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ArribaAbajo- 248 -


Hoy me puedo morir...


ArribaAbajo   Hoy me puedo morir de aburrimiento
y mañana de un golpe de fortuna
pero el caso es morirse y que ninguna
distracción me separe de mi intento.

   No merece la pena este momento  5
ni este cuarto creciente de la Luna,
ni el que diera al nacer sobre mi cuna
anunciándome siempre el desaliento.

   Pero voy a llevarme la contraria
solamente por ser contradictorio  10
al triste escribidor que en mí se aloja.

   Y empezar a mover la maquinaria
que fulmine mi estilo mortuorio
y acabe con la causa que me enoja.




ArribaAbajo- 249 -


Siento que me derrumbo...


ArribaAbajo   Siento que me derrumbo lentamente,
que a un abismo infinito estoy cayendo
y en la nada más triste consumiendo
la tristeza que mana de mi mente.

   Hay una oscuridad, últimamente,  5
que me produce un mal casi tremendo
y cuya hiel no sé si voy bebiendo
o es sólo sed de algún alma doliente.

   Cada día me espera un dolor nuevo.
Cada noche una angustia me despierta,  10
como aliados en contra de mis gozos.

   Mi corazón me pide algún relevo
antes de que el vivir se me convierta,
en un mar que alimentan mis sollozos.




ArribaAbajo- 250 -


No basta con querer...


ArribaAbajo   No basta con querer. Hay que decirlo.
Y hacerlo en un soneto de amor pleno;
poniendo en cada sílaba algo ameno
y en cada endecasílabo escribirlo.

   No basta con tener un dulce mirlo  5
que llegue con su canto hasta tu seno
y ponga con palabras de relleno
aquello que después cuesta seguirlo.

   Hay que estar vigilando siempre el cielo.
Para quererte en mundos siderales,  10
que sólo por estar tú, tienen vida.

   Que me causa tu amor, tanto desvelo,
que tu ausencia me llena de cristales
el aire que respiro por mi herida.




ArribaAbajo- 251 -


Me paso la mañana en un sesteo


ArribaAbajo   Me paso la mañana en un sesteo
y parte de la tarde me la paso,
en este duermevela al cielo raso
que lleva hasta los brazos de Morfeo.

   No tengo ni esperanza ni deseo  5
y no puedo explicar si mi fracaso
la tiene la rutina o en mi caso
es culpa de mi largo veraneo.

   Quizás con el otoño, la mejora,
la encuentre en el buen gusto de mi pluma  10
y algún nuevo soneto sobreviva.

   O todo se consuma en cada aurora
y en cada nueva aurora me consuma,
como una oscuridad a la deriva.




ArribaAbajo- 252 -


Hay que ganar dinero como sea


ArribaAbajo   Hay que ganar dinero como sea,
no importa ni la forma ni el oficio.
Que el dinero no tiene desperdicio
aunque venga el caudal de la más fea.

   Hay que ser el más listo en la tarea  5
de amasar los billetes como vicio,
y sacar de esta falta beneficio
porque todo lo negro se blanquea.

   De esta forma vivimos los mortales
que aspiramos al siglo venidero:  10
Paraíso de todos los confores.

   Que de aquellos momentos fraternales,
del amor y el afecto verdadero
pueden nacer, también, nuestros errores.




ArribaAbajo- 253 -


Es como si de pronto...


ArribaAbajo   Es como si de pronto hubiera visto
a mi Musa despierta y sonriendo.
Que viniendo hacia mí como una estrella,
con su alba claridad quiere vestirme.

   Cuanto más cerca siento su ternura,  5
más se derrama en mí, su tierna mano,
cuando suave acaricia mis ensueños
y me deja volar junto a su nube.

   Imposible parece que no enturbie
las edades y el Tiempo este momento  10
donde todo lo mágico es posible.

   O quizás cuando trate de abrazarla,
se disuelva o despierte de mi sueño,
para volver a ser más desgraciado.




ArribaAbajo- 254 -


Dile a mi corazón...


ArribaAbajo   Dile a mi corazón tu edad dichosa.
Dile que estás en flor, ¡sí!, todavía.
Dile que representas la alegría
y que tu aroma es propio de una rosa.

   Que mis ojos te ven dulce y hermosa  5
y que mi tacto al tuyo se desvía;
que tú eres mi quimera y fantasía;
que no sé si eres musa o eres diosa.

   Dile que nos separan dos relentes,
dos formas de mirar y un mar de años.  10
¡déjale oír tu voz, aunque le hieras!

   Porque mi corazón tiene en sus fuentes,
tantas penas y tantos desengaños
que te puede querer, sin que le quieras.




ArribaAbajo- 255 -


Sé que voy a perder...


ArribaAbajo   Sé que voy a perder lo que mantiene
el ritmo de mi sangre enamorada.
Que con ello mi voz será varada
donde el silencio apenas se sostiene.

   Que hay un dolor que va y otro que viene  5
en el desvelo inútil de la nada.
Que te oigo cabalgar de madrugada
y que a tu son el alba se detiene.

   Mi corazón ni vuela ni navega.
En su oscuro rincón, casi delira,  10
y en el más leve impulso están sus daños.

   Y aunque mi voz apenas le sosiega,
le dedico el ensueño de mi lira:
Después de dar servicio tantos años.




ArribaAbajo- 256 -


En este arrobamiento...


ArribaAbajo   En este arrobamiento de mesura
dudosa es la razón de mis excusas:
Querer dejar en todo mi ternura
como un ofrecimiento de las Musas.

   Producto de mi pacto de cultura,  5
quizás, más que dudosas son confusas,
las formas de alcanzar como criatura
las auras más oníricas e ilusas.

   Llegar a tal extremo con mi duda,
que olvide lo que en vida estaba escrito  10
para empezar con otra nuevamente.

   Hacer la incertidumbre tan menuda,
que no encuentre la crítica delito
y viva respirando entre la gente.




ArribaAbajo- 257 -


No te aguanto, señor...


ArribaAbajo   No te aguanto, Señor, tu largo hastío.
Tu bostezar a todas nuestras penas.
Este abandono tuyo, por las buenas,
como invitando al hombre al desafío.

   No soporto tu gesto tan sombrío  5
ni el capricho de todas tus faenas;
ni tener que pagar culpas ajenas
y encontrarme de ti siempre vacío.

   En tu mano el poder es como un juego,
que la suerte se encarga del reparto  10
sin mirar quien la gloria se merece.

   Eso sí, tu amenaza, es siempre el fuego,
y de ti y de Satán estoy tan harto;
que dudo si es verdad lo que se ofrece.




ArribaAbajo- 258 -


De pronto, Satanás...


ArribaAbajo   De pronto Satanás, es generoso,
ofreciendo en sus grandes almacenes,
por el alma que no sabes si tienes
los placeres del hombre más vicioso.

   Además en el lote, -no es tiñoso-,  5
hoy regala la bolsa de los bienes,
un convencer a todos con amenes
y la pluma del vate virtuoso.

   Por si no fuera poco, estos regalos,
a cambio de una cosa tan sencilla,  10
hay una invitación al Mar Caribe.

   No hace mención de buenos ni de malos,
sólo anuncia esta simple maravilla:
En mi reino prohibir no se prohíbe.




ArribaAbajo- 259 -


Andaba como un perro


ArribaAbajo   Andaba como un perro vagabundo
buscando en cualquier parte una caricia;
tratando de alcanzar cualquier delicia
que aliviara mi mal solo un segundo.

   Andaba como loco por el mundo  5
pidiéndole a los jueces la justicia;
o la ley que a mi alma beneficia
cuando estaba en el pozo más profundo.

   Era un mundo de sordos y de ciegos
incapaz de crear algún consuelo  10
para aquellos que escoge la pobreza.

   Nunca sirvió de nada nuestros ruegos,
ni siquiera el más mínimo pañuelo
para el llanto de un hombre que no reza.




ArribaAbajo- 260 -


Es tan pura esta tarde...


ArribaAbajo   Es tan pura esta tarde tu presencia
que el gozo de mi tacto es permanente,
como si tú estuvieras, dulcemente,
aliviando mi propia penitencia.

   Tanto duele saber que la existencia  5
que he de llevar sin ti físicamente,
cual si al amarte fuera un delincuente
que te rapta del pozo de la ausencia.

   Por lo visto nací para ser pena
de la pena mayor que haya existido  10
y mantener al fuego estos dolores.

   Que ni en sueños remite mi condena,
sin saber que delito he cometido,
al nombrarte en mi verso entre las flores.




ArribaAbajo- 261 -


La última escena


ArribaAbajo   Sé que tengo que hacer la última escena;
que no puedo eludir el compromiso.
Mi corazón me da el primer aviso
y hay que tener el alma bien serena.

   Siempre hay un cierto nervio si se estrena;  5
más si al final de todo, al Paraíso,
te ha de llevar tu duda de indeciso,
bendito sea el pan en boca ajena.

   Tengo tan preparado el escenario,
que mañana puedo decir la frase  10
que me abrirá las puertas de la nada.

   Y he de hacer esta parte en solitario
porque digan de mí que tengo clase;
aunque sea ceniza enamorada.




ArribaAbajo- 262 -


Nadie conoce a nadie...


ArribaAbajo   Nadie conoce a nadie en las ciudades,
tomas el ascensor con un vecino
y le miras con cara de asesino
o con voz de romper hostilidades.

   Nadie piensa en las nuevas amistades  5
ni en brindarse al novísimo inquilino,
cada cual a su tajo y su camino
sin que priven otras necesidades.

   Nadie pregunta nada. Nadie sabe
si ha tenido mellizos la del cuarto  10
o en el paro ha quedado el del primero.

   Todo el mundo encerrado bajo llave
a esperar una carta o un infarto,
o el recibo de un gasto puñetero.




ArribaAbajo- 263 -


Qué me importa...


ArribaAbajo   Qué me importa que esté la luna llena
cuando duermo en el mar de esta ribera;
o este clima de eterna primavera;
o este aroma de azahar sobre mi pena;

   o estas olas que llegan a la arena  5
para hacerme la vida llevadera,
o esas flores silvestres de pradera
rodeando a la mística azucena.

   Qué me importa vivir si muero en vida,
ante la albura virgen de una hoja,  10
desde que tú te fuiste, Musa mía,

   cuando tengo la pluma desvalida,
y el corazón pensando ya en el día
en que la suerte negra a mí me escoja.




ArribaAbajo- 264 -


Se me ha negado el vuelo...


ArribaAbajo   Se me ha negado el vuelo, y tengo el ala,
que eleva al soñador como las aves.
Se me ha negado todo, y tú lo sabes,
que el verso ni se da ni se regala.

   Se me dejó subir por una escala  5
donde están los agudos y los graves.
Se me prestó del hábito las llaves
sin que dudara el dedo que señala.

   Pero a tanto he llegado en primavera,
en esto de hilvanar la dulce rima,  10
que mi canto de amor tiene sentido.

   Cuando veo en mi cielo de quimera
una luz que a mis ojos se aproxima,
y hace en mi corazón su propio nido.




ArribaAbajo- 265 -


A mi nieto, Ramón, al cumplir sus primeros quince años


ArribaAbajo   Puede que tú te sientas ya maduro
y que hacer quince años te molesta.
Puede que te incomode hasta la fiesta
y te ponga mi verso en un apuro.

   Puede que estés pensando, me figuro,  5
a que tenga tu vida una respuesta.
Y que nadie te escucha ni contesta
cuando miras al cielo más oscuro.

   Todo se pasará, pues tu tesoro,
no está en el bien ni el mal de cada instante,  10
sino en tener tu edad y tu belleza.

   Porque vivir es sólo un deterioro
y este momento tuyo es tan brillante,
que para ti, mañana, todo empieza.

Tu abuelo Ramón.
(Que tiene ya 70 años.)
Valencia, 7 de noviembre 1998.




ArribaAbajo- 266 -


Si es ser y estar mi estado...


ArribaAbajo    Si es ser y estar mi estado, más tranquilo,
que por mis años mozos, hoy en día,
en que dispongo al verbo, todavía,
sin perder la palabra ni el estilo.

   Si ante los años muchos no vacilo,  5
cuando al nombrarte, Amor, mi fantasía,
vencen tiempo y dolor con gallardía
por el tardío fruto que aún destilo.

   Lloro al ausente joven, que yo era,
y a la esquiva beldad que ya no tengo,  10
¡qué deterioro grande es ser anciano!

   Mas me resigno y pienso: ¿quién tolera,
esta fuente cerrada que mantengo,
sin un gesto de rabia en cada mano?




ArribaAbajo- 267 -


Soneto


ArribaAbajo   Ella navega siempre entre dos mares
con su pequeña barca de temores.
Cada suspiro deja dos dolores
entre la blanca luz de sus ajuares.

   Siempre soñando nuevos pleamares  5
y el relente dormido entre sus flores.
De sus ojos de luz encantadores
nacen los nuevos gestos luminares.

   Todo en ella es perfecto: su ternura,
su mirada incitándome al abrazo,  10
su risa y su sorpresa de alegría,

   cuando descubre un verso en mi escritura,
donde inclino mi testa en su regazo,
y sé que es la mujer que Dios me envía.




ArribaAbajo- 268 -


Soneto


ArribaAbajo   Debí de presentir en tus mejillas
de pálido alabastro maltratado;
no al clavel reventón, sino al ajado
dolor que va quebrando las semillas.

   Todo mirar se hacía maravillas,  5
y el no verte mi gozo amortajado.
Era vivir sentirme al placer dado
y el renacer mi verso en las cuartillas.

   No presentí tu estado, ni quien eras,
ni en tu presencia supe mi agonía;  10
ni hubo una voz amiga que despierte

   mi corazón a inútiles hogueras.
Tarde te descubrí, cuando no había,
otra opción de belleza que la muerte.




ArribaAbajo- 269 -


Soneto


ArribaAbajo   ¡Cuántas veces el viento es mi alimento,
y la orilla del mar mi dulce amante!
Como se alza la rima delirante
que me deja en el alba sin aliento.

   Tan presente te tengo en lo que intento  5
que derramo tu nombre en cada instante,
donde está la pureza del diamante
y la luz del brillante en nacimiento.

   Me parece que sientes mis dolores
como siento tus penas y amarguras.  10
Si formamos un algo es: alegría

   Vemos juntos llegar las nuevas flores
y tus manos les prestan las frescuras
que mi letra convierte en Poesía.




ArribaAbajo- 270 -


Otro soneto de amor


ArribaAbajo   ¡Qué aroma tiene el paño de ternura,
donde todas mis lágrimas te dejo!
¡Y qué bálsamo el aire que despejo
Cuando cruzo el dintel de tu cintura!

   Más que la madrugada y que la albura  5
que despierta mi faz en el espejo,
me sorprendes, amor, en el reflejo
de la noche más negra y más oscura.

   Nada espero del Dios que te ilumina
tanta fe, entre las sombras y las dudas,  10
cuando yo ya estoy cerca de la entrega.

   Tengo en tu amor el dios que me domina,
cuando a tantas virtudes te desnudas,
que mi alma en tus manos se disgrega.




ArribaAbajo- 271 -


Estaban los amigos...


ArribaAbajo   Estaban los amigos más queridos;
la novia de mi dulce adolescencia;
las casas, los jardines y la esencia
de mis viejos ensueños escondidos;

   el río, con sus mágicos sonidos,  5
llenando de humedad esta cadencia,
tratando de amarrar en competencia
el negro oscurecer de mis olvidos.

   Estando tan presentes, estas cosas,
no fui capaz de ver en ese instante;  10
ni el árbol, ni la calle, ni la puerta;

   ni siquiera el aroma de sus rosas:
vi que lloraba el padre más amante,
cuando pasó ante él... mi madre muerta.




ArribaAbajo- 272 -


Quiero morir al hilo...


ArribaAbajo   Quiero morir al hilo de una tarde,
viendo como el ocaso me acompaña,
como un amigo más que desentraña
las dudas de mi espíritu cobarde.

    Espero que en el trance, Dios me guarde,  5
de toda oscuridad que me sea extraña
y recuerde que en toda su campaña
me puso en lo peor al llegar tarde.

    Mas la verdad del último segundo,
es que mi duda estuvo más segura  10
que la fe que pudiera haber tenido,

   de haber visto su fuerza en este mundo.
Quito el amor y un poco de lectura
y no merece nada haber vivido.




ArribaAbajo- 273 -


A un soneto me obliga, Tortajada...


Felicitación de Navidad y Año Nuevo del poeta, Ramón García, a su amigo el catedrático, D. Miguel Tortajada


ArribaAbajo   A un soneto me obliga, Tortajada,
para mí Don Miguel, en tratamiento,
y en el primer cuarteto ya me siento
con la voz del halago preparada.

   Del segundo cuarteto no sé nada,  5
y buscando en mi torpe pensamiento;
una música suave como el viento
me devuelve una voz nunca olvidada.

   En el primer terceto hay una aurora
de amistad y de afectos fraternales  10
y en cada amanecer una promesa:

   Que el último terceto, sin demora,
colme, a mi buen amigo, de rosales,
si alcanza mi soneto, su alma ilesa.

Navidad, 1998, Valencia.




ArribaAbajo- 274 -


Vamos a ver, Ramón...


ArribaAbajo   Vamos a ver, Ramón, hablemos claro.
Como puedes pensar que Él, no es eterno,
como son las tristezas del invierno
o el amargo sabor del desamparo.

   Como puedes soñar y, ser tan raro,  5
que ni te importa el cielo ni el infierno,
cuando nace tu verso en el cuaderno,
por ponerle al Señor algún reparo.

   Te van a castigar, Ramón, por malo.
Por negarle al buen Dios, lo que es divino,  10
y a los Santos su santa procedencia.

   No se arreglan las cosas con un palo,
porque el tiempo es el amo del destino,
y es toda una utopía tu exigencia.




ArribaAbajo- 275 -


«Lo que hay que ver»


ArribaAbajo   Les he visto decir: «a esa la mato,
si se mete conmigo en una cama.»
Y explicar entre sábanas el drama
de sentirse en la vida romo y chato.

   Los que llevan algún bello retrato,  5
y presumen de atar corto a la dama,
y vivir en su casa con la fama
de arrastrar unos cuernos como ornato.

   Los que marcan paquete en los andenes,
de los metros, del tren y del tranvía.  10
Los que visten de Armani y Compañía...

   Los que van repitiendo a todo amenes.
Voy a ver si me encuentro esta mañana,
un alma en este mundo que esté sana.




ArribaAbajo- 276 -


El mal espejo


ArribaAbajo    Ya no me miro más en los recuerdos
donde siempre tenía limpio el rostro.
Donde toda esperanza estaba intacta
y las mañanas nunca me dolían.

   Ya no miro hacia atrás, aunque me paguen,  5
con aquello que falta siempre en uno.
Ya no quiero mirar aquel muchacho,
que quizá se avergüence al verme ahora.

   Tengo que ser más fuerte con mi trato,
no desgastar las horas en quimeras  10
que no tengan el próximo verano.

   Tengo que ser más dulce con el hombre
en que me han convertido mis vivencias:
y darle algún apoyo, cuando caiga.




ArribaAbajo- 277 -


Deja que cada tiempo...


ArribaAbajo   Deja que cada tiempo se resbale
sobre su propio tiempo y se consuma,
como la luz del día con la bruma
sin que ningún estigma le señale.

   Que pasado y presente te apuntale  5
el futuro en la arteria de tu pluma,
que es la razón suprema, que perfuma,
lo que en tu propia vida sirve y vale.

   Dale a cada momento su importancia
y a todo lo que importa en esta vida  10
el valor de las cosas que más quieres.

   Y si alcanzas con ello una ganancia,
emplea este caudal en dar cabida
a todos los que son como tú eres.




ArribaAbajo- 278 -


Hoy he vuelto a Madrid...


ArribaAbajo   Hoy he vuelto a Madrid y estoy contento.
¡Cómo tira el nacer en los madriles!
Mis perdidos ensueños juveniles
recobrados sin un resentimiento.

   Cada vez hay más gente, más cemento...  5
¡Cómo añoro el tranvía de raíles,
y sus troles cual pértigas hostiles,
queriendo remontar la luz y el viento!

   Ya no es este Madrid, el que era mío.
el Viaducto, el Puente de Segovia,  10
el Palacio Real, los Jardinillos...

   Y hay en mi corazón, como un vacío,
por mi primer amor, aquella novia,
que jugaba conmigo a los barquillos...




ArribaAbajo- 279 -


Los días que he vivido...


ArribaAbajo   Los días que he vivido, yo pensaba,
que estaban a mi rienda sometidos;
y a la disposición de mis sentidos
cuanto alma y corazón necesitaban.

   Que a mis necesidades, entregaban,  5
su música y afanes más pulidos,
porque yo interpretara los sonidos
de la tierra y el mar cuando llegaban.

   Así yo lo creía, alma sencilla,
creyendo que algún genio me instruía  10
o alguna loca musa me guiaba.

   Pero eras, tú, mujer, mi maravilla,
la que en la sombra todo me decía:
cuando yo, sin saberlo, te soñaba.




ArribaAbajo- 280 -


Por la orilla del mar...


ArribaAbajo   Por la orilla del mar. No mar adentro.
Llévame por la orilla, por la espuma,
donde el verde esmeralda, te perfuma,
y tu beso de amor sale a mi encuentro.

   Ser tu norte y tu guía. Ser el centro.  5
Donde pueda tocarte con mi pluma
y dejar que mi verso se consuma
con el amor que siempre lleva dentro.

   Nunca en la oscuridad y la incertidumbre
de la noche sin luna y negra sombra.  10
En la orilla del mar y a pleno día.

   Que tengamos eterna la costumbre
del abrazo en el claro mediodía
cuando el sol y mi labio, Amor, te nombra.




ArribaAbajo- 281 -


A una niña, llamada Silvia


ArribaAbajo   Es como un tibio día de verano.
Como la tez de un niño de Murillo.
Dulce como los dulces de membrillo
y sonora en el llanto como un piano.

    Tiene su piel aroma de manzano  5
Y hay en su beso pan, pan y quesillo.
Y en sus ojos de niña virgen brillo
de la caricia fácil de su mano.

   Terroncito de azúcar. Caramelo.
Lagrimilla de anís y chocolate;  10
con qué mimo te trajo la cigüeña.

   Te adivino en los ojos de tu abuelo
y en el verso marino de este vate
que te adopta por Musa Madrileña.




ArribaAbajo- 282 -


Estaba la palabra...


ArribaAbajo   Estaba la palabra tan radiante,
por verse en cada labio tan querida;
de ser tan servicial y tan servida
para el entendimiento y para el cante...

   Estaba tan pulida y tan triunfante  5
al verse bien impresa y requerida
por el viento que supo darle vida
en la estrella del cielo más brillante...

   Que colmada de gozo quiso darnos
el más alto perfil de su grandeza,  10
donde está el manantial de su secreto...

   Y se sintió dichosa al regalarnos:
sus catorce milagros de belleza,
en esa perfección que es el soneto...




ArribaAbajo- 283 -


Se me rompió la vena del soneto


ArribaAbajo   Se me rompió la vena del soneto
el día que cumplí setenta años
y en la de las octavas tuve daños
que mis décimas pagan en secreto.

   Escribo con la cal de mi esqueleto  5
catorce endecasílabos extraños;
que son los más difíciles peldaños
para alcanzar ¡por fin! este cuarteto.

   Me cuesta componer y lo declaro
desde mi funeral, como poeta,  10
que tuvo con la vida cierto trato.

   Después... la mucha edad, el desamparo,
al ver mi corazón como se agrieta,
sin tacto... sin sabor y sin olfato...

Jávea, 1999.




ArribaAbajo- 284 -


Tiempo y hora


ArribaAbajo   Son las doce de un claro mediodía.
Hay un azul tan puro, que estremece,
mirar el alto cielo. Quizás rece
por darle al corazón una utopía.

   Una nube discretamente enfría  5
una palabra nueva que florece.
Y la nube, también, desaparece,
contagiada de mi melancolía.

   Mece la brisa el árbol de mi sombra
y una hoja de paz roza mi frente.  10
Llegan del mar los sones de la espuma.

   Oigo un rumor lejano que me nombra.
Todo en este lugar es diferente.
Tan natural, que un ángel me perfuma.

Jávea, 1999.




ArribaAbajo- 285 -


Esta parte de mí...


ArribaAbajo   Esta parte de mí que nunca enseño
-como la cara oculta de la luna-
esa humildad lejana de mi cuna
y el momento presente en que te sueño.

   No hay una oscuridad con más empeño  5
ni remedio que sirva de vacuna.
De relente a relente me importuna
como una suave droga de diseño.

   Me convierte, me vierte y me consume
en la celda interior donde reposa  10
como hostigada voz que el alma enciende.

   Constantemente aspiro su perfume,
sin presentir el nombre de la rosa
ni el impulso feliz de que depende.

Jávea, 1999.




ArribaAbajo- 286 -


Ayer por un camino en que vagaba


ArribaAbajo   Ayer por un camino en que vagaba
tratando de encontrar algún soneto,
me di contra una flor que se negaba
a darle a mi silencio su secreto.

   Un invisible aroma me embriagaba  5
poniendo mi lenguaje en un aprieto;
tanto, que presentí que me cegaba
la luz de aquel paisaje tan completo.

   Siempre dándole al verso media vida.
Siempre queriendo hacer algo perfecto.  10
Siempre esperando más cada mañana.

   Con lo cerca que tengo la salida
y me empeño de nuevo en un proyecto
que anime por lo menos mi desgana.

Jávea, 1999.




ArribaAbajo- 287 -


Ejercicio con soneto


ArribaAbajo   Hoy quiero dedicarme este soneto
y a la vez una paga extraordinaria.
Para engrasar mi vieja maquinaria
con un vino de fama y de respeto.

   Y por tener el día bien completo  5
quiero dar sombra a un alma solitaria.
Esas, que dan a cambio una plegaria
y te quitas de encima este cuarteto.

   Cada vez me produce más desgana
hilvanar con el verso mis pesares,  10
o dejar un recuerdo a quien me lea.

   Menos mal que se acaba la semana
y he quedado en hablar, con los pinares
de Castilla, aunque usted no se lo crea.

Jávea, 1999.




ArribaAbajo- 288 -


Artesano del soneto


ArribaAbajo   Con los mimbres más simples del lenguaje
-¡sabed que casi soy analfabeto!-
me dedico al oficio del soneto
y a buscar en su música un paisaje.

    Mi quimera es un verso de viaje  5
por las rutas de un mágico cuarteto.
Mi descanso es el último terceto
cuando apago la luz de este paraje.

   Pero apenas renace el nuevo día
me dedico de nuevo a este trabajo  10
que sin tener patrón a tanto obliga.

   No me importa que mi melancolía
me ofrezca en su tristeza algún atajo,
pues todo lo supero sin fatiga.

Valencia, noviembre 1999.




ArribaAbajo- 289 -


Soneto en prosa


ArribaAbajo   Es cada endecasílabo un ladrillo
con el que se fabrica cierta casa,
donde nunca se sabe lo que pasa
porque puede lucir como un castillo.

   Se permite fumar un cigarrillo  5
cuando la inspiración se nos retrasa,
o comer las chuletas a la brasa
si la Musa se está limpiando el brillo.

   Con catorce se forma un buen soneto
o uno malo que todo ello es posible  10
entre gentes de mal vivir y vates.

   Menos mal que conozco su secreto
y que no hay nada menos comestible
que tragarse catorce disparates.

Valencia, noviembre 1999.




ArribaAbajo- 290 -


Si puedo decidir...


ArribaAbajo   Si puedo decidir, a buen seguro,
que elijo la rotura de la aorta.
Buscando en la agonía, la más corta,
a tanta brevedad yo me conjuro.

   La larga enfermedad es como un muro  5
donde escribe el dolor el mal que aporta,
y cada sufrimiento nada importa
porque no existe vida ni futuro.

   Existe otro remedio: el del veneno.
Que deja con dos palmos de narices  10
la oscuridad brillante con guadaña.

   Que no hay otro momento más sereno,
para acabar comiendo las perdices,
de un cuento que se sabe media España.

Noviembre 1999.




ArribaAbajo- 291 -


Soneto erótico


ArribaAbajo   Más que el hombre que se tiró en su cama
a la Venus de Milo, adolescente,
o al que tiene su amor siempre presente
con sus versos, su música o su fama.

   Que a la pluma donde brotó ese drama  5
donde la Inés se rinde dulcemente,
y le ofrece su amor nuevo y ardiente
a un don Juan que en su pecho se le inflama.

   Más que a todos los grandes folladores,
o al criado real que se ventila  10
a su reina y el rey le favorece.

   Envidio yo la suerte en los amores
de aquel que solamente se destila
en la bodega que a él le pertenece.




ArribaAbajo- 292 -


A mi nieto Mario (poeta)


ArribaAbajo   Tanto gozo me das con la lectura
de esa pequeña flor que hay en tu mente,
que más florece en mí, precisamente,
porque estoy sin quererlo en tu escritura.

   Tanto gozo me das con la dulzura  5
que hay en tu poesía floreciente,
que de pura, es el agua de mi fuente,
y en mi labio el color cuando madura.

   Todo el pan que me das en tus poemas
tiene en mi corazón el mismo trato,  10
que los ojos de amor con que te miro.

   Déjame que resuelva tus problemas:
Cuando dudes, contempla mi retrato,
y perfuma mi voz con un suspiro.

Ramón.
Valencia, 9 de noviembre de 1999.




ArribaAbajo- 293 -


Soneto acróstico a Blanca


ArribaAbajo    Más que la luz del sol que me ilumina
Impidiendo a la sombra ser grosera;
Es dulce claridad, mi compañera,
Sin por ello dejar de ser divina.

    Perfumada, es su risa cristalina,  5
Ornamento que en mí la sangre altera.
Siempre será la voz de cabecera
Al amor de su nombre en mi retina.

    Blanca, Blanca, blanquísima pureza,
Lograda en el crisol de mis amores,  10
Arde con mi deseo en este fuego.

    No reprimas tu impulso y tu belleza
Cuando colmas mis últimos temores
Al abrigo del beso que te ruego.

Noviembre, 1999.




ArribaAbajo- 294 -


ArribaAbajo    No existe luz más pura que la de tu mirada.
Ni beso más ardiente que el que me da tu labio.
Ni azucena más blanca que la de tu caricia.
Ni rosa que no tenga el perfume de tus manos.

   Tu voz suena en la casa que juntos habitamos  5
a límpidos metales soñando campaniles
y a cauces de corrientes que bajan de la sierra
y a vientos musicales del arpa de los bosques.

   Tu corazón, racimo de todas mis ternuras
me cabe en una lágrima, si alguna vez, amor,  10
sueño que estás enferma. Porque tu corazón

   late siempre en el pecho de una niña pequeña
que flota en mi pupila como una luz eterna.
Porque eterno será, nuestro amor para siempre.




ArribaAbajo- 295 -


Al toro de lidia


ArribaAbajo   Ciego, más que levanta, inunda el cielo,
de derrotes a todas las estrellas.
Llena la luz con lágrimas sus huellas
mientras llora la noche un nuevo duelo.

   Pero el momento en sangre y en desvelo,  5
su arrebato de furia y de centella,
un acero cobarde descabella
el incierto equilibrio de su anhelo.

   Arrastrado con todos los infiernos
entra en el esperado matadero,  10
donde no existe gloria que le guarde.

   El ocaso del sol de los inviernos
se esconde en el inmenso burladero
tras la estela del toro y de la tarde.




ArribaAbajo- 296 -


A Nacho Duato


(A la impronta de un salto en el vacío)


ArribaAbajo   Puso el ave la gracia en movimiento
al resplandor magenta de la aurora,
y suspendido el gesto, aquella hora,
nunca tuvo en la luz conocimiento.

   Era como si un golpe del aliento  5
cristalizara el alma cuando llora
y el silencio alcanzará la sonora
expectación de un nuevo alumbramiento.

   El distraído encanto de lo eterno
flotando como nube en un espacio,  10
donde no cabe el tiempo ni la sombra.

   Y yo sin entender que en mi cuaderno,
florece cada verso tan despacio:
sólo porque yo sienta, que me asombra.

Ramón.
Valencia, 1999.




ArribaAbajo- 297 -


Hablando del que esto escribe...


ArribaAbajo    Si me quito las prótesis dentales
y me quedo desnudo ante el espejo,
me convierto en el cómico más viejo
que ha nacido de un fondo de cristales.

   El vivir demasiado, da estos males,  5
aunque yo de vivir nunca me quejo,
aun sabiendo que no existe consejo
que remedie mis pobres cervicales.

   Cada día me nace un dolor nuevo
que reemplaza al que tengo con más ganas,  10
aunque de mí no saque ni un suspiro.

   Menos mal que no fumo y que no bebo
y consigo teñirme algunas canas,
y que miento, quizás, cuando respiro.

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