Novelista, poeta, ensayista de prestigio e incansable propagandista, partidario del socialismo reformista de Jaurès, para luego abrazar el nacionalismo democrático latinoamericano, Manuel Ugarte (1875-1951) representa un escritor «atípico», significando una trayectoria sin duda heterodoxa en el complejo panorama cultural hispanoamericano de los primeros decenios del siglo XX. Silenciado, olvidado y escasamente estimado en su patria por largos decenios, el escritor argentino exhibió una significativa visibilidad, especialmente a lo largo de los primeros lustros de la centuria, como propagador de saberes y prestigioso mediador intercultural a ambas márgenes del Atlántico. Del mismo modo, su escritura exhibe una búsqueda constante por establecer las coordenadas de una nueva y autónoma cultura latinoamericana que hiciese frente a lo que él denominó el idioma invasor
y la creciente hegemonía estadounidense en el continente, al tiempo que lograse reconciliar definitivamente Hispanoamérica con España, vinculadas por sólidos lazos históricos y culturales y un idioma compartido, en el cuadro de la solidaridad iberoamericana. Después de largos decenios de injusto silencio, es posible reconocer en estos últimos años un creciente interés hacia la obra del autor rioplatense y su inestimable labor en campo cultural y político por parte de la crítica, la cual ha instituido un significativo proceso de revaloración en el que destacan la multiplicidad de abordajes, trazando nuevas perspectivas críticas sobre el dilatado corpus ugarteano.
... el Escritor (con mayúscula) ha sido siempre una sensibilidad infinita colocada en el vértice de los conflictos de su tiempo...
Su obra refleja el borbotar de una generación, de una época y de una humanidad...
Manuel Ugarte
(Burbujas de la vida, 1908)