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ArribaAbajoActo IV

 

Arboleda en las inmediaciones de Jaén, que termina en una quinta, cuya fachada y puerta principal se ven en el foro. Habrá algunos bancos de césped.

 

Escena I

 

El REY. DON JUAN. El MÉDICO. CASTRO. CASTAÑEDA. Caballeros.

 
 

(El REY, pálido, doliente, melancólico, pasea lentamente sostenido en los brazos de CASTRO y el MÉDICO. DON JUAN y los demás caballeros le siguen.)

 
REY
Más despacio, más despacio.
Hoy apenas tengo aliento
para moverme.
CASTAÑEDA

 (Aparte a DON JUAN.)  

Hoy está
de remate. Aquel aspecto
es mortal. Creo que pronto 5
vacará en Castilla un cetro.
Preparaos...
DON JUAN
¡Oh si fuera
aquel pronóstico cierto!
Pero es quimera. Jamás
he creído yo en agüeros 10
ni profecías.
CASTRO
No obstante,
desde el trágico suceso
de Martos, un solo día
de salud y de sosiego
no ha lucido para el Rey, 15
y su mal es más acerbo
cuanto más se acerca el fin
del terrible emplazamiento.
REY
¡Ah!... No puedo más...
MÉDICO
Sentaos.
Basta por hoy de paseo. 20
 

(Ayudado por el MÉDICO y CASTRO se sienta el REY en un banco.)

 
REY
¿Tan escasa es vuestra ciencia,
doctor, que no halláis remedio
para esta fiebre tenaz
que me consume?
MÉDICO
No advierto
síntomas graves aún. 25
Al contrario, va en descenso
la calentura. Los aires
de Jaén, a lo que observo,
os mejoran.
REY
Bien hicisteis
en sacarme de aquel pueblo 30
de maldición. Pero ¿adónde,
adónde iré que el siniestro
fantasma de aquella peña
no me aterre?
DON JUAN
Esos recuerdos
acrecientan vuestro mal. 35
Lanzadlos del pensamiento.
REY
¿Esperáis curarme pronto?
MÉDICO
Si no hacéis ningún exceso
y procuráis desechar
esos terrores funestos, 40
en breve, mediante Dios,
que os restablezcáis espero.
REY
¿Cuándo?
MÉDICO
Señor, no es posible...
REY
¿Cuándo?
MÉDICO
Eso, lo sabe el cielo.
REY
¿Y tú no?
MÉDICO
No llega a tanto
45
mi ciencia.
REY
Pues ¿qué es un médico?
¿De qué aprovecha, si ignora
lo que no sabe el enfermo?
MÉDICO
La práctica y el estudio
no siempre son del acierto 50
prendas seguras, que todo
al error está sujeto
en el mundo. Conocida
la enfermedad...
REY
¡Por san Pedro!
¿Necesito yo un doctor 55
para saber que padezco?
CASTRO
No os inquietéis.
MÉDICO
Dadme pues
licencia, si aquí mi celo
es inútil.
REY
Esperad.
Tenéis entrañas de perro. 60
¿Queréis dejarme morir?
MÉDICO
Si no domáis ese genio,
vos mismo os daréis la muerte.
REY
Veintisiete años no cuento
todavía, y ¡verme así!... 65
¡Y envidiar al más abyecto
de mis vasallos, yo Rey;
yo cuyo poder supremo
del mar cántabro se extiende
hasta el gaditano estrecho! 70
¡Yo para el placer nacido,
yo a quien nadie pone freno,
—33→
ni lanzar puedo un venablo
contra el jabalí soberbio,
ni sobre dócil bridón 75
señorearme caballero,
ni alegrarme en los festines,
ni triunfar en los torneos,
ni en voluptuosos delirios
el trono olvidar y el tiempo! 80
Si fueras tú quien yo soy
y viéraste cual me veo,
tú te desesperarías
como yo me desespero.
MÉDICO
No hay medicina en el mundo 85
contra ese fatal despecho,
si la razón no lo ahuyenta.
La razón... Bien; te obedezco,
pues mandar al alma quieres
sobre atormentar el cuerpo. 90
MÉDICO
Yo, señor...
REY
¡Y a los monarcas
llama tiranos el pueblo!
Nunca fueron tan tiranos
los reyes como los médicos.
¿Qué me ordenas?
MÉDICO

 (Pulsándole.) 

Por ahora
95
nada, pues tranquilo os veo,
y el pulso es menos frecuente;
y pues no es grata a los siervos
la presencia del tirano,
aquí en libertad os dejo; 100
mas cuando decline el sol
retiráos, yo os lo ruego;
que en las noches de setiembre
es peligroso el sereno.


Escena II

 

El REY. DON JUAN. CASTRO. CASTAÑEDA. Caballeros.

 
CASTRO
De la boca del doctor 105
al fin ya salió un precepto
tolerable.
CASTAÑEDA
Es un inepto.
CASTRO
Extremado es su rigor.
CASTAÑEDA
Si él os ha de dar auxilio,
no esperéis...
CASTRO
¿Cómo podría
110
curaros de hipocondría
si es más serio que un concilio?
CASTAÑEDA
Su sistema os empeora
cada día.
CASTRO
Y, vamos claros,
acaso para mataros 115
le pague mano traidora.
REY

 (Cavilando.)  

Hoy lunes... ¿Cuántos del mes?
CASTRO
¡Eh, señor!...
REY
¿Cuántos, don Juan?
DON JUAN
Cuatro.
REY
¿Cuatro días van?
¡Ya sólo me quedan tres! 120
¡El jueves! ¡Terrible jueves!...
DON JUAN
Desechad...
REY
¡Horas amargas!,
¡para el tormento tan largas,
para la vida tan breves!
Ya la voz de Dios retumba, 125
ya en mí descarga su brazo,
ya me acuerda el negro plazo
Carvajal sobre la tumba.
¡Ni esperanza, ni perdón!
¡Ni el empíreo, ni el infierno 130
borrarán del libro eterno
mi día de maldición!
CASTRO
Vano terror os fascina.
CASTAÑEDA
¿Dais crédito?...
CASTRO
¡Pesia tal!...
¡Intérprete un Carvajal 135
de la voluntad divina!
DON JUAN
Si cruel fue la sentencia,
horrible la culpa fue.
REY
Yo su crimen no probé...
DON JUAN
Mejor que ellos su inocencia. 140
CASTAÑEDA
Para obrar tal maravilla
¡qué austeros anacoretas!
CASTRO
El tiempo de los profetas
pasó ya para Castilla.
REY
Pienso que tenéis razón. 145
Como ha días que no duermo,
delirio, aprensión de enfermo...
CASTAÑEDA
Pues ¿quién lo duda? Aprensión.
DON JUAN

 (Aparte a CASTAÑEDA.)  

Y a qué fin curarle de ella?
CASTAÑEDA

 (Aparte a DON JUAN.)  

¡Eh! Si Dios contó sus días, 150
ni tristezas ni alegrías
desmentir podrán su estrella.
REY
¿Si yo ahora os excomulgo,
qué servirá mi anatema?
CASTRO
Aquello fue estratagema 155
para sublevar al vulgo.
REY
¡Qué flaqueza! Sí, me río
de esas necias predicciones.
Si valieran maldiciones,
¿qué fuera ya de mi tío? 160
 

(Todos ríen menos DON JUAN.)

 
DON JUAN
Recobrad, aunque a mi costa,
la alegría y la quietud.
CASTRO
Reíd. La risa es salud.
CASTAÑEDA
Os curaréis por la posta.
CASTRO
Y antes que el vital estambre 165
os corte, alejad de aquí
a ese doctor baladí
que os está matando de hambre.
REY
La fiebre...
CASTAÑEDA

 (Tomándole el pulso.)  

Dadme... No hay fiebre.
  —34→  
REY
¿Cierto?
CASTAÑEDA
Al que de esa manera
170
os engaña, yo le diera
de comer en un pesebre.
¿Hay apetito?
REY
Sí; ya...
presumo...
CASTAÑEDA
¡Sea en hora buena!
Pues esta noche, gran cena. 175
El Infante pagará.
DON JUAN
Mi mayor gozo sería...

  (Aparte con CASTAÑEDA.)  

Mirad...
CASTAÑEDA
Os saldrá barata
si, antes que el terror, le mata
una buena apoplejía. 180
REY
Acepto, que sin placer
no me quiero consumir.
No comer por no morir
es morir de no comer.
Afuera el vano terror. 185
Si el plazo se cumple, es justo
que yo me muera a mi gusto
y no a gusto del doctor.
CASTAÑEDA
Ya estáis mejor; ya se ensancha
ese corazón.
CASTRO
Y luego...,
190
si hay damas.
REY
¡Oh si a mi ruego
se rindiera doña Sancha!
No me asustarían plazos
si tanta fuera mi suerte.
Venga en buen hora la muerte 195
como yo muera en sus brazos.
CASTRO
Vos la tenéis en prisión,
y oprimir y amenazar
es mal medio de ganar
un altivo corazón. 200
Fingid que os duelen sus penas,
cuando libre se juzgue
la lisonja la sojuzgue
y dore amor sus cadenas.
REY
Rogar yo sin esperanza 205
cuando el orgullo la ciega
CASTRO
Con el silencio se ruega;
con la paciencia se alcanza.
REY
Hazla venir al instante.
¡Esa mujer es mi signo! 210
CASTRO
Sed primero Rey benigno
y después rendido amante.


Escena III

 

El REY. DON JUAN. CASTAÑEDA. Caballeros.

 
CASTAÑEDA
Apenas rompéis el yugo
de ese médico maldito,
al rostro vuelve el color, 215
cobran los ojos su brillo.
REY
Acertado fue el consejo.
El cuerpo siente más brío
y pensamientos más gratos
en el corazón abrigo. 220


Escena IV

 

El REY. DON JUAN. CASTAÑEDA. LEIVA. Caballeros.

 
LEIVA
¡Albricias, Señor!
REY
¿Qué nueva?...
LEIVA
Alcaudete se ha rendido.
REY
¿Es cierto?
CASTAÑEDA
¡Gloria a Castilla!
LEIVA
Cansados del largo sitio
ayer dieron el asalto 225
vuestros guerreros invictos.
Los que osaron defenderse
pasados fueron al filo
de la espada triunfadora;
los demás gimen cautivos. 230
REY
¡Feliz jornada! ¿Y mi hermano?
¿Cómo no habláis del caudillo?
LEIVA
El Infante mi señor,
dejando leal presidio
en el fuerte conquistado, 235
veloz se ha puesto en camino
con su ejército animoso.
Yo solo le he precedido
corto espacio...
CASTAÑEDA
¿No lo veis?
Todos son ya regocijos. 240
DON JUAN
(No para mí, que pudiera
correr ahora peligro
mi privanza.)
 

(El REY se levanta, y DON JUAN y CASTAÑEDA acuden a sostenerle.)

 
REY
No. Dejadme.
Ya veis que la planta afirmo
sin que me ayudéis. En tanto 245
que otros con capa de amigos
quizá contra mí conspiran,
mi fiel hermano...
 

(Sale SANCHA de la quinta, y se dirige lentamente adonde está el REY.)

 
¿Qué miro!
¡Es Sancha! Dejadme solo.
DON JUAN
Señor...
REY
¡Qué molestia! Idos.
250


Escena V

 

El REY. DOÑA SANCHA.

 
REY
¡Sois vos, doña Sancha! Os veo
y mi ventura no creo;
—35→
que es exceso de indulgencia
honrar con vuestra presencia
a quien se confiesa reo. 255
Si es vuestro objeto, bien mío,
quejaros de mi rigor,
de amor fue mi desvarío,
y pues sabéis qué es amor
que me perdonéis confío. 260
Yo os vuelvo sin condición
la perdida libertad.
Sólo os pido en galardón
que miréis mi ceguedad
con ojos de compasión. 265
DOÑA SANCHA
Sí, no hay duda, estáis muy ciego,
pues en torpe inútil fuego
el alma os dejáis arder,
y a Dios no eleváis el ruego
que desdeña una mujer. 270
Contra firme voluntad
que la cárcel no amedrenta
¿qué vale falsa piedad?
Prefiero vuestra crueldad,
que ella al menos no me afrenta. 275
Cuando de prisión salia
juzgué que ya no os vería,
ni severo, ni clemente;
ya no creí que esa frente
osara alzarse a la mía. 280
Libertad es don de Dios,
mas ni eso quiero de vos;
que el más negro calabozo
sitio es para mí de gozo
si nos separa a los dos. 285
REY
¿Eso merece la fe
del que a tus pies rinde un trono?
Es cierto que te agravié,
¿mas será, Sancha, tu encono
mayor que mi culpa fue? 290
Baste a expiar mi delirio
este horroroso martirio
que me consume letal,
como el recio vendaval
seca las hojas del lirio. 295
Sombra no soy del que fui;
doliente y lánguido muero.
¡Oh! ten lástima de mí,
que sólo la vida quiero
para consagrarla a ti. 300
DOÑA SANCHA
Sí, la imagen de la muerte
veo en tu rostro, y mi suerte
ya no puedo maldecir;
que si amargura es el verte,
consuelo es verte morir. 305
¡Y sordo al remordimiento
fundas en mí tu esperanza!
¡En mí, que soy instrumento
de la divina venganza,
y me gozo en tu tormento! 310
REY
¿Qué has dicho? ¡Tanta ojeriza...!
Libradme, Dios sempiterno,
de esa mujer que me hechiza.
Ese mirar me horroriza;
esa risa es del infierno. 315
¿Quién te trajo a mi presencia?
Tú con venenoso jugo
me diste mortal dolencia...
DOÑA SANCHA
El delito es tu verdugo,
tu veneno es la conciencia. 320
REY
Mas aún puedo tu tradición
castigar...
DOÑA SANCHA
Arma tu mano;
traspásame el corazón.
La muerte es el solo don
que acepto yo de un tirano. 325
REY

 (Saca un puñal.)  

Muere, muere, desdichada...
¡Oh cielo! ¿Qué mano helada...?
¡Aparta! ¡Suelta el puñal!...
Una sombra ensangrentada...
¡La sombra de Carvajal!... 330
¡Oh! ¡Piedad! ¡Piedad! Yo muero.

  (Cae aterrado en un banco.)  



Escena VI

 

El REY. DOÑA SANCHA. DON JUAN. CASTRO. CASTAÑEDA.

 
 

(Todos salen corriendo a socorrer al REY.)

 
DON JUAN
¡Señor!...
CASTAÑEDA
¡Doña Sancha aquí!
CASTRO
¡Y en vuestra mano un acero!
DON JUAN
¿Qué intentó?...
REY
¡Fantasma fiero,
huye! ¡Apartadle de mí! 335
CASTRO
Débil la imaginación
os finge horrible visión.
Sólo veo a una mujer.
¿Qué podéis de ella temer?
Recobrad vuestra razón. 340
CASTAÑEDA
Calla y os mira altanera,
y el corazón rencoroso
descubre su faz severa.
DON JUAN
Si importa a vuestro reposo,
muera doña Sancha.
CASTAÑEDA
Muera.
345
REY
¡No más sangre! ¡Antes mi muerte!
¡No más!
DOÑA SANCHA
Infante de España,
pruebe una mujer tu saña.
Hiérame ese brazo fuerte...,
que es digna de ti la hazaña. 350
REY
¡Ay del que osare ofendella!
Su cabeza haré caer.
Libre sea esa mujer;
mas lleve lejos su huella
donde no la torne a ver. 355
DOÑA SANCHA
Triunfo será para mí
que el terror te inspire así.
Si es piedad, no la agradezco,
porque la vida aborrezco
—36→
como te aborrezco a ti. 360
Ni la estampa de mi pie
quieres ver más, ¡ay dolor!
¿adónde lo llevaré
si me privó tu furor
de cuanto en el mundo amé? 365
Triste, errante, peregrina...

  (Mirando al bastidor de su izquierda.)  

Mas un templo veo allí
sobre fragosa colina.
Él sea mi asilo. A ti
me acojo, bondad divina. 370


Escena VII

 

El REY. DON JUAN. CASTRO. CASTAÑEDA.

 
REY
¡Oh cobardía! ¡Oh flaqueza!
Vida de afán y de angustias,
¿por qué te amo todavía?
¿Por qué me espanta la tumba?
CASTAÑEDA
¿Otra vez la negra imagen 375
de la muerte os atribula?
CASTRO
Señor, sin duda la dieta
vuestro cerebro perturba.
Comed, bebed, alegraos,
que así al diablo se conjura. 380
Mirad, vuestro hermano llega,
y su venida os anuncia
más felices horas...


Escena VIII

 

El REY. DON JUAN. CASTRO. CASTAÑEDA. DON PEDRO. LEIVA. DON MENDO. Oficiales del séquito de DON PEDRO.

 
REY

 (Levantándose.) 

¡Pedro!
 

(PEDRO va a arrodillarse y el REY le abraza.)

 
DON PEDRO
Señor, vuestra planta augusta...
REY
¿Qué haces? No. Ven a mis brazos. 385
DON PEDRO
¡Hermano mío!
REY
¡Oh ventura!
¡Cuánto tu vista anhelaba!
Ella mis penas endulza
y mi pecho fortalece.
DON PEDRO
No esperaba mi ternura 390
en tal estado encontrarte.
REY
Postró mi salud robusta
no sé si obstinada fiebre,
o terror fatal que nunca
debió triunfar de mi esfuerzo; 395
mas tu presencia me cura
de fiebres y de aprensiones,
¡oh hermano, oh firme columna
de mi imperio!
DON PEDRO
En esa dicha
toda mi ambición se funda. 400
¿Vos, tío, no me abrazáis?
DON JUAN

 (Abrazándole tibiamente.)  

Mi afecto se congratula...
(Fuerza es fingir.)
DON PEDRO

 (Al REY.) 

Presos quedan
en el castillo de Andújar
los freiles de Calatrava 405
que temerarios acusan
a su Rey...
REY
No me recuerdes
aquel día de amargura...
DON PEDRO
Yo, soldado, no examino
si fue justa o no fue justa 410
la sentencia. Vos firmasteis,
y vuestra sea la culpa
o la gloria. El labio mío
ni os aplaude, ni os acusa.
REY
Basta.

  (A media voz.)  

Tu hueste ¿es leal?
415
 

(DON JUAN habla aparte con CASTAÑEDA, CASTRO y otros caballeros. LEIVA forma corro con los del séquito de DON PEDRO.)

 
DON PEDRO
Con mi obediencia y la suya
podéis contar.
REY
Está bien.
DON PEDRO
Si hay algún traidor...
REY
Sí. Escucha.
 

(Siguen hablando en voz baja el REY y DON PEDRO.)

 
DON JUAN
¿Qué os parece, ricos-hombres?
Porque ha vencido a una turba 420
de cobardes sarracenos
ya don Pedro no os saluda,
y con su altivo ademán
dijérase que os insulta.
CASTRO
En los fraternos halagos 425
con preferencia se ocupa;
y si el triunfo le envanece
su mocedad le disculpa.
CASTAÑEDA
Mas los nobles que desprecia,
no en una lid, sino en muchas, 430
ya habían ganado palmas
cuando él lloraba en la cuna.
DON JUAN
Habla a Fernando en secreto.
Tal vez su labio os calumnia,
y vuestros cargos y honores 435
quiere dar a sus hechuras.
Tal vez...
REY
Valientes guerreros,
reposad, y a nuevas luchas
—37→
preparad los fuertes brazos
que mi dosel aseguran. 440
 

(Los de la comitiva de DON PEDRO saludan y parten por la derecha.)

 

  (A DON PEDRO apretándole la mano.)  

Adiós, caro hermano.
DON PEDRO
El cielo
la salud te restituya.

  (Vase siguiendo a los suyos.)  

REY

 (A los demás caballeros.)  

Idos. Vos, don Juan, quedaos.
CASTRO
(Don Juan, tu poder caduca.)
 

(Los caballeros entran en la quinta. Empieza a oscurecer.)

 


Escena IX

 

El REY. DON JUAN.

 
REY

 (Sentado.)  

Noble infante don Juan, mi amado tío, 445
mayordomo mayor de mi corona,
vos grande entre los grandes de Castilla,
vos mi maestro, mi fanal, mi norma,
oíd. De vuestras próvidas lecciones
nunca he necesitado como ahora. 450
DON JUAN
Procurar vuestro bien es mi conato.
(Nunca en su labio oí tanta lisonja.)
REY
Esta dolencia que mi cuerpo aflige
llena el alma de afán y de congoja.
Soy pecador y el cielo me castiga. 455
Don Juan, yo debo desarmar su cólera
antes que suelte en la profunda huesa
el peso de esta vida que me agobia.
DON JUAN
Señor, ¿qué habláis de huesa? Largos días
el cielo os guarda de salud, de gloria... 460
REY
Yo daré gracias humillado al cielo
si mí vida benéfico prolonga,
mas cada hora que el cristiano vive
la debe contemplar su última hora.
DON JUAN
(Si devoto se vuelve, soy perdido. 465
Por el menor escrúpulo de monja
me ahorcará sin piedad.)
REY
Los Carvajales
no se apartan, don Juan, de mi memoria.
DON JUAN
Público fue su crimen. Si al proceso
la observancia faltó de leves fórmulas, 470
vil rebelión alzaba la cabeza
y rápida justicia aterradora
la debió sofocar.
REY
¡Fallo terrible,
escarmiento horroroso que la historia
grabará con sangrientos caracteres! 475
Justo sin duda fue pues que lo abona
sincero vuestro labio; mas decidme,

  (Se levanta.)  

¿sólo aquel acto de justicia pronta
me demandaba el cielo?, ¿fue la vara
de esa justicia que don Juan invoca 480
recta siempre en mi mano?, ¿es digno de ella
quien ciego o pusilánime la dobla
al capricho, al temor?, ¿o por ventura
sólo alcanza el poder de mi corona
al flaco, al indefenso, al oprimido?, 485
¿sólo a aquellos hidalgos, cuyas sombras
tal vez han perturbado vuestro sueño,
—38→
la fama infieles súbditos pregona?,
¿no hay ya, don Juan, malvados en Castilla?,
¿ya no teméis que la feroz discordia 490
fíe otra vez sus teas infernales
a alguna mano pérfida y traidora?,
¿no hay alguna cabeza que debiera
a mis plantas caer, bien que orgullosa
tal vez se quiere alzar sobre la mía? 495
¡Tembláis! Quien viera, tío, esa zozobra
diría... Recobraos.
DON JUAN
No... Me inquieta...
sólo vuestra salud...
REY
Mucho os importa;
lo sé, mas la del cuerpo es lo de menos;
la del alma, don Juan, es más preciosa. 500
El cielo por mis culpas irritado
una víctima pide expiatoria.
¡Su voluntad se cumpla!
DON JUAN
¿Y es posible
que así un vano terror os sobrecoja?
¿De qué puede acusaros la conciencia?... 505
REY
No es mi conciencia la que clama ahora.
 

(El teatro es ocupado por soldados de DON PEDRO que acaudilla DON MENDO.)

 
DON JUAN
¿Cuál pues? ¿Será... la mía? Horrible ceño
anubla vuestra frente; en vuestra boca
sonrisa amarga... Hablabais de una víctima...
REY
La víctima sois vos.
DON JUAN

  (Volviendo la cabeza.)  

¡Cielo!... ¡Alevosa
510
tradición! ¡Amigos!...
REY
Gritaréis en vano.
DON JUAN
Señor...
REY
A Dios pedid misericordia.

 (Entra en la quinta.)  



Escena X

 

DON MENDO. DON JUAN. Soldados.

 
DON JUAN
¡Oh don Pedro, don Pedro!... Bien temía...
DON MENDO
Dadme, don Juan, la espada.
DON JUAN
¡En tal deshonra
me he de ver! ¿Dónde están mis lanzas fieles? 515
¿Dónde...? ¡Socorro! Todos me abandonan.
DON MENDO
Daos preso.
DON JUAN

 (Desenvainando la espada.)  

Antes
DON MENDO
Matadle si resiste.
DON JUAN
Tomad.¿Dónde?...
DON MENDO
Al castillo de Carmona.
DON JUAN
Y allí... morir...
DON MENDO
Lo ignoro. Soy soldado.
Sólo callar y obedecer me toca. 520
 

(Al retirarse DON JUAN por la derecha entre los soldados de DON PEDRO, aparece DOÑA SANCHA por la izquierda y, lentamente, se dirige al centro del teatro, alumbrado por la luna.)

 

  —39→  

Escena XI

 

DOÑA SANCHA.

 
    ¿Adónde voy, desdichada?
Cielos, ¿qué ordenáis de mí?
¡Yo os he pedido la muerte
y mi súplica no oís!
Debo acatar vuestras leyes, 525
perdonad si os ofendí;
mas para un ser condenado
a no ver hora feliz
no hay suplicio comparable
al suplicio de vivir. 530
    ¡Ay de mí,
que en hora amarga nací!
    Muerta al mundo y a mí misma
de mi vida en el abril,
ni de amor blandos acentos 535
me pueden ya seducir;
ni la amistad, ni la sangre
me ligan, oh mundo, a ti;
ni la esperanza me alienta
de más grato porvenir, 540
y es el mayor de mis males
no ver a mis males fin.
    ¡Ay de mí,
que en hora amarga nací!
    Si recuerdo que mi infancia 545
meció cuna de marfil,
ni aun me sirve de consuelo
el recordar lo que fui;
que como flor que se agosta
al brotar en el jardín, 550
antes que el aura de vida
la saña del cierzo vi,
y siempre fue mi destino
esperar, temer, gemir.
    ¡Ay de mí, 555
que en hora amarga nací!
    Todo es para mí desierto
en este mundo infeliz.
Sol, que doquiera mereces
mil bendiciones y mil, 560
yo cual ave de la noche
me escondo al verte lucir,
y por vivir a lo menos
de la muerte en el confín,
entre ruinas y sepulcros 565
quisiera sólo vivir.
    ¡Ay de mí,
que en hora amarga nací!
    ¡Oh peña, peña de Martos!
Si el esposo que perdí, 570
víctima de atroz venganza
y de la envidia más vil,
aún yace a tu pie insepulto,
allí está mi mundo, allí.
Volemos. Dios bondadoso, 575
vos mi planta dirigid...
¡Ah! Las fuerzas me abandonan...
¡Lejos de él voy a morir!
    ¡Ay de mi,
que en hora amarga nací! 580
 

(Cae desalentada sobre un banco. DON GONZALO CARVAJAL llega, vestido de peregrino, por el bastidor de la derecha más inmediato a la quinta.)

 


Escena XII

 

DOÑA SANCHA. DON GONZALO CARVAJAL.

 
GONZALO CARVAJAL
(No ha de estar lejos su huella,
que si el informe no miente
de mi leal confidente...

  (Viendo el bulto y acercándose.) 

¡Una mujer!... ¿Será ella?)
DOÑA SANCHA

 (Levantándose asustada.)  

¡Oh Dios! ¿Quién?...
GONZALO CARVAJAL
Solo y sin guía
585
perdí en la noche el camino.
Soy un pobre peregrino...
DOÑA SANCHA

 (Reconociéndole.)  

¡Ah! Gonzalo!
GONZALO CARVAJAL
¡Hermana mía!
 

(Se abrazan.)

 
DOÑA SANCHA
¿Sabes...? ¡Ay!
GONZALO CARVAJAL
Todo lo sé.
No bien llegó a mi noticia 590
la atroz, bárbara injusticia,
cuando a vengarla volé.
Por estos sotos vagando,
a favor de mi disfraz,
juré libertarte audaz 595
de las garras de Fernando;
mas él me excusó esta tarde
tan loca temeridad
dándote la libertad
arrepentido o cobarde. 600
DOÑA SANCHA
¿Qué es libertad sin ventura?
¿Qué es la vida sin mi esposo?
Sólo hay para mí reposo
en su yerta sepultura.
Mas, ¡ay! ni de este consuelo 605
gozarán mis tristes ojos,
que los sangrientos despojos
pasto de fieras... ¡Oh cielo!
GONZALO CARVAJAL
Calma, Sancha, tu aflicción.
De piadoso el Rey se alaba, 610
y no negó a Calatrava
la gracia de un panteón.
DOÑA SANCHA
Allí mi postrer abrazo
—40→
daré con el ay postrero
al bien que amé.
GONZALO CARVAJAL
No. Primero
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Dios cumpla el tremendo plazo.
¿No te anima esa esperanza?
Vive tres días, no más,
y a la tumba llevarás
el placer de la venganza. 620
Yo puedo tal vez en tanto,
mensajero de la muerte,
precioso don ofrecerte
que te bañe en dulce llanto.
DOÑA SANCHA
¿Qué don...?
GONZALO CARVAJAL
Ven a la ciudad.
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Este sitio es peligroso...
Ven al asilo piadoso
que prevengo a tu orfandad.
Sacra urna encierra allí
el corazón que te amó 630
También era amado yo.
El tuyo, ¡oh Juan! para mí.
DOÑA SANCHA
¡Oh cielo!, yo te bendigo.
GONZALO CARVAJAL
Con ambos me quedaría,
mas ¿no eres ya hermana mía? 635
Partiré mi bien contigo.
DOÑA SANCHA

 (Tomando la mano de DON GONZALO.)  

¡Ah! Guíame... ¡Santo Dios,
tiende propicio tus manos
a dos míseros hermanos
que lloran por otros dos! 640



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