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Juan Pérez de Montalbán

Sinopsis de las comedias del segundo volumen de Montalbán

Sinopsis de Despreciar lo que se quiere (edición de Davinia Rodríguez Ortega)

Jornada primera

Vv. 1-84. Doña Leonor y doña Ana se encuentran y la primera de ellas, entre lisonjas y muestras de afecto, le pide tiempo a su amiga para poder hablar a solas.

Vv. 85-415. De este modo, le relata la viudez de su padre y cómo ella se ha encargado gustosamente de acompañarlo. Sin embargo, don Rodrigo, progenitor de Leonor, ha decidido que ya es el momento de buscar esposo para su hija. Esta reivindica, junto a su amiga doña Ana, la preferencia de elegir un cónyuge por ella misma sin la imposición paterna. Así, se lamenta de que, aunque el candidato pueda gozar de un carácter bondadoso y un porte galán, si ella no está enamorada, su matrimonio será una desdicha.

En ese momento, aparecen unos toros sueltos donde se encuentran las dos damas, lo que provoca el desmayo de Leonor, quien será socorrida por don Juan. Así, la dama le estará eternamente agradecida por haberle salvado la vida. El galán le pregunta dónde vive, para ir a preguntar por su estado tras el incidente, pero doña Leonor, consciente de que sería un error que apareciese por la casa de don Rodrigo, que espera casarla, le facilita la dirección de doña Ana. Por su parte, don Juan, asimismo contribuye al enredo, pues, aunque enuncia su nombre real, no así su procedencia: finge venir de Sevilla cuando es mozo de Zaragoza. Termina la escena con doña Leonor mostrándose inclinada por el amor de don Juan.

Don Juan y su criado Tomás protagonizan una escena en la que, además de las pincelas humorísticas de Tomás, el galán también confirma su interés por Leonor. Salen ambos y entra Lisardo.

Vv. 416-527. Lisardo dialoga con dos criados sobre la grandeza de usar caballo y se muestra contrario a la moda contemporánea de utilizar coche.

Vv. 528-697. Salen doña Ana y doña Leonor. Leonor ya está recuperada del desmayo y juntas van a asistir a la academia que se celebrará en casa de doña Ana esa misma tarde. Allí acudirá Lisardo, enamorado de Ana, pero casualmente también, don Juan, interesado en la salud de su secreta enamorada. De esta suerte, don Juan es invitado a recitar unas décimas que ha escrito dedicadas a doña Leonor (una dama desmayada) a través de las cuales le declara su devoción.

Vv. 698-711. En este soneto, Lisardo también expresa su amor por doña Ana, aunque sin revelar el nombre de su dama.

Vv. 712-721. Doña Ana confirma que es favorable a los gustos de Lisardo.

Vv. 722-735. Don Diego refiere un nuevo soneto de temática amorosa.

Vv. 736-815. Tras una intervención del criado Tomás, que les incita a coger las espadas, don Juan y Lisardo comienzan un juego de esgrima. Este último hiere en la mano a don Juan, ahora ya con las espadas desnudas, y doña Leonor le lanza un lienzo para que cubra su herida desde la celosía donde se encuentra viendo la escena con doña Ana.

Vv. 816-935. Tras una breve disputa entre Lisardo y don Juan por el lienzo y saber quién lo arrojo entra en escena Inés (criada de Leonor) para entregar una banda a don Juan y preguntarle por su estado. Al intuir el origen, el galán le entrega a cambio una sortija. Termina la jornada con un intercambio de bromas entre los criados, Tomás e Inés.

Jornada segunda

Vv. 936-1005. Tiene lugar una escena de celos entre Lisardo y doña Ana, donde esta le confirma que don Juan pretende a Leonor y no está interesado en ella. La misma Leonor sale para confirmarle la información al desconfiado Lisardo.

Vv. 1006-1297. Parlamento de la criada Inés ofreciéndole sus consejos a don Juan para expresar su afecto a Leonor. La dama en escena intenta convencer a Lisardo de que fue ella misma la que arrojó el lienzo a don Juan y no doña Ana, mientras el aludido escucha tras el paño esta conversación. Sale don Juan a hablar con doña Leonor, abandona Lisardo, quien se queda escuchando, mientras entra doña Ana a vigilar también. Finalmente, tras ver el complicado enredo que se está tramando entre las dos parejas de amantes, doña Ana desvela su amor por Lisardo y el cariño de Leonor por don Juan. Leonor declara su intención de desposarse con don Juan, aunque su padre lo impida.

Vv. 1298-1459. El criado Tomás protagoniza un momento de burla sobre las negativas cualidades de un suegro, en este caso don Rodrigo, el cual reclama la visita de don Juan para organizar la boda con su hija Leonor, sin saber que ellos ya se conocen y se aman. Don Juan no está dispuesto a contraer matrimonio con la hija de don Rodrigo sino con Leonor, sin ser consciente del engaño.

Vv. 1460-1485. Entran don Rodrigo, Inés y Leonor. El padre le pide a la dama que mejore su humor y se engalane para conocer a su prometido, pero ella se muestra triste y abatida.

Vv. 1486-1673. Largo parlamento de doña Leonor en forma de queja por el dolor que siente al pretender ser desposada con otro galán mientras ella siente predilección por don Juan. Con la intención de solucionarlo, va en su busca acompañada de Inés, ambas tapadas, pero se encuentran con el mismo don Juan acompañado de Tomás.

Vv. 1674-1777. Don Juan pretende entrar en casa de doña Leonor para impedir su boda, pero esta consigue convencerlo para que no lo haga porque supondría un disgusto para su padre, don Rodrigo.

Tercera jornada

Vv. 1778-1873. Inés relata a don Juan la pena de Leonor, aumentada cuando su padre le ha reñido por intentar evitar su boda. Así lo confirma la dama en un billete que la criada entrega al galán. Don Juan expone su pesar por la situación en un sentido parlamento.

Vv. 1874-1887. Don Juan, de nuevo, se lamenta de su desdicha.

Vv. 1888-2049. Tomás, tras una visita a casa de doña Leonor, relata a su amo que la dama y su padre están enfrentados por la negativa de ella a desposarse

Vv. 2050-2159. Inés y doña Leonor salen a la reja a esperar a don Juan, que ha sido citado a través del billete a acudir allí. Al ver que no acude, doña Leonor, entre palabras de adoración, decide ir a casa de doña Ana a buscarlo.

Vv. 2160-2319. Precisamente en ese lugar, en casa de doña Ana, se encuentran don Juan y Tomás, aún con el engaño de la dirección equivocada, pensando que están en el domicilio de Leonor. Don Juan, desesperado, decide ir a buscar a Leonor donde doña Ana.

Vv. 2320-2381. En escena Inés, se encuentra en casa con don Rodrigo, quien se percata de la huida nocturna de Leonor. Para buscarla manda a dos criados para que lo acompañen a casa de doña Ana y buscarla, para que esté lista de cara al casamiento del día siguiente.

Vv. 2382-2586. Don Juan entra en la habitación de doña Ana, quien se encuentra a medio vestir. Mientras la dama se queja de que no le dio pie para el enamoramiento, el galán descubre que ha confundido a doña Ana con doña Leonor. En ese preciso momento, también se suma a la escena el celoso Lisardo y doña Leonor. Don Juan le explica a don Rodrigo (el último en unirse al grupo) que está enamorado de Leonor y así no puede comprometerse con la mujer que el anciano ha elegido para él. El enredo se resuelve felizmente porque, desde el principio, don Juan y doña Leonor estaban destinados a casarse.

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