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ArribaActo II


Escena I

 

PAULA. DON AGUSTÍN.

 
PAULA

 (Con la mantilla puesta.)  

Sí, mi adorado Agustín,
¡tanta ha sido su insolencia,
tanta su perfidia!
DON AGUSTÍN
¡Paula!
Ten cuenta, por Dios, ten cuenta
con lo que hablas. Pueden ser 5
terribles las consecuencias.
PAULA
No, no me engaño; ni sólo
por una leve sospecha
turbaría yo la paz
de tu alma.
DON AGUSTÍN
¿Quién lo creyera
10
de un amigo!
PAULA
¡Ay, Agustín!
Ya no extraño que pretenda
el vecino hipocritón.
abusar de mi inocencia,
cuando tu mejor amigo 15
¡Ya no hay virtud en la tierra!
¡Oh cuán a tiempo me abriste
los ojos con la fraterna
de esta mañana!
DON AGUSTÍN
Otra vez...
¡Es tanto lo que me cuesta 20
dar crédito a su traición!
Cuéntame otra vez...
PAULA
Vergüenza
me da repetir...
DON AGUSTÍN
No importa.
Te lo suplico y, si es fuerza,
te lo mando.
PAULA
Yo no puedo
25
decirte al pie de la letra
los requiebros temerarios
con que elogió mi belleza.
«Hermosa Paula, ya he visto
a Agustín en la escalera, 30
mas sin visitar a usted
no me voy, que es una deuda
¡tan sagrada!...» Y me llamó
sol y...? ¿Qué sé yo?... Azucena...
Cuando me habló de tu empleo, 35
le pregunté: ¿es para fuera
de Madrid? Y respondió:
«¡No, jamás!, que con la ausencia
de Paulita, ¡ay Dios! Madrid
se quedaría en tinieblas.» 40
¿Qué más dijo? ¡Ah! Que tu dicha
envidiaba... ¡Horrible escena!
Yo me levanté indignada,
pero él, ¡nada!, ni por esas.
¡Qué persecución! Por último, 45
me fugué echando a la puerta
el cerrojo. Hice muy bien;
¿verdad? ¡Las carnes me tiemblan!
DON AGUSTÍN
¡Infame!...
PAULA
Pero ¡por Dios,
mi bien!, que no haya pendencia. 50
DON AGUSTÍN

 (Reprimiéndose.)  

No.
PAULA
Bueno es que le conozcas,
pero..., sin reñir...
DON AGUSTÍN
No temas.
PAULA
Con el desengaño de hoy
no es ya de temer que vuelva...
DON AGUSTÍN
Dices bien. Estoy tranquilo... 55
PAULA
Puedes estarlo de veras,
que en mi tierno corazón
tú solo, tú solo reinas.
DON AGUSTÍN
Lo sé.
PAULA
Y tengo honra, Agustín,
y religión y conciencia. 60
¿Yo faltarte en lo más leve?
¡Yo! ¡Jesús! Primero muerta.
DON AGUSTÍN
Sí, lo creo. ¡Eres un ángel!
Yo obraré con la prudencia
debida... ¿Ibas a salir? 65
PAULA
Sí, a comprar hilos y sedas...,
cintas, agujas, botones...
No quiero que me suceda
otra vez... ¡Oh! Voy a ser,
ya lo verás, muy casera, 70
muy hacendosa. ¿No vienes?
DON AGUSTÍN
No puedo. Tengo unas cuentas
pendientes...
PAULA
Adiós, bien mío.
DON AGUSTÍN
Adiós.
PAULA
Pronto doy la vuelta.


Escena II

 

DON AGUSTÍN

 
¡Buenos estamos, honor! 75
¿Es esta, Ramón, es esta
tu amistad? ¡Necio de mí
que pude creer en ella!
¿Y de qué me quejo? ¿Acaso
no me protege y me emplea? 80
¿Cómo! Por mi linda cara,
sin ninguna recompensa,
—420→
¿sobornará a los porteros,
adulará a Su Excelencia
y sitiará noche y día 85
al oficial de la mesa?
Si él me pidiese dinero
como tantos que comercian
con su poder o su influjo,
¡oh!, sería una bajeza. 90
Mas codiciar la mujer
de un protegido... es moneda
tan corriente... Así será
nuestra amistad más estrecha;
así brillará en la corte 95
esa hermosura modesta
que vive oscura, olvidada,
y así tendrán los poetas
satíricos nuevo asunto
donde lucir su agudeza. 100

 (Suena la campanilla.) 

¡Oh abominación! ¡Oh infamia!
La sangre hierve en mis venas,
y toda la suya es poca
para lavar tanta ofensa.


Escena III

 

DON AGUSTÍN. MARIANA.

 
MARIANA

 (Viene por la puerta de la derecha.)  

De parte de don Ramón 105
Gálvez, este pliego.
DON AGUSTÍN

 (Tomando uno que trae MARIANA.) 

Venga.
Vete.

 (Abre el pliego.)  

MARIANA

 (Yéndose por la izquierda.)  

(Está de mal talante.
¿Si tendrá alguna sospecha...?)


Escena IV

 

DON AGUSTÍN.

 
El despacho consabido...
¡Oh! Cumple bien sus promesas. 110
Lo haré pedazos... Pero esto
ha de ser en su presencia.
Una carta.

 (Lee.)  

«Amigo mío,
estamos de enhorabuena.»

 (Interrumpiendo la lectura.) 

¡Estamos!... Sí, ya comprendo... 115
¿Habrá mayor desvergüenza?

 (Vuelve a leer.)  

«Me apresuro a remitirte
el despacho. Estoy de priesa.
Luego te hablaré de asuntos
que a los dos nos interesan.» 120

 (Suspendiendo otra vez la lectura.)  

¡Traidor! Ya estará fraguando...

 (Concluyendo de leer.)  

«Adiós. Tuyo siempre.» Et caetera.

 (Guarda los papeles.) 

Volaré en su busca. ¡Aleve!
No esperas tú la respuesta
que voy a darte. -Mariana.- 125
Donde quiera que le vea...


Escena V

 

DON AGUSTÍN. MARIANA.

 
MARIANA
Señor...
DON AGUSTÍN
Dile a tu señora
que salgo a unas diligencias.
MARIANA
Bien.
DON AGUSTÍN
Y si el señor de Gálvez
vuelve durante mi ausencia, 130
que no se vaya, ¿lo entiendes?,
o diga dónde me espera.


Escena VI

 

MARIANA.

 
Nunca le he visto tan serio.
¿Habrá sabido tal vez
que el señor don Cayetano 135
quiere que dos sean tres?
Si la señora le ha dicho,
como es tal su sencillez,
lo del coche y las visitas
de esta mañana y de ayer; 140
por más que ella le asegure
que el tal es hombre de bien,
no caerá tan fácilmente
don Agustín en la red.
Pero al irse esta mañana 145
¡la abrazó con tanta fe!...
Sí, que por la cerradura
yo atisbaba... ¿Cómo pues...?
Luego me fui, con pretexto
de oír misa, hacia el cuartel; 150
don Ramón vino entre tanto,
don Cayetano después...
Vuelvo y la encuentro llorosa,
y no me dice por qué...;
—421→
y se pone la mantilla; 155
y el amo vuelve también;
y hablan los dos en secreto;
y me da un pliego Ginés
para el amo; y él me pone
un gesto de Lucifer. 160

 (Suena la campanilla.)  

Vaya, aquí hay gato encerrado.
Pero yo no acierto...

 (Dirigiéndose a la puerta de la derecha.)  

¿Quién?
Abre Jaime. Una señora...
con un viejo...
TERESA

 (Dentro.) 

Hasta más ver,
y gracias.
MARIANA
Aquí se cuela
165
sin decir Jesús ni amén.


Escena VII

 

MARIANA. TERESA.

 
TERESA

 (Un traje de camino.)  

¿Dónde, dónde está?
MARIANA
¡Señora!...
¿Por quién preguntaba usted?
TERESA
Por don Agustín Orozco.
MARIANA
Aquí vive.
TERESA
Ya lo sé.
170
Me lo han dicho en el portal,
y que ya ha vuelto de Ucles.

 (Dando algunos pasos.)  

Pero ¿dónde está?...
MARIANA
Ha salido.
TERESA

 (Deteniéndose.)  

¿Y su señora?
MARIANA
También.
TERESA

 (Sentándose y dejando junto a la mesa la sombrilla.)  

A bien que no tardará 175
en venir. Cosa cruel
es caminar en galera.
Con el continuo vaivén...
¡Jesús!...
MARIANA
(¿Quién será?...)
TERESA
Hecha traigo
la cabeza un cascabel. 180
Me quitaré este sombrero,
que se me salta la sien.

 (Se lo quita.) 

¿Y el ridículo? ¡Dios mío!...

 (Sentándose.)  

¡No hay más! ¡Allí lo dejé!
¡Qué cabeza! Pongo dentro 185
llaves, papeles, la fe
de difunto, y con la prisa
de venir, vengo sin él.
¡Mal haya...! Aunque sea sola,
y aunque lo paguen los pies, 190

 (Vuelve a ponerse el sombrero.)  

vuelvo al parador. De paso,
si ya han descargado, haré
que me siga con el cofre
algún mozo de cordel,
porque si espero a Agustín... 195
No obstante le escribiré
dos letras, y si entre tanto
llega...

 (A MARIANA.) 

Tintero y papel.
MARIANA
(¡Pues alabo...!)

 (Mostrando la mesa.) 

Allí...
TERESA
Voy, voy...

 (Va a la mesa y escribe.)  

(¿Está loca esa mujer? 200
¡Qué trajín! ¡Qué desconcierto!
Y sin decirme quién es,
habla como una cotorra
y manda a lo somatén.)
TERESA
Ya basta. Una oblea... El sobre... 205
MARIANA
(Como si fuera un burdel
esta casa...)
TERESA
No, no espero,
porque el ridículo...

 (Dando a MARIANA la esquela que acaba de escribir.)  

Ten,
y dásela en propia mano.
MARIANA
¿A don Agustín?
TERESA

 (Yéndose.) 

Sí, a él.
210
¡Mal haya mi aturdimiento!...
MARIANA
Pero de parte... ¿de quién?
TERESA
En la esquela lo verá.
No me puedo detener.

 (Vase corriendo.) 



Escena VIII

 

MARIANA.

 
Pero... ¡Escuche usted, señora! 215

 (Desde la puerta.) 

No está en el orden... ¡Se fue!

 (Vuelve a la escena.) 

Ella ha olvidado el ridículo,
—422→
mas no la ridiculez.
¿Qué veo! Allí se ha dejado
la sombrilla. Llamaré. 220
No, siquiera pille un tifus
que la haga soltar la piel.
¡Justo castigo del cielo
porque ha sido descortés!
Pues, con ese memorión 225
feliz, tendrá que poner
en el Diario de avisos
ocho artículos por mes.

 (Suena la campanilla.)  

Han llamado. ¿Si será
la forastera otra vez?... 230

 (A la puerta.)  

No. Es la señora. Esta casa
es hoy torre de Babel.


Escena IX

 

PAULA. MARIANA.

 
PAULA

 (Trae un bulto empapelado 

que deja sobre la cómoda.)
Ya traigo aquí provisión
de hilos y sedas distintas, 235
agujas, botones, cintas
y ovillitos de algodón.
Judíos son los tenderos.
He corrido veinte lonjas.
Mil cumplidos, mil lisonjas, 240
pero ¡todos tan careros!...
¿Se fue Agustín?
MARIANA
Ya hace rato.
Yo he tenido una visita.
PAULA
¿De quién?
MARIANA
De una señorita...
PAULA
¿Sí?
MARIANA
De mucho garabato.
245
PAULA
¡A ti visita! ¿A qué fin?
MARIANA
Aquí se entró de rondón
preguntando sanfasón...
PAULA
¿Por quién?
MARIANA
Por don Agustín.
PAULA
¿Por él?
MARIANA
Si no me equivoco,
250
le ha tratado antes de ahora.
PAULA
¿Quién es?
MARIANA
No lo sé, señora...,
y quizás ella tampoco.
Bien quise yo averiguar...,
mas no pude meter baza. 255
¡Qué torbellino! Su traza
es de una loca de atar.
No hay tino en lo que responde...
Ahí se dejó ese adminículo,
en la posada el ridículo, 260
la cabeza no sé dónde.
PAULA
¿Qué escucho!
MARIANA
El aire es sardesco.
PAULA
Acaso serán los dos
parientes.
MARIANA
¡Y sabe Dios
cómo será el parentesco! 265
PAULA
¡Cómo! ¿Tú sospechas?... ¡Cielos!
MARIANA
Piensa mal y acertarás.
PAULA
¿Quién creyera de él jamás...?
MARIANA
(¡Bravo! Ya pican los celos.)
PAULA
¿Conque preguntó por él? 270
MARIANA
Pero ¡con qué regocijo!
Y al irse, dale, me dijo...
PAULA
¿Memorias?
MARIANA

 (Mostrando la esquela.)  

Este papel.
PAULA

 (Tomándola.)  

¡Papel cerrado a mi esposo!
MARIANA
¡Y papel de una mujer! 275
PAULA
Yo tiemblo. ¿Qué podrá ser?
MARIANA
Algún billete amoroso.
PAULA
¿Tan pronto un hombre se muda?
¡Oh! Yo no creo que él obre
así...
MARIANA
Rompa usted el sobre
280
y saldremos de la duda.
PAULA
¿Romperlo? ¡Qué cosas tienes!
Yo no me debo meter...
MARIANA
Entre marido y mujer
¿no hay comunidad de bienes? 285
PAULA
Sí, pero... no me decido...
MARIANA
¿Hay un mandamiento más
que diga: «no leerás
las cartas de tu marido»?
PAULA
No. Y es tan fácil... Así... 290

 (Hurgando la oblea.)  

Con sólo empujar el dedo...
MARIANA
¡Ea!
PAULA
Pero ¡tengo un miedo...!
¡Ay! ¡Se me escapó! ¡La abrí!
MARIANA
¡Miren qué casualidad!
Mas ya está abierta, señora. 295
PAULA
Sí.
MARIANA
¡Pues!, y quedarse ahora
sin leerla... es necedad.
PAULA
Tienes razón. Ya es preciso...
El diablo me compromete...
Leamos. No es un billete 300
la fruta del Paraíso.

 (Lee.)  

«Mi amado Agustín, pensaba sorprenderte, pero con el dulce afán de abrazarte, me he dejado el ridículo en el parador. Vuelvo a buscarlo   —423→   y entre tanto aquí se queda el corazón...»

MARIANA
Y la sombrilla...
PAULA

 (Acabando de leer.)  

«De tu
TERESA.»
¡Ah! ¡Infiel, perjuro, traidor!...
Tierra, ¿cómo no le tragas?
Bien temía... ¿Así me pagas? 305
¿Esto merece mi amor?
MARIANA
¡Qué infamia! Y luego dirán...
¡Miren con qué retintín
puso: mi amado Agustín
y aquello del dulce afán! 310
PAULA
Sólo habla así quien su pecho
rinde a amorosa pasión.
MARIANA
Ahí te queda el corazón
de tu Teresa. ¡Esto es hecho!
PAULA
¡Vil! ¡Y quizá no es más bella 315
que yo!
MARIANA
¡Hijas de Eva, aprended!
PAULA
¡Oh!...
MARIANA
¡Casado con usted...
y amancebado con ella!
PAULA
¿Mas por qué engañarme así?
¿Por qué se casó conmigo? 320
MARIANA
El dirá: por mucho trigo...
PAULA
Pues se acordará de mí.
Y si vuelve esa bribona...
Tratada de esta manera,
la más humilde cordera 325
se vuelve feroz leona.
¡Qué ingratitud, justo Dios!
¿Y cuándo la sufro, cuándo?
Cuando a mí me están rondando;
no un amante, sino dos; 330
¡y los oídos me tapo
cuando el uno se declara,
y da mi puerta en su cara,
y le pongo como un trapo!
MARIANA
¡Oh! Si diera con la hija 335
de mi madre...
PAULA

 (Sentándose llorosa y afligida.)  

¡Y aún le adoro!
¡Yo, que su perfidia lloro!
MARIANA
(¡Qué constancia tan prolija!)
PAULA

 (Levantándose.) 

¡No, no! Le aborrezco ya.
No quiero ser su mujer. 340
Un divorcio... Voy a ver
qué me aconseja mamá.
MARIANA
Dirá que es la acción más negra,
más criminal...
PAULA

 (Da algunos pasos como desatentada.) 

¡Loca estoy!
MARIANA
(¡Gran día tenemos hoy! 345
¡Buen refuerzo es una suegra!)
PAULA

 (Yéndose.)  

Sí, sí, vendremos las dos
a confundirle...

 (Volviendo.)  

¡Oyes!
MARIANA
¿Qué?,
PAULA
No le digas...
MARIANA
Callaré.
PAULA
Adiós.
MARIANA
Vaya usted con Dios.
350


Escena X

 

MARIANA.

 
Ya la tenemos celosa
de su marido. Bien va.
Ella es joven y bonita.
La venganza es natural.
Y aquella es carta de amores. 355
¿Quién lo duda? El dulce afán...
¡Pues! Lo mismo que yo canto
cuando empiezo a jabonar.
Más de un cincuenta por ciento
tenemos ganado ya, 360
don Cayetano. En campaña
tenemos otro rival,
es cierto; ella lo confiesa,
pero también es verdad
que le ha dado calabazas. 365

 (Suena la campanilla.)  

No hará otro tanto quizás
con mi ahijado. Ha pocas horas,
la fruta estaba en agraz,
mas ella irá madurando...


Escena XI

 

MARIANA. DON RAMÓN.

 
DON RAMÓN
(Será preciso esperar...) 370
MARIANA
¿Quién...? ¡Ah! Señor don Ramón...
La señorita no está.
DON RAMÓN
Lo sé. La acabo de ver
saliendo ella del zaguán.
(Y ha pasado sin hablarme 375
más seria que un tribunal.)
MARIANA
También el amo salió,
mas ya no puede tardar.
Me mandó decir a usted
que tuviese la bondad 380
de esperarle...
DON RAMÓN

 (Sentándose.) 

Tomaremos
posesión de este sofá.
MARIANA
Si tiene usted que mandarme
algo...
DON RAMÓN
Nada. Vete en paz.

  —424→  

Escena XII

 

DON RAMÓN.

 
Me andará buscando el pobre 385
sin saber por dónde echar.
Como toda la mañana
ando de aquí para allá...
Pero si leyó mi esquela,
él, que es hombre tan puntual, 390
no echará en olvido...

 (Mirando su reloj.)  

¡Son
las dos y cuarto! Pues no hay
tiempo que perder.

 (Suena la campanilla.) 

Tocaron
la campanilla. Él será.

 (Se levanta.) 



Escena XIII

 

DON RAMÓN. DON CAYETANO.

 
DON CAYETANO

 (Entrando.)  

(Aquí será más romántica 395
la escena, más teatral.)
DON RAMÓN
¡Ah! ¡Eres tú!
DON CAYETANO
Sí, vamos pronto.
Ya me canso de aguardar.

 (Sacando y mostrándole el reloj.)  

Mira este reloj.
DON RAMÓN
¿Y qué?
Por un cuarto de hora más 400
o menos...
DON CAYETANO
Desde el balcón
te vi entrar en el portal.
¿No atinaste con mi cuarto?
Pues no hay tanta vecindad
en esta casa.
DON RAMÓN
He venido...
405
DON CAYETANO
Yo no te creí capaz
de olvidarte de una cita
en negocio tan formal.
DON RAMÓN
¡Cayetano!... Ni yo a ti
te juzgaba tan audaz... 410
DON CAYETANO
Ea, excusemos razones
y vámonos a matar.
Mi padrino y los floretes
ya esperándonos están
en el coche. ¿A qué aguardamos? 415
En seis minutos ¡zis, zas!
nos planta Domingo fuera
de la puerta de Alcalá.
DON RAMÓN
Cuando quieras, por mi parte;

 (Suena la campanilla.)  

pero he venido a buscar 420
a don Agustín...

 (Acercándose a la puerta.)  

Él es.
DON CAYETANO
(¡Y Paulita no vendrá!)


Escena XIV

 

DON AGUSTÍN. DON CAYETANO. DON RAMÓN.

 
DON AGUSTÍN
Ramón...
DON CAYETANO
Beso a usted la mano.
DON AGUSTÍN
Servidor... ¡Al fin te veo!
Tenías que hablarme...
DON RAMÓN
Sí.
425
DON AGUSTÍN
Pues yo...
DON RAMÓN
Se trata de un duelo.
DON AGUSTÍN
Aciertas. Padrino tuyo
será el señor...
DON RAMÓN
Nada de eso.
Es mi contrario. El padrino
serás tú.
DON AGUSTÍN
¿Padrino? ¡Y vengo
430
a matarte!
DON RAMÓN
¡A mí!
DON CAYETANO
(¡Esta es otra!)
DON AGUSTÍN
¡Sí, traidor!
DON RAMÓN
¡Yo! ¿En qué te ofendo?
DON AGUSTÍN
¡Te atreves a preguntarlo!
Mete la mano en tu pecho...
DON RAMÓN
¿Estás loco? Si la ofensa 435
no ha sido darte un empleo...
DON AGUSTÍN
¡Oh! Eres tú muy generoso,
¡sí! Guardaba el nombramiento...

 (Lo saca.)  

DON RAMÓN
¡Agustín!...
DON AGUSTÍN

 (Haciéndolo pedazos.)  

Hasta que vieran
tus ojos que lo desprecio 440
como a ti.
DON RAMÓN
Mira lo que hablas.
DON CAYETANO
(¡Si ahora olvidasen mi pleito!)
DON AGUSTÍN
Guárdalo para los viles
que hacen infame comercio
con su honra.
DON RAMÓN
(Vamos, sin duda
445
me acusó Paula...) ¿Estás ciego,
Agustín? ¡Yo conspirar
contra tu honra, y la defiendo
con mi sangre! Sólo falta,
para que sea completo 450
tu error, que des un abrazo
a ese pícaro blasfemo.
DON CAYETANO
Sella el labio o vive Dios...
(¡Eh! Ya estoy entre dos fuegos.)
—425→
Valga la verdad, vecino, 455
Yo...
DON AGUSTÍN
¿Qué oigo! ¿Es usted el necio
que se atreve...?
DON CAYETANO
¡Poco a poco,
que yo no sufro dicterios!...
(¡Y no viene ese gandul!)

 (A DON RAMÓN.) 

Tú has sido poco discreto 460
en elegir por padrino
al señor. En mi concepto,
y es la práctica corriente,
no se va con esos cuentos
al marido, que es meter 465
en una casa el infierno.
DON RAMÓN
Máxima inicua y absurda.
El amigo verdadero
no oculta a un hombre de bien
sus agravios y sus riesgos. 470
Por excusarle un disgusto,
cuando el mal tiene remedio,
no es razón que de su afrenta
le haga cómplice el silencio.
DON AGUSTÍN
¡Eh! Basta. ¡Bueno estoy yo 475
para escuchar argumentos!
Para defender mi honor
ni necesito ni acepto
hipócritas defensores.
DON RAMÓN
Te juro...
DON AGUSTÍN
Ni soy tan lerdo
480
que se me pueda ocultar
el motivo de tu reto.
Lo que tú vengar deseas
no es mi honor, sino tus celos.
DON RAMÓN
Bien, piensa lo que quisieres, 485
mas mi cuestión es primero
que la tuya.
DON AGUSTÍN
Enhorabuena,
con tal de que sea presto.
Lidia primero con él;
ser tu padrino consiento; 490
mas luego te batirás
conmigo.
DON CAYETANO
Si antes no ha muerto,
que mí furor... (¡Cuánto tardan!)
DON AGUSTÍN
Es que también nos veremos
las caras usted y yo. 495
DON CAYETANO
¡Sí, señor! (¡Terrible aprieto!)
DON AGUSTÍN
Pues son dos los que me agravian,
de entrambos tomar anhelo
satisfacción.
DON CAYETANO
Y será
un desafío en terceto. 500
DON RAMÓN
¿A qué esperamos? (Después
yo veré si le convenzo.)
DON AGUSTÍN
Sí, vamos antes que vuelva
mi mujer.
DON CAYETANO
(Llegó el momento
formidable... y no parecen.) 505

 (Deteniendo a DON AGUSTÍN.) 

Oiga usted. (Ganemos tiempo.)

 (Sacando la petaca y de ella un cigarro.)  

¿Podré encender este puro?
¿Habrá quien me traiga fuego?
DON AGUSTÍN
¡Diablo de cigarro ahora!...
En la calle femaremos. 510
DON CAYETANO
No obstante...

 (Óyese un campanillazo.)  

DON RAMÓN
La campanilla
ha sonado.
DON CAYETANO
(¡Ellos son! ¡Ellos!)

 (Levantando la voz.)  

Pues bien, sin fumar. ¡Al campo!
DON AGUSTÍN
Baje usted la voz...
DON CAYETANO
No quiero.
¡Vamos!...
DON RAMÓN
Si es Paula...
DON CAYETANO
Aunque venga
515
una legión del infierno.


Escena XV

 

DON AGUSTÍN. DON RAMÓN. DON CAYETANO. Un QUÍDAM.

 
QUÍDAM

 (A la puerta.)  

Yo sólo he de entrar. Ustedes
quédense ahí.

 (Entrando.) 

Caballeros...
DON AGUSTÍN
¿Qué es esto? ¿Quién es usted?
QUÍDAM
La autoridad.
DON RAMÓN

 (Mirando por la puerta.)  

¡Y con séquito
520
de gente armada!
DON CAYETANO
¡Un agente
de policía!
QUÍDAM
No es cierto.
Inspector de protección
y seguridad del pueblo.
DON CAYETANO
¡Eh! Lo mismo da aceituno 525
que olivo.
DON AGUSTÍN
Mas ¿con qué objeto
se allana mi casa...
QUÍDAM
Estoy
autorizado al efecto.
Mas nada va con usted,
y que perdone le ruego 530
si por no estar en su casa
habitación el sujeto
a quien yo busco...

 (A DON CAYETANO.) 

¿Es usted
—426→
don Cayetano Ovillejo?
DON CAYETANO
El mismo. Nunca he negado 535
mi nombre.
QUÍDAM
Dese usted preso.
DON CAYETANO
¿Por qué razón? ¿Quién lo ordena?
QUÍDAM

 (Enseñándole un auto.)  

Vea usted el mandamiento
de prisión.
 

(DON CAYETANO figura examinar el documento sin soltarlo de su mano el QUÍDAM.)

 
DON AGUSTÍN
¡Esto faltaba!
¡Sin comerlo ni beberlo, 540
en mi casa la justicia!
DON RAMÓN

 (En voz baja.)  

También debes ese obsequio
a tu mujer.
DON AGUSTÍN
¿Cómo?

 (Siguen hablando aparte.)  

DON CAYETANO

 (En voz baja al QUÍDAM.) 

¡Bien!
¡De perlas lo estás haciendo!
Mil reales te he prometido... 545
Te daré mil y quinientos.
Mas ¡cuánto mejor sería
que los prendiesen a ellos!
DON RAMÓN

 (Acercándose a DON CAYETANO.) 

¿Qué es esto? ¿Qué mala yerba
has pisado?
DON CAYETANO
Contratiempos...
550
Lances... Un requisitorio...
Cierta niña de ojos negros,
con quien tuve relaciones
en Cádiz, viene pidiendo
matrimonio... Pero todo 555
se compondrá con dinero.
QUÍDAM
Supongo que no hará usted
resistencia.
DON CAYETANO
No por cierto.
Yo respeto a la justicia
(Vale un Perú mi barbero.) 560
Pero iremos en mi coche,
que el decoro...
QUÍDAM
Condesciendo.
DON CAYETANO
No me da a mí mucha pena
la cárcel. Lo que yo siento
es irme sin ajustar 565
cierta cuenta...
DON RAMÓN
Yo prometo
que se ajustará tan pronto
como salgas del encierro.
DON AGUSTÍN
No la echaré yo en olvido.
DON CAYETANO
¡Bien! (Esta noche no duermo 570
en Madrid y mientras vivan
no vuelven a verme el pelo.)

 (En voz baja como guardándose del QUÍDAM.) 

Rueguen ustedes a Dios
que dure mucho el proceso,
porque verme en libertad 575
y enviar al cementerio
dos hombres... Vayan ustedes
preparando el testamento.
DON RAMÓN

 (Con desprecio.)  

¿Habrá...?
DON CAYETANO
Vamos. (En mi vida
he tenido tanto miedo.) 580


Escena XVI

 

DON AGUSTÍN. DON RAMÓN.

 
DON AGUSTÍN
¡Cuidado que el tal vecino
es mentecato y grotesco
si los hay!
DON RAMÓN
Y apostaría
ocho duros contra medio
a que se ha hecho prender 585
por no arriesgar el pellejo.
DON AGUSTÍN
Quizá... ¡Y mi mujer tan sandia
que le juzgaba modelo
de discreción y virtud!
DON RAMÓN
Pues bien, lo mismo que en eso 590
se engañó en atribuirme
criminales pensamientos
de que yo no soy capaz.
DON AGUSTÍN
No; su labio fue sincero,
y ciertas acusaciones 595
no se hacen sin fundamento.
DON RAMÓN
Ella creería decirte
la verdad, que no es perverso
su corazón. ¡Así fuera
tan sano su entendimiento! 600
DON AGUSTÍN
¡Ramón!
DON RAMÓN
¿Tengo yo la culpa
de que ella cambie los frenos
y no distinga del falso
al amigo verdadero?
¿Podía yo figurarme 605
que frívolos cumplimientos
sonasen a sus oídos
como impúdicos requiebros?
DON AGUSTÍN
¡Eso dices, y obligada
a huir de ti...!
DON RAMÓN
No lo niego.
610
Huyó de mí sin oírme
y echó el cerrojo por dentro.
Ese fue el yerro mayor,
que si con rostro sereno
me hubiese oído, se hubiera 615
desengañado al momento.
DON AGUSTÍN
¿A quién creeré de los dos?
¡Infeliz de mí! Confieso
que llamarte mi contrario
es mi más cruel tormento. 620
¡Yo haber de lidiar contigo;
yo, Ramón, que te profeso
—427→
el cariño de un hermano!
¡Quisiera morir primero!
DON RAMÓN
Tranquilízate. Por dicha 625
puedes quedar satisfecho
de mi inocencia ahora mismo.

 (Saca un oficio y se lo da.) 

Toma ese papel.
DON AGUSTÍN

 (Después de recorrerlo con la vista.)  

¿Qué veo!
Su Majestad te confiere
una intendencia...
DON RAMÓN

 (Sonriéndose.)  

¡En Oviedo!
630
DON AGUSTÍN
¡Es verdad!
DON RAMÓN
Mira la fecha.
DON AGUSTÍN
De anteayer.

 (Le vuelve el papel.)  

DON RAMÓN
No era yo reo
todavía...
DON AGUSTÍN
¡Ah! Me confundes.
DON RAMÓN
Creo que sí.
DON AGUSTÍN
Ya comprendo...
«Estamos de enhorabuena...» 635
decía tu carta. ¡Necio,
necio de mí!
DON RAMÓN
¡Ya lo ves!
Si yo tuviera proyectos
hostiles contra Paulita,
no aceptaría un empleo 640
a setenta y siete leguas
del imán de mis deseos.
DON AGUSTÍN
¡Oh! Basta... Dame un abrazo.
 

(Se abrazan.)

 
DON RAMÓN
¡Aprieta, que es el postrero!
DON AGUSTÍN
¡Qué oigo!
DON RAMÓN
Pensé retardar
645
mi partida por lo menos
una quincena de días;
pero mañana me ausento.
DON AGUSTÍN
¡Ramón! ¿Qué dices?
DON RAMÓN
La paz
de tu matrimonio...
DON AGUSTÍN
Pero
650
¡si estoy ya desengañado!
¡Si digo que me arrepiento
de mi locura!...
DON RAMÓN
No importa.
Tuviste una vez recelos
de mí, y la prudencia manda... 655
DON AGUSTÍN
No, sino ¡el resentimiento!
DON RAMÓN
Tal vez. La amistad sincera
es delicada y de un pelo
se ofende. Mas te aseguro
que no pasará del puerto 660
mi rencor. ¡Ah! Me olvidaba...
Voy ahora al ministerio,
porque es forzoso que extiendan
otra vez tu nombramiento.
Diremos que se ha perdido... 665
DON AGUSTÍN
¡Qué ingratitud! Me avergüenzo...
Mas ¿qué quieres?... con la píldora
que yo tenía en el cuerpo...
DON RAMÓN
Es verdad.
DON AGUSTÍN
Pero, aun sin ella,
no admito ese documento 670
si tu partida apresuras
como has dicho.
DON RAMÓN
¡Hombre!...
DON AGUSTÍN
Soy terco.
No te vas en quince días...
DON RAMÓN
Pero...
DON AGUSTÍN
O cesante me quedo.
DON RAMÓN
Sea, pues así lo quieres; 675
pero a tu casa no vuelvo.
DON AGUSTÍN
¿Es posible...?
DON RAMÓN
Hasta que enviudes
o corrijas los defectos
de tu mujer.
DON AGUSTÍN
¡Pobrecita!
Hoy ha hecho mil desaciertos, 680
hijos todos del amor
que me tiene, ¡por supuesto!;
mas si Dios no lo remedia
y su pasión va en aumento,
voy a ser tan venturoso... 685
que el mejor día ¡me cuelgo!
DON RAMÓN
Fácil será corregirla,
porque repito que es bueno
su corazón. Me retiro...
¡Ah! Otra cosa... Te aconsejo 690
que pongas pronto en la calle
a la criada.
DON AGUSTÍN
Lo ofrezco,
que su traza no me gusta.

 (Suena la campanilla.)  

DON RAMÓN
La infame estaba de acuerdo
con don Cayetano...
DON AGUSTÍN
Basta.
695
DON RAMÓN

 (Mirando a la puerta.)  

Es Paula. Adiós.
DON AGUSTÍN
Hasta luego.
 

(Al irse DON RAMÓN hace a PAULA una cortesía. Ella le mira con desdén.)

 


Escena XVII

 

PAULA. DON AGUSTÍN.

 
PAULA
(¡De paseo mi mamá
cuando yo la he menester!
Sin verla me vuelvo acá...)
¿Ha venido esa mujer? 700
DON AGUSTÍN
¿Qué mujer?
PAULA
No tardará.
  —428→  
DON AGUSTÍN
¿Qué mujer? Di, por tu vida...
PAULA
¿Quién ha de ser? Tu querida.
DON AGUSTÍN
¡Mi querida! Algún engaño...
PAULA
La de marras, la de antaño... 705
Quien bien ama tarde olvida.
DON AGUSTÍN
Tú eres loca. ¡Qué prurito
de ver visiones!
PAULA
No tal.
¡Y airado alzabas el grito
contra un hombre desleal, 710
siendo mayor tu delito!
DON AGUSTÍN
Paula, ten piedad de mí.
PAULA
¡Oh!
DON AGUSTÍN
Por los clavos de Cristo...
Mira que ya no resisto...
PAULA
Yo no miento. Ha estado aquí. 715
DON AGUSTÍN
Pero ¿quién? ¿A quién has visto?
PAULA
Mira, su sombrilla es esa,
la que está junto a la mesa.
DON AGUSTÍN
¿Qué me importa su sombrilla?
PAULA
Ella tu traición confiesa; 720
¡tu traición y mi mancilla!
DON AGUSTÍN
Si hoy no estás dada al demonio...
PAULA
No creas que te levanto
ningún falso testimonio.
DON AGUSTÍN
Pero...
PAULA
¡Infeliz matrimonio!
725
Eres hombre...; no me espanto.
DON AGUSTÍN
Pero ¿tú la has visto?
PAULA
No.
La criada es quien la vio
cuando venía en tu busca;
y según dice es muy chusca... 730
Te gustará más que yo.
Algo olvidó en la galera,
y al marcharse la maldita,
sin querer decir quién era,
una carta dejó escrita, 735
que dice de esta manera.
DON AGUSTÍN
¡Una carta! ¿Y la has abierto?
PAULA
Sí, y en ella he descubierto...
DON AGUSTÍN
Dámela aquí... ¡Mal pecado!...
PAULA

 (Dándole el billete.)  

Tómala y ¡cáete muerto 740
de vergüenza, desdichado!
DON AGUSTÍN

 (Viendo la letra.)  

¿Qué veo! ¡Grata sorpresa!

 (Lee para sí.)  

PAULA
¡Parece que te interesa
la lectura!
DON AGUSTÍN
¡Oh! ¡Mucho! ¡Mucho!
¡La quiero tanto!...
PAULA
¿Qué escucho!
745
¿Te atreves...?
DON AGUSTÍN
¡Pobre Teresa!
PAULA

 (Llorando.)  

¡Ah qué horror! ¡Qué felonía!
DON AGUSTÍN
¿Adónde fue?...
PAULA
¡Mal marido!
¡Tú apresuras mi agonía!

 (Suena la campanilla.)  

DON AGUSTÍN

 (Andando hacia la puerta de la derecha.)  

Voy... ¿Si será...?
PAULA
¡Fementido!
750
 

(Entra corriendo TERESA y la recibe en sus brazos DON AGUSTÍN.)

 


Escena XVIII

 

PAULA. DON AGUSTÍN. TERESA.

 
TERESA

 (Trae el ridículo.)  

¡Agustín!
DON AGUSTÍN
¡Teresa mía!
PAULA

 (Fuera de sí.)  

Aparta, mujer liviana.
¡Y tú por darme pesar
la abrazas con tanta gana!
¡Cruel!
DON AGUSTÍN
¿No la he de abrazar,
755
¡cuerpo de Dios!... si es mi hermana?
PAULA
¡Ah!... Tu hermana... Yo creí...
DON AGUSTÍN
¡Que no has de acertar en nada!
TERESA
¿Y la sombrilla? ¡Ay de mí!
Otra vez a la posada... 760
¡Qué memoria!...

 (Viéndola.)  

No: ¡está allí!
DON AGUSTÍN
Pero ¡venir de esa suerte
sin darme ningún aviso!
TERESA
He querido sorprenderte.
Y este viaje era preciso. 765
Mi viudedad... ¡Tú tan fuerte!
PAULA

 (Saludando a TERESA.) 

¡Señora...!
TERESA
¿Es esta tu esposa?
DON AGUSTÍN
Sí.
PAULA
¡Bienvenida!
TERESA

 (Abrazándola y besándola.) 

¡Qué hermosa!
PAULA
Gracias... Bien mío, ¡perdón!
DON AGUSTÍN

 (A TERESA.) 

Estaba de ti celosa. 770
TERESA
¡De mí!
PAULA
La misma pasión...
DON AGUSTÍN
Tu pasión me ha de perder.
PAULA
Como no dijo quién era,
dije yo: debe de ser
su querida...
DON AGUSTÍN
Si lo fuera,
775
—429→
¿la traería aquí?, ¡mujer!
¡Mire usted que es fuerte asunto!...
TERESA
¡Jesús! Si reñís, al punto
me voy de aquí, que bastante
reñí yo con mi difunto 780
don Telesforo Escalante.
PAULA
Dulce imán de mi albedrío,
no me mires con desvío,
que ya arrepentida estoy...
DON AGUSTÍN
¡Paula! ¿Sabes tú lo que hoy 785
me has hecho sufrir?
PAULA
¡Dios mío!
DON AGUSTÍN
Media resma de ternuras
en la carta más concisa;
monadas y bordaduras;
¡y ni el botón me aseguras 790
ni me planchas la camisa!
Mil alabanzas y mil
te merece un hombre vil
de perversas intenciones;
¡y al amigo honrado pones 795
como hoja de perejil!
Yo te creo como un loco,
y al amigo fiel provoco,
y se arma aquí -¡santo Dios!-
tal zalagarda, que a poco 800
no me mato con los dos.
TERESA
¡Ay! ¡Se me erizan los pelos!
PAULA
¿Qué me dices? ¡Santos cielos!
Me da frío de terciana...
DON AGUSTÍN
Te ocurre en fin tener celos; 805
¡y los tienes de mi hermana!
PAULA
¡Perdona! Mi amor... Mi llanto...
DON AGUSTÍN

 (Abrazándola.)  

Sí, te perdono.
PAULA
¡Oh contento!...
DON AGUSTÍN
Pero ¡por Dios, dulce encanto,
por Dios!... no me quieras tanto, 810
o quiéreme... con talento.