
REY
¿No digo que estoy mejor?
¡Qué empeño de desahuciarme!
Si esa bebida me alienta,
otra que tú me prepares
espero que en breves días 195
me restablezca y me sane.
MÉDICO
Señor, no basta mi ciencia
a curar un mal tan grave,
tan singular, que ni acierto
siquiera a calificarle. 200
Mal con que el cielo a los dos
quiere mostrar cuánto es frágil
la humana naturaleza
y cuán pequeño el alcance
del humano entendimiento. 205
REY
Mi buen doctor, tú no te haces
justicia. ¡A cuánto infeliz
de los brazos no arrancaste
de la muerte! Lo que hiciste
por cualquiera miserable, 210
¿no lo has de hacer por tu Rey?
¡Oh! Yo haré cuanto me mandes.
Si he sido hasta ahora indócil,
no culpes a mi carácter;
culpa a esa turba servil 215
—43→
que te calumniaba infame.
 

(Movimiento de indignación en los cortesanos.)

 
CASTAÑEDA

 (A los otros aparte.)  

¡Aprended!
REY
Sé generoso,
olvida injustos desaires,
y vuélveme la salud...,
¡la vida! ¡Sálvame, sálvame! 220
¿Quieres riquezas en premio
de beneficio tan grande?
Yo mandaré que a tu voz
se abran las arcas reales.
¿Ambicionas por ventura 225
honores y dignidades?
Yo haré que los ricos-hombres
te obedezcan y te acaten.
Tú no serás mi vasallo,
sino mi amigo, mi padre... 230
¡Ah!... La luz falta a mis ojos...
Otra vez... postrados caen...
mis miembros...
ROBLEDO

 (Anunciando.) 

El religioso.
MÉDICO
Cortos son ya los instantes
de su vida, y Dios los pide. 235
Con su ministro dejadle
en libertad.
 

(ROBLEDO introduce a un fraile dominico por la puertecilla inmediata a la del dormitorio. El RELIGIOSO, cubierto con la capucha y con la cabeza baja, se para a muy corta distancia de la puerta.)

 
LEIVA
¡Desdichado!
(Haré que a su hermano llamen.)
 

(Todos se retiran por la puerta de la derecha. El RELIGIOSO la cierra.)

 


Escena VI

 

El REY. El RELIGIOSO.

 
REY
¡Morir! ¡No hay ya remedio ni esperanza!
RELIGIOSO
¡No! Dios te llama al tribunal eterno, 240
y, juez inexorable, en su balanza
los actos pesará de tu gobierno.
REY
¡Ay del que ha provocado su venganza!
RELIGIOSO
Y la muerte olvidaba y el infierno,
do no hay juez que se venda al depravado 245
ni púrpura que cubra su pecado.
REY
Presa de la ambición mi cetro ha sido.
RELIGIOSO
En sangre se tiñó de la inocencia.
REY
Consejos de un traidor me han seducido.
RELIGIOSO
¿Y nada te decía la conciencia? 250
REY
¡Perdón, Dios de bondad, y arrepentido
yo viviré en humilde penitencia!
RELIGIOSO
No aplaca ese terror al Dios que adoro
sino de ardiente contrición el lloro.
Si has de mentir al cielo, no le nombres. 255
Tanto vale ultrajarle maldiciente.
Engañar no podías a los hombres,
¿y engañarás a Dios omnipotente?
REY
¡Piedad! De mi flaqueza no te asombres.
Viva o muera, le adoro penitente. 260
Él te envía a salvarme y yo contrito...
RELIGIOSO
¡Él me envía a acusarte! ¡Sí, precito!
Mal hijo, mal esposo, rey cruento,
ya decretar tu pena al cielo plugo.
Por mí te acusa el pueblo descontento 265
que agobiado gimió bajo tu yugo.
Tus víctimas por mí con sordo acento
gritan: ¡execración, muerte al verdugo!
Por mí, cumplido el plazo que te asombra,
te habla de Carvajal la indulta sombra. 270
REY
Tal vez, ¡ay! si en mi pecho penetrara
esa sombra cruel se aplacaría;
—44→
¡y el ministro de Dios que desde el ara
a confortar mi espíritu venía,
en el trance mortal me desampara, 275
y tal vez me escarnece en la agonía!
RELIGIOSO
No soy quien me ha juzgado tu delirio.

  (Descíñese el hábito y se acerca más al REY.)  

Mírame bien.
REY
¡Gonzalo!... ¡Atroz martirio!
GONZALO CARVAJAL
No ha permitido Dios que tu cuchilla
abriese a tres hermanos una losa. 280
Aún late aquí, tirano de Castilla,
sangre de aquella raza generosa.

 (Saca un puñal.)  

¿Ves este acero que desnudo brilla?
Venganza le aguzaba rencorosa.
Yo, fiador de tu tremendo plazo, 285
la esperaba de Dios... y de mi brazo.
REY

 (Moribundo.)  

Clávamelo; no escondas el acero,
que no será..., cual mi dolor, impío.
¡Buen Dios!... Acoge mi pesar sincero...
¡Madre!... ¡Esposa!... ¡Hijo mío!... ¡Alfonso mío!... 290
¡Nadie me escucha!... Abandonado muero...
¡Señor, misericordia! En vos... confío...

  (Logrando incorporarse y dirigiéndose a GONZALO, grita.)  

¡Perdón!

  (Da con el en el suelo, y apoya espirante la cabeza en el sillón.)  

GONZALO CARVAJAL
Sí, desgraciado, que mi encono
contigo espira.

 (En alta voz y con tono solemne poniendo la mano sobre la cabeza del REY.)  

¡Rey, yo te perdono!

 (Vuélvese a cubrir rápidamente, abre la puerta de la derecha y se desvía de ella.) 



Escena VII

 

DON GONZALO CARVAJAL. DON PEDRO.

 
DON PEDRO

 (Adelantándose a todos.)  

¿Muerto...?
GONZALO CARVAJAL

 (Mostrando el cadáver del REY.)  

¡Mirad! Dios es justo.
295

  (Desaparece por la puertecilla de la izquierda.)  



Escena VIII

 

DON PEDRO. CASTRO. CASTAÑEDA. LEIVA. El MÉDICO. ROBLEDO. Caballeros. Criados.

 
 

(Llegan todos apresurados. El MÉDICO reconoce el cuerpo.)

 
DON PEDRO

 (Acercándose.)  

¡Fernando mío!
MÉDICO
Ya es muerto.
DON PEDRO
¡Pobre hermano! ¡Con mi sangre
—45→
quisiera animar tu cuerpo!
 

(Los grandes forman dos corrillos, y hablan entre sí muy animados: CASTRO y LEIVA en el uno; CASTAÑEDA en el otro. DON PEDRO y el MÉDICO permanecen silenciosos al lado del sillón.)

 
CASTRO

 (En voz baja a los suyos.)  

Era un tirano.
CASTAÑEDA

 (Aparte a sus parciales.)  

Era un monstruo.
LEIVA
¿Y a un niño daréis el cetro? 300
CASTAÑEDA
Proclamemos a don Juan.
CASTRO
Demos el trono a don Pedro.
ROBLEDO

 (Entrando.) 

A la puerta del palacio
se agrupa impaciente el pueblo...
DON PEDRO

 (A LEIVA.) 

Traed el pendón de Castilla. 305
 

(Vase LEIVA corriendo.)

 
CASTRO

 (Aparte a los de su bando.)  

Rey se declara. Esto es hecho.
Yo a su lado...
 

(CASTRO y sus parciales se dirigen hacia donde está DON PEDRO.)

 
CASTAÑEDA

 (Aparte a los suyos.)  

¡Usurpador!...
DON PEDRO

 (Tomando el pendón de manos de LEIVA, que entra con él.)  

Abrid el balcón, Robledo.
 

(Abre ROBLEDO el balcón, y DON PEDRO se acerca a él. Óyese sordo murmullo de multitud curiosa.)

 
¡Pueblo! Don Fernando el Cuarto
murió. Dios solo es eterno. 310
Mas si Fernando no vive,
vive el Rey en su heredero.
A Dios, el alma del padre;
al hijo, el dosel supremo.
 

(Tremolando el estandarte.)

 
¡Real, Real, Castilla, Castilla 315
por don Alfonso el Onceno!





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