... Paraguay, nde Chaco umí yanke oi potá, ... Quisiera que tú hables Barbacuá ...Los dictadores temen; temen. ...Mientras todo eso, la contrapartida, ...Oiméje ova ova. ...Y hoy llueven de tu nombre A ti clavel de mediodías, A veces la angustia Abrid las sepulturas, verdugos de la tierra Acariciando las curvas de tus bahías, Ahasa yave ahávo, Ahora que domesticamos las aves ahora súbitos vuelvan las guitarras despacio Aipota Al canto del gallo que anuncia la aurora cargada de brisa, Alguna vez veremos Allá va como siempre, Allí está, en la cúspide del mundo, Alta bandera, Artigas, América Latina, Amigo poeta, Amó mombyry Ángel inmejorable, nadie pide Angustia que presiente la calma Anoche el viento fue frío en mis pies. Aprendí a callar, Aquellos, Aquí el poema triste Aquí los muertos Así vivimos. Así callamos. Así, de pie, Atenta en la noche la insólita cabeza escucha: Aunque no diga: -«Allende, estamos juntos, ¡Aurora de Agosto! Avavé anga cherejhé najhendúvai irnandu’aro Ay, patria, patria, corazón de espada, Ayer fuimos mirando cómo crece la sensación del año. Barre Barrett las húmedas veredas no fraternales... Camino de tierra roja, Canillita rerajhava acointe nde sapucaipe, Cantemos a la paz, todos los hombres Canto al noble y guapo obrero Carbonero co chavé tesarai jha tapiá Carretero mi mboriajhú Casa solariega, Catador de músicas extrañas Cerro Leonpe, Mariscal Chaco pyre aimé rirema penderejhé che mandu’a Che ahy’ópe Che plata ayante che ayejhacjhúva che mocunu’uva cherembirecó Chokokue ra’y mayma, ñande py’a niko hory, Chokokue ra’y mayma, ñande py’a niko hory, Clava en la poca luz de la mañana Coine aga aipyajhá Como el nativo zorzal en el boscaje Cómo nombrar esta caída Como se busca el fuego Como una flor se irguió la voz Con sus pies descalzos Con voces tal como el eco de su sentir Cuando las grandes sombras de la noche Cuando nos dimos cuenta Cuatrocientos mil quilómetros De la hermética quietud boscosa De lunes a viernes se amontonan en los cajones De padre desconocido les hacían hijos a la paz De tierno y de metal, de pura sangre, Déjales que acumulen... Desplazado de la Urbe por las aguas sanitarias te refugiasen la orilla, Dicen Dinamita que debieras volar murallas; ¿Dónde se esconde el viento Dos puños apretados. Ei... yvy pora che recope oimé che kera yvoty. El café con leche que tú tomas en tu mesa El cielo de mi patria El fuego secreto, El hombre está mirando El pájaro sólo sabe que le gusta volar. El partido divertido El poeta no canta sólo, En alas del viento sonoro y errante yo lanzo este canto En Areguá las horas pasan apenas En el centenario de su nacimiento. En el viento que agita un laberinto En estas tierras en este hemisferio En la guarania danza embrujada En mi voz inmensa lluvia Enamorado del Caribe estoy Encontré de una vez, entonces se creyó dios Entre el temor y el temblor Era de noche todos volvían a sus casas Es con un verbo cálido de ensueño Es cosa sencilla modular un nombre. Es el derecho que se violenta Está bien que se den coces Está el cementerio rodeado de alambre de púa. Esta es nuestra habitación. Allí están las huellas de losminutos. Estamos en salud Están todos aquí, Estás aquí, en aguas de ese río Estas ondulaciones Este año angosto del hombre Estoy preso en todo este ámbito oscuro Euriloco, ¿recuerdas la isla de Trinacria Evoco en la distancia, tu luz de atardeceres Exilio. Existirá para ti una sola tierra Gente pyajhú opu’avape jhi’ante ajhenducamí Geométricas miradas, Gritos, voces, Guyrá campana ¡Ha minero kaaty! Hace tiempo que quiero Han pasado los tiempos de las palabras vanas, ¡Has caído, miserable! Hay rostros esculpidos para que nunca rían Hay un humo vacío He abierto este surco como se abre un libro He aprendido a callar. He de intentar escribir un soneto Hemos abierto sin permiso la pulpa ruidosa de las calles, Hermano Herminio Giménez pe, che corazo ité guivé ¿Icatúpa ña ñe’e? Importadores Iporava cuña mí ¡Jha cuña mboriajhumí mba’apope reicoveva Jhi’áitema ya jhechá Joel, bandera de la vida constelada José Santiago comentó aquel drama, Julio: vuelvo a escribirte ahora, madurado Kane’o ha mbyry’aire ojeliáva, Koeju. Koos Koster, tu sangre derramada, Ko’eyu poty kuru La lumbre que en tu hogar se enciende La mujer paraguaya La palabra se ha escondido La patria que late en mí Lanza el pueblo sus fibras verticales Las calles duermen sin rumor de pasos. Las hijas del pueblo desfilan por Palma, Estrella y Oliva Lavanderita que madrugando al arroyo va Llaman rancho «Llegó la crisis. El hambre, Lo conocí en la exánime siesta de mi tierra Los extranjeros desean engañosamente Los obstáculos caían al atravesar las puertas oxidadas. Luchar por ser, Madurez en ocaso, Maletín negro, bien trajeado, Mañana Maymáramo che reindy oyejherova peicha pe ojhova. Mba’eiko pee peyé Mba’eténimbo oicopata mboriajhugui ya ivaima. Mboriajhu gui me oyecái Me duele mi país, sé que me duele, Me husmeas. Merca con su arco, Mi patria el Paraguay, Mita’i pinandi mi co’e ire repu’ava Mita’i tepoti, Murmullo de canto, Ñandeyara oiti co’e sin recurso ayechá Ñasembake tetaguáva oyoykére peteicha Nda ipóri co yvy ári opá ynvy... Nderehecháiramo reiko Neike che rymbá buey No es posible dormir No lo extinguen el agua, No podrá persuadirme la muerte cotidiana. No quiero que se olviden tantos muertos. No sabemos cómo Noche navideña Nosotros estamos ya completamente pobres, Nunca la duda Obrerita laboriosa Obrero de mi tierra ¡Oh! mi república. Exclamarte Ojhasapama ro’y Ore poriahuvereko Ñandejara. -Ore ro’u so’o Oscura y quieta está la noche, Pálida, delgada y triste Para cantar tu verso, Ortiz Guerrero, Para él Para mí la lluvia en el tejado ¡Patria! Tu nombre no es tan sólo un grito Patria, tú que en América «Pe yuayjhuke oñondivé» Péina ja ohóma Pobre viejecita con rostro de aurora, Poeta: Por la ventana atropellados sones Por las calles van esos Por mi pluma cantan su llanto Primero vendrá un gran silencio. Puede que abras o Pyjharé... ¡Qué cerca tú estuviste de la América: Qué simple, Quiero un canto popular para tu boca, Recorreré tus venas, Regímenes caducos curvados como juncos Reikuaagui ro mandu’a Retazo de historia, heroico soldado de la patria mía. Román Martínez Rostros desconocidos Roy ñane kyti «Se fue muy de mañanita, Se marcharon los hombres Sécate arriero el sudor Secuelas de odios Señora, no tengo ganas Sí. Sobre el rostro ajado de mi madre Sobre el semblante impasible del tiempo, Somos las sombras, Soy Soy un loco... ya lo sé Soy un mástil de latido torrencial, Taguapy sapy’ami Tal vez algún día sepamos Talla pequeña, corazón gigante, Tanto monte de llano acometiendo, Tape Tapiá pe nde yujhuva co’eyú y rembe’ype Táva ovoháre Te pedimos, Señor, por nuestros padres Teje tajando su dedo Tengo casa: de cartón y camalote, en la Chacarita, Tesaraipe angua roicova Testigo de mi tierra Tiene el busto descubierto, sudoroso, jadeante, Todos los días Torypape jakoi, tiaguahé ha javya Traigo Trazaré la precisa línea de fuego y mariposas, Tu nombre es un trueno, Tuichaité ko kyhy-ye... Tus romances me pueblan, Félix, Tyapu reínte ramo pe ñe’e, Umbrosa torrentera de músculos salvajes Un montón de años Un Rey fabuloso, poeta y pintor Upepe ae Lejuanchi Vamos a vencer (ter) Vengo de un pueblo de cuya alforja Vienes desde las rosas, Arístides, Viento de la Patria, Vivir creando ciegas voluntades, Vivir en paz no puedes si no hay libertad, Volverás una tarde silencioso Voy por el mundo sembrando la paz, Y así nomás Y nademos compañeros Y nos llevan de nuevo Y por eso a nosotros, Ya asciende a los tranvías y ofrenda su esperanza; Ya he devuelto Ya lejos del horror de las batallas, Ya no soy yo Ya sabes hermano Yajhypyi co yvy tome’el jhi’a Yerto sobre el rocío del dolor Ymáma Matraka púpe Yo (también peregrina), habitante, Yo propongo un mundo nuevo Yo quiero ser ¡Yo sé de tu tristeza Yo soy como la voz Yo te pregunto, Yvoty apyté gui jhenojhé pyreva Yvytu kangy ryakua yvoty, haku vevuimiva
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